Noventa y nueve. Minkar
Querido Diario:
Hoy Nathan estuvo en condiciones de ir a clases. Sin embargo, extrañamente no se fue antes que yo. Me esperó para salir. Y caminamos juntos hasta el instituto. Pero me vale mierda eso. Pude sentir su mirada sobre mí todo el camino. ¡No recuerda nada el desgraciado!
Yo le pego.
Y durante todo el día me miró... me miró, me miró y me miró... ¡¿Qué le pasa?! ¡Que deje de mirarme! ¡¿Cómo se atrevió a besarme?!
¿Cómo... cómo se atrevió a jugar conmigo...? ¿Cómo...?
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