Parte 2: Capítulo 7
La veo, es ella, es Elsa. ¿Qué intenta hacer?, ¿Dónde estoy?.
Puedo verla que está cerca de un roquerío, hay mucha lluvia y una tormenta bastante peligrosa en todo el océano.
Elsa amarra su cabello y corre directamente hacía el mar. Con cada paso congela momentáneamente el agua, intenta sobrepasar una gran ola que viene directamente hacía ella.
Pero lamentablemente el mar le impide avanzar más.
Nuevamente intenta sobrepasar las olas, esta vez tiene suerte y logra sostenerse de una roca. Con su mano congela una gran cantidad de agua e intenta trasladarse.
Lamentablemente el hielo se rompe en pedazos y la fuerza del mar hace que caiga una vez más.
¿Por qué lo hace?, ¿Qué la motiva ir más allá?
No sé que hacer, solo puedo observarla.
——————————————————————————————————————————————————————
Abro los ojos con algo de temor.
Mi corazón late fuertemente, mi cuerpo está sudando. Mi cabeza no deja de pensar en ese sueño.
— Parecía tan real, es como si estuviera allí.
Trato de volver a conciliar el sueño, pero ya está por amanecer.
Mientras intento recordar ese extraño sueño, me es imposible pensar en Elsa y en Iduna.
— ¿Dónde estarán ahora?, ¿Debería enviar una paloma mensajera avisando que estoy aquí?. Mejor no, fui desterrado de Arendelle, tal vez es inapropiado para hacerlo, aún así, merezco estar en contacto con mi hija, ¿Pero si ya no les importo?.
Con todas esas preguntas en mente, me dispongo a levantarme de mi cómoda y espaciosa habitación. Perfectamente decorado con una hermosa pared blanca y hermosos muebles que están en perfecta armonía con el lugar.
Los rayos del sol, se hacen notar cada vez más. Una nueva jornada está por comenzar.
Luego de hacer los quehaceres de mi habitación, estoy listo para salir.
Al abrir la puerta, veo que Astrid está en frente de mí, como si estuviera esperando a que saliera de allí.
Astrid luce diferente, está vestida con un traje de color gris muy distinguido y con un fuerte labial rojo en sus labios.
— Buenos días (Y/N) — Saluda con una hermosa sonrisa en su rostro mientras arregla la posición de sus lentes de su rostro.
— Buenos días Astrid — Digo con algo de sueño — ¿Qué haces aquí?.
— ¿Acaso lo olvidaste?, me prometiste ayudarme con…ya sabes que — Mira hacía todos lados para que nadie pueda escucharla.
— ¡Oh!, ¡Es cierto!, es verdad. Veo que ya estás preparada, de seguro que Hrolf notará tu vestimenta.
— Eso espero… — Suspira con angustia.
— Bien, es hora de desayunar. A partir de este momento comenzará nuestra operación, ¡Vamos Astrid!.
Ambos caminamos hacía el comedor principal del castillo.
Extrañamente no he dejado de pensar en Elsa.
——————————————————————————————————————————————————————
Astrid y yo estamos sentados en nuestros respectivos asientos de la gran mesa rectangular del comedor.
Ella está al lado derecho del asiento de Hrolf, mientras que yo en el izquierdo.
Su Majestad ya debe estar por llegar.
Desde que decidí quedarme en Agder, Hrolf ha tomado la decisión de que los tres estemos juntos durante las tres comidas del día. A pesar de su apretada agenda, aún así Hrolf se ha permitido compartir con nosotros. Anteriormente sus comidas las consumía solo en su oficina.
De algún modo, mi presencia ha hecho que salga un poco más de su espacio habitual.
— Buenos días a todos, perdonen mi tardanza — Hrolf ingresa por la puerta del salón.
— Buenos días amigo — Realizo un gesto con mi mano.
— Buenos días… — Oigo tímidamente la voz de Astrid.
De inmediato, Hrolf toma asiento en su lugar y tal como ha ocurrido en otras ocasiones, Astrid desvía la mirada de él.
— Luces bastante hermosa Astrid — Hrolf nota la vestimenta de su mano derecha. Es un gran paso.
— Oh…gracias señor — Astrid responde con torpeza. Tuvo la oportunidad de realizar una pregunta o un cumplido.
Sin perder más tiempo, algunos cocineros del Reino ingresan con todos los alimentos necesarios para comenzar el día.
Dirijo la mirada hacía Astrid para que ella pueda captar mi señal: Ahora es el momento de tomar la iniciativa, debe comenzar con algo sencillo, como preguntar acerca de cómo pasó la noche.
Astrid, de inmediato capta mi señal y se dispone a hablar:
— ¿Rey Hrolf?.
— ¿Ocurre algo Astrid? — Hrolf la observa con curiosidad mientras disfruta de su desayuno.
— Yo…quería saber…¿Qué hará con las peticiones de los artesanos?, ¿Tendremos el suficiente presupuesto para considerar la compra de herramientas?.
Miro con confusión al oír su pregunta.
— Lo haremos Astrid, yo me encargo de todo — El Rey se concentra en su comida.
La chica de cabello negro, se centra también en su comida, pero no antes mirarme con vergüenza ante su actuar.
Creo que esto no será para nada fácil.
Libero un suspiro antes de comer.
——————————————————————————————————————————————————————
Luego de nuestro desayuno, tenemos programado un breve paseo al mercado y a las zonas céntricas de Agder.
Hrolf, Astrid y yo, acompañados de algunos soldados caminamos por el mercado donde se siente en el aire una mezcla de muchas especias y verduras frescas.
Por mi parte, he retrocedido algunos pasos para dejar a Astrid y a Hrolf solos.
Tal como en la primera hora del día, Astrid se muestra bastante tímida junto al hombre del que está enamorada. Es incapaz iniciar una simple conversación casual, pero no la culpo. Si fue educada por monjes, de seguro que el deber de responsabilidad está primero en sus prioridades.
Mucha gente nos saluda con entusiasmo, en especial los niños que caminan a mi alrededor.
Me siento muy a gusto aquí. Jamás me hubiera imaginado que mi lugar en el mundo sería el Reino donde crecí.
Aunque a decir verdad, extraño mucho a Arendelle, en especial a Elsa…
Mi mente está en blanco, no puedo mover mi cuerpo, estoy sintiendo una especie de visión:
Es Elsa, conozco esa larga cabellera, se está congelando. ¿Pero cómo?
Puedo verlo todo, está en una especie de bosque de hielo. Mira hacía el cielo y con sus últimas fuerzas extiende su brazo y lanza una especie de rayo.
— Anna… — La oigo decir.
¿Qué está pasando?.
— ¡(Y/N)!, ¡(Y/N)!, ¡Vamos responde! — Oigo la voz de Astrid mientras mueve mis hombros.
De un momento a otro vuelvo en sí, puedo controlar mis articulaciones y volver a mover mis extremidades. Me siento algo mareado.
— ¿Dónde estoy? — Miro a mi alrededor al percatarme que mucha gente está observándome.
— Está en el mercado de Agder señor (Y/N) — Veo a una niña al lado de cabello negro a la altura de la cintura de Astrid responder a mi inquietud.
— Amigo, ¿Qué fue eso?, es como si no estuvieras aquí, perdiste la razón por algunos minutos, pero aún así pudiste mantenerte de pie — Hrolf comenta a mi izquierda.
— Gracias chicos, creo que estoy algo cansado. No tuve un sueño reparador.
— Será mejor que vayas a la enfermería — Propone Sigrid.
— No, estoy bien. Volveré al castillo si no les molesta, lo siento mucho pero mi cuerpo está exhausto.
— Está bien, puedes marcharte — Hrolf toma mi hombro — Tú salud es primordial. ¿No es así chicos?
— ¡Por supuesto!
— ¡Debes mejorarte!
— ¡Vamos (Y/N)!
Son las palabras de todos los aldeanos de Agder que nos observan.
Algunas lágrimas se forman en mis ojos. Ver a cada uno de ellos alentarme es algo que nunca he vivido, estoy algo emocionado.
— Antes de marcharme, quisiera hablar a solas con Astrid si me lo permite su Majestad.
— ¡Oh sí!, me adelantaré.
Luego de algunos segundos, mientras Hrolf y los aldeanos se dispersan, puedo finalmente hablar con Astrid.
— ¿Ocurre algo (Y/N)? — Pregunta con cierta preocupación.
— ¿Qué ocurre contigo?, deberías aprovechar esta oportunidad de hablar con Hrolf de algo que no sea trabajo.
— Lo sé, pero ¿Si se enfada conmigo?, ¿Si hay un silencio incómodo?, no sabría que hacer — Sus manos tiemblan de nervios.
— Sé tu misma, confío en tí. Si no dejas florecer tu personalidad jamás podrás conquistarlo, en el fondo sé que a Hrolf le agradas y se llevará una grata sorpresa al saber un poco más de tí.
Astrid toma valor y está dispuesta a dar el siguiente paso:
— ¡Lo intentaré!, ¡Es ahora o nunca!.
— ¡Esa es la actitud! — Le doy palabras de aliento.
Astrid voltea y camina a toda prisa para reencontrarse con el hombre de sus sueños.
Ya más tranquilo por cumplir mi misión. Regreso al castillo con la intención de dormir una siesta.
— Creo que me estoy sintiendo algo mal — Tomo la temperatura en mi cabeza al sentir algo de fiebre — Esa visión me dejó con muchas preguntas, ¿Qué significará?
——————————————————————————————————————————————————————
Muevo mis pies. Estoy recostado, no quiero abrir los ojos, estoy muy a gusto así.
Mientras recuerdo el por qué estoy en mi habitación, muevo los dedos de mis manos y volteo mi cuerpo hasta alcanzar una posición más placentera para continuar mi sueño.
— ¿Qué hora es? — Me pregunto al recordar como llegué a mi habitación — Tan solo iba a descansar por unos minutos.
Abro los ojos y puedo notar como desde mi ventana el atardecer se deja ver.
— Rayos, dormí más de lo que debía. ¿Dónde están mis modales?.
Sin perder más tiempo, me levanto de mi cómoda cama.
Oigo como mi estómago pide algo de comer. Ya deben ser horas de cenar.
Camino hasta la puerta e iré al comedor.
Tendré que dar explicaciones a Hrolf sobre mi conducta.
——————————————————————————————————————————————————————
Abro la puerta del comedor con total despreocupación y somnolencia.
De imprevisto, observo como Hrolf y Astrid conversan con mucha confianza entre sí.
Ellos todavía no notan mi presencia.
Mi mirada se centra en los múltiples platillos que hay, parece un banquete. Incluso hay un platillo reservado para mí.
Ambos ríen, ambos se ven felices el uno con el otro. Finalmente lo hizo, finalmente Astrid logró acercarse a su verdadero amor.
— ¡Oh! (Y/N), ¿Hace cuánto que estás ahí?, ven, acércate — Hrolf se muestra preocupado por mi estado de salud.
Con algo de culpa me dirijo hacía uno de los asientos disponibles. Si no fuera por que mi estómago pide algo de comida a gritos, los habría dejado solos.
— ¿Cómo te sientes? — Astrid pregunta con una gran sonrisa. Sus ojos lucen brillantes, no puede disimular su felicidad.
— Mucho mejor — Procedo a sacar algo de carne a mi plato.
— ¿Qué ocurrió?, es como si no estabas con nosotros.
— Tuve una visión Hrolf, vi a Elsa congelada. Desconozco si fue alguna alucinación, pero parecía muy real.
— Tendrás que comunicarte con ella de algún modo, puede ser una señal. Todavía eres su esposo, y recuerda que ambos tienen una hija.
De pronto, vemos que la puerta del comedor se abre repentinamente.
— ¡(Y/N)! — Entra un mensajero de Agder — Ha llegado una carta para tí.
El hombre se acerca con la carta en mano.
— ¿De parte de quién?.
— De…de la Reina Anna de Arendelle — El hombre titubea.
— Anna no es la Reina de Arendelle — Hrolf le corrige.
— El remitente está bajo ese nombre su Majestad — El mensajero está algo intranquilo.
Recibo la carta y la abro con un cuchillo.
Leo detenimiento cada palabra de la carta:
"Querido (Y/N):
Si recibes esta carta lo más probable es que te encuentres en Agder. Han pasado muchas cosas desde que te fuiste. Tal como habrás notado, he sido nombrada como Reina de Arendelle. No pretendo entregar detalles en esta carta, por ello como primera medida he decidido derrogar tu destierro para que puedas regresar en cuanto antes a Arendelle.
Con amor, Anna"
— Debo regresar a Arendelle — Les comento.
— ¿Pero cómo?, no puedes volver — Astrid se ve confundida.
— Anna derrogó la medida, debo regresar. Si Anna es la nueva Reina, eso significa que algo le ocurrió a Elsa.
— Haz lo que debas hacer (Y/N) — El Rey de Agder se muestra muy sereno — Puedes utilizar todo lo que desees para tu viaje de regreso. Buen viaje querido amigo.
— Gracias Hrolf, partiré esta misma noche.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro