La Bebé de papá en problemas
El inconfundible olor a tostadas francesas llega a mi mucho antes de abrir los ojos. Papá ha decidido seguir su discusión, antes, durante o después del desayuno no lo tengo claro. Solo que amaneció en casa y exige respuestas.
Estiro mi cuerpo en la cama por unos minrios con los ojos cerrados, después de lo cual los abro sacando mi pierna por fuera de ella y busco una salida a ese enfrentamiento. La ventana es un excelente medio de escape, sino durmiera en un segundo piso. Somnolienta, retiro las cobijas de mi cuerpo consciente que existe una sola una manera de salir de esta situación.
Enfrentar a Jason Frederick.
Me siento en la cama y en un acto mecánico mi mano viaja al sitio en que suelo dejar la prótesis y el bastón, cerca de la mesa de noche. Hacen parte de aquellas cosas que haces en la mañana sin despertar. Muchos solo lo hacen luego que caiga sobre ellos las primeras gotas de la ducha.
Emma Frederick, engrosa esa larga lista.
Aquella mañana no lo hice de la manera acostumbrada, sino antes de lo usual, al notar no están. Una mirada a mi alrededor, dan cuenta que ni siquiera están en .la habitación. La alarma en mi cuerpo se activa cuando tampoco encuentro mi bolsa.
Ambas cosas, estaba segura de haberla dejado en los lugares de siempre. Soy una mujer de costumbres fijas, hago y dejo cosa en los mismos sitios. El abuelo Matt solía decir que era una costumbre heredada del bisabuelo Epson; de quien también heredé el mal temperamento, manipulación y controlador. Además, que mi comportamiento debería ser tomado en serio y buscar ayuda.
Crecí con aquellos comentarios, era la oveja negra, tenía problemas psicológicos o un demonio en mi interior. Isabella, por el contrario, se parecía a la abuela (madre de papá), espíritu libre, extrovertida y bromista.
Sin mencionar con el hermoso atributo de ser la viva imagen de mi madre, pero envuelta en 1,70cm. Si, mi hermana era perfecta por esos dos detalles. Yo, contaba con el premio de consolidación de ser inteligente, pero demasiado alta para mí edad, desgarbada y con acné.
¡Concéntrate!
Sigo en búsqueda de lo extraviado. Consciente que no hay lugar a dudas, lo dejé allí y es imposible que papá gastara una broma tan cruel.
—¿Papá? —le llamó, pero no hay respuestas.
Lo que sigue es algo que otros verían patético. Me apoyo en la pared como único soporte ante la ausencia de ambas cosas. Mi imagen es patética y agradezco que mi hogar no tiene en su interior cámaras de seguridad. Me he negado a tenerlas papá contrata los servicio de los O'hurn (vigilancia, cámaras, escoltas, etc.). No dudo en el profesionalismo del tío Vincent; aun así, la sola idea que una imagen mía cayera en manos de Alexis me haría sentir indefensa.
—¿Papá?
Le vuelvo a llamar, es al notar mi reflejo en el espejo del tocador que detengo mis llamados y avances. Cada curva de mi figura se muestra por debajo de la transparencia de la tela. Yo no puedo salir a enfrentar a mi padre en esas condiciones. Considero lo mejor es asearme y cubrirme, de lo contrario la imagen a proyectar es de querer retar a mi progenitor.
—¿Pero que...?
Busco aquella pregunta inconclusa al mejor estilo de la chica del exorcista y con igual de aspecto. Nadie se ve hermoso a las seis de la mañana y menos si le falta una pierna. Me topo a mi padre con mi prótesis y bastón, cada uno en una de sus manos. Junto las cejas intrigada porque al parecer, el sí pudo ser cruel.
—¿Qué se supone haces con eso?
—Tus comportamientos en estos días nos preocupan a tu madre y a mi —se queja avanzando en mi dirección —sales justo cuando tu seguridad se retira, regresas en la madrugada, ignoras mis preguntas y luego esperas a que me duerma para volver a salir.
¿Qué? ¿En qué momento hice todo aquello? Salí sin escoltas, pero no volví a hacerlo. Papá ignora mi mirada interrogante y sigue hablando enojado. Según escuchó, salí a eso de las tres, volví una hora más tarde dejando el auto mal estacionado, los del condominio llamaron a eso de las cinco alertando que mi vehículo impedía la salida de otro. El solo me escuchó salir y luego entrar minutos después. Mamá le había pedido lo mejor era esperar a la mañana para hablar conmigo, así ambos nos habíamos calmado.
—No volví a salir papá...
—¿Tampoco dejaste el bastón en el auto y la prótesis en la entrada? — niego y sonríe tipo ¿En serio? —el auto ¿Tampoco?
—Me cuesta creer que me tengas por estúpida. —protesto recibiendo su ayuda para llegar hasta el baño. —dejar algo lejos de mí solo por mero gusto y salir estando contigo en casa.
¡De locos!
—Te espero en el comedor. —me observa una última vez antes de salir del todo.
¿Qué sucede? No soy sonámbula, tampoco tengo vacíos en mi memoria. Mi mente funciona bastante bien (aunque no lo crean) no hay manera que me haya equivocado. Confiada es que fue la manera (un poco cruel), de mi padre de reprenderme me dispongo a asearme.
Cuarenta y cinco minutos después, estoy lista para afrontar la ira de mi padre. Bajo las escaleras con cautela, pues aún no sé a qué se debe la pregunta del día anterior. Los hechos al despertar tampoco me han gustado, nada de lo que sucede en estos días es normal.
Papá está sentado en la mesa de comedor con la mirada fija en el pasillo por donde debería salir yo. Se incorpora al verme entrar al comedor. No ocupa la cabeza, en pocas ocasiones lo hace, ese puesto siempre lo usó el abuelo Matt o el abuelo Alessandro, tras su muerte estuvo libre por mucho tiempo.
—Te pido disculpas, por quedarme en tu casa y por no dar las buenos días.
Su actitud solemne al hablar me embelesa, sonríe al ver que no hago comentarios y empieza a servir el desayuno. Tostadas francesas, zumo de frutas, el café, los huevos tal cual me gustan. Papá se esforzó en complacerme, aún en contra de sus gustos.
—No tienes que pedir permiso para entrar, esta es tu casa. Mi vida es tuya y puedes tomarla cuando lo desees.
Suena trágico, pero es el sentimiento no sólo mio o de mis hermanos, también el de mi madre. Todos estamos dispuestos a dar la vida por él, es el ser que nos dio la vida y a mamá un sentido a la que suya. ¿Cómo no amar a la persona que protegió, amó y guio a mi madre desde que la vio por primera vez?
—¿Qué estabas haciendo por fuera de casa?
No va a creerme y me arriesgo a ser acusada de manipular las cosas. Tomo los cubiertos y juego con ellos en actitud distraída. Cavilando entre decirle la verdad o no. Vi a Kamil besar a su hermano, aseguró tener derechos en la propiedad haciendo referencias a las acciones que tenía Alexis.
Es algo que la Emma de antes diría para librarse de un problema. La de ahora es distinta, perdió un bebé y juro ser una buena persona para rendir tributo a su memoria.
—Cuando te exigí casarte con Alexis lo hice porque aseguró amarte. —inicia diciendo — era un buen chico y sus padres te adoran, Vincent e Ivanna son tus mejores abogados desde siempre. —sonrió asintiendo alzo mi rostro y encuentro sus ojos verdes fijos en mi —ser asistente de Gregory no lo vi como castigo.
—Querías que aprendiera de él, ahora lo sé...
Niega divertido tomando mis manos que se lleva a sus labios. No esperaba aquella conversación, me imaginaba las reprimendas de antes. Recuerdo que a Isabella nunca le castigaron, solo con sonreír o bromear quebraba la poca voluntad de papá. En mi caso era distinto, aunque mis travesuras eran más peligrosas e involucraban mi bienestar o cualquiera a mi alrededor.
—Necesitaba que vieras de primera mano los riesgos que toman tus hermanos a diario. Gregory frente a la compañía, Matt en el hospital y Jason en la fuerza Delta o a cargo de la seguridad de ustedes.
Sigo sin entender el punto y él está tan centrado en su comentario que permanezco en silencio. Aprieta mis manos con fuerza, aunque sin dañarme, mientras dice que siempre seré su bebé. La niña que llegó a su vida, siendo la prueba del amor que mamá y él se tenían.
Hay en mí una mezcla física y en comportamiento de los Frederick y D'angelo. Fue la manera más tierna que tuvo la vida de hacerle feliz. Heredé el azul de ojos de mi madre, también su inteligencia y la terquedad (esto último lo hace reír, de él fue la altura, lo rubio...
—Todo lo malo es del bisabuelo —sigo por él.
—Epson Frederick, quienes lo conocimos sabemos el tipo de ser humano que fue. —habla limpiado mi mejilla —pero que construyó este imperio, gracias a su perseverancia. Eres tan obstinada como él, implacable y cuando se te mete una idea en la cabeza…—presiona los dedos de su mano en la sien por unos segundos antes de seguir —no hay nadie que te haga cambiar de parecer.
—No me gustaba ser comparada con alguien malo —confieso —el abuelo Matt solo tenía hacía su padre adjetivos fuertes...perversos.
Nadie que se ame un poco quiere escuchar ser comparada con un hombre cuya descripción parecía ser la de Hitler. Me torturó por mucho tiempo saber que mi alma era tan oscura como la del bisabuelo. Al hombre que se le señala de asesinar a la esposa de su hijo y solo porque no la creía adecuada para él.
—Eras demasiado pequeña para cargar con culpas —sigue diciendo —cometimos ese error y muchos otros. Los niños no vienen con un manual de como armar o apagar.
Río ante ese comentario y suelta mis manos para empezar a desayunar. La verdad sobre mi trabajo con mi hermano llega dando el primer bocado a mi desayuno. Él y mamá vivían con el miedo constante a que uno de sus hijos sufriera producto de su trabajo.
—También teníamos que soportar tus ataques. Los tuyos eran más dolorosos y no por ser letales, sino por ser nuestra hija. Quería que vieras lo delicado que eran las cosas y maduraras. Divorciarte y perder un hijo no estaba dentro de nuestros planes.
—¿No te importo perder las acciones? —le pregunto y sonríe negando.
—No hay un dinero que me permita comprar lo que ser padre me hace sentir. ¿Me dirás ahora sí que hacías en la calle?
—Contraté los servicios de un chófer lo quería desligado de los O'hurn. Su salario saldrá de mi bolsillo y estará a mis órdenes. Pero puedes, si deseas, revisar su currículo y referencias. —Me atrevo a decir sosteniendo su mirada.
—Puedes estar segura de que lo haré y antes que empiece a trabajar.
Aquel comentario es más una advertencia, a la que no le temo. Stan tiene buenas referencias, la gran mayoría conocidas que me hizo comprobar anoche mismo. No me siento cómoda con personal de los O'hurn, existe en mí cierta renuencia en confiar en los hombres del tío Vincent.
—Debe estar en este instante llegando o ya lo hizo. —sigo ajena q que me acaba de advertir que no está dispuesto a dejarme en manos de desconocidos —sobre la pregunta de ayer... No sé porque la sorpresiva duda. Tengo muchos defectos papá que he aceptado y estoy intentando quitar... Jamás sería infiel al hombre que amaba.
Justificar cada uno de mis actos, hoy lo considero un insulto. Me niego a escuchar los motivos que lo hicieron preguntar cuando la nombró a ella. Kamil, resultó ser hija de un gran amigo suyo en Texas. Quien lo llamó en la noche a hacer ciertas preguntas sobre mi matrimonio y posterior divorcio.
—Los vi besarse. —deja a medio camino el cubierto devolviéndolo al plato —vi las cámaras no hay registros de ese beso…
—Trabaja con los O'hurn. —habla viéndome fijamente —No hay forma de ser cierto lo que aseguras ver. Imagino es algo parecido a tu segunda salida que aseguras no haber hecho o dejar las cosas en otros sitios para culpar a otros más tarde. —hace una pausa antes de seguir para verme directo a los ojos —suena a cosas que hacías de niña, pero que ya no es divertido.
Guardo silencio disfrutando del mejor de los desayunos y compañía. Como lo imaginé, Stan me estaba esperando con los documentos en manos. Mismos que mi padre quiso ver y verificar su autenticidad. Se negó a dejarme ir hasta no hacerlo, tiempo en el cual mi ahora chófer invirtió para dar detalles de lo que ha encontrado.
—James Slora Sorni. Hizo parte de la fuerza élite de este país Los Rangers, sitio del que fue retirado por un acto de indisciplina. —afirmo con la vista fija en mi padre al teléfono y Stan sigue —lo que sea hizo fue logrado borrar por su padre, General en retiro y antiguo compañero de tu padre.
—Me lo acaba de decir —confieso —también que trabaja con los O'hurn y que estos le tienen mucha confianza. Papá no lo cree, pero los vi besarse.
Stan es la primera persona que no se escandaliza por lo que vi y que me escucha atento sin hacer comentarios. Según sus propias palabras, ha visto cosas peores y sonríe al decirlo. Me da la razón al no querer al personal de los O'hurn cerca y promete llegar al final de todo este lío.
—Ahora las cosas se ruedan de sitio y al parecer soy sonámbula pues papá me señala como que volví a salir —hablo exasperada.
Me encuentro con un hombre maduro, responsable y bastante eficaz. Stan me da detalles de lo sucedido en casa de los Padres de Alexis, sin develar el rostro de su informante. De esa manera me entero de que la tía Ivanna sacó a Kamil de la casa Alexis se ha enterado de mi aborto. Kamil me acusó de anular el paso al divorcio, también que el hijo no era de Alexis. Mi corazón salta emocionado cuando escucho decir que ambas cosas no fueron creídas. Tampoco mi supuesto amante, al que señaló inicialmente como Juno.
—No la veo sorprendida por seguir casada ¿En realidad fue usted quien torpedeo todo?
Me llegó la noticia que los documentos no habían sido entregados. Fue en Piamonte y la persona que lo dijo fue el tío Pierre. Pregunto qué quería hacer y le dije, que amaría verlo libre.
—Estoy divorciada Stan, no sé de dónde sacaron que seguía casada con Alexis. Después del accidente me tomé el trabajo de legalizar ese divorcio, el tío Pierre me ayudó —afirma en silencio y vemos a papá acercarse.
—Me rindes cuentas a mi —le advierte y Stan le mira sin inmutarse —cada paso que mi bebé haga debe ser autorizado por el hombre que tienes frente a ti, tu jefe, quien va a pagarte el triple si demuestras eres bueno en lo que haces. —ante el término bebé Stan enarca una ceja y me mira divertido —es mi bebé, quiero que seas consciente de ello cada que pises ese acelerador.
—Cómo ordene señor.
Su respuesta es humilde, aunque su comportamiento diga otra cosa. Escucha lo demás sin hacer preguntas o comentarios, en algún momento me hace pensar que está acostumbrado a ese tipo de escenas. Aunque, él asegura nunca ha trabajado en algo parecido.
—Te confío lo más importante que tengo...
—La cuidaré con mi vida.
Es mi turno de verlo intrigada, porque aquel intercambio de frases me recuerda lo que le dijo a Alexis al ser entregada. Como se esperaba, Stan está muy divertido con lo que acaba de oír. Aunque no prestara mayor atención ni la mitad de lo que le dicen, sus ojos han pasado por todo el lugar con ojos de expertos.
—Necesitaré revisar su apartamento —nos dice de forma sorpresiva.
Papá está de acuerdo, yo sigo sin saber para qué. No puedo refutar nada pues recibe una llamada que lo aleja de nuevo de nosotros.
—Amo la inocencia de los padres...
—¡Silencio! —advierto y sonríe bastante fuerte.
—No quiero dinero... —afirmo de manera distraída viendo como la espalda de mi padre se tensa.
—Voy a pagarte como lo deseas. En un acto de buena fe, te pagaré antes que tu cumplas. —le veo y afirma serio —Me encargaré hoy mismo.
—Si lo hace tiene usted frente a si, su servidor y amigo…—calla al ver a papa colgar y dar la vuelta hacia nosotros.
El rostro que tiene es una mezcla entre preocupación y rabia contenida. Es gratificante saber que no hay nada en esa mirada que te asuste, tus días de loca psicópata han quedado atrás. He madurado, ahora, se emplear tácticas inteligentes, menos infantiles.
—La primera vez que saliste lo hiciste para verte con él...—habla señalando a Stan quien asiente.
—Hasta las veinte dos horas o promediándolo —confiesa sin que papá le diera la hora —La escolté en mi motocicleta hasta aquí —continua y papá afirma serio.
—¿Por qué volviste a salir?
—Solo salí una vez —le interrumpo —¿Por qué arriesgarme a tu enojo? No tiene sentido.
—¿Qué Sucede?
La pregunta de Stan es bastante atrevida, teniendo en cuenta que no ha sido contratado y escasamente conoce a mi padre. Ya me ha dicho que no se rige por protocolos molestos y eso lejos de molestarme, atrajo.
—Alguien ha atacado a la Kamil Slora y ella te señala a ti...
—¿Fue mortal? —papá solo me ve preocupado y sonrió —no perdería pólvora en alguien tan insignificante.
—Emma —me advierte y me encojo de hombros.
—De ser yo sería letal te lo aseguro....
Papá bufa, mientras que Stan solo sonríe divertido. La linda Kamil me ha acusado de ser la persona que la atacó. El tiempo del ataque coincide con mi segunda salida.
¡Perra astuta!
(...)
—No pensé que sería tan fácil —comenta viéndome salir sonriente. —porque esa sonrisa debe ser algo bueno.
Afirmo a Stan entregándole un papel con varios documentos que necesitará. Adoptar a un niño no es nada fácil, tampoco debe hacerse de forma irresponsable. Yo quise corroborar que la historia era cierta antes de efectuar apoyo y solo empecé a mover mis hilos tras darme cuenta de que decía la verdad.
—Necesito esos documentos “LEGALES” —le advierto y sonríe —lo demás es tramite y esas cosas.
Vuelve a afirmar tomando el papel guardándolo en la solapa, abre la puerta del auto y me ayuda a entrar. Por fortuna, Gregory está ocupado en la mañana y no llegara hasta medio día. Stan es un hombre que sabe cuándo guardar silencio, también de pocas palabras. Asi que el viaje a la oficina es con él en silencio escuchando una vieja melodía en la radio.
—Llegamos —me dice tras varios minutos y descubro me he quedado dormida —¿Mala noche? —pregunta antes de salir.
—Consecuencias de salir a hurtadillas…
—¿No quiere saber cómo esta?
—No ha muerto o tendría miles de llamadas de casa —hablo recibiendo su mano.
La reacción que sigue es de Stan cubriendo mi cuerpo con el suyo y una voz bastante conocida que hace a mi cuerpo reaccionar. Esta en una zona de solo directivos, no genera ningún peligro, pero mi chofer es nuevo y lo desconoce.
—¿Podemos hablar? —mantiene la vista fija en Stan cuando formula esa pregunta —Soy su esposo —le advierte.
—¡Ex! —corrige Stan dando un paso atrás sonriente.
—¿Qué haces con este tipo? ¿Tienes idea de quién es?
—Se quien es, un amigo de tu casi cuñado y de Sasha.
No puede señalar a alguien por su pasado o su manera de vivir, cuando su familia por años se lucró de la misma manera, su tío aun lo hace y su hermana está saliendo con uno de ellos. Mi respuesta le enoja, pero sabe hay verdades en ella.
—¿Por qué no me lo dijiste? Estabas embarazada Emma…
Doy un paso atrás cuando el da uno hacia mí ¿Por qué? Me pregunto internamente. Él no se sintió feliz o intrigado por lo que vio ese día, las velas, flores y comida. Estaba más interesado en salir corriendo a los brazos de otra que en mí.
—¿Qué importa? La realidad es esta que vez —le digo señalando nuestra distancia —debiste hacer esas preguntas hace años y no ahora.
—Firmaste sin hacer preguntas…
—No me querías Alexis —le interrumpo lo veo negar y está a punto de hablar, pero se lo impido. —¿Qué haces aquí? Tu prometida esta entre la vida y la muerte acusándome de haberle disparado.
—Atropellado —me corrige y me alzo de hombros. — ya no habrá boda, estamos aún casados.
—¿Por qué sigues con eso? Y si lo estamos en verdad, vuelvo a firmar el jodido divorcio, tal cual era tu puto deseo hace seis años. Te lloré lo que debía llorar, tuve alguien por quien vivir, soñar y amar. Hice una promesa de decirte la verdad, pero no en ese instante. —guardo silencio contemplando la zona solitaria, no hay rastros de Stan, pero sé que está allí —si te decía que estaba embarazada, querrías quedarte a mi lado y un niño no te haría amarme.
—Te…
—No me amabas porque si pensaste en dejarme no lo hacías. De amarme la palabra divorcio jamás hubiera pasado por tu mente. Viste la mesa servida, las velas, te dije tenía algo que decirte ¿Qué hiciste? Entregarme el divorcio —vuelvo a interrumpir —quien ama en verdad se queda allí luchando hasta el final y no se larga a la primera…
—Te rendiste a la primera…
—¡Porque estabas mejor sin mí! Sabía que existía alguien más y lo comprobé cuando al bajar no te vi —sigo diciendo y alzo una mano al ver que avanza en mi dirección —… Kamil no es la mejor, pero lo acepto.
Aunque se revuelque con su hermano…
—¡No entiendes! —me interrumpe con violencia —recibí mensajes diciendo que estabas saliendo con alguien en mi ausencia y yo…busqué a alguien que te siguiera. Te deje libre porque creí que era lo que querías, nena y yo…
—Ya no importa Alexis —le calmo —yo tuve el tiempo de entender que esta separación fue lo mejor, de aceptar mis errores. Lloré a nuestro hijo y dolió, pero hoy es ese ángel que me motiva a ser una mejor persona. Mereces a alguien mejor que yo…
—¡Eres lo mejor! ¿Es que no lo entendiste? Yo no puedo amar a alguien más…—sonrió ante lo ilógico que es aquello.
Estaba a punto de casarse con esa golfa estúpida. Ahora se entera que estuve en embarazo, que perdí el bebé y ello le hace cortar con ella. Su sentido de culpa le obliga a volver con alguien que no ama, solo porque sufrió.
—No necesito tu caridad. Estoy bien.
Doy un paso lejos del vehículo y Stan sale de las sombras, pero también dos oficiales ingresan seguidos por mi padre que no tiene buen rostro.
—Señora O’hurn, necesito que nos acompañe…
Dos personas bloquean el paso a los oficiales hacia mí, uno de ellos es Stan y el otro Alexis. Le calman diciendo que solo voy a responder preguntas, pero ninguno sede.
—Está bien —les digo rodeándolo —hagamos esto, pero le aseguro que las cámaras del condominio me verán entrar, a las doce entrar y no volver a salir. —les advierto—cualquier acusación de esa…mejor vamos. Regresa con Kamil, ella te necesita más.
—Eres mi esposa Emma, te dejé sola en momentos que más me necesitabas… no volverá a suceder. —su terquedad me molesta al punto de verle enfadada, es mi padre quien le da punto final a la disputa.
—Siguen casados, yo le pedí a Pierre no anular ese matrimonio —ambos nos quedamos viéndole y, pero papá nos ve inalterable —te advertí no habría divorcio —me dice y mira a Alexis —y a ti Fiorella fue tajante en advertirte que pensaras bien las cosa porque no existía marcha atrás. Me da igual si viven separados o juntos ¡No habrá divorcio!
¿Por qué mi corazón late tan aprisa? Mi piel se eriza como si hubiera recibido la peor de las noticias. Una mirada a Alexis descubre que a él no le altera aquella confesión. Yo tenía mi vida planeada, sin él… no lo quería devuelta con sus migajas de cariño.
Porque no quería amor a retazos, merecía ser amada a plenitud. Kamil nunca nos dejaria en paz…
—Ustedes deciden ¿Los sigo, acompaño, me esposan? —les pregunto a los oficiales que miran a mi padre, luego a mí.
—No está bajo arresto, solo necesitamos que nos responda algunas preguntas.
—Les seguimos, tu madre esta esperándonos alla —la orden de mi padre no da lugar a quejas y mira a Stan —ha llegado la hora de demostrarme que tan audaz eres con ese volante.
En respuesta Stan solo sonríe abriendo las puertas del copiloto y la trasera del vehículo. He notado cierta mirada de rivalidad entre él y Alexis e imagino hace parte de algún enfrentamiento pasado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro