Capítulo 40: Espada Silenciosa
Daegon
Ya había pasado el mediodía en la Gran Pirámide de Mereen. Cuando Daegon salió apresuradamente de sus aposentos, casi corriendo por los corredores. Tenía el rostro y cabello blanco aún algo mojados, como si se los hubiera lavado de forma apresurada. También vestía una de las prendas tradicionales de Mereen. Pero tuvo que quitarse su armadura de dragón, ya que estaba algo sucia y con manchas de sangre:
Habían pasado ya unos meses desde su llegada a Mereen y su reencuentro con su hermana. Incluso ya había pasado su día del nombre por lo que ahora tenía 23 años. Desde entonces, ella lo había nombrado comandante de la ciudad y era un cargo que había llegado a gustarle bastante. Daegon no se consideraba una persona de política, podía tolerarla pero tanta quietud y diplomacia llegaban a abrumarlo. Era más una persona de acción y ahora que era el encargado de mantener la paz en Mereen, tenía toda la que quisiera.
Con Barristan Selmy retomando su puesto de guardia real suyo y de su hermana, Daegon había nombrado a Amaya como su segunda al mando para proteger Mereen. Había organizado a los Guerreros de la Fosa en patrullas, quienes se dispersaban por la ciudad siguiendo sus órdenes y reportándoles a ambos de cualquier cosa sospechosa. Eran la mejor opción para ese trabajo ya que, no solo eran estoicos como los Inmaculados, también podían mezclarse mejor con la población de Mereen: Amaya y su gente visitaban constantemente burdeles y tabernas, donde se escuchaban susurros y se veían tratos clandestinos ocurrir todo el tiempo. Luego le llevaban esa información a Daegon y este actuaba en consecuencia.
Además, su deuda con los Guerreros de la Fosa estaba saldada ya que Illyrio Mopatis había cumplido con su pedido: 1 mes después de haber ganado la batalla contra los Amos y del incidente con Ser Jorah Mormont. Había llegado un barco desde Pentos que contenía 2 cofres repletos de oro, el pago para Amaya y su gente por luchar a su lado, el cual se habían repartido entre ellos. Y a pesar de eso, Amaya había decidido que de momento ellos se quedarían en Mereen, satisfechos con el trabajo que les había dado Daegon.
Además del oro, en el barco habían suministros y alimento para la ciudad y el capitán del barco había entregado una carta de Illyrio dirigida a Daegon y Daenerys. En esta los felicitaba por su victoria al liberar Mereen y les garantizaba su apoyo para reanudar el comercio en la ciudad y en su futura campaña por el Trono de Hierro en Westeros. Ambos hermanos sabían que el hombre solo estaba siendo hipócrita, apoyándolos ahora que eran el bando vencedor en esa guerra. Pero a fin de cuentas, el apoyo de un hombre tan rico como él era bienvenido.
En los últimos meses él se había ganado una buena reputación entre los ciudadanos de Mereen, quienes lo llamaban Zaldrīzes (Dragón) por su distintiva armadura, mientras que a su hermana y ahora reina de Mereen, la llamaban Mhysa (Madre).
Con ambos en Mereen, todos los antiguos esclavos estaban libres, y se sentían más seguros de lo que habían estado en décadas.........Pero siempre habían peligros acechando.
Como comandante de Mereen, Daegon no solo debía proteger la ciudad de ataques externos. Sino también proteger el reinado de su hermana de ataques internos, que surgieran desde dentro de la misma ciudad.
Días atrás, uno de sus hombres había escuchado rumores sobre un grupo rebelde que se estaba formando en los barrios bajos de Mereen. Este grupo apoyaba el régimen esclavista de los Amos y querían que la ciudad volviera a ser la misma de antes. Reclutaban en tabernas y plazas durante la noche, apuntando con discursos a quienes se habían visto perjudicados por la caía de los Amos. Se hacían llamar: "Los Hijos de la Arpía" en honor a la estatua de una arpía que había coronado la pirámide, mientras los Amos gobernaban la ciudad. La cual había sido derribada al tomar la ciudad, como un símbolo del fin de la opresión.
Daegon supuso que esa gente se estaba organizando para dar algún golpe grande y que solo era cuestión de tiempo de que ocurriera. Por lo que ordenó a varias patrullas que identificaran y siguieran a los miembros de ese grupo que pudieran, para descubrir donde se escondían.
Luego de varios días de investigación, finalmente pudieron localizar una casa donde muchos se reunían. Al vigilar ese lugar, pudo notar como los rebeldes vestían unas extrañas máscaras como uniforme y transportaban cajas dentro de la casa.
Esas cajas bien podrían tener armas o provisiones para un asedio a la pirámide, por lo que Daegon supo que debía actuar: Esa mañana habían hecho una redada a la casa. Atacando por sorpresa el lugar e ingresando para tomar prisioneros a los hijos de la arpía que hubiera dentro e interrogarlos. La operación había terminado bien, pero habían subestimado la cantidad de rebeldes dentro de la casa. Varios intentaron escapar y tuvo lugar una persecución por los barrios bajos de la ciudad, antes de que pudieran atraparlos. El muchacho combatió a varios que intentaron hacerle frente, pero cayeron ante el filo de Lekia y fueron tomados prisioneros.
Sin embargo, toda la persecución por la ciudad y luego investigar el refugio de los rebeldes, le habían hecho retrasarse de la reunión del consejo de su hermana, fijada para ese mismo día. Apenas regresaron a la pirámide, ordenó a Amaya que llevara a los prisioneros a los calabozos y corrió hacia sus aposentos. Dejó su armadura y a Lekia, se lavó el rostro y el cuerpo, se vistió apresuradamente y salió hacia la sala donde su hermana mantenía las reuniones, casi en la cima de la pirámide.
Había llegado al corredor que daba al salón, cuando vio a Missandei, quien supuso que lo había estado esperando. La chica suspiró exasperada mientras el llegaba hacia ella. En los últimos meses ambos se habían estado llevando bastante bien, aunque la chica aún no se acostumbraba a la personalidad impulsiva y descuidada del chico, e intentaba mantener las cosas en orden en la corte de su reina.
-Llegas.....-
-Tarde, lo sé. Estuve ocupado haciendo amigos con mi encantadora personalidad.......y mi espada.-
La interrumpió Daegon, con una sonrisa de lado, mientras que caminaban juntos hacia la puerta, custodiada por 2 Dothraki. Luego agregó.
-Pero traigo buenas noticias para mi hermana.-
-Eso espero, porque está molesta. Daario Naharis también actuó pero por su cuenta y durante la noche. Y a la reina no le gusta no ser informada.-
Daegon se preguntó que habría hecho Daario que molestara a su hermana, pero supuso que estaba por averiguarlo. Missandei abrió las puertas y ambos ingresaron, viendo que la reunión del consejo ya había comenzado.
En la mesa, además de Daenerys, habían 4 personas más: Ser Barristan, Guardia Real de ambos. Daario Naharis, el Comandante de los Segundos Hijos. Gusano Gris, el Comandante de los Inmaculados y Groleo, el Almirante Naval.
Precisamente, Daegon se sorprendió de ver a este último en la mesa. Sabía que había servido a su hermana durante su campaña por liberar Astapor, Yunkai y Mereen, y que ella lo había nombrado como su almirante en recompensa. Pero actualmente era un título vacío, ya que ella no poseía barcos. Su ejército había tenido que destruirlos y usar su madera para crear máquinas de asedio para tomar Yunkai y Mereen, ya que los Amos había ordenado destruir todos los árboles en su camino.
Desde que su hermana había tomado Mereen, solo 1 sector de la ciudad aún seguía resistiendo: El puerto. Los soldados partidarios de los Amos, se habían atrincherado dentro y habían resistido por meses con las provisiones que tenían en los almacenes, por el comercio. Al principio se pensaba que usarían los mismos barcos para escapar de la ciudad, pero suponían que no lo hacían, por miedo a ser interceptados en alta mar por los dragones de su hermana. Al menos en el puerto podían ponerse a cubierto y montar defensas.
Normalmente, Daenerys hubiera usado a sus dragones para acabar con ellos, pero los barcos eran valiosos para ella y no quería causar un incendio que los destruyera, o al mismo puerto que era el centro del comercio de Mereen. Por lo que, los Segundos Hijos habían sitiado el puerto y cada bando había pasado los últimos meses a la tensa espera de que el otro hiciera un movimiento decisivo.
Y Daegon supuso, que ese movimiento, era lo que había hecho Daario esa noche.
Al entrar en el salón, cruzó la mirada con su hermana y sonrió de lado.
-Hola a todos, disculpen la tardanza. Las cosas se......complicaron, un poco.-
A pesar de la actitud descarada de su hermano y la expresión seria que Daenerys tenía antes de que él entrara. Esta le sonrió levemente.
-Está bien, llegas justo a tiempo para darnos tu reporte sobre tu operación de esta mañana, antes de tratar otros temas. Toma asiento, por favor.-
Daegon asintió y se dejó caer en la silla libre en la mesa, mientras que Missandei se colocaba de pie, detrás del asiento de su reina, por si llegaba a necesitar algo.
Viendo que la jarra de vino estaba cerca, estiró el brazo y se sirvió una copa. Después de la pelea y persecución por las calles, sentía la garganta algo seca. Daenerys alzó levemente una ceja, pero lo permitió. Luego de tomar un sorbo, Daegon comenzó a relatar.
-Como muchos saben, llevo las últimas semanas investigando a un grupo rebelde que se hacen llamar Los Hijos de la Arpía. Y esta mañana asaltamos uno de sus refugios conocidos, para tomar prisioneros a sus miembros y averiguar más sobre ellos. Pero, como dije, las cosas se complicaron un poco........Nos vieron llegar.-
Hizo una breve pausa para tomar otro sorbo de vino, y continuó.
-Tal vez estuvieron vigilando la pirámide y nos vieron salir, o algún civil les avisó de nuestra llegada. Pero cuando llegamos a los callejones que rodeaban la casa, ellos nos estaban esperando y tuvimos que pelear.-
Daenerys arrugó levemente el rostro. Daegon sabía que no le gustaban las demostraciones de fuerza o derramamiento de sangre frente a los demás civiles que ya estaban cansados de ella.
-¿Hubo algún civil herido?.-
-No, apenas las cosas se pusieron feas, ordené a mi gente que alejaran a todos los civiles de alrededor de la casa e hicieran un perímetro en la cuadra. No quería que pudieran usar a nadie como rehén. Es bueno que ya seamos conocidos en la ciudad y que la gente confíe en los Guerreros de la Fosa, a pesar de su aspecto amenazador.-
El muchacho rió entre dientes, antes de continuar reportando lo ocurrido.
-Pues se generó una pelea dentro y fuera de la casa. Fue algo caótico y sangriento pero pudimos superarlos. Tuve que matar a algunos que lucharon hasta el final para no caer prisioneros. Y hubieron 2 que casi se escapan y con Amaya tuvimos que perseguirlos un buen rato por los barrios bajos de la ciudad. Finalmente pudimos acorralarlos y atraparlos cerca del almacén de granos, pero de ahí mi tardanza.-
Daenerys asintió, ahora comprendiendo mejor la situación.
-¿Y que encontraron dentro de la casa?.-
La expresión de Daegon se tornó un poco más seria.
-Eso no creo que te guste. Pudimos recuperar las cajas que les vimos transportar días atrás y eran armas: Espadas, lanzas, hachas de guerra y ballestas. Contamos 6 cajas en total y eran demasiadas para armar solo a los rebeldes que combatimos hoy......Creo que los Hijos de la Arpía pueden tener más refugios así en la ciudad y que se están preparando para actuar en tu contra. Por su cuenta no creo que logren derrocarte, pero sabemos que los Amos continúan en las ciudades libres exiliados. Si ellos los apoyan desde fuera.....-
-Tendríamos problemas. ¿Qué hay de los rebeldes que capturaron?.-
Daenerys terminó la frase de su hermano y le preguntó. Luego, este respondió.
-Tenemos 5 en total, uno intentó esconderse detrás de una pared falsa, pero Bloodsong lo escuchó y clavó su cuchillo en la pared hiriéndolo en la entrepierna.......estará bien, pero no creo que pueda tener hijos si sobrevive a tu juicio.-
Daario soltó una risa seca, desde el asiento frente a Daegon. Luego, el muchacho agregó.
-Ordené a Amaya y a los muchachos que los lleven a los calabozos y los deben de estar interrogando mientras hablamos.-
-¿Interrogando?.-
Su hermana arqueó una ceja. Después de esos meses ya había conocido lo salvajes que podían ser los Guerreros de la Fosa si no se los controlaba y lo fácil que era para ellos pasarse de la raya. Parecía que las únicas personas que podían eran Daegon y Amaya.
-Sé lo que te preocupa y di órdenes de que no los torturen. Solo un par de golpes para sacarles la información. Créeme, un par de golpes de La Bestia le refrescarían la memoria a cualquiera. Si todo sale bien, pronto tendré información sobre quienes son realmente estos Hijos de la Arpía y sus planes. Y tu tendrás a 5 criminales, casi intactos para impartir justicia.-
Daenerys pareció dudar pero finalmente asintió, incluso ella sabía que aquella era la única forma de obtener respuestas de ese tipo de personas.
-Muy bien, infórmame lo que descubran apenas lo sepas. Y asegúrate de que para cuando terminen, todos tienen aún sus lenguas y extremidades pegadas al cuerpo.-
El muchacho amplió un poco los ojos, chasqueó la lengua y miró hacia el techo con expresión pensativa.
-Sus lenguas.......diablos, sabía que me faltaba algo. Bueno, si todo sale bien, Amaya no se las quitará.......creo.-
Daenerys frunció un poco la mirada y Daario se inclinó en su asiento, con expresión divertida.
-Ten cuidado, chico. Tu hermana hoy no está de muy buen humor y creo que la culpa es mía.-
Daegon recordó lo que Missandei le había dicho antes de entrar. ¿Qué era lo que Daario había hecho?. Y más importante, ¿por qué lucía tan relajado al respecto?, como si no esperaba tener consecuencias.
-Escuché algo sobre eso, pero no los detalles. ¿Qué ocurrió?.-
Preguntó, directamente a su hermana. Ella suspiró levemente.
-Ser Barristan estuvo presente y fue quien me informó de todo, así que dejaré que él lo diga.-
El caballero asintió y miró a Daegon.
-Durante la noche anterior, los Segundos Hijos terminaron con el asedio al puerto. Cargaron hasta romper el bloqueo de los partidarios de los Amos. El puerto y los barcos son nuestros.-
Al principio, Daegon no comprendió el problema. De hecho, se suponía que eso era algo bueno. Pero al ver la expresión severa de su hermana, supuso que había algo más.
-¿Pero.....?.-
-Pero los Segundos Hijos mataron a todos sin tomar prisioneros. Y al verse acorralados, los partidarios de los Amos comenzaron a incendiar y destruir los barcos, para que ni nosotros ni ellos los pudiéramos usar......Cuando llegué al lugar, solo se habían logrado salvar la mitad de los barcos.-
Entonces Daegon comprendió que tenía a su hermana tan molesta: No solo el ataque se había hecho sin su conocimiento ni permiso. Sino que, en el proceso todos los rebeldes habían sido asesinados sin que pudieran enfrentar la justicia de Mereen. Y para colmo, habían perdido la mitad de los barcos que esperaban usar.
Daenerys fulminó a Daario con la mirada. En los últimos meses desde la conquista de Mereen, este se había vuelto su amante y era muy eficiente en la cama. Además de que sus Segundos Hijos eran una fuerza clave para defender la ciudad, así como los Inmaculados y los Guerreros de la Fosa de su hermano. Por lo que no pensaba apartarlo de su servicio, pero su molestia era evidente.
-Explícate, ¿porqué llevaste a cabo un ataque tan imprudente sin consultarme primero?.-
Daario se encogió de hombros, luciendo despreocupado.
-Dijiste que te gustaban los barcos. Además, si no hacíamos nada el bloqueo del puerto se hubiera mantenido, lo cual no es bueno para el comercio de la ciudad. Y tampoco es seguro para ti como reina tener a esos imbéciles acampando en tu patio trasero y conspirando para removerte del trono. Cuanto más esperáramos, más tiempo les estábamos dando de recibir refuerzos de los Amos para intentar recuperar Mereen.-
A pesar de su negligencia e imprudencia, Daenerys pareció pensar que ese era un argumento convincente.
-Aún así no debieron haberlos asesinado a todos. En mi reinado no ocurrirán más ejecuciones sin un juicio justo de antemano. ¿Fui clara?.-
Daario asintió, reconociendo su error en ese aspecto. Finalmente, Daenerys le quitó su mirada severa de encima, y en su lugar se dirigió a Groleo.
-Almirante Groleo, tengo entendido que estuvo revisando el puerto esta mañana. ¿Cuál es su estado actual y de cuantos barcos disponemos?.-
El hombre de mar asintió con la cabeza y se dispuso a dar su reporte:
-Los muelles y cobertizos tienen algunos daños pero son reparables con algo de trabajo duro. Los almacenes de provisiones están casi vacíos, gracias a los rebeldes, pero con el puerto libre el comercio naval se reanudará y eso podría mejorar pronto. En cuanto a los barcos, la mitad de los barcos fueron destruidos en la batalla, por lo que de momento tenemos 46 barcos, todos en buenas condiciones.-
Entonces Daenerys hizo la pregunta que llevaba en su mente desde el comienzo de esa reunión.
-¿A cuantos hombres pueden transportar?.-
-Sin contar marineros, a unos 100 hombres cada uno. Eso nos deja con 4600 hombres que podemos transportar por barco.-
Aunque no lo expresó con palabras, la decepción era evidente en el rostro de Daenerys, quien luego se giró hacia Ser Barristan.
-No son hombres suficientes como para regresar a Westeros y tomar King'sLanding, ¿cierto?.-
Al escuchar sobre regresar a su hogar, Daegon se interesó más en la conversación y se inclinó en su asiento, en silencio. Mientras que Barristan respondía.
-Me temo que no, Alteza. Con 8000 Inmaculados, 2000 Segundos hijos, su Khalasar Dothraki, y los Guerreros de la Fosa del príncipe Daegon, disponemos de cerca de unos 10.500 hombres. Con los barcos que tenemos no podríamos llevar a Westeros ni siquiera a la mitad, además los Lannister tienen más hombres. Desembarcando en la bahía del Aguasnegras podríamos tomarlos por sorpresa y tomar la ciudad por un tiempo. Pero aunque el Rey Joffrey Baratheon no tenga experiencia en guerras y sea un cobarde, Tywin Lannister definitivamente no lo es y es de los mejores estrategas militares en todos los 7 Reinos, además de la Mano del Rey. Pronto recuperaría la ciudad o nos sitiaría a nosotros dentro, bloqueando cualquier apoyo por tierra o mar. No podemos subestimar a nuestros enemigos de esa manera.-
Daenerys asintió, reconociendo que un ataque en esos momentos y con menos de la mitad de su ejército sería un suicidio. Pero aún así, quería escuchar las opiniones de todos los miembros de su consejo con experiencia en la capital. Y había alguien que aún no hablaba.
-Hermano, has estado bastante callado. Estuviste un tiempo en la capital meses atrás y también planificaste y lideraste un ataque contra los Lannister desde dentro de la misma. ¿Qué opinas?.-
Daegon bebió un sorbo de su copa, antes de responder.
-Aunque ansío regresar a Westeros más que nadie, estoy de acuerdo con Ser Barristan. No podemos simplemente zarpar y dejar a la mitad de nuestro ejército detrás. Y suponiendo que lo hiciéramos, podríamos recibir la ayuda de la Guardia Pura: Si conozco a Ser Steffon Mallister, él y su gente deben de seguir resistiendo en la capital. Y podríamos usar su ayuda e inteligencia sobre los Lannister para infiltrarnos dentro. Pero aunque logremos tomar la ciudad, con solo 4600 hombres y Tywin Lannister a nuestras espaldas, no podremos mantenerla.-
-¿Y que hay de las demás casas?. Viserys creía que una vez que él regresara a Westeros, la mayoría de los lores que en el pasado nos apoyaron marcharían a su lado para tomar el Trono de Hierro, reconociéndolo como el verdadero heredero.-
El Targaryen soltó una risa seca, y bebió otro sorbo de vino.
-Sin ofender hermana, pero eso es una fantasía. En los últimos 17 años muchas de esas casas se cambiaron de bando y otras tuvieron que adaptarse para sobrevivir. El solo vernos a nosotros bajo el estandarte Targaryen no bastará para ganarnos su lealtad de vuelta. Deben ver nuestra fuerza y nuestro ejército completo, no solo la mitad. Además, tus 3 dragones aún siguen creciendo.-
Daenerys reconoció que eso era cierto. Drogon, Viseryon y Rhaegal estaban creciendo muy rápido, pero aún no lo suficiente como para invadir una ciudad solo con ellos. Además, si iban a cruzar el Mar Angosto con ella, habría que hacer modificaciones en algunos barcos para que pudieran soportar su peso. Incluso los dragones no podían volar sin parar durante semanas sin tener un sitio donde descansar, dormir y alimentarse. Habían muchos factores a tener en cuenta.
-Pues eso deja claro que no podemos partir a Westeros de inmediato. Aunque el incidente de anoche nos haya dejado sin la mitad de barcos, aún toda la flota Mereenese no habría sido suficiente para viajar a Westeros.-
La chica fulminó a Daario con la mirada al decir eso último, este se encogió de hombros pero decidió permanecer callado, no viendo prudente decir nada más. Luego, ella volvió a mirar a su hermano.
-Pero manteniéndonos en el asunto de las casas que podrían apoyarnos o no al regresar. ¿Qué pasaría con los Tyrell?. Sabemos que probablemente sean la única casa que queda en Westeros que se mantuvo leal a nosotros. Después de todo, te criaron y protegieron durante 17 años. Pero ahora Mace Tyrell decidió apoyar a uno de los hermanos Baratheon, y sellar ese acuerdo casándolo con su hija Margaery.-
Los dedos de Daegon se tensaron ligeramente alrededor de su copa y le lanzó a su hermana una mirada fulminante, como si le dijera: Gracias por recordármelo. Pero finalmente respondió.
-Aunque suene loco, creo que puedo garantizarnos el apoyo de los Tyrell. Lord Mace siempre fue leal, pero nuestra casa está casi extinta en Westeros y tuvo que adaptarse para sobrevivir y asegurar el futuro de su casa. Puedo persuadirlo de que vuelva a tomar la posición ancestral de su casa a nuestro lado, Aunque Renly Baratheon será un problema. Dicen que es menos severo y más abierto de mente que Stannis, pero un Baratheon nunca se aliará con un Targaryen. El usurpador y nuestro querido y demente padre se encargaron de eso......-
Daenerys torció un poco la boca ante la mención de la enfermedad mental de su padre, aunque sabía que era cierto. Ya lo había discutido con Daegon en las numerosas conversaciones que mantuvieron en privado en los últimos meses.
-Pues supongamos que tienes éxito y conseguimos el apoyo de los Tyrell. Claramente los Lannister y los Baratheon son nuestros enemigos, no conozco a los Tully y Dorne no se a pronunciado en esta guerra aún. Pero dudo que sean aliados de los Lannister, después de lo que le hicieron a Lady Elia Martell. Lo que nos deja con otra casa a considerar........-
-......Los Stark.-
Daegon terminó su frase, sabiendo que su hermana aún era reacia a considerar una alianza con ellos. Daenerys asintió.
-Ned Stark fue el principal apoyo del usurpador en su rebelión contra mi padre e indirectamente responsable de la casi extinción de nuestra familia.....pero tu lo tienes en estima y está en deuda contigo por haber salvado su vida y la de sus hijas. ¿Crees que podríamos usar eso a nuestro favor para ganarnos el apoyo del norte?.-
El muchacho sonrió en una línea.
-No creo que sea tan fácil, hermana. Si salvé su vida, pero luego el se encargó de saldar esa deuda: Me dio refugio en Winterfell cuando los Lannister querían mi cabeza, además de que pagó el barco que me trajo hasta Essos e hizo los arreglos para que el capitán me esperara antes de zarpar. De no ser por él, no habría podido llegar a tiempo para ayudarte contra las fuerzas de Tazal. Y tampoco habría descubierto la traición de Jorah Mormont, fue Ned Stark quien me dio la información. E indirectamente salvó mi vida cuando Mormont intentó envenenarme.-
Hubo un breve cambio en la expresión de Daenerys ante la mención de Ser Jorah. Aunque habían pasado meses, su traición le seguía doliendo al haber confiado en él por tanto tiempo. Daegon hizo una breve pausa para beber otro sorbo de vino, y luego agregó.
-Ned Stark es la persona más honorable en todo Westeros, para bien y para mal. Y debido a ese honor es que considera a Stannis Baratheon como el legítimo heredero al Trono de Hierro, al ser el hermano mayor del usurpador y Joffrey Baratheon un bastardo. La última vez que nos vimos ambos prometimos que intentaríamos no estar en bandos opuestos cuando yo regresara contigo a Westeros. Pero veo difícil que Ned Stark se arrodille ante un Targaryen, y aunque lo hiciera, perdería el respeto de todos los lores Norteños, muchos aún recuerdan a Torrhen Stark......Por lo que no puedo asegurar que será nuestro aliado. Pero creo que puedo negociar con él y convencerlo de mantenerse neutral, hasta que hallamos tomado King'sLanding. Después de todo, el invierno se acerca y todo el norte tuvo que repeler una invasión de los Greyjoy hace unos meses. No creo que estén en condiciones para enviar tropas hacia el sur para apoyar a Stannis Baratheon.-
Ser Barristan, decidió aportar en la conversación, dirigiéndose a ambos hermanos.
-Mis príncipes, si me permiten. Conocí a Ned Stark cuando fue mano del rey de Robert Baratheon y sé que clase de persona es. Aunque no los apoye de primeras, creo que sería sabia una propuesta de neutralidad, como propone el príncipe Daegon. Como bien dijo, Stark es una persona honorable, justa y con el respaldo de los lores norteños. Es la clase de persona que se necesita en Westeros como Guardián del Norte, para mantener esa región segura y bajo control.-
Habiendo escuchado a ambos, Daenerys asintió.
-Me parece bien, pero si la rechaza y decide tomar las armas contra nosotros, entonces no tendré más remedio que considerarlo un enemigo y tratarlo como tal.-
Daegon asintió, esperando que eso no ocurriera, pero aliviado de haber quitado ese asunto de la mesa. Luego Gusano Gris, quien se había mantenido en silencio durante toda la conversación, habló con su marcado acento al usar la lengua común.
-Mi reina, me temo que también hay problemas aquí en Essos: Hace meses nos envió a Astapor para acabar con la tiranía de Cleon, el llamado Rey Carnicero. Como sabe, pudimos acabar con su tropas, capturarlo y fue ejecutado según su justicia. Pero ahora también hay noticias de levantamientos en Yunkai. Al igual que aquí con los Hijos de la Arpía, aún hay partidarios de los Amos que buscan derrocarla. Si se marcha ahora hacia Westeros, estará haciendo exactamente lo que quieren.-
Daenerys sabía que eso era cierto. Incluso en la cena que tuvo con Daegon la noche de su reencuentro, le dijo que antes de regresar a Westeros, quería asegurarse de que las personas que había liberado pudieran valerse y defenderse por ellas mismas. Para que no se repitiera la historia de que llegara un tirano a esclavizarlos.
Finalmente, habiendo tenido en cuenta todas las opiniones de su consejo real. La chica decidió:
-Es cierto que actualmente Westeros está vulnerable y estratégicamente sería un buen momento para atacar......pero no puedo regresar aún: Nos faltan barcos para llevar a todo nuestro ejército y para acomodar a Drogon, Viseryon y Rhaegal, quienes aún siguen creciendo y una invasión extensa podría ser peligrosa para ellos. Y tampoco pienso abandonar a los ciudadanos de Mereen, Astapor y Yunkai, quienes me recibieron con los brazos abiertos cuando los liberé y apenas continúan disfrutando sus nuevas vidas libres del yugo de los Amos.-
Hizo una pausa y luego dirigió su mirada de nuevo hacia Groleo.
-¿Cree que 1 año sea tiempo suficiente para construir los barcos que faltan y adaptar 3 para mis hijos?.-
El hombre permaneció pensativo por unos segundos, considerando ese tiempo y luego asintió.
-Son muchos barcos que construir. Pero ahora que los ciudadanos son libres, hay muchos en busca de trabajo y de aprender un oficio respetable. Con suficiente mano de obra, y el comercio reactivado para poder pagarles, creo que 1 año puede ser suficiente.-
La chica asintió, satisfecha.
-Muy bien, entonces está decidido: Esperaremos 1 año antes de regresar a Westeros. En ese tiempo mis hijos habrán crecido más, el Almirante Groleo puede construir los barcos que nos faltan y asegurarnos una flota naval estable. Y podremos erradicar la amenaza de estos Hijos de la Arpía y otros insurgentes que se estén ocultando. Dejaremos en Essos a buenos líderes y defensas fuertes para que la esclavitud no regrese a estas tierras nunca más.-
Todos sus consejeros inclinaron la cabeza, incluido Daegon. Aunque este ansiaba regresar a casa, sabía que el curso de acción de su hermana era el más prudente.
Daenerys hizo una pausa por si había alguna objeción u otro asunto que tratar, pero como nadie dijo nada, volvió a hablar.
-Si eso es todo entonces termina esta reunión. Pueden volver a sus deberes.-
Todos inclinaron la cabeza una vez más y se levantaron. Sin embargo antes de que Daegon saliera por la puerta, ella lo llamó.
-Hermano, un momento, por favor.-
El muchacho asintió y cerró la puerta, quedando ambos solos en la sala del consejo real. Desde que se había descubierto la traición de Ser Jorah Mormont y de que este fuera exiliado de la ciudad. Daenerys había comenzado a apoyarse mucho en su hermano, buscando su consejo y ayuda en asuntos de la corte de Mereen. Además de que por las noches ambos cenaban juntos con regularidad, compartiendo sus historias del pasado e intentando compensar los 17 años que estuvieron separados, con cada uno sin saber si el otro seguía vivo o no.
Pero a pesar de dichas historias, había algo que aún Daegon no le confesaba: Su extraña habilidad de soñar con las muertes de sus familiares en tiempo real y sentirlas en carne viva. Habilidad que, por una vez, le había ayudado a salvarle la vida de Tazal a último momento durante la batalla de Mereen.
Aunque si había una persona a quien le había revelado la verdad: Ser Barristan. Se lo debía, ya que él y Amaya lo habían visto colapsar al suelo por unos segundos cuando tuvo la visión que mostraba a Tazal asesinando a su hermana, justo antes de cargar hacia la batalla. Se lo había revelado hacía unos 2 meses, una noche que se quedaron hasta tarde bebiendo juntos. Al principio temía que su guardia real lo creyera loco, consciente de los rumores de que su padre Aerys escuchaba voces todo el tiempo, que lo terminaron llevando a la locura.
Pero afortunadamente Barristan solo le mostró comprensión y empatía por haber tenido que soportar tanto dolor y sufrimiento desde niño. Aunque, siendo un hombre racional y escéptico de la magia, si le costó trabajo asimilar la verdad sobre sus visiones. Pero finalmente le reafirmó que confiaba en él y que agradecía su confianza por hablarle de eso. Sin embargo, al ser Daenerys su hermana, Daegon sentía que esa conversación sería más delicada y emocional, por lo que aún no encontraba el momento indicado para tenerla. Pero pensaba hacerlo pronto, ya que ella también merecía saberlo.
Daenerys caminó en silencio hacia el balcón, desde donde podía verse toda la ciudad y él la siguió en silencio, colocándose a su lado.
-Lo siento. Sé que ansías regresar a Westeros.....-
Dijo ella finalmente y Daegon comprendió que tal vez ella se sentía algo culpable por la decisión que tomó, pero no quería mostrarlo frente al resto de los miembros de su consejo.
-No negaré que si quiero regresar a casa y no soy la persona más paciente del mundo, pero tampoco te pediría que adelantes tus planes por mi. No hay otra opción si queremos llevar a todo nuestro ejército a Westeros. Y además, si nos vamos ahora podrías perder todo lo que lograste aquí, en Astapor y en Yunkai. La gente de Mereen te necesita....-
-NOS necesita.-
Lo interrumpió su hermana, con una leve sonrisa y luego agregó.
-Desde que llegaste aquí has hecho tanto por ellos como yo. Y la guardia de la ciudad contigo como su comandante están siendo un éxito. Eres querido por los ciudadanos y confían en que los mantendrás a salvo. Además, me imagino que debe ser un buen cambio el poder caminar por la ciudad con el rostro descubierto y sin estarte ocultando.-
Daegon chasqueó la lengua y asintió con la cabeza.
-De hecho, lo es. Creo que no podía hacer eso desde antes de la rebelión, de hecho lo hacía con Rhaegar cuando tenía 4 años. Salíamos a caminar por las calles de la capital, él buscaba algún lugar concurrido cerca de alguna plaza o taberna......Y comenzaba a cantar.-
Daenerys alzó las cejas y lo miró confusa, pero con expresión divertida en su rostro.
-¿Rhaegar cantaba?. Viserys solo me dijo que era bueno matando gente.-
-Creo que realmente nunca le gustó matar, o luchar en duelos o en torneos de justas. Aunque era bueno con la espada, diría que mucho mejor que yo.....Pero Rhaegar siempre amó la música y tenía una gran voz. Comenzaba a cantar y rápidamente la gente se congregaba a su lado para escucharlo. Siempre se lo veía en paz y sonriendo en esos momentos, como si estuviera en su elemento.-
Daenerys observó la expresión de Daegon al hablar de su hermano mayor. Una mezcla de orgullo y nostalgia.
-¿Y tu también cantabas?.-
El rostro de Daegon cambió a entre divertido y horrorizado.
-Dioses, no! y nunca me pidas que cante porque no pienso torturarte así. Yo me sentaba a su lado y lo escuchaba cantar junto a los demás. Bueno.......y también recogía el dinero.-
-Recogías el dinero.....-
Repitió Daenerys y ante la mirada acusadora de su hermana, Daegon no pudo evitar echarse a reír. Algo que no solía hacer con mucha frecuencia.
-No es nuestra culpa que la gente quisiera recompensar a mi hermano por su canto. Pero Rhaegar casi nunca se quedaba el dinero, casi siempre lo repartía: Una vez, se lo entregó a un bardo que estaba cantando unas calles más abajo. Otra, lo donó a un orfanato en el Lecho de Pulgas......Y si no recuerdo mal, hubo una vez donde el y Ser Barristan se lo gastaron todo en alcohol hasta emborracharse por completo.-
Esta vez fue Daenerys quien se echó a reír, divertida y curiosa por conocer más sobre la familia de ambos.
-¿Y tu como sabes eso último?.-
-El mismo Ser Barristan me lo contó al día siguiente. Siempre acompañaba a Rhaegar para mantenerlo vivo mientras se mezclaba entre la gente de la ciudad. Pero Rhaegar nunca me dejaba acompañarlo de noche, siempre era muy estricto con mis horas de dormir.-
-Parece que te cuidaba mucho.-
Daegon esbozó una sonrisa triste y nostálgica.
-Era el único que lo hacía. Durante esos años, nuestros padres.......no estaban en el mejor momento, ya sabes.-
Su hermana suspiró levemente, sabiendo de que hablaba: Por lo que le había dicho Viserys y Ser Willem Darry, cuando su padre comenzó a caer en la locura, su madre era quien más pagaba el precio de sus maltratos y abusos. Definitivamente no era un buen ambiente para un pequeño de 4 años, por lo que le alegró que Daegon tuviera alguien en quien apoyarse en ese tiempo.
Ambos guardaron silencio por unos segundos, simplemente contemplando el paisaje de Mereen. Hasta que Daegon regresó al punto original de la conversación.
-El punto es que, esta gente nos necesita y tampoco me gustaría abandonarlos. Esperaremos a resolver las cosas aquí y luego de eso regresaremos a casa......juntos. Westeros puede sobrevivir sin mi por 1 año más.-
Daenerys sonrió divertida al escuchar eso último y colocó suavemente una mano en el brazo de su hermano.
-Gracias Daegon, tu apoyo me alivia al saber que no estoy sola en esta decisión.-
El le sonrió levemente en respuesta. Hubo un breve silencio y luego ella agregó.
-Y déjame decirte que, para ser alguien que dice ser malo en la política, te manejaste muy bien antes. Pudiste analizar a cada uno de nuestros potenciales aliados y decirme como podríamos tratar con ellos.-
El muchacho rió entre dientes.
-Dije que me aburre la política, no que sea malo en ella. Tú pasa 17 años en Highgarden asistiendo a la corte y sufriendo las lecciones de historia del Maestre y será imposible olvidarte de como tratar con las casas más importantes.-
Ambos rieron levemente. Luego permanecieron unos minutos en silencio y disfrutando del paisaje. Hasta que Daegon se apartó del borde del balcón.
-Bien, ahora si me disculpas, tengo que ir a ver si Amaya logró sacar información a nuestros nuevos amigos en los calabozos.......y asegurarme de que no mató a nadie en el proceso.-
Daenerys sonrió divertida y asintió. Daegon inclinó levemente la cabeza y salió de la sala de reuniones.
Se había alejado un poco de la puerta, cuando vio a un hombre acercarse a él. Era uno de los Guerreros de la Fosa, llamado Ralof. Tenía piel morena con algunas cicatrices en brazos y cuello, vestía una armadura ligera y tenía una espada envainada en su espalda.
-Amaya y La Bestia terminaron con los prisioneros, y nos dieron la ubicación de otros de sus refugios.-
Le dijo a Daegon, con voz algo seca e inexpresiva, aunque este no le dio mucha importancia.
-Eso fue rápido.....por favor dime que están vivos.-
El hombre asintió con la cabeza en silencio y el Targaryen suspiró aliviado.
-A mi hermana le gustará saber eso. Vamos a los calabozos, a ver que más tienen para decir....-
Recomendación: Escuchar a partir de este punto:
https://youtu.be/exJ-9al2wRE
El hombre lo esperó en silencio hasta que se puso a su lado y ambos comenzaron a caminar, bajando las escaleras, con dirección a los niveles inferiores de la pirámide. Daegon caminaba inmerso en sus pensamientos, ya pensando en que órdenes daría para encargarse de los nuevos refugios. Tenían que detener a todos los Hijos de la Arpía, antes de que hicieran algún ataque directo contra su hermana.
Pero de pronto, fue sacado abruptamente de sus pensamientos:
Lo primero que escuchó fue el sonido del acero a su lado. Luego percibió un movimiento y apenas tuvo tiempo para ver de reojo y moverse, cuando la espada de Ralof cortó el aire donde un segundo antes había estado su cabeza. Aún así no fue tan rápido y la espada le alcanzó el brazo izquierdo, rasgando la manga de su atuendo y provocándole un corte sangrante, aunque no muy profundo.
Ralof fue a atacar de nuevo y esta vez Daegon reaccionó, dándole una patada en el estómago para alejarlo.
-Ralof, ¿que demonios?!.-
Pero el hombre, solo lo miró fríamente. Daegon movió su mano a su cintura para desenvainar a Lekia......
.......Pero su mano se cerró en el aire. Había dejado a Lekia junto con sus cuchillos y armadura en sus aposentos. En el apuro de llegar tarde a la reunión del consejo y el estar algo descuidado por llevar meses viviendo allí en paz, se había dejado la espada que siempre llevaba consigo.
Sin decir una palabra, Ralof cargó nuevamente hacia Daegon. Normalmente los movimientos de los Guerreros de la Fosa eran violentos y sin mucha disciplina militar. Pero Ralof se movía con agilidad y sigilo, casi como una sombra. Daegon se concentró en intentar evitar la hoja de la espada, pero estaban en medio de un pasillo por lo que no podía moverse demasiado para esquivar.
En un momento logró sujetar con fuerza el brazo con que Ralof empuñaba la espada y con la mano libre le dio un puñetazo en el rostro, pero este hizo algo que lo sorprendió:
Dando un salto corrió hacia arriba por la pared y se impulsó con los pies para saltar por encima de Daegon, caer a sus espaldas y darle una fuerte patada que le quitó el aire por unos segundos. Ralof era mucho más ágil y habilidoso de lo que nunca lo había visto en combate.
El Targaryen lo soltó y salió despedido hacia atrás deslizándose por el suelo hasta llegar a una amplia habitación de la pirámide. Mientras que Ralof comenzó a correr hacia él con la espada en mano, parecía dispuesto a matarlo. No decía ni una palabra, pero sus ojos estaban carentes de emoción y solo mostraban determinación.
Daegon logró ponerse de pie y correr hasta tomar un gran brasero que estaba apoyado contra una pared. Logró levantarlo y sostenerlo de forma horizontal, justo a tiempo para bloquear la espada de Ralof que chocó contra este con fuerza. Luego, aprovechó su breve confusión y le dio un golpe con este directo en el rostro, quemando la mitad de su rostro por las brazas que aún ardían.
-Ghhkk!!.-
Fue el único sonido que salió de la boca de Ralof. Cualquier persona normal habría gritado de dolor al recibir brasas ardiendo en su rostro, sin embargo este solo gruñó y aunque tenía la mitad del rostro con una mezcla de entre rojo y negro, su rostro no mostró emoción alguna. Daegon no sabía que ocurría, pero el Ralof que estaba frente a él, era uno muy distinto del que luchó a su lado los últimos meses.
Durante los siguientes minutos continuó intentando esquivar los ataques de Ralof o bloqueándolos con el brasero. Pero no era una buena arma por lo pesado que era y se le comenzaban a cansar los brazos. Mientras que su oponente seguía ágil y concentrado. Para colmo, en ese pasillo y habitación no parecía haber ningún guardia. Probablemente Ralof se hubiera encargado de eso antes de guiarlo por esa dirección solitaria.
Su pelea los llevó hacia uno de los tantos balcones en la pirámide y Ralof lo comenzó a encerrar con fuerza contra el borde del balcón, presionando el brasero metálico contra su cuello. Si eso no lo asfixiaba entonces planeaba lanzarlo por el balcón hacia su muerte. Daegon sentía que comenzaba a faltarle el aire, pero logró darle una fuerte patada en una pierna, que lo hizo perder el equilibrio por unos segundos, el suficiente para darle un golpe con la cabeza, empujarlo y alejarse del borde del balcón. El brasero cayó al suelo creando un gran estrépito que resonó por el pasillo.
-¿Porqué intentas matarme?!. ¿Quién te envió?!.-
Preguntó Daegon, sabiendo ahora que Ralof quería matarlo. Pero este se mantuvo en silencio y volvió a cargar contra él. Daegon intentó sujetar su brazo para quitarle la espada, pero con agilidad, su oponente lo tacleó e hizo caer al suelo. La cabeza del muchacho chocó contra el duro suelo de piedra y lo desorientó, mientras que Ralof le daba una fuerte patada en el pecho para inmovilizarlo. Por el intenso dolor que el muchacho sintió, parecía que le había quebrado algunas costillas, como mínimo.
Ralof alzó su espada para acabar con él......
-Dragón!!.-
Cuando de pronto se escuchó el grito de Amaya, quien llegaba corriendo y aferrando su hacha de combate. Ralof cambió la trayectoria de su espada, justo a tiempo para bloquear un golpe del hacha, mientras ambos aceros chocaban.
-¿Quien mierda eres?!.-
Le gritó Amaya con furia y ambos comenzaron a luchar, mientras que Daegon recuperaba el aliento e intentaba levantarse a pesar de sus golpes y heridas. Amaya se movía con ferocidad y agilidad como siempre, pero su oponente también, definitivamente había tenido gran entrenamiento en sigilo y combate.
Pero Ralof no parecía interesado en Amaya, sino simplemente en hacerla a un lado para llegar hasta Daegon, pero la velocidad de la mujer se lo impedía. Además de que, a diferencia de el Targaryen, Amaya si llevaba puesta su armadura desde la redada de aquella mañana, por lo que muchas veces la espada de su oponente chocaba contra esta sin causarle más daño que algunos golpes. El hacha de Amaya continuó chocando contra la espada de Ralof, mientras ambos seguían combatiendo. Pero poco a poco Ralof la estaba haciendo retroceder, hasta que la arrinconó contra una de las paredes de la habitación. Pero la guerrera seguía luchando con ferocidad, hasta que con un grito logró hacerle un corte horizontal en el pecho.
Ralof se sujetó la herida con un gruñido de dolor, pero casi no se inmutó por este y se movió con agilidad. Giró en el aire dándole una patada a Amaya en la mano que sujetaba el hacha y quebrándosela. Amaya soltó su arma y dando un grito salvaje, intentando lanzarse hacia él, pero su oponente rápidamente la sujetó por detrás del cuello y le estrelló el rostro contra la pared de piedra. El cuerpo de Amaya cayó al suelo con un golpe seco y permaneció inmóvil. Desde su posición Daegon no podía saber si estaba inconsciente o muerta.
Pero parecía que Ralof no iba a arriesgarse, por que alzó su espada sobre ella, listo para rematarla.......
-NO!.-
A pesar del dolor que sentía por todo el cuerpo, Daegon logró ponerse de pie con mucha dificultad. Corrió hacia Ralof y lo embistió antes de que apuñalara a Amaya.
Ambos cayeron al suelo y rodaron algunos metros, pero el guerrero no había soltado su espada en ningún momento. Apenas pudo estabilizarse apuñaló a Daegon en su costado derecho, justo debajo de la axila. Esta vez, la espada si cortó y atravesó su carne, en lugar de solo rasguñarla.
-AAAAHHHGGG!!.-
El muchacho sintió de nuevo como un intenso dolor recorría todo su cuerpo y aún más cuando el hombre sacó la espada de su herida. Su sangre comenzaba a manchar el suelo, su visión había comenzado a nublarse y veía el rostro de Ralof borroso y desencajado. Tenía medio rostro quemado por el brasero y una expresión de ira, al parecer ya estaba mostrando emociones. Pero Daegon no creía poder resistir mucho más......
Aún así llevó una mano hacia su cuello y comenzó a apretar con fuerza. Pero a pesar de estar siendo asfixiado, Ralof logró inmovilizarlo en el suelo y alzó nuevamente su espada para finalmente matarlo......
-DRAGÓN!.-
De pronto escuchó el grito de Amaya, quien seguía viva pero tendida en el suelo. Enseguida esta sacó una daga que llevaba en su cintura y la deslizó por el suelo hacia Daegon. Rápidamente, él la tomó y con un grito usó sus últimas fuerzas para clavársela a Ralof justo debajo de la mandíbula. La daga atravesó su boca y luego su cerebro desde abajo hacia arriba.
Sangre caliente manó de la herida y bañó a Daegon, mientras que Ralof comenzaba a ahogarse con esta y soltaba su espada. Finalmente los ojos del guerrero se pusieron en blanco y emitió un último sonido gutural, antes de caer muerto sobre el Targaryen.
Daegon permaneció varios minutos que le parecieron horas tendido en el suelo y recuperando el aliento, hasta que intentó levantarse. Hizo a un lado el cadáver de Ralof y se puso de pie con mucha dificultad. Caminó hacia donde estaba Amaya tendida en el suelo y le ofreció la mano para ayudarla levantarse.
-Gracias.......¿estás bien?.-
La guerrera aceptó su mano y se puso de pie apoyándose contra la pared. Tenía la nariz rota, una mano quebrada y varios golpes en su cuerpo, pero intentaba ignorar el dolor.
-E estado peor, créeme, aunque ese idiota golpeaba duro. Y no me agradezcas, tu fuiste quien me salvó el trasero antes.-
De pronto escucharon pasos acercándose corriendo. Segundos después, Ser Barristan y Gusano Gris irrumpieron en la habitación, con sus armas en mano y en guardia. Probablemente alertados por todo el ruido de la pelea.
Ser Barristan pasó la mirada de Daegon hacia Amaya, viendo sus heridas, y luego al cadáver de Ralof a unos metros de distancia.
-¿Alteza, que.....?.-
Daegon lo interrumpió, intentando concentrarse aunque la cabeza le daba vueltas.
-Ser Barristan, pueden haber asesinos dentro de la pirámide. Ralof me atacó y podría haber alguien tras mi hermana. Debemos ponerla a salvo, ahora.-
El caballero asintió al instante e intercambió una mirada con Gusano Gris, quien asintió.
-La reina seguía en la sala del consejo, pondré Inmaculados con ella allí dentro y el resto patrullaremos toda la pirámide. Si hay otro asesino aquí, lo encontraremos.-
Dicho esto, se marchó corriendo.
-Pierdes tu tiempo, anciano. La chica estará bien, no creo que haya otro asesino aquí dentro.-
Dijo Amaya y Ser Barristan la miró confuso.
-¿Porqué estás tan segura?.-
-Porque ese tipo contra el que peleamos no era Ralof.......El verdadero Ralof está muerto, unos 4 pisos más abajo.-
Daegon amplió los ojos, sin comprender que estaba ocurriendo.
-¿Que estás diciendo?, vino a buscarme y me dijo que tu ya habías obtenido información de los prisioneros y que lo enviaste por mi.-
-Pues nunca hice eso, demoré en obtener la información que querías y cuando salí de los calabozos lo encontré muerto en medio del pasillo. Luego algunos de los muchachos me dijeron que acababan de verlo, diciendo que iba a buscarte. Entonces corrí hacia arriba hasta que escuché el sonido de su pelea y lo encontré tratando de matarte.-
El muchacho intentó procesar lo que le decía Amaya. Al parecer alguien había matado a Ralof y se había hecho pasar por él para acercársele e intentar asesinarlo, y casi tuvo éxito.....
-Entonces si no es Ralof. ¿Quién demonios es este tipo?.-
-Tengo una idea de quien puede ser. Pero no quiero arruinarles la sorpresa. Vean ustedes mismos......-
Respondió Amaya y les señaló a ambos con la cabeza el cadáver del asesino. Los 3 se acercaron y lo que ocurrió a continuación fue una de las cosas más extrañas que Daegon vio en su vida:
El rostro de Ralof había sufrido mucho daño al tener una mitad quemada, los golpes de Amaya y la daga que Daegon le había clavado en la cabeza. Y por todo eso parecía que había comenzado a desprenderse la piel de la carne. Sin lucir asqueada ni sorprendida, Amaya estiró una mano y terminó de arrancarlo, quedándose en la mano con la piel del rostro de Ralof como si fuera una muy bizarra máscara. Sin embargo en el cadáver del asesino........ahora había otro rostro.
Era el rostro de un hombre de tez pálida y con cicatrices que Daegon no conocía. Pero ahora era obvio que le había quitado el rostro a Ralof luego de matarlo, y se lo había puesto a sí mismo para disfrazarse.
-Por los dioses.......-
-¿Que demonios.......?-
Exclamaron Ser Barristan y Daegon respectivamente, mientras este último sintió náuseas con solo ver eso. Amaya pareció ligeramente divertida por sus reacciones, pero cuando habló, su expresión volvía a ser seria.
-Al cadáver de Ralof que encontré le faltaba el rostro, apenas lo pude reconocer por su vestimenta y porque era el único que no estaba en su puesto de guardia.-
Luego señaló con la cabeza al asesino muerto a sus pies.
-Había escuchado rumores durante mis tiempos en las arenas de combate. A los Amos les encanta hablar y presumir sus contactos. Pero yo lo tomé solo como historias.......Este tipo es un Hombre sin Rostro.-
Daegon alzó la mirada del cadáver y miró a Amaya, confuso.
-¿Un que?.-
-Son asesinos expertos que tienen la habilidad de ponerse del rostro de otra persona luego de matarla. Son silenciosos, enfocados y se dice que son de los mejores luchadores en todo Essos. Y por lo que comprobé al pelear contra este, puede ser cierto. Si eres el objetivo de uno de ellos, casi puedes considerarte muerto. Parece que aún tienes enemigos, dragón.-
Daegon se llevó una mano a su herida en el costado, pasada la adrenalina de la pelea, estaba comenzando a dolerle aún más.
-Si tengo que contar a todos los que me odian, entonces es una lista muy larga. Pero supongo que ese "casi" es justo lo que pasó hoy, porque estoy vivo de milagro. ¿Entonces alguien lo contrató para matarme?.-
-Es lo más probable. No creía que estos tipos realmente existieran hasta hoy, pero los rumores dicen que su orden se encuentra en la ciudad libre de Braavos. Si alguien les pagó y tienen un contrato por tu cabeza, entonces solo te buscan a ti. Además, los rumores dicen que trabajan solos, así que no creo que haya otro asesino en la pirámide esperando ir por tu hermana. En el peor de los casos, este idiota la habría matado a ella luego de encargarse de ti.....-
Ser Barristan había permanecido callado, viendo el cuerpo de Ralof, pero finalmente habló.
-Alteza, si realmente alguien le pagó a estos.....Hombres sin Rostro para asesinarlo, entonces tuvo que ser alguien con muchos recursos e influencias........Tywin Lannister nunca se destacó por tener honor, las Lluvias de Castamere son una clara prueba de eso. Y sabemos que Cersei Lannister ya envió asesinos por usted cuando estaba en el Norte. Tal vez ellos orquestaron esto.-
Amaya agregó.
-También pueden ser los malditos Amos. Tenían un plan para defender Mereen, matar a tu hermana y Tazal era la clave para ese plan, hasta que apareciste tú y cortaste su cabeza. No creo que estén muy felices contigo tampoco.......-
Sin embargo, Daegon no se sentía con ganas de pensar en eso ahora, la cabeza le estaba comenzando a dar vueltas de nuevo y la herida le seguía ardiendo en el cuerpo. Pero quería asegurarse de que su hermana estaba bien, antes de que lo curaran.
-Podemos discutir sobre todos los que quieren matarme después. Amaya, deja a algunos de los guerreros para vigilar a los prisioneros y que el resto se una a los Inmaculados para patrullar toda la pirámide, quiero asegurarme de que no hay otro asesino aquí. Ser Barristan, usted y yo iremos con mi hermana......-
Pero al dar esas órdenes la voz le salió débil. Al alzar la mirada vio que el caballero lo estaba viendo preocupado.
-Alteza, está pálido.........-
Daegon intentó ignorar como se sentía. Pero comenzó a tambalearse.
-Estoy bien...........estoy........-
Pero de pronto cayó al suelo de rodillas y vomitó sangre. Las náuseas de antes no habían sido solo por ver el rostro de Ralof.
-Alteza!.-
Ser Barristan corrió y se arrodilló a su lado. Mientras que una idea pasó por la mente de Amaya, quien maldijo por no haberlo pensado antes. Rápidamente tomó la espada que había estado usando el asesino todo el tiempo y la que había clavado en el costado de Daegon. Con cuidado examinó y olfateó la hoja. Al hacerlo se apartó y la dejó caer al suelo de golpe.
-Mierda, es veneno. El bastardo envenenó su espada, en caso de que algo le impidiera matar al chico. Hay que llevarlo con un sanador, ahora!.-
Pero Daegon ya no podía moverse y mucho menos levantarse: El brazo izquierdo y cintura, donde la espada le había cortado le estaban quemando como si los tuviera en llamas. Casi que podía sentir el veneno dentro de él, comenzando a actuar y causándole un dolor insoportable por todo el cuerpo. Había leído sobre venenos que podían matar en segundos......
-Alteza, quédese despierto!......no se duerma!.-
Escuchó la voz de Ser Barristan como un eco lejano. Su cuerpo comenzó a temblar con espasmos y le pareció sentir como alguien lo cargaba con dificultad, levantándolo del duro y frío suelo de piedra y comenzaba a moverse. Pero ya no distinguía que ocurría a su alrededor, su visión se nubló y comenzó a perder la consciencia.
"Rhaegar.........Daenerys..............Margaery..............lo siento......."
Fue el último pensamiento coherente que tuvo, antes de que todo se oscureciera.
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