Capítulo 32: Un Hombre Honorable
NOTA IMPORTANTE: La primera parte de este capítulo ocurre mientras Daegon todavía se encontraba viajando en barco hacia Astapor. Es decir, 1 mes antes de los eventos actuales de la historia.
Daenerys
Daenerys Targaryen despertó sobresaltada de un profundo sueño. Se incorporó en su cama y permaneció abrazada a las sábanas de seda, mientras intentaba procesar lo que había visto en sueños:
Había soñado con la misma visión que los brujos de Qarth le habían enseñado en la Casa de los Eternos. Sin embargo, cuando llegó el momento en el cual llegaba al salón del Trono de Hierro completamente congelado, ocurrió algo distinto a su visión original: En lugar de estar vacío, en el salón había una persona de pie frente al trono. Finalmente, luego de unos segundos esta persona se giró y ella pudo verlo bien. Un muchacho apuesto y de cabello blanco como el de ella, que la contemplaba en silencio.
Por unos segundos, pensó con horror que se trataba de su difunto hermano Viserys. Que, por algún motivo su espíritu la había seguido hasta sus sueños para atormentarla como lo había hecho en vida. Sin embargo luego comprobó que, quien fuera esa persona, lucía unos años mayor que Viserys y además sus facciones eran distintas. Ambos se observaron con igual confusión por varios segundos, hasta que vio como aquella persona comenzaba a acercarse a ella.....Sin embargo, el sueño se interrumpió de golpe y todo se oscureció cuando este apenas había dado 1 paso.
Ahora ya despierta, la confusión e incertidumbre rodaban su mente. ¿Quien era ese hombre?, la única persona que se le venía a la mente era su difunto hermano mayor Rhaegar Targaryen. Sin embargo no estaba segura ya que no tenía recuerdos suyos. Cuando él murió en la rebelión de Robert Baratheon ella era apenas una bebé en Dragonstone. Parte de ella le decía que eso había sido solo un sueño, pero después de todo lo que había visto en Qarth, la otra le decía que había algo más detrás de este.
Meses atrás, había arribado a Astapor buscando obtener un ejército con el cual poder regresar a Westeros y recuperar el Trono de Hierro de su familia, y consiguió ese ejército en los Inmaculados: Hombres esclavos, entrenados en la forma más brutal y refinada de combate, que no la cuestionarían y seguirían sus órdenes al pie de la letra o morirían en el intento.......pero no eran libres.
Le bastó estar 1 día en la ciudad, para ver la crueldad con la que su dueño Kraznys mo Nakloz los trataba. Ni siquiera podía decirse que los tratara como ganado, más bien como objetos desechables. Sin embargo, a pesar de tener la destreza y armas para poder rebelarse en su contra en cualquier momento, los Inmaculados se mantenían leales y sumisos a él. Tal vez por algún bizarro complejo de inferioridad y sometimiento que había sido impregnado en sus mentes tras años de torturas y cruel crianza. Y este destino no solo lo sufrían los inmaculados, pues aprendió pronto que por todo Essos habían hombres, mujeres y niños que sufrían el yugo de la esclavitud, sin que nadie se preocupara de siquiera mirarlos con piedad.
Debido a esto, una vez que obtuvo su ejército, decidió que esos hombres habían sufrido suficiente. Ordenó a los Inmaculados que liberaran a todo esclavo que vieran y que asesinaran a sus amos, mientras que Kraznys pereció ante el fuego de Drogon, el mayor de sus dragones que el esclavista había buscado controlar y someter como si fuera uno de sus esclavos. Bajo las lanzas y precisión de los Inmaculados, Astapor cayó desde dentro en cuestión de horas y todos los esclavos fueron liberados, mientras que los amos fueron ejecutados por sus crímenes. Habiendo concluido esto, les entregó a los Inmaculados su libertad, diciendo que podían elegir marcharse para vivir la vida propia que siempre se les había negado, o servirle a ella como parte de su ejército, pero como hombres libres y no como objetos o animales. Para su sorpresa, todos decidieron permanecer a su lado como parte de su ejército y fue entonces cuando tomó su decisión.
Su deseo por regresar a Westeros, reclamar el trono y vengarse de los asesinos de su familia perduraba. Sin embargo también sabía que por todo Essos habían ciudades que practicaban la esclavitud. Y dentro de esas ciudades habían miles de hombres, mujeres y niños en cadenas que lo estaban pasando igual o peor a los de Astapor. Ellos la necesitaban y ahora ella tenía los hombres y recursos para poder marcar la diferencia, de poder ayudar a esa gente. Fue por eso que decidió posponer su regreso a Westeros y marchar con su nuevo ejército, liberando cada ciudad que encontraran. Antes de irse de Astapor, había dejado la ciudad bajo el control de 3 hombres sabios: Un sanador, un erudito y un sacerdote, con la tarea de velar por el bienestar de las personas liberadas.
Eso había ocurrido hacia poco más de 2 meses atrás. Desde entonces habían estado viajando y liberando cada esclavo que encontraran a su paso. Yunkai era la última gran ciudad en su camino, antes de llegar hasta su objetivo final: Mereen, la principal ciudad esclavista y ubicada al norte de la Bahía de los Esclavos. En esos momentos se encontraban acampando a las afueras de Yunkai. Los Amos estaban mostrando mucha resistencia y se sentían seguros detrás de sus muros, pero eso no iba a detenerla. Los Amos, incluso habían contratado a una compañía mercenaria llamada Los Cuervos de la Tormenta, para enfrentar a su ejército. Ella se había reunido con los 3 capitanes de dicha compañía y les había ofrecido una gran cantidad de oro si se pasaban a su bando para pelear por ella, incluso les daría el botín que quedara tras el saqueo de Yunkai. Sin embargo uno de ellos se negó a luchar para ella y como todas las decisiones en esa compañía eran tomadas por unanimidad, su propuesta fue rechazada.
Todo parecía indicar que una batalla sangrienta iba a ser inevitable hasta hace unos 4 días atrás. Cuando uno de los 3 capitanes arribó en su carpa en mitad de la noche y de improviso para entregarle las cabezas de los otros 2 y entregar a los Cuervos de la Tormenta bajo su mando, aceptando su oferta. Este hombre se llamaba Daario Naharis y según Daenerys era un hombre interesante. Letal en combate, pero también razonable y con la particularidad de los mercenarios de no temer manchar su honor al cambiar de bando. A ella incluso se le hacía apuesto y no pudo negar que verlo aparecer de esa forma en su carpa privada por la noche había despertado ciertos pensamientos lujuriosos en ella. Pero decidió remover esos pensamientos de su mente, al menos hasta que Mereen hubiera caído.
Luego de tener el control de los Cuervos de la Tormenta, tuvo que lidiar con la segunda compañía mercenaria que Yunkai había contratado para enfrentarla: Los Segundos Hijos. Durante una fracasada negociación ella les había obsequiado como "gesto de buena fe" una carreta con vino. Por lo que, aprovechando que estarían embriagados y vulnerables envió a Daario con sus hombres a atacarlos. Daario asesinó al capitán de los Segundos Hijos y poco después estos se rindieron, aceptando pasarse a su bando y habiendo derramado la menor cantidad de sangre posible. Ahora, ambas compañías mercenarias se habían fusionado en una sola bajo el mando de Daario, quien decidió mantener el nombre de los Segundos Hijos.
Ahora solo restaba una cosa por hacer: Tomar Yunkai. Parecía que la pérdida de sus 2 compañías mercenarias los había afectado, pues sus vigías le habían dicho que en el último día se habían apostado muchos más arqueros y ballesteros en las murallas y estaban reforzando las defensas exteriores de la ciudad al máximo. Pero eso no tenía importancia, tenía más hombres y ahora también más recursos que ellos. Le gustaría hacerlo sin derramamiento de sangre y sin asesinar valientes soldados, los cuales la mayoría solo seguirían órdenes de sus amos opresores. Pero Daenerys estaba segura de algo.......Yunkai caería esa noche.
De pronto escuchó un leve sonido y dirigió su mirada hacia la entrada de la tienda, viendo a Jhiqui e Irri, sus 2 doncellas Dothraki, ingresar en esta. Al principio habían sido 3, regaladas por su hermano Viserys luego de su boda con Khal Drogo. Aún extrañaba a Dorreah, quien había fallecido en el desierto camino a Qarth, producto de la fatiga, el hambre y la sed.
-Buenos días, Khaleesi.-
Le dijeron ambas con una reverencia y comenzaron a ayudarla a vestirse y prepararla para el día, como era usual. Mientras la vestían y arreglaban su cabello, los pensamientos de Daenerys no podían evitar regresar a su extraño sueño y la identidad del hombre misterioso que vio en este. Sus doncellas parecieron notar su ensimismamiento, porque al terminar de arreglar su cabello, Irri le habló con su marcado acento Dothraki.
-¿Ocurre algo, Khaleesi?. Disculpe, pero la encuentro muy callada.-
Volviendo a la realidad, Daenerys negó con la cabeza y les sonrió a ambas con gentileza.
-Todo está bien, gracias. Por favor cuando terminen llamen a Ser Jorah.-
Ambas respondieron con una reverencia y cuando terminaron de alistarla salieron de la tienda. Minutos después Ser Jorah Mormont ingresó a esta e inclinó la cabeza al instante.
-Buenos días Khaleesi, ¿me llamó?.-
Daenerys asintió a quien era su amigo más leal y consejero de mayor confianza.
-Camina conmigo, quiero ver las condiciones del campamento antes del ataque de esta noche.-
Le dijo y luego salió de la tienda, con Ser Jorah caminando a su lado. Al pasar varios inmaculados o Dothraki inclinaban la cabeza ante ella, antes de seguir con sus labores. Recorrieron las filas de tiendas de soldados y suministros, mientras este le explicaba la situación.
-Tal como ordenó, estamos preparando todo para que nuestros hombres marchen a la ciudad por la noche. Debo decir que Inmaculados, junto con los recién adquiridos Segundos Hijos, son una fuerza más que formidable. Los amos de Yunkai solo tendrán 2 opciones: Rendir la ciudad ante usted, o encerrarse dentro y soportar un sitio que no podrán mantener por mucho tiempo. O morirán de hambre o los mismos esclavos se rebelarán y tomarán la ciudad desde dentro antes de que eso ocurra.-
La Targaryen asintió, aunque suspiró levemente ante la segunda opción.
-Preferiría que ocurriera lo primero, quiero tomar Yunkai y devolverla a su gente con el menor derramamiento de sangre posible. Además, sitiar la ciudad tomaría tiempo que no tenemos y recursos que no deberíamos malgastar......donde está Daario Naharis?.-
Jorah tardó unos segundos en responder y Daenerys pudo verlo fruncir la mirada. Sabía que él aún no confiaba en el mercenario y para decir verdad ella tampoco confiaba plenamente en él. Pero no podía negar que le había ahorrado muchos problemas al asesinar a los capitanes de los Cuervos de la Tormenta y que podía ser un valioso aliado. Finalmente Jorah respondió, mientras seguían caminando por el campamento.
-Llevó a los Segundos Hijos a una zona apartada del campamento para entrenar, en caso de que haya una batalla esta noche. También quiere evaluar quienes podrían tener intenciones de traicionarla para regresar con sus antiguos empleadores. Me dijo que si encuentra posibles insurgentes, piensa matarlos antes de que eso ocurra.-
Daenerys no pudo evitar sentir un leve escalofrío al escucharlo último, aunque sabía que era necesario. Ya había sido traicionada en Qarth por alguien a quien le había entregado su confianza ciegamente y casi pagó muy duro el precio. No quería que volviera a ocurrir.
