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Sorpresa

Comentario: Hoy (18) es mi cumpleaños así que me hice un autoregalo porque YOLO!!!! ojojojojojojo >7<   y muy gay (?) ok no, pero me gustan las cosas cursis ¬///^///¬  y mas si son con mi  otp así que eso, ojala les guste, estoy viva aun xD por si pensaban que no,  (hice esto en 3 horas xD aslkdjalksdsa) eso :p  me iré de Nicks (putos) por la tarde  (?)  ok no xD  tengan bonito día *v*  (no pregunte la edad que cumplo o habrá tabla  y si alguien la dice lo golpeare ¬___¬  (?)  ) 

(la imagen es de gella-chan <3  (gellaby))

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Hoy era un día especial, el cielo se veía como cualquier otro día, el viento corría como cualquier otro día, el tiempo pasaba como cualquier otro día, entonces ¿qué lo hacía tan especial si parecía todo igual? La respuesta era fácil, hoy era el día en que se conmemoraba el cumpleaños del diablo de ese mundo llamado Pitch Black, como todos los días, el aludido anteriormente se mostraba entusiasta, se levantó temprano de un brinco, abrió con energía las cortinas de su cama y saltó hacia el exterior, hoy sería un gran día, por ende debía estar perfecto para la ocasión, estaba muy emocionado por las sorpresas que le deparaba el futuro, quizás que regalos recibiría, quizás quien lo vendría a ver, entonces muy emocionado se tomó un baño tibio, le encantaba estar siempre presentable, se secó y aprovechó de ver en el espejo su esbelta figura –cada día más perfecto Satanick fufufufuf, la magnificencia de este mundo cumplió un año más, debería ser un honor para los demás venir a saludarme – salió desnudo del baño en su habitación para buscar las prendas más adecuadas para la ocasión, su armario tenía muchos trajes, adoraba la ropa formal, se veía con más estilo y muy elegante, perfecto para una criatura tan dotada de hermosura como él, pronto perfumó su cuerpo desnudo para seguir con el traje que llevaría ese día, era una camisa blanca con blondas, en el cuello un pañuelo con un cristal rojo en el medió, un terno negro muy elegante y zapatos negros los cuales llegaban a brillar de tan bien lustrados que estaban, pronto hizo aparecer su capa más selecta y salió de su pieza con una enorme y hermosa sonrisa en su rostro, sus ojos le brillaban, todos los años era lo mismo, se emocionaba tanto, tanto, esperando una gran celebración, mucho cariño de sus cercanos, abrazos, gente a su alrededor, un enorme pastel echo con amor, sus hijos cerca dándole regalos, abrazándolo, diciéndole cuanto lo querían, sin embargo nunca pasó nada de eso hasta la fecha, aun así no podía perder la esperanza en que algún día este día realmente sería especial, su corazón latía rápido por la emoción.

Al primero que se vio en el pasillo del castillo fue a Envi, como siempre traía consigo una cara seria, se acercó a su diablo y de forma cortés le dijo – buenos días señor diablo, espero tenga un feliz cumpleaños – Satanick sonrió y colocó su mano derecha entre su boca y su mejilla – te acordaste Envi, fufufu ni yo me acordaba que hoy era mi cumpleaños fufufuuf, tal vez soy demasiado importante para ti y por eso fuiste el primero en recordarlo ¿verdad? Fufufufuuf – se rio un poco y siguió caminando, así que no pudo notar cuando las mejillas de su sirviente principal y más leal se habían vuelto de color carmesí por unos instantes. Al llegar al comedor fue cuando encontró el desayuno servido en su mesa, había una tarjeta junto a el, el diablo se animó mucho al ver esto, quizás era de Glasses, su hijo era algo tímido en demostrar sus sentimientos, así que puede ser que esa tarjeta pertenezca a él, la tomó y la leyó rápidamente, era de Medouco, le pedía disculpas por no estar el día de hoy en su cumpleaños, pero tuvo que ir de urgencia a hacer algo, Crea había ido con ella, por ende tampoco estaría en el castillo, había dejado el desayuno servido y el almuerzo preparado, el diablo suspiró al leer esto, se sentó en la silla para pronto comenzar a comer, el desayuno estaba delicioso como siempre, Medouco nunca lo decepcionaba, pero aun así se sentía algo acongojado por estar pasando ese momento solo, pronto notó algo encima de la mesa, era un paquete de regalo, el diablo saltó de la emoción para ver quien se lo había enviado, buscó por todas partes y no encontró el remitente, por lo que sin más lo abrió, no tuvo que pensar más, sabía perfectamente quien era la única quien sería capaz de enviarle un dildo con forma de conejo alargado, su querida ex esposa Lil, era un muy buen regalo se decía mientras investigaba ese nuevo armamento, al parecer vibraba y se movía bastante, ideal para jugar después con su diablo favorito.

Pronto el diablo comenzó a inflar globos y decorar la casa, después de todo hoy era un día especial para él y quería que su casa estuviese de acuerdo a la ocasión, llenó el lugar de globos y serpentinas, algunas que otras decoraciones indecentes tal como le gustaban, se amarró un gorro de fiesta en la cabeza, Envi lo observaba a la distancia, Satanick solía ser demasiado apasionado cuando algo le llamaba la atención, pronto el aludido se acercó a la cabra y contento le amarró un gorro de cumpleaños también, Envi solo se dejó hacer lo que su diablo quería, siempre había sido así y no es como que le disgustase servir totalmente a Satanick.

El día pasó lento, Envi se encargó de los quehaceres de la casa mientras Medouco no estaba, también se encargó de vigilar los ánimos de su diablo ya que sabía que todos los años esta fecha era señal de depresión en él, más que nada porque se emocionaba tanto de que fuese a ser distinta esta fecha que cuando notaba que nada cambiaría se deprimía profundamente.

Seguía pasando la hora y nada cambiaba, el diablo se encontraba mirando por la ventana por si alguien llegaba, quien fuese, Glasses, Kiku, alguno de sus demonios más cercanos, Yagui, quien fuese que viniese a verlo él sería feliz, hasta Fumus era una buena opción ahora, sabía completamente que Ivlis jamás se aparecería en ese lugar para saludarlo, mucho menos Licorice, por ende se conformaría con quien quisiese venir a verlo, su mirada se entristeció cuando dieron las seis de la tarde, las nubes estaban cada vez más oscuras, el ocaso estaba cerca.

-Envi, está lindo el día de hoy ¿no crees?-

-...-

-Debería salir a caminar un poco tal vez-

-...-

-Los demonios se ven muy ocupados hoy -

-...-

-Mira, el bosque de pinos se ve bastante bonito de aquí, quizás deba ir a pasear un rato jejeje-

-Señor diablo...-

-Voy a pasear un momento, si viene alguien dile que no me demoro nada ¿sí? Jajaja-

-Se...ñor –

-No me esperes, si quieres puedes irte también-

Dicho esto Satanick desapareció, caminó lentamente por el bosque con una cara de decepción, cada vez que veía a alguien pasar sonreía con la esperanza que lo saludaran, sin embargo nadie lo hizo en todo el tiempo que estuvo caminando, suspiraba mientras pateaba una piedra y pronto llegó a una plaza, suspiró aún más pesado y miró el suelo, después de todo nadie recordaba su cumpleaños, la gente de su mundo sabía que era el diablo, pero más allá no se metían mucho en su vida, en lo que pensaba recibió una llamada directo a su celular, era Envi, los ojos del diablo brillaron, quizás alguien había llegado a su casa y solo estaban esperando que el saliera para darle una gran sorpresa cuando volviera, hahaha si, esto era lo más seguro, pensaba, tiritando contestó el teléfono – ¡yo sabía! Hahahaa, yo sabía que no se podrían olvidar de su magnificencia fufufufu, dime Envi ¿quién está ahí? –

-Se... Señor diablo-

-Dile que voy inmediatamente jajajaja, o que me espere, me haré de rogar fufufufuf-

-No es eso... llegó un mensaje para usted, es de 4545, dice que su batería está baja y que no podrá visitarlo porque debe cargarse y que tuviese un feliz cumpleaños-

-Ah, era eso, está bien, no importa, creo que... seguiré paseando... Envi, mejor ve a descansar, yo... no llegaré a cenar...-

-¿Esta bien señor diablo?-

-... Solo hazme caso y ve a descansar –

-Entendido-

Dicho esto Satanick colgó el celular y suspiró, las nubes rápidamente colapsaron el cielo mientras un viento fuerte movía los árboles, una soledad enorme invadió el desolado corazón del diablo ese día, como siempre, pasó totalmente solo su cumpleaños, ni siquiera su querido hijo Glasses se había acordado de él y quizás era obvio, el no había sido un buen padre para él, aunque lo intentase siempre terminaba haciendo algo que disgustara a su hijo, a veces dudaba del porqué Glasses era tan distinto a él. Mientras su cerebro colapsaba en pensamientos no se dio cuenta que alguien se sentaba al lado de él y comenzaba a fumar –otro día solo ¿eh? Te deben odiar –

-Fumus ¿qué haces aquí? –

-¿No querías compañía?-

-...-

-Hahahaha, pero que patético te ves, quien diría que alguien como tu es un diablo, me das lastima hermanito...-

-Si vas a venir a decirme eso prefiero que no vengas-

-¿Me estas echando? Deberías agradecer que me tomé la molestia de recordar tu cumpleaños ¿o crees que vengo solo a ver tu patética cara de todos los años? ¿Crees que acaso soy tan cruel para alegrarme de tu estúpido y sentimental sufrimiento por soledad? Por favor, no soy tan malo como crees... espera... si vine a hacer eso jajajaja, por cierto, esa cara te queda perfecta-

-Gracias – dijo sin ánimos de discutir, Fumus sabía perfectamente como deprimirlo aún más – ¿puedes compartir un cigarro conmigo que sea?-

-Tomalo como un regalo –sacó la cajetilla y a pesar que estaba llena solo sonrió sádico- lo siento, está vacía, igual como tu fiesta de cumpleaños, adiós, no creas que te tengo tanta lastima como para gastar mi tiempo contigo hermanito – dicho esto se fue dejando a Satanick aún más triste, maldecía la hora que deseaba que Fumus lo viniese a ver como último recurso, eso había sido devastador, se habían burlado en su propia cara que nadie se preocupaba por él, sin duda para el cumpleaños de Fumus sería algo parecido, suspiró y pronto volvió a casa, ni siquiera tenía un pastel para soplar las velas, aunque fuese solo, eso lo deprimía aún más.

El castillo estaba totalmente oscuro y silencioso, caminó en dirección a su cuarto para pronto olvidar el pésimo día que había tenido, una lagrima rodó por su mejilla y la lluvia comenzó, ni siquiera Artamos lo había venido a ver, sería perfecto dormir con él ahora para desahogar sus penas, pero no, seguramente el estaría más ocupado en otras cosas que en venir a celebrar el cumpleaños de su diablo, era obvio que no vendría además, nunca le ha gustado venir a su castillo, suspiró nuevamente y la segunda lagrima corrió por su mejilla, se la limpio con la mano mientras seguía caminando, un par de lágrimas siguieron a las anteriores cuando notó que una luz alumbraba el final del pasillo, era una luz poco constante, como si fuese un resplandor anaranjado que crecía y se achicaba, ¿qué rayos era eso? Corrió entonces para ver que estaba sucediendo, un incendio en su castillo era lo último que se esperaba ahora, cuando dobló al final del pasillo pudo verlo entonces, la sorpresa más linda y cautivadora que pudo tener en ese día, o en su vida, jamás, pero jamás pensó que esto sucedería, esos ojos ámbar lo estaban mirando a él, quizás se iban hacia la derecha un poco, estaba avergonzado, esas manos sosteniendo una flama que alumbraba su hermosa y pálida cara, ese pelo atado a una cola y su color un poco inusual, era Ivlis, su corazón bombeaba a mil por hora, ¿vendría a verlo a él? Porque si no... ¿por qué razón estaba ahí? era casi imposible que Ivlis viniese por su cuenta a Pitch Black y menos para celebrar su cumpleaños, pero ahí estaba. Satanick se acercó y sin siquiera esperar un "hola" lo abrazó logrando que la flama de Ivlis desapareciera, no se dijeron ninguna palabra, no era necesario, Satanick estaba feliz, y lo transmitía en un ritmo de corazón desenfrenado –¿viniste por mí?- dijo pasado unos minutos.

