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Parte 2: Capítulo 15

Abro los ojos lentamente.

Tengo un fuerte dolor en todo mi cuerpo.

Mis ojos observan el cielo mientras trato de recordar en donde estoy.

— ¿Qué hago en este lugar? — Mis manos sienten el césped — ¡ELSA!

Ahora recuerdo, Kol me derribó con sus poderes. ¡Por todos los Dioses!, ¿Por cuanto tiempo estuve  inconciente?.

Tratando de recomponer mi somnolencia me pongo de pie y miro hacia el bosque.

Mis ojos no pueden creer lo que están viendo: El bosque encantado nuevamente está cubierta de niebla, pero a diferencia de otras ocasiones, ésta es de color negro, se oyen truenos y se vislumbran relámpagos.

— Esto no está nada bien, ¡Tengo que hacer algo!

Corro a una velocidad media por las praderas hasta que mi cuerpo está totalmente preparado para aumentar el ritmo.

La culpa recae sobre mí, mi único deber era impedir que Kol lograse llegar al bosque y no pude hacerlo. Por mi culpa Elsa debe estar combatiendo contra Kol y su ejército.

Claro, si es que todavía sigue en pie…

— ¡No! — Trato de evitar esa clase de pensamientos — Elsa está bien, es fuerte, sé que podrá hacerlo.

La angustia de no saber sobre mi amada es proporcional al aumentar mi velocidad.

Finalmente, logro llegar a una de las  entradas del bosque.

Inhalo y exhalo profundamente cinco veces tratando de mantener la calma.

Al terminar, decido caminar para ingresar.

La niebla me impide ver más allá si extiendo mis brazos. El ruido de los truenos se hace más fuerte a medida que avanzo.

Guiado por mis sentidos camino muy despacio, evitando caerme o impactar contra un árbol o un objeto.

Me detengo de golpe al oír levemente a lo lejos el sonido de espadas.

Con el corazón agitado, sigo mi incierto camino.

A medida que avanzo, el sonido de las armas se oyen más cerca y la niebla se disipa un poco, eso sí, el ruido de los relámpagos no ha cesado y puedo ver algunos relámpagos cayendo del cielo.

— ¡Ayuda! — Oigo a alguien pedir auxilio no tan lejos de mí.

— Ese debe ser Raider, distingo su voz.

Concentrando mis sentidos me acerco hacía donde creo que está él.

— ¡Ayuda! — Se oye de nuevo su voz desesperada.

Logro ver limpiamente el bosque al acercarme.

Se ven bastantes huellas en el piso.

De pronto, oigo como si alguien estuviera talando un árbol.

— ¡Debe ser por allá! — Señalo a mi derecha.

Corro algunos metros hasta ese sonido, logrando ver a 3 soldados oscuros de apariencia similar a la de los Mercenarios de Hel creados por Kol tratando de cortar un árbol en donde diviso a Rider, sosteniendo una daga de hielo en la copa de éste.

— Tranquilo Rider, ¡Yo te salvaré!

Genero dos espadas de fuego y corro hacía esos soldados que notan mi presencia y se disponen repeler mi ataque.

Con un solo golpe, pude acabar con esos soldados fácilmente. Sus cuerpos regresan a un estado líquido oscuro.

Bajo la intensidad de mis poderes hasta debilitar las espadas de mis manos.

— Gracias (Y/N), no sé que habría hecho sin tí — Rider baja del árbol.

— ¿Qué pasó Rider?, ¿Dónde están los demás?.

— Elsa llevó a las mujeres, ancianos, animales y niños al centro del bosque, mientras que los hombres y los más jóvenes luchamos para defender nuestro hogar.

— Pues yo no te vi pelear.

— ¡Fue imposible! — Se queja — Eran cuatro soldados que no respetaban la lucha uno contra uno, tenía que ponerme a salvo.

Miro su daga que sostiene con fuerza.

— ¿Y eso?

— Elsa la fabricó con sus poderes, nos dió a todos un arma para pelear — Ofrece su daga para que pueda analizarla.

— ¿Ella hizo eso? — Me sorprendo al escucharlo.

La daga es verdaderamente hermosa, sus finos detalles la hacen similar a un arma del lejano Oriente.

Imitando la forma de la daga intento crear una con mi mano.

— Esto parece fácil — Le entrego a Rider una daga hecha con los poderes de fuego, el color rojo es bastante intenso.

— ¡Gracias (Y/N)! — Recibe mi trabajo con entusiasmo.

De pronto, oigo nuevamente los truenos.

— ¿Qué está ocurriendo? — Pregunto a Rider.

— Los espíritus están luchando por su cuenta también, el espíritu del viento está utilizando todo su poder, Kol es verdaderamente muy fuerte.

— Ni me lo digas, no pude contra él allá afuera.

— ¿Cuál es el plan?

— Defendernos y encontrar su punto débil, pero antes necesito llegar hasta Elsa antes de que Kol lo haga.

— ¡Cuenta conmigo!, ¡Sé el camino! — Rider camina con prisa entre los árboles sagrados.

Sigo su andar, sin dejar de observar los relámpagos que surgen en el cielo oscuro.

Durante el trayecto logramos acabar con algunos soldados de agua.

No parecen ser rivales tan poderosos, por lo que deduzco que su principal objetivo es retrazar al enemigo y llevarlo hasta el cansancio.

— Estamos perdidos — Rider está sumamente nervioso.

— ¡¿Qué dices?!, ¡Dijiste que conocías el camino!

— Lo siento, pero no puedo recordarlo. Usualmente los renos y los espíritus guiaban mi recorrido, pero ahora que están luchando no puedo hacer nada — Cae rendido y de rodillas al suelo.

Respiro serenamente y trato de encontrar algo que nos haga ir hacía Elsa.

Por más que lo intento, solo veo nieblas, relámpagos, árboles y hojas secas en mis pies.

De pronto, se oyen crujidos cerca de nosotros.

— ¡En guardia Rider!, tenemos compañía — Genero mis espadas.

Rider se pone de pie con convicción y sostiene las dos dagas.

Agudizo mis sentidos.

Parecen que son muchos.

De seguro son soldados de Kol.

Detrás de los árboles, mis sospechas eran correctas y veo a una tropa de aproximadamente 15 soldados caminando sin prisa hacía nosotros.

Intuitivamente, deseo lanzar algunas bolas de fuego, pero existe una alta probabilidad de incendiar el bosque.

Ya cuanto algunos soldados logran acercarse, corro para acabarlos con suma rapidez

La batalla ha comenzado.

Con un solo golpe logro derrotar a tres soldados, Rider por su parte con inseguridad logra acabar con uno.

Antes de que nos decidiéramos a atacar a los demás, los cuatro soldados se forman nuevamente.

— ¿Qué…significa esto? — Rider titubea.

— Es imposible, no deberían volver a regenerarse.

Corro hacia ellos y con dos certeros golpes acabo a los cuatros soldados antes de que los demás vengan a nosotros.

— Cada vez será más difícil, ya no bastará con un solo golpe Rider, tendremos que esforzarnos el doble para acabarlos.

Respiro con dificultad.

Nuevamente los soldados vuelven a formarse y para el colmo estamos rodeados.

Ya no han 15 soldados como preveíamos, ahora deben haber el doble.

Al estar distraídos no notamos que se han sumado más soldados de agua.

Ahora será mucho más difícil derrotarlos.

Esto será una misión suicida.

Nuestras espaldas chocan entre sí, y observamos nuestro alrededor como esas cosas se acercan.

— ¿Listo? — Pregunto en guardia.

— Listo — Suspira Rider.

Gotas de sudor caen por mi frente y mis piernas tiemblan un poco.

De pronto una flecha de hielo cae cerca de mí.

— ¡Rápido (Y/N)!, ¡Crea una barrera para ambos! — Oigo decir a una voz femenina.

Sin cuestionar, deshago mis espadas para formar una barrera de fuego que nos rodea a ambos de cabeza a pies.

Oigo un destello y de un momento a otro mi barrera se congela.

Aumento la temperatura para quebrar el hielo.

Al romperse, observo como todos los soldados y algunos árboles se congelaron.

— Llegué justo a tiempo — Vemos a Honeymaren bajar por una cuerda desde un árbol.

— ¿Qué haces aquí? — Pregunta Rider asombrado.

— Creo que la palabra que busco es "gracias" — Sonríe mientras camina hasta nosotros.

Ella viste con su traje habitual, sostiene de su mano un arco de hielo, detrás de su espalda carga con un portaflechas equipado hecha de hielo también.

Pero mis ojos notan que además trae consigo mi ballesta.

— Gracias Honeymaren, nos has salvado.

— No hay problema. Elsa me ordenó que viniera por tí, algo le decía que ya estabas en el bosque.

— ¿Elsa está bien?, ¿Cómo se encuentran los demás? — Me exhalto al querer respuestas.

— Tranquilo galán, todo a su  tiempo — Ríe Honeymaren — Te llevaré al centro del bosque.

— Debemos llegar antes de que Kol lo haga — Hago énfasis en ello.

— De ser así — Sostiene su mentón en forma pensativa — Seguiremos el río, es la ruta más rápida que conozco.

De este modo, Rider y yo seguimos a Honeymaren que nos  guía al extremo del bosque hasta llegar a un roquerío a la orilla del agua.

Pero algo que en primera instancia resultaría fácil se volvió un problema: A lo lejos, los espíritus del bosque despertaron y están luchando contra unos gigantes de agua.

No puedo contar cuantos gigantes hay allí, sus batallas son muy violentas que me impiden ver con claridad.

El agua del río se mueve con cada paso de los gigantes y el suelo tiembla también.

— Esto esta mal, muy mal — Rider intenta armarse de valor.

— No tenemos más alternativa que esquivarlos si queremos llegar rápido — Honeymaren corre decidida por las rocas, directo hacía los gigantes.

Detrás de ella corro también para no alejarme mucho de ella.

Los tres corremos con la adrenalina en nuestros cuerpos, un movimiento en falso y podríamos morir.

— ¡Cuidado! — Arrojo una bola de fuego a los pies de Homeyamaren para detenerla, al notar que un gigante de agua cae a metros de ella.

La caída del gigante hace que el agua explote por todos lados. Una alta cantidad de agua viene a nosotros.

Rápidamente, me adelanto y creo una barrera de fuego que nos cubre a los tres.

El fín del vapor nos indica que estamos fuera de peligro.

— No hay tiempo que perder, ¡Vamos! — Ordeno.

Con agilidad evitamos a los gigantes que combaten hasta alcanzar un lugar seguro siguiendo el cauce del río.

Estamos agotados, pero no tenemos tiempo para detenerlos.

Otro trueno se escucha.

— Ahora viene el relámpago — Honeymaren parece disfrutar mucho de la ocasión.

Tal como lo dijo, un rayo se divisa a lo lejos.

— Espero que esto termine de una vez — Rider yace cansado en el piso.

— Terminará cuando acabe con Kol.

— ¿De verdad pretendes acabar con él? — Honeymaren se muestra confundida.

— Sí, Kol quiere destruir a los espíritus del bosque. Creé que ellos han controlado a los Northuldrans y ansia liberarlos.

— Pero los espíritus no nos controlan, vivimos en armonía con ellos. Entiendo que desde la época del Rey Runeard nadie volvió a entrar al bosque, pero eso no es motivo para actuar así — Rider aporta a nuestra conversación.

— Kol, conoció el mundo más allá del bosque encantado. Él logró sobrepasar la niebla al igual como yo lo hice hace años, formó un trato con la Diosa Hela y recorrió muchos lugares y planeó éste día por años. En su cabeza, la idea de desarrollo y naturaleza son incompatibles.

— ¿Aún quieres acabar con él?, ¿No existe otra alternativa? — La bella chica de ojos cafés atrapa mis manos junto a las suyas a la altura de mi corazón — Debe haber otra forma.

— No la hay — Miro a sus ojos con convicción — Intenté hacerlo entrar en razón, pero fue imposible. Ha perdido la cordura, es un peligro para todos, mira a tu alrededor.

Otro relámpago ilumina el oscuro cielo.

— De ser así, necesitarás esto — Entrega mi ballesta que lleva consigo — Elsa me pidió que te la entregara, dijo que sería nuestra salvación.

— Gracias — Sostengo mi arma y la cargo en mi espalda — Sé lo difícil que debe ser para tí esta situación. Prometo que después de esto, todo volverá a la normalidad.

— Lo sé — Suspira resignada.

— Ya es hora de irnos — Interrumpe Rider al notar la escena.

— Te seguiremos, eres nuestra líder — Sonrío a Honeymaren.

— ¡Vamos! — Muestra una actitud confiada al  retomar el paso.

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