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Capítulo 12(Lemon)

Nota del autor: Este es el capítulo más largo que he escrito y el capítulo que más anhelé escribir, ¡disfrútalo!

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Han pasado meses desde que me fui de Adger.

Hrolf estuvo de acuerdo de que renunciara al cargo de capitán para estar junto a Elsa.

Antes de irnos, Hrolf asumió como el nuevo rey de Agder, fue una ceremonia muy bonita, pude notar en los ojos de los aldeanos la esperanza de un nuevo comienzo para Agder. Hrolf siempre fue visto como uno de los hombres más nobles del reino, ganó su fama luego de ayudar monetariamente a una familia que no tenía como subsistir, por supuesto que esto lo hizo a espaldas de Ragnar y toda la gente lo vio como un verdadero líder.

Antes de irnos me condecoraron con la medalla de honor por mis años de servicio y por ser parte de la liberación de la tiranía de Hans.

Al llegar a Arendelle Elsa volvió a proponer mi nombre para ser su guardia personal, por mis actos el consejo aceptó su petición, pero noté que el general del ejército de Arendelle, Reidum, no estaba conforme con mi presencia, él fue quien junto con su hijo Dyre, el capitán, me entregaron a los mercenarios de Hel, se excusaron diciendo que originalmente la carta que enviaron estaba destinada para los oficiales de Agder y que los mercenarios la interceptaron, les creí, los mercenarios tienen la capacidad de interceptar la mensajería de otros reinos, pero aún así no puedo tener la confianza plena en ellos.

Durante estos meses he tenido que acompañar muchas veces a Kristoff y a Sven en sus trabajos de recolección de hielo, puedo decir que Kristoff se ha convertido en mi mejor amigo. En uno de nuestros viajes, Kristoff me confesó que pensaba proponerle matrimonio a Anna y me mostró el anillo de compromiso.

Hoy es un día bastante especial para el reino, hoy el castillo tendrá una fiesta y eso significa que vendrán muchos invitados de otros reinos, esto como parte de una política de Arendelle para generar alianzas tanto comercialmente como en caso de guerra.

Todo esta decorado para la ocasión y todos se prueban sus trajes de gala, por supuesto que yo también tengo uno.

Elsa mientras tanto, se encuentra en una reunión con el consejo y me ha dado la tarde libre, admito que no me gusta separarme ni un segundo de ella, lamentablemente no hemos podido hablar mucho de nosotros por lo apretada de su agenda, y lo entiendo, ella es la reina y tiene un deber mayor que cumplir.

Camino por los pasillos del castillo, veo a todos los empleados decorar el lugar antes de que lleguen los invitados.

- (Y/N)! - me grita Gerda desde el otro extremo del pasillo.

-¿Qué ocurre Gerda?

- Kristoff ha solicitado su presencia lo más rápido que puedas en el establo, dice que es algo urgente.

- Gracias Gerda, iré de inmediato. Me río para mi mismo. Kristoff ha estado muy nervioso sobre la propuesta matrimonial, ha escogido especialmente este día para hacerlo, dice que este tipo de eventos son muy mágicos para Anna, y no lo niego, esto es similar a los cuentos de hadas.

Ingreso al establo, veo que Kristoff está limpiando el lugar.

- Hola Kristoff, llegué tan rápido como pude.

- Hola (Y/N), por favor siéntate - noto su voz un poco nerviosa.

-¿Que ocurre?, te noto muy nervioso.

- Lo estoy (Y/N), no creo que esté listo para hacerlo, ¿Que pasa si soy un mal marido?, ¿ Que diría Anna de mí?, sería un total fracaso, tengo muchas dudas sobre esto.

Kristoff tapa su rostro con ambas manos. Francamente nunca lo había visto de esa manera, es como si la inseguridad se estuviera apoderando de él. Me acerco lentamente.

- Kristoff amigo, lo harás bien, Anna te ama mucho, sé que serás un buen esposo para ella, no tienes que tener esos pensamientos negativos en tu cabeza, tú solo confía en que lo harás bien.

Gracias a mis palabras veo que su rostro cambió, ahora ya luce un poco más seguro, fue el mismo consuelo que le di cuando nos conocimos.

Escuchamos la voz de Anna afuera del establo.

- ¿(Y/N)? ¿(Y/N)? - ella grita mi nombre.

