Parte 2: Capítulo 1
— Está despertando.
— Está abriendo los ojos.
Puedo distinguir voces de Kristoff y Anna mientras mis ojos se abren lentamente.
La luz del lugar obstruye mi visión por breves segundos.
Mi cuerpo yace recostado en lo que parece ser una cama.
Siento como unas pequeñas manos tocan mi nariz.
— Papá…papá — Parece ser la voz de Iduna.
Cuando ya mi visión se encuentra recuperada. La primera imagen que tengo frente a mí es la de Iduna en mi pecho, sosteniendo mi nariz firmemente.
— Iduna… — No puedo evitar emocionarme, su belleza pura e inocente me recuerda a Elsa de pequeña.
— ¡(Y/N)! — Elsa pronuncia mi nombre con emoción.
Observo a mi izquierda y mis ojos se posan sobre ella. Su cabello platinado luce más hermoso que nunca, lleva consigo su característico vestido de hielo.
Miro alrededor, y efectivamente, tal como mencionó el abuelo Pabbie, todos están aquí: A mi derecha están Anna y Kristoff, mientras que al final del cuarto se encuentran Sigrid, Lasse y…Olaf.
Una fuerte sensación de culpa surge desde el interior de mi cuerpo al ver a Olaf. Es increíble que durante este viaje me haya olvidado totalmente de él.
Llevo mis manos hacía Iduna que explora cada parte de mi cara.
— ¡Abuelo Pabbie! — Oigo la voz de Sigrid preocupada — ¿Se encuentra bien?.
El viejo Troll está sentado al otro de la habitación junto a Sigrid. Lentamente, al igual que yo, abre los ojos.
— ¿Dónde estoy? — Visualizo todo el lugar.
— Estás en Arendelle (Y/N), ¿No reconoces nuestra habitación? — Elsa se arrodilla hasta mi cama para estar a una altura similar a la mía.
En efecto, en un vistazo fugaz reconozco cada detalle de mi habitación.
— ¿Qué pasó? — Pregunto con cierto temor al recordar todos los hechos ocurridos, sin descuidar a Iduna que continúa encima de mí.
— Kristoff te salvó en Sandnes, (Y/N) — La joven pelirroja se acerca más hacía mí.
Desvío momentáneamente la mirada de ella. Mi corazón late con fuerza al verla y recordar como nuestros labios estuvieron juntos.
— Exactamente (Y/N), dije que cuidaría de tí y así fue — Kristoff infla su pecho de orgullo.
— Kristoff fue a tu rescate cuando ese misterioso hombre estaba por llevarte — Aporta Anna.
Mi cabeza de vueltas y trato de recordar el contexto de todo.
— ¿Podrían explicarme todo desde el principio?.
— Lo haré — Kristoff adopta una postura firme — Junto a Hrolf, vimos por los cielos la bengala de color verde. Fuimos lo más rápido que podíamos, pero la niebla dificultaba nuestra visión. Finalmente entre las calles te vimos recostado junto a un hombre de capucha negra que trataba de cargarte. Nuestra presencia lo alertó y se desvaneció como si fuera un fantasma. Intentamos proveer de primeros auxilios, pero fue inútil, no despertabas. Al ver a ese misterioso hombre, pensé en ver a Pabbie y te cargué en mis hombros en un largo viaje hasta El Valle de la Roca Viviente.
— Allí supuse que era un tema bastante complicado cuando escuché a Kristoff — Pabbie se pone de pie, ha estado muy callado, de seguro estaba recuperando energías — Al verte en ese estado, decidimos traerte de regreso a Arendelle e iniciar un ritual para entrar a tu cabeza.
— ¿Cuántos días han pasado desde Sandnes?.
— Has estado 3 días en reposo, fueron dos días hasta El Valle de la Roca Viviente y un día aquí, en Arendelle — Elsa toma mi mejilla y la acaricia suavemente. Mis ojos se posan en ella, admirándola desde sus delineadas cejas, pasando por sus grandes ojos hasta sus labios.
— Pero, nuestro viaje de regreso fue más hostil de lo que creíamos — Aporta Sigrid — Algunos de los aldeanos intentaron atacar a Kristoff e hirieron con elementos contundentes a parte de nuestro ejército.
Tengo un nudo en la garganta, había olvidado el pequeño incidente al momento de salir de Arendelle.
— Pero no debe preocuparse, su Majestad — Escucho la fuerte voz de Lasse — Nos hemos encargado de contener el perímetro del castillo por su seguridad.
— Muchas gracias Lasse — Le digo con algo de remordimiento por mis tropas. Finalmente los aldeanos cumplieron su amenaza y decidieron atacarme. Ahora nada me asegura de que la vida de Elsa y de los demás no corran peligro.
— Ahora dínos (Y/N), ¿Qué pasó por tu cabeza en el tiempo que estuviste dormido? — Anna se muestra bastante preocupada y curiosa al mismo tiempo.
— Eso será algo que (Y/N) deberá decidir si revelar o no — El abuelo Pabbie se acerca al lado de Elsa.
— Estoy en deuda con usted abuelo Pabbie, realmente estuve a punto de cometer un error allí, pero dígame, ¿Cómo es que todo parecía tan real si era una ilusión? — Pregunto con temor.
Pabbie libera un bufido antes de responder:
— Me sorprendí mucho cuando Kristoff me comentó sobre aquel hombre de vestimentas negras. Siempre creí que su existencia era nada más que un mito, pero finalmente fue demostrada: Se hace llamar a sí mismo como Kol, es un hombre que tiene la capacidad de controlar el agua. A pesar de su avanzada edad sigue deambulando en nuestro mundo, se dice que vendió su alma a la Diosa Hela, dueña del inframundo.
Mis ojos se abren considerablemente al oírlo. Si no fuera por Kristoff seguramente sería una de sus víctimas.
— Pero, ¿Cómo alguien puede tener tal dominio y controlar los recuerdos a su merced?.
— (Y/N), ¿Alguna vez oíste decir que el agua tiene memoria?.
— ¿El agua tiene memoria?, ¿Qué es eso? — Olaf escucha con detención.
— El agua, es parte importante dentro de la composición de los seres humanos. El agua ha pasado por lo menos cuatro otros seres humanos o animales antes de ser parte de nosotros. Esa agua almacena todos los lugares por los que he pasado y los recuerdos de sus antecesores.
— ¿Entonces Kol puede almacenar los recuerdos y crear mundos a su voluntad?, ¿No es así? — Ahora todo es más claro.
— Exacto y la única manera de hacer que despertaras era viajar dentro de tu cabeza — Pabbie suelta una tos rasposa.
— Insisto, estoy en deuda con usted abuelo Pabbie, si no fuera por su ayuda habría acabado con mi vida en ese instante.
— ¡¿Qué?! — Elsa se muestra preocupada — ¿Pensaste en acabar con tu vida?.
— No te preocupes Elsa — Sonrío — Eso quedó en el pasado.
— Debemos tener cuidado con Kol — Retoma Pabbie — Su juego es atrapar a las personas desesperadas por cambiar sus vidas, les ofrece viajar hasta el pasado y remediar su error. Cuando la víctima se encuentra en reposo busca que ésta misma acabe con su vida dentro de este mundo a través de sus peores pesadillas y así extraer todos sus recuerdos sin problemas.
Me siento enojado. Tengo rencor contra ese viejo llamado Kol. Todo lo que viví, todo lo que hice y lo que compartí con Anna, Elsa, Dyre y los Reyes Agnarr e Iduna fueron una farsa, un espejismo. No puedo creer que ese hombre sea tan despiadado.
— Eso es horrible — La voz de Anna se oye temblorosa.
— ¿Con qué propósito? — Se pregunta Kristoff.
— Francamente no lo sé.
Todos me miran al mismo tiempo, en busca de respuestas.
— (Y/N), ¿Hay algo que puedas contarnos sobre Kol?, ¿O de por qué te eligió a tí? — Anna me observa con preocupación.
No deseo responder, no en éstas condiciones. Me es difícil asimilar que en realidad han pasado 3 días, en mi cabeza transcurrieron muchos años. Ahora, tan solo quiero divertirme, aunque sea una hora con Iduna que yace tranquila en mis brazos.
Solo eso quiero.
— No creo que sea prudente decirles — Les comento con sinceridad.
— Entendemos — Pabbie toma la palabra antes de que los demás insistan — Estás en tú derecho, lo importante es descansar. No te preocupes (Y/N) no diré ni una sola palabra de lo que vi allí.
— ¿Podrían todos salir por favor? — Elsa mira a todos en actitud real.
Siento un pequeño cosquilleo en mi cuerpo al verla con la mirada firme y su cuerpo erguido. Me había acostumbrado a una versión más tímida e introvertida de Elsa.
— ¡Oh!, ¡Claro hermana! — Anna entiende que necesitamos algo de privacidad — Nos iremos de inmediato.
— Será mejor que me vaya, ya cumplí mi misión aquí — Pabbie se despide antes de ser llevado a la puerta.
Todos deciden salir de la habitación. Quedando solo Elsa, Iduna y yo.
Miro a Iduna y su pequeña cabeza está en mi pecho, su respiración es normal y controlada.
Por su parte Elsa se dirige a la ventana. La noto preocupada por algo.
— Elsa, ¿Estás bien?.
Ella no responde. Siento un tenso ambiente en éstos momentos.
— ¿Elsa…
— ¿Por qué lo hiciste? — Voltea a verme con los brazos cruzados.
Su expresión es de evidente enojo.
— ¿Hacer qué? — Pregunto sin saber nada.
— ¿Qué te hizo querer cambiar tu vida para que cayeras en la trampa de Kol?.
— Oh… — Genuinamente no creí que recordaría esa parte — No creo que debas saberlo.
Respiro pesadamente, me juzga con la mirada y no parece que me dejará descansar en paz a menos que confiese:
— Está bien, te diré todo. Pero te advierto que no te gustará saber por qué — Relajo todo mi cuerpo antes de proseguir —Lo hice por tí y por Iduna. Desde aquel incidente en el mercado que me he cuestionado todo. Sé que no soy un Rey muy apreciado por todos y no quiero que te lastimen por estar con alguien como yo.
— ¿Por eso decidiste recibir ese ataque antes de ir a Sandnes?, Sigrid me lo dijo todo — No parece estar más tranquila, al contrario, siento que está más enojada.
— Prefiero mil veces a que me ataquen antes de que decidan hacerte daño Elsa. ¡He tenido pesadillas en la que mueres! — Intento no hacer tanto ruido para no despertar a Iduna que ésta plácidamente dormida.
— ¿A qué momento de tu vida decidiste viajar?, ¿Cuál es el error que decidiste remediar?.
Puedo ver como la mirada de Elsa cambia de un momento a otro, está preparada para una respuesta que de seguro no sera de su agrado.
Seré fuerte y le diré toda la verdad.
— Yo…yo decidí viajar a mi infancia, en Agder. Pero…las cosas no salieron como esperaba, por una extraña razón Agder ya no existía y fui llevado a Arendelle.
— ¿Qué pretendías hacer en Agder? — Elsa trata de averiguar más detalles de mi plan.
Cierro los ojos antes de confesar todo. Estoy viviendo la calma antes de la tormenta.
— Quería vivir lejos de Arendelle, pretendía…que nuestros caminos no se cruzaran.
Los ojos de Elsa se abren al escucharme. Tal vez mi declaración fue mucho peor de lo que creía.
— Entonces, ¿Eso significaría que jamás te habría conocido?, ¿Acaso nuestra vida juntos no significa nada para tí?, ¿Soy un error en tu vida? — Se oye desilusionada, como si quisiera llorar.
— Elsa…no…déjame explicarte…
— Me voy de aquí — Se acerca hacía mí y en un movimiento fugaz traslada a Iduna a sus brazos.
Evidentemente molesta, se retira de nuestra habitación, dejándome solo y culpable por mis actos.
— Esto no puede estar pasando — Tomo mi cabeza con ambas manos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro