Parte 2: Capítulo 2
— ¿Me estás diciendo que Elsa no te ha hablado desde ayer? — Kristoff se muestra sorprendido con lo ocurrido.
Ambos nos encontramos en el establo de Sven, ordenando y limpiando el lugar. Kristoff carga su cuerpo hacía una pala para descansar
Ayer, el doctor Anton, médico general de Arendelle me dio el alta contra todo pronóstico. Dijo que ya no necesitaba más reposo y que solo podría realizar actividades ligeras.
Por ello es que decidí esta mañana cambiar mi rutina y ayudar a Kristoff con la limpieza de este espacio.
— Así es amigo, fue una pésima decisión comentarle la razón por la cual acepté el trato de Kol.
— No puedo culpar a Elsa, en su lugar habría reaccionado de la misma forma. Admiro su actitud, si fuera yo, creo que te habría golpeado.
— Pues eso no me ayuda — Respondo con preocupación.
— Lo siento amigo. Entiendo tus motivos, pero esto no terminará de un día para otro. Así que creo que tendré que cobrar mi apuesta con Anna.
— ¿Qué apuesta? — Miro sorprendido.
— Verás, con Anna apostamos que después de tu recuperación…ya sabes…tú y Elsa estarían más…"comprometidos" — Muestra una sonrisa torpe.
No puedo evitar sonrojarme al oírlo. En cierto modo estoy enojado por esta apuesta que realizaron cruelmente a mis espaldas, a pesar de mi estado de salud; pero también estoy decepcionado por no cumplir con mis deberes maritales.
¿Qué estoy diciendo?.
— ¡Hey!, ¡No!. ¿Cómo es posible que hayan apostado eso? — Me altero levemente.
— Tranquilizate, no somos tan malos como crees. Sabíamos que Pabbie te salvaría y para disminuir nuestra preocupación, con Anna decidimos apostar, es todo.
— ¿Qué apostaron si se puede saber? — Lo miro con enfado.
— Anna me prometió que si ustedes dos llegaran a intimar, yo iría de compras con ella y con un traje elegante para la ocasión; pero si no sucedía ella debería acompañarme a recolectar hielo en uno de mis viajes.
— Vaya, Anna detesta recolectar hielo.
— Lo sé, pero era una apuesta que no pude rechazar. Y no te preocupes, Elsa te perdonará, confía en mí.
— Deberé ser paciente y esperar — Comento abatido.
Pero antes de proseguir con nuestras tareas de limpieza, algo viene a mi cabeza.
— Dime Kristoff, ¿Qué ocurrió con Sandnes?, ¿Lograron encontrar a alguien?.
— Verás, luego de nuestra retirada, los soldados de Agder no encontraron a nadie. Un grupo pequeño de soldados de Agder se encuentran vigilando las fronteras de Sandnes, tenemos sospechas que Kol tenía motivos para atacar a todo el pueblo.
— De seguro creen que volvera, ¿No es así?.
— Según las cartas que nos envían desde Agder se sospecha que Kol volverá.
— Tiene sentido, me causa cierto misterio saber de él — Miro hacía el suelo con los dedos apoyados en mi mentón.
— Creo que ya es momento de retomar nuestras tareas — Kristoff me impide pensar con claridad.
De pronto, escuchamos la voz de Anna a cierta distancia:
— ¡Kristof!, ¿Dónde estás?.
— ¡Por aquí Anna! — Grita en dirección a la entrada.
— ¡Oh!, ¡Aquí estás! — Anna ingresa al establo — ¡(Y/N)!.
Ella viene a mí a paso firme, como si estuviera molesta conmigo por alguna razón.
— ¡¿Cómo pudiste?! — Me regaña firmemente. Estamos a menos de un metro uno del otro.
— ¿Qué ocurre? — Levanto mis manos en señal de paz.
— ¡Es increíble que decidieras abandonar a Elsa y a Iduna!, ¿Y que hay de Kristoff y Yo?, ¿Acaso no te importamos?.
— Veo que Elsa ya te contó todo — Suspiro con tristeza.
— ¡Por supuesto que sí!. Nos contamos todo, me molesta que ambos no hayan pasado la noche juntos.
— Ya está enterado de nuestra apuesta — Kristoff comenta haciendo alarde de su victoria.
— ¡Eso me molesta en lo absoluto! — Muestra una actitud casi infantil, como un berrinche — Dínos (Y/N). ¿En serio querías alejarnos de tú vida?, somos una familia, ¿Cómo pudiste?
Adopto una posición firme para tratar de explicarles todo:
— Anna, Kristoff. Quiero que sepan que todo lo que hice fue por el bien de Elsa. Desde que me convertí en su Príncipe consorte, su vida corre peligro y ¡La de ustedes también!. Pensé que por un segundo que si podía rehacer mi vida y evitar a Arendelle a toda costa, el Reino volvería a la normalidad.
— Tal vez no estés de acuerdo conmigo Anna — Kristoff toma la palabra — Pero (Y/N) ha estado bajo presión durante el último tiempo. No ha sido fácil, para serte sincero, creo que yo también habría hecho lo mismo en su lugar.
— ¿Qué estás diciendo Kristoff? — Anna lo observa con indignación.
— Sacrificar tu propia vida, tu propio presente para que la persona que amas tenga un mejor futuro, es un acto de amor verdadero — Completa el hombre de cabello rubio y de grandes músculos.
Me emociono levemente al escucharlo.
Ni yo habría podido explicarlo de mejor manera.
— Es la verdad Anna, soy capaz de hacer todo por Elsa — Trato de que no caigan lágrimas por mis ojos.
— No tengo palabras, es una situación difícil de entender — Anna parece resignada — Aún así, creo que Elsa merece una disculpa de tú parte.
— Creo que este no es el mejor momento, necesito un tiempo a solas para pensar mejor — Respiro profundamente — Iré al pueblo, necesito caminar.
— ¿Estás seguro? — Kristoff se muestra alarmado — ¿Irás a pesar de lo que pasó?, ¡Es muy peligroso!.
— Estaré bien, confía en mí.
Dejo de lado lo que estaba haciendo y me dispongo a salir del establo.
— ¡Espera! — Interrumpe Anna — Tengo algo de curiosidad por saber que cosas ocurrieron dentro de tu cabeza.
— Sí (Y/N), dínos — Kristoff se suma también.
Rápidamente, mi mente recuerda el beso con Anna. Mis mejillas se vuelven rojas y mis manos tiemblan producto de los nervios. No puedo decirles a ambos de ese hecho, Kristoff sería capaz de golpearme si supiera y Anna de seguro que trataría de evitarme al igual que Elsa ahora.
— Nada importante — Respondo fugazmente — Me iré, ¡Adios!
Corro a velocidad media hacía las inmediaciones del castillo.
— Kristoff tiene razón, es muy peligroso allí afuera. Será mejor ir armado.
Ingreso por la puerta de entrada que me llevará a mi oficina.
Buscaré alguna daga e iré al pueblo sin que nadie lo note.
——————————————————————————————————————————————————————
Deben ser pasado el mediodía y han pasado casi 10 minutos desde que empecé a recorrer las calles de Arendelle.
Solamente yo y nadie más.
Me causa una leve angustia al recordar el rostro de Elsa sumamente decepcionada de mí.
No pudimos pasar la noche juntos, ni siquiera he tenido contacto con Iduna, que está con su madre todo el tiempo.
Me detengo al ver a tan solo unos metros de mí, el mercado de Arendelle. Hay mucha gente allí.
Fue en ese lugar donde ese hombre intentó asesinar a Elsa.
Mis piernas tiemblan, parece que fuera hace bastante tiempo, pero tan solo pasaron algunos días desde aquel incidente.
Con convicción, decido acercarme.
De seguro que el Rey Agnarr y la Reina Iduna habrían decidido acercarse a ellos y hacer como si nada de esto hubiera pasado.
Camino hasta adentrarme a los puestos de frutas, verduras y semillas. Hay bastante personas en este lugar. Ninguno parece notar mi presencia.
Sin preocupación alguna, deambulo libremente por los puestos.
Hasta que me detengo en uno que me llama la atención.
Es un puesto de lo que parecen ser tubérculos.
Tomo una para comprobar su textura firme y su aspecto polvoriento.
— ¿Qué es esto? — Pregunto al agradable hombre bonachón que observa con una pequeña sonrisa mi actitud.
— ¡Rey (Y/N)!, ¡Que agradable sorpresa! — Exclama con cierta alegría — Se llaman patatas, son el alimento del Nuevo Mundo.
— ¿El Nuevo Mundo dices? — Me asombro al oír ese lugar.
— Así es su Majestad. Más allá de los mares y del continente, hay un mundo lleno de oro y de grandes cosechas, muchos exploradores han viajado y han recorrido ese maravilloso lugar.
— Parece ser un paraíso.
— Eso dicen las historias de aquellos que pudieron ver ese lugar con sus propios ojos su Alteza. Por favor, siéntase con la libertad de probar una.
Sin cuestionar, limpié este tubérculo y la mordí con fuerza.
— Es exquisito — Su sabor siguen presentes en mi paladar.
Pero dejo de hacer lo que estaba haciendo, al sentir repentinamente una presencia acercarse de manera inusual a mis espaldas.
Volteo, y lo que veo es a un adolescente de 17 años aproximadamente a menos de un metro de mí, sosteniendo un cuchillo a la altura de su cintura dispuesto a atacarme.
Sin poder reaccionar como qusiera, siento que el filo de la cuchilla se incrustan lentamente en mi estómago.
Nadie parece notar lo que ésta sucediendo a excepción del hombre de las patatas. Todos caminan y realizan sus compras despreocupadamente.
— Esto es por la liberación de Arendelle — Susurra el adolescente de cabello castaño a mi oído.
Siento con dolor, como el el filo de su arma es retirada afuera de mi cuerpo.
— ¡Dios mío No! — Una mujer anciana observa en evidente estado de shock como el arma sale de mi cuerpo con la sangre cayendo al suelo.
Todos, en un abrir y cerrar de ojos notan como este joven intentó acabar con mi vida.
Observo con ira al adolecente que parece disfrutar de su cometido.
— No te salvarás de esta — Lo miro directamente a los ojos.
De mi cintura, extraigo la daga y sin pensar, ataco al muchacho en su estómago delante de todos.
— ¡AAAAAHGGG! — Grita el joven en evidente estado de dolor — ¡Te mataré!.
El muchacho cae de espaldas y se retuerce de dolor.
— ¿Qué ha hecho?.
— ¿Cómo es posible?.
— ¿Están viendo lo que yo veo?, ¿El Rey (Y/N) atacó a ese joven?.
Son las preguntas que realizan todos los presentes en el mercado.
Al darme cuenta de mis actos, veo a todos mirarme con horror.
Mi corazón late, ese joven pone sus manos en su estómago y se sigue retorciendo.
Tendré que actuar al respecto.
— Ven, te llevaré donde el Doctor Anton. Te recuperarás — Tomo al joven en mis brazos.
Corro lo más rápido que pueda entre las personas. Ignorando mi propio dolor producto de su intento de homicidio.
— ¡Sueltame idiota!, ¡Déjame aquí! — Grita furioso el muchacho.
Esto no es bueno. Ahora sí estoy en graves problemas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro