Parte 2: Capítulo 8
Ingreso a Arendelle con mi caballo.
Me muevo por las calles de Arendelle tal como me fui de aquí: Con una capucha que cubre mi rostro.
A pesar de ser de día, prefiero estar de este modo. Si han pasado cosas desde que me fui, tal vez existe la posibilidad de que los ataques de los grupos rebeldes hayan aumentado.
Pero si Anna me pidió que viniera, debería estar a salvo, todo debería estar todo bajo control.
Me detengo con mi caballo al ver una estatua dorada de dos niños de pie mirando al horizonte. Esto no estaba antes.
Sin perder más tiempo, continuo con mi marcha hasta el castillo.
Ya cuando casi estaba en la entrada, veo a Anna vestida con un atuendo similar al de Elsa cuando fue nombrada como Reina, su cabello está arreglado para que pueda lucir una tiara dorada con piedras vedras. Admito que me es extraño verla así, ni en mis sueños hubiera creído que alguna vez Anna sería la Reina de Arendelle.
Ella mir a todos lados, saluda amablemente a cada aldeano que pasa por allí.
Gracias al sonido de mi caballo nota mi presencia a unos cuantos pasos de ella.
— ¡(Y/N)! — Exclama con entusiasmo. Reconoce mi rostro a pesar de mi atuendo — No sabes cuanto te hemos extrañado.
— El gusto es mío Anna. Recibí tu carta días atrás, es increíble que hayas adivinado donde estaba — Bajo de mi caballo y camino para mirarla a los ojos.
Durante el trayecto, descubro mi capucha y dejo ver mi rostro con total libertad.
— No era difícil de suponer que irías a Agder, era algo bastante obvio — Nos abrazamos calurosamente.
— Creo que sí — Libero una risa torpe — No dudé ni un segundo en venir, sabrás entender que ésta es una situación anormal para mí. Pero dime, ¿Dónde están Elsa e Iduna?.
— Lo sabrás en su momento, ven, te invito a entrar al castillo, allí hablaremos.
Aceptando su invitación, los soldados de la guardia real abren la compuerta y nos dejan pasar.
Me siento un poco incómodo aquí. Tengo la sensación de ser una persona ajena al Reino, es como si fuera un completo extraño.
Anna interrumpe nuestro andar antes de ingresar por la puerta principal del castillo.
— (Y/N), han habido muchos cambios en Arendelle. He realizado muchas modificaciones, pues no te sorprendas si ves una…
— ¡Reina Anna!, ¡Cuidado! — Oigo una voz a mi izquierda.
Sin poder reaccionar correctamente e impedido de mirar. Siento una fuerte patada en mis costillas, el fuerte golpe hace que caiga estrepitosamente por los suelos.
Una ligera cortina de polvo surge desde el suelo, mi cuerpo yace adolorido, honestamente no esperaba ser recibido de esta forma.
— ¡Teniente Mattias!, ¡¿Qué significa esto?! — Exclama Anna con indignación.
— ¿Teniente Mathias? — Levanto la vista luego de que el polvo se dispersara.
— ¡Ese hombre es peligroso su Majestad! — Lleva a Anna detrás de él para protegerla y me observa detención.
— Así que eres tú Mattias — Me pongo de pie con ciertas complicaciones — Ha pasado tiempo, no has cambiado mucho.
Miro al hombre de piel oscura de pies a cabeza. Lleva consigo un nuevo uniforme y una espada en su cinturón. Su golpe aún repercute en mi cuerpo, sigue siendo un hombre bastante fuerte.
— ¿Esperen?, ¿Ustedes dos se conocen? — Anna interviene en el espacio que se ha formado entre Mattias y yo.
— Sí su Majestad, reconocería ese rostro donde fuera. Has crecido (Y/N), tu y yo tenemos una deuda pendiente, tus poderes de fuego no me asustan, estoy listo para combatir.
Mattias adopta una posición de combate. Saca su espada listo para pelear.
— Lamento decepcionarte, pero ya no tengo mis poderes. Han ocurrido muchas cosas desde que era un muchacho, pero si quieres pelear lo haremos a golpes.
Retiro la capucha de mi cuerpo y me posiciono también listo para luchar.
— Por mí está bien — Mattias deja su espada y muestra sus puños.
— ¡Nadie peleará en este lugar!, ¡Es una orden! — Anna interrumpe nuestra preparación — No sé qué está sucediendo, pero lo arreglaremos como personas civilizadas y no a golpes, ¿Están de acuerdo?.
— Sí su Majestad — Mattias recapacita sus acciones ante el regaño de Anna.
— Estoy de acuerdo. Pero hay algo que quiero saber Anna y lo sabes.
La miro con preocupación al recordar a Elsa. De algún modo debe haber una conexión entre Mattias y ella, si él está aquí significa que pudo salir del bosque encantando sin problemas.
— Les invito a entrar al castillo. Comeremos chocolate mientras tendremos una cálida conversación junto a Kristoff y Olaf — Nos invita Anna con alegría.
Mattias y yo aceptamos su gentil invitación.
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— Es increíble que me haya perdido de todo eso en casi un mes que estuve afuera — Comento sorprendido al escuchar todos los detalles de como Elsa y Anna repararon un error provocado por su abuelo, el Rey Runeard, que traicionó la confianza de los Northuldrans hace 34 años.
Por suerte Elsa e Iduna se encuentran bien, durante el trayecto hasta aquí tuve el presentimiento que algo horrible les había sucedido a ambas, por suerte están a salvos en el bosque encantado.
En este momento, todos estamos reunidos en la mesa del comedor real. Hay muchos bocadillos como tartas y chocolates.
Al otro lado de la mesa, Kristoff y Olaf están muy felices al verme; en tanto Mattias, sigue con una expresión de disguto, todavía guarda rencor hacía mí.
— Fueron días muy peligrosos tanto para nosotros como para Arendelle — Aporta Anna con despreocupación sentada en el asiento principal.
— Aún así, todo terminó bien y ya habrás notado los cambios en Arendelle — Kristoff se muestra relajado.
— Noté algunos cambios como la estatua que está a la entrada del pueblo.
— Representa a nuestros padres, confirma la alianza realizada por Arendelle y los Northuldrans.
— Confieso que todo esto me es difícil de creer, de un momento a otro ustedes son descendientes de un pueblo que habita en el bosque encantado(…)
— ¡Y que tú pudiste rescatarnos! — Mattias me interrumpe con enojo al otro lado de la mesa.
— ¡Alto! — Anna trata de calmar el ambiente antes de que todo pueda salirse de control — (Y/N), queremos saber cómo es que conoces la existencia del bosque encantado.
— Es una historia que jamás le dije a alguien, ni siquiera Elsa sabe de esto. Hay momentos en que creí que todo era un sueño, pero parecía tan real y al ver a Mattias frente a frente, puedo confirmar que todo lo ocurrido allí fue real.
— ¡Por favor!, basta de rodeos. Diles a todos como es que traicionaste nuestra confianza y nos abandonaste en ese bosque. ¡Pudimos haber regresado con nuestras familias hace mucho tiempo! — El Teniente de las milicias de Arendelle está a punto de perder la compostura.
— Empezaré desde el principio — Ignoro a Mattias a propósito — Fue durante mi adolescencia en Agder, en ese momento como ustedes recordarán yo tenía la habilidad de controlar el fuego. Era un dia lluvioso, como el mejor soldado de todo Agder, se me concedió una semana libre para ir donde yo quisiera como reconocimiento por mis labores, en ese entonces, tuve la brillante idea de conocer uno de los lugares conquistados por nuestro ejército. Pero en el camino escuché un canto de sirena, era un lugar con escasa vegetación y muy lejos del mar, lo que era improbable que una sirena estuviera cerca, pero mi curiosidad fue más fuerte y decidí seguir ese canto que se escuchaba más cerca a medida que avanzaba. Llegué a la entrada de un lugar cubierto por una densa niebla, similar a la de Sandnes(…)
— Recuerdo que dijiste haber visitado un lugar así — Kristoff recuerda mi comentario en la fogata junto a Hrolf y Sigrid.
— Era un adolescente y tenía mucha curiosidad por saber que había del otro lado, así que trate de ingresar y para mi suerte pude hacerlo sin problemas.
— ¿Cómo es que pudiste hacerlo?, nadie podía entrar ni salir de allí — Anna pregunta con sorpresa.
— Desconozco la razón, pero pude ingresar allí. Al igual que ustedes, recorrí ese bello bosque, todo era maravilloso y armonioso. Hasta que vi a unos sujetos armados de frente.
Miro a Mattias con disimulo antes de continuar:
— Como ya habrán notado, ese grupo eran Mattias y los demás soldados de Arendelle. Ellos me pusieron al tanto de todo lo que ocurría allí, de como la naturaleza estaba en armonía con los Northuldrans, al igual que ustedes ahora, yo tampoco pude explicarles de como ingresé al bosque. En ese entonces, Arendelle y los Northuldrans gozaban de una tregua. Y por mi culpa esa tregua de seguro que se rompió por una cobardía de mi parte.
— Al fín decidiste admitirlo — Mattias comenta con sarcasmo.
— ¿Qué fue lo que ocurrió allí? — La Reina Anna se muestra confundida.
Alcanzo un chocolate con mis manos antes de continuar con mi extenso relato:
— Los Northuldrans me recibieron gentilmente, me acogieron como uno de los suyos e incluso realizaron una ceremonia por mi presencia. Por una extraña razón no se acercaron mucho hacía mí, ni realizaron preguntas del por qué estaba en ese lugar, era como si supieran de algo, pero no querían admitirlo. Por mi parte estaba muy a gusto, los ancianos narraban historias de su pueblo con bastante dedicación y los bailes que realizaron fueron estupendos que olvidé por completo la idea de salir del bosque. Pero durante la noche, escuché un ruido en mi tienda antes de dormir, sentí como alguien me estuviera vigilando, así que salí para ver mejor. Recuerdo que la luna estaba llena, podía ver todo con cierta claridad, hasta que sentí como alguien arrojaba una pequeña roca a mis espaldas, preparé mis sentidos, mis manos estaban extendidas y miraba por todos lados preparado para lo peor. Una vez más sentí otra roca pero esta vez en mi hombro y…en un descuido lancé una llama de fuego al creer haber visto una sombra entre los árboles, ese fue mi gran error, todo se incendió en un parpadeo(…)
— Aquí viene la mejor parte — Mattias parece adoptar una postura de orgullo y una gran sonrisa triunfante. Ha estado esperando esto por años.
— Estaba asustado, los desperté a todos. Tan solo pude correr en busca de la salida, había caos, gritos y llantos — Mi mente recuerda las voces desesperadas de esas personas — Corrí, corrí tan rápido que pude encontrar la salida, reconocí el camino por donde había ingresado. En ese momento, cuando estaba decidido a salir, escuché la voz de Mattias que me había seguido, él necesitaba respuestas y yo no sabía que decir. Así que me retó a un duelo para arreglar el malentendido, si él ganaba, yo debía volver con los Northuldrans y explicarles todo y buscar una manera de salir del bosque; pero si yo ganaba podía marcharme sin problemas. No pude hacer mucho, era un adolescente y no sabía como controlar mis poderes con normalidad, por lo que Mattias me venció sin inconvenientes, pero yo no cumplí mi parte del trato y al escuchar como los habitantes del bosque encantado venían hacia mí, decidí cobardemente salir de esa densa niebla, para no volver nunca más.
— ¿Qué ocurrió después de eso Teniente? — Anna mira sorprendida a su hombre de alto rango.
— Por supuesto, toda la culpa recayó sobre mí y nuestra tregua se rompió, por lo que volvimos a enemistarnos. Tuviste el descaro de salir de allí con total libertad, después de que te vi intenté correr hacía mi anhelada libertad, pero fue imposible. Sólo tú pudiste hacerlo, pensaste solo en tí y nos abandonaste por completo.
— Te pido disculpas, no hay palabras que puedan describir la vergüenza que siento en este momento. Todo esto parecía un mal sueño, parecía algo irreal, me cuestioné muchas veces si realmente estuve allí o no.
— Estás perdonado, eso es historia pasada, ya soy un hombre libre, con escuchar tus disculpas mi alma puede estar en paz — Mattias come un trozo de pastel — Tuvimos un gran duelo allí, me gustaría que pudiéramos repetirlo mañana si no te molesta.
— Dudo mucho que pueda, pretendo ir mañana al bosque encantado. Deseo ver a mi esposa y a mi hija, pero por sobre todo, remediar mi error con los Northuldrans, debo disculparme.
— ¿Qué?, ¿Te irás tan pronto? — Pregunta Olaf con tristeza.
— Volveré Olaf, confía en mí amigo — Intento levantar su moral.
— Si ese es tu deseo, no interferiré. Estoy segura que a Elsa le encantará verte — Sonríe Anna con felicidad.
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