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El vagabundo y la bruja

POV ZALGUS

Desperté en una camilla, sintiendo una punzada en cada parte de mi cuerpo. Al girar la cabeza, vi a Bayonetta sentada a mi lado, absorta en un libro de tapa negra. Cuando notó que la miraba, levantó la vista con una sonrisa burlona.

Bayonetta: "Ah, miren quién ha decidido despertarse. ¿Tuviste una buena siesta, pequeño demonio? Espero que no soñaras con derrotarme, eso sería un poco... patético."

Fruncí el ceño, intentando recordar la pelea. A pesar del dolor, no podía evitar sentir que su comentario era, como siempre, molesto.

Zalgus: "Claro, porque una paliza a manos de una 'bruja' es la mejor manera de dormir. ¿No tienes algo más productivo que hacer que molestarme?"

Bayonetta (encogiéndose de hombros): "Oh, querido, no te emociones. Estoy aquí por pura obligación. El padre me pidió que cuidara de ti. No es que esto sea mi pasatiempo favorito... pero supongo que cuidar de demonios heridos es parte de mi rutina ahora. Y qué emoción, ¿verdad?(dice sarcásticamente)

Me incorporé, cada movimiento arrancándome una mueca de dolor, pero no iba a mostrar debilidad.

Zalgus: "¿Cuidarme? Eso no te pega nada. Quizá deberías probar a ser la madre de alguien más."

Bayonetta (esbozando una sonrisa): "No me malinterpretes, no soy madre de nadie, ni tengo intención de serlo. Lo interesante es verte intentar ponerte en pie después de esa paliza. Es casi... entrañable, si es que debo ser honesta (Cierra su libro y lo deja a un lado con estilo) "Además, no quiero perderme la próxima vez que pienses desafiarme. No todos los días se tiene un espectáculo tan entretenido."

Sentí su mirada penetrante sobre mí, y aunque trataba de ignorarla, había algo en su tono que me provocaba algo extraño. Para mi vergüenza, sentí el calor subir a mis mejillas. Me levanté rápidamente de la camilla intentando disimular mi sentimiento extraño para mi, desviando la mirada lo más rápido que pude.

Bayonetta, con sus agudos sentidos, notó lo que intentaba esconder. Aunque yo creía haberlo ocultado, ella percibió el sutil sonrojo en mi rostro. En silencio, me observó con una mezcla de burla y ternura. A pesar de haber acabado con tantos enemigos y enfrentado a seres poderosos, en sus ojos, yo no era más que un niño que había intentado desafiarla... sin éxito, pero con una valentía que ella no podía dejar de reconocer.

Bayonetta se levantó con esa elegancia que parecía venirle de manera natural, cerrando el libro con un suave golpe y dejándolo a un lado. Se estiró ligeramente, como si lo que venía no fuera más que una trivialidad en su día. Luego, cruzó los brazos y se volvió hacia mí con esa sonrisa burlona que ya estaba empezando a detestar.

Bayonetta: "Bueno, pequeño demonio, es hora de que te ponga al tanto de las órdenes que el padre me dio mientras estabas... recuperándote de nuestra pequeña 'sesión'."

Sabía que lo que venía no iba a gustarme.

Zalgus: "¿Órdenes? Ya veo a dónde va esto. ¿Y cuáles son?"

Bayonetta: "Primero..." dijo con un tono deliberadamente lento, nos toca compartir habitación,así que,pequeño demonio,considera esto una bendición, (dice guiñando el ojo)

¿Compartir habitación con Bayonetta? Mi día seguía empeorando.

Zalgus: "Genial. Porque claramente lo que necesitaba era más de tu encantadora compañía."

Bayonetta (riéndose suavemente): "Oh, tranquilo, querido. Lo haré lo más 'soportable' posible. Pero sigamos..." Hizo una pausa, disfrutando del momento antes de proseguir. "La segunda orden es algo más... significativo. Te llevaré a la armería de la iglesia, donde recogerás la espada de Sephirot."

Fruncí el ceño. Ese nombre me sonaba muy familiar.

Zalgus: "¿La espada de sefirot? ¿Se refieren al mismo Sephirot que lideraba a esos soldados?"

Bayonetta (arqueando una ceja): "Exactamente. El mismo hombre que 'derrotaste' al llegar. Ahora su espada, que fue bastante temida entre sus compañeros, te pertenece. Qué ironía, ¿verdad?"

Mis pensamientos se detuvieron por un momento. La espada del líder de los soldados que había matado. Un trofeo, tal vez. Pero una herramienta poderosa, sin duda.

Zalgus: "Así que me dan la espada de un hombre al que maté. No está mal. Supongo que no podían encontrar a alguien más digno."

Bayonetta: O simplemente quieren ver qué haces con ella. A fin de cuentas, el padre debe tener sus razones,

Me incorporé, sintiendo que mi cuerpo aún no estaba del todo recuperado, pero mi interés por la espada me mantenía alerta. Antes de que pudiera preguntar más, Bayonetta dejó caer la última orden.

Bayonetta: "Ah, y casi lo olvido. También te probarás algunos ropajes con símbolos sacros. El padre quiere comprobar si tu naturaleza demoníaca puede soportarlo. Será... una experiencia interesante. Tal vez incluso ardas un poco."

Solté una risa sarcástica.

Zalgus:Perfecto. Porque lo único que falta es ver si exploto por ponerme una túnica. Seguro que te divertirás viéndome arder.

Bayonetta (sonriendo con malicia): Eso no lo voy a negar. Sería... entretenido.

.

.

.

Caminaba detrás de Bayonetta, quien me guiaba por los pasillos oscuros y sombríos de la iglesia. Lo único que rompía el silencio eran los ecos de sus tacones resonando en las paredes de piedra, un sonido que se hacía más insistente con cada paso. Mis sentidos, agudos como siempre, captaban cada detalle del lugar, pero mi atención no podía evitar desviarse al escultural cuerpo de Bayonetta frente a mí. Cada movimiento parecía calculado, una mezcla de gracia y poder, algo que, aunque me molestara admitirlo, era imposible ignorar.

Mientras observaba, vi cómo giraba ligeramente su cabeza, sin necesidad de mirarme directamente para saber exactamente lo que estaba haciendo. Una sonrisa burlona se dibujó en sus labios.

Bayonetta: "¿Disfrutando la vista, pequeño demonio pervertido?"

Rodé los ojos ante su provocación, decidiendo no darle el placer de una reacción inmediata, pero al final, las palabras simplemente salieron de mí.

Zalgus: "Solo estoy cuidando que no te tropieces con esos estúpidos tacones y termines aplastándome con tu trasero. Algo así sí podría matarme, a diferencia de esas debiles patadas."

Ella soltó una risa suave, como si lo que había dicho la hubiera entretenido más de lo que estaba dispuesta a admitir. Con un giro elegante de su cabeza, me lanzó una mirada por encima del hombro.

Bayonetta: "Oh, querido, si alguna vez me tropiezo, asegúrate de estar cerca para amortiguar la caída. Aunque, dudo que tengas la fuerza suficiente para soportar una mujer de mi calibre."

La miré con el ceño fruncido, pero ella simplemente continuó caminando, como si nuestra conversación fuera un juego más para ella. Gruñí para mis adentros, frustrado por su constante burla, pero a la vez consciente de que no importaba lo que dijera, siempre tendría una respuesta lista para hacerme morder el anzuelo.

Al cruzar la puerta de una gran habitación, mis ojos se agrandaron al ver el amplio espacio lleno de espadas, escudos, armaduras y una variedad de armas que colgaban ordenadamente de las paredes. Era un verdadero arsenal, y la atmósfera estaba impregnada de una mezcla de historia y poder.

Bayonetta se acercó a una sección con varios maletines y, tras unos momentos de búsqueda, sacó uno y se lo llevó a Zalgus con una sonrisa traviesa.

Bayonetta: "Mira lo que tengo aquí. Espero que no sea demasiado para ti, pequeño demonio."

Zalgus tomó el maletín y lo abrió, revelando una gran espada de un solo filo. La hoja era desproporcionadamente grande, en colores blancos y dorados que brillaban a la luz tenue de la habitación.

(La de mango rojo)

Con un movimiento fluido, levanté la espada y empecé a practicar algunos ataques en el aire. La empuñadura se sentía cómoda en mis manos, y la hoja cortaba el aire con facilidad. A pesar de que solo había usado esta espada una vez, para rematar al tal Sephirot, el dominio que demostraba en mis movimientos era evidente.

Bayonetta observaba con atención, su mirada brillando con una mezcla de sorpresa y diversión.

Bayonetta: "No está mal, pequeño demonio,claro que a veces la espada no es lo único que cuenta... aunque puede ser un buen aditamento,(Su tono se tornó más insinuante, dejando caer el comentario como un pequeño albur).

No estaba seguro de qué había querido decir con eso, así que decidí ignorarlo. Mis habilidades eran lo que necesitaba mostrar, no mis preguntas. De todos modos, el sentido de la provocación de Bayonetta siempre tenía la capacidad de dejarme descolocado.

Mientras yo practicaba, Bayonetta se movió hacia un clóset gigantesco repleto de túnicas y ropajes sacros. Después de revisar algunos, tomó una pequeña y se acercó a mí con ella en mano.

Zalgus: "Esto va a terminar mal," murmuré, incapaz de quitarme la sensación de que esta era una mala idea.

Bayonetta sonrió, una expresión de diversión y malicia dibujada en su rostro.

Bayonetta: "¿Qué? ¿Te asusta un poco de tela? Es solo un traje, Zalgus. Solo tienes que ponértelo y ver qué sucede."

Con un suspiro, tomé la túnica. Al momento en que la tela tocó mi piel, una sensación extraña recorrió mi cuerpo, como si el tejido estuviera hecho de algo más que simple material. Intenté ignorarlo y, con un movimiento decidido, me la puse.

Al instante, un calor intenso me envolvió. Me miré en un espejo cercano y vi cómo la túnica brillaba con una luz sobrenatural. El calor se intensificó y, antes de que pudiera procesarlo completamente, sentí llamas surgiendo de mi piel.

Zalgus: "¡¿Qué demonios?!"

Salté hacia atrás, tratando de quitarme la túnica, pero era como si estuviera sellada a mi piel. Bayonetta se rió, disfrutando de la escena.

Bayonetta: "Vaya, parece que tienes un pequeño... problema. Pero al menos ahora sabes que la moda puede ser peligrosa."

Mientras me retorcía, luchando por encontrar una forma de zafarme de la túnica ardiente, el pensamiento de que este día no podía empeorar se desvaneció rápidamente.

Al final, lo único que sabía era que tenía que salir de esa túnica antes de que realmente terminara hecho cenizas,

Luchaba contra la túnica, intentando desgarrarla con toda mi fuerza. Pero cada vez que aplicaba más presión, la cruz en el centro brillaba intensamente y un fuego dorado comenzaba a envolverme, haciéndome sentir como si estuviera atrapado en un ritual sagrado en lugar de en una simple prenda.

Zalgus: "¡Esto no puede ser real! ¡Déjame salir de aquí!"

El calor era insoportable y, aunque intenté mantener la calma, el pánico comenzaba a apoderarse de mí. Era como si la túnica tuviera vida propia, rechazando cualquier intento de liberación.

Antes de que pudiera pensar en una nueva estrategia, un movimiento rápido de Bayonetta interrumpió mi batalla. Con un gesto ágil, se acercó y, con una precisión sorprendente, me arrancó la túnica de encima, dejándome caer al suelo de forma abrupta.

El impacto fue brutal, pero el alivio inmediato que sentí al despojarme de la túnica fue un respiro de aire fresco. Sin embargo, al mirar mis brazos, vi las quemaduras de tercer grado que comenzaban a aparecer. La piel estaba roja e inflamada, pero antes de que el dolor pudiera hacerse totalmente evidente, noté que las heridas comenzaban a sanar rápidamente, como si algo dentro de mí estuviera trabajando para reparar el daño.

Bayonetta, ahora de pie junto a mí, observaba la escena con una mezcla de preocupación y diversión. Su expresión era un curioso equilibrio entre la burla y el cuidado.

Bayonetta: "Bueno, pequeño demonio, ya conocemos los efectos de la ropa sacar en ti. Pero al menos te queda bien, aunque tal vez deberías optar por algo menos inflamable la próxima vez."

Mientras se aseguraba de que estuviera bien, no pude evitar sonreír, a pesar del ardor que aún sentía en la piel. Su forma de burlarse de la situación era irritante, pero en el fondo, noté preocupación genuina,

Zalgus: "Gracias por la ayuda... aunque no puedo decir que esto no haya sido un completo desastre,como yo ya sabía."

Bayonetta inclinó la cabeza, su sonrisa burlona regresando.

Bayonetta: "Es un placer verte arder, pero me alegra que estés bien. Después de todo, ¿quién más podría entretenerme si no te cuidas?"

Me levanté ágilmente viendo como las eridas y quemaduras ya habían sanado,

Bayonetta miró por las ventanas de la gran armería, notando que ya estaba oscuro.

Bayonetta: "Parece que el día se nos ha escapado, Zalgus. Es hora de retirarnos a mi habitación."

Con un gesto suave, Bayonetta guió a Zalgus a través de los pasillos, y pronto llegaron a su habitación. Al abrir la puerta, se reveló un espacio de gran simplicidad, pero con un aire elegante.

La habitación contaba con una gigantesca cama king size, cubiertas con sábanas suaves y elegantes que reflejaban el estilo de Bayonetta. Un escritorio femenino estaba decorado con diversos objetos, desde cosméticos hasta recuerdos, y un espejo de cuerpo entero se erguía en una esquina, mostrando la imagen perfectamente estilizada de la bruja.

Junto al escritorio femenino había otro escritorio de trabajo, repleto de herramientas y artefactos que hablaban de su oficio como cazadora de demonios. En el fondo de la habitación, una puerta se abría a un baño, que contaba con una tina amplia, ideal para relajarse después de un largo día de combate.

Bayonetta: "Este es mi refugio. Aquí es donde puedo dejar de lado las luchas y disfrutar de un poco de paz. Aunque, a veces, la paz puede ser un poco... aburrida."

Zalgus miró a su alrededor, centrandose en la gigantesca cama la cual se veía como un lugar que al dormir ahí,podría morir en paz,

Bayonetta caminó hacia la cama y se sentó quitándose los tacones,

Luego se paró y empezó a desvestirse sin pena,

Zalgus al ver esto,más rápido de lo que el espero dio un giro de 180° y gritó

Zalgus:que carajos mujer!(Dice apretando los ojos con un gran sonrojo en la cara)

Bayonetta rio con gracia,

Bayonetta:que pasa pequeño demonio?mi cuerpo te incómoda?(Dice ya desnuda y sin ningún apice de vergüenza)

Zalgus:que mujer tan vulgar,atreverte a hacer eso frente a un hombre y sin cuidado,que quieres lograr,eh!?(Dice casi regañando a bayonetta)

Bayonetta río sin poder esconder la ternura que le causaba zalgus,se hacerco un poco,se agacho y hablo cerca de el

Bayonetta:~Ara ara~,a caso debo tener cuidado contigo...zal?(Diciendo lo último en el oído del pequeño demonio)

Un gran escalofrío recorrió la columna de zalgus y a una velocidad cegadora empujo a bayonetta lo cual causó que ella callera en la cama,

corrió al baño no sin antes decir "¡voy a bañarme!"

Corrió al baño, su corazón latiendo con fuerza, dejando atrás una Bayonetta divertida y sorprendida riendo burlonamente ante las acciones del joven demonio. Mientras se cerraba la puerta,zalgus no pudo evitar pensar que definitivamente había tomado una decisión de la que se sentiría avergonzado en el futuro, pero que en ese momento, parecía ser la única opción viable.

Zalgus suspiro pesadamente ya en la seguridad del baño,a salvo de la bruja pervertida,

Zalgus se miró en el espejo,y se empezó a desvestir,su cuerpo a pesar de joven,robusto,a pesar de delgado,marcado,

Abrió el agua y se metió en la bañera, miró el baño mejor viendo que era un poco raro,siendo bastante espacioso y pareciendo dividido,

La puerta se abrió de golpe revelando a bayonetta envuelta en una tualla cubriendo un poco su cuerpo,(énfasis en un poco)

Zalgus:oh vamos mujer déjame bañarme en paz!(Dijo el joven cerrando los ojos pero está vez más irritado que avergonzado)

 Bayonetta entró Completamente en el baño con una sonrisa traviesa, como si hubiera planeado todo desde el principio.

