C a p í t u l o 26: El viaje.
—Y por eso me ausenté.
Le explico a Logan. Nos hemos encontrado en la cafetería donde nos vimos por primera vez. Pensé que era necesario hacerlo, y no solo contarle los motivos por teléfono o a través de mensajes.
Logan respira hondo, asiente y luego bebe un sorbo de té. Y cuando pienso que está a punto de iniciarse un momento incómodo, me sorprende y sonríe.
—Está bien, Gia. Lo entiendo. Ojalá lo hubiese sabido, así te daba el espacio necesario. Pero lo sé, no es algo que se dice a la ligera —asiento, porque eso es cierto. Todos entienden la importancia del cumpleaños de Steven, o del día del accidente. Y me he acostumbrado tanto a que lo sepan, que no es fácil para mí explicarle todo eso a alguien nuevo. Agradezco que Logan sea tan comprensivo.
—¿Ha salido todo como esperabas? —. Pregunta.
—De hecho, todo ha salido mucho mejor que eso —. Desde que Steven me sorprendió con la canción, justo en el momento donde más lo necesitaba, todo fue marchando bien. ¿Y qué puedo decir de la sonrisa que tenía Cameron cuando estaba cerca de la orilla? Eso fue lo mejor de todo; saber que mi Steven Fry estaba feliz.
—Bien, cambiemos de tema —propongo—. ¿Qué me cuentas de ti?
Sonríe y se encoge de hombros.
—¿Sinceramente? Nada nuevo. Todo sigue marchando como la última vez que hablamos.
—Eso significa que todo está bien.
—Se podría decir que sí —nos sonreímos. Nuestra conversación se ve interrumpida por una llamada que está sonando desde mi móvil. Se trata de mi madre.
—Mamá —digo al atender.
—Hola, cariño, ¿cómo estás?
—Bien, aquí con Logan. ¿Y tú?
—Dale mis saludos —lo hago, y Logan le manda otros—. Dime, ¿puede Cameron quedarse con nosotros este fin de semana? —pregunta, ignorando la que le hice—. Sabes que, por el aniversario de la ciudad, nadie trabaja hasta el miércoles.
—¿Entonces...?
—Con tu padre queremos visitar la granja de Bárbara.
Bárbara es la mejor amiga de mamá, y el marido de ella, John, ha entablado una buena relación con mi padre. Hace mucho no se ven, más específicamente, desde que Bárbara se hizo cargo de la granja de sus abuelos, hace tres años.
—¿Saldrían de aquí el viernes y llegarían el martes? —pregunto.
—Exacto.
Sé que mis padres van a cuidar muy bien de Cameron, pero nunca estuvimos tanto tiempo separados.
—Sabes que Cam va a estar bien —me asegura mi madre—. Es más, tú lo vas a extrañar más de lo que él a ti —se ríe y sonrío. Es cierto, de hecho.
—Déjamelo pensar, ¿de acuerdo? Quiero hablarle a Cameron desde hoy, quiero explicarle cómo sería en el caso de que quiera ir.
—Vale, cariño. Aguardamos hasta ese entonces. Bárbara se pondrá loca de contenta si llevamos a Cameron, ya está emocionada por ver a Will. Sí, no sé cómo es que lo convencimos de ir. Hablamos luego. Te quiero.
—Y yo a ti, mamá.
Corto la llamada y respiro profundo. Ya siento la angustia, como si estuviera viendo a Cameron yéndose unos días lejos de mí. Esto del desapego no me gusta. Quizá haya madres que se sienten aliviadas de tener unos días para ellas mismas, pero no me pasa. Aún no se fue a la granja y ya lo echo de menos.
—¿Todo va bien? —pregunta Logan.
—Sí.
—¿Segura? Pues no lo parece —lo miro a los ojos y eleva ambas cejas.
—Mi madre quiere llevarse a Cameron de viaje, por el fin de semana de aniversario de la ciudad.
Logan estudia mis palabras, la analiza y ladea con la cabeza.
—¿Y eso está mal? —niego—. Ya veo, te cuesta pensar en la idea de separarte de él por muchos días.
—¡Y a él no le va a costar nada hacerlo! —hago un gesto dramático, y Logan se echa a reír.
—Va a estar bien.
—Lo sé. Me preocupo de mí —. Logan se vuelve a reír.
—No te preocupes, tengo la solución perfecta para que sea menos difícil.
—La solución sería ir, pero no me han invitado.
Cuando escucho una vez más el sonido de carcajada, sonrío.
—Bueno, yo tengo una invitación para ti —entorno los ojos—. Yo también planeaba hacer un viaje por este fin de semana. Es más, Cameron estaba en la lista de invitados, pero... me han ganado —sonrío. Me agrada demasiado que siempre lo tenga en cuenta—. Pero tú sigues siendo parte de esa lista, si aceptas, claro.
¿Un fin de semana con Logan Davis? Muevo mis hombros ante esa invitación, y no, no por incomodidad. Sino, por el simple hecho de que no me esperaba algo como eso luego de mi ausencia de días, porque sí, no solo estuve ausente el día del cumpleaños de Steven.
Todos en la ciudad tienen sus planes para este fin de semana. Todos menos yo. Mi rutina diaria no se veía modificada por el aniversario de la ciudad. No planeaba hacer nada fuera de lo normal.
Pero aquí me encuentro, frente a un hombre que me observa con sus ojos marrones. Es más, sus ojos están brillando, como si estuviera esperando una respuesta positiva.
El último viaje que hice con un hombre, fue con Steven. Pero creo que no es momento de traer eso a la memoria, porque si lo hago, si me detengo a pensar en eso, a Logan le diría que no.
Entonces... ¿qué me queda? Decirle que sí. Y la idea de darle esa respuesta no se siente mal dentro de mi cabeza, ni genera un dolor en mi estómago. Espero que siga siendo así cuando lo diga en voz alta.
Respiro profundo, me armo de valor, quito el peso de mi cuerpo de cualquier pensamiento que me quiera echar hacia atrás y sonrío.
—¿Dónde iremos? —pregunto y los ojos de Logan brillan mucho más que antes. En su rostro se dibuja una hermosa sonrisa mientras me cuenta a dónde iremos.
Decirlo en voz alta no se sintió mal, por lo tanto, sé que haberle dicho que sí fue lo correcto. Sin embargo, la sonrisa que hay en su rostro me hace doler el estómago.
De pronto siento que soy una bomba de tiempo a punto de estallar, y cuando lo haga, sé que puedo ser capaz de borrar esa sonrisa y apagar el brillo de sus ojos.
Es mi primera vez sintiendo esto y no me gusta. No quiero sentir que soy capaz de lastimar a Logan.
Este fin de semana con él puede ser un antes... y un gran después.
Podría echarme para atrás luego de toda esta catarsis mental, pero no siento la necesidad de hacerlo. ¿Cómo me deja eso? ¿En qué me convierte?
Solo espero que todo salga bien.
Cruzo los dedos por debajo de la mesa mientras me sumo al entusiasmo de Logan por este fin de semana. Poco a poco el dolor en mi estómago va desapareciendo, ahora solo resta que desaparezca esa horrible sensación que me dice que puedo hacerle daño.
No fue necesario darle mucha explicación a Cameron. En cuanto supo que en la granja había muchos animales, y, sobre todo, caballos, se puso a saltar de alegría.
Creo que le dije unas cinco veces que lo voy a echar de menos, y claro que no obtuve respuesta, mi hijo solo estaba entusiasmado por todo lo que le esperaba al llegar.
Cuando mis padres lo pasaron a buscar, nos abrazamos fuerte y Will tuvo que decirme que lo soltara. Y cuando mi pequeño se subió a la camioneta, mis ojos se llenaron de lágrimas. Sí, ya sé, son cuatro días lejos, pero para mí se sienten como cuatro años. Dios. Soy una exagerada, y ya he hablado de esto en terapia.
En cuanto Cameron se fue, Molly no tardó en llegar. En vista de que sus planes de fin de semana fueron cancelados, porque al parecer su novio es un patán, se ha ofrecido para cuidarme la casa, y sobre todo a Penélope. Solo me ha pedido permiso para invitar a dos primas que vendrán a la ciudad.
Le aviso a Logan que ya estoy lista, y me responde que en diez minutos pasa por mí.
—Así que... ¿Logan? —. Pregunta Molly, y cuando la miro, me hace un movimiento de cejas que me hace reír.
Lo habrá visto dos veces, pero para ella fueron suficiente para hacerse una película en la cabeza.
—Ya sé —interrumpe lo que le estoy a punto de responder—. Me vas a decir que solo es tu amigo —ladeo con la cabeza—. No sé qué clase de amigos tienes, pero yo no beso a los míos.
Me río y cubro mi rostro con ambas manos. Puede ser que hayamos compartido algunas charlas. No sé nada de su novio patán, pero ella sabe todo en cuanto a Logan.
—Deja de crear escenarios en tu loca cabeza —le digo. Logan toca el claxon de su auto, y es Molly la que corre hacia la ventana para comprobar que, efectivamente, se trata de él.
Mientras busco cada una de mis cosas, Molly me hace bromas al respecto. Y podría decir que me arrepiento de esta nueva relación de amistad que tenemos, pasando por alto lo laboral, pero lo cierto es que me hace reír mucho.
—¡Cállate! Tengo que decirte algo importante —deja de reír y se prepara para lo que estoy a punto de decirle—. Aquí tienes el dinero por este fin de semana —le entrego un sobre amarillo—. Y he comprado algunas cosas que sé que te gustan —festeja y sonrío—. Y este es el dinero de la comida de Penélope —lo dejo sobre la mesa—. Si necesitas algo, sabes que estoy al teléfono en cualquier momento de día, ¿de acuerdo?
—Entendido, jefa. Ahora vete, disfruta de tu fin de semana con tu Romeo.
Cierro los ojos y niego con la cabeza ante el sonido de su risa. Decido ignorarla, saludo a Penélope y salgo de la casa. Sé que, si volteo, me voy a encontrar con el rostro de Molly pegado al cristal de la ventana. Y cuando veo la expresión que trae Logan cuando me subo al auto, compruebo que estoy en lo cierto.
—Ignórala —le digo, pero a diferencia de ello, la saluda con su mano derecha. Se ríe y pone su vista al frente.
—¿Lista? —pregunta.
Respiro profundo, observo la casa, llevo una de mis manos hacia mi pecho; mi corazón galopa con fuerza, observo a Logan, quien me sonríe y finalmente asiento.
—Lista —. Sonrío.
Que sea lo que tenga que ser, y que pase lo que tenga que pasar. No me siento arrepentida por haberle dicho que sí a su invitación.
Sé que en mi cabeza se encuentra dando vueltas el pensamiento de que soy capaz de lastimar a Logan, pero no lo convierto en un pensar principal.
A diferencia de ello, me entrego a los otros pensamientos que son mejores que ese: este puede ser un buen fin de semana juntos.
*
Holi.
Antes que nada, gracias por seguir acompañándome en esta historia :) Espero que esté siendo una lectura de su agrado, y para nada forzada.
Bueno... ¿qué piensan que puede pasar este fin de semana? Porque es cierto que es un antes y un GRANDISIMO después. Muchas cosas pueden pasar. Más después del pensamiento de Gia respecto a Logan.
En los capítulos siguientes, vamos a irnos de viaje con ellos. Y veremos que nos tiene preparado...
¡Nos leemos pronto!
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