Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2. IMPERFECT FOR YOU

Narra Ana

No puedo evitar seguir leyendo cada noticia en la que salimos nombrados Alexander y yo. ¿Cómo es posible que me hayan podido identificar tan rápido? No soy conocida, solo una redactora de los cientos que hay dentro del periódico. Tampoco es que haya ido a grandes eventos. Por lo que, las personas que han hecho los artículos y mandado la foto, han hecho muy bien su trabajo, porque han conseguido identificarme.

Paso las manos por mi cara, estresada, y me dejo caer en la cama. Vuelvo a agarrar el teléfono para mandarle un mensaje a Lilia y a Jake. Tienen que saber lo que está pasando.

Ana: Reunión de emergencia.

Aprovecho para ordenar la habitación mientras que espero a que me respondan. O, bueno, al menos uno de ellos. Sé muy bien que ahora están juntos. Por lo que, quién lo lea primero, se lo contará al otro.

Decido hacerme algo de comida, estoy hambrienta. Camino por el pasillo con tranquilidad, evitando pensar en todo lo que ha pasado en tan solo unas horas. Porque, si lo hago, me voy a volver loca.

No tardo en recibir un mensaje de mis mejores amigos.

Lilia: Estamos en tu casa en diez minutos.

Sonrío.

Me encanta cómo, sin decirles qué es lo que ocurre, vienen para ayudarme con lo que sea. Tengo a los mejores.

Lilia y Jake cumplen su palabra. Diez minutos después, justo cuando estoy terminando de cocinar, están llamando al timbre. Mi mejor amiga me dedica una amplia sonrisa en cuanto abro la puerta. Es la primera en acercarse para abrazarme con fuerza. Jake es el siguiente en venir a mí para darme un beso en la mejilla.

—Tienes que explicarnos muchas cosas, señorita —me amenaza.

Me hago a un lado para dejarles pasar. Jake alza el brazo para enseñarme una bolsa.

—Comida. —Sonríe.

—Siempre es bienvenida —bromeo.

—¿Dónde lo dejo?

—En la mesa —respondo.

Le adelanto para poder dirigirme hacia la cocina, donde Lilia se encuentra sacando los platos y cubiertos, para ayudarla. Cada vez que alguno de nosotros escribe en el grupo "reunión de emergencia", significa una larga charla acompañada de comida.

Nos sentamos después de colocar todo. Jake y Lilia me observan con fijeza, esperando a que hable.

—No estoy saliendo con Alexander. Lo que han filtrado es falso. —Comienzo.

Lilia me mira sin entender.

—¿No? Las imágenes parecen muy reales —cuestiona.

Paso una de las manos por la cara, agobiada por la situación.

—Lo son, pero no como lo han capturado. —Ella arruga el entrecejo, aún más confundida.

—Pero no se puede captar algo que no existe. O, al menos, no se ha dado.

Miro a Jake.

—¿Te acuerdas cuando te busqué después de intentar conseguir la entrevista con Alexander? —asiente—. Pues me rechazó de una manera muy maleducada. Ni siquiera pude terminar de hablar. Me dejó ahí, tirada.

Lilia, conforme voy hablando, su boca va formando una amplia O.

—Pero será... —comienza, pero se calla para dejar que siga hablando.

—Me enfadé. Y me coloqué enfrente de él. Empecé a echarle en cara la forma en la que me había tratado.

—Así me gusta. —Aplaude mi mejor amiga.

—¿Fue ahí cuando hicieron la foto? —pregunta Jake.

Asiento.

—Creo que sí. Ese fue el único momento donde estuvimos cara a cara —suspiro.

Mi mejor amigo me mira con extrañeza.

—Parece que querían buscar una noticia jugosa. Aprovecharon que te vieron cerca de él para inventarse la historia.

Resoplo.

—¿Y ahora qué hago? —cuestiono.

Como es obvio, nunca he vivido esta situación. ¿Qué se supone que tienes que hacer cuando te emparejan con un famoso deportista, con el que no mantienes contacto y, además, no te cae bien?

—Quizás deberías contactar con Alexander. Él puede saber que hacer, teniendo en cuenta que han divulgado una noticia falsa. Si se desmiente, el periódico podría quedar muy mal —comenta Lilia.

Solo de pensar que tengo que hablar con Alexander, se me quitan las ganas.

—No sé. Además, tengo que hablar también con mi jefe. Es muy seguro que él también ha leído esa noticia y ya esté al tanto. Va a pensar que le diré que Alexander va a aceptar hacer la entrevista. Y yo no sabré qué hacer. ¿Me quitará el ascenso si nada de esto es real? —hablo deprisa.

Lilia y Jake me miran como si estuviera delirando.

—Tranquila, Ana. No creo que haga eso. Sino, sería muy injusto que tomara esa decisión. Te mereces el ascenso más que nadie. Has trabajado mucho para conseguirlo. Creo que él lo tendrá en cuenta —me anima Jake.

—Eso espero —admito.

—¿Cuándo irás a hablar con tu jefe? —pregunta Lilia después de haber tomado otro trozo de comida de su plato.

—Creo que ya me esperaré hasta el lunes para hablar con él. Quiero ver si esto se calma un poco, pero no estoy muy segura de que eso vaya a pasar.

Lilia aprieta los labios y me mira con comprensión.

—Teniendo en cuenta que no se ha visto al famoso y atractivo... No te ofendas cariño —mira a su novio con una sonrisa a la vez que apoya su mano en su brazo. Él hace un gesto como si no le importara—. Alexander Jones con una chica hasta ahora, hace que sea una noticia muy jugosa y que llama la atención.

—Y, sinceramente, creo que no ha salido, en los medios de comunicación, con nadie excepto con una chica. Creo que era su ex novia, pero nadie sabe casi nada sobre su vida privada. Parece que sabe cuidar bien lo que hace y lo que no de las redes —agrega Jake.

Me mantengo en silencio, pensativa.

—Pues, entonces, antes del lunes va a desmentir todo esto. O eso espero.

Se encogen de hombros.

—Seguro que la prensa dejará de hablar de la supuesta relación amorosa que tienes con Alexander —me anima Lilia.

—Estaría bien, teniendo en cuenta que la relación que mantengo con él es, lo que viene siendo, completamente nula. Inexistente.

Cuando terminamos de comer y de recoger las cosas, camino hacia la habitación para arreglarme un poco para salir de compras. Han terminado por animarme a que saliera con ellos un rato.

Y lo agradezco.

Necesito despejarme un poco de todo lo que ha ocurrido en menos de veinticuatro horas. Hay algo que ronda mucho por mi cabeza desde esta mañana. Y es si la prensa me dejará tranquila, sin molestarme. Esa imagen me ha dejado en el punto de mira de todos. Me siento incómoda porque eso sea así.

Termino de subirme la falda vaquera y arreglo la camiseta negra para que esté bien puesta. Agarro una gorra y el bolso y salgo al encuentro de mis mejores amigos, quienes me esperan en la entrada, después de mirarme al espejo para comprobar que todo el atuendo está correcto.

—Ya está lista la reina de la casa y la dueña de mi corazón. —Lilia me guiña el ojo con ese falso coqueteo que destaca en nuestra amistad. Sonrío y le lanzo un beso—. Estás muy guapa.

—Gracias. Tu no te quedas atrás, ya lo sabes.

Jake suspira con exageración para hacer ver que sigue ahí.

—Ahora me siento como si yo fuera el soltero de esta relación. —Nos señala a los tres con dramatismo.

Suelto una carcajada.

—Venga, vamos. Tenemos una bonita tarde de compras.

—No sé cómo se me ocurre apuntarme a este plan —susurra él con pesar.

Le doy un par de palmadas en el hombro con falsa comprensión.

—Tienes que mantener contentas a tus chicas —responde su novia antes de acercarse a Jake para darle un beso.

Puedo ver desde aquí cómo él forma una sonrisa tonta en el rostro. Sus ojos brillan cuando mira a Lilia.

—Siempre.

Nos adentramos en el ascensor en cuanto éste llega en apenas unos segundos.

—¿A dónde teníais pensado ir? —pregunto cuando las puertas se cierran y comenzamos a bajar.

—Me gustaría ir dando un paseo hacia la calle de las tiendas y, allí, mirar tranquilamente por cada una de ellas. —Empieza a andar fuera del ascensor en cuanto llegamos a la primera planta.

—Me parece bien —acepto.

Jake me pone al día de las imágenes que terminó por elegir para mandar en el periodico, pero, antes de que me enseñe las que escogió, nos damos cuenta que Lilia se ha parado. Me doy cuenta que está mirando al exterior en silencio. Sigo su mirada.

—¿Qué diablos...? —murmuro cuando estamos a punto de llegar a la puerta para salir de mi edificio.

Fuera hay periodistas.

Demasiados.

¿Qué demonios está pasando?

Miro a mis amigos sin entender nada. Ellos tienen la misma expresión en la cara.

—¿Hay alguien importante que viva en este edificio? —cuestiona Jake, a mi lado.

Lilia mira al exterior antes de girarse para fijar sus ojos en los míos.

—No creo que sea por eso —termina diciendo.

—¿Y por quién sería...? —Jake hace una pausa antes de mirarme—. Oh —pronuncia, dándose cuenta a lo que su novia se refiere.

Alterno la mirada entre ambos, sin saber que hacer o decir.

—Lo siento, chicos. Parece que hoy no saldré de casa. —Suspiro, derrotada.

Lilia comienza a mover los dedos en forma de negación.

—De eso nada. No pienso dejar que todo ese grupo de periodistas consigan que te quedes aquí encerrada. O es por las buenas o será por las malas. —Camina con firmeza hacia la entrada.

No nos queda más remedio que seguirla.

—Lilia va a sacar su demonio interior si no te dejan tranquila por las buenas —susurra Jake.

Sonrío.

—Ya la conoces.

—Van a rodar cabezas. —No puedo evitar reírme por su comentario.

Terminamos pasando, con dificultad, entre los periodistas. Aunque, aún así, soy bombardeada de preguntas. Todas en relación con Alexander. Evito la mirada de cada uno de ellos, siento cómo todas las cámaras que hay, me están enfocando a mí. Me estoy agobiando.

Cuando logramos salir, aprieto más la gorra sobre mi cabeza para que pueda ocultarme lo máximo posible. No quiero volver a pasar por esto.

¿Es así cómo los famosos se sienten?

Solo de pensarlo hace que me de escalofríos.

No sé si podría vivir así. El tener cientos de ojos sobre mí en cada paso o cosa que hago.

Siento un alivio al pensar que pronto dejarán de estar interesada en mí.

──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

Salgo de casa después de agarrar el bolso que utilizo para llevar al trabajo. Tengo quince minutos para llegar a tiempo.

El fin de semana se ha pasado con rapidez, para mi desgracia. Por lo menos, he podido aprovechar para descansar y evitar a toda costa las redes sociales o, bueno, Internet en general. Lamentablemente, y cumpliendo mis mayores sospechas, el revuelo que se formó el viernes con la foto, aún sigue siendo de lo más leído. Por lo que la gente aprovecha para hacer más artículos y opiniones sobre nosotros. Lo odio.

Dejo en el asiento de copiloto el bolso antes de abrocharme el cinturón y arrancar el coche. Evito empezar el día con mal humor, por lo que subo el volumen de la radio y disfruto de la música que va sonando.

Tengo la suerte de vivir cerca del trabajo, por lo que no me demoro más de diez minutos en llegar. Me adentro en el parking privado del periódico. Aquí, en Nueva York, es casi imposible conseguir estacionar en las zonas que quieres. Casi siempre terminas aparcando más lejos de lo esperado y sale mejor ir andando. Es por eso que agradezco que mi periódico tenga un aparcamiento para las personas que trabajamos en él.

Inspiro hondo cuando me dirijo hacia el ascensor, pensando en qué decirle a mi jefe. Dentro de mí, tengo miedo de no conseguir la ascensión, porque me encantaría tener un puesto más alto en el periódico. Pero, por el momento, confiaré en la palabra de mis amigos.

Cuando las puertas se abren, salgo con decisión y camino hacia la zona donde yo trabajo. Casi todos están en sus puestos de trabajo. Me doy cuenta de todas las miradas, indiscretas o no, que me dedican.

Y es normal.

Entiendo que me miren porque, si yo estuviera en su lugar, también lo habría hecho. Aún así, es muy incómodo.

Paso de largo de donde yo suelo estar, para dirigirme hacia el despacho de mi superior. Este se encuentra al fondo, apartado de todos nosotros, y separado por una pared, como otra habitación.

Cuando quedo frente a la puerta, respiro hondo y doy un par de golpes. Espero, en silencio, hasta recibir su aprobación para que pueda pasar. Segundos después ya estoy abriendo para poder entrar.

—Buenos días —saludo.

Intento, en todo momento, que no se note mi nerviosismo. No quiero recibir un interrogatorio por su parte. Mi jefe alza la mirada de los papeles de su mesa, para observarme.

—Buenos días, Señorita Gómez. ¿Qué ocurre? Siéntese. —Vuelve a bajar la mirada hasta su mesa para volver a escribir algo que no llego a leer.

Camino hacia allí para poder colocarme en el asiento que queda frente a él. Le miro fijamente.

—Me gustaría tratar un tema importante contigo —comienzo, captando su atención.

—Tranquila, ya me he enterado. —Su rostro se mantiene serio en todo momento.

—¿En serio? Solo me gustaría saber sobre la ascensión y si... —Mi jefe me interrumpe cuando se levanta del asiento y, ahora, me dedica una amplia sonrisa.

—¡No te preocupes! ¿Cómo es que no me habías contado que él es tu pareja? —cuestiona, haciendo referencia a Alexander—. Gracias a eso, las cifras de lectores de nuestro periódico han crecido de forma considerable. Sobre todo en los artículos que tú has escrito. Es impresionante.

—Pero, yo es que no... —hace un gesto con la mano para quitar importancia a mis palabras.

—Supongo que él te habrá dicho que sí a la entrevista. Si pudieras decirle que me gustaría que viniera al periodico para hablar sobre ello, te estaría muy agradecido —me sonríe—. También he empezado a redactar el contrato para subirte de rango. Me gustaría que te especializaras como periodista para ir a los eventos que te vayamos proponiendo. ¿Qué te parece?

Me quedo en silencio, sin saber qué decir. Esto era lo que yo quería. Pero no puedo seguir algo que no es real. Él parece verme dudar, por lo que me dedica una sonrisa cordial.

—Deberías volver al trabajo. Te avisaré cuando esté listo tu nuevo contrato. Mientras, avísame con lo que sea sobre la entrevista con Alexander.

Termino asintiendo, abrumada.

¿En qué lío me estoy metiendo?

Mantengo la mirada fija en mi alrededor cuando me doy la vuelta para volver a mi puesto. Vuelvo a ser el centro de atención de mis compañeros, como si fuera una extraña y nunca me hubieran visto hasta ahora.

Me acomodo en la silla y mantengo mis ojos en la pantalla apagada del ordenador que tengo enfrente. No sé qué hacer. Paso las manos por las sienes para darme un leve masaje. ¿Cómo no he sido capaz de decírselo? Ahora acabo de empeorarlo más. Y, además, ni siquiera tengo ninguna forma de ponerme en contacto con Alexander o con su representante.

Todo va de mal a peor.

Y ni siquiera sé cómo remediarlo.

¿Debería ir, de nuevo, a su despacho para explicarle lo que realmente pasa? No creo que pueda enfadarse conmigo cuando no tengo la culpa de todo lo que ha ocurrido.

Un carraspeo consigue hacer que vuelva a la realidad.

—¿Todo bien?

Cuando alzo la mirada hacia el frente, veo cómo Rike, uno de mis compañeros de trabajo, me mira con curiosidad.

Asiento.

—Sí, tranquilo. Es solo que tengo muchas cosas encima y necesito pensar qué hacer.

—¿Tiene que ver con las noticias que te rodean desde el viernes? —Alza una ceja.

Aprieto los labios levemente.

—En parte.

—Debe ser raro que ahora estés en todos los artículos.

—Demasiado —confirmo.

—¿Cómo es que no sabía que tenías pareja? —cuestiona, apoyando sus brazos en la mesa, sin apartar la mirada de mí.

Me mantengo en silencio por un par de segundos

—Soy una mujer de secretos —termino diciendo.

No tengo la suficiente confianza con él para contar lo que realmente ha ocurrido.

Me sonríe.

—Al parecer, sí.

Termino la conversación cuando recibo una notificación en mi ordenador. Lo enciendo para, poco después, comprobar que me ha llegado un correo.

Le doy al mensaje y poder leerlo.

Mis ojos se deslizan por cada frase. Con cada párrafo que voy leyendo, mi corazón se va acelerando más y más. Me quedo quieta cuando termino de leerlo por completo. Lo leo un par de veces para comprobar que es cierto lo que pone.

Alexander y su representante quieren reunirse conmigo mañana.

Noto una presión en el estómago.

No sé qué va a ocurrir, pero consigue ponerme nerviosa por la expectación del qué pasará.

Y sé que no será para nada bueno. Estoy segura.


...................

Holaaa!!!!! Nuevo capítulo, ¿qué os ha parecido? 

Poco a poco se va desarrollando la historia y tengo mil ganas de escribir las interacciones de los protagonistas :)

Nos vemos el sábado que viene con un nuevo capítulo <3

(avances o actualizaciones de la novela lo podeis encontrar en mi instagram: teenagerwriter_)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro