Narra Ana

Me doy un último repaso en el espejo antes de salir de casa. Jane y Levi me esperan abajo para ir al cine. Y la verdad, hacía tiempo que no me apetecía tanto hacer un plan como este. Tanto Levi como Jane me caen de maravilla y sé muy bien que hoy me lo voy a pasar genial con su compañía.

Jane es la primera que se percata de que estoy llegando al coche y no tarda en dedicarme una amplia sonrisa que al instante correspondo.

—Te veo alegre —comenta Levi, amigable.

—Me apetecía salir y tengo buena compañía.

Sonríe con arrogancia.

—La mejor de todas —afirma.

Sin demorarnos muchos más, Levi termina poniendo en marcha el coche en dirección al centro comercial.

—¿Vendrás la semana que viene al partido que hay fuera de casa? —me pregunta a la vez que me mira brevemente a través del espejo retrovisor.

Me encojo de hombros.

—No lo sé, supongo que sí.

Alexander no me ha dicho nada, así que no tengo ni la menor idea.

—¿Cómo llevas eso de ser la novia de Alexander? —pregunta Jane a la vez que se gira para mirarme.

—Ahora todo está un poco más tranquilo, pero hasta hace unos días era un poco incómodo tener la atención de las personas en ti —admito.

—Te entiendo, me pasó lo mismo al principio de la relación con él. —Señala con la cabeza a Levi—. Pero después de un tiempo, dejamos de ser perseguidos por la prensa a ese nivel. Claro que lo hacen ahora, pero con mucha menos intensidad.

Asiento. Sí que es cierto que ahora, a diferencia de los primeros días, han reducido su nivel de perseguirnos a cualquier que vayamos. Y la verdad, es un alivio.

—Me he percatado de que ya no son tan insistentes con nosotros, por suerte.

—¿Habéis establecido alguna fecha en específico para todo esto? —cuestiona Levi.

Niego levemente con la cabeza.

—Alexander apenas me ha dado detalles de esto, ya que fueron ellos quienes me lo propusieron. Debería preguntárselo —respondo, pensativa.

Ahora que me doy cuenta, sí que es verdad que no me han dado ninguna fecha en concreto. Y ahora que tengo asegurado mi puesto en el trabajo, en teoría yo no tendría ninguna razón más para seguir con esto. Aunque me temo que esto va a seguir adelante un tiempo más. Al menos hasta que, sea lo que sea que le ocurra a Alexander y que con esto le beneficie, termine.

—A parte de nosotros, ¿sabe alguien más lo que ocurre realmente entre los dos? — pregunta y no tardo en asentir.

—Mis dos mejores amigos. Me enteré por ellos de aquellas fotos que salieron el día siguiente de la gala donde nos conocimos —revelo.

—Me atrevería a decir que uno de ellos era el cámara que estaba junto a ti en la gala, ¿o me equivoco? Os vi muy unidos durante toda la noche. —Vaya, necesito para mí la memoria que tiene Levi. Me ayudaría mucho.

—Para nada, tienes toda la razón. Es uno de mis mejores amigos. Y además, el novio de mi mejor amiga.

—Seguro que hiciste de cupido —bromea Jane con una sonrisa.

—Sí, lo hice. Fue entretenido ver todo el proceso —aseguro, divertida.

Abro la puerta del coche cuando aparcamos en la zona menos transitada de la zona. Levi se coloca una gorra y unas gafas de sol y se pone entre medias de Jane y yo.

Me percato de que cuando empezamos a andar en dirección al cine, Levi manda un par de mensajes antes de mirarnos.

—Me acaba de decir que ya está por aquí.

Le miro arrugando el entrecejo, sin entender lo que quiere decir.

—¿Quién ya está por aquí? —cuestiono, confundida.

—Alexander —responde como si fuera obvio.

Siento un pequeño tirón en el pecho al escuchar su nombre. ¿Cómo es que el venía y yo no me he enterado? Miro a Jane, pero ella parece pensar lo mismo que yo.

—No sabía que Alexander iba a venir —comenta entonces.

—Yo tampoco. Se ha unido a última hora cuando le he dicho que estaba con vosotras dos yendo al cine —responde, encogiéndose de hombros.

—¿Ya está esperándonos en el cine? —cuestiono, aún confundida.

Levi asiente.

—Ha llegado hace cinco minutos.

Terminamos poniéndonos de nuevo en marcha para adentrarnos al centro comercial. Apenas me concentro en la conversación que están teniendo Jane y Levi porque mi mente está en otra cosa o, más bien, en una persona. Alexander. ¿Cómo es que se ha apuntado en el último momento?

No tardamos en llegar, puesto que está a unos minutos de donde nos encontramos. No sé por qué, pero siento como se comienza a formar un pequeño nudo en el estómago cuando veo a Alexander a unos metros de nosotros. Está apoyado en la pared, tapado con una gorra y revisando su teléfono.

—Él haciéndose el misterioso, como siempre —bromea Levi a mi lado.

Sonrío ampliamente por su comentario a la vez que Alexander parece percatarse de nuestra presencia y, al instante, posa sus ojos en mí. No aparto la mirada de él conforme nos terminamos de acercar a donde se encuentra.

Levi es el primero en saludar en Alexander, seguido de Jane, dejándome la última. Él termina acercándose a mí y, para mi sorpresa, posa la mano en mi cintura y se inclina para darme un casto beso en la mejilla. Al instante, me quedo paralizada y el corazón choca con mi pecho. No me lo esperaba.

—¿Vamos? —pregunta Levi.

Termino asintiendo, pero no aparto los ojos de Alexander. Él hace lo mismo que yo. Cuando me doy cuenta de que nos estamos mirando en silencio y sin hacer nada, carraspeo y me giro para poder seguir a Levi y Jane. Alexander no tarda en colocarse a mi lado para así caminar juntos hacia el interior del cine.

Nos demoramos alrededor de diez minutos para ponernos los cuatro de acuerdo para decidir qué película ver. Votamos por una de acción. Dejamos que los chicos se encarguen de tomar las bebidas mientras que nosotras llevamos las palomitas. Llevamos dos cajas grandes de ellas pera que así podamos compartir con Levi y Alexander.

Bajamos los pequeños escalones con cuidado de no tropezarnos cuando nos adentramos en la sala correspondiente. Jane se hace a un lado para que pueda pasar, muy seguida de cerca de Alexander, quedando yo en la esquina de la fila. Dejo entremedias de ambos el bote para que así él también pueda comer. Poco después me tiende mi bebida y lo dejo en el hueco que hay en el reposabrazos derecho.

Me inclino hacia delante para poder ver a nuestros acompañantes, puesto que con la altura y el volumen de Alexander es complicado hacerlo. En el proceso, mi brazo se encuentra con el suyo sin querer, lo que consigue que mi cuerpo se tense al instante. No sé qué me pasa hoy. Él me mira a los ojos brevemente antes de girar la cabeza para mirar a sus amigos, justo como ahora estoy haciendo yo.

—Me habéis dejado aislada —comento, divertida.

Alexander gira su cabeza para mirarme.

—Bueno, te ha dejado encerrada la mejor compañía que podrás tener.

Alzó ambas cejas, desafiante.

—¿La pared? —me burlo. Alexander pone los ojos en blanco.

—¿La pared es mejor compañía que yo? —Se inclina un poco más hacia mí, quedando mi rostro a unos centímetros del mío. Parece que la conversación ha quedado como algo entre los dos ya que veo de reojo como Jane y Levi se ponen a charlar entre ellos.

—Bueno... con ella no tengo que fingir algo que no somos y no es irritable conmigo. —Me acerco un poco más, sin intimidarme a su cercanía.

—Me irritas mucho —afirma con contundencia.

—Me alegra saber que mi trabajo está siendo bien hecho. —Le dedico una sonrisa, haciendo que él desvíe los ojos hacia el gesto.

—Además, aunque el trato no haya terminado aún, los dos sabemos que no estás tan disgustada con esto, aunque quieras disimular que sí. —Se acerca un poco más a mí y nos mantenemos la mirada—. ¿O me equivoco? —cuestiona con una sonrisa de suficiencia, lo que hace que me irrite aún más.

Apoyo la mano en su barbilla y hago una suave caricia a su rostro, consiguiendo que se tense suavemente, pero no pierde ni un segundo cada movimiento que hago. Nos mantenemos unos segundos en silencio, ambos algo alterados. O al menos, por mi parte.

—¿Seguro que soy yo la que finge estar disgustada y no tú? —cuestiono con suficiencia, devolviéndome la jugada que me hizo a mí la otra vez.

Retiro la mano y los ojos de él para tomar un par de palomitas, colocarme en el asiento y observar la gran pantalla como si nada. Aún sigo notando su mirada en mí, pero no caigo en la tentación de mirar la cara que se le ha quedado con mi movimiento.

Por fin empieza la película, así que, por lo menos durante dos horas, no seré el centro de atención de Alexander para que así no me devuelva mi jugada. Prefiero que se mantenga distraído.

No sé cuanto llevamos de película, pero casi estoy segura de que ya llevamos casi la mitad de ella; está bastante entretenida, la verdad. Sin apartar los ojos de la pantalla llevo la mano hacia el bote de palomitas para tomar un puñado de ellas, aunque mi objetivo se ve truncado cuando choco con otra mano; en concreto, la de Alexander. Ninguno de los dos se mueve y ambos nos giramos brevemente para observarnos. En silencio, nos mantenemos la mirada en el otro. Pasan varios segundos en el que, a decir verdad, me quedo bloqueada, hasta que Alexander me hace un pequeño gesto para que agarre yo primero las palomitas.

Me doy cuenta de que se me ha entrecortado la respiración cuando por fin rompemos el contacto entre nosotros. No digo nada, solo llevo las palomitas a mi boca y vuelvo a prestar atención a la película. Aunque, inevitablemente, ahora ya ha dejado de ser mi prioridad.

Maldita sea.

Las luces de la sala se encienden cuando la película finaliza. Levi y Jane se levantan al instante y empiezan a comentar con energía cada escena de ella. Me uno a la conversación sin pensarlo, dejando atrás a Alexander, quién nos escucha en silencio y creo que puede haber dos razones de esto: o bien no tiene nada que aportar o no le apetece hablar.

Cuando salimos, los dos alegan sobre que tienen que ir un momento al baño, por lo que me termino quedando a solas con Alexander. Apoyo mi cuerpo en la pared y miro a mi alrededor; apenas hay personas por aquí. El recuerdo de la conversación de antes y el pequeño incidente con nuestras manos aparece en mi mente. Observo de reojo a mi querido acompañante y novio. Este también mira a su alrededor, distraído, antes de girarse para colocarse frente a mí, fijando ahora sus ojos en los míos.

No digo nada, simplemente nos quedamos en silencio y esperamos a que Levi y Jane salgan.

—Te dejo directamente en casa, ¿verdad? —Asiento al instante.

—A no ser que me lleves de viaje por sorpresa o invites a este mujerón —me señalo de arriba a abajo, bromeando— a cenar, sí. Déjame en casa.

Alexander comienza a negar con la cabeza, pero le delata como se alza levemente la comisura de sus labios.

—No lo tenía pensado, por el momento. Tendrás que esperar a ese viaje el fin de semana que viene en el que vayamos a competir a otro estado. —Alzo ambas cejas, sorprendida.

¿Vayamos? ¿Voy a ir con él?

—Así que me vas a llevar contigo. ¿Después del partido me llevarás a una cita romántica y me presumirás delante de todos? —Subo y bajo las cejas con rapidez, molestándole.

Le observo con sorpresa cuando suelta una pequeña carcajada. ¿Alexander se ha reído de mi comentario? ¿Alexander no me está mostrando su lado gruñón? Creo que se me puede ver en el rostro lo mucho que me ha sorprendido su actitud ya que me mira con una ceja alzada, preguntándome qué es lo que me ocurre.

—Todo lo que tú quieras, princesa —me responde al instante.

Bueno... hay muchas cosas que la "princesa" quiere.

Ignoro la vocecita que quiere tomar fuerza en mi cabeza cuando veo que Jane y Levi se acercan a nosotros mientras que tontean entre ellos.

No puedo evitar volver a centrarme en Alexander, este mira a sus amigos con un brillo en los ojos. Se nota que los aprecia mucho, aunque parece empeñado en no demostrarlo.

Me percato de como su mano se dirige hacia mi cintura para hacerme andar. Parece que me he quedado quieta, en mi mundo, y se ha dado cuenta de ello. Mi corazón vuelve a dar un vuelco ante su gesto, lo que me deja mucho más confundida.

¿Qué me está pasando?

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Holaa!! ¿Qué tal el capítulo? jeje

Como enseñé en el adelanto, yo dije que iba a ser  un capítulo con algo de tensión entre ellos jejejeje

También quería decir que, siempre que pueda, a partir de ahora voy a actualizar el libro todos los martes y sábados, así teneis más dosis de estos dos

Nos vemos el sábado <3

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