Final
Narrador
Jason contempla la tumba frente a él, sostiene en sus manos una flor que deja encima del nombre mientras suspira. Nunca pidió heredar nada probablemente nadie lo crea, solo aquellos que vivieron a su lado y se dieron cuenta que tenía una vida sin su abuelo. Su padre se esmeró en mantenerlo lejos, era el anciano el que insistía en ocupar un puesto que Matthew Frederick no le dio nunca.
El de abuelo.
Tardó mucho en darse cuenta de lo que causó la lejanía entre su padre y Epson. Creía que se debía a ese espíritu de intromisión que había en el anciano. Se abraza a su esposa al sentir su mano en su cintura y suelta el aire fuerte.
—Es mi culpa.
Una acusación que ha rondado su cabeza desde que supo los motivos que llevaron a su primo de atacarla. Heredó el 75 por ciento de la industria, junto con todas las demás posesiones. A sus tías sólo les dejo el 30 solo de la empresa, ni más ni menos. El reconocimiento que tuvo el chico que por años le sirvió fue un 5% y un edificio en Manhattan.
Una miseria vista desde el punto de vista de terceros, una fortuna si se tiene en cuenta lo miserable que era Epson con sus hijas. El no pidió ser querido o que esmerara en atenciones, lo ocupó en un par de ocasiones y cuando la vida de la mujer que amaba estaba en peligro.
—No lo es —le corrige su esposa —Alexis y todos saben que actuaste por desesperación. En todo caso, yo serio igual de culpable que tú, era su madre y mi deber era corregirlas a ambas.
—¿En qué momento nos alejamos tanto? Epson entró a sus vidas, envió a esa mujer para dividirlos, creó dudas en Alexis diciendo que ella tenía una amante...
—Eran muy inmaduros cielo...
Constantemente se ve imaginando que hubiera pasado si en vez del 5, le diera 10 o 15. Las cosas hubieran cambiado, pues todo esto inició por ese quince que estaría en manos de Alexis de haber divorcio. Epson no soportó saberlo y empezó a crear en su cabeza la manera de hacerse a ese dinero.
Nunca pensó que hacer esa cláusula matrimonial entre Alexis y su hija de ceder el porcentaje correspondiente a Alexis en caso de haber divorcio traería tanta tragedia a ese matrimonio. La llegada a su vida de Kamil de manera accidental lo vio como una profecía. Kamil lo buscó por ser el jefe de su madre en aquella época y en búsqueda de la verdad.
—Él ya estaba podrido por el odio amor —comenta su esposa sacándolo de sus pensamientos. Pega su cabeza en su pecho y le abraza. —Lo importante es apoyar a Alexis y no dejarlo solo.
Va a necesitar de ayuda para salir de este bache. Toda esta tragedia se hubiera evitado de muchas maneras, una de ellas es no dejarlo solo cuando quiso casarse con Emma. La mención de su hija lo hace estremecer. El abrazo logra calmarlos, pero no lo suficiente como quisieran.
—Mis tías han pedido una reunión.
La estatua de un ángel custodia las tumbas de los suyos. La figura blanca de brazos extendidos parece seguirles en algunos momentos. Les da un último vistazo a las fotos de los suyos antes de salir de allí. Saber los motivos por los cuales su padre lo quería lejos del viejo empañó los planes de boda. Su abuelo era el principal sospechoso del accidente en dónde perdió la vida su madre. Una sospecha que se hizo realidad cuando la investigación realizada por él dio sus frutos.
Epson Frederick asesinó a su madre, porque no la veía a la altura de su heredero.
—Gregory lo comentó esta mañana, también que te negaste a verlas.
—Se lo que desean. —responde distraído —no me interesa hacer negocios con ella, ya no...
No puede negociar de esa manera el asesinato de los suyos. Ha decidido dejar en manos de sus hijos y Alexis aquella decisión, hacerse a un lado y disfrutar de su vejez con su eterno amor.
—Van a aceptar. —le dice ella intuyendo sus pensamientos y afirma en silencio tomando las manos de su esposa.
Si es la decisión a la que han llegado va a respetarla, esa y todas las que en adelante tomen. Se siente demasiado cansado para seguir atajando y corrigiendo. Vincent e Ivanna son sabios cuando no intervienen en la vida privada de sus hijos una vez son adultos.
—Lo mejor es dejarlos decidir ¿Qué dices? —le pregunta un instante y ella sonríe asintiendo.
Una sonrisa falsa porque detrás de ella se esconde el miedo y dolor. Fiorella se abstiene de no darle preocupaciones, pero no es necesario que lo diga. Basta con verla a los ojos para saber lo que siente y teme.
—De todas maneras, enfrenta cargos civiles, con eso tiene suficiente. —le explica a su mujer. —salgamos de aquí.
Avanzan por entre las tumbas dejando atrás las de su familia. El ángel de alas y manos extendidas va haciéndose más pequeño a medida que se alejan. El largo camino hacia la salida, le recuerda el mismo que han hecho como esposos.
Si algo han aprendido en estos 38 años de casados es que el amor es importante y quizás la base del éxito, pero, no es suficiente. Han tenido pequeños y grandes enemigos que han puesto a prueba ese amor constantemente. Hizo falta tenacidad y fortaleza para saber vencerlos.
—Jules se gradúa este verano. —comenta Fiorella intentando sacarlo de aquel silencio.
Al verla intentar animarle no puede evitar sonreír. El recuerdo de aquella chica se diecinueve años, que cantaba en Central Park llega a él. En un comienzo le atrajo la voz angelical, le bastó verla aquella mañana para saber que había encontrado el amor.
En adelante quiso crear el ambiente perfecto para cortejarla. Presentarse como un millonario, no creía que iba a funcionar, la mujer y su amiga tenían orgullo, las había visto rechazar regalos costosos.
—¿Se lo dices tú o se lo digo yo? —Pregunta con una sonrisa que es imitada por su mujer.
—Se lo diré yo.
Y así queda escrito en el silencio que sigue. Jules fue el chico que acompañó a Isabella y a Gadien en esa excursión. El mismo que recibió un golpe en la cabeza al no querer llamarla cuando Ethan asaltó a Gadien en el hospital.
Ind. Frederick lo contrataría en el área jurídica, lugar que tendría la posibilidad de ascender si él se lo proponía.
—Necesitamos rodearlos de más personas como él —comenta ella y asiente.
—Es un gran chico...
Fiorella se queda viendo a una dirección y se detiene de pronto. En tantos años de casados a aprendido a respetar sus silencio y a ignorar el enigma que suele ser ella algunas veces. Sin importar que sea escéptico a algunas cosas, él a aprendido a guardar comentarios.
—¿Todo bien? —se anima a preguntar y afirma viéndole sonriente.
—Mejorara dentro de poco.
—Si mi señora lo dice, asi debe ser.
Se permiten sonreír al salir del todo tomados de la mano y se detienen brusco al ver a sus hijos frente a ellos. Gregory, Matthew, Jason e isabella.
—Es hoy —comenta su hija simplemente —creímos era una buena idea acompañar a Alexis.
—Íbamos hacia allá —responde Fiorella.
Dos meses ha estado su hija internada en ese centro, tras la depresión que le siguió. Los hombres que contratados por su hija hicieron un excelente trabajo, tan limpio e impecable fue, que antes de dar los detalles a su esposo, se lo dieron a su hija.
—¿Te sientes bien papá? —pregunta Jason cuando nota entra a la limosina y cierra los ojos.
—¿Papá? —insisten sus hijos con voz asustada ante su silencio.
—En adelante y hasta nuevo aviso...pueden hacer de sus vidas los que se le pegue la gana —comenta sin abrir los ojos y entrelazando su mano con lo de su esposa —estamos demasiado viejo para estas cosas.
—De mí no tienes que preocuparte —abre los ojos viendo a su hijo Jason quien habla y se burla de él.
—Porque no vas a casarte y vas a incubar esos huevos que tu y tu amiga gay han fecundado en una clínica de fertilidad —detalla empezando a reír —dejaré que el destino te golpee —señala a Fiorella —mientras la vida se burla de ti —luego a todos sus hijos quienes sonríen —y el mundo goce de tu estupidez —señala a todos dentro de la limosina —¿Por qué no pude disfrutar de un noviazgo de ustedes normal?
—El mio fue normal.
—Y el infierno es frío Bella —se burla Gregory de Isabella y ella se encoje de hombros.
—He cambiado...
—¿Le creemos? —la pregunta la hace su madre viendo a su esposo quien niega.
A Gregory hubo que amenazarlo y se casó con Des solo por estar en embarazo, lo mismo ocurrió con Matt, Isabella creo un novio falso y la historia le salió bastante bien, pero inicialmente fue el mismo, Emma tuvo que obligarla a casarse.
—¿Por qué no pueden ser normales? —arremete y Gregory sonríe divertido —¿De que cojones te Ries?
—Tendré un cortejo normal con una chica, lo prometo —le dice su hijo Matt y bufa —seré el hijo modelo, me amarás.
—Tu eres otra historia —se queja y todos sonríen.
—Des está embarazada —confiesa Gregory y todos guardan silencio. —dijeron que solo tenia un 30 por ciento de probabilidades...
—El treinta por ciento es más que suficiente para hacer un milagro —comenta su madre dándole las felicitaciones.
Estaba aterrado podía verse en sus ojos cuando aceptó las felicitaciones. No estaba seguro si debía estar feliz o preocuparse por la salud de su mujer. Él quería un hijo varón, pero no si eso dejaba en riesgo a Des.
—No hay riesgos —le calma su hermano gemelo al entender su miedo —te lo aseguro.
No alcanza a responderle, la limosina entra por una zona privada del centro libre de la prensa.
Emma
Dos cosas le pedí a Stan el día en que le contraté, encontrar la verdad y no dejarme caer en la venganza. Acudí a él cuando supe que Kamil si besó a su hermano y sobre eso quería averiguar. También, proteger a Ind Frederick por lo que había dicho Kamil.
Jamás creí que contratarlo me llevaría hasta el culpable de mi desgracia. En ese instante yo creía el culpable de todo era el destino, hasta que todo empezó a enredarse por un lado y develarse por otro.
¿Cómo creer que los ataques a mi hermano y el mio estaban relacionados? Y lo que es peor, que uno de los nuestros estaba detrás.
Yo quería buscar a Epson y hacerle pagar lo que me hizo. Stan tenía una promesa que cumplirme, la de no dejarme absorber por la venganza. Alexis sabia que estaba actuando extraño, pero Stan supo ver lo que haría.
Ambos aseguraron me ayudarían a salir, buscar a Epson y vengarme. Stan distraería a Alexis y yo seria sacada para un supuesto examen. Cubrirían la cama con almohadas y no iba a tardar, ambos dijeron saber dónde estaba el traidor en estos momentos.
En lugar de ir por él, Stan lo trajo a la clínica, con ayuda de mis hermanos y padre. Yo había dejado en la cama varias almohadas para cubrir mi cuerpo. Me sacaron del lugar y todo marchaba perfecto. Hasta que entré al auto y quien estaba detrás del volante era mi padre. Stan había dejado en la encimera su arma, Epson entró, la vio e hizo tres disparos a lo que imaginó era yo.
Se corrió el rumor en la industria que Alexis y yo nos divorciaríamos, también que yo le sedería mis acciones tal cual estaba pactado y papá accedió. Aquello fue la manera que encontraron de atraer al verdadero culpable. En ese punto era obvio era uno de los hijos de mis tías, pero se les dificultaba señalar a Epson.
—¿Lista? —pregunta Alexis y afirmo sonriente —¿Segura?
—Muy segura —le digo con seguridad —¿Y tú?
—Siempre estoy seguro —responde firme y ambos reímos.
Con un "Yo no olvido las promesa y las cumplo siempre", Stan se disculpó cuando fui devuelta a la habitación. Siempre estuve equivocada con ellos y lo que eran, los vi como aves de rapiña que hacían dinero sin importar a quien dañaban.
Por alguna razón desconocida, aquel grupo de cinco hombres t les había caído bien y se aseguraron no decayera. Dos meses en donde pude reencontrarme, fui amada, mi hijo creció y logré sentirlo por primera vez. Era la semana número diecinueve y lo sentí pequeñito casi que impartible. Suficiente para saber tenia a parte de Alexis y mis padres por quien vivir.
—Andando entonces —comenta extendiendo una de sus manos pues la otra arrastra mi equipaje. —debería dejar esto aquí, no lo vas a necesitar en un buen tiempo.
—Se debe dejar en la recepción —respondo porque he pensado en lo mismo.
James estuvo todo el tiempo en casa de uno de los amigos de Stan, Nicolai, a quien aun no conocía. Lo ayudaron a ocultarse al descubrir era inocente y la policía tenia ordenes de disparar. En pago por el apoyo decidió quedarse a trabajar con ellos y ayudarles en la creación de su empresa.
James Slora seria el gerente de la recién creada empresa. Kamil esperaba juicio recluida en una clínica de reposo al igual que Epson en prisión.
Las tías habían vendido las acciones a Gregory en un intento que retiraran los cargos, algo que no era tan sencillo. Lo que si hizo mi padre fue restringir información a la prensa y controlar todo cuanto salía sobre mi asalto.
Tal cual lo hizo conmigo con el escándalo de la excursión, que fue criticada ampliamente por ellos. Según mi padre señalar a un Frederick y lanzarlo a los lobos (prensa), era como hacerlo con él.
—¿Quieres ir a algún lugar?
Me quedo viéndolo un instante antes de responder y afirmo. Hay un sitio al que siempre he querido volver.
—¿Cómo lo supiste? —pregunto sorprendida —¿Has hablado con mamá?
—Puede ser —responde sonriente.
Salimos al ultimo de los pasillos en cuyo final está la recepción. Seis figuras en pie me esperan al final, todas ellas sonrientes. Mis padres y hermanos han dejado sus ocupaciones para acompañarme ese día, demostrando con eso que nada es más importante que la familia.
—¿No lo esperabas? —niego a Alexis quien solo sonríe —tampoco yo, creo que decirme a mi era dañar la sorpresa.
Últimamente todo es risa y felicidad, vivimos rodeados de un mundo de colores. Es tanta la dicha que nos rodea que temo sea un sueño del que despertaré en cualquier momento. Alexis suelta mi mano al llegar hasta ellos y avanza a recepción dejando mi equipaje. Es el encargado de firmar y llenar la forma, mientras yo me fundo en un abrazo con los míos.
—Lo lamento mucho, prometo no defraudarlos jamás.
Aquella disculpa que me era difícil todos estos años salió de manera libre de mis labios, sincera y con muchas lágrimas. Antes de pedir perdón a otros, yo debía reconciliarme conmigo. La base de una nueva vida estaba fundamentada en eso.
—Hace mucho tiempo no lo haces nena —responde mi padre —defraudarnos —dice tomando mi rostro entre sus manos —estoy...estamos muy orgullosos de ti.
A la ultima en abrazar es a Isabella, lo primero que hace es llevar su mano en mi vientre y la deja allí mientras me abraza.
—Espero no seas lagrima suelta como tu madre —susurra en mi oído.
—Isabella...
Advierten todos, pero esta vez solo tengo para esas palabras una sonrisa. ¿Madurez o resignación? Es posible que sea un poco de las dos, entiendo que Isabella tiene un gen único para hacerme enojar y yo... he demostrado ser mas inteligente que ella.
—¿NO vas a llorar? —se queja alejándose de mi abrazo y viéndome a los ojos.
—He entendido que las almas "pequeñas" no tienen remedio.
Frunce las cejas y me mira molesta, vuelve la mirada a todos quienes sonríen. Siempre ha sido su talón de Aquiles su baja estatura, dentro de todos.
—Necesito a Gadien en estos momentos.
La risa de todos y el abrazo de mi padre es suficiente para calmarla. Admiro en ella la capacidad que tiene de burlarse de si misma y que todo le importe.
Verla sonreír a papá y hacerle muecas para hacerle reír entiendo que ella brilla con luz propia. Su afinidad con papá es por tener el mismo temperamento bromista, suelto y rebelde.
Me place verlos feliz, por primera vez puedo verlos con una sonrisa, que aumenta al recibir el abrazo de mi madre y de mis hermanos. Debo volver con el psicólogo, salir de allí en nada significa que estoy sana. Simboliza solo que he logrado avanzar un escalón de los muchos que me faltan.
Ya no es necesario fingir ser fuerte y que todo está bien en mí.
—¿Des y las niñas? —pregunto a Gregory.
—Te esperan en casa —responde y mira a Alexis —¿Puedo?
—Por favor —responde saliendo al lado de Jason haciéndome un guiño al pasar por mi lado.
—Des está embarazada —responde tomando mis manos para ayudarme a salir.
—¿Es saludable para ella? —no puedo evitar preguntar.
—Matthew dice que no hay riesgos.
—En ese caso ¡Felicidades!
Salimos por el portón trasero, el principal estaba libre, pero papá no quiso arriesgarse. En un costado encima de una moto estaba un hombre que sonríe al verme salir al jardín. Desde el día del incidente no lo veo y tampoco le he agradecido todo cuanto hizo.
Gregory me suelta y Alexis mira el sitio que ha llamado mi atención, sonríe saludando a Stan quien solo alza el mentón.
—Es bueno verte feliz —me dice al verme detener frente a él —no voy a disculparme.
—Lo sé.
—Te luce esa panza —comenta y hace un gesto de permiso de tocarla y asiento simplemente —Un trato es una promesa y las promesa son inquebrantables—me dice al apoyar su mano en mi vientre —ese miserable no merecía morir, la muerte es un alivio que pocos merecen.
Sonrío alzando el dedo índice en su dirección y se queda viéndolo por un instante antes de soltar la mano que tiene en mi panza. Entrelaza su dedo con el mio mientras sonríe.
—Gracias por todo Stan. Aprendí mucho en estos meses junto a ti —confieso y afirma con suficiencia. —¿Leíste esa carta?
—Ya no importa... ella fue —comenta encogiéndose de hombros —solo me hizo creer que me quería para que le diera libertad.
—¿Quizás alguien se la llevó?
Su rostro es el vivo reflejo de la desesperación y dolor, aunque se esfuerza en ser fuerte. Toma la llave de la moto ingresándola en la ranura y apoyo mi mano encima.
—Ahora más que nunca deberías leer esa carta Stan. —aconsejo —cuando la encuentres podría ser demasiado tarde.
—¿Y si tengo razón?
—¿y si no? —le replico seria y se queda viéndome antes de asentir.
—¿Te gustaría ser nuestro jefe de seguridad? —pregunta Alexis detrás de nosotros y Stan solo lo ve en silencio —o el padrino de nuestro hijo.
—¿Ambas? —pregunta extendiendo la mano hacia Alexis. —¿Amigos? —me pregunta y es mi turno de apoyar la mano encima de las suyas.
—¡Hecho!
Lo vemos alejarse del sitio extendiendo una mano a manera de despedida. Es posible que no cumpla ninguna, ni buscar a Mía, trabajar con nosotros o ser el padrino de nuestro hijo. Y no importa, porque obtuvimos de él lo que realmente cuenta.
Su amistad.
Tres meses después
—¿Cansada? —me pregunta cuando el auto se detiene y las rejas de la casa se abren.
—Hay espacio para esta visita. —respondo con tranquilidad.
—No tienes que hacerlo si no quieres —insiste.
—Quiero hacerlo.
La última vez que pisé ese césped lo hice acompañada de Jules y con mi equipaje. Había firmado el divorcio, mi mundo se desboronaba y estaba completa. El hogar en el que quise construir mis sueños de ser una buena esposa y cambiar estaba en penumbras. El letrero de en venta fue puesto esta mañana, una decisión que Alexis y yo habíamos tomado. Bastante dolorosa, esa casa era el recuerdo de los sueños que teníamos.
Con siete meses de embarazo, la certeza que tengo un mi vientre un solo niño (lo que me alivia), } es varón y todo un mundo de momentos agradables piso el primer escalón de la casa. Ayudada por Alexis, entramos a nuestro antiguo hogar.
No somos los mismos a aquellos que lo hicieron hace más de ocho años. Chicos de veinte cuatro años jugando a ser grandes, inmaduros, llenos de miedos y errores.
—¿Te sientes bien? —la voz de Alexis hace eco en el primer salón y afirmo.
La preocupación esta en su rostro al verme en silencio contemplando la soledad. Los muebles y decorado fueron retirados por la inmobiliaria, dándole a la casa ese aire de soledad que la arropa por tantos años.
Cierro los ojos al sentir de pronto el golpe de recuerdos y al abrirlos nuevamente me veo a mi ocho años atrás. La chica que deambula frente a mi o el hombre que se cruza con ella a medio camino no son felices.
—¿Bebé? —me llama Alexis.
Sonrío con algo de tristeza diciéndole adiós a esa parte de mí. No hay nada que lamentar de aquella época, salvo a nuestro hijo, todo lo demás era efímero.
—Ya puedo irme —hablo al fin.
Ya me despedí de mi pasado, enteré parte de él y solo dejo a flote los errores para no volver a repetirlos.
—Prometo que envejeceremos en la casa de tus padres —le escucho decir—pedir perdón siempre que cometa un error...
—Jamás te pediré perdón —comento volviendo hacia él y le sonrío.
—Dormiré desnuda y de ti depende si continuas o no enojado —finalizo y su ceja rubia se alza divertido.
Se cruza de brazos y sé que está procesando mi comentario.
—En ese caso quiero estar enojado todo el tiempo —responde al fin abrazándome desde atrás y dejando un besos en mi cuello —¿Cuándo empezamos?
—Cuando deje de ser una ballena con patas —respondo apoyando mi mano en mi vientre. —con un demonio en su interior.
Imita mi sonrisa recibiendo mi beso, cada uno se despidió de ese lugar como quiso. Yo con la promesa de no cometer los errores de antes y el haciendo las suyas y un beso.
—No me importa ese Demonio que hay en ti ...siempre y cuando me ames como el mismo infierno.
Mil y mil gracias.
Aplausos para ustedes...
Su humilde servidora y amiga agradece este apoyo.
Y espero que sigan haciéndolo
No tiene epilogo porque despues de esta viene
¡Jefe! ¿Yo que?
y
Infable
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