Capítulo 6: El Torneo
"Ser Steffon tiene razón, este circo le costará mucho oro a la corona".
Pensaba Daegon, mientras observaba, oculto bajo su capucha, el lugar que se había escogido para el "torneo de la mano" como ya era conocido por la gente de la capital y que se celebraría en 2 días. Desde temprano en la mañana se habían comenzado a levantar las carpas y los trabajadores ya estaban acomodando las vallas a lo largo del lugar mientras que otros revisaban el suelo retirando piedras grandes, intentando dejar el terreno lo más liso posible para los caballos.
Él Había llegado hacia unas horas y observaba las preparaciones con la espalda apoyada contra una pared mientras se llevaba de vez en cuando una manzana a la boca. Habían recibido un reporte de los 2 miembros de la Guardia Pura en la fortaleza roja, los cuales decían que ese mismo día por la mañana los escuderos de los lords que atenderán al torneo llegarían al lugar para evaluar las condiciones del terreno y las medidas de seguridad que se tomarían más algún pedido especial sobre la ubicación de algún lord. Luego de escuchar eso Daegon dijo que saldría a echar un vistazo, rechazando la idea de Steffon de que un miembro de la guardia lo acompañara, ya que además de poder cuidarse solo, no estaba ahí solamente para echar un vistazo, estaba esperando a alguien: Ser Loras Tyrell quién después de haber crecido juntos en Highgarden se había convertido en un hermano para él, sabía que Loras estaría en el torneo sirviendo como el escudero de Renly Baratheon. Daegon ya suponía que a estas alturas luego de estar 1 semana en la capital, en Highgarden estarían preocupados por su paradero, tenía que hacerles saber que se encontraba bien y esa era la oportunidad perfecta para hacerlo . Luego de esperar por unas 2 horas, finalmente Daegon observó que se acercaban varias personas en caballos seguidos por algunos miembros de la guardia de la ciudad, al acercarse un poco más a esa comitiva reconoció al caballero de las flores Ser Loras Tyrell.
Su cabello continuaba enrulado tal y como Daegon lo recordaba y vestía la misma armadura con la que lo había visto partir de Highgarden hace ya unos meses atrás cuando se unió al servicio de Renly Baratheon. Con un último mordisco Daegon llegó a las semillas de la manzana y la dejó caer al suelo mientras se acercaba lentamente al lugar en el que los escuderos ya estaban desmontando de sus caballos, quería esperar el momento adecuado para llamar la atención de Loras. Observó mientras Loras caminaba entre las vallas observando el terreno y hablando con algunos de los sirvientes hasta que en un momento este llegó hasta el final de uno de los 2 caminos trazados y se quedó allí apoyado contra una de las vallas para descansar. En ese momento Daegon se dirigió hacia el frente de esa zona por el lado de los establecimientos que se encontraban allí y se quedó parado frente al lugar donde estaba Loras con la esperanza de que este al posar su mirada en él y ver su capa y capucha lo reconociera, y así fue. Unos minutos después Loras levantó la vista, este se quedó observando a Daegon unos segundos y al reconocer quien era se incorporó rápidamente con un sobresalto. Daegon al ver que lo había le guiñó un ojo bajo su capucha y le hizo un discreto gesto con su cabeza señalando hacia un callejón cercano, sin esperar respuesta se dirigió hacia allí y una vez dentro esperó a Loras.
Unos minutos después Loras ingresó en el callejón y se detuvo frente a él, mirándolo incrédulo. Ambos se quedaron en silencio por unos segundos hasta que Daegon rompió el hielo.
-Tardaste 2 segundos más de lo que esperaba en reconocerme, caballero de las flores, quizás estás perdiendo tu toque.-
A pesar de su sorpresa, Loras no pudo evitar sonreír levemente.
-Con esa capa vieja que llevas al principio te tomé por un mendigo.-
Daegon sonrio a su vez y se bajó la capucha.
-Esa es la idea.-
Finalmente ambos se acercaron y se abrazaron por varios segundos mientras se palmeaban las espaldas. Unos segundo después se separaron y la sonrisa de Loras se había borrado de su rostro.
-Daegon... Por los siete ¿que mierda estás haciendo aquí?. Padre dijo que habías ido camino a Winterfell pero luego no regresaste y no supimos más de ti.-
Daegon hizo una pequeña mueca.
-¿Me creerías si te dijera que vine a verte en el torneo?.-
Loras le dirigió una mirada seria la cual le recordó mucho a su padre Mace.
-Hablo en serio, recibí un mensaje de mi padre hace unos días, todos en casa están preocupados por ti.-
Daegon suspiró y miró a ambos lados del callejón antes de contestar en voz baja.
-Fui a Winterfell, vi al usurpador, al matareyes y contuve mi impulso de asesinarlos allí mismo. Pero luego al volver supe que tenía que venir aquí, a donde yo nací y donde se cree que morí y no había mejor momento que cuando el usurpador y la mitad de su guardia estaban en la otra punta de westeros. Solo.....tenía que ver mi hogar una vez más.
Loras escucho en silencio y finalmente dijo con un suspiro.
-Bien, pues ya estuviste aquí unos cuantos días y el rey a vuelto y antes de que digas que el no es el rey.- agregó al ver que la expresión de Daegon cambiaba a enfado e iba a contestar - el título de rey lo tiene él y como escudero de su hermano debo llamarlo así. El punto es que debes irte de aquí cuanto antes, sabes que si te descubren te ejecutarán, vuelve a Highgarden que allí están padre y madre esperándote aún preocupados por no recibir noticias tuyas y Margaery regresó de su viaje hace un par de días y por lo que dijo mi padre está muy preocupada al enterase que no estabas y que no se sabe tu paradero.-
Al escuchar a Loras mencionar a Margaery, Daegon una vez más lamentó al menos no haber avisado a donde se dirigía y haberla preocupado de esa forma a ella y los demás, pero sacó esos pensamientos de su cabeza ya que en ese momento no podía hacer mucho para remediar eso.
-Nunca fue mi intención preocupar a Lord Mace, Lady Alerie....y sabes que mucho menos a Margaery pero aún no me puedo ir. Loras, encontré algo aquí, aún no puedo decirte que es pero te diré que es un sitio seguro y que estoy siendo prudente con mis acciones y no haré nada que me perjudique ni a mi ni a ustedes.-
Loras sacudió la cabeza con fastidio y finalmente suspiró diciendo.
-Veo que sigues siendo tan terco como siempre, pero venir aquí en plena construcción del terreno para el torneo no es muy prudente que digamos.-
Daegon esbozó una pequeña sonrisa y respondió divertido.
-En eso te doy la razón, no lo es pero tenia que hablar contigo y también tengo que pedirte que escribas a Highgarden y digas lo que te acabo de decir, que me encuentro en la capital , que estoy bien y volveré a su debido tiempo.....por favor diles que les pido disculpas por no haberles avisado pero esto es algo que tenía que hacer en algún momento.-
Loras estuvo unos segundos en silencio intentando buscar algo para convencer a Daegon de que se fuera pero finalmente asintió, derrotado.
-Está bien.... tu ganas, escribiré diciendo que Axel Storm esta bien, aunque te aseguro que eso no te salvará de los gritos y la furia de mi padre cuando vuelvas a casa.-
Daegon sonrió de lado.
-Me imagino que no, y seguramente me los merezca....gracias, de verdad.- Dijo, poniéndole una mano en el hombro.
Loras esbozó una pequeña sonrisa, pero al escuchar un ruido de voces lejanas se dió vuelta mirando hacia el terreno donde los demás escuderos habían retomado las revisiones, para luego volverse hacia Daegon.
-Ahora debo irme, si lo de ese lugar seguro es cierto quédate allí hasta que termines lo que sea que estés haciendo y luego vuelve a casa.-
El Targaryen asintió con la cabeza.
-Si, sobre eso....ya que estaré aquí unos días más, creo que asistiré al torneo a ver que tal lo haces, pero descuida, estaré bien.-
Loras parecía que iba a discutir pero finalmente dijo.
-Bien...solo no hagas nada estúpido-.
Daegon alzó una ceja.
-Loras, me conoces de hace 17 años, ¿cuando e hecho algo estúpido?-.
Esta vez Loras no pudo evitar reír en voz baja.
-No lo sé, quizás.....todo el tiempo.-
Daegon también rió por unos segundos y finalmente volvió a mirar a Loras con seriedad.
-Ahora....como no creo que nos volvamos a ver aquí supongo que esto es una despedida, hasta luego amigo mio y suerte en el torneo en 2 días.-
Ambos se abrazaron nuevamente para despedirse y se dieron la vuelta, alejándose se cada uno por un lado del callejón, Daegon sentía que se había quitado un peso de encima, al menos ahora los Tyrell sabrían que estaba bien y de momento a salvo. Mientras caminaba de regreso al Lecho de Pulgas, Daegon pensó en lo que su ausencia en Highgarden causó a quienes le importan y no pudo evitar recordar la última vez que vió a Margaery casi 1 mes atrás, cuando se fue a visitar las aldeas cercanas a la fortaleza y a repartir comida entre los aldeanod pobres unos días antes de su propia partida rumbo a Winterfell:
FLASHBACK:
La mañana era calurosa y en la entrada de Highgarden se encontraban Mace Tyrell, Loras Tyrell, Daegon y un grupo de guardias parados frente a un carruaje el cual estaba escoltado por soldados a caballo. En este se preparaban para subir, Margaery Tyrell, su madre Alerie Hightower y su abuela Olenna Tyrell. La última en despedirse fue Margaery quien estaba vestida de color celeste claro el cual resaltaba con el cielo sin nubes, abrazó a su hermano Loras y luego se dirigió hacia su padre el cual también la abrazó.
-Que los dioses te acompañen en este viaje con sus bendiciones para que puedas dárselas a nuestra gente hija mía.-
Esbozó una amplia sonrisa.
-Gracias padre, para mi regreso más voces se sumarán a las que ya halagan tu generosidad.-
Luego su mirada se encontró con la de Daegon y se acercó un poco hacia él. Ambos permanecieron unos segundos en silencio, sin poder evitar ruborizarse un poco. Daegon por su parte en ese momento quería olvidarse de ser Axel Storm y abrazar a Margaery, pero sabía que los soldados estaban presentes y además ya se habían despedido más informalmente a puertas cerradas, por lo que simplemente dijo.
-Viaje segura Lady Margaery, estoy seguro de que alegrará mucho a la gente con su presencia.-
Margaery algo sonrojada respondió con una sonrisa sincera y mirándolo a los ojos.
-Gracias Axel, tu por favor cuida a mi padre y mi hermano.-
Daegon asintió con la cabeza. Luego ella entró en el carruaje junto con su madre, su abuela y algunas damas de compañía y el carruaje partió perdiéndose en la distancia.
FIN DEL FLASHBACK.
La extrañaba, extrañaba su voz, su aroma al abrazarla y su risa cuando hablaban, pero sacó esos pensamientos de su cabeza."El mensaje de Loras les hará dejar de preocuparse". Pensó, mientras caminaba hacia el taller.
2 días después el Torneo de la mano había comenzado y las calles de la capital eran un revuelo de personas. Daegon se encontraba entre la multitud con la cabeza tapada por su capucha y acompañado de Steffon quien había insistido en acompañarlo ese día. Al llegar Daegon dirigió su mirada hacia la gran plataforma de madera que habían montado en el borde del lugar y allí volvió a ver de nuevo a Robert Baratheon. El rey se encontraba sentado en el centro de la plataforma con 2 miembros de su guardia detrás, lo que enfureció a Daegon fue que en esta ocasión Robert llevaba puesta la corona, al ver esto no pudo evitar apretar los puños con rabia.
"No la mereces usurpador, esa corona lleva la sangre de mi padre y mi hermano. Y pienso arrancarla de tu maldita cabeza...."
Fue sacado de sus pensamientos por Steffon, quien le estaba explicando en voz baja quienes se encontraban sentados junto al rey.
-Además de Cersei Lannister, los príncipes y Eddard Stark con sus hijas a quienes ya a visto en Winterfell.....- El hombre levantó ligeramente un dedo y señaló a un miembro de la guardia del rey, este tenía poco cabello, el cual se estaba tornando algo canoso y se encontraba parado justo detrás del rey.
-Imagino que recuerda a Ser Barristan Selmy, guardia real del príncipe Rhaegar y que peleó junto a él en la batalla del tridente hasta que cayó y ahora sirve al usurpador, aunque desconozco que lo llevó a cambiarse de bando.-
Daegon escuchó con atención aunque tampoco lo comprendía, recordaba a Ser Barristan de los últimos años que pasó con Rhaegar y era un buen hombre, leal, honorable y uno de los mejores luchadores en los 7 reinos. Pero no dijo nada y continuó escuchando a Steffon .
-Más abajo se encuentra Petyr Baelish también llamado Meñique, maestro de moneda y miembro del Consejo real. Dirige varios burdeles por la calle de la seda y su puesto en la fortaleza roja se debe a que aparentemente hace aparecer oro donde ningún otro hombre del usurpador puede, seguramente este circo se pagó con su dinero.- Steffon bufó y luego dijo en voz baja.
-Escoria, como todos los demás miembros del consejo, Varys la araña, quien sirvió a su padre y cuando el usurpador venció, corrió a arrodillarse a sus pies, dispuesto a decirle todo lo que sabía sobre el y vender a muchos de sus aliados. Por allí también está el Gran Maestre Pycelle, un perro faldero de los Lannister. Se supone que los maestres de la ciudadela no deben tomar partido en guerras ni en conflictos entre casas y limitarse a servir a su lord, pues Pycelle es todo lo contrario. Cuando Tywin Lannister arribó a los muros de la capital fue él quien convenció al rey Aerys de que abriera las puertas diciéndole que venía como su aliado a reforzar la ciudad. Finalmente está el hermano del usurpador, Lord Renly Baratheon, personalmente no tengo nada en contra suyo, por los reportes que nos han enviado nuestros hombres, parece que en las reuniones del consejo casi nunca habla y cuando lo hace no propone nada de gran importancia, solo se sienta a esperar que termine la reunión, aparentemente aburrido. Ese consejo es un chiste, tan inútil como el rey al que sirven, aunque me cueste admitirlo creo que la persona que será de más utilidad para el reino allí dentro es Ned Stark.-
Daegon asintió con la cabeza, tomando nota mental de cada persona en ese lugar que tuvo algo que ver con la muerte de su familia. Pero no dijo nada pues en ese momento sonaron las trompetas y los primeros combatientes avanzaron al terreno. Uno de ellos era un hombre cuya armadura portaba un blasón que Daegon no recordaba a que casa pertenecía pero si que se encontraba en la región de el valle, y del otro extremo de la valla se encontraba un hombre de gran tamaño el cual se movía con ferocidad y llevaba una armadura que aplastaría a cualquier otro hombre de contextura normal. Antes de que Steffon hablara Daegon dijo.
-Asumo que esa es la famosa Montaña de la que he escuchado hablar.-
Steffon aparto su mirada de aquel hombre gigante con repulsión y respondió -Lo es, Ser Gregor Clegane, la bestia personal de Tywin Lannister.-
"Y el asesino de Lady Elia y mis sobrinos Aegon y Rhaenys...". Pensó Daegon, agregando mentalmente otro nombre y rostro a la lista de personas con las que en algún momento debería ajustar cuentas mientras que Steffon agregaba.
-Y finalmente, cuidando al príncipe Joffrey como siempre se encuentra el hermano de la montaña, Sandor Clegane, también llamado el perro.-
Daegon recordaba haberlo visto en Winterfell con medio rostro quemado y con su mirada seria e intimidante, con la que se encontraba en ese momento con una mano en la empuñadura de su espada. El primer combate fue el de la montaña quien luchaba con la misma ferocidad que un animal salvaje y derrotó a su oponente con un rápido movimiento de su lanza, lanzándolo fuera del caballo unos cuantos metros hacia atrás. Luego siguieron otros combates entre los que entró por primera vez Ser Loras Tyrell. Lucía una armadura plateada que brillaba a la luz del sol, marchaba lentamente en su caballo saludando y agradeciendo el entusiasmo del público. Daegon no pudo evitar esbozar una leve sonrisa de lado, divertido al ver que casi todas las muchachas jóvenes se sonrojaban intensamente ante su paso. Loras luchó con mucha más elegancia que la montaña y lanzó de su caballo a todos sus oponentes hasta que llegó la pelea final del torneo en la que se enfrentaban el caballero de las flores contra la montaña.
"Tu puedes Loras....concéntrate, no alardees y ve directo por su caballo." Pensó Daegon mientras se preparaba para ver aquella última justa.
La montaña ingresó al terreno como siempre, empujando todo lo que se interpusiera en su camino y gruñendo mientras que Loras recorrió el lugar con su caballo saludando al público con su carisma habitual. Luego se dirigió hacia donde se encontraba Eddard Stark con sus hijas y entregarle una rosa a su hija mayor, Sansa Stark, la cual se ruborizó completamente.
"Idiota presumido, yo que tu me preocuparía por el tipo enorme que tienes frente a ti...."
Pensó divertido, sin poder evitar volver a esbozar una sonrisa de lado por unos segundos. Ambos caballeros se dirigieron con sus caballos a los extremos del vallado y comenzaron a galopar uno hacia el otro lanza en mano. Sin embargo al llegar encontrarse en mitad del camino, la lanza de Gregor llegó hacia Loras antes y lo golpeó con fuerza en el pecho, lanzándolo varios metros hacia atrás desde su caballo hasta caer al suelo sin embargo la montaña no parecía satisfecha con esto. Ordenó a su escudero que le diera su espada el cual se la lanzó con miedo y en un ataque de ira le cortó la cabeza a su caballo lo cual generó los gritos de los espectadores e incluso Steffon amplió un poco los ojos por la sorpresa. Luego de esto, la montaña se dirigió espada en mano hacia un aturdido Loras, quien solo atinó a sujetar su escudo para cubrirse del violento ataque de aquella mole. La montaña lanzó un fuerte golpe que impactó contra el escudo e hizo volar astillas en todas direcciones, luego otro y otro y otro hasta que a Loras parecía que no le quedaban fuerzas para sujetar el escudo.
"NO!"
Daegon, casi de forma instintiva llevó una mano hacia donde guardaba sus cuchillos y sujetando uno con fuerza se preparó para avanzar entre la multitud y saltar el vallado. Al ver esto Steffon lo miró incrédulo y le puso una mano en el hombro intentando detenerlo, pero Daegon tenía la mirada fija en Loras quien cada vez aguantaba menos los ataques de Gregor Clegane. Estaba por empujar a Steffon y lanzarse sobre la montaña para salvar a Loras, sin importarle que todo el mundo lo viera, cuando de pronto se escuchó un fuerte grito.
-¡Déjalo en paz!-
Volviendo en sí, Daegon vió aparecer a Sandor Clegane el cual interpuso su espada entre ambos combatientes haciéndola chocar contra la de su hermano. El perro y la montaña se apartaron para luego volver a cargar el uno contra el otro haciendo chocar sus espadas mientras entre el público, algunos gritaban asustados y otros alentaban a los combatientes mientras que Steffon se mantenía en silencio observando la pelea con interés. El combate no duró mucho ya que el rey se levantó furioso ordenando que se detuvieran mientras que el perro se arrodillaba y la montaña se alejaba entre la gente furioso. Acto seguido Loras se levantó del suelo y agradeciéndole al perro lo nombró como el ganador del torneo de la mano mientras que el público lo vitoreaba pero a este no parecía importarle. Luego de que el rey se retiró y la gente se fue dispersando Daegon y Steffon también comenzaron a alejarse del lugar, con el Targaryen aliviado de que Loras estuviera bien. En el trayecto de vuelta Steffon intento cuestionarlo sobre sus acciones al querer salvar a Loras.
-Mi lord, con todo respeto.....¿Que sucedió en el torneo?, si el perro no hubiera interferido en esa tarea usted hubiera sido....-
Daegon lo interrumpió con molestia.
-Sé que hubiera sido expuesto Steffon, pero no ocurrió, prefiero guardarme las razones de porqué lo para mi. Ahora me gustaría volver al taller a descansar un poco, fue un torneo....intereante.-
Parecía que Steffon quería insistir pero finalmente asintió con la cabeza.
-Como ordene, mi lord.-
Cuando se conocieron Daegon había dejado claro que había asuntos que prefería guardarse para él y Steffon lo respetaba, aunque no podía evitar pensar lo cerca que había estado todo de irse al infierno. Ambos continuaron su camino y se perdieron por las calles de la capital, rumbo al lecho de pulgas.
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