Querido Diario:

Han pasado dos días, y Nathan no parece estarse aburriendo conmigo. Me pregunto qué lo ata a mí. Me pregunto si esto está bien. Nadie debería estar atado a mí.

Me preguntó acerca de mi familia, y entonces sentí que una alarma se prendió en mi interior. No quería despertar más alarmas en Nathan. No quería que sintiera más lástima hacia mí. Así que menti. Le dije que tenía una familia feliz, e incluso inventé que tengo un gato. No tengo un gato. Pero no puedo decirte la verdad, Nathan.  Por favor, por favor perdóname.