Capítulo 16
Luego de estar caminando mucho tiempo, o al menos así lo percibí, llegamos al final del desierto. Donde la arena blanca se mezclaba con la tierra oscura; parecía húmeda y contrastaban entre sí. Los arboles se hacían imponentes, altos y tupidos, tanto que dentro del bosque parecía ser de noche. Sí... Estaba segura que era uno de los lugares que había visitado en mis sueños, cuando él había comenza a perseguirme.
Miré lo que se suponía que era la entrada y justo en medio podían verse muchos troncos enredados entre sí. Simulaban la forma de un ataúd al estar retorcidos sobre el suelo, parecían una sola piesa. Y si comenzaba a inspeccionarlo de cerca, podría ver a la chica que era envuelta. Estaba prensa entre la madera. Solo de podía ver su cara, ojos razgados y un rostro de facciones suaves pero algo violentas. Las cejas estaban fruncidas, se arrugaba su nariz y su frente. Pero sus mejillas se veían aplastables. Las ramas daban vueltas sobre sus brazos, sobre sus manos. Lo cubría todo con extremo cuidado inmovilizado a la presa, pero claro, no quería matarla. ¿Por qué? Por que la necesitaba para formas su ejercito, de otra forma seguro no se vería ni un centimetro de su piel.
—Ahora... La tenemos que sacar de ahí ¿verdad?... ¿Y cómo diablos lo vamos a hacer?
—Wow... Estas molesta ¿verdad? Nunca maldices.
—Dami, tenemos algo mas importantes para analizar que mi comportamiento... La daga. No es mucho pero es mejor a nada.
— Perfecto. Podemos cortar hasta que quede fino y-
— Van a tardar mucho.—Dijo Dami rodando los ojos.—Además corren el riesgo de lastimarla. Dudo que quieran eso..—Suspire y volví a examinar otra forma de sacarla.
—... ¿y si excabamos y cortamos las raíces? Luego podemos hacer fuerza para separar los troncos. No se ven muy gruesos. Podemos usar alguna rama resistente para hacer palanca.
— Ahora piensas.
—Mmm tomaré eso como un si. Ahora debes ayudarme.
—Que amable invitación.
—Haz lo que quieras.
Dejé de centrarme en Dami para comenzar a excabar la tierra.
Que estubiera húmeda ayudaba mucho pero si quería tener un buen resultado sin perder todo el filo de la daga debía cabar profundo. Las raices eran muchas y mayormente se veían gruesas. Fue un alivio ver que Han Dong hacía lo mismo, ayudandome a sacar toda la tierra posible. Tarde o temprano mi amiga también se puso a cooperar y logramos desarmar ese ataúd en cientos de partes que ahora solo eran pedazos de madera descuartizados. Además nos quedaba una chica inconciente y las manos sucias.
Tal vez era obvio pero primero nos limpiamos. Fue un lindo detalle de Dong limpiarme la cara, Dami solo había estado disimulando muy mal sus risitas. Las cuales crecian cada vez que le preguntaba el por qué mientras buscaba agua para mojar a ¿Siyeon?
No esperaba que su pusiera a toser con el primer chorro que le eché en la cara, pero lo hizo, y luego me miró muy molesta. No la podía culpar, yo pondría la misma cara, incluso podía mantener un malhumor gran parte del día. Solo que esta chica ablandó su mirada cuando nos miramos a los ojos. Y luego simplemente me abrazó. Rodeó mi cintura con sus fuertes brazos mientras su cuerpo estaba semi-recostado en el piso. Apoyó su cabeza justo en medio de mis costillas al apretujarme.
Le correspondi, no por que sintiera algún tipo de afecto hacia ella sino por el que ella tenía hacia mi. Como todas las demás. Y estaba segura que tanto Bora, como Yoohyeon y Gahyeon me abrazarían con tanto sentimiento. Ahora sentía que corresponderles les haría sentir bien, aunque luego todo nuestro plan fuera a causarles problemas. Simulaba la paz antes de la tormenta.
—Que alegría que esten devuelta...— Comentó con una sonrisa mientras se levantaba y sacudía su cabello negro-azulado, sacando algunas ramitas de él. Luego abrazó a Handong con la misma fuerza que a mí, siendo correspondida por un largo y cálido tiempo. Se podía ver que ambas lo esperaban con ancias. Por alguna razón eso me hizo feliz pero a la vez achicó mi pecho. Un afecto mutuo muy bonito, expresado sincera y explicitamente.
Al separarse miró a Dami, dijo algo que no logré escuchar mientras sus ojos se afinaban. Miraba a su presa, la estudiaba. Así era su mirada. Iba a atacar a Dami con un abrazo. ¿A ella también la conocía? Seguro que sí. De otra forma no hubiera calculado sus movimientos con tanta cautela. Logró abrazarla sin ser golpeada o alejada. Aunque las quejas de la más baja se hicieron presentes, haciendo reía a Siyeon.
—Bueno, todo es muy lindo pero tenemos que buscar a la otra chica.
—Bora. Casí lo olvidaba. Siyeon necesitamos cruzar al otro lado del bosque ¿nos guías?— Pregunté sin rodeos. Ya habiamos perdido mucho tiempo y probablemente Él ya sabía que estabamos aquí.
—Siganme.
Su paso era rápido y seguro, no dudaba ni un segundo el tomar distintos caminos. Para mi solo estabamos dando miles de vueltas. Tenía que seguirla con la linterna y un ritmo igual de rápido que el suyo. Su personalidad se había afierado de solo escuchar el nombre de la otra chica. Algo me decía que estaba anciosa por verla pero seguro también sentía preocupación. No tenía muchos indicios que lo aseguraran pero cualquiera lo estaría cuando un demonio te acechaba.
Siyeon me agradaba, se veía bastante ligera con sus acciones, sus humores eran variados por lo que había visto. Tenaz y de pocas preguntas. De hecho no me había preguntado nada. Seguro me agradaba por que eramos contrarias en varios aspectos.
Un claro ejemplo fue que se lanzara sin dudar hacía la pequeña chica que estaba apretada entre negras ramas. Estaba sentada en una gran roca que al igual que su vestido, estaba llenos de hollín. Apenas Siyeon la tocó una de las ramas negras se prendió fuego por un instante. Lo que nos hizo retroceder a todas.
—¡Bora! —grito la chica de pelo azulado, sosteniendo su mano mientras veía a la otra poner una horrible expresión de dolor. ¿Y cómo no? Su muñeca se había prendido fuego por un segundo. Igual que la rama. Apunté cada una de sus extremidades para verlas con atención, tal como esperaba las ramas se habían envuelto sobre estas. Aunque su rostro y torso estaban descubiertos. Pero la gran genio frente a mi se había vuelto a acerca, solo que esta vez la detuvimos.— ¡Bora despierta!
—No seas irracional —se quejó Dami.—. Estar inconciente es la mejor opción para ella. Y si no hubiera hecho un gesto te aseguraria que está muerta.
— Si queremos liberarla hay que pensar en algo cuidadoso aunque... ¿es necesario que la saquemos? Creo que es ponerla en riesgo sin razón.
—Es muy fuerte y ágil, seguro que la necesitaremos para tu plan. Si queremos doblegarlo, Bora debe estar.
—¿Qué? ¿Doblegarlo?—Dijo Siyeon con sorna, como si se burlara de mí. Lo que resto de mis ganas para explicarle lo que sucedía.
¿Desde cuando se suponía que tenía que explicar un plan a tantas personas? Usualmente solo lo pensaba en voz alta, recibiendo pros y contras de Dami, o era yo la que opinaba sobre los planes del Señor Jo. Lo cual ahorraba tiempo. Suspire. Ya no era como antes y debía adaptarme a ello.
— Cuando estemos con Gahyeon y Bora les explicaremos. Incluso planereamos algo más sólido para vencerlo. Ahora debemos liberarla sin convertirla en carbón.
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15/4/2020
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