-Solo cállate y llévame al comedor, traje algo para ti-

-¿Pa...para mí? – se le quebró la voz e Ivlis lo notó, sabía que el diablo mayor estaba triste puesto que estaba lloviendo el día de su cumpleaños.

-¿Qué esperas?-

-No quiero ir al comedor, estamos frente a mi dormitorio, ¿por qué no vemos ahí lo que me trajiste?-

-... No me parece buena idea entrar a tu pieza Satanick- dijo algo temeroso en un comienzo, sin embargo después suspiró –está bien, pero no intentes nada raro- el mayor sonrió y abrió su enorme puerta dejando pasar al diablo extranjero quien antes de hacerlo tomó un paquete del suelo, Satanick prendió la luz del lugar y notó como Ivlis abría una caja la cual traía un pastel dentro – no sé si te guste lo dulce, pero... lo hice para ti porq...-

-¿¡Tú lo hiciste!?- la felicidad de Satanick estaba por las nubes, se acercó al de cuernos rojos para abrazarlo fuerte y soltar unas cuantas lágrimas, hace un tiempo que las cosas entre ellos se habían calmado, sin embargo nunca habían quedado en nada, llevaban un tiempo sin verse porque el había prometido que respetaría su espacio, toda esa distancia había causado estragos en Ivlis, después de todo se había acostumbrado a la presencia de ese estúpido diablo en su vida y le fue muy difícil olvidarse de él, al contrario pensaba en cada instante la posibilidad que Satanick llegaría a su casa a molestarlo, y como no pasó necesitaba una excusa para verlo – ¿creías que soy malo cocinando? ¿Quién crees que cocinaba para Siralos?-

-Shhh –le tapó la boca con un dedo mientras apoyaba su frente con la del más pequeño- no digas ese nombre frente a mí, está prohibido – Ivlis desvió la mirada cohibido por esos ojos violeta, le encantaban, pero a la vez le atemorizaban.

Pronto una vela fue colocada arriba del pequeño pastel y prendida por el fuego de Ivlis – pide un deseo –

-¿No vas a cantarme primero?- Ivlis se puso rojo con esta petición, desvió la mirada y suspiró, si no lo hacía luego la vela se derretiría y el pastel quedaría arruinado- está bien, pero nunca más escucharas esto de mi- apagó la luz para que todo estuviese iluminado solo con la destellante luz de esa flama encima de la vela.

-Claro, claro- dijo energético Satanick mientras una sonrisa sincera se asomaba en su rostro, el de ojos ámbar se puso rojo cuando comenzó a cantar, lo hizo muy rápido y con voz muy baja, lo suficiente para llenar el corazón de Satanick quien deseó poder hacer feliz a Ivlis, el amor de su vida aunque fuese en ese pequeño instante, porque él lo era gracias a este gesto tan bello que había tenido por él.

-Te amo- dijo el diablo de Pitch Black justo en el momento que terminó de soplar la vela y con la luz completamente apagada aprovechó de tomar el mentón del otro para acercar su cara a la suya y besarlo, sin duda este había sido su mejor cumpleaños hasta ahora y lo disfrutaría junto a quien amaba. 

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