-Comprendo, pues espero que su percepción sea acertada pero que no exagere, o los números de mi ejército podrían disminuir rápidamente.-
Jorah asintió en silencio y luego su expresión cambió a una de duda.
-¿Puedo hablarle con franqueza, Khaleesi?.-
Daenerys se detuvo y lo miró, mientras que este hacía lo mismo.
-Por supuesto, siempre lo has hecho y no espero menos de ti.-
El hombre hizo silencio por unos segundos y finalmente dijo lo que le preocupaba.
-Con todo respeto, creo que cometió un error en involucrarse en esto. Tiene un ejército formado por soldados formidables que obedecerán cualquier orden que les de sin titubear. Y gracias al saqueo de Qarth y Astapor tiene el oro suficiente para comprar una flota de barcos para regresar a Westeros. Admiro su compasión y empatía con las personas que sufren en este continente y es por eso que creo que será una gran reina. Pero no puede salvar a todo el mundo, Khaleesi......esta no es su guerra, su guerra está cruzando el Mar Angosto, en su hogar.-
-Nuestro hogar, Ser Jorah. Sé que no soy la única aquí con motivos para regresar a Westeros.-
Le respondió Daenerys con calma y el hombre lució algo nervioso.
-Khaleesi, le juro que no quiero manipularla para volver a mi hogar, solo quiero lo mejor para.....-
La chica sonrió suavemente y lo interrumpió.
-Lo sé, mi fiel amigo. Aunque también entiendo tu deseo de volver a tu hogar luego de tantos años de exilio. Y no creas que mi deseo de regresar es inferior al tuyo. Pero yo también pasé por la pobreza cuando era niña con Viserys, sufriendo por una mísera hogaza de pan para comer. Y luego por la esclavitud, cuando fui vendida como ganado a Khal Drogo antes de enamorarnos. Por lo que conozco el dolor y sufrimiento de esas personas y simplemente no puedo abandonarlas. Regresaremos a Westeros y reclamaré el trono de hierro que se le arrebató a mi familia. Pero primero quiero hacer algo bueno aquí y ayudar a estas personas.-
Jorah asintió, ante la determinación de Daenerys.
-Por supuesto, Khaleesi.-
Luego continuaron caminando por el campamento. Aunque no pasó mucho antes de que Daenerys le hiciera una pregunta a Ser Jorah, recordando una vez más su extraño sueño.
-Hablando de Westeros. ¿Has escuchado algo más acerca de los rumores sobre este.....Daegon Targaryen?.-
Meses atrás, cuando estaban por partir de Qarth, luego del incidente en la Casa de los Eternos y de la traición de Xaro Xhoan Daxos. Había escuchado noticias extrañas de boca de algunos comerciantes que habían llegado desde Westeros: Al parecer luego de la muerte de Robert Baratheon, Ned Stark fue encerrado y sentenciado a muerte por supuesta traición. Sin embargo el día de su ejecución, esta fue interrumpida y atacada por un grupo de hombres armados que lo rescataron y sacaron de la capital junto con sus 2 hijas. Sin embargo lo que impactó más a Daenerys, era que según los comerciantes, esos hombres estaban liderados por un muchacho de cabello blanco quien decía ser el príncipe Daegon Targaryen, a quien todo el mundo creía muerto. Al escuchar estas noticias por primera vez, ella no supo que pensar. Pero tras reflexionar al respecto llegó a la conclusión de que debía ser un impostor.
Sabía que Daegon había sido su hermano mayor y segundo después de Rhaegar. Pero ella no tenía recuerdo alguno de ambos y solo conocía lo que Ser Willem Darry les había dicho a ella y a Viserys sobre sus trágicas muertes: Como Rhaegar había sido asesinado brutalmente por Robert Baratheon durante la batalla en el Tridente y como el pequeño Daegon se había quitado la vida al lanzarse por el acantilado de la capital, durante el saqueo de esta por las tropas de Tywin Lannister. Se suponía que ya no había ningún Targaryen en Westeros, por lo que no creía descabellado pensar que alguien con delirios de grandeza, hubiera intentado suplantar a su hermano, ya que según se decía, su cuerpo fue engullido por el río y nunca fue encontrado. Según ella, el impostor solo necesitaba tener el cabello blanco o teñírselo de alguna forma y tomar el nombre de Daegon Targaryen para crear una gran conmoción al hacerle creer a la gente que un heredero Targaryen varón seguía con vida. Aunque todavía no terminaba de comprender que intenciones podía tener el impostor al hacer eso, fuera de codiciar el trono que era suyo por derecho.
Ser Jorah respondió a su pregunta, mientras negaba levemente con la cabeza.
-Me temo que, de momento, nada más que lo que le informé cuando arribamos a Astapor. Al parecer algunas personas dicen haber visto al supuesto Daegon Targaryen cruzando Los Gemelos en dirección hacia Winterfell donde sería recibido por Ned Stark. Aunque con lo que tardan en llegar aquí las noticias de Westeros, eso debió haber pasado hace ya varios meses. Pero de momento no tengo información sobre si esa persona es el príncipe Daegon o no.-
Daenerys frunció levemente la mirada.
-No puede serlo, por lo que llamemos a esta persona por lo que es Ser Jorah: un sucio impostor. No mancharé el nombre de mi difunto hermano más de lo que este hombre lo está haciendo.-
Jorah inclinó la cabeza a modo de disculpa y Daenerys agregó.
