17. WHY TRY
Narra Ana
Salimos del estadio con una amplia sonrisa. Los chicos lo han vuelto a hacer: han ganado el partido. Aunque estaba claro que lo iban a conseguir. Han trabajado mucho para conseguirse una nueva victoria. Se lo tienen bien merecido.
—Tenemos que ir a celebrarlo —comenta Jane con una sonrisita cuando nos sentamos en uno de los asientos del restaurante del hotel para cenar.
No tardo en girar mi cabeza para mirarla.
—¿Qué es lo que propones? —cuestiono, aunque me voy haciendo una idea de lo que quiere hacer.
—¿Nos vamos a algún pub? —suplica a la vez que une sus manos.
—No sé si... —respondo dubitativa.
—Por favor —alarga las vocales conforme habla para darle más drama.
—Está bien —termino cediendo, haciendo que Jane comience a aplaudir de la emoción.
—¡Genial! —chilla, contenta por mi decisión.
Ya que los chicos tienen que quedarse más tiempo por aquí, nosotras vamos a aprovechar para volver al hotel y descansar un poco en él antes de irnos a buscar pubs. Parece que mi reciente amiga tiene ganas. Se nota cual de nosotras es la más fiestera. Es decir, a mí me encanta, pero muy para de vez en cuando. Soy más de quedarme en casa que volver a ella de madrugada. Demasiado hogareña, a mi parecer, pero me encanta.
Media hora después de haber disfrutado de la cena, ambas nos despedimos en las puertas del ascensor antes de ir cada una a su planta correspondiente. Hemos quedado en media hora y yo aún tengo que ver qué es lo que he traído que me sirva para esta noche. Tampoco quiero ir muy desarreglada, pero no como he ido al partido.
Dejo las cosas encima de la cama y abro la maleta para inspeccionar toda la ropa. Debo de tener algo que me pueda servir ya que solo he traído ropa para usar de diario. Quizás pueda hacer una buena combinación con los botines que tengo guardados. Saco unos pantalones azules vaqueros cortos y una camiseta negra que llega por encima del ombligo y que hace un pequeño escote. Aunque esta abertura se hace más grande debido a mi volumen de pechos. Agarro también los zapatos y dejo todo a un lado de la cama.
Me adentro en el baño poco después para poder arreglarme un poco con lo que me guardé en el neceser.
Escucho que mi teléfono suena y cuando voy a por él veo que es Jane avisándome de que ya está lista. Termino de colocarme la ropa y abrocharme los botines y no tardo en salir de la habitación para ir a su encuentro. Cuando salgo del ascensor la encuentro en el vestíbulo, sentada en uno de los sillones y mirando el teléfono.
Conforme me voy acercando a ella, Jane levanta la mirada para observarme y me sonríe.
—Estás preciosa —me halaga al instante.
—Tú también —aseguro a la vez que recorro su atuendo.
Al igual que yo, ella también ha optado por pantalón vaquero corto, botines y una camiseta corta azul con el que lleva al descubierto sus hombros. Lleva algo de maquillaje que hace que resalten sus ojos y su pelo perfectamente arreglado.
—Las dos lo estamos —comenta con una sonrisita.
Ambas nos giramos cuando escuchamos un pequeño barullo fuera del hotel. Cuando nos miramos, las dos sabemos al instante el por qué. Los chicos acaban de llegar al hotel.
Jane me agarra de la mano y tira de mí. Cuando echo un vistazo al exterior, veo que no hay ningún periodista, para mi sorpresa. Uno a uno los chicos entran y nos van mirando de reojo a la vez que nos saludan conforme pasan por nuestro lado. Nos paramos cuando Levi y Alexander son los últimos en entrar. El primero de ambos es el que nos encuentran al momento. Cuando Alexander se da cuenta de que Levi ha cambiado el rumbo de su camino, alza la mirada. Al instante sus ojos chocan con los míos.
—¿A dónde vais tan guapas? —comenta Levi con una sonrisa sin apartar la mirada de Jane.
Ella no tarda en darle un rápido beso.
—Nos vamos a divertir un poco.
—Entonces quizás me pase luego —comenta.
—Claro. Vamos hablando —afirma Jane antes de mirarme para buscar mi aprobación.
No tardo en asentir.
—Te avisaremos de donde estemos para que puedas encontrarnos —aseguro.
Levi sonríe y asiente.
—Bueno, os dejo que vayáis a disfrutar. —Levi se gira para hacerle un breve movimiento con la mano a Alexander, quién este no apartado la vista de mí.
Trago saliva imperceptiblemente. Cortamos el contacto visual cuando nosotras salimos del hotel. Aun así, siento como ambos nos observan.
Tal y como Jane me ha dicho antes, hay un coche que nos está esperando para llevarnos a donde queramos. Jane ha estado investigando en el camino y no tarda en enseñarme la pantalla del teléfono. Pese que los bares y pubs no están todos en la misma calle, no se tarda mucho en llegar. Nos despedimos del chofer con una sonrisa cordial antes de girarnos y visualizar el primer bar.
—¿Lista para pasárnoslo bien? —cuestiona a la vez que me mira y comienza a subir y bajar sus cejas.
Suelto una pequeña carcajada ante su emoción.
—Te veo muy energética —comento con una sonrisita.
—Necesito bailar mucho con mi amiga —afirma con convicción.
—Las dos lo necesitamos —apoyo.
Jane me agarra de la mano antes de acercarnos hacia los guardias que custodian la puerta y los cuales nos piden la identificación. Un minuto después, ya estamos dentro. Mi amiga no tarda en arrastrarme hacia la barra para pedir la primera copa.
Suelto una pequeña carcajada cuando Jane camina y se gira hasta quedar frente a mí y comienza a bailar sin ningún tipo de pudor junto con las demás personas.
Y no tardo en unirme.
Nunca me he considerado una chica tímida, en general. No me gusta reprimirme, perder oportunidades o no hacer lo que quiera solo por tener vergüenza. La vida es muy corta como para preocuparnos por las opiniones de los demás cuando ellos están centrados en vivir la suya.
Perdemos la noción del tiempo entre bailes, risas y varias copas de alcohol. Ahora estoy muchísimo más relajada que hace un par de horas. La verdad es que lo necesitaba.
Suelto una pequeña carcajada cuando de repente Jane nos une a un grupo de chicas y chicos en tan solo unos segundos. No tardan en integrarnos y animarnos a meternos en el círculo para que bailemos. Momentos después dejamos que algunos de ellos nos reemplacen.
Y, como si de una energía que me atrajera con fuerza, giro la cabeza hacia la entrada. Allí se encuentran Levi y Alexander.
Me sorprende que este último esté aquí.
Doy un par de codazos con torpeza a Jane para señalarlos. Al instante, ella corretea como sus piernas (y el alcohol) le permite hacia los brazos de su novio. No tardo en seguirla.
—Vaya, parece que estáis a tope con la bebida —cuestiona Levi con una sonrisa sin cortar el abrazo con Jane.
—Para nada —respondo a la vez que me termino de golpe lo que queda en mi vaso.
Alexander no tarda en entrecerrar sus ojos en mi dirección ante mi gesto.
—¿No crees que ya has bebido mucho?
—¿Vas a ser tú quién me impida seguir? —respondo con otra pregunta.
Suspira y pasa la mano por su pelo como si estuviera invocando paciencia en esos instantes.
—Si veo que no te paras tú los pies, lo tendrá que hacer otra persona —replica.
Sé que tiene razón, pero no le voy a dar el gusto en decírselo.
Entrecierro los ojos sin dejar de mirarle y le tiendo el vaso, que agarra al instante, antes de comenzar a andar y perderme entre la multitud para bailar. No me interesa discutir ahora con lo bien que me lo estaba pasando.
Jane no tarda en encontrarme para unirse conmigo y bailar. Sé que Levi y Alexander estarán atentos a nosotras.
Pasan las canciones y yo comienzo a sentirme bastante cansada. Llevo sin parar de bailar desde hace unas horas. Los chicos no han tardado en unirse a nosotras, pero lo hacen con menos energía que Jane y yo. Camino hacia la barra para descansar un poco cuando veo que Levi y Jane han comenzado a bailar juntos. Los miro con una amplia sonrisa. Son una pareja muy bonita.
Alexander se mantiene todo el rato a mi lado, pero, a decir verdad, apenas hemos intercambiado palabra desde que llegaron.
—Quiero volver al hotel —le grito a Alexander cuando me giro para mirarlo. Necesito descansar un poco y el sueño poco a poco se está instalando dentro de mí.
Al momento, él coloca la mano en mi cintura cuando ve que me tambaleo. ¿Por qué lo hace? Tampoco es que esté taaan borracha como parece, ¿o sí? Bueno, da igual.
Alexander se acerca un momento a donde Jane y Levi se encuentran bailando para decirle algo a estos y señalarme. Ambos no tardan en asentir. Segundos después, su mano vuelve a colocarse en mi cintura para guiarme y dirigirme hacia la salida. Me percato de cómo los guardias le observan aún con sorpresa.
Sorprendentemente, veo que hay un coche que ya nos está esperando. ¿Será que ellos han avisado que se queden por aquí por si alguno de nosotros ya se quería ir de vuelta al hotel? Es bastante lógico su gesto. Alexander me abre la puerta para que pueda sentarme antes de rodear el coche y meterse por el otro lado.
Apoyo la cabeza en la ventanilla y cierro los ojos en cuanto el coche comienza a circular. Es un alivio que mis oídos no estén explotando por lo alta que estaba la música. Alexander no dice nada durante el trayecto al hotel y yo tampoco pongo de mi parte, así que genial.
Cuando llegamos a la entrada del hotel, soy la primera en abrir la puerta y, cuando salgo, me tambaleo un poco, pero no tardo en estabilizarme. Alexander no tarda en llegar a mi encuentro.
—Vamos. Intenta no matarte por el camino —comenta a la vez que me mira de reojo.
—Más te gustaría —murmuro, intentando pronunciar bien cada palabra.
—No lo creo. Me culparían a mí de tu muerte y me daría más mala fama de la que ya tenía antes —comenta y no puedo evitar empezar a reírme.
Alexander se me queda mirando fijamente cuando lo hago. Aparto la mirada, repentinamente nerviosa por su atención en mí.
Sin esperarle, me adentro en el hotel para llegar a la deseada habitación. Tengo demasiadas ganas de tumbarme en la cama y descansar. Estoy agotada por haber estado tantas horas de pie y bailando. Es matador.
Suspiro aliviada cuando las puertas del ascensor se abren y nos dejan en nuestra planta. Alexander se me adelanta y es él quién abre la puerta de nuestra habitación.
Nuestra habitación.
Suena extraño, a decir verdad, porque en realidad no hay nada que podamos llamar "nuestro".
En cuanto cierro la puerta, tengo una extraña sensación de querer quitarme ya la ropa. Camino hacia uno de los lados de la cama donde voy a dormir y no tardo en ir deshaciéndome del atuendo. Debería incomodarme que Alexander esté aquí, pero ¿sinceramente? Me da completamente igual.
Dejo amontonada la camiseta y el pantalón a un lado de la maleta. Mañana lo recogeré. Cuando alzo la mirada tras haberme puesto el pijama, me percato de que Alexander se ha quedado paralizado y en silencio y ahora me mira fijamente. ¿Qué pasa? ¿No había visto hasta ahora a una chica con pijama?
Veo como traga saliva.
—Dormiré en el sofá —asegura más para sí mismo que para mí antes de girarse y caminar hacia el sillón, ya desplegado para cumplir la función de cama.
No sé si es el alcohol lo que me hace más atrevida y habladora de lo normal lo que hace que pronuncie lo siguiente:
—¿Por qué? Hay espacio de sobra en la cama y haremos una pequeña muralla con cojines para tener distancia entre ambos. Los dos tenemos el mismo derecho a utilizarla —respondo con valentía.
Alexander se gira de golpe, como si le sorprendieran mis palabras. Aunque, en realidad, a mí me está pasando lo mismo. ¿Qué me pasa?
—No sé si... —cuestiona.
—No pasa nada, ¿o piensas que te voy a morder? —Alzo una ceja, impaciente.
Me mira fijamente, consiguiendo que me ponga nerviosa.
—No creas.
—¿Entonces? —cuestiono.
Me giro, dándole la espalda, para abrir uno de los lados de la sábana y poder meterme. Suspiro de alivio por lo suave y blanda que es.
—Nada.
Alexander se deshace de su camiseta y la deja perfectamente doblada a un lado, a diferencia de mí, y recoger los cojines del sofá para traerlos aquí.
Mentiría si dijera que no me he centrado nada más que en sus tatuajes y su pecho desnudo.
Terminamos haciendo una muralla entre nosotros, dejándonos espacio suficiente para que ambos estemos cómodos para dormir.
—Buenas noches —murmuro, a la vez que cierro los ojos.
—Buenas noches, Ana.
Y con el último recuerdo de su voz pronunciando mi nombre, me quedo dormida.
............................
Holaa!!!! Ya tenéis la doble actualización.
¿Qué os han parecido los dos capítulos?
A mí Alexander y Ana me están volviendo loca, ¿y a voostras?
Nos vemoss la semana que viene con nuevos capítulos <3
instagram: teenagerwriter_
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro