Contigo nada es un sacrificio,
todo me nace,
verte feliz es la mejor recompensa,
brindarte mi tiempo,
la mejor inversión.

Desde la muerte de su dulce novio, Min Yoongi no ha vuelto a ser el mismo y no es cómo que él sea el ser más alegre pero ahora, oh no, ahora parece un alma en pena, un muerto en vida.

Su piel pálida ahora con tonos grises, verdes y morados dolían bastante por la pelea de anoche, y es que últimamente ha tenido la costumbre de emborracharse de bar en bar y al final meterse en peleas.

Y sus amigos? Simplemente ya se han cansado de ver cómo poco a poco se destruye a si mismo.

-Vamos hombre! Crees que Jimin hubiera querido que te destruyeras de esta manera.

-Tú que vas a saber lo que él hubiera querido si no estuviste para ver cómo moría lentamente.

No, Min Yoongi no solía ser así de agresivo, y tampoco es como que sus amigos no hubieran estado allí, es solo que han tenido vidas tan ajetreadas y complicadas, que hacer un pequeño espacio para visitar al menor era casi nulo.

Ya han pasado 3 meses y el pálido no muestra señales de querer mejorar,  y como hacerlo, si el ser más puro, gentil y bello se le fue arrebatado. En un momento lo tuvo todo y al otro, la persona a la que más amo se  había marchado.

Kim Taehyung fue el mejor amigo de Jimin y al igual que Yoongi, sufría su partida, sin embargo había algo, pobre él creía en todo lo que le dijeran, era tan inocente. Pero en definitiva él aseguraría que aquello que escucho era cierto, y hasta cierto punto, creyó que si lograba hacerlo la vida de él y de Min mejoraría.

Así como dicen por allí, a lo que truje chencho. Se encaminó al departamento del mayor para proponerle esa alocada idea.

-Hyung tengo el plan perfecto para que Jimin regresé

Lo había dicho con tanta creencia que había olvidado que tenía que ser cuidadoso con sus palabras.

-De que diablos hablas ahora Kim

Y él enojo de Min no pudo ser más grande, simplemente era una broma de muy mal gusto de parte del menor.

-Pon atención Yoongi, resulta que hay un lago en una isla de Japón, dicen que si vas a ese lugar un 29 de febrero en punto de las 12 de la media noche y recitas la canción de las sirenas, y si a alguna le gusta tu voz, se te acercará y cumplirá el deseo que más quieras. Lo mejor es de que este año es año bisiesto lo que significa que podremos ir el 29.

No culpen la inocencia de Taehyung, es solo que extrañaba tanto a su mejor amigo que ni siquiera veía la diferencia entre la realidad y la fantasía.

-Taehyung qué mierdas pasa por tu cabeza cómo para que creas que Jimin va a regresar de la muerte. Está muerto entiendelo.

-Entiende tú también, te haz estado matando los últimos meses, crees que no nos damos cuenta de que buscas que te maten. Además si tanto es tu deseo de volver con él pues no tienes nada que perder con esto.

-Es que no lo entiendes! Kim, mi Jimin se fue, y el hecho que me hagas estas bromas pesadas son de muy mal gusto.

Min sabía que Taehyung era muy sensible, hasta cierto punto aún seguía teniendo la mentalidad tan pura de un niño. No lo comprendía, como era qué creía tremendas estupideces.

Sin embargo había algo en el tono en que Kim soltó aquello, esperanza, no, algo mucho más fuerte, fé? No sabía exactamente. Así que después de aquella exaltada conversación entre ambos, el mayor decidió que solo echaría un vistazo a la información.