Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 41: Aliado Sin Rostro

Daegon

No sabía cuanto tiempo estaba pasando: Minutos, horas, días o semanas. Pero en las pocas veces que despertaba y volvía en si por unos segundos, todo lo que sentía era confusión y dolor en todo su cuerpo. Respirar le quemaba como si sus propios pulmones estuvieran en llamas y sentía los brazos y piernas entumecidos.

Su vista tenía blanqueos y las imágenes iban y venían, entre fuertes mareos y el permanente dolor: A veces podía sentirse solo y recostado en una cama, otras veces veía al sanador personal de su hermana inclinado sobre el y examinándolo. En otra ocasión pudo ver a Ser Barristan casi discutiendo a gritos con el sanador, pero ninguna de sus palabras le llegaban.

Lo último que pudo recordar con cierta lucidez, fue la expresión preocupada de Daenerys. Sentada junto a él y sujetando una de sus manos contra ella.

-Hermano.......no me dejes.......-

Fue todo lo que escuchó decirle, con voz quebrada. El muchacho intentó moverse y responderle.....pero el esfuerzo fue demasiado para su cuerpo y volvió a hundirse en la oscuridad.

Tuvo muchos sueños, la mayoría pesadillas relacionados con su trágico pasado. Pero no pudo recordar casi ninguno. Simplemente un torrente de imágenes y voces que engullían todo a su alrededor, sin que él pudiera hacer que pararan.

Pero en medio de todo ese caos, pudo escuchar con claridad la voz misteriosa y profunda de una mujer. La misma que lo había visitado en un barco hacía ya muchos meses....Quaithe:

"Las 3 cabezas del dragón.......el tiempo se acerca, Daegon Targaryen.........Westeros está cambiando......"

La voz de la mujer resonó en la confusa oscuridad. Pero de pronto fue reemplazada por una imagen que el muchacho logró reconocer:

Margaery Tyrell. Dentro de lo que parecía una celda, sentada y abrazando sus rodillas. Con el cabello sucio, revuelto y la cabeza agachada, por lo que su rostro no era visible. De pronto, se le escuchó hablar, con un tono de voz completamente quebrado.

-Daegon.......¿donde estás?. Daegon.....por favor......-

Y entonces Daegon despertó de golpe.

Abrió los ojos y se incorporó sobresaltado, para luego sentir dolor en cada músculo de su cuerpo. Tenía la frente empapada en sudor y respiraba de forma agitada.......pero seguía vivo.

Al mirar alrededor, pudo comprobar que se encontraba en sus aposentos en la gran pirámide de Mereen. Alguien le había quitado la camisa que se había empapado completamente de sangre por la pelea contra Ralof. También tenía todo el pecho cubierto de vendas y ungüentos, especialmente debajo de su axila derecha, donde había sido apuñalado.

Lo último que recordaba era que Ralof había intentado atacarlo, ambos habían peleado, con ayuda de Amaya logró matarlo y luego........nada.

Intentó recordar los extraños sueños que había tenido, pero solo podía visualizar aquella última imagen de Margaery, encerrada y llamándolo. ¿Qué quería decir eso?.

Tan absorto estaba en sus pensamientos......que no se dio cuenta de que había alguien más en la habitación:

En una esquina que estaba casi totalmente bañada en sombras, había una silueta sentada en una silla, en silencio. Al verlo, Daegon se sobresaltó y por instinto giró la cabeza hacia Lekia, que estaba apoyada contra la cama. Pero antes de poder sujetar su espada, la misteriosa silueta habló, con una voz masculina que no conocía:

-No necesitas tu espada, Daegon Targaryen. Si este hombre quisiera verte muerto, ni siquiera habría tenido que venir aquí.-

La mano del muchacho se detuvo a medio camino de su espada, y con un quejido de dolor se sentó en la cama, mirando ahora fijamente aquel rincón en las sombras. Luego, la silueta se incorporó hacia adelante, dejando que la luz del sol que entraba por la ventana llegara a sus facciones. Entonces Daegon pudo verlo con cierta claridad:

Se trataba de un hombre de cabello marrón con algunos tintes rubios y largo que le caía a ambos lados del rostro. Casi no tenía barba y su rostro tenía algunas cicatrices que demostraban que había estado en numerosas peleas o batallas. Daegon notó que sus ojos estaban fijos en él, con una intensidad que le generó un leve escalofrío. A pesar de eso, el chico frunció la mirada y se la mantuvo.

-¿Quien eres?.-

La expresión calmada del hombre no cambió, pero si respondió a su pregunta.

-Un hombre no tiene nombre. A renunciado a él hace mucho tiempo. Sin embargo a tomado prestados muchos. Entre ellos........Jaqen H'ghar.-

El nombre claramente sonaba de Essos, pero por sus rasgos comunes y acento el hombre podría ser prácticamente de cualquier región. Pero su forma de hablar en primera persona lo desconcertaba un poco.

-¿Cómo entraste aquí?.-

Le preguntó el chico, con cautela.

-Eso no es importante. Lo que si deberías saber es que este hombre es igual que la persona que te hizo eso.....-

Dijo, señalando su profunda herida vendada. Entonces Daegon amplió los ojos y esta vez aferró con fuerza la empuñadura de Lekia.

-Eres un Hombre sin Rostro.......¿Entonces estás aquí para terminar el trabajo que tu amigo no pudo?.-

-Como dije, si esa fuera la intención de este hombre, tu ya estarías muerto.......Este hombre salvó tu vida.-

Daegon lo miró confuso e iba a preguntarle de que diablos estaba hablando. Pero no fue necesario, ya que Jaqen se incorporó en su asiento y agregó.

-Este hombre descubrió semanas atrás el contrato de asesinato contra ti. Se infiltró en Mereen y esperó con paciencia a que el asesino hiciera su movimiento. Fue algo fácil al conocer los métodos y estrategias de aquellos que servimos al Dios de Muchos Rostros. Cuando este hombre detectó que el asesino ya había logrado infiltrarse en la Gran Pirámide, este hombre comenzó a seguirte. El día del ataque, primero te vigiló durante tu operación en las calles contra los Hijos de la Arpía. Al regresar a la pirámide, descubrió que el asesino ya había acabado con la vida de uno de tus guerreros, llamado Ralof, y había tomado su identidad. Planeando finalmente hacer su movimiento contra ti para engañarte y asesinarte. El juramento que este hombre le hizo al Dios de Muchos Rostros le impide interferir directamente con cualquier contrato de asesinato, por eso no pudo confrontarlo directamente ni interferir en su pelea. Sin embargo, este hombre si podía ayudar de manera indirecta. Por lo que arrastró el cadáver de Ralof de su escondite hacia un pasillo concurrido por donde sabía que la líder de tus guerreros pasaría luego de terminar su interrogatorio. Esperando que atara cabos y acudiera en tu ayuda, mientras tu contenías al atacante lo más que pudieras. Para haberte enfrentado a un Hombre Sin Rostro profesional y completamente entrenado, este hombre debe decir que lo hiciste muy bien.-

El chico parpadeó un par de veces, sorprendido y confuso. ¿Entonces él fue quien indirectamente alertó a Amaya de que había un asesino en la pirámide?. 

-¿Toda tu gente siempre habla en tercera persona o eres solo tú?.-

Fue lo primero que se le vino a al mente preguntar. Sin embargo, Jaqen no le respondió y en su lugar continuó con su relato.

-A pesar de tu proeza en combate, una práctica común entre los Hombres sin Rostro es mojar las hojas de sus armas en veneno. Para asegurarse de siempre terminar el trabajo y cumplir con el contrato, incluso a costo de sus propias vidas. Siempre deben entregar la vida que el Dios de Muchos Rostros requiere. En este caso, el asesino había impregnado su arma en una variante de veneno de mantícora. Extremadamente letal, doloroso y rápido una vez que entra en el torrente sanguíneo.......A menos que se trate de forma rápida y regular con su antídoto.-

Tras decir eso, Jaqen sacó algo de entre sus ropas y se lo enseñó a Daegon: Era lo que parecía ser un tallo de alguna planta, de color verde y muy afilado. Al verlo, tal vez por memoria muscular, el chico sintió una leve punzada de dolor en ambas muñecas. Y al examinarlas, vio que tenía marcas de pinchazos en ambas, justo en la zona de sus venas.

-Tu......me diste el antídoto del veneno.-

Dijo y Jaqen asintió con la cabeza, guardándose el tallo nuevamente.

-Un sanador no habría descubierto el veneno a tiempo y aunque lo hubiera hecho no habría importado. Esa es una variante usada solo por los Hombres Sin Rostro y solo ellos poseen su antídoto. Este hombre tuvo que infiltrarse varias veces aquí cuando estabas solo para aplicar el antídoto con regularidad. Justo en tus venas para que entrara en la sangre y anulara el veneno en tu torrente sanguíneo. Llevabas 5 días en coma hasta que despertaste ahora y te apliqué la última dosis del antídoto hace 30 minutos. Parece que te recuperarás......-

-No comprendo.......¿por qué salvaste mi vida?.-

Preguntó Daegon, confuso. No recordaba haber visto a ese hombre antes ni menos que le debiera nada. Jaqen le respondió con calma.

