- Te lo repito Vördr, ¿Quién es madre Gothel?.

Vördr no despega sus ojos de los míos.

- Se llama a si misma como madre Gothel, pero su verdadero nombre es Gothel, es una bruja muy reconocida en el mundo de la hechicería, lleva más de 400 años deambulando por este mundo en busca de almas para poder succionar su juventud y así mantenerse viva.

- Hay muchas cosas que sigo sin entender, ¿Que rol cumples tú en todo esto?.

- Madre Gothel tiene bajo su poder a muchos espíritus, nosotros somos entes neutrales, recibimos órdenes de ingresar a los cuerpos de las personas más sensibles emocionalmente, debilitamos lentamente sus almas para que más adelante  pueda reclamarla y quedársela para si misma.

-¿Pero que hay de mi transformación?.

- Cada espíritu posee una habilidad especial, la mía es convertirte en un demonio, mis antiguas víctimas se horrorizaban y se alejaban de la sociedad, eso los destruía anímicamente, el momento perfecto para que Madre Gothel pudiera succionar las almas. Pero tu caso es distinto, utilizaste la transformación para tu beneficio personal.

- No entiendo, me dijiste que eras mi espíritu guardián.

- En parte lo soy, te he guiado e incluso te he protegido para que más adelante  Gothel venga por ti.

- Eso no explicaría el por qué quiso matarme.

- Hay algo que madre Gothel no podrá combatir y eso es el amor, el efecto negativo de los espíritus sólo se combate con el amor, el día que fuimos a Agder y atacaste a Hans, Elsa declaró su amor por tí, tus sentimientos eran correspondidos hacía ella, a partir de ese día sólo soy un espíritu que habita en tu cuerpo bajo tu merced.

- Entonces quieres decir, que ella no podrá reclamar mi alma.

- Exacto,  lo mejor para ella es eliminarte para que así yo pueda volver a servirle y controlar otras almas.

Hay un pequeño silencio entre nosotros.

- Dime Vördr, ¿Por qué me pediste que matara a todos mis amigos del orfanato esa noche?.

- Yo no lo hice, fuiste tú, yo sólo seguí tus deseos.

- ¿De qué estás hablando?.

- Estoy dentro de tí (Y/N), conozco todos tus recuerdos y no tuviste una infancia muy buena al parecer.

- Mientes, ¡las cuidadoras eran personas muy buenas!.

- Ellas sí, pero los niños del orfanato no, no puedes mentirme, sabes que esos niños siempre te insultaban para molestarte. Eras un niño y esas cosas te afectaban demasiado.

- Pero... eso no es motivo para matarlos a todos.

- Según tú lógica de ese entonces, era lo correcto, querías venganza y la obtuviste. Reprimiste todos los recuerdos negativos del el orfanato, para que la culpa no volviera a tí.

-Mientes, es un truco, no caeré en tus juegos...

Sin que se lo ordenara Vördr regresó a mi cuerpo.

Salgo pensativo de la mazmorra, le pido a uno de los guardias que retire el cuerpo y pueda darle santa sepultura.

Muchas preguntas se alojan en mi cabeza, pero la que más me inquieta es lo que pasó ese día en el orfanato.

- Yo no quería matarlos, esto es obra de Vördr.

Algo viene a mi cabeza ...
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- ¡Eres un ladrón!
- ¡Mereces tu condena!
-¡Tienes que devolverlo!

Dicen los niños mientras me golpeaban en el piso, recuerdo que me acusaron de robar una galleta que era de otro niño, entraron a mi habitación con el fin de darme una golpiza. Cuando terminaron, me dejaron solo, estaba sangrando y mis costillas me dolían mucho.

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Recuerdo que a partir de ese día, era un niño con mucho miedo, era tímido y cobarde. Acumulé un odio muy grande a esas personas y creo que sí, en el fondo deseaba acabar con sus vidas.

No tengo deseos de entrar a mi habitación, lloré en cuclillas en el pasillo al recordar ese día.

- Soy un monstruo.

- ¿Que pasa (Y/N)? - oigo la dulce voz de Elsa.

No respondo, aguanto el llanto.

- Vamos (Y/N), puedes decírmelo - Elsa se agacha para quedar a mi altura.

Doy un pequeño respiro antes de hablar.

- Supe algo acerca de mi pasado, Vördr me dijo que el día en que entró a mi cuerpo fui yo realmente quien mató a todos en el orfanato.

- ¿Realmente lo deseabas? - me pregunta.

- Creo que sí, en el fondo deseaba que eso pasara, muchos de los niños me molestaban, me hicieron daño emocionalmente, yo quería justicia, no venganza.

- ¿Por qué no me dijiste eso antes? - Elsa me abraza con toda la ternura que la caracteriza.

- Lo reprimí, eso me dijo Vördr, él está en mi mente y puede ver todos mis recuerdos.

- No te lamentes (Y/N), no eres una mala persona, estabas dolido, cualquier persona en tu situación habría hecho lo mismo si tuviera la oportunidad.

Miro a Elsa con cierta incredulidad.

- ¿Estás justificando mi actuar?.

- No me malinterpretes, no estoy justificando nada, yo no soy quien para juzgarte, sólo digo lo que pasó. Nadie es perfecto, todos cometemos errores, pero me alegra saber que eres una persona consciente de tus actos, y no lo olvides, siempre estaré aquí para tí, siempre podrás contar conmigo - Elsa me besa prolongadamente en la mejilla.

- Gracias Elsa.

- Ven, te acompañaré a tu habitación.

Abro la puerta e inmediatamente retiro las sábanas de mi cama para recostarme en ella.

Sorprendido, veo que Elsa se acurruca a mi lado.

-¿Qué estás haciendo?, no puedes estar aquí, nos descubrirán.

- No me interesa - responde Elsa al abrazarme con más fuerza - pronto nos casaremos (Y/N), tienen que acostumbrarse a esto las personas del castillo, dormiremos y despertaremos juntos por el resto de nuestros días.

Elsa pone su cabeza en mi pecho, los latidos de mi corazón son acelerados.

Repentinamente el cuerpo de Elsa está encima del mío, su bello y pálido rostro está a centímetros de mi cara. Retiro los mechones de cabello platinado que me impiden apreciar su rostro a la luz de la luna que entra por la ventana de mi habitación.

La luz entrante hace que admire con más precisión sus pómulos definidos y ligeramente sonrojados, con mis dedos los acaricio tiernamente, la suavidad de su rostro hace que me acerque mucho más a ella y la beso apasionadamente en sus labios rojos.

Nos separamos muy lentamente, ambos queremos que este momento sea eterno.

Elsa vuelve a apoyar su cabeza en mi pecho, instintivamente cruzo mi brazo para frotar su espalda, con la otra, tomo su mano que está encima de uno de mis pectorales.

Cierro los ojos...

Encontré la posición perfecta.

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- (...) ¡«despierta», «despierta»! - me veo interrumpido por la voz de Vördr resonando en mi cabeza.

- ¡(Y/N)! - oigo el grito desesperado de Elsa.

Abro mis ojos de golpe.

No puedo creerlo, es ella, está aquí... su sonrisa siniestra, su cabello negro rizado, ¡Es madre Gothel!.

- ¡(Y/N) auxilio! - grita Elsa entre los brazos de Madre Gothel, la tiene atrapada como rehén.

- ¡¿Que haces tú aquí?! - le pregunto a la mujer de vestido burdeo.

- ¿Así es como tratas a tus invitados querido? - me dice con tono burlesco.

- No estoy para tus juegos, ¡Libera a Elsa de inmediato!.

- No lo haré, tienes algo que es mío.

- ¿Te refieres a mi alma?, es tuyo, sólo libera a Elsa.

Madre Gothel muestra una sonrisa soberbia, no responde a mi pedido.

Al ver a Elsa intentando safarse de los brazos de la bruja, retiro uno de mis guantes y ataco con una pequeña llama a Madre Gothel.

Ella libera uno de sus brazos y extiende la palma de su mano, el fuego ingresa fácilmente a su mano, no le hice daño.

La puerta se abre, se asoman Anna y Kristoff para saber que está ocurriendo. La expresión de Anna lo dice todo.

- ¡Elsa! - Anna realiza un pequeño movimiento con la intención de atacar a Madre Gothel, pero Kristoff la retiene.

- No será tan sencillo querido - Madre Gothel reanuda su conversación conmigo -  entregaré a tu amada en mi guarida, pregúntale a Vördr, él sabe donde está ubicado.

Madre Gothel se eleva y vuela a través de la ventana.

Me siento impotente, secuestró a Elsa delante de todos y fui incapaz de defenderla.