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Parte 10. Nuestra historia I - El palpitar de dos chispas

Ya damos comienzo al pasado del los líderes decepticon y autobot. Conozcamos quienes fueron, que sucedió entre ellos y como se convirtieron en lo que son actualmente.(obviamente iré haciendo cambios a favor de la trama que he inventado)

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Detrás de cada guerra hay una historia que contar; una donde se narra las memorias de los caídos, los que pelearon y aquellos que han seguido luchando. Esta historia tiene lugar desde hace siglos, comenzando con una amistad entre dos mechs en el planeta de Cybertron.


En aquel gran coliseo se encontraba el mejor gladiador de Cybertron, Megatronus. Estando en la arena combatiendo a un insepticon blandiendo su espada y esquivando golpes de la bestia lanzando gritos de batalla, hacía a los espectadores emocionarse de sobremanera. En todo el lugar resonaban las alabanzas y gritos de emoción del público estremecido ante el agitado espectáculo.

Entre todos los presentes, un mech llamado Orion Pax observaba ensimismado desde las últimas filas el combate. Cada movimiento brusco de ese gladiador, el sonido metálico de los golpes que lanzaba contra su oponente se hacían escuchar buscando la victoria; lo hacía con destreza y tanta velocidad como le era posible. Duró unos momentos más antes de que el guerrero espetara su espada en el cuerpo del insepticon sacándole un gruñido de dolor; esto hizo que los que los observaban desde las gradas gritaran más escandalosamente. Posteriormente, con esfuerzo Megatronus fue levantando el cuerpo de la bestia con ambas manos despegándolo del suelo hasta suspenderlo sobre su cabeza exponiendo su gran fuerza física, después de unos segundos, arrojó el cuerpo de la criatura lo más lejos que pudo. El encuentro había terminado con la victoria del Megatronus quien elevó sus brazos con aires de grandeza deleitándose con los halagos y aplausos de su aclamado público.

-Wow...-. Soltó para sí mismo el archivista contemplando la grandeza de ese peleador. Generalmente no le llamaba la atención asistir a ese tipo de cosas, pero su amigo Ironhide le había insistido para alejarse un poco de su trabajo en la biblioteca.

-Queridos espectadores, - pronunció en un volumen en que pudiera ser escuchado- he estado mucho tiempo en este coliseo como el mejor gladiador, pero debo decirles, que después de este combate que ha sido el último, me pararé frente al alto consejo y expondré mi visión; ¡Exigiré la igualdad para cada cybertroniano, revolucionando nuestra sociedad para una vida justa y segura para todos ustedes! -. Ante las grandes palabras del gladiador, mechs y femmes quedaron sorprendidos al escucharlo, entre ellos Orion quien parecía compartir una ideología en común; una fuerza removió por dentro al coliseo entero lanzándole nuevamente alabanzas cargadas de admiración.

Al ver que el mech en la arena tenía la intención de retirarse después de exponer su idea, Orion se apresuró a darle alcance dirigiéndose a la salida.

-¡Espera un momento!-. El gladiador voltió al escuchar ese llamado a sus espaldas teniendo su primer encuentro con el archivista, este paró sus apresurados pasos al estar frente a frente.

-¿Sí? ¿Qué se te ofrece?-. preguntó amablemente.

-Tú...dijiste algo increíble hace rato y...me preguntaba si sería posible que me permitieras conversar contigo-. Le dedicó una sonrisa amistosa y a la vez algo tímida.

-Oh, lo de desafiar a los líderes de Cybertron, -también le sonrió- si podemos conversar, ¿te refieres a que seamos amigos?-.

-¡Sí! He querido hablar con alguien que comprenda la desigualdad entre las razas-.

-¡Entonces cuenta conmigo! A mí también me da gusto conocer a alguien como tú-. se rió y le extendió su mano ofreciendo su amistad.

-Claro, ja, ja-. aceptó el saludo notando lo grandes de sus manos- Eres Megatronus ¿verdad?-.

-Sí, ¿Tú cómo te llamas?-.

-Mi nombre es Orion Pax-.

-Un gusto, Orion. ¿Te parece si vamos a tomar algo?-.

-Me encantaría-.

A partir de ese día, Megatronus y Orion pasaron mucho tiempo juntos hablando, conociéndose durante varios días; y con el paso de estos, la confianza crecía al igual que el afecto. Ambos reían y disfrutaban cuando salían a merendar o algún lugar entretenido. Rápidamente se hicieron grandes amigos al punto de parecerse a una hermandad a los ojos de los demás, pero eso no era todo.

En un día tranquilo, Orion continuaba trabajando tranquilamente en la biblioteca, luego recibió la visita de Ironhide.

-¡Hola! ¿Cómo te ha ido?-. Lo saludó alegre de no haber hablado con su amigo hace días.

-Hola, Ironhide-. Interrumpió su trabajo para dirigirse al mech negro.

-Escuché que tú y Megatronus son muy buenos amigos, ¿verdad? Es por eso que ya no me haces caso-. Bromeó

-Ah, lo siento. Sí, es verdad. Lo conocí cuando fuí al coliseo aquella vez que me recomendaste distraerme-. Le habló con un pequeña sonrisa sobándose detrás de su cabeza.

-Al parecer te va muy bien gracias a mi, ¿no?-.

-Ja, supongo que sí-. Al ver la hora, Orion guardó sus cosas rápidamente con intenciones de retirarse extrañando a su amigo ya que Orion solía quedarse más tarde.

-¿Eh? ¿A dónde vas?-.

-Mi turno terminó. Quedé de verme con Megatronus después del trabajo. Hablaremos otro día, lo siento. ¡Hasta luego!-. Fue apresuradamente a la salida dejando a su amigo solo. Parecía bastante animado.

Y como acordaron, la pareja de amigos se reunió.

-Hey, Orion-. Alzó una de sus manos saludando a su amigo quien corría.

-Hola, lamento la tardanza-.

-No te preocupes, acabo de llegar. ¿Te parece si nos vamos ya?-. Caminaron dirigiéndose a un lugar de baños de aceite público donde la pasarían el resto de la tarde.

-¡Vaya!, no recuerdo cuando fue la última vez que vine-. comentó Pax viendo emocionado a su alrededor.

-Ja, bueno, ya que estamos aquí entremos-. Megatronus se adentro en el líquido gozando de esa sensación que la hacía relajarse, Orion sólo se le quedó viendo en silencio. -¿Qué pasa? Entra-.

-Am...claro- sonríe nervioso -pero...se sonroja.

-Oye, no me digas que te da pena. Ambos somos mechs-. rió ante el gesto tierno de su amigo y luego cogió su mano -Ven-.

-¡Ah!-. Lo jaló undiéndolo junto a él creando una gran salpicada de aceite -¡Oye!- Orion salió empapado de entre las ondas reclamándole al gladiador mientras este se carcajeaba; el archivista actuó en su contra salpicando su cara parando su risa.

-Ja, ¿ves? Ya estás dentro-.

-¿Huh?-. Pax al verse sumergido en el aceite en un lugar público, se sumergió tímido hasta undir su boca creando burbujas.

-¿Qué ocurre?-. Megatronus lo miraba con curiosidad.

-Lo siento, es sólo que no estoy acostumbrado a estar de esta manera en lugares públicos, aquí, a la vista de los demás-. Volvió a sonrojarse.

-Ja, no te preocupes. Yo te cubriré con mi cuerpo si alguien te ve-. Los dos quedaron en un silencio incómodo observándose por largos segundos; después de analizar ese comentario, ambos se avergonzaron; sus rostros humeaban, más el de Orion. El ambiente fue incómodo.

-¡No! ¡No es lo que crees! ¡Cuando dije que te cubriría con mi cuerpo no fue con esa intención! Lo que pasa es que yo...-. Megatronus agitaba sus brazos mientras Orion cubría su cara con ambas manos. Esa escena logró llamar la atención de los otros mech sumergidos al rededor suyo. Muchos los miraban extraño y otros hasta con repulsión al imaginar el tipo de relación que llevaban. Megatronus al notar esto se quedó callado; sintió todos aquellos ópticos cargados de rechazo puestos sobre él y el archivista, esto lo hizo hervir furioso.

-Orion, vámonos-. Tomó nuevamente la mano de Pax saliendo del aceite arrastrando a su amigo con él.

-¿Megatronus...?-. Este se preocupó por ese repentino cambio de actitud. El mech más grande no lo respondió. Se dedicó a caminar sin voltear a ningún lado, sólo al frente.

Orion no dijo nada más. Caminó siendo guiado por Megatronus, éste sin soltar su mano hasta llegar a casa del archivista; cuando estuvieron frente a ella, se detuvo y por primera vez en el camino le dirigió la mirada al más bajo.

-¿E-estás bien? ¿Qué te ocurre?-. preguntó cohibido.

-No quise asustarte, perdóname-. Sus ópticos declaraban frustración y leve impotencia; entonces apretó más la mano que sujetaba -Orion...-. pronunció suave

Llevó su otra mano al rostro de su amigo acariciando gentilmente con sus dedos el fino metal facial del archivista.

-Mega...-. antes de continuar, el gladiador lo abrazó rodeando su cuerpo con sus grandes brazos, posteriormente, juntó sus bocas besándolo con hambre causándole un gran impacto a Orion quien gimió ahogadamente -¡Mmh! Mega...-. El nombrado se despegó de él buscando conectar sus miradas, al hacerlo, descubrió la roja cara de su acompañante.

-Megatronus...¿Qué...significa esto?-. Soltó tratando de controlar su voz aún entre los fuertes brazos del otro.

-Disculpa por ser tan atrevido. Lo he hecho porque...-. Tomó el mentón de Pax para estar atento a su expresión -Porque te amo, Orion Pax-. Ambas chispas palpitaron descontroladas ante la declaración; Orion jamás creyó que realmente escucharía lo que tanto anhelaba. Megatronus volvió a abrazarlo, pero escondiendo su cabeza entre el hombro de su amado.

-Por favor, permíteme protegerte, permíteme amarte. Desde la primera vez que te ví me cautivaste. Al estar contigo me dí cuenta cuanto significas para mí. No te cambiaría por nada; quiero estar contigo-.

-Megatronus...-. Orion correspondió el abrazo lagrimeando conmovido. No podía creer que realmente sus sentimientos estaban siendo correspondidos con esos argumentos tan profundos -Yo también te amo, Megatronus...Yo también quiero estar contigo-.

-¿Hablas en serio?-. Megatronus posicionó sus manos en los hombros del otro con sus ópticos brillando de felicidad.

-Sí...-.

-Vamos, no llores-. Tomó su cabeza con ternura y secó sus lagrimas con sus pulgares y luego lo miró profundamente pegando sus frentes.

-Mi querido Orion, te juro por mi spark, que cambiaré este mundo. Haré que todos sean tratados como iguales; lucharé por que los demás no miren mal a otros por ser diferentes. Revolucionaré la sociedad para poder amarte y protegerte debidamente. Nunca te lastimaré ni dejaré que te alejes de mí-.

-Eso...¿es una promesa que nunca romperás verdad?-.

-Te lo he jurado por sobre todas las cosas. Nunca lo haré-. Nuevamente besó al que hacía latir su chispa. Fue un beso tierno y a la vez apasionado, ese fue el sello de sus palabras en ese día que se habían propuesto nunca olvidar.

Ellos lucharían por cumplir su sueño, la cosa residía en qué método usarían, pero eso no importaba, cualquier cosa estaría bien ¿verdad?

Sin embargo, los juramentos y promesas para obtener algo, no pueden alcanzarse sin sacrificios. Este apenas es el comienzo que señala el avistamiento de una tormenta.


CONTINUARÁ...

Ya tenía ganas de llegar a esta parte, sigan al pendiente de esta humilde historia porque aún aguardan muchas cosas por descubrir. ¡El porque de que nuestros protagonistas se hayan separado esta apunto de ser revelado! Cuídense.



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