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Capítulo 18

Vardo está cubierto totalmente de nieve, a diferencia de la península, algo bastante llamativo considerando la distancia de aproximadamente 1 hora que nos tomó recorrerlo.

La isla parece desierta, a excepción de una roca gigantesca que recorre toda la isla, similar a una montaña,  lo que nos dificultará en encontrar a Madre Gothel.

- ¿Por donde comenzamos? - pregunta Kristoff con un tono ya resignado.

- Será mejor preguntar a Vördr - dice Anna.

De nuevo, Vördr sale de mi pecho y como es el procedimiento natural, adopta mi forma.

- Bien amigo, ¿Por donde empezamos?.

- Tenemos que atravesar la roca, su guarida se encuentra a la vuelta de ésta en una caverna, pero tengan cuidado, nos encontraremos con muchas brujas, así que, estén listos para luchar.

Pasaron los minutos, apoyados por Kristoff y su experiencia en escalada en hielo, pudimos llegar a la cima de la roca con suma facilidad, excepto Vördr, como es un espíritu puede volar, él nos alertaba de posibles ataques.

- ¿Estás bien Anna? - le pregunto al observar su respiración entrecortada.

- Sí ... sí ... no hay tiempo que perder.

Miramos hacía el frente, sólo nos falta bajar por  la roca y podremos descubrir la guarida de Madre Gothel.

Vördr hace un gesto para que no sigamos avanzando, al parecer vio algo.

- Esto no es bueno - dice en un tono preocupado.

-¿Que sucede Vördr? -pregunta Kristoff.

- Son tres brujas - responde convencido.

-Yo no veo nada - contradice Anna.

- Se están ocultando, son invisibles.

- ¿Cómo lo sabes? - le pregunto con algo de inquietud.

- Puedo verlas, se acercan lentamente, será mejor que se preparen.

Antes de que pudieramos estar en guardia, siento un golpe en mi pecho. Caigo al suelo.

- ¡Es una trampa!, ¡hay otra bruja!

Rápidamente cargo mi ballesta, pero no tengo donde apuntar.

- ¡A tu izquierda! - oigo el grito de Vördr antes de sentir el impacto de unas botas.

Doy unas vueltas producto del golpe hasta quedar boca abajo, mi arma está lejos de mi alcance.

- ¡Agh! - oigo el gemido de Kristoff.

- ¡Ayuda! - exclama Anna. De un segundo a otro se encuentra en el cielo, pero no por cuenta propia, es como si una extraña fuerza la hubiera llevado hasta arriba.

- ¡Den la cara cobardes! -grita Vördr enfurecido.

Las brujas se volvieron visibles a orden de Vördr.

Una de las brujas está al frente mío, apuntando con su mano hacía mí, un movimiento y este podría ser mi fín.

Disimuladamente veo que Kristoff también es amenazado por una bruja.

Todas las brujas son iguales, de tez morena, cabello blanco y vestido blanco.

¡¿Madre Gothel los envió aquí?! - pregunta Vördr indignado.

- Así es, ella sabe que están aquí, nos envió para darles un pequeño escarmiento - le responde la mujer que se encuentra a pasos de Vördr.

- Pero no antes de llevarnos a la princesa de Arendelle para que le haga compañía a la reina Elsa - chilla la bruja que está en los cielos levitando y sosteniendo a Anna.

- ¡No permitiré que se la lleven! - intenta Kristoff socorrer a su amada.

Sin misericordia alguna, la mujer que se encuentra al frente de Kristoff mueve sus manos para formar un hechizo y lo arroja al recolector de hielo, su cuerpo sale expulsado hacía atrás cayendo de espalda con suma facilidad.

En ese mismo instante, con todos distraídos, me levanto y me abalanzo sobre la bruja con la finalidad de quitarle preciados segundos para que no pueda preparar un hechizo y así recuperar mi ballesta.

- Vördr, ¿Estás listo? - le pregunto a mi espíritu guardián, él sabe perfectamente lo que voy a hacer.

Disparo a los cielos donde se encuentra Anna con la bruja. La princesa gira su cuerpo hacía su derecha para evitar el impacto de la flecha hacía ella, como consecuencia el tiro impactó certeramente al hombro de la mujer de vestido blanco, haciendo que chilllara y sangrara de dolor, soltando a Anna para retirar la flecha.

Anna cae, pero Vördr logra volar y esquivar a la bruja que tiene en frente, anticipando el lugar exacto donde su cuerpo golpearía contra el suelo, atrapando sin problema alguno a la princesa de Arendelle.

Mientras tanto recargo mi ballesta y disparo a la bruja que anteriormente me había abalanzando sobre ella. La mujer se retuerce de dolor,  le di en su pierna. Después, recargo de nuevo y disparo a la bruja que custodia a Kristoff en el suelo, cruelmente la flecha atravesó todo su brazo, haciendo que la sangre salga con total libertad.

- Esto no quedará así, no saldrán vivos de aquí - dice la bruja líder. Al instante todas vuelan por los cielos, algunas todavía con sus heridas no curadas.

- ¿Te encuentras bien Anna? - pregunta Vördr a la princesa en sus brazos.

- Sí, gracias Vördr - sonríe algo nerviosa.

- Esas brujas lograron retrasarnos, debemos acelerar el paso, sólo nos queda una hora antes de que el hechizo de Gran Pabbie nos devuelva al Valle.

Corremos a toda velocidad hacia el otro extremo con la intención de bajar.

Bajar es siempre más fácil que subir, fuimos guiados por Vördr y su conocimiento acerca de este lugar, en cosa de minutos llegamos a lo que parece ser una caverna.

- Este es el lugar - afirma Vördr.

- ¿Crees que mi hermana se encuentre allí?

- Estoy seguro Anna, será mejor que vuelva al cuerpo de (Y/N), seré de más utilidad dentro de él.

Vördr se convierte en la luz oscura y entra en mi pecho, debo admitir que ya no se siente tan incómodo como la primera vez.

- Bueno, prepárense y siempre estén detrás de mí - ordeno.

Entramos a la boca de la caverna, al caminar algunos metros el lugar se vuelve oscuro, retiro uno de mis guantes y creo una pequeña llama en mi dedo índice para iluminar.

La caverna se vuelve más ancha a medida que caminamos, al levantar la vista hacía arriba podemos distinguir enormes carámbanos que apuntan directamente hacía nosotros.

El frío se apodera cada vez del lugar, posiblemente un mal presagio de que Elsa se encuentre atrapada en este lugar a manos de Madre Gothel.

Vemos una luz a lo lejos, corremos a toda velocidad, cada vez estamos más cerca de encontrar a Elsa.

Mis ojos se abren al ver semejante lugar: el piso congelado y las paredes de hielo siguendo la misma forma que la caverna.

Dislumbro a Elsa recostada en una cama hecha completamente de hielo, a su alrededor hay muchas estalagmitas de hielo  provenientes del piso con pequeñas puntas en posición diagonal, atravesar ese lugar prácticamente significaría la muerte.

-¡Elsa! - exclama Anna al ver a su hermana  recostada.

- ¡Anna no! - intenta Kristoff contener a su amada, pero es tarde, Anna ya tomó distancia de él.

Del piso podemos ver como una figura emerge, parece ser uno de los demonios que Madre Gothel tiene a su merced.

El demonio es un ser de gran altura con un pelaje azul abundante, posee cuernos y sus ojos están en blanco.

- «No puede ser, es Ymir, ahora está en manos de Madre Gothel» - comenta Vördr sorprendido.

Corro hacía donde se encuentra Anna. Ymir levanta su brazo y se prepara para atacar a Anna con gran fuerza.

Anna se encuentra en shock, no puede mover sus piernas.

Antes de que ese demonio la ataque, me posiciono en frente de éste, recibiendo todo el golpe. Caigo en el otro extremo de la caverna.

-¡(Y/N)! - grita Kristoff.

Anna sorprendida, corre para recibir la protección de Kristoff, lamentablemente Ymir está detrás de sus pasos.

Algo adolorido, saco mi ballesta y la cargo. Intentaré cubrir la flecha de fuego con mi mano descubierta, como ese día en el campo de entrenamiento.

La llama que emana la flecha es sorprendente. Apunto a Ymir que está de espaldas a mí.

La flecha se dirige a ese demonio azul con precisión.

Ymir recibe el impacto de la flecha en su espalda, haciendo que libere un gran grito de desesperación. Su cuerpo es tan grande que no puede retirar la flecha que cada vez quema dentro de su cuerpo.

Como último recurso, Ymir cae de espaldas, se oye un gran estruendo, para su mala suerte la flecha se incrusta dentro de su cuerpo, haciendo que Ymir fallezca de inmediato.

- «Eso estuvo cerca».

- Lo sé amigo, esto no será fácil.

Volteo para ver a Elsa que sigue recostada en la cama de hielo, camino algunos pasos con inquietud, que Madre Gothel no aparezca es una mala señal.

Para mi mala suerte, oigo su voz.

- No pensé que llegarías tan pronto querido, tuvo que ser un viaje muy agotador, ¿No se les antoja algo?.

- Basta de juegos Madre Gothel, devuelvénos a Elsa de inmediato.

- Si así lo quieres, pero deberás pelear contra mí, solo, sin ayuda ni poderes, debes deshacerte de Vördr ¿Entendido?.

- Está bien, lo haré.

- «¿Que estás haciendo?, ¿Estás loco?, no lo permitas, ella está jugando contigo(...)»

- Sal de mi cuerpo Vördr - interrumpo - es una orden.

Vördr sale de mi cuerpo y se acerca donde se encuentra Anna y Kristoff, justo detrás de mi posición.

Me deshago de mi ballesta y la arrojo lejos.

Madre Gothel conjura con sus manos dos espadas, una se la queda para ella; la otra la arroja al piso y la patea hacía mí.

Al recoger la espada le pregunto:

- ¿Que garantías tengo de que no ocuparas tus poderes contra mí en esta pelea?.

- Te doy mi palabra querido, con eso debería bastarte.

Hago una mueca de disgusto, deberé estar atento a cada uno de sus movimientos.

-¿Que esperas querido?, ven a atacarme.

Tomo la espada con mis dos manos, levanto mis brazos hasta ver la empuñadura.

Corro sin control hacía Madre Gothel, el deseo de acabar con ella me motiva bastante.

Pero inesperadamente Madre Gothel se prepara, y a centímetros de que pueda atacarla, realiza un movimiento circular con su espada y golpea la mía con mucha fuerza, haciendo que suelte mi arma y caiga producto del impacto.

-¡¿Que fue eso?! - exclama Kristoff preocupado.

- Madre Gothel conoce el arte del manejo de espadas, ha tenido mucho tiempo para practicar, es un oponente muy difícil de vencer para (Y/N) - aclara Vördr.

Rápidamente tomo mi espada y me levanto nuevamente, estoy contra el reloj, tengo que vencerla antes de que el hechizo de Gran Pabbie expire.

Ataco nuevamente a Madre Gothel, pero esta vez es distinto: Nuestras armas chocan y producen el sonido exquisito para el oído como lo es el golpe de dos metales.

Me separo de ella y reanudo mi ataque. Ella predice cada uno de mis movimientos, es como si la espada fuera parte de su cuerpo.

Doy un gran salto y ataco con mi espada en posición horizontal, pero es inútil, Madre Gothel logra defenderse sin siquiera realizar grandes movimientos, de hecho no se ha desplazado desde que empezamos este duelo.

Retrocedo algunos pasos para recuperar energía, esta espada es pesada, nosé cómo esa bruja puede manejarla tan bien.

- ¿Éso es todo lo que tienes?, creí que siendo un gran oficial del reino de Agder ofrecerías un gran espectáculo - dice mientras toma la espada con una mano y realizando maniobras con ella.

No puedo responder, mi respiración es irregular.

-¿Sabes?, ya me estoy hartando de esto, terminaremos de una vez por todas.

Madre Gothel toma la espada con sus dos manos y por primera vez, corre hacía mí.

Contengo su primer ataque, pero inmediatamente baja la espada y me apuñala en una de mis costillas.

Caigo de rodillas. El dolor es insoportable.

- ¡(Y/N) NO! - oigo el grito agudo de Anna.

- Parece que gané - dice Madre Gothel de manera soberbia.

- No estés tan segura maldita bruja - le digo todavía con la espada en mi mano.

Con la última de mis fuerzas, logro apuñalar el estómago de Madre Gothel  aprovechando que ella bajó su guardia.

Madre Gothel libera un grito de dolor, soltando su arma para tratar de curar sus heridas, pero no antes de conjurar un hechizo para poner fín a mi vida.

Antes de que pudiera atacarme, Vördr interviene disparando una llama de fuego a su pecho.

Madre Gothel se quema lentamente.

- Lo pagarás caro (Y/N), algún día volveré por tí, pero quedaré con la satisfacción de que no pudiste salvar a la reina Elsa, te lamentarás el resto de tus días.

Mientras las llamas recorren por su vestido, ella se desvanece. Yo gané.

- ¿Amigo, te encuentras bien? - siento a Kristoff intentando levantarme.

- Estoy bien, gracias por preocuparte - suelto mi arma y me levanto gracias a su ayuda.

Anna ve horrorizada mi herida que se abre cada vez más.

- Tenemos que llevarte de regreso (Y/N), tu herida crece cada vez más.

- No puedo, debo salvar a Elsa.

- Pero…

- Anna, lo dije, moriría por Elsa si fuera necesario y es mi deber rescatarla.

Miro fijamente a sus ojos y puedo ver la misma reacción que hizo en el Valle de las rocas vivientes.

-¿Que piensas hacer? - me pregunta Vördr - no puedes quemar el hielo que custodia a Elsa, el hielo está conectado a ella, si decides utilizar el fuego posiblemente la quemes  también.

- Cruzaré las estalagmitas y la despertaré, Anna necesito el collar que te entregó Gran Pabbie.

- Pero esas cosas atravesarán tu cuerpo - dice Kristoff.

- No tengo otra alternativa, no nos queda mucho tiempo y es la única opción que tenemos.

- Iré contigo - Vördr regresa a mi cuerpo sin siquiera pedírselo.

Levanto mi espada y me preparo para atacar, el dolor en mi costilla se profundiza cada vez más.

Corro a velocidad media. A metros de las estalagmitas levanto mi espada y trato de quebrar el hielo.

Es inútil, el filo de mi arma se partió en dos.

Regreso algunos pasos atrás, la desesperación invade mi cuerpo, no puedo pensar con claridad.

Retiro mis guantes y corro nuevamente.

Concentro el fuego en mis manos y al hacer contacto con las estalagmitas, el hielo se derrite lentamente. Oigo un ligero gemido de dolor proveniente de Elsa, saco mis manos del hielo para derretir otra estalagmita.

Derrito lo necesario para que solamente mi cuerpo logre acceder, procurando no infligir más dolor a Elsa.

Gracias a mi descuido una pequeña punta de hielo tocó mi herida producida por el arma de Madre Gothel, estoy a unos cuantos pasos de Elsa.

Ya cuando logré derretir el último bloque de hielo, me acerco a la cama donde se encuentra Elsa.

Está sudando, probablemente la esté matando por mi actuar, necesito despertarla.

Un dolor agudo se manifiesta en mi costilla, mi herida se abre más y la sangre sale de mi cuerpo.

- Elsa despierta - le digo suavemente.

No reacciona.

- Amor mío, despierta, vamos.

De nuevo, nada.

- ¿Que hago? - me digo a mi mismo con aflicción.

- «Bésala» - me sugiere Vördr.

-¿Estás loco?, este no es un buen momento, que sugieres más tarde ¿Abusar de ella?.

Cálmate amigo, digo que todos los hechizos de Madre Gothel se resuelven con amor, bésala, tal vez así despertará».

Siguiendo el consejo de mi espíritu guardián, beso sus hermosos labios con intranquilidad, el dolor fulminante de mi costilla me impide besarla por más tiempo.

Caigo al suelo e intento cubrir la herida con mis manos para que no siga perdiendo más sangre.

Lloro descontrolado, no volveré a ver nunca más a Elsa, esto es inútil.

He fallado.

- (Y/N), ¿Eres tú? - oigo la voz más hermosa de todas.

- Sí Elsa, soy yo - le digo con dolor.

Elsa se levanta de la cama y logra verme tirado en el suelo junto a un charco de sangre.

Intuitivamente Elsa derrite todas las estalagmitas de hielo, permitiendo que Anna y Kristoff se acercarán más a nosotros.

- Elsa … lo necesitas - le ofrezco el collar negro de Grand Pabbie.

Sin cuestionar, recibe el collar y se lo prueba en su hermoso cuello.

- Necesito curar tus heridas - dice Elsa.

- Es tarde, no sobreviviré.

- No digas eso (Y/N), tenemos toda una vida por delante.

Cierro mis ojos lentamente, me alegra saber que en mi lecho de muerte mis amigos están junto a mí.

- ¡(Y/N), no te vayas, por favor (Y/N), no lo hagas! - oigo a lo lejos la voz de Anna.

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