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Sienna Lane

Arista de los Terrenos Prohibidos


Lo último que podía desear era una misión con urgencia. Necesitaba salir inmediatamente de la División Secreta. Sus actividades eran tan tediosas, y no podía exponerme demostrando mi eficiencia constantemente. Y con la presencia de Ernest Stewart y la falta de comunicación con Saomi y Mask, estaba volviéndome loca.

Había ingresado al terreno con una camioneta terrenal y mi traje.

La tarea no fue tan difícil, había encontrado todos los chips triturados y las cámaras rasgadas de tal forma, que parecía ser un animal bastante grande. Aproveché para revisar las cámaras secretas de Mask, estaban igual de destruidas.

—Demonios —acote.

Presioné mi auricular para comentarles sobre la situación al cuartel de vigilancia.

—Aquí, Sienna Lane.

—Adelante soldado —respondió alguien en la otra línea.

—Todos los chips han sido destruidos, las cámaras no podrán ser reparadas, sus circuitos están quemados y tienen una especie de ácido encima. Asumo que se debió de tratar de algún animal venenoso...

El ruido entre los arbustos llamó mi atención inmediatamente. Y preparé el arma que traía en manos, me puse a la defensiva, el animal podía estar rondando aún la zona.

—¿Soldado?

Me acerqué hacia los arbustos, sigilosa y rápidamente. Para mi fortuna, no había nada al otro lado.

—Todo bien.

Entonces, olvidé la regla número uno de Mask.

"Jamás debes darle la espalda a los peligros"

Un animal enorme me interceptó por las espaldas, aventándome contra un árbol.

—¿SOLDADO? —La persona en la otra línea también había escuchado el rugido de la bestia.

—Dame unos minutos —le respondí apenas audible.

Sentí el dolor de mis músculos contrayéndose por el golpe. Me puse de pie lo más rápido que pude, antes de que el animal se acercara a mí. Y entonces disparé.

Las primeras balas parecían ser un juego para el animal, él no se detenía, yo tampoco. Y tenía suficientes balas.

Las balas seguían cayendo, y la bestia seguía corriendo. Cuando creí que las cosas terminarían mal, el animal se rindió unos centímetros, cayendo sobre mi. Su peso era enorme, y un temor me invadió al pensar en lo que podría suceder si no lo quitaba de encima.

El casco podría sufrir un daño.

Junté toda mi fuerza para moverlo, y al conseguirlo, una de sus heridas se abrió justo frente a mi casco, derramando un liquido negro.

—Que asco —susurré.

Una luz roja me escaneó, y enseguida me volví a poner a la defensiva, apuntando hacía el responsable. Observé el dron a unos metros encima de mí.

Supuse que era la División Secreta.

—Eres asombrosa, Sienna Lane —reconocí la voz varonil de aquel hombre en el auricular—. Vuelva inmediatamente a las instalaciones. Hay más de esas bestias cerca del área.

—¿Ahora usted da las órdenes? —Pregunté algo fastidiada.

¿Qué hacía él allí?

—Podría decirse que sí. Vuelva ahora mismo o hará que mande a un grupo especializado a traerla de vuelta.

La forma de decirlo, la intimidad que reflejaba en solo una oración me hizo sentir cosquillas en el estómago.

Que asco, ahora soy tan patética.

—Me temo que tengo una misión, si me disculpa...

—Eres terca, al parecer. Bien.

—Tengo una misión.

—Soy consciente de ello. En este momento, el capitán Niall está de camino, liderando la protección de Mei Huang en una expedición. Puede cederle el resto de la búsqueda, así que le ordenó que regresé inmediatamente.

—Entiendo —acote amargamente y apagué el intercomunicador. —¡Maldita sea!

Me subí al vehículo y conduje de regreso a la arista del área. Si no obedezco, podré meterme en problemas.

De camino, estuve pensando en la falta de comunicación por parte de Mask.

¿Y si algo había sucedido? Ha pasado un rato desde la última vez que me escribieron. Quizá debo ir a buscarlos. Pero cuál será la mejor excusa para salir de la agencia sin levantar sospechas.

El ruido de los disparos a unos metros, llamó mi atención. Al principio pensé que se trataba de una jauría atacando al equipo del capitán Niall. Así que me apresuré a acercarme para ayudarlos. No obstante, era algo más.

Había dejado la camioneta a unos metros de distancia, y bajé a pie. Corrí lo más rápido que pude y me escondí detrás de un árbol para examinar la situación.

La sorpresa fue inmediata.

Los atacantes eran un grupo de uniformados blancos con armas extrañas. Más inteligentes que las que tenemos en nuestro poder.

Niall Bruce fue emboscado por cuatro soldados, evitando que pudiera acercarse a Mei Huang, y ella estaba inconsciente. Apunté en dirección a los soldados que retenían a Niall Bruce y disparé varias veces hasta verlos caer.

Luego, dirigí mis disparos a los que se llevaban a Mei Huang. Les dio tiempo suficiente para que los demás soldados del equipo de Niall pudieran poner a salvo a la científica.

Vi a algunos uniformados dirigiéndose a mi escondite, lo vi como una oportunidad para liquidarlos mientras revelaba mi presencia. Le clavé al más próximo una navaja que traía conmigo, en la pierna, rasgando su traje para exponerlo a la contaminación.

—¡Señorita, Lane, salga de ahí! —Nuevamente la voz de Ernest Stewart perforó mis oídos. Noté que el dron me había seguido.

Hice caso omiso y me acerqué al capitán Niall Bruce para apoyarlos contra el ataque.

Sin embargo, nosotros éramos pocos, y la misión de los uniformados era el secuestro de Mei Huang. Con la pérdida de varios de nuestros soldados, y con la científica aún dormida, fue más complicado llegar al vehículo que había escondido. Y quizá todo hubiera salido bien, si el cuartel de vigilancia hubiese enviado a más drones para neutralizar a la mayoría de los uniformados.

De un minuto a otro, éramos sólo seis soldados. Y cuando lograron asestar un golpe al capitán, lo suficiente para noquearlo, fue la oportunidad para los uniformados de llevarse a Mei.

Los otros soldados se quedaron para analizar la situación del capitán. Becka Davis y yo intentamos seguirlos, pero ella fue alcanzada por una bestia, distrayéndose de la misión actual.

Tuve que esquivar a otro animal, segura de que Becka Davis lograría lidiar con ellos. Y corrí lo más rápido que pude hacía los soldados, quienes tenían sus propios vehículos inteligentes.

Me puse en posición y disparé suficientes veces, logré herir a varios de ellos, haciéndolos caer uno por uno de las alturas mientras el vehículo tomaba vuelo. Para resaltar mi ego, presentía que lograría detenerlos.

Sin embargo, algo me atestó un golpe en el hombro, y todo se volvió negro.


° ° °


Lo último que recordaba era un fuerte dolor en la cabeza. Por instinto examiné el casco apenas recobré los sentidos. Sentí una sensación de alivio al encontrarme en buen estado.

Tardé unos minutos en visualizar todo lo que estaba frente a mis ojos. El capitán Niall estaba de pie, dándome la espalda mientras hablaba con alguien más. Lo que me sorprendió no fue la calma, sino qué, él no traía su traje puesto. Busqué mi arma, sin despegar la mirada del que suponía ser mi capitán. Con mi suerte a favor, el arma estaba cerca —lo tomé enseguida—, y cuidadosamente me puse de pie.

A un costado, identifiqué a Becka Davis, con el traje aún y desmayada.

Me acerqué sigilosamente y la examiné. Ella se encontraba bien. Solo bastó unos segundos para delatarme, cuando volví a dirigir mi atención al capitán, estaba mirándome.

Apunté mi arma hacía su cabeza.

—¿Qué ha sucedido? —Pregunté un poco histérica.

—Baje el arma, agente Lane —acotó el capitán—. Estamos a salvo.

Miré al hombre a su lado, un joven muchacho, no parecía más grande que yo. Visualicé un par de ojos oscuros, pelo amarillo y piel blanca como la leche. Desde mi perspectiva, parecía muy normal. Él tampoco llevaba un traje especial.

—¿Por qué...?

El capitán me enseñó un collar de oro. Conocía el significado del dije: una máscara negra. Él pertenecía a la misma agencia que yo.

—¿Desde cuándo?

Estaba asombrada y muy aturdida. Perdí la noción del tiempo por un momento y ya estaba descubriendo cosas que antes no sabía. Comenzaba a entender, porque mi hermana, era muy severa cuando se trataban de misiones peligrosas que ella no autorizaba.

—Pertenezco a Mask como tú. Llevo más tiempo de servicio que los demás. Cómo estás viendo ahora —se acerca y me quita el arma cuidadosamente—. Puedo respirar tranquilamente el aire de estos sitios.

—Es mortal —susurro.

—Claro que lo es. Es mortal para cualquiera, pero algunos tenemos la fortuna de sobrevivir a la radiación. Hemos caído en una trampa, Sienna.

—¿De qué se trata? ¿Por qué se llevaron a Mei Huang?

—¿Recuerdas la misión que te encomendaron? —Asiento—. Bueno, pues también era una trampa.

Esto era ridículo. Qué motivos habría para que yo estuviera involucrada en una trampa. Yo no soy especial, ni siquiera tengo información de vital importancia en mis manos.

—Usted me dio la orden —le recordé.

—Sí, así es. Pero no tenía otra opción si no quería revelar mi verdadera identidad.

—No comprendo, capitán.

—Hace unos meses perdí la comunicación con la agencia Mask —acotó—. Al mismo tiempo, fue la última vez que se reportó la coronel Lane.

Me resultó muy extraño que el capitán Niall Bruce se refiriera a ella como su superior. Mayor motivo para desconfiar de lo que sabía sobre Mask. Más secretos para acumular.

—¿Le sucedió algo? —Mi hermana, hace un buen rato que no he logrado contactarme con ella. Y estuve furiosa con todos por dejarme en la ignorancia.

—No estoy seguro de que sucedió. Pero ella ha desafiado a la agencia, se reportó que alguien puede estar infiltrado dentro de nuestras instalaciones. Y fue capaz de convencer al general a mandarte a la División Secreta...

—Espera un momento, ¿convencer? ¿El general Fredek? —Solté una carcajada—. Es ridículo. Ese hombre es más duro que una pared de acero.

Niall suspiró pesadamente.

—Así como yo, hay muchas personas que lograron sobrevivir a la radiación. Algunas poseen grandes habilidades como controlar la mente. La agencia es consciente de esto, y tenemos soldados con esas habilidades —guardó silencio por un segundo, pensando en qué decir—. Pero hemos sido traicionados.

—¿Por uno de esos agentes especiales? —Cuestioné secamente.

—Tal vez —me respondió el muchacho—. Aún no es seguro. La última misión que nos dio el general fue la evacuación de todos los inestables que residen en estos terrenos a las instalaciones preparadas por la agencia.

—Explíquenme desde el inicio. Estoy aturdida...




https://youtu.be/6Kfs-t3lCmo

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