Capítulo 7: Un Dragón Criado entre Rosas
Nota: A partir de ahora en varios capítulos se narrará la historia desde la situación de distintos personajes (como en los libros), no lo hice antes porque la historia sería igual a como sucedió en los libros o en la serie ya que no han cambiado muchas cosas.
MACE
Lord Mace Tyrell de Highgarden se encontraba en el solar que conectaba con sus aposentos leyendo una carta de su hijo Loras, la cual había llegado por cuervo esa misma mañana desde King's Landing. Sus ojos se movían mientras leía la carta, la cual hablaba de como se encontraba Loras en la fortaleza roja y algunas novedades en la capital, pero al llegar a una parte se detuvo, amplió los ojos con sorpresa y volvió a leer un párrafo específico que estaba escrito en clave para no levantar sospechas.
Hoy me encontré con Axel en la aquí en la capital, hable con el pero se rehúsa a irse por el momento hasta que termine sus debéres ahí, me pidió que les dijera que se encuentra bien, que lamenta no haber podido comunicarse antes y que regresará lo antes posible. Por mis obligaciones no creo que nos vayamos a cruzar de nuevo pero estoy seguro de que estará bien.
Luego de terminar de leer el resto de la carta, Mace suspiró, mientras con 2 dedos se masajeaba la frente para intentar calmar su inminente dolor de cabeza por esa noticia. Se levantó de su escritorio y se quedó observando el cielo soleado por su ventana pensativo.
-Chico idiota......-
Murmuró para si mismo, quería a Daegon como si fuera un hijo propio y lo había intentado criar lo mejor posible desde que apareció aquel día en un caballo en las puertas de Highgarden. En la carta que el traía consigo, el príncipe Rhaegar le había pedido que por favor cuidara a su hermano en caso de que él perdiera la batalla del tridente, lo cual acabó sucediendo. A pesar de extrañar a su hermano, Daegon se había adaptado bien a la vida en Highgarden y fue creciendo junto con Loras y Margaery bajo la identidad de Axel Storm, un bastardo de la casa Velaryon, para poder justificar su cabello blanco blanco casi gris. Su esposa, Lady Alerie, su madre Lady Olenna, Loras, Margaery, y los miembros más leales de La guardia Tyrell eran los únicos conocedores de la verdadera identidad de Daegon. Este había salido varias veces de Caza con Mace y Loras y había demostrado grandes habilidades para el combate con espada, seguramente fruto de sus entrenamientos con Rhaegar y Ser Arthur Dayne, antes de la batalla del tridente. Cuando llegó la noticia de que Robert Baratheon saldría de King's Landing e iría hacia Winterfell, Daegon quiso ir inmediatamente y Mace bajo su palabra de que no atacaría al rey ni haría nada estúpido se lo permitió. Pero habían pasado varios días desde que el rey había regresado a la capital y aún no había noticias de Daegon, sabía que no lo habían capturado porque se hubiera corrido la voz enseguida, pero debido a la distancia entre Winterfell y Highgarden había esperado que Daegon regresara a casa antes de que el rey regresara a la capital. Por todo esto había estado preocupado hasta que recibió el mensaje de Loras diciéndole que Daegon se encontraba en la capital bajo las mismas narices del rey, ahora le tocaba la dificil tarea de comunicar esto a los demás miembros de la familia....en especial a su hija Margaery.
Mace salió de su solar y se dirigió hacia los aposentos de su Margaery con la carta de Loras en un bolsillo. Al abrir la puerta se encontró con que Margaery estaba almorzando junto con su prima Elinor, su madre Alerie y su abuela Olenna mientras uno de sus músicos preferidos tocaba el arpa para ellas, al ver llegar a Mace Margaery sonrió con dulzura.
-Padre que gusto verte aquí, ven siéntate y únete a nosotras.-
Mace esbozó una pequeña sonrisa.
-Gracias hija pero estoy aquí por otro asunto.- Acto seguido dirigió su mirada hacia Elinor.
-Elinor, querida ¿podrías terminar tu almuerzo en tus aposentos por favor?.-
Le hizo un gesto con la mano a una sirvienta para que llevara la bandeja con la comida de Elinor hacia sus aposentos. Elinor, comprendiendo que algo privado sucedía se levantó y siempre cortés respondió.
-Por supuesto, con su permiso.- Se despidió educadamente de su familia y salió de la habitación siguiendo a la sirvienta.
Luego, Mace se dirigió hacia el músico.
-Por favor, déjanos.-
El músico recogió su arpa y también se retiró de la habitación con una inclinación de su cabeza. Alerie notó la mirada seria de su esposo e intuyó que traía malas noticias.
-¿Que ocurre Mace?.-
El suspiró y sacando la carta de su bolsillo se la entregó a su esposa.
-Es de Loras, llegó esta mañana desde la capital y en ella dice que Daegon esta allí también, lleva ahí las últimas semanas desde que regresó de Winterfell.-
Hubo un silencio en el cual Alerie leyó la carta y luego se la pasó a su hija quien la leyó rápidamente y se la entregó a su abuela. Al haber leído las 3 la carta Alerie tenía una expresión de preocupación maternal en su rostro, mientras que Margaery había palidecido, sin embargo Olenna dejó la carta sobre la mesa con expresión calmada como si la noticia no la sorprendiera en lo más mínimo. Luego de un largo silencio, Margaery fue la primera en hablar con voz algo débil.
-No.....no puede haber ido allí es un estúpido, si lo encuentran lo mataran-. Miró a su padre de forma suplicante.
-Padre por favor, debes enviar un cuervo a Loras diciéndole que ordenas a Daegon que vuelva inmediatamente.-
Mace negó con la cabeza junto con un suspiro.
-Me temo que no puedo hacer eso cariño, alguien más puede interceptar la carta y sería muy arriesgado. Además Loras no sabe donde se esconde Daegon y no puede salir de la fortaleza roja a buscarlo, lamentablemente Daegon está por su cuenta ahora.-
Alerie agregó, aún luciendo preocupada.
-Los 7 lo guiarán, prenderé una vela en el septo para que la madre lo traiga sano y salvo a casa.-
Mace sabía que su esposa también quería a Daegon como un hijo y que era difícil para ella enterarse de su situación sin poder hacer nada al respecto. Finalmente Olenna apartó la mirada de la carta sin darle mucha importancia y habló.
-Honestamente no se como se sorprenden de esto, yo esperaba algo así desde el momento en el que el chico se fue, se veía a leguas que estaba harto de llevar 17 años esconcido. Daegon se habrá criado entre nosotros pero es un dragón y la historia nos ha dicho que a los dragones no les va bien en cautiverio. Yo ya te había advertido sobre esto Mace. Cuando yo hablaba con el me daba cuenta de que era feliz aquí, pero además de extrañar a su hermano, extrañaba su hogar, el nació en la capital, por lo tanto cuando tuvo la oportunidad de salir decidió dirigirse hacia allí. Daegon sabe como cuidarse por lo que no tengo dudas de que regresará pronto, ahora dejen de preocuparse y por favor volvamos a nuestra comida que se está enfriando.- Concluyó luciendo despreocupada pero con fuerza en cada una de sus palabras, como era típico en ella.
Sin embargo Margaery se puso de pie y miró a su abuela.
-Sabes que no puedo no preocuparme abuela y disculpen todos pero ya no tengo hambre, con su permiso quiero ir a caminar a los jardines.-
Mace, comprendiendo que su hija quería estar sola asintió con la cabeza y Margaery salió de la habitación presurosa. Mace sabía sobre los sentimientos que Margaery y Daegon sentían el uno por el otro pero también sabía que mientras los Baratheon o los Lannister estuvieran en el trono de Hierro y Daegon no pudiera reclamar su verdadera identidad no podía prometer a su hija con un bastardo bajo su tutela, y cuando llegara el momento debía pensar en lo mejor para la casa Tyrell, por más que esto rompiera el corazón de su adorada flor. Luego de que su hija saliera, Mace suspiró con cansancio y se dirigió hacia su esposa y su madre.
-Esto traerá problemas, no se que está tramando Daegon pero antes de partir el me dió su palabra de que no lastimaría al rey y confío en que la mantenga, lo que menos necesitamos ahora es que cause otra guerra. Le escribiré una respuesta a Loras pero no mencionaré nada sobre Daegon por si alguien intercepta la carta antes que el, espero que Loras comprenda que con eso me refiero a que no se acerque a Daegon y que haga como si no lo hubiera visto, ahora si me disculpan, debo retirarme.-
Ambas asintieron con la cabeza, estando también de acuerdo con su plan, Mace cerró la puerta y se dirigió nuevamente hacia su solar para escribir una respuesta a Loras mientras oraba mentalmente una pequeña plegaria a los 7 dioses para que cuidaran de Daegon, quien ahora se encontraba por su cuenta y fuera de su protección.
"Espero que sepas lo que estás haciendo muchacho...."
DAEGON
Se encontraba en una de las salas amplias de la zona oculta del taller que se utilizaban para entrenar. A su alrededor estaban los miembros de la guardia pura observándolo con atención pero el solo estaba concentrado en su oponente. Steffon a pesar de parecer mayor sujetaba su espada sin dificultad, haciendo honor a sus años de servicio en la guardia real. Ambos combatientes no tenían armaduras ya que el combate sería solo a desarmar, debido a que Steffon se negaba rotundamente a romper su juramento derramando sangre real. Steffon niveló su espada con su rostro, sin poder evitar esbozar una pequeña sonrisa expectante.
-Hace ya un tiempo que no tengo una buena pelea, ¿listo milord?.-
Daegon sonrio de medio lado, igual de entusiasmado que él.
-Cuando quieras Ser Steffon.-
Dijo, mientras desenvainaba a Lekia. El acero de la espada parecía oscilar a la luz del sol, como si la espada misma estuviera hambrienta por un combate. Ambos se quedaron quietos unos segundos mirándose a los ojos hasta que Daegon decidió hacer el primer movimiento. Avanzó espada en alto dirigiendo el golpe hacia el brazo derecho de Steffon pero este rápidamente lo bloqueo con su espada. Ambos filos chocaron y acto seguido Daegon se movió hacia atrás apoyando un pie detrás del otro para estar equilibrado y así contener el contraataque, esa fue una de las primeras cosas que le había enseñado Ser Arthur Dayne en durante su tiempo en Dragonstone. Steffon dirigió su espada hacia la pierna que Daegon tenía adelante con el propósito de desestabilizarlo, el Targaryen aprovechó ese momento para bloquear el golpe con su espada y ambos comenzaron a hacerlas chocar. Parecía que Ambos combatientes danzaban al compás de alguna música que solo ellos escuchaban, mientras los filos de sus espadas chocaban. Steffon fue dominando la pelea al principio, haciendo retroceder a Daegon hacia uno de los bordes del círculo formado por la pequeña multitud, pero luego Daegon logró anticipar alguno de sus ataques y era Steffon quien era empujado lentamente hacia el borde opuesto.
Finalmente Steffon se equilibró y movió su pierna rápidamente hacia la pierna derecha de Daegon y al golpearla con fuerza, este esbozó una sonrisa de triunfo. Sin embargo, antes de que la presión en su pierna lo hiciera caer, Daegon giró con agilidad alrededor de Steffon usando su pierna sana para impulsarse y Lekia golpeó su espada tomándolo por sorpresa y haciéndola caer al suelo. Steffon observó su espada caída unos segundos, mientras un silencio tenso crecía entre la multitud, pero finalmente el hombre soltó una pequeña carcajada.
-Parece que estos últimos años detrás de un escritorio me han hecho mal, muy buen combate milord.- Dijo y la multitud comenzó a aplaudir y vitorear. Daegon sonrió, mientras se levantaba con cuidado del suelo, regulando el peso en su pierna golpeada.
-No has perdido tu habilidad Ser, hubieron momentos en los que me presionabas bastante bien y a fin de cuentas lograste derribarme.-
Dijo, mientras volvía a envainar a Lekia. La multitud se dispersó mientras algunos miembros de la guardia se acercaban hacia ambos contendientes para felicitarlos por la pelea.
Sin embargo minutos después se abrió rápidamente la puerta de la sala y apareció corriendo un joven recluta de la guardia quien se detiene delante de ambos jadeando.
-Ser Steffon, lord Daegon, ocurrió algo en la calle de las telas enfrente de uno de los burdeles de Meñique, la mano del rey Eddard Stark y Jaime Lannister se enfrentaron y Stark está herido!.-
Steffon y Daegon ampliaron los ojos y se miraron entre ellos.
-¿Que?, ¿Que ocurrió exactamente?.- Preguntó Daegon al hombre.
-No conozco todos los detalles más que lo que dicen los testigos, pero al parecer Stark se encontraba en el burdel, reunido con meñique cuando fue interceptado por Jaime Lannister, ambos discutieron y poco después comenzó una pelea entre los guardias de Lannister y los de Stark y que luego terminó con el mata reyes y Stark luchando entre ellos.-
-¿Sabes sobre que discutían?.- Preguntó Steffon al joven, que seguía recuperando el aliento.
-Al parecer sobre el enano Tyrion Lannister. Por lo que dijo Stark su esposa lo tomó prisionero en su camino de vuelta desde el norte. Al enterarse de eso el mata reyes ordenó a sus guardias que mataran a los de Stark y en un momento de la pelea luego de que el le clavara su espada en el ojo a uno de los hombres de Lord Stark este lo atacó y comenzaron a pelear. Por lo que dice la gente ambos combatieron con gran destreza hasta que uno de los hombres del mata reyes intervino y le clavó su lanza en la pierna a Stark dejándolo incapacitado. Luego de esto el mata reyes y sus hombres se retiraron, vine aquí apenas me enteré.-
Steffon alzó las cejas y se pasó una mano por el cabello.
-Dioses, atacar a la mano del rey en plena calle....no creo que el usurpador haga nada porque se trata del hijo de Tywin Lannister.-
Daegon, quién había estado callado durante parte de el relato finalmente habló.
-Iré hacia allí a ver que encuentro, quizás nos enteremos de algo más sobre el incidente.-
-Déjeme ir con usted milord.- Steffon respondió y Daegon asintió con la cabeza. Ambos salieron de la habitación, después del taller se dirigieron hacia el lugar del incidente.
Al llegar al lugar había una multitud aglomerada en la entrada de la calle, mientras que un grupo de capas doradas tendían en una carreta a Ned Stark quien había perdido la conciencia y sangraba de su pierna derecha. A su alrededor habían algunos guardias de sus guardias tendidos en el suelo sin moverse. Daegon y Steffon esperaron, ocultos en la multidud, a que los capas doradas cargaran en una carreta a Ned y en otra los cuerpos de los guardias muertos, para luego retirarse abriendose paso entre la gente. Unos minutos depues y cuando la multitud comenzaba a dispersarse, ambos se acercaron al lugar donde había ocurrido el incidente a las puertas del burdel. Luego de estar un rato en silencio observando el suelo con algunas manchas de sangre. Steffon habló.
-En la multitud la gente decía que Stark salía de ese burdel cuando fue interceptado, lo que me pregunto es ¿que estaba haciendo la mano del rey en un burdel a plena luz del día protegido por su guardia? El hombre ya tiene un bastardo y aunque no me agrade no creo que fuera a deshonrar a su esposa nuevamente de esa forma.-
Daegon observó las fachadas contiguas y vio que incluido el burdel muchas tenían balcones desde donde se veía perfectamente esa zona.
-Si, yo tampoco lo creo....seguramente había alguien en uno de esos balcones cuando todo sucedió, y alguien en el burdel tuvo que haber visto a Stark adentro.-
Steffon asintió con la cabeza mientras seguía examinando la zona.
-Estoy de acuerdo, deme unos días para no levantar sospechas y enviaré a alguien al burdel a averiguar que estaba haciendo allí, con el enano preso por la esposa de Stark y luego de lo que acaba de suceder aquí temo que se acerca una guerra entre los Stark y los Lannister... y como en toda guerra, el pueblo estará atrapado en el medio.-
Daegon lo escuchó, estando de acuerdo.
-Tendremos que esperar al siguiente movimiento, de los Stark o de los Lannister....ahora volvamos antes de llamar la atención.-
Ambos hombres se retiraron por donde habían llegado, mientras Daegon en secreto esperaba que Ned Stark pudiera recuperarse de sus heridas, no conocía al hombre y su apoyo a Robert Baratheon lo convertía en su enemigo dado el contexto actual. Pero si recordaba a su hermana Lyanna Stark y fue una de las pocas personas que junto con su hermano Rhaegar cuidó de él durante sus días de refugio en Dorne.
Pasaron 3 días sin que hubieran novedades sobre el estado de Ned Stark ni nada que hubiera ocurrido en la fortaleza roja. Solamente sabían que luego del ataque, Jaime Lannister había abandonado la capital con algunos hombres hacia rumbo desconocido. Hasta que un día en el cual Daegon se encontraba en una de sus habituales visitas al despacho de Steffon, mientras tomaban una copa de vino, de pronto golpean la puerta. Al ser invitado a entrar ingresó en la habitación Yazid quien luego de inclinar la cabeza ante Daegon se dirigió a Steffon.
-Jefe, llegó un mensaje de Omar para usted.-
Daegon ya sabía que Omar era uno de los 2 guardias que había infiltrados en la fortaleza roja. Steffon tomó el mensaje y luego de agradecerle a Yazid y decirle que podía retirarse este se despidió de ambos y salió del despacho. Steffon desenrolló el trozo de pergamino y luego de leer le pasó la carta a Daegon.
-Parece que Ned Stark se encuentra bien, aunque tiene una lesión importante en su pierna y deberá usar un bastón por un tiempo. Omar también informa que el usurpador saldrá de cacería otra vez.....Típico, siempre que hay problemas en la ciudad el sale a emborracharse y matar algo como si quisiera esconderse de ellos.-
Daegon arqueó las cejas con desprecio al leer esa parte de la carta y escuchar a Steffon.
-Pues que vaya, que mate a algún pobre animal y se emborrache hasta caer desmayado, porque cuando vuelva....tendrá que lidiar conmigo y con una guerra y no terminará como la última vez, eso te lo prometo Steffon.-
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