-Más de 1 año atrás, este hombre estaba en King'sLanding realizando un trabajo. Debía asesinar a un objetivo y así lo hizo. Pero cometió un descuido y fue descubierto por la hija de este, quien alertó a la guardia de la ciudad. No estaba en el contrato de este hombre asesinar a la muchacha para escapar, por lo que este hombre fue capturado y encerrado junto con otros prisioneros de la capital. Tiempo después, una persona de la Guardia Nocturna visitó la capital y eligió a este hombre y otros prisioneros para llevarlos con él a cumplir su sentencia en Castle Black. El día de la partida, encerraron a este hombre en una jaula con otros 3 prisioneros, ya que eran los más peligrosos de todos. Sin embargo, el destino quiso que ese mismo día tu y tus hombres atacaran el juicio de Eddard Stark y lo liberaran, atrayendo la atención de toda la guardia de la ciudad y soldados Lannister. Entre el caos, este hombre logró escapar de la jaula y huir de la capital, evitando muchas molestias y tiempo perdido si debía escapar de camino al norte. Fue gracias a ti y un hombre nunca olvida una deuda.

Jaqen hizo una breve pausa para detenerse a escuchar por su alguien se acercaba. Unos segundos después, continuó:

-Tiempo después, la Casa de Blanco y Negro en Braavos recibió un contrato de asesinato contra Daegon Targaryen. A efectuarse de inmediato y con la garantía de que tu muerte fuera rápida y dolorosa. Al descubrirlo, un hombre se vio en el deber de intentar evitarlo sin quebrantar su propio juramento, con el fin de pagar dicha deuda. Por eso se infiltró en la ciudad y te estuvo vigilando tanto a ti como el asesino, esperando el momento para actuar.-

Daegon escuchó todo, aún procesando el hecho de que no había muerto de milagro y gracias a las acciones de ese hombre. Pero también tenía otra preocupación en su mente.

-Ese contrato de asesinato contra mi......¿Quién lo envió?.-

Sin embargo, Jaqen negó con la cabeza levemente.

-Me temo que eso rara vez puede saberse: La Casa de Blanco y Negro maneja muchos intermediarios para sus contratos de asesinato, con el fin de preservar el anonimato de quienes los ordenan. El tuyo fue uno de esos, pero puedo decir que fue muy bien pagado dada la celeridad con la que querían tu muerte y el riesgo que conllevaba infiltrarse en la Gran Pirámide.-

Daegon suspiró frustrado. Volvía estar igual que en el punto de inicio. El asesino podrían haberlo enviado los Amos por venganza de frustrar su plan contra Daenerys, o los Lannister para quitarlo del camino luego del incidente de la capital. O alguna otra persona rica y poderosa que quisiera verlo muerto por algún motivo. El muchacho sabía que si algo había ganado en los últimos meses, eran enemigos.

Finalmente, luego de unos segundos pensativo, Daegon nuevamente volvió a ver a Jaqen.

-Sé poco sobre tu gente. Pero no aprecio a quienes asesinan por contrato sin siquiera detenerse a pensar si lo que están haciendo está bien o mal........Sin embargo, es cierto que me salvaste la vida. Si no hubieras intervenido habría muerto o por la espada del asesino o poco después por el veneno impregnado en esta. Y por eso te estoy agradecido, Jaqen H'ghar.-

-No deberías estarlo, solo era una deuda que consideraba debía pagar. Me ahorraste muchos problemas al darme la distracción que necesitaba para escapar de la capital, pero no me arriesgaré a actuar de nuevo contra los intereses de mi orden. Ve con cuidado Daegon Targaryen: El contrato por tu cabeza aún no se a cumplido y cuando eso se sepa en Braavos, de seguro que alguien más será enviado por ti eventualmente. No deberías quedarte mucho tiempo en el mismo lugar.-

Daegon suspiró levemente, reconociendo que el hombre tenía razón: Había pasado más de 15 años escondido en Highgarden, donde estaba a salvo ya que ninguno de sus enemigos conocía su existencia. Desde que liberó a Ned Stark estuvo huyendo por todo Westeros durante meses y luego incluso por Essos, hasta asentarse en Mereen con su hermana. Allí pasó los últimos meses feliz y a salvo, pero parecía que el pasado lo había alcanzado una vez más.......

Si se quedaba en Mereen se arriesgaba a sufrir otro ataque. Y luego de la última reunión del consejo de su hermana, sabía que ella no podría partir a Westeros hasta dentro de 1 año más. Tendría que pensar cuidadosamente en su siguiente paso a seguir. Pero de pronto, recordó algo más que lo había preocupado luego de su intento de asesinato.

-Dijiste que el contrato era para mi.......¿pero y mi hermana?.-

-Que este hombre sepa, La Casa de Blanco y Negro no a recibido ningún trabajo contra Daenerys Targaryen. Sus enemigos en Essos son los Amos que antes gobernaban las ciudades libres. Pero han perdido muchos de sus fondos con las caídas de Astapor, Yunkai y Mereen. Mientras que están usando el resto para financiar a la organización que conoces como Los Hijos de la Arpía. Dudo que les queden fondos para costear un contrato tan caro y complejo como sería tu hermana.-

Eso alivió un poco a Daegon, aunque no quitaba el hecho de que el contrato contra él siguiera vigente.

De pronto, unos pasos se escucharon en el pasillo cerca de la habitación. Ambos hicieron silencio, pero segundos después los pasos se alejaron, por lo que aún nadie entraría allí. Aún así, Jaqen se levantó de su asiento con calma.

-Ahora este hombre debe irse, su trabajo en Mereen está hecho. El antídoto ya debería haber contrarrestado el veneno en tu sistema, así que deberías estar bien para dentro de unos días. Seguramente el sanador piense que pudiste resistir la muerte y combatir el veneno con fuerza de voluntad o algún acto divino. Tu decides si revelas lo que realmente ocurrió o no.-

-¿Que harás a partir de ahora?.-

Le preguntó el muchacho. Jaqen se acercó hacia la ventana abierta, mientras respondía.

-Lo que siempre a hecho un hombre. Regresar a Braavos y continuar al servicio del Dios de Muchos Rostros. Las guerras que azotan este mundo poco conciernen a los miembros de su orden. Pero ten cuidado, Daegon Targaryen: Los vientos están cambiando en el mundo y puede sentirse tanto en Essos como en Westeros. Algo se avecina y si el Dios de Muchos Rostros permitió a un hombre salvar tu vida, entonces es porque considera que aún tienes un papel que cumplir.-

Jaqen se trepó con agilidad a la ventana, asomándose al exterior. Pero antes de irse, se volteó hacia Daegon una última vez y le dirigió otra mirada misteriosa pero calmada.

-Es improbable que nos veamos de nuevo, ya sea con este rostro u otro. Te deseo buena fortuna en las guerras por venir. Valar Morghulis, Daegon Targaryen.-

Tras decir eso, el hombre se deslizó hacia abajo de la ventana con gran habilidad y desapareció de la vista de Daegon.

-Valar Dohaeris, Jaqen H'ghar......-

Murmuró el muchacho, sin saber muy bien porqué.

"Jaqen H'ghar, Quaithe, el Dios de Muchos Rostros, el Señor de la Luz.......¿cuantos supuestos dioses y sus mensajeros tienen planes para mi?. ¿Y alguno podría ser claro con sus intenciones, para variar?...."

Pensó, comenzando nuevamente a sentirse exhausto tanto por sus heridas como por aquella conversación de tan tolo unos minutos con Jaqen. Pero poco podía hacer en esos momentos, así que permaneció en cama descansando un poco más.


Un rato después, el sanador de la gran pirámide ingresó a sus aposentos y se sorprendió gratamente al ver que Daegon había despertado. Lo examinó con cuidado y determinó que el veneno ya había abandonado su sistema. O que si aún quedaba algo dentro, era una cantidad tan ínfima que no le afectaría y que desaparecería con el tiempo. También, durante la pelea se le habían quebrado algunas costillas, pero estas se curarían con el tiempo y los cuidados adecuados. Por lo que le recomendó permanecer unos días más en cama, hasta que su cuerpo volviera a recobrar su fuerza. Al muchacho no le hizo mucha gracia, pero aún estaba algo débil, por lo que tuvo que obedecer. Sin embargo, prefirió no decirle como era que se había salvado de morir exactamente.

También descubrió que, en los 5 días que llevaba allí, Daenerys había puesto a 2 de sus Guerreros de la Fosa, a montar guardia en las puertas de sus aposentos. Tal vez pensó que él confiaría más en su propia gente que en alguno de los Inmaculados, Segundos Hijos o Dothraki a sus órdenes.

El sanador se retiró para informar a su hermana que había despertado. Al poco rato, alguien más vino a visitarlo: Amaya.

-Te ves terrible.-

Fue lo primero que le dijo, apoyada contra el borde de su puerta. Daegon rió entre dientes.

-Al parecer debí haber muerto hace 5 días, así que es normal. Tu te ves bien, a pesar de que alguien estrelló tu rostro contra una pared.-

La mujer sonrió de lado, antes de dar su reporte.

-Créeme, e sufrido cosas peores. Al menos veo que conservas tu pobre sentido del humor.-

Hizo una breve pausa, y luego agregó.

-Luego de lo que ocurrió, reuní a los muchachos enseguida. Junto a los Inmaculados, patrullamos toda la pirámide y reunimos a cada trabajador del lugar para una inspección. No notamos nada extraño ni ningún comportamiento inusual que indique que otro Hombre Sin Rostro se infiltró aquí.-

-Y creo que tampoco lo encontrarán.......cierra la puerta y entra, debo decirte algo.-

Le respondió Daegon y Amaya así lo hizo. Luego le relató sobre la visita de Jaqen H'ghar y su papel en el atentado contra él. Después de todo, Amaya era su segunda al mando en la Guardia de Mereen y también responsable de la protección de la pirámide. Por lo que consideró que ella debía saberlo.

-Entonces conseguiste a un Hombre Sin Rostro como aliado. Estás lleno de sorpresas, dragón.-

-Aliado temporal. Dijo que solo me ayudó para saldar su deuda y que no volvería a interferir con los contratos de su orden. Parece que incluso entre asesinos aún existe el honor.......-

Amaya asintió con seriedad, mientras apoyaba la espalda contra la pared.

-Eso parece. Sé muy poco de esa gente ya que operan casi en total secreto. Pero nunca había escuchado que uno de sus miembros interrumpiera el asesinato de otro. Pero si lo que ese hombre dijo es cierto, entonces seguirán viniendo por ti. Tendrás que cuidarte aún más las espaldas a partir de ahora. ¿Se lo dirás a tu hermana?.-

-Merece saberlo. Es la reina de Mereen y todo esto ocurrió en la pirámide. Además que debemos estar alertas por si envían a otro de esos asesinos contra ella. ¿Cómo está?.-

Preguntó el muchacho, ya que no había sabido nada de ella desde que despertó tras esos 5 días. Amaya suspiró levemente, lo cual no parecían ser buenas noticias.

-Preocupada como el demonio. Cuando se enteró del atentado en tu contra, estaba furiosa porque la seguridad de la pirámide no pudo evitar que un asesino entrara, daba miedo verla. Ni siquiera esperó a que termináramos de patrullar el lugar y corrió a verte. Durante los últimos días, cuando no estaba atendiendo personas en la corte o en su consejo, estuvo acompañándote aquí mismo. Cuando le informaron que despertaste quiso venir a verte enseguida. Pero al parecer tenía una reunión urgente con emisarios del nuevo gobierno libre de Yunkai. Seguramente venga en terminar con eso.-

Daegon se sintió aliviado de que su hermana estuviera bien, pero también conmovido de que ella hubiera estado tan preocupada por él. Recordando el breve momento de apenas lucidez, donde la vio tomando una de sus manos. Era algo que le había faltado mucho en sus años de infancia, al casi crecer sin una familia. Pero también tenía otra pregunta para Amaya.

-Es bueno que ella esté a salvo. ¿Y que reporte tienes en la operación contra los Hijos de la Arpía?. Hace 5 días creí que estaba yendo a los calabozos para que me informaras al respecto, pero en su lugar alguien intentó asesinarme.-

Para su sorpresa, Amaya sonrió de lado, como si supiera algo que él no.

-Creí que nunca lo preguntarías. Ese día, los idiotas que capturamos en la redada nos dieron la ubicación de varios refugios suyos dispersos por todo Mereen. Al principio decían no saber nada, pero 5 minutos a solas con La Bestia les refrescaron la memoria.-

Daegon rió entre dientes.

-Estoy seguro que si. ¿Y ya se encargaron de esos lugares?.-

-Hicimos la redada a la última ubicación ayer, la reina dragón estuvo al tanto de la operación y la aprobó en tu ausencia. Encontramos más armas, provisiones y prisioneros que serán juzgados por tu hermana. Tal vez aún hayan otros refugios que no hayamos descubierto. Pero si el plan de los Hijos de la Arpía era crear una guerra civil en Mereen, entonces creo que acabamos con dicho plan.-

El muchacho dejó caer su cabeza en su almohada. Aliviado de finalmente tener buenas noticias.

-Mira eso, parece que después de todo ustedes si pueden sobrevivir 5 minutos sin mi.-

Amaya alzó una ceja.

-Si no estuvieras hecho un asco te molería a golpes. Estuvimos sobreviviendo sin ti durante años, dragón.-

- Lo sé, lo sé, buen trabajo. De igual forma yo volveré pronto a la guardia. No pienso quedarme otro día más aquí sin hacer nada.-

Dijo Daegon, con expresión divertida y en señal de derrota, ante el comentario de Amaya. Luego de eso, la mujer se marchó y él pudo seguir descansando.


Unas horas después y ya por la noche. Daegon acababa de terminar de cenar y había hecho a un lado la bandeja donde le habían traído la comida. Cuando la puerta se abrió e ingresó la persona a quien había esperado ver desde que despertó: Su hermana.

Daenerys esperó a que los guardias cerraran la puerta tras ella. Y apenas pasó eso, corrió hacia la cama y casi se lanzó hacia su hermano para abrazarlo.

