- Se mueve - dice Kristoff a lo lejos.

- ¿Es eso posible?.

- Así parece Anna, está despertando.

Mis ojos se abren lentamente, mi vista está algo nublada, pero vuelve a la normalidad.

Antes de que pudiera reaccionar, un destello nos cubre a los cuatro.

Ya estamos de regreso con los trolls.

Una fuerte algarabia se genera por parte de la familia de Gran Pabbie al notar a Elsa sana y salva, la misión se cumplió.

Bulda y los demás realizan los preparativos para una gran celebración.

Anna y Kristoff son recibidos como héroes por los trolls más pequeños, siendo llevados a andas por todo el Valle, dejándonos a Elsa y a mí solos.

Tengo la mirada baja, hago un chasquido con mis dedos, tratando de hacer algo de fuego.

- ¿Te sucede algo (Y/N)? - pregunta Elsa con la calidez y preocupación que la caracteriza.

- Vördr se ha ido - le digo con tristeza.

-¿Qué dices?.

- Estaba en una especie de limbo, había una mujer ahí llamada Hilda, que decía ser una Valkiria, ofreció llevarme con Odín, pero lo rechacé.

- ¿Por qué rechazaste eso?, el sueño de todo guerrero es subir al Valhalla.

- No podía hacerlo Elsa, no sabiendo que sufrías en este mundo, no podía irme así, jamás me lo hubiera perdonado.

- ¿Que pasó con Vördr? - pregunta algo emocionada al saber los motivos de mi regreso.

- Hilda me dijo que en ese caso iría al inframundo, pero apareció Vördr y ofreció su vida para que yo pudiera volver aquí.

Cubro mi rostro con ambas manos.

Elsa me abraza y se queda así por un buen momento, masajea mi espalda. Vördr tenía razón, no hay mujeres como Elsa, soy muy afortunado al estar con ella. De todos los hombres que hay en este mundo ella me eligió a mí.

- Eso, ¿Significa que ya no tienes tus poderes?.

- Exactamente, ya no los tengo - trato nuevamente de hacer fuego.

- (Y/N) lo siento mucho, pero su recuerdo vivirá en nosotros para siempre.

Abrazo a mi amada con más fuerza.

- Ven, Anna y Kristoff están celebrando allá - vemos a la pareja divirtiéndose.

- Entonces vamos, ¿Qué estamos esperando? - le digo con alegría - estoy tan feliz de que estés nuevamente con nosotros Elsa.

Beso sus hermosos labios, que me han mantenido cautivado desde el primer día que la conocí.

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Celebramos junto a los trolls el éxito de nuestra misión, después de un gran banquete   Elsa creó con su magia un trineo hecho completamente de hielo, esto debido a que Olaf y Sven no se encontraban presentes y necesitabamos volver a Arendelle.

- Repiteme de nuevo (Y/N), ¿Por qué enviaste a Olaf y Sven de regreso a Arendelle? - pregunta Elsa mientras mueve su trineo con su magia.

- Le pedí que ordenara a Sigrid que enviara una flota a Vardo para acabar con esas brujas.

- ¡¿Por qué le pediste eso?!.

- Simple, esas brujas deben ser exterminadas, han hecho mucho daño en este mundo.

- Pero eso no te da el derecho de acabarlas, cobrarán venganza.

- Sabía perfectamente que moriría en ese Vardo, fue una forma de vengar mi muerte en ese lugar.

Entramos al bosque de Arendelle con mucha velocidad, Anna y Kristoff están en los asientos traseros durmiendo, se divirtieron bastante, todavía no les he dado la noticia acerca de Vördr, pensar en él y su supuesto sufrimiento en el inframundo me hace sentir culpable.

Durante el trayecto hasta llegar al pueblo hubo un silencio,  el cansancio nos afectó a todos.

Al llegar al castillo podemos ver los primeros rayos de sol iluminando el lugar y los guardias alegrándose  al vernos.

- Su majestad, bienvenida - recibe el hombre con su uniforme verde y guantes blancos.

Al ingresar al patio del castillo, nos recibe Sigrid acompañado de Olaf y un ejército formado para recibir a su reina.

- Reina Elsa, general (Y/N) es un gusto tenerlos de regreso - Sigrid hace una reverencia a nosotros.

- Gracias Sigrid por este magnífico recibimiento, (Y/N), te lo pido, los soldados necesitan un pequeño descanso y sólo tú puedes autorizarlo.

- Esta bien mi reina - suelto un bostezo - autorizo el día de descanso para los soldados reales de Arendelle, reduciendo el personal al mínimo para esta jornada.

Después de esto, todos nos merecíamos un descanso, fue una noche bastante agotadora.

Vamos a dormir

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Ha pasado exactamente dos semanas desde que volvimos de Vardo, al día siguiente de nuestro viaje de regreso planté un arbol de fresno en el jardín del castillo, simbolizando la presencia de Vördr en este lugar, este árbol nos cuidará de la mala suerte.

- ¡General (Y/N)! - me siento interrumpido por Sigrid en mi estado de meditación en mi habitación.

- ¿Ocurre algo Sigrid?.

- Disculpe por interrumpir tan temprano, pero la flota que envió a Vardo está de regreso.

- Gracias por la noticia, bajaré de inmediato.

Busco mi uniforme dentro del armario para preparar el recibimiento de todos los valientes que participaron en la cacería de brujas.

Al bajar por las escaleras dislumbro a Anna, Kristoff y Olaf en la sala principal.

- ¡Buenos días (Y/N)! - saluda Kristoff al notar mi presencia.

- Buenos días chicos, ¿Tuvieron una buena noche?.

- Así es, me hubiera encantado dormir más, no dormía tan bien desde que regresamos de combatir con Madre Gothel - me responde Anna.

- ¿Han visto a Elsa?, Sigrid me dijo que los soldados regresaron de Vardo.

-¿Es en serio? - pregunta Kristoff sorprendido.

- La vi en su oficina - comenta Olaf.

- Gracias amigo, iré de inmediato.

Voy a su oficina y golpeo la puerta.

- ¿Elsa estás ahí?

- Adelante.

- Amor, llegó la flota proveniente de Vardo.

- Iré de inmediato.

Espero unos minutos afuera de la oficina preguntándome cuántos soldados perecieron en esa isla.

Elsa sale de su oficina usando su vestido verde primaveral.

Corrimos lo más rápido que pudimos al muelle donde Kai nos estaba esperando para recibir al barco. La tradición de Arendelle dicta que cuando un barco real zarpa del muelle, los monarcas deben recibir a la tripulación a su regreso como gratitud por representar al reino en el exterior.

Hace bastante tiempo que esta tradición no se aplicaba y fue todo una novedad entre los aldeanos que decidieron mirar tal suceso. Para la ocasión estaban presentes incluso los concejales Fredde y Harald.

El barco que estaba anclado al muelle abre sus puertas para que los tripulantes bajen a su tierra, hubo un gran grito de alegría por parte de algunas personas, pero la gran mayoría se encontraba confundida, nadie sabía realmente el motivo para enviar a un ejército fuera de Arendelle considerando que el reino es considerado pacífico.

Todos los miembros reales festejan el arribo de los soldados, pero algo anda mal: ninguno presenta daños o ataques, no parecen ser soldados que hayan participado en una batalla.

Me acerco lentamente a Sigrid para preguntar:

- Sigrid, ¿Sabes cuántos fueron las bajas?

- Me informaron que no hubieron bajas.

- ¿Estás segura? - digo sorprendido.

- Así es, el soldado que iba a cargo de esta misión mencionó que se lograron exterminar a 91 brujas y ninguna ofreció resistencia.

- ¿Lograron acabar con Madre Gothel?

- No, según los registros no se encontraba en la isla.

- Esto no es bueno... la Historia no nos absolverá de todo esto.

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Hubo una gran fiesta de recibimiento a los soldados que participaron en el viaje, las cocineras reales prepararon una exquisita comida para todos, hubo música, baile, fue una fiesta nacional, hace décadas que Arendelle no enviaba soldados a luchar.

Lamentablemente muchos habitantes criticaron el envío de soldados al extranjero, fuimos acusados de fomentar la violencia y de terminar con una era de paz que gobernó en Arendelle por muchos años.
Sinceramente espero nunca más tener que enviar a un ejército a pelear, con el tiempo que he estado aquí mi percepción de la guerra ha cambiado radicalmente: ya no lo veo como símbolo de orgullo; si no todo lo contrario, enviar jóvenes que no se odian a morir por decisiones caprichosas de sus gobernantes no me parece motivo de orgullo.

He aprendido mi lección.

Cuando la fiesta terminó, cargo a Elsa de forma nupcial a su habitación, mientras veo su rostro durmiendo plácidamente como una bebé, su cabeza inclinada a su izquierda y su ligera sonrisa me parecen bastante tierno, refleja su niña interior.

Al abrir su puerta, entro por primera vez a su habitación y puedo dislumbrar la llamativa ventana de forma triangular que tiene este lugar.

Recuesto a Elsa en su cama y camino hacía la puerta para no despertarla.

- Quédate - oigo un ligero susurro.

Volteo y veo que está mirándome fijamente.

- No puedo Elsa.

- Por favor - hace un pequeño puchero para tratar de convencerme.

- Está bien, lo haré - no puedo decirle que no, sus pucheros son encantadores.

Levanto las sábanas y me acurruco a su lado, abrazandola por detrás.

Todo es paz y tranquilidad.

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Hola, espero que les haya gustado los últimos capítulos publicados, pero lamentablemente este fanfic está llegando a su fín. En los siguientes capítulos me concentraré en las partes más "románticas", para que esta historia tenga un final feliz, me tomará algo de tiempo en escribirlo y cerrar algunos vacíos que se han presentado.

¡Hasta la próxima!

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