C a p í t u l o 4: La entrevista.
Antes de ir hacia la editorial, paso por la oficina de Greg. Y cuando las puertas metálicas del elevador se abren, me encuentro con una serie de movimientos eufóricos debido a todo lo que conlleva iniciar un nuevo proyecto.
Las voces de los presentes se escuchan mucho más fuertes que la música que se dispara desde los parlantes. Y todos se encuentran tan inmersos en su trabajo, que aún no han notado mi presencia.
Hasta que los ojos de Greg me encuentran, respira profundo y se encoge de hombros señalando el caos que hay alrededor.
—Siento recibirte de esta manera, Gia —dice al saludarme. Ver a Greg, es estar en presencia de una versión joven de Randall. Lo único que los diferencia, es la altura y su contextura física. Mientras que Randall es alto, y esbelto, Greg es de estatura baja y algo voluminoso.
—Nada de eso, soy yo la que se debe disculpar por molestar.
—Randall me ha dicho que tienes buenas noticias para mí, ¿cómo me puede molestar eso? —me sonríe y me guía hasta su despacho personal. Y cuando la puerta se cierra tras nosotros, el silencio se presenta, cosa que hace que hace respirar profundo a Greg —. Bendito sea el silencio —me río—. ¿Quieres beber algo?
—Estoy bien, gracias.
Greg se sirve una taza de café negro, y tras beber un sorbo, pone sus ojos en mí.
—Te escucho —dice.
—Bien. Randall me ha dicho que estás en búsqueda de un fotógrafo.
—Uno que se está haciendo desear, al parecer, porque no puedo dar con ninguno que me guste.
Sonrío.
—Tengo a alguien para recomendarte.
Su postura cambia; sus hombros se relajan y sus ojos emanan interés.
—¿Ah sí? —asiento y le entrego la tarjeta que me brindó Logan—. ¿Logan Davis?
—Fuimos compañeros en el instituto. Para ese entonces ya disfrutaba de sacar fotos, y era bueno. Ahora que es profesional... ha mejorado mucho. Puedes comprobarlo viendo su página web.
Asiente y abre su laptop.
—Veamos el trabajo del muchacho —dice y teclea.
—Dime la verdad, ¿si? No me mientas sólo porque te lo recomendé, ni seas bueno conmigo por eso. Lo mejor es la honestidad.
Vuelve a asentir a mis palabras, mientras que desliza sobre la página de Logan con el ceño levemente fruncido.
—¿Trabaja para Morgan Hills? —me pregunta—. Es lo último que se registra como empleo.
—¿Morgan Hills? No lo sabía —Hice una revisión por su página, pero me entretuve con sus fotos, jamás vi su curriculum.
Morgan es una importante diseñadora en la ciudad. Su revista es de las más vendidas en el mundo de la moda y alta costura. Y es una total sorpresa saber que Logan trabajó para ella, más cuando he visto su mejoría con las fotos. Pues no lo imaginaba fotografiando modelos ni nada de eso—. Quizá no ha actualizado su página, pero ya no trabaja para ella.
—¿Por qué?
—Buscaban una mirada más juvenil —eso me pareció ridículo cuando me lo dijo, pero ahora tiene sentido.
—Me da curiosidad saber cómo fue que terminó trabajando para ella —comenta Greg sin despegar sus ojos de la pantalla—. Lo que hace, nada tiene que ver con el mundo de Morgan Hills —asiento, no puedo estar más de acuerdo. Greg deja su laptop y pone toda su atención en mí—. Creo que se puede adaptar a lo que busco.
Me ilusiono, me emociono, y eso al parecer se nota, porque Greg sonríe ante mi reacción.
—¿No mientes?
—No lo hago —me asegura, y le creo—. Por lo poco que vi, me gusta lo que hace. Sólo que debo tener una entrevista con él, ¿eso está bien? Quiero conocerlo, y ver cómo reacciona a la idea de mi revista.
—¡Eso estaría más que bien! Gracias, Greg —le sonrío y me responde igual.
—Gracias a ti, Gia. Espero que salga algo muy bueno de esto. No me tardo en llamarlo para darle buenas noticias.
Me despido de un Greg mucho más relajado al saber que, posiblemente, ya haya encontrado a su fotógrafo.
En verdad espero que el puesto sea para Logan, así que mientras me dirijo hacia la editorial, pido por eso y cruzo los dedos.
Por la tarde, mientras me encuentro jugando con Cameron, me llega un mensaje en mi instagram.
Desbloqueo la pantalla, y veo que Logan me escribió, así que me dirijo a la casilla de mensajes y leo:
Logan Davis
_logandavis
Estás ahí, Gia?
Es que tienes la cuenta en privado, y no puedo comprobar si aún usas instagram. Y es la única red social donde te encontré.
Gia Beckman
gia.beckman
Hola, Logan. Qué tal?
Y una vez que le envío el mensaje, acepto su solicitud de amistad y lo sumo a mi lista de amigos.
Su respuesta no llega de inmediato, pero sí lo hace su me gusta a la última foto que subí, una donde Cameron está durmiendo la siesta con Penélope a su lado.
Logan Davis
_logandavis
Todo va bien, y es gracias a ti. Quería que lo sepas...
Gia Beckman
gia.beckman
Te ha llamado Greg?
Logan Davis
_logandavis
Lo ha hecho. Mañana tengo una entrevista con él. Así que, gracias por eso, en verdad
Estoy en deuda contigo
Sonrío. Creo que Logan no entiende el verdadero significado de hacer un favor. Así que, como he guardado su número proveniente de la tarjeta, me dirijo a los contactos, busco el suyo, y lo llamo.
—¿Diga? —dice a modo de saludo.
—¿Acaso entiendes lo que significa hacer un favor? No estás en deuda conmigo.
Se ríe.
—Hola, Gia. Si, lo entiendo. Pero, en parte, siento que sí estoy en deuda.
—Tienes que saber que no es así. Así que... ¿Greg?
—Mañana tengo una entrevista con él.
—Y eso me alegra mucho —sonrío por él, y por el buen ánimo que noto que trae.
Cameron se levanta de su alfombra de juegos y me trae a Orejas Ramirez.
—¿Qué le pasa a Orejas Ramirez? —le pregunto.
—¿A quién? —pregunta Logan.
—Se lo pregunté a mi hijo —Logan se ríe y repite el nombre del conejo entre risas.
—Noni, Damidez —me responde Cameron,
—¿Que lo haga dormir? —asiente—. ¿Logan? ¿Puedes esperarme un momento?
—Claro, haz dormir a Orejas Ramirez.
Dejo el móvil sobre la mesa de café y sostengo entre mis brazos al conejo amarillo. Le canto una canción de cuna, y Cameron observa cada uno de mis movimientos. Hasta que me dice que listo, que ya se durmió. Me lo quita, lo acuesta sobre el sofá, lo arropa y le sonríe, para luego volver a jugar con su camión de bombero.
—Listo, ya se durmió —le digo a Logan y se ríe.
—Me parece bien, el día amerita siesta. Entonces, Gia... ¿cómo te devuelvo el favor? —suspiro profundamente y se vuelve a reír—. Con algo debo recompensar tu favor, para mí es necesario. Mmm, ¿una cena? Yo invito, y podríamos ir a un lugar con juegos para niños. Claro, si no hay ningún problema con eso.
Lo cierto es que no, no hay ningún problema con eso. Logan fue un buen compañero en el instituto, así que me gustaría saber cómo le ha tratado la vida luego de que no supimos más nada de él.
—Logan, no voy a aceptar que te pongas en gastos. Pero, si lo que quieres es una cena, te invito a mi hogar.
—Seguiría estando en deuda contigo, Gia. No.
—¿Y si lo tomas como un agradecimiento por haberme ayudado a pasar química? Creo que, si no hubiera contado con tu ayuda, no habría terminado el bachiller.
Larga una carcajada y sonrío.
—Pero, ¿no hay problema alguno en que vaya a tu casa?
—¿Por qué lo habría?
—No lo sé, por tu pareja, digo, el papá de Cameron —sus palabras me golpean, causan un dolor en mi estómago, así que no puedo responder. Me quedo en silencio, y Logan maldice—. ¿Metí la pata? Gia, lo siento, no quise incomodarte.
—Tranquilo, está todo bien —y es la verdad, no fue su culpa, tuvo curiosidad y está bien—. Y no hay problema con que vengas, Logan.
Suspira.
—En verdad lo lamento.
—¿Te disculpas tantas veces como las que agradeces?
Se ríe.
—A veces, sí.
—Dices a veces por no decir siempre.
—Bueno, tranquila —me río—. Entonces, ¿mañana te parece bien?
—Claro, ya te envío mi dirección por mensaje.
—La espero.
Terminamos nuestra conversación, y tal como le dije, le envío un mensaje con la dirección de la casa.
No me quedo atenta a su respuesta, pero si me quedo atenta a mis pensamientos: la ausencia de Steven.
Tal vez Logan creyó que el papá de Cameron nos abandonó, o al menos eso percibí en su voz. Si hubiera revisado mis redes sociales, habría entendido la situación. Pero tal parece que no es de los que hacen eso, así que no tuvo idea y por eso lo que dijo.
Es que eso no importa la verdad, pudo pasar y es algo que puede seguir pasando. Sólo que es imposible no pensar en que no está físicamente con nosotros. Y si lo estuviera, sé que Logan podría venir a cenar de todas maneras. Steven jamás se hubiera opuesto a algo así.
Es más, hubiese sido mejor anfitrión que yo.
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