Bayonetta: "Sospechaba que, al igual que todos los occidentales, no sabes cómo bañarte adecuadamente (Su tono estaba lleno de picardía, reflejando su orgullo japonés)

Zalgus, aún sorprendido por su intrusión, se tensó mientras Bayonetta se acercaba. Antes de que pudiera protestar, ella comenzó a preparar el espacio a su alrededor. En rápidas escenas, Bayonetta tomó el mando de la situación, demostrando su experiencia.

Primero, la ayudó a sentarse en un pequeño banco al borde de la bañera, donde empezó a lavarse el cuerpo. El agua corría y burbujeaba, creando un ambiente relajante, aunque Zalgus no podía evitar sentirse nervioso.

Bayonetta se movía con gracia y confianza, como si cada gesto estuviera coreografiado. Luego, tomó una esponja suave y comenzó a aplicar un gel de baño espumoso.

Bayonetta: "Ahora, quédate tranquilo. Primero, lavamos el cuerpo, y después, nos metemos en la bañera." Su voz era suave, casi maternal, pero Zalgus no podía dejar de sentir que la situación era muy extraña.

Con un movimiento ágil, Bayonetta comenzó a frotar su espalda, la esponja deslizándose suavemente sobre su piel. Zalgus sintió un escalofrío recorrer su columna, pero no era del frío del agua.

Zalgus: "Eh... ¿realmente tienes que hacer esto?" Su voz salió más débil de lo que había esperado.

Bayonetta sonrió, disfrutando de su incomodidad.

Bayonetta: "Por supuesto, querido. Un buen baño es esencial. ¿O prefieres quedarte sucio?"

Con su toque experto, Bayonetta continuó lavándole la espalda, haciendo que Zalgus se sintiera aún más avergonzado. Mientras el agua caía, cada movimiento de Bayonetta parecía intensificar la extraña intimidad de la situación. Pronto, ella aplicó shampoo en su cabello y comenzó a frotar, revelando el limpio tono albino natural del joven demonio.

Bayonetta: "Hmm, ¿qué tenemos aquí? El pequeño demonio tiene un cabello sorprendentemente hermoso para alguien de tu clase. Casi podría confundirte con una mujer, si no fuera por esa actitud de bruto" (su tono era burlón, pero había una chispa de admiración en su mirada)

Zalgus, aún recuperándose de la vergüenza, nisiquiera respondió el insulto, tentó concentrarse en lo que estaba haciendo.

Bayonetta: "Muy bien, pequeño demonio, ya te he limpiado a ti. Ahora te toca lavar mi espalda." (Con un movimiento grácil, se sentó en el pequeño banquito de madera que antes ocupaba Zalgus, dejándose caer la toalla que cubría su cintura hasta dejar su parte superior completamente expuesta)

Zalgus, avergonzado, giró la cabeza para no mirarla y empezó a tallar con la esponja.

Bayonetta: "Con cuidado, pequeño demonio, estás tocando a una mujer." Su voz era elegante, como si estuviera impartiendo una lección sobre la delicadeza.

Zalgus suavizó su toque, pero mantuvo la firmeza. Cada roce de la esponja se sentía extraño, casi surrealista.

Zalgus: "Terminé. ¿Algo más que se le ofrezca, 'señorita'?" (dijo con un tono sarcástico, intentando ocultar su incomodidad tras una fachada de desdén)

Bayonetta soltó una risa suave, disfrutando del desafío en el tono de zalgus,

Bayonetta se dirigió a la bañera,se desprendió de su toalla y se metió,

Bayonetta:ven pequeño demonio,te daré el privilegio de sentarte en mis piernas(dice guiaño su ojo y apuntándole,zalgus manteniendo sus ojos cerrados se cruzó de brazos)

Zalgus:no gracias bruja,ya estoy limpio,no nesecito seguir dejándome zarandear por ti,gracias por el baño (dice antes de salir del baño dejando a una Bayonetta suspirando con una sonrisa pensando "que frío"

Zalgus salió del baño, cerrando la puerta tras de sí con un ligero golpe. Se apoyó contra la fría superficie de la puerta, tratando de calmar el ritmo acelerado de su corazón. La experiencia del baño había sido... extraña, y la cercanía de Bayonetta lo había dejado más confundido que avergonzado.

Mientras tanto, en el interior del baño, Bayonetta se acomodó en la bañera llena de burbujas, disfrutando de la calidez del agua. Su mirada se posó en la puerta cerrada, una sonrisa traviesa iluminando su rostro.

Bayonetta: "Oh, pero, pequeño demonio, ¿no sabes que rechazar un regalo tan encantador no es lo más sabio?"

Zalgus, aún contra la puerta, sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Sus instintos le decían que se mantuviera alejado, pero algo en su interior le empujaba a quedarse. Después de todo, había una curiosidad innegable que lo llamaba.

Se giró, inclinando la cabeza hacia la puerta del baño, pensando en lo que podría suceder si volvía. Finalmente, decidió hacer un esfuerzo consciente por no dejarse llevar por la provocación de Bayonetta.

Zalgus: "No pienso caer en tus juegos, Bayonetta. Ya he tenido suficiente... intimidad por hoy."

Pero Bayonetta, en su habitual estilo juguetón, lo retó desde el interior del baño.

Bayonetta: "¿Intimidad? ¿Acaso no te diste cuenta de que estás aquí por voluntad propia? Solo te estoy ofreciendo un poco de compañía. ¿Tanto miedo te provoco o...es algo más?

Zalgus frunció el ceño, su orgullo herido. Con un suspiro, se acercó a la puerta y la abrió pero mantuvo sus ojos cerrados, encontrando a Bayonetta reclinada en la bañera con burbujas de jabón jugando a su alrededor.

Zalgus: "No estoy asustado. Solo... me parece inapropiado. Y no necesito tu 'compañía' para sentirme bien."

Bayonetta sonrió con picardía, sus ojos brillando con diversión.

Bayonetta: "Oh, pero si ni siquiera te atreves a abrir los ojos,acaso te da miedo mi belleza?"

Zalgus:no abro los ojos porque si lo hago,no arreglarás lo que provocaras,bruja pervertida (dice sonrojado pero firme)

Bayonetta ríe sin pena,

Bayonetta:claro que no lo "arreglaria",la culpa sería tuya por no poder controlar tus "instintos",no mia por no poder controlar mi belleza (dice de manera pícara y sensual dando una pequeña pose recostada en la tina)

Zalgus: "No estoy asustado. Solo... me parece inapropiado. Y no necesito tu 'compañía' para sentirme bien."

Bayonetta sonrió con picardía, sus ojos brillando con diversión.

Bayonetta: "Oh, pero si ni siquiera te atreves a abrir los ojos, ¿acaso te da miedo mi belleza?"

Zalgus: "No abro los ojos porque si lo hago, no arreglarás lo que provocaras, bruja pervertida." (dijo, sonrojado pero firme).

Bayonetta se rió sin pena, disfrutando del nerviosismo de Zalgus.

Bayonetta: "Claro que no lo 'arreglaría'. La culpa sería tuya por no poder controlar tus 'instintos', no mía por no poder controlar mi belleza." (dijo de manera pícara, adoptando una pose despreocupada en la tina).

Zalgus sintió que su cara ardía mientras la imagen de Bayonetta, relajada y segura de sí misma, se grababa en su mente. Sin embargo, mantuvo la mirada en la pared, tratando de ignorar el torrente de emociones que lo invadía.

Zalgus: "No puedes seguir así,bruja, Este no es un juego."

Bayonetta, con un brillo travieso en sus ojos, se inclinó hacia adelante, dejando que el agua salpicara suavemente.

Bayonetta: "¿Quién dijo que esto era un juego? Esto es solo... un poco de diversión. Pero si insistes, podría dejarte salir. Aunque, ¿te imaginas qué diversión sería si te quedaras un poco más?"

Zalgus apretó los ojos, intentando mantener su resolución.

Zalgus: "Agradecería que no me tentaras más o si no..."(dice intentando sonar intimidante)

Bayonetta soltó una risa suave, dejando claro que no tenía ninguna intención de detenerse.

Bayonetta: "Oh si no que?,te convertirás en hombre aquí mismo?

Zalgus, sintiendo que el rubor invadía sus mejillas, miró hacia otro lado, incómodo por la situación.

Zalgus: "Eso no es lo que quiero decir... Solo creo que deberías tener más cuidado con lo que haces si no manejarás las consecuencias"(dice intentando sonar firme)

Bayonetta se reclinó un poco más en la bañera, disfrutando del momento de travesura.

Bayonetta: "Pero, pequeño, el verdadero desafío es saber hasta dónde puedes llegar. No tienes que tener miedo, no te voy a hacer nada"

Zalgus suspiró, sintiéndose perdido en un juego que no comprendía del todo.

Salió denuevo del baño está vez buscando que ponerse, rebuscó en el clóset algo para el pero solo habían grandes trajes de cuero y otras cosas para mujer,

Bayonetta:no creo que eso te quede pequeño demonio, (dijo viendo como tenía en mis manos un pantalón de cuero)

Zalgus:ya lo sé,pero no se que ponerme,no tienes algo más...decente?(Dice un poco en serio y un poco para molestar)

Bayonetta:no espero que un perro callejero, aún bañado y alimentado deje de ser callejero en un día,así que perdonaré tu falta de gusto en moda y críticas vacías por ahora (dice hacercandose al closet,yo en un movimiento rápido giro por la cama hasta caer del otro lado para deja que se cambie primero,

(Cabe recalcar que cerré los ojos en cuanto escuché su voz saliendo del baño sabiendo que solo tiene una tualla o nisiquiera eso)

Después de unos momentos sentí como Bayonetta me lanzó algo lo cual atrapé sintiendo que es una camisa bastante grande,

Bayonetta:ya puedes abrir los ojos pequeño demonio,ya me cambié (dice a lo que yo suspiro pero confío en ella y abro los ojos viéndola usar solo una camisa masculina bastante grande,unas medias largas negras y (supongo yo) unas panties)

Miré la camisa en mis manos y una pregunta rápida pasó por mi mente "de quien es esto?", rápidamente despeje mi mente pero sin poder olvidar el rápido sentimiento que acompaño el pensamiento,molestia,molestia porque alguien le hubiera dejado está camisa a ella,Celos...,no quiero pensar en eso...,

Bayonetta vio mi rápida expresion de molestia,

Bayonetta:la ropa de hombre siempre es más cómoda que las de mujer,por eso me acostumbré a usarla para dormir,estás las compré hace unas semanas (dice con una sonrisa hacercandose a su escritorio para cepillar su pelo)

Zalgus:ah (dijo suspirando un poco pero rápidamente disimulandolo), aja,y dónde voy a dormir?

Bayonetta:puedes dormir de cabeza en el clóset o en un cajón  de ropa que encuentres (dice con ironía), obviamente en la cama conmigo,

Zalgus:no sé si sea lo mejor dormir juntos...(dice nervioso teniendo por lo que la bruja pervertida podría hacerle mientras duerme)

Bayonetta:oh,planeas dejar a una mujer dormir sola en la misma habitación?,y yo que pensé que trataba con un hombre de verdad,tal vez debería llamar a otro para que me de calor (dice recortándose boca abajo en la cama jugueteando con sus pies en el aire)

Zalgus:NO (dice con firmesa, nisiquiera el sabe porque reaccionó así,pero ya pasó)

Bayonetta sonrió y levanto las cejas al escuchar el tono autoritario que salió del joven demonio,

Bayonetta:entonces?,que otra opción queda?...(Dice con tono inocente obviamente falso)

Zalgus suspiro y se subió a la cama (vistiendo ya la camisa,su ropa interior de antes y su pantalón de mezclilla), tomó a Bayonetta de la mano y la puso con la cabeza en la almuada,se recostó a su lado y apagó la luz a alta velocidad para intentar esconder su sonrojo,bayonetta solo se dejó mover y se arropó junto al joven demonio.

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