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Capítulo Único

Nota de autor:

Esta historia tiene una versión corregida en SamSam , pero "adaptada" al original (vaya, que solo los nombres del prota y el muerto cambian), y creo que tiene un enfoque más cómico, pero interesante. Por si gustan leerla y comparar ambos textos, se las dejo allí. 💛

⊰ ᯽ ⊱

<<Las personas hermosas suelen traer, bajo la belleza enredada, infortunios inmensurables para quien se ve enamorado.
Lo sé. Eso me pasó a mí>>


"Jungkook, respira por el amor de Dios" me recuerdo a mí mismo.

Aún alcanzas el vuelo.

Miro el pecho pálido por entre las rasgaduras de su camiseta que parece ser de algodón fino, lleno de moretones, tendido en el asfalto...
Sé que no debo concentrarme mucho en él o las arcadas que sentí hace unos minutos me invadirán de nuevo.

Pero hay algo en su silencio que me inquieta, que me impide despegar la mirada del cuerpo inerte... Y no puedo evitar arrancarme las uñas con los dientes, en la espera de la policía que llamé alarmado hace veinte minutos.

Se nota hace mucho dejó de respirar, lo sé por la sangre que sale de sus oídos y la quietud desesperante de su pecho, que no demuestra más, que altivez muerta y silencio acartonado, frívolo.

Uno de sus mocasines negros está a unos metros. Lleva una pañoleta arrugada amarrada a su cinturón y un anillo de oro en el dedo anular, por lo que descarto un asalto... No parece una víctima de un atropello, comunes por este tipo de calles apartadas. Es más, la simetría y rectitud con la que se coloca en la vía parece casi burlesca, como si le hubiesen acomodado, para ser encontrado justo de esta forma...

Hay un encendedor reposando en su lado izquierdo y una colilla a medio consumir en el derecho.

Quiero un cigarrillo...

Se me agotaron hace unas horas, poco antes de encontrarlo; así que froto mis propios brazos en un intento vano por relajarme.
No hay mucho que hacer, más que mirar el cuerpo y suspirar soportando las arcadas.

No sé porqué me he quedado, no sé porqué he llamado a la policía, pudiendo haber dejado al muerto para que pudiera conocer su destino por sí mismo. Pero aquí estoy, muriendo desesperado por una bendita patrulla, que no quiere molestarse en aparecer.

Me permito observar al hombre frente a mí.

Imagínate que no está muerto, imagina que duerme. Si, un loco que duerme en medio de la vía...

Lo miro con atención obligada, parece un hombre grande, ¿O es que está hinchado? ¿Todos los muertos se hinchan?

Tiene un sombrero de pescador cubriéndole el rostro. Perfectamente colocado, me pongo nervioso. Pues pienso que alguien debió colocarlo allí. Me imagino al hombre, siendo cruelmente asesinado, por razones despiadadas y al asesino colocarle el sombrero antes de huir, libre para cometer otro delito. Sin más rastro de evidencia que la ropa destrozada y los oídos ensangrentados de su víctima.

¡Oh, que hombre tan desgraciado!

Le han matado y han huido, como sólo un cobarde puede. Por eso es que no puedo dejarle, siento pena por él.

Con la imagen mental de un bello durmiente, reemplazando la de un cadáver en mi cabeza, me asomo a él gracias a esta curiosidad que no me ha traído a la vida más que infortunios y decepciones...

"Taehyung"

Miro el encendedor con detenimiento. Lleva escrito el nombre con una letra bonita, encima del metal brilloso, abollado por una posible caída.

Y me pregunto si es ese en verdad su nombre...

Taehyung...

Sonaba como al descendiente de alguna dinastía poderosa, como a príncipe.

¿Era Taehyung un príncipe? Un descendiente, en espera de ejercer su derecho para con su pueblo. No... Un príncipe no obtendría una muerte como esta. Un príncipe no tendría las ropas tan destruidas, ni las uñas tan largas... Los príncipes suelen ser hermosos.

Y me pregunto si Taehyung será hermoso... ¿Lo será? ¿Qué esconderá bajo el sombrero pescador? ¿Qué hay más allá de la sangre seca en los oídos y las medias lunas en su cuello?

Esperen... Medias lunas, las uñas que no he parado de morderme, las manos de un cruel asesino de príncipes andrajosos...

¡Le han estrangulado!

Una frialdad y un calor, se abren paso abruptos por entre mi columna. Por primera vez, frente al hombre, siento miedo. Estoy presenciando un acto atroz, ¡Un estrangulado!

Porque un atropellado podría ser un accidente, uno a quien el victimario abandonó a su suerte invadido en miedo; porque podría haber tomado algún veneno y esperado su muerte colocando él mismo su sombrero, después de recostarse en la carretera... ¡Pero un estrangulado! ¡Ese era un negocio diferente!

Significaba que alguien había causado la excoriación en su cuello, con toda la maldad que un ser necesita para matar a otro. Y más aún, abandonarlo y huir.

De nuevo siento pena por él e imagino sus últimos momentos, estaría él fumando, con alguien. Y en medio del silencio de esta pequeña vía desolada, una pelea, tal vez con una amante, una esposa, o un hermano malvado.

Se ve muy grande, bastante fuerte a mi parecer, así que pienso que el asesino, debería haber estado dotado de gran musculatura y fuerza similar.

Tal vez, lo golpeó al principio, aturdiéndolo, para después tumbarlo en el suelo y sentarse a horcajadas en él. Para aprisionarle el cogote con las manos, con cruenta y fúrica fuerza. Mientras Taehyung luchaba por su vida, aferrándose a los brazos de su agresor, su asesino... Mientras los ojos se le inyectan en sangre, la lengua se le tornaba morada y la vista se le nublaba... Y su agarre iba disminuyendo, para perder una conciencia que jamás recuperaría...

La vista se me pierde de nuevo en el anillo, y me acerco para observarlo mejor. Es de oro... ¿Este hombre estaba casado?, ¿Dónde estaría su mujer? ¿Sabría ella que él está muerto?

Mi corazón se rompe, más no por pensar en la viuda que quizá llorará al saber a su marido muerto, sino por mí, que me he fijado en un hombre casado...

Casado y muerto...

Que al fin y al cabo es lo mismo. Por eso me negué en comprometerme con Ji Eun, pues preferí siempre a la libertina soltería por sobre la estable responsabilidad y calor que otorga una familia. Una mujer y uno que otro niño para criar...

No fuí hecho para ello. Por eso a mis treinta y dos años, suelo vagar de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, buscando algo que a la vez es nada. Vagando, por donde la ventisca salada quiera arrastrarme.

Y me parece irónico hablar de ráfagas de aire, porque una ventisca imprevistamente arrastra la colilla y el sombrero pescador de mi acompañante. Doy un respingo por el frío y porque me doy cuenta de que está a punto de anochecer.

¿Debería ir a buscar su sombrero? Ya no lo necesita desde luego, pero al fin y al cabo es suyo. Por lo que creo que buscar el dichoso accesorio, será como una buena despedida para este desconocido.

Desconocido Taehyung.

Corro un poco, porque el viento lo apartó bastante. Y regreso para devolver su sombrero al hombre.

Y por primera vez, veo al ser más bello por sobre la faz de la tierra, por entre los confines de las montañas, los ríos... Los cielos y los universos no conocidos. Él, el ser más bello, creado por la naturaleza, o Dios, o la Tierra. Es terriblemente hermoso.

Y está terriblemente muerto.

Tan muerto como los ojos sin vida ni brillo, que parecen mirarme, a pesar de que sus párpados están cerrados.

Sus labios tan azules, como la noche oscura que se nos avecina, son gruesos y parecen estar colocados en una mueca triste, su semblante es temeroso... Y aún así no pierde nada de su porte u orgullo. Ni siquiera se ve afectado por el hilo de sangre que sale de su boca o la lividez cadavérica que lucen sus brazos a los costados. Todo en él es tan perfecto...

Me sorprendo a mí mismo suspirando por alguien más que no es...

De pronto una idea me golpea tras la oreja. Me dirijo al auto. Reviso la hora, siete con veintitrés, definitivamente perdí mi vuelo a Toronto.

Lo que significa que deberé buscar un lugar para dormir en Gyeongsang... Y después comprar otro boleto y comida para el camino... Y una maleta lo suficientemente grande.

Tengo hambre...

Y aún quiero ese cigarrillo.

Limpio la parte trasera del auto, acomodo las cosas en el maletero y hago un espacio, lo suficientemente grande como para...

Las sirenas de la policía me desconciertan, malditos demonios... Tan malditamente cerca.

Miro de nuevo a Taehyung, quiere que lo lleve conmigo, lo veo en su rostro, suplicando entre el silencio... Es tan claro... y no pienso dejarle sólo, para que termine en una bolsa de plástico o cubierto de tierra bajo la custodia de una insípida lápida.

Lo cargo con esfuerzo, pues es muy grande y pesado. Le miro de nuevo. Es tan hermoso. Y tan mío.

Una vez el dentro, le pongo el cinturón -por seguridad-, pues no quiero que caiga. Y arranco el auto.

Me voy... Nos vamos.

Lejos de las sirenas.

Y de todo.

Fin


15122018

Creo que esta será la primera historia que publicaré, no lo sé. Llevo mucho tiempo pensándomelo. Pero leí que una buena táctica para vencer el miedo y tomar valor, es cerrar los ojos y apretar el botoncito de "publicar". ( Tal vez no justo no en ese orden. No vaya a ser que eliminen su historia por error...)

Lo revisé muchas veces, pero si cometí algún error, por favor háganmelo saber ¡No me dejen morir en la ignorancia!

En fin... Gracias por leer.
Love, Sam 🌷

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