Lucifer y Lilith antes de ser arrojados al portal que los llevaba al infierno, intentaron con todas sus fuerzas para recuperar a sus hijos pequeños, pero fue inevitable que los recuperaran, Lucifer fue apuñalado con dagas celestiales de ángeles superiores dejándolo mal herido, mientras que Lilith intentaba liberarse del agarre de 2 ángeles. Cuando los ángeles bajaron su guardia. Lilith aprovecho para ir por sus hijos que fueron sujetos por un ángel...

Pero para su mala suerte fue agarrada antes de que pudiera tomar la mano de su hijo, otro ángel agarro a Lucifer, los padres siendo alejados de sus hijos

¡Astrophel, Dánica! – gritaron ambos padres para ser arrojados al infierno.

Lucifer y Lilith caían a una velocidad que no tardarían en caer al suelo. Lucifer aun con sus alas abiertas se puso enfrente de su amada para mirarla a los ojos mientras ella derramaba lágrimas de tristeza, su amado puso su mano sobre la cabeza de su amada. Lucifer puso la cabeza de su amada contra su pecho para evitar que ella sufriera daños. Lilith se aferró a Lucifer igual él se aferro a su amada, cerrando fuertemente los ojos para estrellarse contra el suelo. La pareja cayo inconsciente por un rato.

Pasaron varias horas hasta que ambos despertaron, se levantaron del suelo miraron todo a su alrededor, se dieron cuenta de que ya no estaban en aquella ciudad dorada que la rodeaban con nubes blancas y un cielo azul despejado. Lo único que encontraban a su alrededor. Era un lugar desértico, el cielo era un rojo intenso como la sangre, sin ninguna nube. Lucifer guardo sus alas, la pareja al conectar sus ojos no pudieron resistir se acercaron para abrazarse mientras derramaban lágrimas de dolor, mientras se abrazaban, se sentaban de rodillas en suelo para desahogarse era la primera vez que eran separados de sus hijos. Los dos se separaron para verse

-¿Estás bien amada mía? – pregunto Lucifer preocupado por su amada llorando 

-Sí, si estoy bien mi amado, tus heridas querido-dijo Lilith tocando una de las heridas de su esposo mientras lloraba

-Tranquila querida. Estoy bien, todavía puedo curar mis heridas-dijo Lucifer para curarse

La pareja miro por todas partes para ver si había sido un sueño de que les hayan quitado a sus amados hijos, pero por desgracia de ellos...no era un sueño.

-Mis hijos...mis hijos-dijo Lilith llorando más

-Tranquila amor mío, los vamos a recuperar, ya lo veras-dijo Lucifer poniendo su mano sobre la mejilla de su amada

-¿Cómo Lucifer? No sabemos como llegaremos al Cielo. Recuerda que Astrophel y Dánica son unos niños pequeños y más Dánica que aún es una bebé recién nacida. No sabemos que les harán los Ángeles y Serafines allá arriba-dijo Lilith llorando

-Tranquila amada mía, solo hay dos personas que podrán cuidar de nuestros hijos y sé que los defenderán a toda costa-dijo Lucifer secando sus lágrimas

-¿Quiénes? – pregunto Lilith con lágrimas en sus ojos

-Miguel y Azrael-dijo Lucifer

Lilith se sorprendió al escuchar esos nombres para luego recordar lo que Miguel y Lucifer enfrentándose en una batalla mientras que Azrael se quedaba ahí viendo en silencio

-¡¿Miguel y Azrael?! ¡Ellos va a matar a nuestros hijos Lucifer, tenemos que ir por ellos ahora! – grito Lilith desesperada

-Mi amor, mi amor, tranquila, te aseguro de que si en el Cielo hay alguien a quien le encargaría a nuestros hijos...serian ellos 2, por favor, confía en mi-dijo Lucifer tratando de calmar a su amada

-Mis hijos...no sabré que hacer sin ellos los quiero conmigo Lucifer-dijo Lilith llorando abrazando a su amado

-Yo también quiero a nuestros pequeños a nuestro lado querida. Veras que encontraremos la forma en que nuestros hijos volverán a estar con nosotros. Pero por el momento, hay que estar juntos, ¿está bien amor?-dijo Lucifer besando la frente de su esposa

La pareja vio un vórtice en el cielo dejando ver las puertas doradas en el cielo, a ambos se les ocurrió la misma idea. Lucifer extendió sus alas para poder volar para poder entrar al Cielo. Pero unas cadenas de oro aparecieron en sus muñecas y cuello que evitaban su entrada a su antiguo hogar. Entonces a Lucifer no le quedo de otra más que volver a bajar mirando a su amada. Algo cayo del Cielo alarmando a la pareja. El objeto cayo llamando la atención de ellos, Lilith lo tomo en sus manos, era una bola de cristal de comunicación con el cielo.

De pronto la bola de cristal empezó a iluminar dejando ver a Serenity y a los hermanos Arcángeles de Lucifer

-Serenity, ¿Qué es lo que quieres? – pregunto Lucifer enojado

-Calmado Lucifer, tus hermanos y yo llegamos a un acuerdo, lo queremos informar con ustedes. Si se niegan, no lo podrán hacer porque no hay opción-dijo Serenity con un tono serio

Lilith con mucho rencor en su cabeza aparecieron un par de cuernos color magenta

-Lilith, ¿Por qué tienes cuernos? – pregunto Lucifer preocupado

Lilith con sus manos toco la parte de su cabeza tocando sus cuernos mientras lloraba del dolor

-No lo sé. ¿Qué está pasando? Me duele mucho la cabeza. Querido tú también tienes cuernos-dijo Lilith un poco asustada y llorando por el dolor

-¿Qué? - Lucifer toco su cabeza también y lo mismo que su amada empezó a derramar lágrimas de dolor

-Escuchen lo que tenemos que decir Lu-dijo Miguel con una cara de tristeza al ver a la pareja en ese estado

-Te escuchamos Miguel...-dijo Lucifer tratando de soportar el dolor, pero fue interrumpido por Lilith

-¡¿Dónde están mis hijos Miguel?! ¡¿Qué les están haciendo?! – grito Lilith con enojo y sus ojos llenos de lágrimas y más po el dolor de su transformación

-T-Tranquila Lilith, los niños están bien, están en mi casa comiendo-dijo Miguel nervioso ante el grito de Lilith

Era de esperarse de una madre que fue separada de sus hijos preocuparse por sus hijos y gritando al saber si estaban bien y a salvo

-Escúchame Lucifer, como ustedes han sido expulsados al Infierno. A partir de hoy, ustedes serán los soberanos de todo el infierno. Pueden hacer lo que quieran en su nuevo hogar y reinado, es por eso que tu queridísima amada y tu tienen esa apariencia demoniaca-dijo Azrael sin importancia y serio

-Hermano Azrael, por favor, los llamamos para hablar bien y de un tema serio. Solo queríamos decirle que cómo los nuevos reyes de su hogar, podrán hacer lo que quieran con él. Y podrán venir al Cielo cada vez que nosotros los llamemos para una junta para los reinos podrán venir, pero no podrán ver a los niños-dijo Miguel un poco serio

-¿Qué va a pasar con mis hijos? ¿Dónde están? ¿Están bien? ¿Qué les hicieron? – pregunto Lilith preocupada

-Amada mía, por favor tranquila, deja que ellos terminen de hablar, ¿sí? – dijo Lucifer tratando de calamar a su amada

-¿Cómo me pides calma Lucifer? Mis hijos deben estar asustados sin nosotros, te sigo recordando que Astrophel y Dánica son muy pequeños-dijo Lilith frotando sus manos mostrando su nerviosismo

-Tranquila mi amada Lilith, veras que nuestros hijos volverán a estar con nosotros muy pronto-dijo Lucifer poniendo su mano en el hombre de su amada

-Me temo que eso no será posible-dijo Serenity

-¿Por qué no? – pregunto Lucifer mirando seriamente a Serenity

-Por que sus hijos ya no les pertenecen, perdieron todo el derecho a ellos cuando ustedes cometieron su pecado ahora sus hijos le pertenecen al Cielo y jamás los verán -dijo Serenity seria

-¡Eres un maltita Serenity! ¡¿Estás diciendo que no veremos nunca más a nuestros hijos?! – grito Lilith

-Exactamente, es lo que quiero decir-dijo Serenity seria

-Calmados todos, lo que les queremos decir es que yo me hare cargo en cuidar a los niños. Se que no me lo merezco en la forma en que me enfrente a mi hermano menor. Pero también...quiero ayudar a mis sobrinos, y sé que estarán seguros conmigo y con Azrael. Les doy mi palabra que nada malo les va a pasar mientras estén bajo mi cuidado-dijo Miguel serio poniendo su mano en su corazón

Lilith estaba a punto de decir que no, pero Lucifer lo interrumpió

-Está bien Miguel, Azrael confió en ustedes para que cuiden y protejan a nuestros hijos-dijo Lucifer con una mirada seria combinada con una triste

-De acuerdo. Gracias hermano por darme esta oportunidad...-dijo Miguel, pero vio que Lucifer alzo su mano para que él pudiera hablar

-Pero mi condición es que le cuentes a nuestros hijos, la verdadera historia de nosotros, de como nos enamoramos mi amada y yo y del porque nosotros terminamos aquí. Por culpa de ustedes los del Cielo-dijo Lucifer recalcando lo último sorprendiendo a los 3 seres del cielo

-¿Qué quieres decir Lucifer? – pregunto Azrael un poco serio

-Quiero decir que uno de ustedes les dirá a nuestros hijos cuando crezcan les contaran nuestra historia, y el porque fuimos separados de nosotros-dijo Lucifer mirándolos serios

-Está bien Lucifer, aceptamos que le diremos a sus hijos su historia de como se conocieron, y como ustedes terminaron en este lugar-dijo Miguel serio

-También tengo una condición para ustedes. Que cada año, en el cumpleaños de nuestros hijos, que alguien del Cielo venga a recoger los regalos de cumpleaños que les queremos darles a nuestros hijos...y que...por favor todos los días sin falta enséñenos como están mis pequeños...su crecimiento, todo... -dijo Lilith apunto de llorar otra vez

Lucifer al notar esto abrazo a su amada fuertemente para que ella pudiera sacar todo su dolor

-No soportare...estar sin mis hijos...no soporto la idea de que nunca los volveré a ver ni abrazar-dijo Lilith llorando

-Amada mía, yo tampoco podre vivir sin ellos, porque ellos son el fruto de mi amor por ti, y me duele al verte sufrir así. Si nos hubieras escapado mucho tiempo del jardín, no nos hubieran separado de nuestros pequeños-dijo Lucifer con sus ojos llenos de lagrimas mientras abrazaba a su amada.

Los 2 Arcángeles no podían evitar sentirse tristes al ver lo que realmente estaban haciendo, separar a una familia que posiblemente no tengan la culpa, pero la condena de la pareja ya fue dará y no podían interferir en ese asunto. Mientras que Serenity disfrutaba verlos sufrir, ella sentía que la pareja tenían que pagar un precio por su error.

-Amor...piensa que le estamos dando un futuro a nuestros hijos de una manera, por qué...el Infierno no es lugar para unos pequeños niños. Y creo que en el Cielo estarán bien. Yo...preferiría que nuestros pequeños estén en el cielo con las únicas personas que los pueden cuidar. Aunque signifique no verlos-dijo Lucifer derramando lagrimas

-Lucifer...tienes razón...este lugar no es apropiado para nuestros hijos, aunque podamos protegerlos...no será lo mismo. Mis niños...-dijo Lilith para aceptar

-Una cosa más, como ustedes se convirtieron en demonios, sus hijos también lo hicieron, iré con Miguel para poderlos convertirlos en ángeles. Y no es opción, lo tienen que aceptar para que los niños puedan vivir aquí en el Cielo-dijo Serenity seria

Ambos padres ya habían tomado su decisión para proteger a sus hijos de un destino como el suyo. Así que Lucifer hablo

-Aceptamos que nuestros hijos se conviertan en ángeles para que puedan vivir tranquilos en el Cielo, siempre y cuando respeten nuestras condiciones que les acabamos de dar-dijo Lucifer serio

-Jajaja Lucifer, se ve que desconfías de nosotros aun con lo que acabamos de decir-dijo Azrael con una sonrisa

-No te confundas Azrael, solamente desconfió de Serenity, además por que ella fue la primera en causar todo este asunto-dijo Lucifer mirando a la Serafín a través la esfera de cristal

-Está bien, si es lo que quieres escuchar de mí, lo haré, respetare las indicaciones que ustedes dicen-dijo Serenity seria

-Muy bien. Les prometo que van a recibir noticias de sus hijos muy pronto, se los prometo. Pero antes les diré algo. Esta esfera de cristal la pondrán en un cuarto del castillo que les mande hacer debe aparecer ahora. Escojan un cuarto y esta esfera que tienen en sus manos crecerá y en ese cuarto donde pondrán la esfera. Guardara los recuerdos en unos pergaminos por fechas. Cuando abran uno de esos pergaminos, el recuerdo saldrá-dijo Miguel mirándolos con pena

-Una cosa más. Lilith, tú serás la Reina del Infierno, por lo cual uno de tus mayores poderes es el canto utilizaras el poder de tus canciones a tu voluntad. Lucifer, tú serás el Rey del Infierno, tus poderes los descubrirás con el paso del tiempo. Eso es todo lo que les quería decir por mi parte-dijo Serenity

-Gracias Miguel, por favor cuida mucho a mis hijos. Y que siempre sepan el significado de sus nombres ya que sus nombres son muy importantes para nosotros-dijo Lilith con sus ojos llenos de lágrimas

Lucifer la abraza para consolarla. Luego la comunicación se cortó dejándolos solos a media ciudad

-Mira Lilith. Este es el castillo que hablo Miguel, vamos a verlo y lo arreglaremos a nuestro modo, y construiremos nuestro reino como nosotros queremos, ¿está bien amor? – dijo Lucifer tomando su mano

- Como tu digas mi amado. Pero no podré evitar preocuparme por mis niños-dijo Lilith agachando la cabeza y su mirada

-Ya mi amor, al menos nosotros vamos a verlos, aunque sea por esta maldita esfera de cristal. Se que no será lo mismo querida. Te juro que cuando podamos ir al Cielo por esas reuniones de las que nos hablaron. Trataremos de reencontrarnos con nuestros pequeños, ¿sí? – dijo Lucifer con una sonrisa cálida

-Tienes razón querido, lo haremos-dijo Lilith para tomar la mano de su esposo

En el castillo de Lilith y Lucifer, entraron a ver como estaba decorado. Les gusto mucho la decoración del castillo, pero le cambiaron el color usando sus nuevos poderes. Apareciendo cosas, desasiéndose de otras cosas decorarlo a su gusto. Terminaron de decorar todo el castillo, fueron a escoger una habitación cómo les indico Miguel. Al momento de escoger una habitación, soltaron la esfera de cristal.

Las palabras de Miguel se cumplió toda la habitación se transformó en una biblioteca infinita en el centro de la habitación la esfera se hizo muy grande. Al momento en que la esfera se hizo grande empezó a brillar.

-Así que Miguel decía la verdad-dijo Lucifer viendo la esfera iluminándose tomando la mano de su amada

-Así es mi amado. No puedo esperar a ver a mis hijos-dijo Lilith apretando la mano de su amado mientras veía la esfera

Los 2 salieron de su nuevo hogar para construir su nueva ciudad de donde van a vivir en hoy en adelante, construyeron su nuevo hogar a su manera, sin que nadie les dijera que hacer y ellos no seguirían las ordenes de nadie.