Capítulo 31
Perdonen las faltas ortográficas amores, no estoy teniendo nada de tiempo para editar.
¡Nos quedan pocos capítulos para terminar el libro!😎
¿Están listas mis chicaaaasss?
No olvide votar y comentar, me ayuda un montón♥️
Alexey
Sentía cómo la adrenalina recorría cada fibra de mi cuerpo. Sabía que esta batalla no iba a ser fácil, pero estaba dispuesto a arriesgarlo todo por mi familia y por dejar el nombre de la Bratva en lo alto. No dejare que un infeliz que llego a la riqueza con juego sucio sin merecerlo nos humille por el capricho estupido de su hija conmigo y porque no puede soportar que mi la Bratva le pise la cabeza cada vez que quiera. Tuvo su oportunidad de llevar la fiesta en paz ahora es momento de que afronte las consecuencias.
Me encontraba de pie frente a la puerta de la imponente mansión italiana de los D' Luca con mi gente sucia de la sangre de los guardias mediocres que tenia Donato cuidandole el culo. El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, y la oscuridad comenzaba a tomar el control de la noche. El viento susurraba entre los árboles, llevando consigo un aire de tensión y guerra. Sabía que este era el momento crucial en mi lucha contra mi enemigo. Antes ni siquiera sentia que fuera digno de llamarse mi contrincante, pero cuando decidio meter la cuchara de mas en mi familia llevandose a mi abuelo la mierda se volvio espesa y era hora de ejecturar en su contra.
Mi mente se inundaba de pensamientos de venganza. La imagen de mi abuelo, asesinado a sangre fría por orden de Donato, se repetía una y otra vez en mi cabeza. Sentía una furia ardiente en mi interior. Mi corazón estaba lleno de dolor y odio. Prometí a mi abuelo que haría justicia por su muerte cuando cellaron su tumba, y ahora estaba cerca de cumplir esa promesa. Cada paso que daba me acercaba más a la oportunidad de enfrentar a Donato y haccerlo pagar.
Mis pensamientos se volvieron más oscuros y sombríos mientras esperaba algun movimiento por su parte, ningun hombre salia para atacarnos es como si... estuvieran preparados para nuestra llegada. Es bueno que el sepa que no nos ibamos a quedar con la pelota y dejar que se siga cagando en nuestro a pellido por el simple hecho de que su mente psicotica no entiende que siempre alguien puede negarse a sus demandas. Visualizaba la cara de Donato D'Luca deformada por el miedo y la impotencia cuando me enfrentara a él.
-Esto ha sido demasido facil, andense con cuidado-la voz de Alessio rezono en los auriculares que cada uno tenia pegado a la oreja derecha.
Desde un punto apuntaba siendo el principal francotirador y nuestro ojo que todo lo ve.
-La casa esta despejada-dice Lev con el ceño fruncido y mirando entre los frondozos arboles que rodeadabn la mansion retirada de la población-Al parecer solo el esta en su despacho revisando... papeles.
Algo no estaba bien.
Lo sabia a la perfeccion, pero el racciocinio hace rato me habia abandonado.
-Entraré-digo a mis hombres.
Mi hermano quiere oponerse, pero sabe que no puede detenerme por muy Phakan que sea. Sabe que necesito tener la cabeza de ese hijo d eputa porque mas alla de que s emetio con mi abuelo, se metio con mis hijos y esa es una linea que nadie deberia cruzar si no quiere concoer mi lado relamnete, relamente demoniaco.
Crucé el umbral de la puerta principal sin mirar atras, mi gente entrando despues de mi con sigilio. Mi cuerpo se llenó de adrenalina mientras avanzaba por los pasillos oscuros de la mansión. El sonido de mis pisadas resonaba en el silencio que reinaba en el lugar. Finalmente, llegué al despacho de Donato. La puerta estaba entreabierta, revelando una débil luz proveniente de una lámpara de escritorio. Me acerqué sigilosamente, agarrando el mango de mi cuchillo. Sabía que una pelea fisica no era lo que venia a buscar precisamente aqui y con el sabiendo sus mañanas, así que tendría que ser rápido y sigiloso.
Adentrándome en el despacho, encontré a Donato sentado detrás de su escritorio, revisando algunos documentos. Su semblante arrogante se transformó en sorpresa fingida al verme. Sonreí de manera desafiante mientras apretaba con fuerza mi arma.
- Viejo amigo... ha legado tu hora - dije con voz firme y decidida.
Sin embargo y como supuse, Donato no se intimidó. Se levantó de su silla con una sonrisa burlona en el rostro. Sabía que no me enfrentaría directamente. En cambio, sus ojos se posaron en un botón ubicado debajo del escritorio.
En ese momento, todo se volvió caótico. Las puertas se cerraron de golpe, dejándome atrapado en el despacho. Las luces se apagaron repentinamente, sumiéndome en total oscuridad. Escuché el sonido de armas disparando y gritos provenientes de fuera del despacho. Mi grupo de hombres había intervenido, pero ahora nos encontrábamos en desventaja. Maldicon, sabia que esto no podai ser tan facil pero mis impulsos me dominaban cuando de este hijo de perra se trataba.
Confiando en que no eran maricas los que venian conmigo por lo que podia defenderse como adultos, actué rápidamente e intenté buscar una salida mientras los disparos se intensificaban. La puerta principal estaba bloqueada, pero recordé una pequeña ventana que conducía al jardín. No había tiempo que perder. Brinqué sobre el escritorio y me abrí paso a través de la ventana, cayendo pesadamente al suelo. Sentí el impacto en mis rodillas, pero no me detuve. Corrí hacia el punto de encuentro acordado con mi grupo, donde nuestra verdadera batalla contra la mafia italiana estaba a punto de comenzar.