-Incluso le salvó la vida a Ned Stark y parece que ahora este lo recibió en su hogar......Stark, quien colaboró con el usurpador para asesinar a mi familia y derrocar a mi padre del trono. Además de que era la Mano del Rey del usurpador cuando envió a un asesino para envenenarme. Es otra prueba más de que este hombre, sea quien sea, tiene que ser un impostor, nadie de mi familia ayudaría a ese hombre.-
Jorah resopló.
-Sabe que yo tampoco tengo cariño por Stark ya que fue quien me exilió, Khaleesi. Pero dejando de lado mis sentimientos personales yo también lo encuentro extraño. Algo que se decía mucho sobre el príncipe Daegon es que era muy cercano con su hermano mayor el príncipe Rhaegar, como uña y carne, estando juntos casi todo el tiempo. Y la rebelión de Robert comenzó por una disputa entre Rhaegar y los Stark, luego del rapto de Lyanna Stark. No creo que el verdadero Daegon Targaryen tuviera mucho interés en salvar la vida del hombre que contribuyó al asesinato de Rhaegar.-
Ambos continuaron caminando unos minutos más, supervisando el campamento y a sus hombres. Hasta que para terminar, Daenerys quiso ver a sus dragones: Drogon, Viserion y Rhaegal. Estos habían sido alimentados recientemente por lo que cada uno de los 3 tenía las fauces hincadas en un trozo de carne distinto. Sin embargo al ver a su madre estos alzaron la cabeza en reconocimiento. Aún eran pequeños en tamaño, por lo que la Targaryen se había negado rotundamente a usarlos en el ataque a Yunkai, para no ponerlos en peligro. Sin embargo habían crecido bastante desde Qarth y Daenerys sabía que si seguían creciendo a tal velocidad, pronto tendría que buscar un sitio apropiado para que pudieran dormir y ser contenidos, tanto por su propia seguridad como por la de otros. Sin embargo alejó esos pensamientos de su mente de momento, ya se encargaría de eso una vez estuviera instalada en Mereen.
Uno de sus dragones, Drogon. Al ver a su madre voló hacia ella, posándose con cuidado en su hombro. Esta sonrió con dulzura y le acarició el escamoso lomo, mientras el dragón agitaba levemente sus alas rojizas y lanzaba un débil chillido. Luego de unos segundos, Jorah le preguntó.
-Khaleesi, sobre este supuesto impostor. Si para cuando regresemos a Westeros sus actividades continúan, entonces habrá que lidiar con él. Y parece que al menos tiene un grupo importante de personas dentro de la capital apoyándolo, más el apoyo de Stark. Si me permite la pregunta....¿que hará al respecto?.-
Daenerys se mantuvo en silencio unos segundos, mientras acariciaba distraidamente a Drogon. Aunque no lo diría, una pequeña parte de ella deseaba que no se tratara de un impostor, si no de realmente su hermano. Pues sentía pesada la carga de ser la única Targaryen en el mundo. La única y última de una dinastía que antaño había sido la más grandiosa y poderosa del mundo. Además de que según la bruja Mirri Maz Duur ella nunca más podría tener hijos. Por lo que, sin importar que consiguiera recuperar el Trono de Hierro o no, el linaje Targaryen moriría con ella y entonces Westeros se sumiría una vez más en el caos al no tener un gobernante legítimo.
De sus 3 hermanos, al único que había conocido era a Viserys y los recuerdos que tenía de él no eran buenos. En ocasiones aún tenía pesadillas sobre vivir con su hermano en la casa de la puerta roja en Braavos. Cuando ella "hacía enfurecer al dragón" y Viserys la castigaba con violencia hasta que quedaba satisfecho. Además de que la había tratado como un objeto durante los últimos años con su plan de venderla a los Dothraki para conseguir un ejército con el cual invadir Westeros. Por todo esto, cuando su difunto esposo Khal Drogo lo asesinó, al principio se sintió aliviada y finalmente libre de su yugo. Pero ese sentimiento no tardó en ser reemplazado por uno más oscuro: La soledad. Por todo eso, una pequeña parte de ella anhelaba tener un hermano nuevamente, alguien de su propia sangre con quien pudiera contar, esperando que no se repitiera lo ocurrido con Viserys.
A pesar de sus pensamientos y sentimientos encontrados, cuando le respondió a Ser Jorah, lo hizo con voz clara y decidida.
-Si las actividades de esta persona continúan una vez haya regresado a Westeros, entonces claro que me encargaré de él. Una vez que lo vea cara a cara sabré si realmente se trata de mi hermano mayor o como es más probable, de un sucio impostor. Y si ocurre lo segundo será castigado debidamente por atreverse a aprovecharse de la vulnerabilidad de mi familia.-
Dijo estas palabras con tal fuerza y frialdad que incluso Jorah pareció sorprendido, luego respondió.
-Y con todo respeto Khaleesi......¿Que pasaría si ocurre lo primero?. Los lores de Westeros pensarían que el tiene más derecho al trono que usted por ser el último heredero varón. Pero ambos sabemos todo lo que a tenido que sufrir y soportar para poder llegar hasta aquí. Usted es más digna al trono que él sin importar la maldita línea de sucesión.-
El hecho de que Jorah maldijo frente a ella mostraba lo mucho que le preocupaba ese asunto y que el trono fuera arrebatado de ella por el supuesto impostor y también mostraba su lealtad hacia ella. El hombre pudo jurar haber visto un vestigio de duda en el rostro de su reina, ante sus palabras y Drogon pareció sentir eso mismo en su madre, ya que siseó peligrosamente mientras ella acariciaba sus escamas para calmarlo.
Nuevamente, Daenerys tardó unos segundos en responder. El Trono de Hierro era algo en lo que había pensado mucho desde la muerte de Viserys. Realmente se creía capaz de poder gobernar los 7 reinos y tenía el deseo de hacer del mundo un lugar mejor. Estaba de acuerdo con Jorah en que, después de todo por lo que había pasado con ese deseo en mente, no tenía deseos de cedérselo a alguien más. Por otra parte la chica reconoció que, suponiendo que ese hombre fuera realmente su hermano, no sabía nada sobre él. A pesar de que su alianza con Ned Stark la desconcertaba y la hacía sospechar de sus intenciones, no conocía su historia. No sabía por qué situaciones habría pasado en su vida para llegar hasta donde se encontrara ahora o como habría sobrevivido al saqueo de la capital y tampoco sabía que tipo de persona era. Podría ser otro monstruo como Viserys y ella no pensaba dejar el legado de su familia y el futuro de los 7 reinos en manos de alguien así.
Finalmente le volvió a responder en tono decidido y firme, estando aún de espaldas a él.
-En el caso improbable de que realmente sea mi hermano, primero averiguaré realmente que tipo de persona es y cuales son sus intenciones. Luego tomaré una decisión sobre que haré al respecto......Pero dejemos de hablar de esto por el momento, tenemos problemas más apremiantes que un hombre que se encuentra en el otro extremo del mundo en estos momentos. Tenemos una ciudad que liberar de la tiranía de los amos.-
Parecía que Jorah no había quedado del todo conforme con la respuesta de su reina. Pero ante su orden, inclinó la cabeza con obediencia.
-Por supuesto Khaleesi......¿cuales son sus órdenes?.-
Finalmente, Daenerys se volteó hacia Jorah y este pudo jurar como la dureza y determinación de sus ojos, se asemejaba con el fuego que ardía en los ojos de Drogon, quien yacía dócilmente posado sobre el hombro de su madre.
-Envía un mensajero para que Daario Naharis regrese al campamento y has llamar a Gusano Gris. Los quiero a los 3 en mi carpa lo antes posible para planear la posible batalla de esta noche, en caso de que los amos no rindan la ciudad ante mis tropas.......Con o sin sangre derramada, Yunkai será liberada esta noche.-
Daegon
La revelación de que aquel extraño encapuchado era Ser Barristan Selmy, antiguo comandante de la guardia real de Robert Baratheon, había impactado a Daegon. Lo recordaba vagamente de sus breves años de infancia en la capital como el comandante de la guardia real de su familia y también recordaba que Rhaegar siempre habló muy bien de él. Sin embargo eso no quitaba que se había pasado los últimos 15 años protegiendo al hombre que le había quitado todo. Sin embargo, a pesar de no confiar completamente en él también sabía que, si permanecían en aquella plaza mucho tiempo más, sus perseguidores no tardarían en encontrarlos de nuevo. Por lo que, sin muchas más opciones, decidió aceptar su oferta y seguirlo hasta su campamento, ya podría obtener respuestas cuando estuvieran a salvo.
Durante el camino, Barristan le explicó quienes eran aquellos soldados uniformados que lo habían seguido y atacado antes en el callejón:
Al parecer, luego de que su hermana Daenerys liberara Astapor y se marchara junto a su nuevo ejército, dejó el gobierno de la ciudad en manos de un consejo 3 hombres sabios. Estos eran buenas personas y pretendían honrar las órdenes de Daenerys de mantener Astapor como una ciudad libre, próspera y segura para su gente, sin embargo había un hombre que tenía otros planes. Un antiguo esclavo carnicero llamado Cleon, que vio la oportunidad para tomar el poder. Hizo correr el falso rumor de que aquel consejo planeaba restaurar la esclavitud y regresar a las crueles costumbres de los amos. La asustada y paranoica población no tardó en creerse esa mentira y Cleon lideró una rebelión contra los 3 sabios, a quienes derrocó y asesinó brutalmente. Una vez consiguió lo que quería, se coronó a si mismo como el "Rey Carnicero". Creó una guardia uniformada para mantener sus leyes en la ciudad, e incluso comenzó nuevamente a secuestrar y entrenar niños para una nueva generación de Inmaculados. También habían rumores de que planeaba reinstaurar oficialmente la esclavitud.
Sin embargo, Cleon sabía que su traición y actividades pronto llegarían a oídos de la madre de dragones Daenerys Targaryen y que ella podría enviar a alguien a liberar Astapor nuevamente. Debido a esto, había ordenado a su guardia estar alertas de cualquier posible mensajero o espía que intentara ingresar a la ciudad. Por lo que, cuando 2 de sus hombres vieron a un extranjero de cabello blanco arribar a la ciudad con actitud sospechosa, decidieron seguirlo para arrestarlo inmediatamente. A pesar de aún no confiar en Barristan, Daegon sabía que si él no hubiera llegado a ayudarlo en aquel callejón, las cosas se podrían haber complicado. Por lo que al menos le debía al hombre la oportunidad de explicarse, aunque no pensaba bajar la guardia.
Ya había caído la noche y se encontraban en el campamento de Barristan. Este se encontraba en las afueras de la ciudad, en la ladera de una montaña rocosa por lo que estaba bien escondido. Allí, tal como el hombre le había dicho habían apostados 2 caballos y algunos fardos con provisiones. Al llegar, lo primero que Barristan hizo fue dejar su espada algo alejada de él y apoyada contra un árbol, consciente de que Daegon aún no confiaba en él y queriendo ganarse su confianza. Luego encendió una fogata que en ese momento estaba iluminando la pequeña zona y puso a cocinar algo de carne de sus provisiones. Finalmente, se sentó sobre una roca frente al fuego, Daegon hizo lo mismo del lado opuesto, pero sin quitar a Lekia de su cintura y decidió que ya era hora de obtener algunas respuestas.
-Bien.....lo primero que quiero saber es ¿como es que el hombre que protegió al asesino de mi hermano por más de 15 años, casualmente me encuentra y aparece de la nada diciendo estar arrepentido?. Lo vi en el juicio de Ned Stark, Ser Barristan, y no parecía muy inclinado a hacer algo al respecto. Lo único que hizo fue llevarse lejos al rey bastardo para protegerlo. Por lo que me disculpará si no confío en su repentino cambio de lealtad.-
Le preguntó el muchacho, seriamente. Para su sorpresa, en lugar de sentirse ofendido o intentar defenderse con alguna excusa, el hombre solo bajó la mirada hacia el fuego. Con la culpa y el arrepentimiento notorios en su mirada.
-Me temo que hice algo peor que eso, Su Alteza......estuve ahí cuando Ned Stark fue arrestado bajo falsa traición y no hice nada: Ni siquiera había pasado 1 hora desde la muerte del Rey Robert, cuando el príncipe Joffrey se sentó en el Trono de Hierro e hizo llamar a todo el Consejo Real para ordenarles comenzar con los preparativos para su coronación. Sin embargo Stark tenía escrita un último decreto real de Robert que me hizo leer frente a todos los que ese día estaban en el salón para confirmar su legitimidad. Tuve ese documento en mis manos y puedo confirmar su veracidad ya que tenía el sello de Robert y este estaba intacto. El decreto decía que nombraba a Stark como su sucesor y protector temporal de los 7 reinos, hasta que su heredero Joffrey alcanzara la mayoría de edad para poder convertirse en rey. Ese decreto era ley, la última voluntad del difunto rey que debía cumplirse bajo todas las leyes de los 7 reinos y en nombre del honor. Sin embargo, Cersei Lannister lo rompió frente a todos como si fuera un simple papel. Ante esto, Stark declaró que Joffrey no tenía ningún derecho al trono al ser un bastardo, por lo que el chico, enfurecido ordenó su arresto. Al parecer antes de acudir ante el llamado de Joffrey, Stark había hecho un acuerdo con Janos Slynt, el comandante de la guardia de la ciudad, de apoyarlo y apresar a los Lannister en caso de que hubiera una lucha por el poder, Petyr Baelish fue el intermediario. Sin embargo tanto Slynt como Baelish decidieron traicionarlo y todos sus hombres fueron asesinados cobardemente por la espalda y Stark arrestado, fue una carnicería. Todo eso ocurrió frente a mis ojos a solo unos pasos de mi.....y no hice absolutamente nada para evitarlo.-
Daegon conocía un resumen de lo ocurrido ese día, por lo que le había dicho Steffon Mallister en el refugio de la Guardia Pura. Pero el conocer todos los detalles de boca de Barristan, le hacía ver en verdad todo lo que estaban dispuestos a hacer los Lannister para mantenerse en el poder.
-Supongo que el bastardo no quería esperar algunos años más y Cersei quería silenciar a Stark para que no se supiera que se acostaba con su hermano el Matareyes.-
Ser Barristan asintió y continuó hablando.
-Ese día me vi en conflicto, pero mi deber era proteger al rey. Por lo que parte de mi se dijo que estaba haciendo lo correcto y continué con mis deberes. El día del juicio de Stark, cuando Joffrey quiso ejecutarlo en el momento fue un gran impacto, ni siquiera Cersei se lo esperaba. Luego comenzó el ataque y usted lo rescató, revelándose ante el mundo mientras yo solo puse a salvo a quien ordenó la ejecución, mientras usted luchaba por su cuenta. Luego del incidente Joffrey estaba furioso de el escape, de que usted estuviera vivo y más aún de que se hubiera atrevido a golpearlo en el rostro para salvar a Sansa Stark. Esa humillación y vulnerabilidad que sintió lo hicieron ordenar ejecutar por traición a varios guardias que fallaron en la seguridad e incluso a ciudadanos inocentes en una cruel e innecesaria cacería de brujas.-
Daegon recordó que Yoren de la Guardia Nocturna, le había dicho que las cabezas de 3 miembros de la Guardia Pura fueron exhibidas en picas por toda la capital y se dijo a si mismo, una vez más, que algún día regresaría y vengaría sus muertes. Luego continuó escuchando el relato de Ser Barristan.
-Pocos días después de eso, Joffrey comenzó a dar títulos a quienes lo habían apoyado. Por ejemplo Janos Slynt fue declarado como Lord de Harrenhall por traicionar a Ned Stark. Y a mi me relegó de mi puesto de comandante de la Guardia Real, un juramento que se toma de por vida. Me culpó por la muerte de Robert y dijo que, a mi edad, ya no podía proteger a nadie. Por lo que en mi lugar designó a Jaime Lannister, que imagino que a estas alturas debe de estar en la capital ya en ese cargo. Un hombre sin honor que asesinó por la espalda al rey que juró proteger. Eso fue lo último que necesitaba para que finalmente abriera los ojos sobre a quien estaba sirviendo realmente. La ira e indignación me invadieron ante esa humillación pública, pero me tragué esa ira para no cometer ninguna estupidez y me marché de la capital. Desde entonces lo e estado buscando, él último heredero varón al Trono de Hierro, para solicitar humildemente su perdón y ponerme a su servicio.-
Daegon escuchó todo seriamente, aunque no pudo evitar sentir pena por que un guerrero del calibre de Ser Barristan haya sido tratado así, luego de sus años de servicio por Westeros, ya fuera a favor de su casa o no. El Targaryen hizo silencio por unos segundos, antes de responder.
-Al menos es bueno que haya abierto los ojos......lo recuerdo brevemente de mi infancia en la Fortaleza Roja, Ser Barristan. Parecía la sombra de mi padre o de Rhaegar y siempre que este me llevaba a recorrer la ciudad usted estaba con nosotros.....-
Barristan asintió, con una mirada nostálgica y no pudo evitar esbozar una leve y triste sonrisa.
-Era mi deber, mi príncipe, y yo lo recuerdo a usted. Nunca se separaba de su hermano, incluso cuando se detenía en las calles a cantar a las personas usted siempre estaba a su lado, mirándolo con gran admiración. No se imagina mi sorpresa y luego alivio cuando lo vi irrumpir en la ejecución. Surgió y cayó desde un tejado y mientras intentaba poner a Joffrey a salvo lo vi de pie sobre la tarima cruzando espadas con Ilyn Payne. Cuando uno de sus hombres lo llamó "Daegon", supe que era usted. Pero antes de eso, le seré sincero.....por unos segundos creí que el mismísimo príncipe Rhaegar había regresado de la tumba. Si me permite decirlo, se parece mucho a él.-
Ante sus palabras, Daegon no pudo evitar esbozar una fugaz sonrisa con la comisura de los labios, recordando que Mace Tyrell le había dicho lo mismo varias veces. Y su expresión seria se suavizó levemente.
-Ya e escuchado eso antes......Rhaegar siempre pensó muy bien de usted. Me dijo que junto a Ser Arthur Dayne, usted era de los mejores espadachines que jamás había conocido.-
Barristan sonrió en una línea, ante ese comentario.
-El príncipe Rhaegar me honra....lamento profundamente no haber podido hacer lo mismo por él. Como sabe, yo estuve en la Batalla del Tridente y algo que lamentaré hasta el final de mis días es no haber podido hacer más ese día......no haber podido salvar su vida.-
Dijo, con arrepentimiento y dolor en su voz, mientras su semblante se tornaba sombrío y su sonrisa se desvanecía. Ante sus palabras, Daegon hizo una pregunta que había estado años en su mente, y que en ese momento tenía la oportunidad de responderla.
-Ser Barristan, ¿que ocurrió en el Tridente?. ¿Como fue que Rhaegar.......?. Tengo que saberlo.-
Preguntó con seriedad, aunque no pudo evitar que su tono de voz temblara ligeramente al pedirlo. Conocía mejor que nadie los detalles sobre la muerte de su hermano, ya que esta frecuentaba sus pesadillas desde hace más de 15 años. Pero nunca supo como fue la batalla en sí, ni porqué nadie de la guardia real de Rhaegar fue a ayudarlo, mientras Robert lo asesinaba a golpes con su martillo. Ante su pregunta, Ser Barristan suspiró levemente y cerró los ojos unos segundos, como si aún pudiera ver en su mente las imágenes de aquel día. Aunque hasta ese momento nunca había estado en una batalla real, Daegon conocía esa expresión. La había visto varias veces durante festines en Highgarden, cuando algún caballero recordaba alguna cruenta batalla pasada. Finalmente, el hombre abrió los ojos y comenzó a relatar:
-Fue uno de los días más duros de mi vida y aún lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer. Con todo respeto, el error de Rhaegar fue elegir enfrentar a Robert él solo. Estábamos de pie sobre una pequeña colina, junto con otros hermanos de la guardia real, viendo como la batalla se desarrollaba más abajo junto al vado. Las aguas eran poco profundas en esa época del año, por lo que el terreno lucía prometedor, y entonces lo vimos. El gran casco de ciervo de Robert Baratheon resaltando entre la multitud, mientras empujaba y asesinaba a nuestros hombres con simples golpes de su gran martillo. Le dije a su hermano que se quedara atrás y que nos dejara a nosotros encargarnos de Robert, ya que si Rhaegar caía entonces todo estaría perdido. Pero Rhaegar me miró a los ojos con fuego en su mirada y dijo que ningún príncipe verdadero abandonaría a sus hombres ni se escondería del peligro. Antes de que pudiéramos detenerlo, cargó colina abajo sobre su caballo y nosotros lo seguimos.....-
El hombre hizo una breve pausa, como si lo que estaba a punto de decir aún lo atormentaba. Finalmente continuó.
-Abajo, en el vado todo era confusión, hombres a caballo o a pie matándose entre ellos y hombres muertos mientras su sangre bañaba las aguas de la orilla. Fui desmontado de mi caballo y separado de mis hermanos entre el caos, luché mis propias duras batallas antes de que pudiera alcanzar a Rhaegar. Maté a muchos hombres ese día, tantos que ni siquiera pude contarlos o recordar sus rostros, pero también recibí varias heridas serias. Colapsé en el suelo mientras intentaba llegar al claro del vado donde Rhaegar y Robert estaban peleando. A esas alturas ambos también estaban desmontados de sus caballos y combatían con ferocidad, rodeados por un círculo de hombres que a su vez también estaban peleando. Intenté arrastrarme hasta ellos en el barro para proteger a mi príncipe, pero tenía varias heridas sangrantes en el abdomen y hasta moverme era una agonía, por lo que no podía hacer más que mirar. Entonces finalmente.....vi a Robert dar el golpe mortal con su gran martillo. El peto incrustado de rubíes de Rhaegar se quebró por completo, mientras estos volaban en todas direcciones y la sangre brotaba a chorros. Rhaegar cayó por completo a las aguas del vado y luego dejó de moverse.....murió en segundos.-
Ambos se mantuvieron en silencio por varios minutos, mientras solo el crepitar del fuego se escuchaba. Fue solo cuando Ser Barristan terminó el relato, que Daegon se percató de que había estado apretando los puños durante este, tan fuerte que se estaba haciendo daño en las palmas. Relajó sus manos y por instinto llevó una mano a la empuñadura de Lekia. Pero en lugar de desenvainar la espada, solo pasó sus dedos por el brillante rubí que estaba engarzado en esta, formado por los fragmentos de los mismos rubíes del peto de Rhaegar que Barristan había descrito. En sus pesadillas solo había visto el momento en que Robert le daba el golpe final a su hermano. Pero escuchar como habían terminado así y el porqué ninguno de los hombres de Rhaegar pudo llegar a ayudarlo, le había dolido. Luego de varios minutos finalmente volvió a hablar con voz queda.
