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3: Elogiando a Camila

El viaje de la casa de sus padres a su departamento fue rápido, lo que estuvo lento fue escoger que ponerse para la ocasión. Su padre no estaba tan equivocado al decir que quería verse guapa para Lauren, sin embargo ella no admitiría eso en voz alta.

Después de pasar más de dos horas buscando en su armario que ponerse, al final optó por unos jeans negros, una blusa color beige y un suéter color carmín que hacía juego con las botas que llevaba puestas. Encima del suéter se colocó un abrigo largo color negro y acompañó todo con una bufanda y unos guantes. Se puso un poco de perfume y después de verse atentamente al espejo se dijo a sí misma que no se veía tan mal, así que salió de su habitación y tomó las llaves de su auto para poder irse nuevamente a casa de sus padres.

Cuando llegó vió una camioneta y dos autos estacionados afuera de la casa de sus padres por lo que asumió que los Jauregui ya se encontraban dentro esperando en compañía de sus padres a que ella llegará para que todos pudieran cenar.

En el trascurso de los días, Alejandro le había dado una copia de las llaves de la casa a la castaña para que dejase de tocar y simplemente entrara cuando quisiera, pero al parecer la castaña las había dejado en el departamento hace unos minutos atrás y no las había hechado en los bolsillos de su abrigo, por lo que tuvo que recurrir a tocar el timbre.

La puerta de la casa se abrió mostrando frente a la ojimarrón a un hombre de unos treinta años, quizá, con una barba de candado bien formada, un traje color negro sin saco y un par de ojos azul celeste.

- Hola, tú debes de ser Karla Camila. - saludó mostrando su voz totalmente masculina - Soy Giancarlo.

- Hmmm, hola.

- ¡Camila, hija! - la castaña miró detrás de Giancarlo a Michael Jauregui acercándose felizmente a la entrada acompañado de Clara y por su puesto, de Sinuhe y Alejandro - Mírate, estás aún más grande que cuando te fuiste, muchacha. Dame un abrazo.

Lo que pasó a continuación fue que Michael, tan delicado como siempre, empujó a Giancarlo fuera de la entrada de una forma no tan sutil y tomó entre sus brazos a la morena exprimiendola de tal manera que casi se le salían los ojos del rostro.

- Basta, Michael, la asfixias. - dijo Clara quitando a su marido, haciendo que la ojimarrón recuperará la respiración - Camila, cariño, ven acá. - los brazos de, quién desearía con todas sus fuerzas fuera su suegra, Clara la envolvieron en un abrazo más suave que el de Michael

- Hola, señora Jauregui.

- Mike tiene razón, mírate, estás realmente enorme, has crecido mucho. - le sonrió - Sinuhe también tenía razón al decir que te has puesto aún más guapa. - la castaña le sonrió tímidamente - Oh por dios, Gian. - dijo sorprendida la señora Jauregui al ver al hombre tirado en el piso

Camila giró lentamente el rostro para ver lo que veía Clara y abrió los ojos con sorpresa al ver al hombre que la había abierto la puerta tratando de levantarse, así que no lo pensó dos veces y fue a ayudarlo.

- ¿Estás bien?

- Sí, sí, digo, ya debería acostumbrarme a este trato. - rió un poco - Hmmm, gracias.

- De nada.

- Camila, el es Gian, es hijo de Luca Balberdi, un viejo amigo mío y de Michael, cenará con nosotros. - dijo Alejandro dándole unas palmadas muy fuertes en el la espalda al hombre rubio

- Uh, un gusto. - la castaña extendió su mano hacía él para saludarlo con un apretón de manos - Soy Camila.

- Lo sé. - le sonrió

- Gian estudió un tiempo con Lauren en la universidad. - comentó la señora Jauregui con una sonrisa - Ambos fueron novios por un tiempo, pero creo que lo llevan mejor como amigos. - la sonrisa de Camila se desvaneció al oír eso

- Ahora socios. - dijo el rubio

- ¿Socios? - preguntó desconcertada

- Sí, será parte de Gambore de ahora en adelante por un tiempo. - la voz de Lauren se hizo presente - Hola, Camila. - le sonrió a la ojimarrón - ¿Qué hacen aquí afuera? Creí que entrarían, yo al igual que los niños tengo mucha hambre.

- Oh sí, lo sentimos, queríamos ver a Camila. - respondió Mike mirando a la castaña con orgullo - ¿Has notado lo mucho que ha crecido? Recuerdo que cuando se fue a Irlanda no estaba tan grande como ahora.

- Sí, lo he notado, pero en serio, ¿pueden entrar y cerrar la puerta? La casa se siente fría y el clima le puede hacer daño a todos. - respondió la ojiverde con suavidad

- Tienes razón, nena. - dijo Giancarlo haciendo que Camila frunciera el ceño al oírlo llamarla de esa forma - Vamos, vamos, todos a dentro.

- Entra hija. - Michael metió de un empujón en la espalda a Giancarlo para quitarlo del camino y después le dió una sonrisa a Camila señalando la casa para que pudiera entrar

- Gracias.

Seguidos de la castaña, sus padres y los Jauregui entraron a la casa y finalmente se cerró la puerta.

- Bueno, pasemos todos al comedor, hay que empezar esta cena. - dijo con entusiasmo Sinuhe mientras le quitaba el abrigo a la ojimarrón para después colgarlo dentro del pequeño armario que había cerca

- ¿Quieres un poco de ayuda, Sinuhe? - preguntó la pelinegra

- No, ya me ayudaste a hacer toda la cena hace rato, mejor ve a sentarte, yo me encargo. - sonrió

- No importa, déjame ayudarte. - contestó - Ustedes ya vayan sentándose. - le dijo a los demás

- Bien, en verdad tengo hambre. - dijo el rubio con tono bromista - No se tarden mucho, por favor.

La castaña rodó los ojos al oírlo y bufó; él tipo comenzó a caerle mal desde que se enteró que tuvo una relación amorosa con su ojiverde cuando ambos estaban en la universidad, y eso empeoró cuando le dijo nena, y ahora le caía aún más mal por lo que había dicho hace unos segundos atrás.

- Respira un poco, Mila, te entiendo. A mí también me cae mal. - susurró Taylor, la hermana menor de la ojiverde - Él es aún más idiota.

Y sí, dicho y hecho, Giancarlo Balberdi era un verdadero idiota. Todo el trascurso de la cena se la pasó haciendo comentarios tontos intentando ser coqueto con la ojiverde, cosa que hizo que Camila se irritara muchísimo y estuviera totalmente callada.

- Entonces, Mila, ¿tuviste alguna novia en Irlanda o Alemania? - preguntó casualmente la hija menor de los Jauregui llamando totalmente la atención de su hermana mayor quién miró rápidamente en dirección a la ojimarrón - ¿O no te gustan los compromisos? - levantó las cejas con una sonrisa divertida en el rostro

- ¡Taylor! - reprendió Clara

- Hmmm, no se preocupe señora Jauregui. - la tranquilizó la castaña restándole importancia al comentario de la mejor amiga de sus hermanos - No, no tuve ninguna novia, mi estadía fue plenamente de negocios.

- ¿Qué negocios tienes? - preguntó Giancarlo con interés

- Camila es dueña de WerkE. - se adelantó Michael a responder con orgullo por la mujer que consideraba perfecta para su hija mayor - Abrió dos nuevas sucursales, una en Irlanda y la otra en Alemania. WerkE es todo un mundo lleno de éxitos y gracias a esos éxitos nuestra Camilita es una de nuestras inversionistas más importantes de todos.

- Y también ayuda a muchas asociaciones importantes, ella es increíble. - acompleto la esposa de Michael con una sonrisa

- ¡Y va a trabajar como editora en el periódico de la ciudad! - dijo Teo

- ¿Estamos elogiando a Mila? - le pregunto Sofi a su mejor amiga, quién asintió sonriente - En ese caso... ¡Mila también invierte dinero en algunas escuelas de Panamá.

- ¿Panamá? ¿Por qué inviertes dinero en escuelas de Panamá? - preguntó directamente la ojiverde sorprendida a Camila - ¿Qué tiene Panamá?

- Un ex profesor que me dió clases en la universidad se mudó ahí y tiene una fundación para escuelas que están necesitadas. Yo simplemente les mando un poco de dinero año con año para que tengan presupuesto para comprar mobiliario. - explicó tímidamente sin mirarla a los ojos por miedo de perderse en ellos

- Camila una vez salvó a mi gato. - comentó Taylor - Ella es como Superman o algo así.

- ¿Salvaste a Nemphi? - volvió a preguntar la ojiverde dirigiéndose hacia la castaña

- Uhmmm, sí, una vez.

- Fue hace unos años. - respondió Teo con orgullo - Ella lo rescató de ser atropellado por un camión.

- ¿Cómo terminó el gato en un camión? - preguntó Michael confundido por el acontecimiento - ¿Qué estaba haciendo ahí?

- ¡Y ella peleó con el caminero! - gritó Sofi con emoción ignorando la pregunta de Michael - Le ganó muy rápido, obviamente. - mintió, la verdad es que el camionero media más de dos metros y casi la manda directamente a un hospital

- Vaya, eres asombrosa. - dijo Gian

- Sí, la verdad es que Camila es un buen partido para cualquier mujer soltera. - respondió Clara tratando de sonar casual mientras le sonreía a Sinuhe - Gracias, se ve delicioso. - dijo refiriéndose al postre que le colocaba su amiga frente a ella

- Y lo está. - afirmó la señora Cabello - Lauren lo hizo, le comenté que era el postre favorito de Camila e insistió en que le enseñará a hacerlo. - la ojiverde se sonrojó ligeramente al ser expuesta por la madre de la castaña

- Sí, bueno, pensé que sería una buena idea tener el postre favorito de Camila en su cena de bienvenida.

- Bueno, fue una excelente idea, mírala, está toda maravillada por lo que has hecho. - dijo Alejandro señalando a la ojimarrón que tenía las mejillas regordetas por haberse metido todo el postre a la boca

- Jesús, Camila, respira. - pidió su madre - Sabes muy bien que es de mala educación llenarte la boca.

- Bueno, el postre de Lauren está delicioso, señora Cabello, la verdad no la culpo, yo haría lo mismo, pero acabo de ir al dentista. - dijo Giancarlo con arrogancia - Así que, ¿en qué universidad estudiaste, Camila? Lauren me comentó algo sobre Harvard, pero sinceramente preferiría que me lo confirmarás, entrar ahí es muy difícil a menos que se tenga una beca o muchísimo dinero para pagar la colegiatura

- ¡Giancarlo! - gritó la ojiverde sorprendida por su atrevimiento

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