La vida como monarca no es tan fácil como parece, se necesita mucho temple para tomar decisiones que pueden ser adversas para el reino. Admiro mucho a Elsa, por fuera puede parecer como una mujer indefensa y con muchos miedos; pero por dentro es una mujer muy fuerte y valiente, con un carácter firme digno de su cargo.

Lo bueno de ser príncipe consorte es que todos los habitantes te confunden con un rey,  no encuentro diferencia alguna entre ser príncipe consorte y rey, en la práctica son lo mismo.

Es muy dificil caminar por las calles de Arendelle sin ser interceptado por los niños que preguntan cosas acerca de la reina y la princesa.

El día de hoy me preparo para asistir a la inspección de soldados que realizará Sigrid junto a su nuevo capitán Lasse, un honbre fuerte con una gran barba y un cabello largo similar a las descripciones del dios Thor.

Luego de alimentarme, fui directo al campo de entrenamiento. Mientras tanto, Elsa está afinando los últimos detalles de su reporte que tiene preparada para el Consejo. No me agradan mucho estas reuniones, se pierden demasiadas horas en tomar una decisión.

- ¡Atención!, ¡Firmes!

Todos están formados ante la orden de Sigrid.

El capitán Lasse inspecciona a cada uno de los soldados, revisando el estado de sus uniformes y el de sus armas que tienen a cargo.

No hubieron grandes novedades, todo estaba de acuerdo a los parámetros establecidos, tendré que elaborar un reporte para el Consejo.

Luego de todos los procedimientos por parte de los soldados me despido de ellos uno por uno.

Es hora de encerrarme en mi oficina para escribir acerca de los últimos eventos ocurridos.

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- ¡Finalmente terminé! - grito eufórico pero notando un cierto cansancio en mi tono de voz.

El informe consta de 10 páginas, trata acerca de propuestas militares, comerciales y diplomáticas. Todo esto deberá ser conversado en unos minutos más cuando se inicie la reunión.

Inesperadamente oigo a alguien tocando mi puerta.

- Adelante - digo sorprendido.

Anna ingresa mostrando una notoria cara de preocupación.

- ¿Sucede algo Anna?.

- (Y/N)... Elsa se siente mal, tuvo fuertes dolores y fue llevada a su habitación, está siendo atendida por el doctor Anton.

Me levanto de mi escritorio.

- Gracias Anna, iré de inmediato.

Salgo junto a Anna en dirección a la habitación de Elsa.

En la puerta de la habitación está el doctor Anton junto a Kristoff y Olaf esperándonos.

- Bien, ya está aquí doctor, diga todo lo que tenga que decir - pide Kristoff.

- Bien - aclara su garganta - Elsa sintió algunas molestias tanto en su espalda como en su pelvis, Gerda me llamó de inmediato cuando la vio en ese estado.

Hay un breve silencio hasta que nuevamente el doctor Anton retoma la palabra:

- No sé como decirte esto (Y/N), hasta a mí me causó un impacto al saberlo... Elsa fue llevada a labores de parto... así que felicidades (Y/N), eres padre.

Un fuerte escalofrío recorre por mi espalda, sentí por un momento que mi alma se separaba de mi cuerpo.

Anna, Kristoff y Olaf adoptan la misma impresión que yo al escuchar las palabras del doctor Anton.

- Wow...wow...wow, espere doctor - intenta Anna rearmar algunas palabras - ¿usted quiere decir que ... Elsa, tuvo un ... bebé?

- Así es princesa, hay un nueva heredera para Arendelle. Gerda fue la encargada del parto, es una bebé muy sana.

- Doctor,  esto nos toma por sorpresa a todos ¿Cómo es que no notamos que Elsa estaba enbarazada? - pregunta Kristoff.

- No podría explicarlo claramente, pero creo que tiene que ver con sus poderes, el hielo probablemente ralentizó todos los síntomas del embarazo y los cambios físicos en su cuerpo no fueron tan notorias comparado con otras personas.

Sorpresivamente Gerda sale de la habitación.

- Doctor Anton, Elsa se encuentra bien, ella quiere hablar personalmente con usted.

- Iré de inmediato.

Gerda sale de la habitación, permitiendo que el doctor pudiera ingresar y hablar a solas con la reina.

Luego de algunos segundos de navegar en mis pensamientos, todo se vuelve más claro.

- ¡Soy un idiota! - me lamento - ¡Elsa presentó varios síntomas de estar embarazada y fui incapaz de verlo!.

- ¿Qué?, ¿Ya lo sabías? - pregunta Anna.

- Lo noté cuando cenamos a la orilla del río Nidelva, me comentó que había tenido mucho apetito, además sentía que había subido de peso. También en nuestra boda, cuando cruzamos el pasillo para salir de la capilla, intenté caminar más rápido, pero Elsa me detuvo, la noté muy agotada.

Miro a Anna y puedo notar un su rostro una sonrisa pícara,  su mirada me dice que necesita saber algo.

