Willow

El gorila que me golpeo me lleva en su hombro más inconsciente de lo que me gustaría admitir. Mi cabeza choca una y otra vez con su trasero mientras se mueve rápido por lo que reconozco es el túnel cavado en mi sótano. El olor a humedad y tierra me pica en las fosas nasales. Va hablando por teléfono en ruso y no parece que sea nada amistoso.

Me siento mareada y con un fuerte martilleo de cabeza. Me prometo que cuando este en mis cabales no parare de gritarle sus cuantas palabras a este animal. No está solo, dos hombres más van con él con armas que prefiero tener lejos de mi presencia por lo mortales que se ven, sus pasos se escuchan retumbantes, sus respiraciones aceleradas y tal parece que el hombre que me lleva en su hombro siente que no peso un solo kilo porque lo hace con total comodidad.

Se que nos acercamos a la salida porque a lo lejos escucho el sonido de los bocinazos de los autos y un ruido de ambulancia. ¿Alexey ya se escapó? Si no lo ha hecho sus planes se complicarán porque luego de enterarnos de que se Natalya se llevó a Zoa y Edmon; Michael ordeno que reforzaran la seguridad de la prisión. Ahora añádele que me secuestraron a mi también.

Se volverá loco. Lo único que me consuela es que no fui yo la que armo todo este plan, siendo una novata iba a dejar señales y ellos pensarían que cometí traición hacia ellos. Después de todo si traicione al hombre del que estaba enamorada; que iban a esperar ellos que a apenas los conozco. El FBI es una rama judicial demasiado poderosa y sacarían conjeturas hasta de donde no las hay. Es por eso que me sorprende que no se hayan encontrado con la nota.

Aunque Natalya hizo lo posible por ser discreta, vamos, ellos de inmediato captarían el mensaje y ahí sí que las cosas se complicarían. No quiero saber el temor tan grande que deben sentir mi familia por la forma tan abrupta en la que este gorila termino mi llamada con papa. En este momento los agentes deben estar movilizándose hacia aquí y por más que suene egoísta prefiero que se arme un disturbio y que no logren detener lo inevitable y así por fin poder volver a ver a mis pequeños.

Debería estar del lado de la ley, se supone que es lo moralmente correcto, sin embargo, lo correcto en este momento no es lo que realmente me importa. Cuando traes un ser al mundo y esa personita es dependiente al cien por ciento de ti, creada carne de tu carne, es imposible que no hagas cualquier cosa por él o ella. En este caso son dos niños que no tienen la culpa de los problemas de sus padres para terminar secuestrados por su tía y ser llevados a un país al que se supone que nunca entrarían.

Llegamos a lo que es la entrada y ya no me siento tan desorientada como antes. Levanto un poco la cabeza y me trago un grito al ver a dos agentes que al parecer estaban custodiando con un tiro entre la frente y aun con los ojos abiertos mostrando los aterrorizados que quedaron al chocarse con esta gente.

Se comunican entre ellos y uno parece maldecir al verme consciente. Viene hacia mí con una clara intención de golpearme y mandarme a la oscuridad nuevamente, pero el gorila que me lleva lo detiene diciéndole algo por lo bajo. Debí tomar clases de ruso, maldición. Un auto se parquea al salir a un callejón hediondo a orines y lleno de contenedores de basura, esta oscuro y ellos corren hasta el auto. Cuando llegamos a la BMW me lanzan al asiento trasero como si fuera una bolsa de basuras y se suben lo más rápido posible. El chofer acelera y con la velocidad que va dudo que lleguemos con vida, pero es comprensible, detrás de nosotros vienen dos patrullas de policía.

La montaña de músculos que va chofer arregla el espejo retrovisor y me mira a través de él.

—Buenas noches, querida Willow. Lamento decir que no es un gusto volver a verte—sonríe endemoniadamente divertido.

Damien.

No tengo oportunidad de enfrentarlo porque se concentra en la carretera y se mueve entre los autos de una forma muy experta. Lo que temía comienza a materializarse ya que más adelante nos interceptan dos patrullas más y los disparos inician. Por suerte el auto es a prueba de balas porque si no, no viviríamos para contarlo, hay algo que me desconcierta y es que los policías a la hora de disparar no cuidan de no dispararme. Lo hacen si control y eso solo me dice que me prefieren muerta en vez de con ellos.

Esto es realmente digno de una película de acción.

—¡Maldición con tus amigos, linda! —grita Damien eufórico cuando nos encierran, pero sin importarle nada pasa entre medio de las patrullas que estaban cruzadas frente a nosotros de forma estratégica y se las lleva con todo haciendo que estas se volqueen.

Los de atrás siguen persiguiéndonos no es tanta la presión ya que nos movemos en zigzag por las calles, pero cuando creo que por fin salimos de ellos más patrullas salen detrás de nosotros y a los lados. Esta vez ya no son simples policías si no los del FBI. Los reconozco desde lejos y Damien también lo hace porque aprieta los dientes y golpea el volante furibundo.

No tiene que dar las ordenes porque sus muchachos sacan las armas pesadas de la parte de atrás y salen por las ventanas a disparar a quema ropa. Varios caen cuando miro hacia atrás. Se protegen bien cuando a nosotros también nos acribillan y vuelven a entrar cuando Damien hace movimientos bruscos.

