Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 34

Antepenúltimo capítulo

Y aquí estamos para allá que para acá 😬

Disfruten el cap y déjenme sus comentarios 🤗

Willow

Mis ojos quieren salir de sus cuencas al ver el auto que hace que el nuestro se descarrié de la autopista chocando la parte de atrás y haciendo que mi cabeza rebote obteniendo un dolor punzante en el cuello y escuchando las maldiciones de mi acompañante.

Nadie sabe que estábamos aquí y nadie nos siguió. No entiendo como dieron con nosotros, pero estamos bajo ataque. Nadie vendrá a salvarnos. Esto fue una misión oculta que llevamos a espaldas de todo el mundo para hacer lo que se debía hacer y no estoy arrepentida. Ahora mismo mis padres y mis hijos se alejan de la locura que llamo mi vida y ese es mi único consuelo.

Están en buenas manos.

Humo sale de la capota del auto y un caliente horrible llena el interior. Desabrocho ni cinturón viendo que chócanos contra la valla de un solar lleno de maleza. Solo un auto está frente a nosotros y eso me consuela un poco. Si solo hay uno o dos hombres creo que podremos con ellos. Miro a David y su cara de horror se arruga mirando frente a nosotros.

Este tipo que nos está intimidando debe ser muy horrible porque nunca había visto a este hombre tan asustado, miro al frente buscando a nuestro asesino y mis vías respiratorias se aprietan al ver a la figura para frente a nosotros.

Es Mijail.

Destruido y con una expresión corporal nada agradable.

Tiene un bate en la mano y con él comienza a golpear el auto.

-¡Salgan de ahí, pendejos!

Asustada salgo antes de que las cosas se descontrolen aún más.

Levanto las manos para que vea que no soy una amenaza, aunque realmente la amenaza es él, para evitar más contienda. Deja el bate a un lado de su cuerpo y me mira derrotado con unas ojeras tan marcadas que nunca noté y un desarreglo en la ropa que nunca vi. Siempre fue un hombre prepotente e imponente que no se permitiría este tipo de cosas. Es en este punto en el que te das cuenta lo bajo que haz caído. Como llegas al poso de la incertidumbre en el que no sabes qué pasó sigue.

-Es lo mejor, no estaban seguros. Tú y yo lo sabemos-comienzo y me acerco de a poco-mis padres sabrán cuidarlos. Son personas normales que no llamarán la atención. Están en un lugar seguro y necesito que confíes en eso porque ahora mismo eres el que mantiene esta mierda en curso.

Se pasa una mano por el cabello alborotado y cuando estamos frente a frente noto que tiene un fuerte olor a Wisky.

-Solo quiero que mi familia regrese a la normalidad-dice y se derrumba entre mis brazos.

Es sencillo ver a alguien débil caer. Lo puedes ver una y otra y otra vez y no sorprenderte porque sabes que esa persona nunca dio para un reto que requiera más esfuerzo. Se cae y sigues con la misma cara de aburrimiento y ya ni te preguntas ¿hasta cuando? Sabes que seguirá cayéndose porque esa es su naturaleza. Y está bien. Todos tenemos formas diferentes de afrontar la vida.

¿Pero que es más doloroso que ver a un ser poderoso perder fuerzas entre los brazos de alguien que en este momento se siente insignificante? No sé cómo reaccionar más que abrazarlo y decir repetidas veces: todo volverá a la normalidad.

Todo volverá a la normalidad.

Todo volverá a la normalidad.

Todo volverá a la normalidad.

¿Que tanto tienes que mentir para que esa persona se tranquilice, se sienta segura y confiada?

Escucho el repiqueteo del bate cayendo al suelo y cierro los ojos sintiendo su cuerpo sacudirse por el dolor de no saber lo que sus hijos están pasando en este momento. Por tener la duda de si murieron o aún viven. Si el enemigo cogio fuerzas y ahora atacará tan fuerte que la pirámide caerá y quedará en el olvido.

Una de las características mercedes negras de los Volkov se detiene frente a nosotros y de ella salen los hombres que hacían guardia en la puerta cuando salimos hace unas horas. Me miran rencorosos pero, rápidamente se enfocan en su jefe quitándolo de mis brazos y llevándolo con ellos para protegerlo de la humillación que en este momento está sufriendo.

Le hago una seña a David para regresar al auto y seguir a los demás para volver al castillo.

Mi mirada se pierde en la vegetación a medida que avanzamos procesando lo que está pasando en este momento en mi vida. Mis hijos ahora están lejos y no sé nada de mi esposo. Mi corazón duele y no tarda una lagrima en rodar por mi mejilla. Me duele solo pensar en no volver a ver su cara seria y que no tengamos enfrentamientos en los que nos odiemos y a la vez queramos devorarnos.

Un sollozo se me escapa al recordar nuestra despedida.

-Una vez mas te lo repito. Cuida a nuestros hijos mientras no estoy. Haz hasta lo inimaginable para protegerlos y cuidate a ti también. De nada me vale ir a arrigesgar mi vida por ustedes si no siguen sobreviviendo. ¿Esta bien?

El auto se detiene frente al castillo y salgo disparada.

Necesito descansar la mente para poder seguir funcionando porque si no caeré en picada.

Hay muchos autos parqueados frente a la entrada.

Volvieron.

Es el primer pensamiento que llega a mi mente.

Corro sonriendo buscando entre todos los hombres a mi esposo en la sala de estar y me detengo de golpe al presenciar lo que tengo delante de mi. Me llevo una mano a la boca y ahogo un sollozo. Mis lagrimas comienza a correr desesperadas por mi rostro y comienzo a hiperventilar. Camino poco a poco acercándome a la escena y lloro con más fuerzas. Y solo me pregunto, ¿por qué no podemos salir ganadores sin tantas trabas que nos impiden ser felices de una maldita vez por todas?

Lev está tirado en el suelo con grandes quemaduras en los brazos mientras un enfermera lo cura y su mente se mantiene perdida. Mi cuñado, Anton, está lleno de humo y hematomas notables por todo el cuerpo. Una herida sangrante se dibuja en su frente. Nadie lo cura. Nadie se le acerca.

Pero no es lo que me llama la atención.

Lo que me hace caer de rodillas llorando desconsolada es ver a mi suegra en los brazos de su esposo borracho llorando a mares y sacudiendose mientras grita el nombre de mi esposo.

No está.

-¿Donde él está?-pienso en voz alta.

Me seco las lagrimas enojada por ser tan débil y no poder enfrentar las cosas con la valentía que antes de posar Rusia tenía.

Todos se mantiene en silencio.

Nadie me mira.

Nadie hace ningún intento por reconocer mi presencia.

-Pregunté, ¿donde...

-Lo tienen-Anton levanta la mirada del suelo y me mira directamente a los ojos con rencor-tienen a tu esposo secuestrado, Willow y no sabemos si lo volveremos a ver.

El aire se va de mis pulmones.

Todos los pajaritos que me había pintado desaparecen y el hogar feliz se cae frente a mi. Lo tienen, lo tienen, lo tienen.

-Dime cada detalle-la voz gruesa de Mijaíl retumba en las paredes.

Su hijo comienza a explicar desde que partieron hasta que pisaron tierra Italiana. Narra cómo pensaban que habían llegado a un trato a pesar de que de alguna manera todo olía a trampa. Eso es lo que sucede con Donato. Todo es una trampa y no sé cómo Alexey pudo caer tan rapido.

Me levanto no queriendo escuchar mas detalles y me voy a la cocina por un vaso de agua para pasar el trago amargo. Los árboles se sacuden afuera mientras el frío hasta dentro de la casa es insoportable. Abro la nevera y me echo un poco de agua en una copa.

El agua fría pasa por mi garganta y mientras me mantengo en un estado de neutralidad.

No sé qué me pasa pero mis emociones no están funcionando de forma normal.

El sonido del teléfono me hace salir de mi ensoñación y descuelgo sin ver el remitente.

No tengo que hablar.

Solo escucho su respiración y ya sé quién es.

-¿Mi amor?-pregunto con temor y otro sollozo se me escapa.

El aire vuelve a mis pulmones y trago saliva pesadamente.

-¡No hagas nada por estos hijos de puta!-su grito queda ahogado por un sonido eléctrico.

Conozco ese sonido. Unas cadenas se arrastran y solo puedo escuchar el golpe seco como si algo hubiese caído pesadamente en el suelo.

-Querida, gusto en volver a comunicarme contigo-la molesta voz de Donato D' Luca resuena en mis oídos-Como ya sabes, tengo a tu marido. Me estoy gozando en grande viendo cómo los niños tontos caen.

Ríe y lo único que pienso es que lo están torturando de la peor forma. Cuando estuve secuestra me derribaron de una y mil formas. Nunca fui enemiga de Donato. Alexey si. Más lagrimas empañan mi vista y sorbo la nariz.

-¡Ah! Pero no llores, cariño. Tengo tu solución-canturrea-Tengo a uno de mis hombres esperándote a dos calles del castillo. Lo único que tienes que hacer es ir con ellos y vienes a terminar de pagar la deuda que tienen conmigo o como toda mujer valiente que eres venir por tu cuenta sin abrir la boca siendo toda una heroina. De lo contrario, haré que tu familia y tus lindos hijos sean comida de tiburones.

No.

El sabe donde están.

-Evita que esas pobres almas se pierdan y ven a cumplir la promesa de hasta que la muerte los separe con tu flamante esposo y montate en el avión que te señalará uno de mis hombres cuando llegues al aeropuerto-dice con burla y con una sonrisa bailando en sus labios.

Puedo notar su diversión en todo esto.

No lo dudo ni un momento.

-Iré.

No pierdo tiempo y me escapo por el ventanal de la cocina. Me enfrento al frío arrasador y comienzo a correr colina abajo. En mis pensamientos solo está salvar a mi familia y llegar a donde está mi esposo. Salvar a mis padres que no tienen la culpa de la vida que elegí y que solo han hecho apoyarme desde un principio sin importar los riesgos que esta vida conllva, corro más rápido a pesar de que muchas veces me veo amenazada de comerme un árbol o caer rodando.

Corro por las calles de ciertas con el cabello tapándome la vista en medio de la oscuridad. Me sorprende lo rápido que llego a la calle principal y como el temor de que alguien pueda estar cerca y descubrirme o hacerme daño no está en mis venas. Camino por la orilla ni muy a la vista ni muy metida entre la oscuridad profunda que habita en el bosque. No ha pasado ni un auto. Sin embargo, no pierdo la esperanza. Sigo caminando a la espera de que alguien pase y se apiade de mi.

Las luces de un auto se ven a lo lejos y la esperanza de poder llegar al aeropuerto antes de que me atrapen crecen. Levanto las manos para que se detenga y sonrío falsamente acercándome a la ventana cuando se detiene frente a mi.

-Hola...

-Sube-la voz de Majaíl me sorprende.

No pregunto.

No digo ni una palabra.

El ambiente se mantiene tenso todo el camino y no soy capaz de romper el silencio.

El auto se detiene y cuando voy a decir una palabra él me detiene.

-Ya mi hijo ha hecho muchos sacrificios por ti. Ahora te toca defender a tu familia-dice y quita el seguro de la puerta-Ya mi avión te espera. Ahora no estás para poner condiciones, pero será mejor que te relajes un momento antes de llegar al hoyo del diablo. Él ya se comunicará contigo y te hará llegar a donde tienes que ir. Te esperan afuera para llevarte.

Asiento agradecida de que confíe en mi.

Sé que no tenemos probabilidades de volver y es por eso que lo abrazo recibiendo el último calor humano que tendré.

No pierdo el tiempo y me voy con el hombre que me hace una seña para que lo siga. Lo reconozco porque es uno de los que siempre estaba con un francotirador en el techo del castillo. Me lleva hasta el jet privado de la familia Volkov y me deja en uno de los asiento antes de perderse en la cabina del piloto.

La decisión había sido tomada. Me encontraba en un avión, volando hacia Italia para enfrentar al despiadado mafioso italiano que tenía a mi marido secuestrado. La incertidumbre y la mezcla de emociones invadían mi mente, pero sabía que no podía permitir que el miedo me paralizara. Mi amor por mi esposo y mi sed de pagar de una vez por toda esta estupida deuda me impulsaban a seguir adelante. Solo quiero que mi familia sea libre de una vez por toda.

A medida que el avión aterrizaba en suelo italiano, una sensación de determinación y peligro me envolvía. El país estaba plagado de secretos y corrupción y no me traía nada más que desgracias. Mi teléfono suena y reconozco el número de inmediato.

-Muy bien. Seguiste tus propios término, eso te lo permito. Ahora sal del puto jet y montante en el auto que te espera.

No pierdo el tiempo y salgo a cumplir con mi destino.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro