-Son unos incompetentes, no pueden hacer nada bien. -Dijo con furia. -Como siempre tengo que hacerlo yo.

-Que fastidio. -Bufo al ver de nuevo a su madre quejarse.

-Y tu, has hecho lo que te encargue.

-E sido su sombra cada segundo pero sabes que descubrí algo interesante.

-¿Y que eso interesante que descubriste?

-Que la hija de Tritón le gusta los objetos que dejan los humanos en lso barcos. -Lo que se quedaron en silencio para luego carcajearse.

-No, no, no, puedo creerlo. -Dijo entre risas. -Quién lo diría que ese pecesillo fuera tan interesante de lo imagine, bueno es muy pronto para hacer un ataque.-Dijo pensativa.

- Que puede tener de interesante un onjeto de un humano.-Rodando sus ojos.

-Perfecto. -Dijo de golpe, que dejó algo sorprendido al chico. -para este magnífico plan, entraras tu.

-¿Yo?-Dijo no muy seguro, ya que los planes de su madre siempre salen siendo un desastre.

-Así es tu me ayudaras.

-¿Como?

-Ya lo descubrirás querido, solo escuchame muy bien lo que harás. -Comenzando a decirle y este quedó atónito.

-¡Ni loco! -Dijo casi saliendo nadando rápido de la cueva.

-Que ingratitud de ese mocoso.-Dijo una de las anguilas.

-Ya volverá siempre lo hace. -Dijo Ursula. -Y no le quedará otra que hacerlo.

-Que gran amor de madre tiene a su hijo.-Dijo Flotsam en modo de sarcasmo.

-En realidad no, pero sabía que ese mocoso me serviría de mucho algún día.

-¿Lo utiliza?-Dijo Jetsam.

-Ambos nos utilizamos, eso nos hace más unidos como madre e hijo.-Dijo entre sus recuerdos cuando antes era joven y hermosa, su gran melena castaña que al tener en sus brazos al pequeño sirenito bebé lo miro con desprecio pero a la vez como un buen anzuelo para sus futuros planes.

Joe, nunca sintió ese calor maternal, solo el benefició que podía obtener su madre de él, pero le hubiera gustado saber lo que es el amor, era tan desconocido que le costaba entenderlo, por lo menos Jetsam era menos vil con el, y se preocupaba en cierto sentido.

En secretos observaba a lo lejos a las sirenas con sus hijos, mostrándoles ese gran cariño que el era extraño.

Lo único que recibía era órdenes, pero dentro de sí quería a Ursula un poco al final de cuentas era su madre.

Hiendose en silenció pensativo sin mirara acaba chocando.

-Porque no tienes cuidado. -Dice molesto.

-Lo siento. -Contesta lo que su voz le era familiar, alzando su mirada, topandose con la princesa Ariel sus cabellos rojizos, ojos azules.

-Perdón fue mi culpa su majestad. -Se disculpa enseguida.

-Fue mía no me fije por donde iba, y no deberías ser tan formalista.

-Debo hacerlo es la hija de Tritón.

-No me gusta que sean tan respetuosos.

-Que tiene de malo serlo.

-Me refiero que solo sean buenos por ser una princesa.

-¿Y como quieren que la traten?

- Hablame de tu.

-De acuerdo.

-¿No eres de aquí verdad?

-Soy un aventure to que le gusta viajar por el mundo.

-Enserio. -Le dice con un brillo en sus ojos.

-Si. -Dijo fingiendo un interés aunque nunca se imagino que caería en su mentira.

-Debe ser fantástico ser alguien como tu.

-Ni tanto. -Dijo en voz baja.

-¿Porque? -Escuchando lo que dijo.

-Aveces me gustaría estar en un solo lugar.

-No tan bueno es estar así.

-Porque lo dices.

-Aveces me gustaría conocer el mundo, fuera del mar.

-Como un humano. -Dicho eso, que sorprendida es como si leyera su mente.

-Exacto... -Responde. -Pero es imposible.

-Es fantástico que tenga esa sensación, y nada es imposible todo puede realizarse, cuando uno quiere.

- No lo creo.

-Ten un poco de fe.- Tomando su mano y entrelazandola, lo que fue un acto muy raro de parte de Joe.

En lo oculto uno de sus espias un ojo brillante (Flotsam el derecho y Jetsam el izquierdo) veía Ursula reflejado en su caldero.

-Nunca imagine que esto seria tan sencillo. -Entre risas. -Ese niño salió todo un casamentero igual que su... -Dijo pasando en lo que iba a decir. -Da de menos a quien se parezca ese mocoso, lo que hizo su parte del plan, solo falta que caiga poco a poco.