-No sabes cuanto me alegra de que estés bien......-

Dijo, con expresión y tono de voz angustiados. Daegon no pudo evitar soltar un leve quejido, por sus heridas aún curándose. Pero sonrió levemente y también la abrazó.

-A mi también hermana. Pero intenta no quebrarme algún hueso más, por favor.-

Dijo divertido y Daenerys se apartó.

-Tienes razón. Lo siento.-

La chica tomó aire, para luego recomponerse en una postura y expresión más dignas. A pesar de estar a solas con su hermano, sin nadie más para juzgarla. Luego, se sentó en el borde de su cama.

-Cuando escuché del ataque vine a verte enseguida. Aunque Ser Barristan intentó detenerme, diciendo que debía esperar a que la pirámide fuera segura para transitar. Y luego tu no despertabas........Amaya dijo que fue un Hombre Sin Rostro enviado para matarte y que envenenó su espada para terminar el trabajo, aunque fuera derrotado.-

-Así es. Pero también hay algo más......-

Respondió Daegon y acto seguido, procedió a contarle todo: Lo sucedido durante la pelea contra el asesino y como, con ayuda de Amaya lograron vencerlo. Y luego, la visita de Jaqen H'ghar que recibió horas antes y allí mismo, donde le explicó su papel en salvar su vida. Daenerys lo escuchó en silencio, a pesar de que su mirada se fruncía en ciertas partes del relato. Cuando Daegon terminó, ella finalmente habló.

-No me agrada la idea de que uno o más asesinos puedan infiltrarse en el corazón de Mereen cuando quieran. Aunque estoy agradecida con ese hombre por haberte salvado. Pero aún así, tu seguridad y la de los ciudadanos de Mereen son mi prioridad......-

-Estamos hablando de asesinos entrenados para moverse en las sombras y cuyos contratos son demasiado costosos. No cualquiera puede permitirse pagarles, por lo que dudo que desperdicien ese dinero con uno de los ciudadanos de la ciudad. Yo, por otra parte, según Jaqen H'ghar, mi contrato sigue activo por lo que podríamos tener otra visita tarde o temprano.......-

Daenerys frunció su mirada con severidad.

-No lo permitiré. Duplicaré la guardia en la pirámide si es necesario. Averiguaremos todo lo que podamos sobre estos Hombres Sin Rostro y sus costumbres, para entrenar a los guardias y que detecten comportamientos sospechosos. Tú y Amaya ya se enfrentaron a uno, así que eso podría ayudar. Te prometo que estarás seguro......-

Daegon no pudo evitar sonreír levemente, ante el tono decidido con el cual su hermana hablaba de protegerlo. Pero parte de él no podía evitar seguir repitiendo las palabras de Jaqen en su cabeza. Pensando que tal vez, la única forma de mantenerse fuera del radar de esos asesinos, fuera nuevamente comenzar a huir.......

Pero apartó esos pensamientos de su mente, de momento. En su lugar, colocó una mano en el brazo de su hermana.

-Gracias, pero no lo harás tu sola. Yo también me encargaré de proteger este lugar, apenas pueda salir de esta maldita cama......-

Dijo con un gruñido y Daenerys soltó una leve risita.

Luego, ambos pasaron a temas un poco más serios. Discutiendo el estado de la ciudad en los 5 días que Daegon pasó en coma. Daenerys lo informó un poco más a detalle de las operaciones de su Guardia de Mereen contra los Hijos de la Arpía. Y como parecían haber retrasado considerablemente sus esfuerzos de atacar la pirámide y derrocarla. También sobre su reciente reunión con Emisarios de Yunkai. La ciudad parecía comenzar a remontar y recuperarse, luego de años bajo el yugo de los Amos.

Pero había algo más en la mente de Daegon. Algo que llevaba un tiempo queriendo confesarle a su hermana. Algo de lo que quería desahogarse para sentirse menos solo en el mundo.......y creía que ese era el momento.

-Hermana, esto tal vez suene como una pregunta extraña: Pero cuando yo estaba luchando con el asesino y tu estabas varios pisos más arriba en la sala del consejo.  ¿Sentiste algo extraño o tuviste alguna visión?.-

Daenerys ladeó la cabeza y lo miró, confusa.

-¿Una visión?. No.......¿por qué?.-

Al escucharla, Daegon no pudo evitar suspirar levemente. Parecía que las palabras de Quaithe meses atrás en ese barco habían sido ciertas.  Y su condición solo le ocurría a él........

-Hay algo que debo decirte pero no sabía como. Algo que me a estado pasando desde que era un niño......-

Y acto seguido, le contó todo: Como desde niño, en ocasiones comenzó a perder el conocimiento y tener visiones sobre las muertes de miembros de su familia, en tiempo real. No solo viéndolas, sino también sintiendo todo su dolor y sufrimiento como si fuera propio. Y como esto fue escalando desde la rebelión de Robert hasta hace solo meses atrás, antes de encontrarla. Pero cuando le habló de la vez que estaba seguro de haber sentido la muerte de un bebé en una choza Dothraki, Daenerys ahogó un grito y se llevó ambas manos a la boca.

-Rhaego.........-

Murmuró, con sus ojos cristalizándose un poco. Daegon asintió, con expresión sombría.

-En nuestra primera cena juntos, me hablaste de él y como falleció. Solo entonces comprendí lo que vi y sentí ese día........-

Finalmente, le habló de lo que ocurrió justo antes de la Batalla de Mereen. Como pudo sentir la muerte de Daenerys, a manos de Tazal, antes de que esta ocurriera. Y como, gracias a esto, pudo encontrarla y salvarla en el momento justo. 

Cuando finalmente terminó con el relato, miró a su hermana con expresión triste.

-Lamento no habértelo dicho antes. Pero no es algo fácil de confesar........ni de creer.-

Sin embargo, lejos de molestarse, Daenerys extendió una mano y la apoyó suavemente sobre la de su hermano.

-Daegon.......no estoy molesta. No puedo ni imaginar todo lo que habrás sufrido. Teniendo que experimentar algo así tantas veces desde que eras solo un niño. Yo soy quien lo lamenta, debiste de haberte sentido tan solo......-

La empatía de su hermana lo sorprendió. Siempre que había tenido uno de sus "episodios" en Highgarden, luego Daegon siempre fingía que estaba bien. Encerrándose a sí mismo en su dolor, tristeza y soledad, incluso fue así cuando se lo contó al Maestre Aemon en Castle Black. O al mismo Ser Barristan, poco después de asentarse en Mereen. Pero en esos momentos, frente a la mirada compasiva de su hermana, ese muro parecía comenzar a romperse......

-Año tras año sentía morir a mis seres queridos. Sin poder estar ahí para salvarlos, o para siquiera despedirme. Y con cada muerte.........sentía como si una parte de mi muriera con ellos.-

Confesó el muchacho, en un tono de voz débil y algo quebrado. Sintió húmedos ambos ojos, aunque ninguna lágrima salió de estos. Sin decir una palabra, Daenerys volvió a acercarse a él y a abrazarlo, esta vez teniendo cuidado de sus heridas.

-Pero no lo hiciste y seguiste adelante, luchando por lo que crees y por nuestra familia. Viajaste por gran parte de Westeros y Essos solo para encontrarme, a pesar de estar cargando con todo ese sufrimiento.......-

Daegon también volvió a abrazarla. Permitiéndose algo de vulnerabilidad y alguien en quien apoyarse, aunque fuera solo por esa vez.

-Luego de ver lo ocurrido con Viserys y con tu hijo.......no podía dejar que tu también murieras.......no podía permitirme perder a nadie más.-

Ante las palabras de Daegon, Daenerys sonrió suavemente, sin apartarse.

-Y te prometo que no lo harás. Parece que eres tan testarudo que incluso pudiste cambiar mi destino.-

Al escucharla, el muchacho no pudo evitar reír entre dientes.

-Bueno, conozco una hermosa chica en Highgarden que una vez me dijo que intento demasiado hacerme el héroe. Creo que ella te agradaría.....-

Daenerys, alzó una ceja, divertida.

-¿En serio?. Entonces me gustaría conocerla algún día.....-

El resto de la noche pasó con calma entre ambos hermanos. Continuaron conversando un poco más e intentando dejar atrás la sombría conversación de antes. Hasta que Daenerys se retiró a sus aposentos para descansar, insistiendo que su hermano también debía hacerlo para recobrar fuerzas.

Pero lo cierto es que Daegon se sentía mucho mejor que antes de que ella hubiera ido a verlo. Al confesarle sobre sus visiones y que ella le creyera, sentía como si se hubiera quitado un peso de encima. Una carga que había portado solo, casi desde que tenía memoria y que lo venia carcomiendo por dentro desde entonces.

Esa noche, ambos hermanos se habían acercado un poco más......


----------------------------------------


A pesar de que el sanador le había recomendado permanecer unos días más en cama, para curar sus heridas y costillas rotas. Daegon no podía permanecer más tiempo recostado y sin hacer nada. Por lo que al día siguiente ya se puso de pie y regresó al trabajo, como comandante de la guardia de Mereen y consejero de su hermana. A pesar de sus heridas, no se sentía mareado ni extraño, por lo que supuso que ya todo el veneno de mantícora había desaparecido de su sistema.

Pasaron varias semanas sin mayores problemas, fuera de lo típico de mantener el orden en la ciudad con Amaya y su gente. Hasta cierto día en que Daenerys había invitado a su hermano a desayunar juntos, antes de ocuparse de los tediosos pero necesarios asuntos diarios de la corte.

 Por lo que ambos estaban comiendo juntos en sus aposentos, hasta que Daegon decidió comentarle al respecto de algo que vio.

-De camino me crucé con Daario Naharis, quien parecía venir de aquí mismo. Y lucía de muy buen humor, al igual que lo e notado en otras mañanas......-

El muchacho dejó el comentario en suspenso, buscando generar algún tipo de reacción en su hermana. Y fue complacido al notar un leve rubor en sus mejillas.

-Entonces lo sabes........-

-Desde hace meses, de hecho. No fue muy difícil: La forma en que te mira, las veces que lo e visto cerca de aquí. O el hecho de que semanas atrás luciera tan relajado y descarado contigo, a pesar de haber causado que perdieras media flota naval de Mereen. No soy ciego, hermana.-

Sin embargo, no había desagrado o molestia en la voz de Daegon. El muchacho incluso lucía algo divertido por toda la situación y la reacción de su hermana al hablarle de su amante. Pero aún así, había algo que Daenerys debía preguntar.

-¿Y tu lo apruebas?.-

Daegon alzó una ceja y rió entre dientes.

-Perdí el derecho de decirte con quien acostarte cuando Rhaegar nos separó por seguridad y no pudimos crecer juntos.-

Dijo en tono divertido, provocando también una leve sonrisa en su hermana. Pero luego agregó.

-Sin embargo, si aún quieres saber mi opinión.......creo que es un buen hombre. Es leal a ti y a tu causa. Si no te traicionó antes, luego de todo lo ocurrido, dudo que lo haga ahora. Pero si llega a hacerlo, o a herirte de cualquier forma........le cortaré la cabeza y a arrojaré junto con su cuerpo desde la cima de la pirámide.-

El muchacho dijo eso último en un tono sombrío y frío. Pero aún así, Daenerys soltó una leve risita, divertida ante el lado protector de su hermano.

-Lo tendré en cuenta, aunque imagino que luego de conocerte el también lo sabe. Pero me temo que perderías la oportunidad, porque antes yo se lo daría de comer a Drogon.-

De pronto, fueron interrumpidos al escuchar unos suaves golpes en su puerta. Daenerys ordenó que pasaran y entonces Missandei ingresó en la habitación, inclinando la cabeza para ambos. En su mano, sostenía un rollo de pergamino.

-Alteza, lamento interrumpirlos. Pero un barco mercante arribó al puerto esta mañana, proveniente desde Westeros. Los guardias de la pirámide detuvieron a uno de sus marineros en la entrada, quien llevaba esta carta. Dijo que la recibió en Westeros antes de zarpar y que debía ser entregada a Daegon Targaryen con urgencia......-

El muchacho amplió un poco los ojos e intercambió una mirada confusa con su hermana. Solo los Tyrell y los Stark sabían que él estaba en Essos, pero no específicamente donde y era todo un continente para saber donde enviar una carta. Aunque tal vez en los últimos meses habían llegado noticias a Westeros de que Daegon y Daenerys Targaryen se habían reunido y estaban gobernando Mereen.

-Gracias, Missandei......-

Respondió Daegon y extendió la mano para que ella le diera el pergamino. No tenía el sello de ninguna casa y solo estaba atado con un humilde trozo de tela. Por lo que no había forma de saber si había sido abierto y leído. Finalmente lo desenrolló y comenzó a leerlo con una mano, mientras con la otra se llevaba a los labios una copa con agua.

Pero cuando terminó de leerla, sus ojos se ampliaron, con una mezcla de temor, impotencia e ira en su rostro. Su mano comenzó a temblar y la copa de agua cayó al suelo con un gran estrépito.

-Daegon, que.......¿estás bien?.-

Preguntó Daenerys preocupada, ante su reacción. Su hermano dejó caer el pergamino sobre la mesa, entonces ella lo tomó y pudo leer su contenido:

Daegon Targaryen:

Renly Baratheon a muerto y su ejército se dispersó. Margaery y Loras Tyrell fueron capturados por Jaime Lannister. Actualmente son prisioneros en la Fortaleza Roja, como rehenes para que Mace Tyrell se rinda y apoye a Joffrey Baratheon en la guerra. Sin embargo, hay rumores de que Stannis Baratheon se está preparando para atacar King'sLanding con toda la fuerza de su ejército. El asedio de la capital podría ocurrir dentro de tan solo algunas semanas, luego de que esta carta llegue a tus manos. Espero que llegue a tiempo.

Un amigo.

La mente de Daegon era un caos en esos momentos.

La pesadilla que tuvo mientras se recuperaba del veneno. Acababa de volverse realidad.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro