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Willow

El vestido rojo se apretaba a mi cuerpo haciendo relucir las curvas que el embarazo hiceron crecer. Muevo suavemente la copa de whisky que vine a robar del despacho de mi querido y desgraciado esposo y le doy un trago mirando a todas las personas que llegan en autos caros y con las mejores ropas.

La noche estaba llena de elegancia y misterio. Los jardines estaban engalanados con luces tenues que iluminaban el camino hacia el castillo, mientras la música de fondo creaba una atmósfera llena de intriga y sofisticación que podia persivir desde aqui. A pesar de que no habia bajado para enfrentarme a los invitados, me encontraba fascinada por el ambiente, pero al mismo tiempo, cautelosa.

La Bratva era conocida por su influencia en el mundo criminal, pero había decidido hacer notar mi presencia por razones que pronto seran reveladas. Mientras me cambiaba entendi que unque no era parte de su organización, estaba muy interesada en conocer más acerca de ellos y su estilo de vida y para eso debia dejar los estupidoz prejuicios que hasta ahora me habian dado ningun provecho.

Dejo la copa con la marca de mis labios rojos encima del escritorio y salgo del despacho sintiendome lista para entrar al juego. Al llegar al primer piso, mientras recorría los salones, me fijaba en invitados algunos reconocibles por su papel en el bajo mundo, mientras que otros parecían personas comunes y corrientes, pero con un aire de misterio a su alrededor. Conversaciones en voz baja, miradas furtivas y sonrisas enigmáticas llenaban el ambiente, creando una sensación de complicidad entre todos los presentes.

La música se intensificaba a medida que avanzaba entre los pasillos hasta la sala de estar, y la pista de baile se llenó de parejas que se movían al ritmo de la música en perfecta armonía. Los trajes elegantes y los vestidos de gala eran el estándar de vestimenta, pero también se podían ver algunos toques del estilo ruso, como chales de piel y joyas llamativas.

A medida de que iba obervando y escarbando parada en una esquina, me di cuenta de que estos hombres y mujeres no solo eran criminales, sino que también compartían un fuerte sentido de lealtad y camaradería entre ellos.

Pude ver cómo se cuidaban mutuamente, y aunque estaban envueltos en un mundo peligroso, parecían estar unidos por lazos más fuertes que los del simple negocio. Eran una familia, una familia extendida que se apoyaba en los momentos difíciles y celebraba juntos en ocasiones especiales como esta fiesta en la que le daban la bienvenida a su principe.

Le robé una copa a uno de los camareros y me fijé en que la familia Volkov está dispersa por el salón hablando y riendo con los presentes. No me perdí la mirada de Reina Muller a lo lejos y la sonricita come mierda mientras levantaba la copa brindando.

No perdi el tiempo e hice lo mismo.

Mi mirada busco a mi objetivo y cuando di con él me sentí sumamente satisfecha por ver que mis planes estaban dando frutos. La multitud se agolpaba alrededor de Alexey, muchos rostros vagamente conocidos de la fiesta donde fui presentada, hombres y mujeres que habían compartido el mismo destino en prisión al parecer por lo poco que puedo escuchar desde aquí.

Los meseros iban de un lado a otro sirviendo finos licores y cocteles exquisitos. La comida también era abundante, desde aperitivos gourmet hasta platos principales de alta cocina. Los miembros de la Bratva se movían entre los invitados, asegurándose de que todos estuvieran cómodos y disfrutaran de la velada.

A medida que avanzaba la noche, los brindis y los discursos de los líderes de la Bratva se sucedían, reafirmando los valores que la organización representaba.

Me moví hasta la pista improvisada dandole inicio a este juego y comencé a mover mi cuerpo suavemente sin apartar la mirada de mi obejtivo que pronto hizo lo que yo esparaba. Descuidó su conversación y fijó los ojos en mi sin poder tener opción de liberarse de lo que mi cuerpo le predicaba. Cuando salí del tiempo de parto no solo me dedique a aprender defensa personal, sino que tambien tomé clases de baile, cocina y ruso.

Mira los movimientos que hago con mi cadera y no me pierdo como su rostro se tensa y sus ojos se oscurecen.

Comienza a caminar hacia mi y ¡bingo señores!

Me toma fuertemente de la cadera y yo le rodeo el cuello con mis brazos.

-Buenas noches, Malish-le susurro.

-¿A qué juegas?-me hace la misma pregunta que mas temprano yo le hice a él.

-No sé de qué estas hablando-le digo fingiendo ser inocente.

-Sabes perfectamente, maldición, si se te ocurre arruinar esto Willow...

Sus palabras son cortadas cuando nuestros labios en un beso arrazador.

Muevo los labios contra los suyos mientras cuelo mi lengua entre sus dientes y aunque al principio se resiste, cae. Mientras mi beso es apasionado, el suyo es devastador. Quisera decir que yo tengo la batuta en este momento, pero no es así. Sus labios me devoran como todo un experto y su mano escurridiza me aprieta el cuelo. Así es que tiene que estar, con su mujer y no con otras que con "buenas" intenciones quieren tomar mi lugar.

-Aquí es donde tienes que estar-murmuro contra sus labios

Se separa cuando intento volver a besarlo y me mira a los ojos escudirñando lo que ya los dos sabemos.

-¿Acaso, y soy lo putamente claro, tu tienes que ver con que Pamela no esté aquí en este momento?-inquiere entre dientes.

A pesar de que se enceuntra muy enojado no pierde los papeles. Sabe que esta es su oportunidad para esclar y quedar como el mejor y por una rabieta no puede arruinarlo.

-Yo no he hecho nada, mi amor-le digo sonriendo con ironia.

Si creía que podia hacer lo que quisera conmigo estaba muy equivocado.

Fue esta mañana donde calculé mis movimientos. O me rendía dejando que presentara a Pamela como su nueva pareja ante la organización o hacía lo que tenía que hacer de una buena vez. Para grandes contiendas buenos aliados. Puede que Natalya haya tenido un poco que ver con que la buena Pamela en este momento se encuentre encerrada en la mazmorra que se encuentra en el zotano.

Puede que muchos, por no decir todos, aquí me odien. Pero es algo a lo que de una u otra forma tengo que acostumbrarme y con lo que tendre que lidear siempre no importa en que posicion este. Puede que se vea debil ante algunos por "volver" con la loca que lo entrego al FBI pero esto no es por gusto, sino porque tenia que obligar a la situaciona que se viera como que no importa lo que se presente porque yo siempre sere la mujer de Alexey Volkov pase lo que pase.

El pensaba dezplazarme como si nunca hubiera existido y eso es algo que no me iba a permitir.

Puede que por ahora tenga un poco de su protección, pero inmediatamente su gracia se acabe quedaria desproteegida ante cualquiera. Mis hijso no seria respetados porque se recordaria que fueron paridos por una amdre cobarde. Prefiero estar del lado de lo que antes llamaba malo y tener un poco de paz junto a mis hijos, que tener la duda de ¿Y si?...

Si tengo que seguir siendo la mala del cuento, ¿por que no hacerlo desde una buena posicion?

-Antes muerta que ser combertida en un borron-le guiño el ojo y me aparto cuando la musica termina para ponerme al lado de mi cuñada que me revibe con una copa.

No se muestra descolocado, sino que se endereza la corbata y continúa conversando con los invitados interesados en su regreso.

La fiesta continuó hasta altas horas de la madrugada, sin perder un ápice de energía ni de emoción. En ese momento, me di cuenta de que mi vida había cambiado para siempre, y estar en esta casa, celebrando el regreso de mi esposo, era el comienzo de una nueva etapa llena de desafíos y oportunidades.

La música en vivo resonaba por todo el lugar, interpretada por una orquesta de renombre. Los acordes elegantes llenaban el aire, creando un ambiente sofisticado y festivo. Brindis tras brindis se llevaron a cabo, con los líderes expresando su lealtad y admiración hacia el príncipe mafioso.

Las palabras pronunciadas eran llenas de respeto, destacando su valentía y sabiduría mientras estuvo encarcelado y reafirmando su posición como líder indiscutible de la organización. Las conversaciones fluían entre los invitados, narrando viejas historias de la Bratva y compartiendo experiencias personales.

A medida que la fiesta llegaba a su fin, Alexey tomo la palabra y agradeció a todos los presentes por su apoyo y lealtad durante su tiempo en prisión. Prometió liderar a la Bratva con aún más fuerza y determinación, asegurando un futuro próspero y seguro para todos.

La familia Volkov despiden a los invitados e inmediatamente las puertas se cierran soy tomada del brazo por un muy, muy enojado Alexey que comienza a llevarme escaleras arriba como si no lleavra unos tacones mortales con los que me puedo partir el pescuso.

-¡Bien jugado, nuera!-escucho la voz de mi suegro pero ni siquiera puedo mirar atras porque el cavernicola no me lo permite.

Pasamos por la puerta de mi habitacion e imagino que ya mis hijos estan en el quito sueño. Si se lo permites amanecen despiertos y es por eso que le deje dicho muy estrictamente a la sirviente que se quedo a cuidarlos que por mas que lloraran que los durmiera.

La bestia que tengo como esposo abre la puerta de su oscura habitación y soy tirada bruscamente a la cama. Se quita la corbata rabioso y me mira con esos ojos que me queman la piel de mil maneras.

-Esta noche te parto.