Salgo del establo.

- ¿Que ocurre Anna?, ¿Estás bien?.

- Sí, estoy bien, quería saber si estás ocupado en este momento.

- No, ¿Por qué?.

- Ahora que recuerdo... - me dice con un tono misterioso - tu me debes algo ¿Recuerdas?.

- No, lo recuerdo - sonrió bobamente.

- ¿Recuerdas nuestra pequeña carrera que hicimos hace dos semanas?, me dijiste que si ganaba me darías lecciones de ballesta.

- Lo recuerdo, pero recuerdo también que me empujaste para ganar y eso es hacer trampa.

Anna hace un puchero. Odio cuando hace eso.

- Esta bien, esta bien, te daré lecciones, pero ¿No tienes que elegir vestidos para esta noche?.

- Por favor, eso lo resolví hace tres días atrás, no pude contener la emoción de probar vestidos.

Los dos nos dirigimos al campo de entrenamiento donde le di vida a los muñecos la primera vez que entrené en este lugar, los utilizaremos para practicar.

Anna tiene problemas para dominar el arma, parece sencillo ocupar una ballesta, pero realmente es difícil, se requiere una gran fuerza para mantener el equilibrio y disparar perfectamente.

Prueba su primer tiro, como era de esperarse la flecha la arrojó muy lejos del blanco. No puedo evitar reír a carcajadas.

-¿Crees que es muy gracioso? - me regaña Anna, mientras me mira de forma fulminante.

Anna agarra la segunda flecha, toma todos los resguardos necesarios. Para mi sorpresa le da al pecho del muñeco.

- ¿Ahora que me dices? - me dice mientras levanta una ceja en señal de victoria.

- Suerte de principiante - le digo.

Estuvimos toda la tarde practicando, esto me trajo recuerdos de cuando era oficial ballestero y enseñaba el arte de la ballesta a los soldados. Tengo que admitir que Anna lo hizo bastante bien, noto su cuerpo cansado, nunca antes había visto a Anna tan cansada, es una buena forma de quemar energías.

Voy directo al castillo antes de que lleguen los invitados, me dirijo a mi habitación, pero antes de llegar veo que la oficina del general Reidum está entreabierta, mi curiosidad es mayor y veo a través de este.

-(...) todo tiene que salir perfecto Dyre, es el momento ideal para que nos podamos deshacer de (Y/N) y así tu puedas conquistar el corazón de la reina Elsa - oigo que el general Reidum entrega algunas instrucciones a su hijo.

No puedo creer lo que estoy oyendo. Me apoyo a la puerta para oír mejor, pero un chillido se logra percibir, no quiero que me descubran.

- Maldición - me digo a mi mismo. Arranco del lugar sigilosamente. Tendré que estar atento a Dyre esta noche.

Entro a mi habitación para vestirme.

Para la ocasión ocupo un traje militar de color azul oscuro con cuello y mangas rojas, al igual que la faja, mis pantalones tienen el mismo color que el traje, además uso unas botas para la ocasión y un sable que la envaino en mi cinturón.

Salgo del lugar para ver si Elsa está lista.

Golpeo la puerta.

- Adelante - me responde al otro lado de la puerta.

Ingreso a su habitación, Elsa está afinando algunos detalles sobre su atuendo. Luce un vestido azul hecho completamente de hielo, no es igual a los que usa siempre, puedo contemplar muchos detalles y figuras que se distinguen al estar cerca de ella, para el toque final tiene puesta una corona hecha de hielo, ahora luce verdaderamente como la Reina de las Nieves.

Ella nota mi asombro, mis ojos recorren por todo su cuerpo.

- ¿Cómo me veo? - me pregunta con un tono seductor.

- Cada día te superas a tí misma Elsa, realmente serás el centro de atención.

- No me interesa ser el centro de atención de la fiesta, sólo quiero que tú me mires y que no puedas mirar a nadie más - dice esto mientras se acerca.

- Por supuesto que lo harás, eres la única mujer a quien quisiera mirar esta noche - beso sus labios apasionadamente como si no hubiera mañana, Elsa gime un poco con mi atrevimiento.

Salimos de la habitación, oímos que mucha gente está en el salón principal del castillo. Kai es el encargado de recibirlos. Como parte de la presentación, la familia real hace una gran entrada, en ese instante todos los ojos se posarán en nosotros.

Anna y Kristoff salen de sus respectivas habitaciones vestidos de trajes muy finos. Nos dirigimos a la escalera para hacer nuestra entrada, pero el general Reidum nos detiene.

- No puedes realizar la entrada con la reina Elsa (Y/N).

- ¿Por qué? - preguntamos Elsa y yo al unísono.

- Por el simple hecho de que no eres rey, sería muy vulgar que un guardia sea el acompañante de la reina, está escrito en los códigos reales de Arendelle; a excepción de la princesa Anna que no está obligada a este mandato y por lo tanto puede elegir a su acompañante.

-¿Que podemos hacer Reidum? - pregunta Elsa.

- Bueno, según los códigos, un funcionario de alto mando puede ser su acompañante oficial en estos tipos de eventos, no es que me esté postulando a mí, si no al capitán Dyre, eso le dará un aire de formalidad.

- mmm ... bueno siendo así, acepto.

- Excelente su majestad, llamaré a Dyre de inmediato, mientras tanto (Y/N) tú deberás estar entre el público para contemplar magnífica presentación.

Cierro mi puño anhelando golpearlo en su rostro.

Bajo indignado por las escaleras, volteo y veo que Dyre llegó, muestra una sonrisa triunfante, sigo mi marcha hacía el salón principal, no quiero ser tan masoquista y ver semejante escena.

Ya entre el público puedo apreciar a personas muy distinguidas, todos con trajes muy finos y de excelente calidad. Me pregunto cuántas de estas personas presentes conocerán la leyenda del Demonio de Agder, me imagino el horror que será el saber que están compartiendo con él en este momento.

Este pensamiento me ayuda a liberar tensión, pero solamente por un momento, porque Kai está presentando a la familia real de Arendelle.

Anna y Kristoff son los primeros en salir, saludan a la multitud presente mientras ellos aplauden.

- (...) ahora, con ustedes la reina Elsa y su acompañante ... ejem... ¿el capitán Dyre? - noto a Kai dudar un poco de su presentación, claramente esperaba que yo estuviera en ese lugar.

Salen Elsa y Dyre a presentarse, me molesta que Dyre mire mucho a Elsa, la mira como si la deseara. Observo a mi alrededor y veo a muchos hombres de la realeza mirar de la misma forma como lo hace Dyre, la desean como si fuera un animal, puedo ver en sus ojos la perversión de su ser, el deseo carnal no lo pueden disimular.

Me hierve la sangre al ver a todos esos hombres mirando de esa forma a Elsa, me encantaría poder golpearlos a todos, pero eso sería muy inmaduro de mi parte y además sé que mi transformación demoníaca es producto de mis sentimientos, por lo que respiro profundamente para así calmarme.

- ¡Que comience la celebración! - oigo decir a Elsa, mientras se sienta en su trono. Los músicos tocan sus instrumentos y todos los invitados comienzan a divertirse, Dyre se aleja. Este es mi momento y me acerco a Elsa para cumplir con mi deber.

-¿Te encuentras bien? - me pregunta Elsa al notar mi rostro algo molesto.

- Estoy bien, gracias por preguntar - respondo bruscamente.

- Te conozco (Y/N), sé cuando algo te molesta, no te preocupes por lo de Dyre, es sólo una formalidad.

Solamente asiento.

Me encantaría poder decirle lo que oí de la conversación entre Dyre y Reidum, pero no me servirá de nada, no tengo pruebas para culparlo de algo que ni yo tengo certeza.

Como distracción veo a Olaf con Anna comiendo chocolate, parecen divertirse, al otro extremo veo a Kristoff conversando con algunos diplomáticos, me sorprende la habilidad social de Kristoff para entablar una conversación con personas de otros reinos.

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Ha sido una noche muy difícil, a partir de esa presentación que realizaron Elsa y Dyre, todos los príncipes, condes y duques del lugar se han acercado a Elsa, ella gentilmente ha rechazado cada una de las peticiones para bailar.

Veo que Dyre se acerca decididamente a Elsa.

- Su majestad, ¿Me concede este baile? - pronuncia esto mientras se arrodilla y besa su mano.

Puedo notar el sonrojo de Elsa con esta última acción. Esta muy nerviosa como para responder.

