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Capítulo 21

¡Feliz navidaaaaadd!🎄
Que puedan disfrutar junto a sus familiares y allegados un montón, les quieroooo🫶🏽

Willow

Puede que mis planes no estén saliendo al cien por ciento como yo pensaba que serían.

Se suponía que luego de mi valiente y ardiente movimiento me iría de rositas a mi habitación para descansar al lado de mis dos Ángeles y dormiría plácidamente sabiendo que había arruinado los planes de mi esposo.

Pero, ahora, metida en la boca del lobo mis ideas se fueron al caño.

«Esta noche te parto»

Un escalofrío sube por mi columna recordando esa frase que me dijo cuando me tiró a su suave y delicioso colchón como si fuera nada. «Puedo con esto» me aliento. Solo tengo que decirle las cuantas palabras que se merece y arruinar cualquier idea de hacerme cosas perversas que pueda estar pasando por su mente macabra.

Sin embargo, cualquier cosa que estuviera planeando se va al caño porque este hombre tiene un objetivo y es no déjeme salir de esta habitación hasta que me devore como el león hambriento que es y que parece nunca terminar de saciarse.

-Vamos a ver qué tienes debajo de esto...-me levanta el dobladillo del vestido.

Es un... puto cretino.

-No eres nada caballeroso-le doy un manotazo rabioso y él me aparta con esa fuerza bruts que nunca usó conmigo pero que si sabía que tenía.

Envuelve sus dedos fuertes en mi brazo y me levanta dejándome de pie frente a su cuerpo fuerte e imponente que me hace sentí tan diminuta. Parece una pared indestructible e impenetrable, mientras que yo me debo ver como una ormiguita indefensa y manipulable frente a su actitud indomable.

-Eso está al final, muy al final, de mis muchas cualidades y lo sabes perfectamente. O ya debes de saberlo-una pequeña sonrisa socarrona se pinta en sus labio al decir lo último.

Intento darle una bofetada pero me detiene el brazo a tiempo y lo baja con brusquedad advirtiéndome con la mirada que ese no sería un buen movimiento de mi parte. Mi respiración se acelera cuando sus dedos bajan por mi cuello despacio mientras mira un punto fijo en mi cuello. Se humedece lentamente los labios con la lengua y sin previo aviso los pega a mi cuello chupando y besando con ahínco.

Me encontraba en medio de la habitación, envuelta en una mezcla de pasión y confusión. Mi mente se debatía entre el deseo de entregarme por completo y el miedo a las consecuencias de este encuentro. A pesar de la intensidad de nuestras miradas y el palpitar acelerado de mi corazón, algo en mí seguía gritando que debería alejarme, que esto no estaba bien.

Sus manos expertas recorrían mi piel con avidez, despertando sensaciones que no sabía que existían. Mi cuerpo respondía fogosamente a sus caricias, ansioso por dejarse llevar por el deseo. Pero en mi interior, las dudas se agolpaban, creando una tormenta interna que amenazaba con arrancarme de sus brazos.

Se alejó quitándose la chanquetes y luego procediendo a quitar lentamente botón por de la camisa blanca que componía su traje a la medida que debió de costarle una fortuna.

¿Qué pasaría después de esta noche? ¿Sería capaz de enfrentar las consecuencias de nuestros actos?

Mi cuerpo gritaba que debía dejarme llevar por este deseo abrasador que amenazaba seriamente con quitarme la cordura. Pero al mismo tiempo, una voz interior me susurraba que debía escapar de esta vorágine de pasión que amenazaba con destruirlo todo.

Por un lado, deseaba que esta historia de pasión que tuvimos en el pasado continuara, que él me tomara de la mano y me dijera que todo estaría bien aunque fuera mentira. Pero al mismo tiempo, anhelaba huir, encontrar la paz en la distancia y alejarme de los peligros que este encuentro traía consigo.

Para mí era imposible decidirme, atrapada entre la pasión y el miedo. Y mientras nos quedábamos allí, en el silencio de la noche, sabía que la única persona que podía tomar una decisión era yo misma. Era el momento de enfrentar mis miedos y decidir si seguiría entregándome a esta pasión desenfrenada o alejarme para proteger mi corazón y mi paz interior.

Las preguntas estaban aún allí ¿Debía entregarme por completo, dejar de lado mis miedos y disfrutar de este momento fugaz? ¿O debía poner fin a esto, antes de que se convierta en algo mucho más complicado de manejar?

El aire caliente y cargado de deseos se palpaba en cada rincón.

Él está ahí parado desnudándose mientras esperaba mi próximo movimiento y a pesar de que sabía que en algún momento, no muy cercano, podría arrepentirme no me detuve a pensarlo demasiado. Pase una de mis manos a mi espalda y con pura determinación baje la cremallera del hermoso vestido que cubre mi cuerpo. La tela cae delicadamente a mis pies y salgo de ella quedando solo en tacones y una tanga y sujetador negros.

Se termina por quitar el bóxer y yo no pierdo el tiempo y también me quito la ropa interior quedando con las dos mañosa cada lado de mi cuerpo mientras veía el suyo que parecía una escultura tallada por los dioses que con esos tatuajes sólo lo hacía ver aún más irresistible.

Mi cuerpo desnudo temblaba de anticipación mientras él se acercaba lentamente hacia mí, sus ojos llenos de pasión y deseo me miraban intensamente.

Sin pensarlo es veces nuestros labios se juntaron en un beso apasionado, fue como si el tiempo se detuviera a nuestro alrededor. Como si dos años no hubiesen pasado por encima de nosotros. Sus manos comenzaron a recorrer cada centímetro de mi piel, despertando sensaciones que vagamente conocía, pero que hasta ahora le doy rienda suelta. Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando sus dedos trazaron suavemente los contornos de mis curvas, enviando chispas de placer por todo mi ser.