- ¿Cuándo pasó? -pregunta.

- ¿Que cosa? - replico.

- Ustedes se casaron hace un mes, lo cual me indica que tuvieron relaciones antes del matrimonio - inclina su cabeza de manera inquisidora hacía mí.

Mis mejillas se sonrojan ante su inquietud, Kristoff y Olaf también están expectantes.

- No... no pienso responder eso - doy media vuelta para evitar mostrar el aumento de mi sonrojo.

- Nunca creí que fueras así (Y/N) - me dice Kristoff - siempre creí que eras alguien correcto.

No tengo palabras para responder a esto, lamentablemente tendré que soportar las burlas.

Para mi suerte la puerta se abre y el doctor Anton me dirige la palabra.

- (Y/N), Elsa quiere hablar contigo.

Ingreso a la habitación y entro, permitiendo que el doctor salga, para dejarnos solos.

Veo a Elsa recostada, noto su rostro cansado producto del parto. No puedo evitar mirar a la pequeña criatura que tiene Elsa en sus brazos, mi mente todavía no está preparada para asumir que soy padre.

- Hola - le digo suavemente.

- Hola - responde cansada.

Tímidamente me acerco a ella, mis piernas tiemblan al ver de más cerca a mi hija.

- ¿Cómo te sientes?.

- Estoy algo cansada, estoy muy sorprendida por todo esto, tuve fuertes dolores, creí que era algo peor, pero el saber que estaba embarazada  y que iba a nacer me hizo tan feliz.

Tengo sentimientos encontrados, una parte de mi quiere volver hacía atrás y prepararme como debería, pero debo afrontar está situación, he vivido momentos más difíciles que este.

- ¿Tienes en mente algún nombre para ella Elsa?.

- Sí, me gustaría llamarla Iduna, como mi madre.

- Estoy de acuerdo, si eso te hace felíz, yo también lo estaré.

Una sonrisa se asoma en su rostro.

- ¿Quieres cargarla?.

- ¿Puedo?

- Por supuesto que sí, es tu hija ¿recuerdas?.

Me acerco a Elsa para cargar a Iduna, mis brazos forman una pequeña cuna para ella. Ver su pequeño rostro, hace cambiar mi idea acerca de la paternidad.

- Eres hermosa - le digo a mi bebé - yo soy tu papi y siempre estaré aquí para tí, daré todo para hacerte feliz, cueste lo que cueste.

Después de pasar algunos momentos con mi pequeña hija, algo viene a mi cabeza.

- Elsa, ¿Cómo informaremos acerca de esto?, nos juzgarán.

- Diremos la verdad, no podemos ocultar a nuestra hija del mundo exterior, esto ya pasó una vez y los resultados no fueron buenos, no tengo miedo al que dirán, la gente debe saber de la existencia de Iduna, es el fruto de nuestro amor y la futura heredera de Arendelle, por eso le pedí al doctor Anton que diera la noticia por todo el castillo para que estén al tanto.

- Te admiro - digo sin tapujos.

- ¿Por qué?.

- Acabas de dar a luz y ya estás dando órdenes, eres una persona muy trabajadora, admiro eso de ti, nada dejas al azar, pero como tu esposo te pediré que descanses. Quiero verte relajada y disfrutando un poco más a Iduna - coloco a mi hija al lado de Elsa - yo cuidaré de tí.

- No estés tan seguro, la reunión no se ha cancelado, deberás ir por mí, quiero que lleves mi reporte y que lo presentes ante Harald, Fredde y Kai.

- ¡¿Qué?!, ¡¿No pediste cancelar la reunión?!

- Ninguna reunión se ha cancelado desde los tiempos de mis abuelos.

- Esto no es justo, tu estarás aquí compartiendo con Iduna.

- Lo sé - me mira con sus ojos traviesos - sabrás lo que es ser y vivir como una reina. No tienes tiempo que perder.

- Lo que usted diga su majestad, iré de inmediato a la reunión.

Le doy un beso en la frente y beso las pequeñas manos de Iduna, luce tranquila al lado de su madre.

Salgo de la habitación.

Al salir, Anna, Kristoff y Olaf me abrazan al mismo tiempo para un abrazo grupal.

- Te felicito (Y/N) - dice Anna emocionada.

- Gracias a todos, por favor, entren, quiero que conozcan a Iduna.

- ¿Iduna? - pregunta Anna sorprendida.

- Así es, ese es el nombre de tu sobrina.

Las lagrimas se asoman por los ojos de Anna al recordar a su madre.

- Me tengo que ir, debo asistir a la reunión.

- Suerte con eso amigo.

- Gracias Kristoff - digo mientras camino por el pasillo.

Ya no me molesta asistir a la reunión, hoy mi día cambió: ahora soy padre, me alegro que haya nacido sana, daré mi vida por Iduna y Elsa, ellas son mi motivación para mejorar.

Este es el comienzo de una nueva historia.