Entramos a una zona desolada y los que vienen de atrás se acercan cada vez más. Pero no estamos solos. De entre los árboles que se cruzan en nuestro camino: salen hombres de negro en motos y comienzan a dispararle a los agentes. No sé quiénes son esta gente, pero mientras impidan que me quiten la oportunidad de encontrarme con mis hijos todo está bien.

Nos acercamos a una pista y una de las patrullas del FBI se acerca a nosotros, lo noto cuando miro por el retrovisor y lo que más me aterra es que en ella se encuentra Michael que saca el cuerpo para disparar contra los hombres de Alexey.

Damien parece sobreexcitado al darse cuenta de quien es que dispara y lanza una orden que me hiela en mi sitio.

—Termina de acabar con ese hijo de puta.

Uno de los gorilas rubios se relame el labio y asiente moviéndose para sacar una mini basuca.

—Sera un placer bolar en pedazos a esos hijos de papi y mami.

—¡No!

Intento moverme para impedirlo, pero me inmovilizan contra el asiento.

—Defender a su amante en este momento no es conveniente, señora—me gruñe el que me retiene y le escupo asqueada por todo lo acontecido en las últimas 24 horas.

No parece importarle porque ni siquiera se molesta en limpiarse la cara.

Sacan el misil y me tapo los ojos para no ver como el único hombre que todo este tiempo me ha ayudado para mantenerme de pie y lograr sacar a mis hijos adelante; es asesinado por los hombres del ser que amo y que más odio por no poder simplemente dejarme salir adelante sin tener que estar retenida por sus malditas condenas infernales. Lloro en silencio al escuchar el impacto y la celebración de los monstruos sin corazón que por lo único que se preocupan es por ellos mismos y por su maldita organización.

Maldita sea la hora en la que acepte que Natalya se quedara conmigo. Lo que más me pesa es que dejarla o no entrar a mi vida no hubiese evitado este momento. Alexey no se iba a dejar rendir tan fácilmente y menos después de quedar humillado frente a su gente por una mujer que para ellos solo es un pedazo de carne para follar y parir. Se supone que las mujeres en su organización no piensan, no reclaman, aceptan lo que se le ofrece y demuestran que tienen madera para ser las mejores esposas trofeos y con las mejores caderas para parir. Pues al diablo con ellos porque antes me sometí porque quería encajar en el mundo mi cruel esposo, pero ahora me vale un rábano porque no me dejare controlar por pensamientos narcisistas que quedaron en el pasado donde no teníamos derecho a refutar y sentirnos más que nadie.

Se han equivocado conmigo.

En este momento creen que solo soy una mujer estúpida que meten en el jet privado que reconozco porque fue en el que viaje a San Francisco por mi padre y el mismo que nos llevó a la luna de miel que acabo todo. Piensan que ahora me tienen en sus manos para hacer lo que quieran conmigo y que me pisotearan como les dé la gana manipulándome con mis hijos. Pero les daré pelea, no me quedare callada para que el orgullo de personas que no saben todo lo que he tenido que pasar crezca y así poder vanagloriarse en que derribaron a la perra que entrego a su príncipe oscuro.

Peleare por hacerme respetar porque en este cuento no estoy dispuesta a seguir siendo caperucita.

Me abrochan el cinturón de mala gana antes de despegar y Damien se sienta frente a mi para restregarme su cara de juez. Se abrocha el cinturón y el avión despega alejándonos de todas las patrullas que llegan cuando ya estamos en el aire. Mi mirada se encuentra con la del hombre musculoso y francamente de actitud agresiva frente a mí. Veo su deseo de matarme, pero también el hecho de que si lo hace tendrá grandes problemas con su amigo.

—Tambien es un disgusto verte-le digo y me desabrocho el cinturón cuando vamos lejos en el aire.

Ladea la cabeza y apoya los ante brazos en su rodilla.

—Cuando te veía pensaba que eras una chica demasiado buena que había corrido con la mala suerte de cruzarse en el camino de un sanguinario como lo es Volkov. No por nada le llaman la Parca. Alexey es de los hombres más inteligentes que conozco y callo en tus redes de mojigata enamorada. Es muy admirable, te felicito—recibe el trago que la azafata que conocí antes le ofrece.

Admirable es ver que hasta ella me mira con asco y odio.

¿Qué puedo esperar de los padres de mi esposo?

No le respondo porque no tengo porque darle explicaciones y es repugnante ver como se lleva a la azafata a la parte de atrás para a los pocos segundos escuchar sus gemidos de perrita necesitada.

El vuelo se hace más tortuoso de lo que debía ser porque no se cansan de lanzarme miradas de odio y lanzar comentarios que, aunque no lo demuestro, me clavan estacas por dentro porque para esta gente cometí el peor de los crímenes y es algo que hasta el final de mis días pagare.

Tomo una respiración profunda cuando luego de las horas más largas de mi vida sobrevolamos el castillo Volkov y aterrizamos en la pista de aterrizaje personal de ellos.

Damien me toma del brazo bruscamente ejerciendo una fuerza demoledora y me trago el reproche cuando me hace bajar las escaleras a la fuerza sin darme oportunidad de valerme por mí misma. Se coloca unos lentes de sol y sonríe mirando a Mijaíl y Svetlana Volkov que se acercan a nosotros como los reyes del mundo que harán pagar a esta vil esclava.

—Bienvenida a tu calvario personal, muñeca.