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Capítulo 11

Elsa, Anna, Kristoff y Olaf ingresaron a Agder a la noche siguiente vestidos con capuchas, ellos siguen el plan de Hrolf para salvarte.

Por el grado de riesgo que conlleva esta misión, Sven quedó a las afueras de la ciudad, listo para partir al momento del rescate.

Hrolf mencionó que debían tener mucho cuidado, ya que Hans había traído a un gran número de hombres provenientes de las Islas del Sur para derrocar al rey Ragnar.

El plan consiste en entrar sigilosamente al castillo de Agder, que ahora está bajo el mando de Hans. Hrolf dedujo que estarías en la mazmorra, pero eso no es todo, el ejército rebelde provocará una revuelta en el pueblo como distracción, por lo que la cantidad de guardias reales serán mínimas. Este plan tiene que salir perfecto.

Los tres se esconden entre algunos arbustos que están al costado del castillo, a la espera de la distracción, se escucha a lo lejos una gran explosión, esa es la señal. Los soldados salen del castillo.

Caminan hasta la entrada, notan la presencia de un guardia, el guardia intenta volver al castillo para pedir refuerzos, pero Elsa congela sus pies. Se acercan y Kristoff lo noquea de un solo golpe. La entrada está despejada.

Logran caminar sin problemas por los pasillos, el ambiente es muy lúgubre y tenebroso. Hrolf les entregó el mapa del castillo junto con las llaves de la mazmorra. Los sentidos están alertas.

Oyen algunos pasos provenientes del otro extremo del pasillo. Sin pensarlo dos veces entran a una habitación, parece ser un cuarto de reuniones, dejan la puerta entreabierta.

Elsa observa, los hombres que pasan por el pasillo son los mercenarios de Hel, se oye una bolsa de oro, lo cual se deduce que cumplieron su trabajo y se retirarán del lugar.

Continúan con el mapa en sus manos recorriendo el castillo en busca de la mazmorra.

- ¡Alto ahí, en nombre del rey Hans! - grita un guardia acompañado con otros tres hombres.

Los tres intentan escapar mientras son perseguidos por los guardias. Lamentablemente llegaron a un pasillo sin salida.

- Creo que no podremos salir de esta - se resigna Kristoff.

- ¡No Kristoff!, tenemos que luchar - exclama Anna valientemente.

- ¡Anna, esto se acabó! , tenemos que aceptar nuestra derrota - dice Elsa.

Los guardias los toman fácilmente como prisioneros.

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Mientras divago en mi mente, un guardia acompañado de tres hombres abren mi mazmorra y me liberan de los grilletes, para posteriormente amarrarme de manos a otras cadenas que llevan consigo.

Llegamos a la capilla del castillo, anteriormente ya había estado en este lugar, el rey Ragnar era un hombre muy devoto y siempre antes de salir a expedición ofrecía una ceremonia para nuestra suerte. Ahora el lugar parece vacío, los asientos y los confesionarios no están.

Distingo a un hombre de cabello rojizo y de ojos verdes que está en el altar, viste de uniforme con una capa larga opaca gris con patrones ondulados, luce una corona.

- Creo que al fin nos conocemos en persona (Y/N), me presento, soy Hans Westergard, ex príncipe de Las Islas del Sur y actual monarca del reino de Agder.

- He oído cosas de tí y me alegra que al fín puedas ser rey de algo, no tenías oportunidad alguna de ser gobernante de Las Islas del Sur siendo el decimotercer heredero a la corona y me parece lógico que un hombre tan patético como tú tenga que matar a alguien para tener el poder. - le hablo sarcásticamente.

- Si fuera tú no hablaría en ese tono, yo soy el único que puede decidir si vives o mueres (Y/N).

Suelto una pequeña risa soberbia.

- ¿En realidad crees que puedes tener el control sobre mí?

- Eres igual de altanero que el antiguo rey Ragnar (Y/N), incluso antes de aceptar tu muerte eres soberbio, pero eso cambiará, ya quisiera verte dopado y pidiendo piedad en el pozo de serpientes tal como lo hizo Ragnar antes de morir.

- Te lo repito Hans, ¿Crees que eso va a detenerme?.

Hans ríe.

- Has estado tan pendiente de atacarme que no has notado a tu costado derecho, veamos si eso cambia tu actitud altanera.

Hago caso de sus palabras y observo a mi derecha, mi boca se abre de asombro al ver a Elsa, Anna y Kristoff colgados de unos grilletes y con la boca tapada con cintas, mientras que Olaf, por la naturaleza de su cuerpo lo tienen dentro de una jaula de donde no puede salir.

Trato de procesar esta escena.

- ¿Que sucede (Y/N)?, parece que hubieras visto un fantasma por la expresión de tu rostro.

- Déjalos ir Hans, esto es entre tu y yo.

- Es ahí donde te equivocas, si no lo sabías yo soy quien quería contratar tus servicios para asesinar a la reina Elsa.

- Debí suponer que eras tú, ni siquiera eres capaz de cobrar venganza por tu cuenta que debes enviar a alguien a hacer tu trabajo sucio, veo que no te gusta ensuciarte Hans, no fuiste lo suficiente hombre como para matar a Ragnar por ti mismo y lo arrojaste a las serpientes quienes hicieron el trabajo por tí.

- ¡CALLATE! - grita Hans - pensé que podrías convertirte en mi aliado, pero por tu actitud prefiero eliminarte, pero no antes que veas a tus queridos amigos sufrir, ¿Cómo lo sé?, te estarás preguntando. Antes de venir a Agder con mis hombres, te vi correr en dirección opuesta, envíe a los mercenarios de Hel que estaban contratados para asesinar a Ragnar, pero preferí enviarlos a traerte de regreso, ellos observaron cada uno de tus movimientos y me informaron que tenías una relación bastante cercana con la Reina Elsa. Quien diría que ellos intentaron rescatarte.

Hans no para de reír malvadamente.

- Hans no les hagas daño, haré lo que sea - le ruego.

- Es demasiado tarde, soy un rey que le gustan las segundas oportunidades, tú ya perdiste la tuya - se acerca lentamente a Kristoff mientras acomoda su espada en su cinturón.

- Mira a quien tenemos aquí, si es el recolector de hielo quien logró enamorar a la princesa Anna - Le da un golpe en el estómago al finalizar, Kristoff muestra claras señales de dolor.

Se dirige a Anna y arranca la cinta de su boca mientras con su mano la toma fuertemente de sus mejillas impidiendo que ella pueda pronunciar algo.

- Y aquí tenemos a la princesa Anna, mi viejo amor ... oh!, ya recuerdo, verdad que deseabas que te besara - agresivamente la besa sin que Anna pudiera ejercer resistencia alguna.

Kristoff no puede creer lo que está viendo, frente a sus narices Hans besa a Anna contra su voluntad sin que él pueda hacer algo al respecto.

- ¡Eres un monstruo Hans! - logra levantar la voz Anna, luego de que Hans la soltara.

- Mira que maravilla - dice Hans mientras se acerca a Elsa - frente a mí tengo la posibilidad de matar con mi propia arma a la famosa Reina de las Nieves, pero antes, de monarca a monarca, dejaré que pidas tú último deseo - retira la cinta de la boca de Elsa.

Elsa no puede pronunciar ninguna sola palabra, noto claramente el miedo en su rostro.

Hans desenvaina su arma lista para atacar.

Mi cuerpo hierve de impotencia, no puedo aceptar que Hans fácilmente pueda terminar la vida de Elsa, mi ira aumenta y mi pulso acelera. Siento un pequeño dolor en mi cabeza.

Todo se vuelve negro.

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Un chillido agudo emana de tu boca. Hans estaba a punto de apuñalar a Elsa cuando el sonido le impidió hacerlo. Hans suelta el arma y tapa sus oídos para no tener que escucharte, el sonido es muy potente.

Tu cuerpo inicia su transformación, se forman alas en tu espalda, se alargan tus extremidades, las uñas sobresalen de las manos y crecen unos cuernos sobre la cabeza, te conviertes en el Demonio de Agder.

Logras romper las cadenas que te tenían amarrado, los guardias intentan controlarte, pero los golpeas y clavas tus uñas en sus cuerpos, fue tan facil como hundir un tenedor en una gelatina. Todos fallecen al instante.

Hans, horrorizado mira lo que acabas de hacer, recoge su arma y la dirige hacía tí en posición defensiva.

Lentamente El Demonio se acerca a Hans, por tu transformación eres mucho más grande que él.

Hans puede verte de más cerca, tus ojos se tornaron rojos y tus dientes están mucho más afilados, él sabe que será muy difícil salir de esta.

Golpeas a Hans fuertemente, él sale expulsado al otro extremo de la capilla, su cuerpo choca contra la pared y pierde la consciencia con el impacto.

El Demonio todavía no está conforme con ello y vuela hacía Hans para poder enterrar sus uñas en su pecho, pero una voz hace que se detenga...

- ¡No tienes que hacer esto (Y/N)! -exclama Elsa.

El Demonio gira al ver a Elsa, parece que encontró una presa mucho más fácil.

- Tú puedes controlarlo, sé que puedes hacerlo.

El Demonio está cara a cara mirando a Elsa anhelando acabar con su vida.

Elsa mira a los ojos del demonio con la esperanza de que tú puedas escucharla.

- Sé que en el fondo, habita una persona muy buena, que logró salvar a dos personas muy importantes para mí, una persona que no le importó arriesgar su vida, sé que no eres un monstruo (Y/N), no me importa todas las cosas que hayas hecho en el pasado, sólo quiero volver a ver el dulce rostro del hombre de quien me enamoré...

El Demonio alza su brazo para atacar a Elsa en su corazón, pero su brazo quedó inmóvil y él le chilla como si alguien lo estuviera controlando. El brazo adopta autonomía y se autoinflinge en las costillas, El Demonio cae fuertemente y se desangra.

Elsa grita:

- ¡(Y/N)! ¡NO!.

Los cuatro no pueden creer lo que están viendo, lentamente estás volviendo a tu forma original, pero lamentablemente estás sangrando y ellos no pueden hacer nada para salvarte.

Hrolf ingresa a la capilla con su ejército.

- ¡Hrolf tienes que hacer algo, (Y/ N) se está desangrado! - grita Elsa con un leve sollozo.

Hrolf va directo a verificar tu situación, mientras que sus hombres liberan a los demás.

Elsa al momento de ser liberada corre hacía tí. Coloca sus manos sobre la herida para congelarla y así evitar que pierdas más sangre.

Con el último de tus energías logras ver a Hans que se está escabulliendo de la capilla y retiras uno de tus guantes para lanzar una pequeña llama a sus pies. Hans grita de dolor; en cambio tu muestras una pequeña sonrisa mientras los soldados de Hrolf se lo llevan a la mazmorra.

Cierras los ojos.

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Abro los ojos, me doy cuenta de que estoy recostado en una habitación, a primera vista pienso que estoy en Arendelle, pero en realidad estoy en mi antiguo cuarto de Agder, ha pasado tiempo desde que estuve aquí por última vez.

Veo que la puerta se abre, todos vinieron a verme, nunca antes me había sentido tan apreciado.

- ¿ Cómo te sientes? - pregunta Hrolf.

- He estado peor - me río.

- El doctor me dijo que necesitas descansar, no perdiste mucha sangre y eso es bueno, mañana podrás volver a levantarte - dice Hrolf.

- ¿Puedes recordar algo de lo que pasó anoche? - me pregunta Anna.

Si recuerdo, pero preferí mentir.

- Para serles franco, no recuerdo nada, solamente recuerdo que ustedes estaban en la pared y que Hans iba a hacerle daño a Elsa - me sonrojo al decir el nombre de Elsa. Evito hacer contacto visual con ella.

- ¿En serio no recuerdas nada de lo que pasó? - pregunta Kristoff, no puede evitar sonreír, es como si quisiera explotar con alguna noticia importante.

- Esperen ... ¿Qué pasó con Hans? - pregunto alarmado e intento cambiar el tema de conversación.

- No te preocupes - dijo Hrolf - el reino de Hans ha terminado, lo enviamos de regreso a su hogar, quisiera ver las expresiones de sus hermanos al enterarse de lo que hizo.

- ¿Y cómo pudieron derrotar a su ejército? - pregunta Anna.

- Fue más sencillo de lo que pensábamos, pero muchos de los soldados de Ragnar estaban de acuerdo con nosotros y al momento de luchar decidieron sumarse a nuestro bando, gracias a eso pudimos vencerlos en número y reconquistar Agder.

- Veo que fue bastante simple - digo.

Hay un silencio en la habitación.

Retomo la palabra.

- Ahora que Ragnar se ha ido, creo que tú Hrolf deberías ser el nuevo rey de Agder, siempre fuiste el que realmente gobernó aquí - muestro una sonrisa sincera.

- Hablé con los otros consejeros, todavía siguen traumados luego de que Hans los amenazara si no cooperaban con él, pero aun así les comenté la idea y ellos estuvieron de acuerdo ... ¡Ah! y antes de olvidarlo también propuse tu nombre para que seas el nuevo capitán.

Elsa que ha estado muy callada cambia drásticamente su expresión al escuchar esto, mueve su cara a otro lado, intentando contener sus lágrimas.

- Pueden salir un momento de la habitación por favor, quisiera hablar con Elsa en privado.

- Por supuesto (Y/N), lo que tú quieras - Hrolf me guiña con su ojo.

Todos salen de la habitación.

Elsa evita mirarme a los ojos.

- Gracias por venir a rescatarme Elsa, es un gesto muy noble de tu parte arriesgar tu vida por mí.

Elsa hace contacto visual, una lágrima cae por su mejilla, incluso en ese estado se ve adorable.

Vuelvo a hablar.

- Elsa debo confesarte algo, sí tengo recuerdos de lo que ocurrió anoche, creí que fue un sueño, pero lo que sentí fue muy real.

Veo que seca sus lágrimas y su rostro se vuelve rojo.

- ¿En serio? ... ¿Que ... que recuerdas? - tartamudea.

- Recuerdo que estaba todo oscuro y oí tu voz angelical. Saqué fuerzas para dominar al monstruo en que me convertí y logré controlar su brazo, hice lo correcto aunque no estuviese de acuerdo con ello y me ataqué a mi mismo. Eso no es todo, quiero saber si lo que dijiste sobre mí es cierto ... ¿Tu me amas?.

Veo que Elsa está un poco nerviosa con mi pregunta tan directa.

Elsa cierra los ojos y respira profundamente.

Se acerca a mi cama, con sus manos toma mis mejillas.

Mi corazón late rápidamente.

Su rostro se acerca al mío, cierro los ojos y ella también.

Todo está sucediendo lentamente.

Sus labios rozan con los míos, somos algo tímidos y no nos atrevemos, tomo la iniciativa y nos entregamos a nuestros instintos. Nuestras lenguas se encuentran como dos serpientes abrazadas. En ese momento somos uno, mi mente queda en blanco.

Si moriría hoy, moriría feliz de haberte besado Elsa, esos labios tan dulce como la miel.

Nos separamos lentamente, ninguno de los dos quiere que este momento acabe.

- Elsa, voy a rechazar la propuesta de Hrolf de ser el nuevo capitán de Agder.

- ¿De que estás hablando (Y/N)?, tienes que aceptarlo, el capitán Enok estaría muy orgulloso de tí.

- No puedo aceptarlo, desde que te vi por primera vez en el castillo lo que mas anhelaba era estar a tu lado, y haré todos los sacrificios posibles para convertirme en tu guardia personal.

- ¿Estás seguro?.

- Nunca antes había estado tan seguro en mi vida, no podría estar aquí en Agder siendo capitán del ejército sabiendo que perdí la oportunidad de conocer a la mujer más hermosa del mundo, sería una persona infeliz.

Retomamos el beso.

Todo es perfecto, ojalá fuera así para siempre.




Pregunta: ¿Debería escribir un limón entre tú y Elsa para los próximos capítulos? (Me tomaría mucho más tiempo escribirlo)








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