Siempre hay que tener plan A, b y c porque nunca sabes lo que sucedera. Sabia que algo como esto podria venir por lo que no fueron muchos los que se plantaron a venir al frente y pronto me encuentro con las cabezas principales que me ayudaran a acavar con esta masion y los hijos de ella. Los Vory salen de la masion luego de acabar con los que estaban dentro y pronto el tiroteo afuera empieza pero donde estamos, ellos no saben siquiera que nosotros nos encontrariamos.
-La caceria empezo, defiendan su culo con todo y acaben con todo lo que estobe, sigan el plan al pie de la letra o si no esta mierda se nos vendra abajo-digo mientras me preparo con el A-k 47 listo para volar unas cuantas cabezas.
Cada quien se va a su punto y entro en el laberinto sabiendo que es a donde el primero llegara, junto a mi hermano que asiente antes de irse por otro lado. Estudiamos lo suficientemente bien esto y el soloe sta por si el viejo trae amigoss.
Llego al centro en tiempo record y sonrio al ya encontrarmelo con una nabaja en las manos.
-¿Cres que puedes vencerme, niño? ¡a mi!-ríe como loco y nos coemzamosa rodear-Yo fui el creador de este juego y solo yo soy el ganador. Suelta el arma y vamos a mostrarnos cual es el verdadero hombre aqui.
-Como demandes, viejo-lanzo la pistola a un lado y me trueno el cuello listo para acabar con su cuerpo vejestorio.
Sonrio canalla y me cuadro al igual que el.
Nos lanzamos al combate, puño tras puño, patada tras patada. La furia y la determinación fluyeron por mis venas mientras me enfrentaba a mi enemigo. Sabía que tenía que ser más rápido, más inteligente. Cada movimiento estratégico se convertía en un paso hacia la victoria. El sonido de los golpes resonaba en el aire, cada uno de ellos llevándonos al límite. Sentía el dolor en mi cuerpo, pero no podía permitir que me detuviera. Me aferraba a la imagen de Willow siendo torutrada por el y al hecho de que su vida estaba en juego al igiaul que la de mis hijos. No había margen para el fracaso.
A medida que la batalla se intensificaba, me sentía más poderoso, más decidido. Sin embargo, también sentía el agotamiento llenando mis músculos y mi mente. Pero cada vez que mis fuerzas decaían, encontraba la fuerza para continuar en los ojos de mi mujer. Era mi deber protegerlos. Finalmente, luego de una feroz lucha, logré desarmar a Donato y someterlo. La victoria estaba en nuestras manos. Es de tontos pensar que podia contra mi. lo tiro al suelo d euna pata y me acuclillo a su lado.
-¿Te crees que esta posicion en la que te encuentras es de vencedor?
Escupe sangre en mi cara y eso no me amedranta.
-No sabes lo que te espera-rie como un loco desenfrenado y me levanto dandole una patada en las costillas que calla su boca venenosa.
Me cruzo de brazos mirando su cuerpo derrotado y manchado de sangre desde mi altura.
Mi hermano aparece poniendose a mi lado y lo esucpe.
-Perro de mierda.
Aplasta su pie la polla de Donato y este se retuerce.
Mi hermano se peina el cabello como si nada a pasado y me mira.
-Mi tarea acabo aqui, encárgate-me palmea la espalda y se retira dejandome a solas para saborear mi dulce venganza.
Comienzo al rededor de su cuerpo magullado saboreando su derrota, aunque todavía tenga un mal sabor de boca. Por alguna razón esto no se siente como fantasee que sería. Pensaba que me sentiría regocijado hasta más no poder y que podría regresar a Moscú con mi familia listo para incitar de nuevo. No es así. No puedo evitar sentir inconformidad como si algo no encajara en el rompe cabezas.
Puede que sea que Gianna no está a su lado rogando por lamerme las bolas a cambio de perdonar a su papito. Esa perra debe estar encerrada en alguna tienda gastándose la fortuna de su padre y pensamos en la próxima polla con la que se atragantara. Es increíble que la mujer más sin gracia e importancia en mi vida sea que la que me haya traído tantos dolores de cabeza.
Donato no intenta levantarse, al contrario, se acomoda y eso me hace fruncir el ceño.
-Yo que tú haría lo mismo-sonríe como si ahora no él faltara un diente en su antes dentadura perfecta.
-¿De qué...
Mi cuerpo es lanzado al aire chocando contra los arbustos que conforman el laberinto cuando una ola esparcida de calor se levanta. Los gritos se callan por un momento. Mis oídos parecen tener un pito infinito haciendo ruido contra ellos u mi cuerpo siente como si una demoledora le pasó por encima.
Busco con la mirada borrosa a Donato para acabar e una vez con su asquerosa vida que solo me da problemas y me quedo frió con la figura que se alza ante mi con un lado de la cara quemado y un yeso rodeándole un brazo. Una sonrisa macabra se pinta en su labio que antes fueron una sonrisa de principito de cuentos azules y mirada coqueta que ahora está pintada de odio y locura.
-Hola Alexey, ¿listo para vivir un infierno en la tierra?
Michael Hudson con nosotros señores.
Ya sabía yo que esa cara de niño bueno no le duraría mucho.
Ni siquiera puede morir con honor.
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