- ¿Que me dice su majestad?, al menos que tenga algún inconveniente en bailar conmigo - dirige Dyre su vista hacía mí de forma desafiante.

No puedo evitar reaccionar y saco mi sable con furia, dejo el filo del arma en su cuello.

- ¡(Y/N) YA BASTA! - grita Elsa enfurecida - no puedo creer que seas tan celoso, tus estúpidos celos te han quitado la razón. Te pediré que dejes tu puesto a cargo por esta noche, no quiero verte.

Un cosquilleo recorre por mi cuerpo, puedo ver que he caído en la trampa de Dyre, esto es exactamente lo que él quería, deseaba que hiciera una escena en frente de Elsa, como pude ser tan idiota.

Entrego mi sable para confirmar que pongo a disposición mi cargo.

Me retiro del lugar. Puedo oír la voz de Dyre mientras me alejo:

- Entonces su alteza, ¿Cuál es su respuesta?.

- Disculpe la actitud de mi guardia capitán Dyre, por supuesto que estaría encantada de bailar con usted.

Cierro los ojos para evitar llorar, por suerte gracias a la música nadie notó mi acción tan agresiva.

Me dirijo a la mesa de los bocadillos, hay muchas cosas que comer, pero lo que más quiero es beber, deseo olvidarme de lo que pasó.

Luego de sacar una copa de vino voy al jardín que está afuera del castillo, tomo asiento en un pequeño banco que está disponible.

Luego de unos minutos de reflexión y de beber, siento una presencia a mi lado.

- Veo que no lo estás pasando muy bien.

Giro mi cabeza y veo a una mujer de tez blanca, cabello rojo ondulado, viste con un vestido verde claro y con los hombros descubiertos.

- Pensé que hoy sería una buena noche, pero creo que no he tenido mucha suerte - le digo a la muchacha.

- Bueno, no te preocupes, la noche es muy joven aún - me dice amablemente.

- Creo que tienes razón - le contesto con una leve sonrisa.

- Si te sirve de consuelo, yo podría acompañarte.

- Lo siento, pero no dejo que extraños me hagan compañía - me río.

La muchacha con una sonrisa se presenta:

- Mi nombre es Lena, princesa del reino de Svealand.

- Mucho gusto en conocerla princesa, mi nombre es (Y/N) guardia personal de la reina Elsa - me inclino para besar su mano.

- Entonces ... ¿Ya no soy una desconocida para tí?

- Parece que no - sonrío, la presencia de Lena me hizo sentir mucho mejor.

- Bueno ... háblame de tí - Me pide Lena.

- Que puedo decir, crecí en un orfanato en el reino de Agder, luego me enlisté en su ejército hasta llegar a ser oficial ballestero, pero decidí desertar, después me enviaron de regreso como prisionero, hasta que la reina Elsa y su familia fueron a rescatarme, finalmente decidí convertirme en su guardia personal.

- Veo que tienes una vida mucho más interesante que la mía - ríe - crecí y he vivido toda mi vida en Svealand, soy la única heredera al trono, pero mis padres me han pedido que me case, no podría ser reina sin tener un rey a mi lado.

- No es una mala vida, es la vida que en el fondo todos anhelamos, todos deseamos tener una vida sin tantas complicaciones.

- Eres un hombre muy sabio, la reina Elsa es muy afortunada al tener a un guardia personal como tú.

Agacho la cabeza hacía el suelo.

- Tal vez... pero creo que me odia en este momento, quería protegerla de todos estos tipos de la nobleza, pero armé una escena de celos y creo que se salió de control.

- ¿Sabes?, encuentro lindo que alguien manifieste sus celos, llámame rara, pero siento que es una forma no convencional de demostrar cuanto te importa esa persona.

- Claramente, no dirías eso si amenazara a tu pretendiente con un arma.

- ja ja, no lo sé, pero si esa persona no entiende las causas de esos celos y no hace nada al respecto creo que no te valora lo suficiente como para realizar cambios.

En cierto modo ella tiene razón, sus palabras me hicieron ver la situación de otra perspectiva.

- Cuéntame sobre tí, ¿Que hace una mujer tan guapa en una fiesta como esta? - pregunto.

- Recibí la invitación para asistir a esta fiesta, me dijeron que era importante mi presencia. Al principio dudé en venir, pero un viejo consejero de la familia que puede ver el futuro me dijo que encontraría el amor en este lugar - muestra un leve sonrojo.

- Creo que la persona que elijas será muy afortunado en tenerte, me has hecho buena compañía esta noche.

- (Y/N) ... - Lena toma mis mano y me levanta del banco - no sé como decirte esto, pero quiero que te mudes a Svealand conmigo, algo dentro de mí me dice que eres esa persona especial que he estado esperando por muchos años, vivirás como te mereces, podremos ser felices y (...)

Antes de terminar su oración, Lena se abalanza hacía mí y me besa apasionadamente, su lengua se encuentra de inmediato con la mía, con una de sus manos toma mi cabello y me acaricia suavemente; con la otra baja por mi espalda hasta llegar hasta mi trasero y lo aprieta con fuerza.

Por cortesía respondo a su beso y agarro su cintura con mis manos. Se siente perfecto, pero hay un sólo problema, ella no es Elsa.

Interrumpo este momento y alejo mi cara de ella, cierro los ojos y respiro antes de hablar:

- Lena, eres una mujer maravillosa, cualquier hombre estaría encantado de ser tu esposo, en este pequeño momento que compartimos juntos eres una persona increíble y sabes dar excelentes consejos, pero mi corazón ya le pertenece a alguien y tengo que luchar para que esto funcione, lo siento.

Lena cierra sus ojos, unas lágrimas recorren por sus mejillas. Le dí un beso en la frente como disculpa por hacerla sufrir de esa manera, reingreso al castillo.

Al volver veo que se ha formado un círculo, puedo visualizar que Dyre está sangrando por la nariz mientras recibe atención médica. En otro momento habría disfrutado de esto, pero ahora no, voy a mi habitación quiero olvidarme de todo esto.

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- ¡(Y/N) YA BASTA!, no puedo creer que seas tan celoso, tus estúpidos celos te han quitado la razón. Te pediré que dejes tu puesto a cargo por esta noche, no quiero verte.

Elsa ve como entregas tu sable, sin decir ni una sola palabra, te retiras.

- Entonces su alteza, ¿Cuál es su respuesta? - le pregunta el capitán Dyre.

- Disculpe la actitud de mi guardia capitán Dyre, por supuesto que estaría encantada de bailar con usted.

Los dos se dirigen a la pista de baile. Dyre con su mano toma a Elsa de la cintura y con la otra su mano para comenzar a bailar.

Elsa no puede dejar de mirarte, ve como te diriges a la mesa de los bocadillos, pero lo que más llama su atención es que tomas un vaso de vino, sabe que tu no bebes y eso le preocupa.

La música comienza, ellos bailan una típica música de salon.

Durante el baile, Elsa no deja de sentirse culpable por como te trató, ella nunca te había levantado la voz de esa forma, sabía perfectamente en cambio que tú serías incapaz de hacerle eso a ella.

Dyre se siente incómodo, los pasos de baile de la reina están desincronizados con los suyos, esta tendría que ser su noche, había ganado, tú ya no estabas en su camino.

- Su majestad, me está haciendo quedar mal ante los invitados, tiene que bailar a mi ritmo.

- Lo siento - responde Elsa sin reflexionar las palabras de Dyre, su cabeza está pensando en lo que acaba de pasar.

- Reina Elsa, deje de pensar en ese pueblerino, usted merece estar con alguien mejor que él.

Elsa no responde. Dyre vuelve a hablar.

- No me parece que sea una buena idea que usted pretenda tener una relación con su guardia personal, tendrá preparación militar y todos eso, pero él no proviene de la realeza como usted, es un simple joven huérfano, ni siquiera sus padres lo amaban, por eso lo abandonaron; en cambio, yo si tengo algo de noble, mi abuelo materno fue archiduque de un reino lejano, por lo que yo si estoy a su altura ... además, lo peor de ese infeliz es que es un monstruo.

Elsa oye conscientemente lo último que dijo Dyre sobre tí, rápidamente separa su cuerpo y sus manos de él, interrumpe el baile.

- No vuelvas a hablar así de él - dice con enojo.

- Reina Elsa, no pretenderá defender a ese imbécil ¿O sí?, es un sujeto que es incapaz de controlar sus emociones, ¡estuvo a punto de cortarme la garganta!, ¡A mí!, ¡Al capitán Dyre!.

- Es cierto que hizo eso, pero si tuviera la oportunidad creo que yo misma te la habría cortado.

Dyre puede contemplar los ojos de Elsa, nunca antes la había visto de esa forma, por primera vez vio odio en ella.

- Su majestad, no tienes la autoridad de hablarme de esa forma, será mejor que se calme, si no quiere que le diga a todos aquí que tiene a un asesino trabajando para usted, Arendelle perderá todos sus aliados.

- ¿Sabes qué capitán?, no me importa, podrás chantajearme con lo que quieras, pero nunca podrás privarme de hacer esto(...).

Elsa golpea a Dyre en la nariz con todas sus fuerzas, Dyre retrocede algunos pasos y se tapa la nariz con sus manos para superar el dolor, al volver a ver sus manos se da cuenta que tiene sangre.

Ahora Elsa entiende la satisfacción que tuvo Anna al golpear a Hans, su adrenalina aumenta.

Dyre anhela gritar a Elsa, pero sabe que eso podría costarle caro, por esta vez prefiere controlarse; La reina se dirije al jardín donde te vio salir antes de tomar la copa de vino, se asoma para confirmar si sigues ahí.

Se llevó una gran sorpresa al verte besando con una mujer pelirroja. Ella pensó en gritar, pero su garganta estaba muy apretada como para poder hacer algo.

Elsa se devuelve al salón, ve como se ha formado un círculo para ver a Dyre siendo atentido por los médicos del castillo. Se esconde en un rincón donde nadie pueda verla llorar, levanta la vista en busca de Olaf, Kristoff o Anna, pero no están.

Ella te ve entrar al castillo, no vio reacción alguna al ver a Dyre sangrando. Decide seguirte, Elsa presiente que irás a tu habitación.

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Entro a mi habitación, me siento al borde de mi cama.

Antes de que pudiera sumergirme en mis pensamientos, oigo que tocan la puerta.

- Adelante - grito sin pensarlo dos veces.

Me doy cuenta que es Elsa quien golpeó mi puerta, evito a toda costa mirarla a los ojos.

-¿Te encuentras bien? - me pregunta, puedo distinguir un leve sollozo en su voz.

No respondo, cierro los ojos para evitar llorar.

Elsa se sienta a mi lado, no hacemos contacto físico.

Hay un silencio incómodo entre nosotros.

- (Y/N)... - me dirige la palabra - (...) lo siento por lo que pasó esta noche.

De nuevo, no respondo.

- Entiendo que no quieras hablarme, estás en tu derecho de hacerlo, pero quiero que me escuches.

Elsa toma aire antes de hablar.

- Todo esto es mi culpa, no quiero que me discutas esto, pero sé que esto es culpa mía, he estado tan ocupada durante estos meses que no fui capaz de hacernos un tiempo para los dos, creí que al estar siempre a mi lado protegiendome sería suficiente, y me equivoqué.

Hay un breve silencio antes de que vuelva a hablar.

- Yo tuve la culpa de que el capitán Dyre se saliera con la suya, fui ciega al no ver que esto traería consecuencias, vi como todos esos hombres me deseaban y yo dejé que esto pasara, creo que ponerme este vestido no impidió que no vieras a otra mujer.

Mis ojos se ensanchan al escuchar esto.

- Te vi afuera besando a otra mujer, y creo que es lo mejor para tí, parece ser una mujer hermosa y decidida, algo que no pude ofrecerte.

Tomo sus frías manos con las mías.

- Elsa, lo siento si viste eso, nada de lo que diga arreglará lo que pasó, no existen excusas que justifiquen mi actuar, no debes ser dura contigo, tengo que asumir que hay algunos reglamentos que cumplir y que están fuera de mi alcance, además tendré que aceptar que eres una mujer muy hermosa y que todos los hombres del mundo posarán sus ojos en tí.

Elsa parece decidida, se levanta y se para al frente de mí.

- (Y/N), me has dado que pensar y no quiero que esto vuelva a suceder, creo que sé como podremos arreglar esto.

Elsa conjura con sus manos un pequeño anillo hecho de hielo. Se arrodilla a mis pies.

- Sé que esto es poco tradicional, pero encuentro que es la única solución que veo para esto, los hombres ya no me cortejarán y ni tampoco las mujeres lo harán contigo, podremos pasar tiempo de calidad los dos y no quiero volver a tener que presentarme en fiestas con alguien con quien no quiero estar, te pregunto ... ¿(Y/N), quieres casarte conmigo?.

Me sonrojo como nunca antes lo había hecho, me cuesta poder articular las palabras.

- Por... por supuesto que me casaría contigo Elsa.

Elsa se levanta y llora de la emoción, sinceramente también lo hago.

La besé con toda la pasión que pude entregar, mis manos recorren por todo su cuerpo, empezando por su cabello; las manos de Elsa acarician mi espalda.

Nuestras bocas se separan ligeramente, sus manos se encuentran en mi pecho, levanto la vista y contemplo sus ojos de lujuria, Elsa muerde sus labios, mi respiración se vuelve pesada al mismo tiempo que mi corazón se acelera por su última acción.

Arrastro a Elsa a la puerta.

Beso su hermoso y largo cuello, lentamente subo a sus delgados y finos labios rojos.

Elsa separa su cuerpo contra el mío, decide congelar la manilla de la puerta para que no entren visitas inesperadas.

Retomamos el beso.

Acaricio su cintura al ritmo de nuestras lenguas encontrandose, sintiendo su saliva caliente al recorrer mi lengua por su boca, bajo suavemente hasta su trasero no pudiendo evitar manosearla.

Sus manos están en mi mejilla, puedo sentir las gotas de sudor cayendo por nuestras caras, sus uñas clavan suavemente mi rostro.

Como un animal en celo libero la corona de su cabeza, la arrojo muy lejos y este se derrite al tocar el suelo.

Desenredo su hermosa y frondosa cabellera, por primera vez veo a Elsa sin esas trenzas , detengo un momento mi actuar para contemplar semejante mujer, sus ojos miran tiernamente a los míos y sus mejillas sonrojadas por mi mirada lujuriosa.

Sin pensarlo dos veces llevo a Elsa a mi cama, recorro mi mano en su muslo mientras beso tiernamente sus labios. Elsa sólo cede a mi cometido, con sus ojos cerrados parece disfrutarlo.

Me quito los pantalones y mi traje de gala hasta dejar mi pecho al descubierto. Puedo ver los ojos de Elsa al mirar mi torso y mordiendo ligeramente su labio, su mirada sensual me dice que me desea, yo también la deseo.

Con tan solo chasquear sus dedos, derrite todo su vestido hasta quedar solo en ropa interior. Levantando una ceja y su cara provocativa sabe que no podré dejar de mirarla.

La temperatura sube en mi habitación, ligeras gotas de sudor bajan por mi cuerpo al admirar su escultural figura, es simplemente perfecta, tallada a mano que incluso hace envidiar a la mismísima diosa Freya.

Empiezo por sus pies, recorro mis labios por sus piernas hasta llegar a sus muslos, me detengo para tomar un pequeño respiro antes de continuar.

Retiro lentamente y con total dedicación la prenda de su entrepierna. Con un guiño me dice que lo anhela: besaré y mi lengua pasaré por cada rincon de su feminidad.

Paso mi lengua húmeda de manera paciente y organizada, escucho ligeramente sus gemidos, este es su momento íntimo y la complaceré como es debido.

Gime más fuerte e irregular, jala mi cabello de forma agresiva, no me detendré, un soldado debe hacer bien su trabajo.

Toma mi cabeza y lo sube hasta su altura, respira pesadamente, nadie dice nada, sólo nuestra respiración habla por nosotros.

- Te amo - le digo entrecortado.

- Yo también te amo.

Nos besamos apasionadamente, nuestras manos recorren nuestros cuerpos, siento que Elsa aumentó su libido y navega con sus frías manos en mi espalda, baja lentamente a mi trasero cubierto con mi ropa interior, lo agarra fuertemente e incluso incrusta sus uñas en él, creí que me dolería pero me fascina.

Tomo a Elsa contra mí para estar los dos arrodillados en la cama.

Atrevidamente arranco los sujetadores de Elsa, puedo verla totalmente desnuda frente a mí. Sus pechos son medianos, tímidamente los acaricio con ambas manos, sentir cada detalle de sus montañas de nieve aumenta la pasión en ambos.

Sin vergüenza alguna Elsa ingresa con sus manos a mi ropa interior para tocar mi miembro, lo frota de arriba hacía abajo. Retira lentamente mi ropa interior.

Ahora ambos estamos desnudos, acuesto a Elsa de nuevo a la cama.

- ¿Estás segura que quieres hacer esto? - pregunto.

- Segura ... - me responde fogosamente.

Ingreso mis genitales en los suyos con mucha delicadeza, se siente bien, estiro todo mi cuerpo para que mi rostro éste al frente de su cara. Mientras mi miembro hace fricción dentro de ella, yo la beso en sus mejillas, subiendo ligeramente a su oreja, donde la muerdo juguetonamente. Elsa libera un tierno gemido, como si fuera un reflejo desliza sus manos por mi espalda, descargando su pasión rasguña suavemente mi espalda, también suelto un gemido.

No tenemos ningún problema durante el acto, en este momento tan íntimo somos uno, mis pechos frotan con los suyos al momento de moverme.

Repentinamente Elsa toma la iniciativa y nos voltea hasta quedar a la inversa de nuestra posición inicial. Me acomodo para quedar sentado y ella encima de mí, rodeando mi cintura con sus piernas, las mías quedan estiradas, lentamente baja a mi miembro para que esté dentro de ella otra vez, sin hacer ningún movimiento nos quedamos algunos segundos abrazados para acostumbrarnos a nuestra nueva posición.

Su cuerpo se mueve de arriba hacía abajo, tiene la facultad de controlar la velocidad de nuestros movimientos y la inclinación de mi miembro, posiciono mis manos en sus caderas para acompañar el acto.

Nos movemos cada vez más rápido, mueve sus caderas hacía adelante y hacía atrás. Coquetamente Elsa invita a mis manos para que acaricie sus pechos, mientras ella tiene sus manos alrededor de mi cuello, le doy un pequeño masaje al contorno de sus pezones para después besarlos.

Mi boca exhala sobre uno de sus pechos sin que mi lengua haga contacto con ella. Le doy suaves y tiernos besos por todo su seno, posteriormente muerdo y succiono sus pezones. Por supuesto, le doy atención a ambos pechos como se merece una reina.

Sin decir ni una sola palabra, tan solo basta una mirada para comunicamos, sabemos que el momento está por llegar.

Abrazo a Elsa con todas mis fuerzas y ella a mí, muerdo su oreja de manera impaciente al mismo tiempo que sus manos jalan mi cabello, me separo un momento de ella para contemplar su bello rostro.

Puedo sentir sus caderas realizando movimientos circulares bruscos, debo admitir que esto me excita mucho.

Veo que su rostro se calienta,
cierra los ojos y abre ligeramente la boca, nos movemos de arriba hacía abajo para alcanzar el climax.

- (Y/N) ... (Y/N) - gime Elsa.

Un ligero cosquilleo recorre por todo mi cuerpo, libero un gran gemido al momento de venirme, en ese instante me olvido de todo, me siento libre, mis sentidos se armonizan, siento la fusión de nuestros cuerpos sudados.

Nos quedamos algunos segundos abrazados e intentando recuperar energías, nuestra respiración es muy pesada, lentamente nos separamos hasta recostarnos.

Cubrimos nuestros cuerpos desnudos con las sábanas de mi cama, mimo un poco a Elsa con caricias en su cabellera.

- Eso se sintió bien - me dice Elsa con un ligero tono de sueño en su voz.

- Estuviste excelente mi amor - le digo en voz baja.

Mis ojos se cierran lentamente al ritmo que recorro mis manos en su espalda, su cabeza está en mi pecho, oigo un ligero ronquido proveniente de Elsa.

No podría haber pedido un mejor final para este día.

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Esto fue todo el capítulo, creí que me demoraría mucho más tiempo en escribirlo, me gustaría saber sus comentarios con respecto al lemon, si les gustó o no. Todas las críticas son bienvenidas.

Además, una pequeña encuesta:

¿Qué debería escribir para mis proyectos futuros?

°Elsa x Lector Masculino ( Ambiente Frozen o Moderno)

°Elsa x Lectora Femenina (Ambiente Frozen o Moderno)

°Una historia OC.

Hasta la próxima!









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