El tacto de su piel contra la mía era eléctrico, cada roce producía una descarga de excitación que me hacía gemir y suplicar por más. Sus manos expertas acariciaban mi espalda, mi cuello, mis pechos, llevándome al borde del éxtasis una y otra vez.

Sus labios descendieron por mi cuerpo, dejando una estela de besos y mordiscos que me hicieron delirar de placer. Cuando llegó a mi coño sentí cómo mi excitación se elevaba a un nivel inimaginable. Sus labios y lengua exploraron cada parte de mi intimidad, encontrando los lugares más sensibles y haciéndome gemir en éxtasis absoluto.

No pude contenerme más y lo empujé hacia la cama, donde nuestros cuerpos se encontraron mezclándose apasionado. Me puse ahorcajadas encima de él y aunque claramente era el dominante y en su tacto duro en mi piel se mostró, esta noche me apetecía ser yo quien lo montara.

Ese tiempo sin sexo me tenía muy apretada y receptiva a cualquier toque por lo que levanté una pierna y dejé que se adentrara en mí lentamente, llenándome completamente con su bestial miembro. embriagándome con su presencia que muchas noches me vi deseando volver a tener a mi lado. Comienzo a subir de arriba abajo con premura cuidando de no hacerme daño pero también recibiendo y dándole el placer que quería.

Cada movimiento era una sinfonía de placer, nuestros cuerpos en perfecta armonía hasta que los rasgos de su cara se distorsionaron y me terminó por dejar debajo de su cuerpo. Sacó su polla de mi sensible centro y la entró bruscamente como si no hubiese notado ya que estaba muy apretada para aguantar su brutalidad.

«Aguántalo» solo por esta noche, Willow.

No le dije las cuantas palabras que se merecía y me dejé embriagar por el placer que me daba. Su ritmo aumentó pasando a frenético, cada embestida era más intensa y profunda que la anterior. Mis gemidos se mezclaban con los suyos mientras nos abandonábamos al placer desenfrenado. El sudor cubría nuestros cuerpos, nuestras respiraciones entrecortadas y nuestros ojos se encontraron en una mirada de éxtasis y complicidad que antes no me fijé que teníamos.

Recuerdos de nuestro primer encuentro sexual llegan a mi mente y trago saliva entrecortada cuando los malos quieren aflorar. Parece notar el cambio porque me chupa el labio y comienza a besarme y follarme como si se le fuera la vida en ello. Como si también quisiera borrar aquello que tanto nos dañó.

Alexey no es un hombre sentimental pero entiendo que hasta las rocas más duras llegan a quebrarse mínimamente en algún momento y entiendo que el hecho de no haber visto a sus hijos dar sus primeros pasos es algo que le choca.

No sentir su protección mientras los mellizos pateaban sin cesar mi vientre durante las madrugadas fue lo más demoledor para mí. Ese momento en el que recordaba la dura realidad en la que todo lo que sucedía era por mi culpa y que no lo volvería a ver. Esa tarde en la que aterricé en Alaska para ir a verlo lo que menos me imaginé es que volvería a estar envuelta en sus encantos nuevamente.

Deseando que seamos la estupida familia que tanto mi corazón gritaba por tener.

Finalmente, el clímax llegó con una explosión de emociones y deseos cumplidos. Nos abrazamos con fuerza, recuperando el aliento mientras nuestros cuerpos temblaban por la intensidad del momento vivido. Nos quedamos en silencio, sabiendo que ese encuentro había sido único y que jamás lo olvidaríamos por más que más adelante negaramos que este momento había ocurrido.

Mis ojo se encharcan de lagrimas cuando los efectos del orgasmo van pasando y no puedo contener mi bocota sentimental.

-Perdóname.

Se queda perplejo mirándome a los ojos por un momento y quiero darme un tiro en la cabeza al verlo tan fuera de lugar por primera desde que volvió. Fue una noche de desenfrenada, en la que descubrí el poder de entregarse por completo a un deseo compartido y no quería volver a sentirlo fuera de mi alcance.

Ninguna palabra tenía que ser dicha cuando se apartó de mí y con pasos rabiosos se tranco en el baño cerrando la puerta en el proceso.

Y hasta aquí llegaron nuestros cinco minutos de paz.

Salgo envuelta en una sábana ya que no me dio la gana de volver a ponerme el vestido y camino hasta mi habitación sintiéndome decaída pero a la vez satisfecha por no sentir ni un ápice de arrepentimiento por lo que había pasado en esa habitación.

El ruido de una televisión me hace detenerme frente a una de las tantas habitación de este castillo y no puedo apartar los ojos de la gran pantalla cuando presentan la foto de Michael mientes dicen lo que más me temía que pasaría cuando el infeliz de Alexey Volkov huyera.

-Hoy damos a conocer un terrible y triste acontecimiento y es que el mafioso ruso y ex prisionero de la Cárcel de máxima seguridad de Alaska ahora es prófugo y en su huida se llevó la vida de nuestro amado y honrado agente Michael Hudson. Un gran angente del FBI que se encargaba de darle justicia a los abandonados y que ahora descansa bajo tierra por culpa de una de las tantas plagas que circulan en este mundo. Y mi siguiente pregunta y la del pueblo es ¿Hasta cuando las injusticias?

Lagrimas de azufre ruedan por mis mejillas recordando la sonrisa de mi mejor amigo y corro hacia mi habitación encerrándome en ella y enfrentándome a la realidad de que él mismo hombre que amo es el mismo que destruye el mundo haciendo que todos lo odien.

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