¿Cómo es posible que no lo pensé?, ¡Era tan evidente que esto iba a pasar!. Creí que sería diferente, pero no fue así.

Me recrimino una y otra vez.

El cielo está gris, el cielo llora.

Tal vez el cielo llora al ser un espectador más de la santa sepultura a sus reyes que alguna vez pudo contemplar.

Sus ataúdes que representan de manera simbólica la presencia de sus cuerpos, es el centro de atención de todos los que estamos presentes en esta pradera.

Por supuesto, Anna es la más afectada de todos. Nadie más que ella siente el dolor de perder a sus padres en un viaje que sabe que jamás regresarán.

Cierro los ojos y suelto unas lágrimas al recordar que Elsa debe estar sufriendo también.

Si tan solo no hubiera sido egoísta y hubiera pensando en el bienestar de Elsa y Anna, esto no estaría pasando.

——————————————————————————————————————————————————————

Toc toc

Escuché el ruido de mis nudillos contra la puerta de un gran salón ubicado en el segundo piso del castillo.

— Adelante — El Rey confirma mi entrada.

— ¿Me llamaba señor? — Me adentré y ví que este bello salón de alfombra azul y de mucha luz provenientes de las ventanas estaban los Monarcas de Arendelle hablando entre sí.

— Asi es (Y/N), por favor cierra la puerta queremos hablar contigo — La bella Reina me miró cálidamente a mis ojos.

Luego de cerrar con firmeza la puerta, di unos pasos adelante hasta estar frente a frente con ellos.

— (Y/N) — El Rey Agnarr tomó la palabra — Iduna y yo emprenderemos un viaje de dos semanas hacía el Reino de Corona, iremos solamente los dos (…)

Un fuerte escalofrío sacudió mi cuerpo. En ese momento me di cuenta que la vida de aquellos que me recibieron con los brazos abiertos en Arendelle corrían peligro.

— (…)por lo que en nuestra ausencia te hemos reasignado tus labores, a partir de mañana, estarás bajo las órdenes exclusivas de mi hija menor Anna. Reidum ya está al tanto de todo — El rostro del Rey estaba un poco nervioso.

— Procura hacerla felíz (Y/N), es lo único que te pido — La Reina tomó mis manos con fuerza, parecía como una despedida anticipada de lo que les vendría.

— ¿Irán solamente ustedes dos? — Intenté hacerlos entrar en razón — El clima podría estar peligroso, será mejor que vayan en otra ocasión.

— Descuida (Y/N), volveremos. Cuida bien de Anna — El Rey trató de contenerme.

— ¿Qué será de Elsa?, ¿Estará bien sin ustedes?

— Aprecio mucho tu preocupación  por mi hija — En ese entonces la mano de la Reina se posó en mi mejilla  — Cuando regresemos, de seguro Elsa podrá controlar sus poderes y todo volverá a la normalidad, serán hermanas nuevamente, confía en nosotros.

— No es que desconfíe de ustedes su Majestad, es solo que no sé que haría si algo les llegará a pasar — Les dije desde lo más profundo de mi corazón. Es extraño, pero les he llegado a apreciar como si fueran mis verdaderos  padres.

— Eres un buen chico (Y/N) — La Reina Iduna me dijo de forma maternal — El día en que llegaste a Arendelle, nació la idea de crear un orfanato para niños huérfanos, desde entonces tenemos casi 100 niños en ese lugar. Pero de todos los niños que hemos rescatado, tú siempre serás nuestro favorito. Si algo nos llegara a pasar, queremos decirte que te amamos, eres casi un hijo para nosotros y estamos muy orgullosos de tí.

La mirada de la Reina Iduna transmitía confianza, pero a la vez incertidumbre sobre hacer este viaje.

Pensé, pensé en decirles de donde provenía, solo así podía advertir que este viaje era una mala idea y que sus muertes en alta mar les causaría dolor a sus hijas y una herida que demoró años en cerrar.

Luego de eso, los abracé con fuerza, sentí su calor corporal y me despedí con un beso en la mejilla a ambos.

Ya nada estaba en mis manos, debía confiar en que todo saldría bien y que el destino estaría de su lado y todo cambiaría. Confiaba que al igual que la desaparición de Agder, algún hecho completamente fuera de lo normal ocurriría con respecto a los Reyes y que ellos volverían sanos y salvos.

Pero aún así, durante los siguientes días no visité a Elsa, realmente no pude, estaba sumamente nervioso y preocupado por la vida de sus padres que habría sido evidente mi angustia que me habrían delatado claramente ante una chica tan inteligente como Elsa.

Tan solo pasaron algunos días para que la noticia de sus fallecimientos se hiciera conocida por todo Arendelle y que mis esperanzas de encontrarlos con vida se desmoronaran.

——————————————————————————————————————————————————————

Pero ahora ya nada puedo hacer. Si tan solo les hubiera dicho una palabra, ellos seguirían aquí, con vida.

— (Y/N), debemos irnos — Anna me interrumpe y toma de mi brazo. Ella al igual que todos aqui vestimos de negro.

Caminamos de regreso junto a todos quienes decidieron mostrar sus respetos a los Reyes.

No digo nada, la culpa me invade mientras que las gotas siguen cayendo por los cielos.

——————————————————————————————————————————————————————
La lluvia ya se detuvo, observo las plantas del jardín sentado en la solitaria banca disponible.

— ¿Qué debería hacer ahora? — Me pregunto en ésta húmeda noche  — De seguro Elsa ya debe saber la noticia por Gerda, soy incapaz de mirarla a los ojos y consolarla. No puedo.

Respiro profundamente.

La mezcla entre la lluvia y la tierra fresca me relaja momentáneamente.

Me pongo de pie para ir a mi alcoba e intentar dormir.

— ¿Sigues despierto? — Oigo detrás la suave voz de Anna.

— Sí, no puedo dormir — Le respondo. Al verla, noto que todavía lleva consigo su ropa de luto. Deduzco que tampoco puede conciliar el sueño.

— ¿Puedo acompañarte? — Se acerca lentamente.

— Claro, adelante — Observo nuevamente las plantas del jardín.

Nos quedamos callados por un buen tiempo, admirando y observando la hermosa flora que ofrece el castillo.

Finalmente Anna decide romper el silencio que nos invadía.

— (Y/N)…¿Podría pedirte un pequeño favor?

— Lo que tu quieras — Le digo.

— ¿Podrías darme un abrazo?.

— Por supuesto, si eso te hace sentir mejor, lo haré las veces que sea necesario.

Cubro parte de su cuerpo con mis brazos. Por su parte ella hace lo mismo, pero apoya su cabeza en mi hombro.

— Gracias — Susurra.

— De nada — Susurro también.

— No sé que haría sin ti. Eres lo mejor que me ha pasado. Agradezco que mis padres te hayan elegido para acompañarme todos éstos años, eres todo para mí: Mi amigo, mi pañuelo de lágrimas y por sobre todo, un gran hombre.

Tal como alguna vez me comentó, deduzco por sus hermosas palabras, que Anna estuvo recordando todos los bellos momentos que vivió junto a sus padres. De seguro que ésta debió ser la ocasión.

De inmediato, Anna se separa de mí y sus ojos están clavados sobre los míos como si pudiera leer algo dentro de ellos.

— Jamás te dije que tienes una hermosa mirada — Su mano sube por una de mis mejillas y nuevamente se acerca hacía mí.

Nuestros cuerpos estan muy cerca uno del otro, que perfectamente puedo sentir sus pechos junto a los míos.

— Anna…estás muy cerca — Sonrío bobamente.

— También, tienes una bella sonrisa — Su otra mano sube por mi otra mejilla.

— Gracias Anna…pero no es para tanto — Intento safarme de ella, pero no puedo. Siento como todo su cuerpo ejerce presión contra el mio.

— Has cambiado mucho desde que te vi por primera vez, has crecido bastante (Y/N), jamás he estado tan cerca de ti como ahora — Sus manos acarician lentamente mi rostro.

A decir verdad me siento un poco incómodo. No sé como debo reaccionar.

— Te amo — Anna vuelve a hablar.

Como si fuera una trampa, sus labios chocan contra los míos y su respiración se acelera más y más.

Estoy en shock, me es imposible disfrutar de esto.

Extasiada, hábilmente intenta de ingresar su lengua en mi boca.

— ¡Anna no! — Exclamo antes de que pudiera realizar su cometido. La empujo levemente para desestabilizarla.

Doy unos cuantos pasos hacía atrás para alejarme de ella.

— ¿Qué ocurre? — Pregunta con inocencia dando unos pasos hacía adelante. Sus manos están sobre su pecho en una posición bastante vulnerable.

— Esto no está bien — Respondo con firmeza.

— ¿Por qué lo dices?

Su pregunta, me causa una leve irritación.

— ¿Cómo te atreves a realizar semejante pregunta? — Mi tono de voz se eleva — Estamos viviendo un período de luto, este no es el momento adecuado para realizar estas cosas. No estás pensando con claridad Anna.

— Te equivocas… — Eleva su rostro y su cuerpo está más erguido. Sus brazos están firmemente posicionados, en tanto que sus manos están apretados — Sé exactamente lo que estoy haciendo (Y/N). Ya no puedo ocultarlo más, he ocultado mis sentimientos por tí todos éstos años, y  sé con certeza que en el fondo de tu corazón sientes lo mismo por mí.

Ante su mirada confiada, desvío la mía para no verla directamente.

Estoy impactado por su declaración. ¿Cómo no pude anticipar todo esto?, pasar todos estos años con Anna era una posibilidad que jamás consideré y ahora estoy pagando las consecuencias de ello.

— ¿Qué te hace pensar que siento algo por tí? — La miro nuevamente mostrando desinterés de mi parte.

— ¿No es obvio?. Has cuidado de mí por todos éstos años. Nadie se habría arriesgado a llevarme al pueblo, ni mucho menos al bosque, arriesgaste tu puesto como mi compañero por tan solo hacerme felíz. Sé que fuimos hechos el uno para el otro (Y/N), lo sé.

— No Anna, estás equivocada.

— ¡No lo estoy! — Libera un tono de frustración — Mis padres deseaban que fueras mi esposo. Me lo dijieron cuando era una niña. Por eso mis padres antes de su viaje, te ordenaron  estar bajo mis órdenes ahora.

— Anna, por favor, comprende. No puedo estar contigo.

— ¿Por qué?, ¿Acaso tienes miedo?, ¿Crees que todos te juzgarán?, ¿Es eso? — Se muestra muy irritada, de seguro no esperaba que su declaración de amor se volviera un problema.

— No es eso… — Cierro los ojos e inmediatamente los vuelvo a abrir. Esto no terminará bien — …estoy enamorado de alguien más.

La expresión de Anna se desmoronó al escuchar mis palabras.

— ¿Qué? — Parece estar sorprendida — Eso es imposible.

— Es la verdad, estoy enamorado de alguien más.

— ¡¿Quién es?! — Adopta una actitud molesta — ¡¿La conozco?!, ¡Dime quien es!.

— No la conoces Anna, es alguien que vive en Arendelle.

No puedo imaginar que haría si se enterara que la mujer que más amo y que estuve dispuesto a realizar todo este sacrificio y  por su seguridad es su hermana mayor. Realmente creo que sería capaz de ir a su habitación y pedirle explicaciones.

— ¡Ella no te ama!, ¡Ella no sabe nada de ti!, ¡Te conozco!, ¡Sé que estás mintiendo!

Anna luce exasperada sus manos están temblando al igual que su voz, estoy seguro que en el fondo anhela golpearme.

Inhalo y exhalo suavemente tratando de recomponer la compostura.

Nuevamente, luego de un breve silencio incómodo se dispone a hablar.

— ¡Te ordeno que me digas quién es esa mujer!.

— Me niego.

— ¡Es una orden! — Salen pequeñas lágrimas de sus ojos.

— Me niego rotundamente a responderte.

— ¡TE ORDENO QUE ME AMES (Y/N)!, ¡ES UNA ORDEN!, ¡ES UNA ORDEN! — Realiza un berrinche como una niña pequeña.

No está pensando con claridad, debo calmarla de algún modo. Por todos los cielos, tengo un mal recuerdo de estar en este mismo jardín y romperle el corazón a una chica que intentó cortejar conmigo en una de las fiestas reales.

La mente muchas veces trata de hacerte sentir peor de lo que eres.

— No puedes controlar el amor Anna, no puedes obligar a nadie que te ame, es la verdad. Sé que encontrarás el amor algún día y recordarás esta conversación y me entenderás.

— ¡No es así! — Su respiración es agitada — Eres mío y no descansaré hasta que me aceptes. Pagarás las consecuencias (Y/N), ya lo verás. Te arrodillarás ante mí y me pedirás disculpas.

Voltea con desprecio y se retira del lugar.

Sus palabras me causan pavor, pero sé que entrará en razón.

Quedo nuevamente solo en este jardín.

Perdóname Anna.