Willow

No me doblego.

No bajo la mirada y me mantengo de pie recta sin mostrarles lo mucho que me afecta volver a verlos. No importa cuantas veces nos crucemos, sé que siempre tendré la misma reacción de admiración e intimidación cuando los miro. Separados se ven poderosos, pero juntos imparables y eso es algo que envidiar.

Más en la Bratva que las mujeres no pasan de ser la sombra del esposo mientras este lo es todo. En presencia de los que no son cercanos pude ver que no te das cuenta de que en realidad ella es la que amansa a su esposo, sino una buena esposa que no llega a florero, pero que sabe lo que tiene que hacer.

¿Esto era lo que Alexey me ofrecía?

Me quedaré con la duda porque esa bestia no saldrá de presión precisamente para tenerme como su reina.

Cada paso que dan es un acercamiento a todo lo que me espera.

No quiero saber que lo que él o ella han sentido en estos casi dos años en los que no han podido ver a su hijo, porque de solo pensar en que este en algún momento sea el caso de mis niños es insoportable; tampoco puedo decir que los entiendo. Para mí es hipócrita decirle a una persona que la entiendo cuando en realidad no es así porque no has estado en sus zapatos realmente.

No te has visto con la soga en el cuello sin saber para qué lado correr porque los dos se sienten bien, pero no terminas de saber cuál es el correcto. No espero compresión por estas dos personas que me recibieron un día en su casa pensando que era una pobre pendeja con la que su hijo no debía estar y terminar siendo el lobo feroz que se lo terminó devorando.

He aprendido que verme como víctima no me sirve de nada. Vamos, a nadie le importa tanto realmente lo que te pasó; lo que importa es que te levantes y salgas adelante para no seguir molestando con tus penas.

Hubo momentos donde me hubiese gustado salir de mi cuerpo y girarme para abrazarme y decirme a mí misma que me comprendía y que todo lo que estaba viviendo en ese momento no era nada comparado a todo lo bueno que me vendría. Todo momento de paz llega a su fin y el mío llegó en el momento en el que se llevaron a mis hijos y me vi en la obligación de volver al castillo Volkov.

Un lugar en el que cuando mi esposo esté libre no descasaré porque él no permitirá que tenga tranquilidad hasta estar saciado. Me ofreció dejar todo atrás, con segundas intenciones, pero lo hizo y me negué. Ahora tengo que sufrir las consecuencias de no querer estar de su lado.

De ese día no elegirlo a él.

Svetlana es la primera en dar un paso hacia adelante y quedar frente a frente conmigo.

Espero el impacto de una bodega o una reacción agresiva.

Nunca llega.

-Sabes, antes de dormir pensaba en que cuando te tuviera de frente te mataría a golpes por haberte metido en los bolsillos a mi hijo para embaucarlo y entregarlo a los desgraciados del FBI. Esperaba encontrarme con una mujer desahuciada y hecha mierda por tener que lidiar con el peso de sus errores, pero mírate-da un paso atrás y sonríe y no es nada de lo que esperaba porque lo hace con orgullo y no con asco como cualquier madre normal haría-Te levantaste de las cenizas y tuviste los ovarios para parirle dos hijos y volverte lo que el realmente necesita en su vida. No dejas de ser una zorra maldita, sin embargo, solo por ser la madre de mis nietos y que los hayas educado como dos hermosos diablitos inteligentes da para que te deje pasar tu ofensa. Después de todo yo le hice cosas peores a mi esposo.

Se gira y con elegancia se coloca al lado de Mijaíl que ríe seco y luego besa la coronilla de su esposa.

Me mira de pies a cabeza como si buscara algo que no ha podido encontrar y doy por seguro que tampoco lo hará. Busca a esa niña de veintidós que llegó su puerta con los miedos por el aire y más inseguridades que persona. Esa que quería encajar en la vida de ese hombre que en ese momento sentía demasiado para mí; pensaba que no era merecedora de él y que en cualquier momento se daría cuenta que no fui la mejor opción.

Ese momento nunca llegó y tampoco llegará porque yo llegué a la vida de Alexey Volkov para nunca irme. Es algo que tarde o temprano tuve que entender y es que ese hombre por más mierda que le eche no me soltará las cadenas y menos ahora que me encuentro en su terreno sin posibilidad de escapar.

-No eres precisamente nuestra persona favorita, Willow... -dice el hombre abotonándose la chaqueta de su traje-pero como dijo mi mujer, eres la mamá de nuestros nietos y eso da para que te aceptemos. Nuestra gente no está contenta contigo, eso no se le puede discutir, pero nosotros somos la familia de Alexey y eso es lo que vale.

No tengo palabras para describir lo que siento en este momento. Estoy tranquila de que no quieran encerrarme en un sótano y torturarme hasta que Alexey llegue, pero tampoco puedo dejar de esperar que muestren otra cara. Que esto sea solo una más de la jugada de él y que cuando me voltee resulte todo lo contrario a lo que ellos dicen.

Esperaba algo más.

Una bala en los pies como recibimiento.

Una paliza que me deje irreconocible.

Pero nada es como me imaginé que sucedería hasta ahora.

-Gracias-respondo porque agradezco sinceramente que no sean uno más de los que me quieren 3 metros bajo tierra.

No tomé la mejor decisión para ellos, sin embargo, lo que debe tranquilizarlos es que ya recibiré suficientes castigos por su hijo diabólico.

-Suéltala, no es necesario que la tengas agarrada Damien-dice el abuelo de mis hijos mirando el agarre que Damien impuso en mi brazo. Este frunce el ceño, pero obedece-Pasemos a la casa.

Asiento a lo que dice y le bajo a mis nervios recordándome que soy una persona madura y que cualquier situación que se me presente sabre dar la cara.

Por mis hijos.

Todo por ellos.

Nos subimos a uno de los autos y avanzamos hasta el imponente castillo que se alza ante nosotros. No tengo puesto un abrigo adecuado para este clima y eso hace que me esté congelando por dentro, pero no lo demuestro, remplazo eso con la emoción de poder verlos de nuevo.

De besar sus pequeñas mejillas regordetas y apapacharlos hasta que comiencen a refunfuñar para que los suelte. Oler el delicioso olor de bebé que aún no abandona su piel y poder consentirlos en lo que se pueda. No pregunto por ellos. Soy paciente a la hora de bajarme del auto y rodearme con los brazos.

Mijaíl ve el acto y rueda los ojos.

-Americanos.

Quiero decirle que no es que este viaje hacia aquí fue muy bien planeado ya que fui golpeada en la cabeza para llegar, pero me mantengo en silencio.

-Gracias-le digo cuando me brinda el gaban que iba encima de su costoso traje.

Esta vez no hay nadie esperándonos en la puerta. A pesar de que quieren disimular, no me pierdo la mirada de los hombres grandes y robustos que cuidan de la seguridad del castillo. Deben pensar igual que yo. Esta gente se está volviendo loca al recibirme como si nada, pero agradezco infinitamente que valoren y quieran a sus nietos.

El lugar sigue siendo igual de cálido y exótico a la vista. Es como un castillo de los barbaros antiguos que te hace sentir pequeña, pero a la vez curiosa.

-¡Mami llegó! -unas vocecillas gritan.

Mis ojos se encharcan cuando salen de la nada de la sala de estar y corren hacia mí. Me arrodillo en el suelo y los recibo cuando sus cuerpecitos impactan contra mí.

Dios, cuanto los extrañaba.

-Hola, mis amores-me separo mínimamente de ellos y beso sus cachetes sucios de chocolate y me rio porque se supone que tienen prohibido comerlo a menos que quieran ser premiados-Veo que los han estado consintiendo.

Svetlana se encoge de hombros y rueda los ojos.

-Son adictos a esa cosa.

Asiento y con lágrimas corriendo por mis mejillas escucho como Zoa se queja de que Edmon se pedorrea mientras duermen o que no quiere jugar con ella. Apoyo la frente con la de mi niño que se mantiene con la cabecita escondida en mi cuello y dejo escapar un suspiro.

Mi chico es serio hasta más no poder y cuando no estoy me he fijado que lo es aún más. Me agarran de la mano y me llevan casi corriendo a la sala para mostrarme todos los juguetes que los abuelos le han comprado.

Parlotean sin parar mostrándome cosas que ni sabía que existían, pero no digo nada. No puedo dejar de mirarlos y de sentirme tan afortuna por tenerlos. Son maravillosos. A pesar de estar destinado para un mundo de sangre sé que serán brillantes en lo que hacen.

Es doloroso entender que no puedes liberar a tus seres más amados de su destino, pero a la vez me es libertador porque sé que estas personas no lo dejaran solos. Los entrenarán para ser los mejores y desde ya veo que lo serán.

Tengo tanto deseo de trancarme en una habitación y acostarme con ellos para decirles lo mucho que los amo, sin embargo, entiendo que ahora no es el momento porque se mueven eufóricos por el lugar como si lo conocieran desde siempre.

Edmon se ha soltado y brinca feliz al ver la niebla que se hace más espesa por la ventana. Zoa me muestra un set completo de maquillaje de niña que le ha comprado su tita Natalya y levanto la cabeza al escuchar unos tacones repiquetear en el suelo.

Es ella en todo su esplendor.

Ya no se ve como la chica demacrada que vivía conmigo, sino un sol resplandeciente que nunca se esconde.

-Hola, Will-me saluda sin mostrar un ápice de vergüenza.

Tengo que admitir que tiene valor.

Y cómo no con los padres que tiene.

-Hola Natalya-la saludo cortante y cuando quiero volver la atención a mis hijos me es imposible porque la copia de Mijaíl baja las escaleras mostrándose como ese hombre siniestramente hermoso y seguro de sí mismo que es.

Está hablando por teléfono escuchando atentamente al que está del otro lado y no sé porque algo me dice que es con el hermano. Más cuando me mira con diversión y dice algo en ruso al teléfono.

Anton corta la llamada y una pequeña sonrisa diabólica pinta sus labios.

-Él ya viene.

***

Holaaaa

Llegamos al esperado momento 😬

¿Qué creen que pasará a continuación?