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C a p í t u l o 40: Valiente.


Los recuerdos con Steven se activaron de manera intensa cuando entendí que debo soltarlo. O más bien, liberarlo de ese lugar oscuro que nada tiene que ver con su esencia.

Duele. Duele mucho. Mi cuerpo ya no resiste los golpes duros de mi corazón, uno que en cada latido me recuerda que estoy ausente de la realidad debido a que me quedé vagando en el hospital, con la noticia de muerte puesta en mi garganta, ahogándome, matándome poco a poco.

El hecho de caer en la cuenta de que no estoy aquí, en el presente, sino más bien en el pasado, en aquel horrible día del accidente, además de hacerme sentir ausente, me lleva a entender que soy una madre horrible.

Todos dicen que soy buena, la mejor. Pero, ¿por qué ni siquiera el cariño de mi niño ilumina los rincones de mi corazón?

Todos dicen que fui y que sigo siendo muy valiente. Y no pueden estar más equivocados. La valentía no forma parte de mi personalidad, soy una cobarde. Si fuera valiente, hace tiempo habría abandonado el hospital para realmente estar presente en el hoy.

No es fácil comprender que todo lo que creía ser, fue en realidad una fachada para cubrir la realidad.

Sentir el impacto de esa caída me quebró por completo. Tanto que llevo dos días sumida en una tristeza dolorosa. Una emoción que me obligó a pedirle a mis padres que se llevaran a Cameron. No tengo ganas de absolutamente nada, ni siquiera quiero salir de la cama. Y solo me sale llorar, maldecir, y llorar otra vez. Y un niño de tan solo dos años no tiene por qué ver a su madre tan derrotada. Prefiero que esté feliz con sus abuelos y su tío.

Mis padres y Lisa pasan cada tanto para asegurarse de que no salteo ninguna comida, y de que me levanto para ducharme o al menos lavarme el rostro.

The One vuelve a sonar desde mi móvil. Ya perdí la cuenta de las veces que llevo escuchándola.

Y tal como lo mencioné antes, los recuerdos con mi persona favorita en el mundo, se activan con tanta intensidad que mi corazón se siente aún más triste.

Me parece escuchar su risa, aquella que empezaba como si algo se estuviera desinflando, para que luego estallara en una fuerte carcajada contagiosa. Su risa era mi canción favorita.

Si cierro los ojos, lo veo ahí, con su guitarra, sonriéndome antes de regalarme una de sus melodías. Su sonrisa podía iluminar el mundo entero.

Cubro mi rostro y recuerdo todas las veces que me llenó de besos. Rastros que terminaban con un beso en la frente, y por último, colocaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

Una vez le pregunté por qué lo hacía. Su respuesta me hizo reír y llamarlo exagerado.


Tienes el rostro más hermoso del mundo, Gia Beckman. Y me molesta muchísimo que tu cabello lo cubra.


Me siento de golpe en la cama, seco mis lágrimas y me abrazo. El contacto de mis manos sobre mi piel me hace viajar a sus caricias. Eran suaves cuando me dejaba en claro lo mucho que me amaba, e intensas cuando me hacía entender su deseo.

Me pongo de pie y me acerco hasta la ventana de la habitación, la cual da hacia el patio trasero. Penélope está durmiendo su siesta bajo el sol, y recuerdo nuestras tardes junto a ella, leyendo cada uno un libro, compartiendo el silencio de la lectura para luego opinar sobre el autor o la historia.

Fue en una de esas tardes cuando le admití que nunca había leído la saga de Harry Potter, y casi que me echa de su casa por ser tan desubicada. Al día siguiente, cogí el primer tomo y lo leí en voz alta para ambos. Así hasta llegar al último.

Más recuerdos llegan a mi mente, viajan hasta mi corazón y se instalan allí tranquilos. Una sensación placentera recorre mi cuerpo, como si esa fuera la solución para quitarlo de ese lugar feo en que lo ubiqué.

Y es esta sensación repleta de tranquilidad, la que me lleva a coger las llaves del auto y salir de la casa. Ni siquiera me importa saber que llevo el rostro hinchado, y que visto en pijama.

Al llegar a mi destino, mi corazón late con fuerza. Hace meses que no vengo y eso me pone un tanto nerviosa.

Llego hasta su lugar, y por lo bien cuidado que está, sé que Nora y Ross han pasado hace poco.

Me siento frente a su nombre, su fecha de nacimiento y defunción. Aún me parece injusto ese último número.

—Hola. —Suspiro profundo—. Sé que hace tiempo no vengo a verte, lo siento. Han sido unos meses... raros. No sé cómo explicarlo —. Me muerdo los dedos, nerviosa—. Han pasado muchas cosas nuevas, y me he asustado. Logan, él... él me quiere, Stev. — Se me quiebra la voz—. Las cosas con Logan llegaron muy lejos, y lo alejé de mí, lo lastimé, y aun así me quiere y me espera. Sigo creyendo que no lo merezco. —Me quedo en silencio, pensando en Logan. Lo vi al día siguiente de haber hablado con Nora y Ross. No me saludó, pero me sonrió para luego seguir con sus compras—. Creí que los hombres buenos se terminaban en ti, Carl, mi padre y Ross. Pero luego se apareció Logan y provocó muchas cosas en mí. Hizo un revuelo en mis emociones, nada malo, todo bueno. Y aun así... le hice daño. Soy una horrible persona.

Las lágrimas quieren hacer su presencia, otra vez, así que me permito sentir y lloro. Pero esta vez no lo hago por mí, sino por Logan.

Cuando logro calmarme, mejoro mi postura y vuelvo a poner mis ojos en el nombre de Steven sobre la lápida.

—He hablado con tus padres, y me han dicho algo tan real que me sigue doliendo mucho. Al parecer, no puedo continuar con mi vida porque te he puesto en un lugar que no te corresponde. Y es cierto, ¿no? Estás en un sitio oscuro en mí y eso no debe ser fácil. Quizá por mi culpa no estás descansando bien. ¿Puedes perdonarme? —. Mi voz se ahoga por las lágrimas que ahora son dedicadas hacia el hombre que me llevó a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida—. Por favor, Stev, perdóname. No fue mi intención. Tampoco es mi intención seguir en el hospital. ¡Quiero salir de ahí, Stev, sácame de ahí!

Cubro mi rostro, lloro mucho, lloro fuerte. Desnudo mis emociones frente a él.

—No quiero seguir vagando en la noticia de tu muerte, debo seguir. Debo... debo... —observo la fecha de su fallecimiento—. Debo soltarte. — Respiro profundo—. Debo soltarte. Debo dejarte ir.

Repito esto una, y otra vez. Lo digo en voz alta, hasta que la voz ya no se me quiebra.

—Debes abandonar mi oscuridad y ocupar el lugar lleno de luz que te corresponde. Debo soltarte. Por mí, por Cameron, por mi familia, mis amigos, y ¿por qué no? Por Logan. Quiero dejar de retroceder, dejar de tener miedo. Quiero vivir. Y sé que tú también lo quieres, ¿verdad?

Segundos después de hacer mi pregunta, una ráfaga de viento choca contra mi rostro y no solo seca mis lágrimas, sino que también me hace sentir bien, a gusto, tranquila. En paz.

— ¿Estás aquí? —. Otra vez el viento vuelve a hacer presencia, por lo tanto, lo tomo como una señal. Steven está aquí conmigo—. Mereces que te recuerde con amor, con cariño y no con dolor. Mereces salir de la oscuridad de mi corazón y descansar en paz. Y yo merezco vivir, ¿no? —. El viento hace su presencia, una vez más. Sonrío por eso. Puede que solo sea una coincidencia de la naturaleza, pero verlo como una respuesta de Steven, hace que mi corazón se sienta bien—. Tu deseo fue verme siempre feliz, y te prometo que lo voy a cumplir. Sola o acompañada, lo voy a cumplir. —Me pongo de pie—. De a poco irás dejando la oscuridad, tú eras el color, y ese espacio debes ocupar. Eras y seguirás siendo el color más bonito de mi vida, Steven Fry. Siempre te echaré de menos, siempre te amaré. Pero hoy debo seguir, y tú debes descansar tranquilo. Lo mereces.

Vine cargada de lágrimas, tristeza, miedo y soledad. Pero al despedirme de Steven, lo hago con una sonrisa y una promesa impuesta en mi corazón oscuro.

Prometo salir de esa oscuridad.
Prometo sacarte de ese lugar, Stev.
Prometo instalarte en la luz.

Te prometo vivir.

Cueste lo que me cueste. De a poco, paso a paso, lo voy a hacer. Ya no se trata de intentar, porque ya lo he hecho y fracasé. Ahora debo apuntar hacia otro resultado, uno positivo, bueno para mí y para todos.

Debo vivir.

Salgo del cementerio y voy en busca de mi hijo. Cuando sus pequeños brazos me rodean me invade una felicidad irradiante, una que hace tiempo no siento con tanta intensidad y fuerza. Me dice algo que me hace reír, y el sonido de mi risa, me deja en claro lo bien que ya me siento.

Mis padres no saben si perdí la cabeza o si en verdad estoy bien. Y también me río por eso. Y por Will que busca en mis bolsillos la droga que, según él, estoy consumiendo.

La Gia que aún sigue en el hospital se está sintiendo noqueada por tanta luz.

Falta menos. Le digo. Pronto nos sacaré de allí.

Y también le hago una promesa a esa versión apagada de mí: te prometo que vas a ser feliz, Gia.

Amanecí echa un mar de lágrimas. Bueno, en realidad hace dos días que lo soy. Y luego de haber hablado con Steven, de haberle abierto mi corazón y de haber desnudado todas mis emociones escondidas, me sentí bien. Tan bien que me siento un poco alejada de la tristeza que me acompañó durante dos días. O dos años.

Literalmente estoy subida a una montaña rusa, pero al parecer, ya no estoy en picada.

La solución no solo es recordar a Steven Fry con amor y cero culpas, sino también, es liberar todas mis emociones, dejar de esconderlas. No está mal tener miedo, pero hay que hacer algo con eso. Hay que darle pelea.

Y aquí estoy, dispuesta a dar pelea pase lo que pase. Y esta vez, en verdad soy sincera y no me visto con ningún disfraz ocultando algo que no quiero ver.

Muchos cambios de emociones en un corto tiempo, y lejos de sentirme asustada, me siento valiente.

Hacerse cargo de las emociones, feas o lindas, es de valientes.

**

Hola, estrellitas.

Ay, por favoooor. Cuántas emociones, no? Gia me arrastró a todas ellas, y fue torbellino para mí escribir este capítulo, así que supongo que a ustedes les habrá pasado lo mismo. Fue un sube y baja constante. 

Mi chiquita finalmente ha sido valiente. 

Ahora bien, ¿ACASO NO ESTÁN ANSIOSAS POR SU REENCUENTRO CON LOGAN? Yo ya sé lo que pasa, y AAAAAAAHHHH.

Ya estamos en la recta final. Quedan los últimos capítulos. No puedo decirles cuántos, porque cuando decido la cantidad, mis personajes me sorprenden o lo hacen más largo o corto. Pero cuando sienta que falta uno o dos capítulos, les aviso.

Pronto nos volvemos a leer y a encontrar con muchas más emociones :')

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