C a p í t u l o 17: La calma.
—Y eso es todo lo nuevo que tengo por contar —le digo a mi terapeuta, y él me observa desde detrás del cristal de sus gafas.
—Gia, has suspirado cada vez que nombrabas a Logan —frunzo el ceño.
—¿Y eso qué?
—Eso te pregunto yo, ¿qué sucede?
—Nada, no tiene que pasar nada.
—Que tú quieras eso, no significa que nada esté pasando —suspiro y ruedo los ojos—. ¿Qué pasa con Logan?
Y entonces lo hago, le cuento todo lo que respecta a él. Como me siento, mis deseos, mi forma de verlo, su trato, su relación con Cameron... en fin, todo. Sin dejar algo suelto.
—¿Y por qué no tiene que pasar nada? —pregunta y no respondo—. ¿Por Steven? —sigo sin responder—. Gia, es momento de dar vuelta la página —niego con la cabeza—. Hacerlo no es señal de que lo olvides.
—No lo siento así —pongo mis ojos en la foto familiar que tiene sobre su escritorio—. No puedo hacerle esto a Steven.
—¿Qué? ¿Ser feliz? —lo miro a los ojos—. ¿Recuerdas cuando hablábamos de él? Siempre quiso tu felicidad, con o sin su presencia.
—Eso lo diría alguien en una ruptura sana. Nosotros no quisimos separarnos, no quisimos nada de lo que pasó.
—¿Y por eso te vas a castigar y no vas a ser feliz?
—Soy feliz. Tengo el trabajo que quiero, tengo la suerte de tener a mis padres sanos, un hermano genial, un hijo hermoso y dos amigos incondicionales.
—¿Y el afecto de un amor? —suspiro.
—No lo necesito para ser feliz o sentirme completa.
—Que digas que no lo necesitas, no significa que sea algo que no pueda pasar, Gia. Y al parecer, Logan está generando cosas que parecían muertas, o dormidas, ¿hay algo malo en eso?
—Sí, todo. ¿Cómo puedo desear que no deje de tocarme cuando estábamos hablando de Steven? —me río sin ánimo—. Eso es horrible. Yo soy horrible.
—No eres horrible, eres humana. Y te pasan cosas como tal. ¿Creías que no iba a volver a pasar?
Me hundo en mis pensamientos, me ahogo en mis sentimientos. Me duele el corazón al sentir que estoy traicionando a Steven, pero a la vez, no puedo dejar de pensar en Logan y en lo mucho que deseo verlo mañana, en el evento.
—¿Me puedo ir? —pregunto.
—Aún quedan quince minutos.
—Pero me quiero ir —suspira y asiente.
Me despido de él y salgo de su consultorio con prisa, como si me estuviera ahogando dentro de esas cuatro paredes. Ni siquiera saludé a Cassandra, la recepcionista, y eso es raro, porque siempre soy cordial con ella.
Recién cuando estoy en el auto recuerdo lo que es respirar, y cuando lo hago, cuando expulso todo el aire que se mantuvo encerrado en mi interior, las lágrimas comienzan a picar en mis ojos.
¿Por qué estoy sintiendo cosas por Logan cuando no debería?
¿Por qué no tengo control sobre ello?
¿Por qué el recuerdo de Steven me duele y me hace sentir culpable?
¿Por qué no estoy sonriendo al pensar en él?
¿Por qué siento que está enojado conmigo?
Tantos por qué, y ninguna respuesta. O más bien, todas me golpean, me noquean y me dejan en un estado en el cual no entiendo nada de lo que está pasando.
Enciendo el motor del auto, y en vez de tomar el carril que me lleva a casa de mis padres, donde Cameron me espera, me dirijo hacia el otro lado, con el fin de salir de la ciudad. Sólo necesito estar en un lugar en estos momentos.
Y cuando llego al lago Fills, cada latido de mi corazón, me trae consigo un recuerdo con Steven Fry. Pero me temo, que ninguno de ellos me hace sentir bien.
Me siento sobre la arena, oliendo el aroma de la naturaleza. Me sigo sintiendo mal. Logan se presenta en mi mente, me está sonriendo, y el dolor en mi estómago se vuelve más intenso y horrible.
Mi deseo es verte siempre feliz, aún si no es conmigo. Eso fue lo que me dijo Steven una vez, pero ¿por qué siento tanto rechazo hacia eso? No puedo ser feliz con un hombre que no sea él.
Siento enojo sobre los recuerdos de Steven, ¿estará enojado conmigo porque no me permito ser feliz? ¿o está enojado conmigo porque tengo a otro hombre en mi mente?
No lo sé. Sólo me sale llorar, y lo hago sin descanso, como si hubiera estado guardando el llanto por mucho tiempo. Y me duele hacerlo, porque hay angustia en cada lágrima y eso se nota en mi respiración.
Mi móvil empieza a sonar en el bolsillo de mi chaqueta, y cuando veo el nombre de Logan en la pantalla, lloro peor.
No le contesto y dejo el aparato sobre la arena. Una ráfaga de viento logra que mi cabello baile a su ritmo, uniéndose al aroma del lago y los pinos a su alrededor.
Logan vuelve a llamar, y hay algo que me dice que debo atender. No sé por qué razón o motivo, pero le hago caso a ese presentimiento.
—Hola —contesto, sin poder disimular la angustia de mi voz.
—Gia... —silencio, silencio—. Esto te va a parecer muy raro, pero una corazonada me hizo entender que debía llamarte. Y al escuchar tu voz, veo que no me equivoqué.
¿Tuve una corazonada para atender su llamado, y él tuvo otra para llamarme? Raro.
—Eso sí que es raro.
—No estás bien —afirma.
—No sé cómo estoy, tengo mucho en la cabeza.
—¿Dónde estás? —no respondo de inmediato—. ¿Puedo verte? —muerdo mi labio inferior, ¿por qué estoy sintiendo que debo decirle que sí? No me gusta esto de las corazonadas—. De acuerdo, entiendo si no quieres. También voy a entender si no quieres ir mañana al evento.
—Estoy en el lago Fills —respondo cerrando los ojos.
—¿Qué? ¿En serio?
—Si, ¿por qué?
—Porque estoy cerca —abro los ojos y junto mi entrecejo—. Mi hermana se mudó hace poco y vine a visitarla. Ya me pido un Uber para ir hasta allí.
Cortamos la comunicación, y me quedo con el ceño fruncido. ¿Corazonadas? ¿Logan cerca? ¿Steven... eres tú? Miro al cielo con mis pensamientos, porque no entiendo cómo puede haber tanta coincidencia. O tal vez sí, y estoy loca al creer que son señales de Steven.
Y cuando Logan llega, y me encuentra, mi corazón me entrega latidos tranquilos, tal como me pasaba cuando Steven Fry estaba cerca, o me hablaba a través del móvil.
Logan se detiene frente a mí y me escanea con sus ojos chocolate. Y cuando llega a mi mirada, a mis ojos hinchados, suspira.
—¿Puedo abrazarte? —lleva una de sus manos hacia su pecho. Mejor dicho, hacia su corazón—. Prometo no preguntar nada. No hablaremos de lo que te pasa a menos que quieras. Pero deja que...
No dejo que termine de hablar, y lo abrazo. Lo rodeo fuerte con mis brazos y él hace lo mismo con los suyos.
Cuando el aroma de su colonia, y el de su ropa se impregna por mi nariz, apoyó mi cabeza sobre su pecho y lloro con muchas ganas mientras observo el lago.
Logan, sin saber lo que me pasa, me promete que todo va a estar bien, y a medida que lo dice, desliza una de sus manos sobre mi espalda.
Nos sentamos sobre la arena, me entrega un pañuelo descartable y seco cada rastro de lágrimas.
—Es un lugar hermoso —comenta y asiento.
—Aquí venía con Steven —no sé por qué lo dije, pero pasó. Logan me mira y hace una mueca.
—¿Hoy es una fecha en especial? —niego con la cabeza y no dice más nada. Respeta su promesa de no hablar del tema a menos que yo lo desee.
—¿Hay algo que pueda hacer para animarte? —me pregunta tras un largo silencio.
Suspiro, y vuelvo a hacerlo cuando un deseo pasea por mi mente. Y esta vez, quiero hacerle caso.
Me acerco a Logan y apoyo mi cabeza sobre su hombro. Entrelazo su mano con la mía, y me quedo así, mirando hacia el atardecer sobre el lago.
—No vas a poder creer lo que mi madre llevó a la casa de mi hermana —me comenta, para cambiar de tema y distraerme—. Creí que se había perdido con la mudanza repentina.
—¿Las fotografías que sacabas de adolescente? —suspira.
—No, eso si que lo perdí.
—Es una pena. ¿Qué llevó entonces? —se ríe.
—La grabación que hizo el día que actué de Romeo —levanto mi cabeza, lo miro a los ojos, pero no suelto su mano—. No la veo desde los quince —sonríe.
—Quiero verla —se ríe—. Hablo muy en serio.
—Y te creo.
—¿Me vas a dejar verla?
Detiene sus ojos en los míos, pasa a mi boca y vuelve a mi mirada. Suspira y sonríe.
—Creo que sólo contigo soportaría verme —sonrío—. ¿Mañana después del evento? Bueno, ¿irás?
—Me hará bien salir, así que sí —sonríe y vuelvo a acomodarme sobre su hombro.
Me habla sobre lo planeado para el día de mañana, todo con el único fin de distraer mi mente y despejar de ella todo lo que me está pasando.
Y mientras lo hace, con el dedo pulgar de su mano unida a la mía, hace algunos garabatos sobre mi piel.
Poco a poco me voy sintiendo bien, mucho mejor y sin culpa.
Los recuerdos de Steven vuelven a ser buenos, sonrío por ellos y ya no siento que esté enojado conmigo.
Hola, hola.
No sé por qué, pero no puedo descargar las imágenes que dicen "Capítulo x..." por eso no las vieron esta vez. Pero ya se solucionará.
Por otro lado, me disculpo por mi ausencia la semana pasada. Pero aquí estoy con los capítulos semanales y... pobrecita Gia, no? Pero que lindo Logan al estar ahí para ella. Creen que Steven mandó la señal para que la llamara? Yo creo que sí.
Se vienen muchos momentos de confusión, y vamos a sufrir. Por Gia, por el recuerdo de Steven y por Logan. Pero también se vienen lindos momentos, eso se los aseguro desde ya.
Prepárense para el drama y el amor. Jajaja.
¡Nos leemos prontito! ¿Les gustaron los capítulos?
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