-¿Y que le ocurrió a usted?.-
Barristan suspiró.
-Sin poder moverme permanecí en el suelo por lo que parecieron horas, con mitad de mi cuerpo en el agua y la otra en la orilla. Estuve a punto de morir, un hombre barbudo que ni siquiera tenía el emblema de una casa en sus ropas se paró sobre mi y me apuntó con una lanza, listo para liquidarme. Sin embargo Robert me vio, reconociendo mi armadura blanca y noqueó a su propio lancero con su martillo. Yo estaba demasiado débil como para siquiera hablar y lo último que escuché antes de perder la consciencia fue a Robert, ordenando a sus hombres que me llevaran con los Maestres. Aunque la batalla estaba lejos de terminar, ya que la mayoría de los hombres de Rhaegar aún no sabían que había muerto, por lo que seguían luchando con ferocidad. Luego llegó Ned Stark al campo de batalla, liderando una gran carga de caballería. Ante esto, nuestras filas se rompieron y la batalla terminó. Yo escuché el resto al día siguiente ya que estuve al borde de la muerte en la carpa de un Maestre.-
Daegon frunció la mirada.
-El usurpador asesinó a mi hermano, pero a ti te dejó vivir.....¿porqué?.-
Le preguntó seriamente, aunque no pudo evitar que su tono sonara acusatorio, aunque no lo pretendía.
-Créame Alteza, me e hecho la misma pregunta varias veces. Cuando se lo pregunté más tarde me respondió que yo era un hombre demasiado noble como para ser asesinado de esa forma. A pesar de todos sus defectos, Robert siempre se vio a si mismo como un héroe, que luchaba por el reino y la mujer que amaba contra un rey que había enloquecido y que se había vuelto un tirano. Pero todo eso terminó cuando se sentó en el Trono de Hierro, pues Robert Baratheon no estaba hecho para reinar, sino para ganar batallas. Después de 15 años de verlo sentado en ese trono, puedo decirle que creo que odiaba reinar más de lo que odiaba a Rhaegar.-
Daegon sabía que su padre durante sus últimos años de reinado había enloquecido y no intentaba defender o negar sus crímenes. Pero nunca vería a Robert Baratheon como un héroe.
-Sé que mi padre estaba loco, pero Rhaegar pudo haberlo manejado. Sé que él se habría encargado de asumir el trono con el menor derramamiento de sangre posible y que habría sido un gran rey.....Yo viajé con ustedes gran parte del camino hasta el Tridente. Rhaegar me llevó con él pero me mantuvo escondido ya que quería que se pensara que yo estaría en la capital. Luego, 3 días antes de la batalla me envió lejos durante la noche.-
Ser Barristan lo miró sorprendido, ya que claramente no tenía idea de eso porque Rhaegar lo había mantenido en secreto incluso para la guardia real. Aunque eso explicaba muchas cosas para él.
-Supongo que eso explica como fue que sobrevivió a la caída de la capital. Simplemente nunca estuvo allí.-
El Targaryen asintió y agregó con voz queda.
-Rhaegar me envió a un lugar seguro, prometiendo volver por mi una vez la batalla hubiera terminado. Así que lo esperé y lo esperé......pero nunca regresó, en su lugar solo llegaron las noticias de su muerte. Por lo que luego esperé a que el usurpador enviara a sus asesinos por mi a terminar el trabajo, pero esperé 15 años con miedo y tampoco nunca llegaron. Por lo que finalmente decidí que no podía vivir con miedo y escondido toda mi vida, que era hora de salir nuevamente al mundo. Enfrentar al asesino de mi hermano, mirarlo a los ojos y que supiera que sigo aquí, pero ese maldito jabalí llegó antes que yo.-
Dijo, sin apartar la mirada del fuego, sintiendo el danzar de las llamas casi hipnótico mientras hablaba. Luego levantó la mirada hacia Ser Barristan, pensando en que hacer con sobre su pedido de servirle. A pesar de sus sospechas, el hombre sonaba sincero y en su mirada podía notar el arrepentimiento y la culpa acumulados por años. Además su hermano siempre había hablado muy bien del hombre. Permaneció varios minutos en silencio y concentrado en el crepitar de las llamas, hasta que finalmente tomó una decisión.
-Siempre e estado acostumbrado a viajar solo y valerme por mí mismo, pero lo cierto es que quiero creerte. No te culpo por lo que le ocurrió a Rhaegar y sé que el Ser Barristan que recuerdo de niño habría dado su vida por cualquiera de nosotros de tener la oportunidad. Sé que eres un buen hombre, mal tratado por los Lannister que ahora poseen el trono de mi familia y aunque hayas cometido errores, aprecio que quieras remediarlos......Por lo que te daré la oportunidad de hacerlo.-
Estiró un brazo para tomar la espada de Ser Barristan de donde este la había dejado, y se la ofreció al hombre por la empuñadura.
-Ser Barristan Selmy, te acepto como mi guardia real bajo mi servicio. Pero quiero que sepas que no soy tu rey y no soy el rey de nadie. Mi objetivo actual y por lo que estoy aquí, es para encontrar a mi hermana y asegurarme de que está bien.-
Al no considerarse un rey, Daegon no estaba acostumbrado a hablar con tanta formalidad ni a dar órdenes. Pero sabía que Ser Barristan era un hombre honorable, por lo que decidió honrar su solemne petición de igual forma. Ante la luz de la hoguera, pudo ver como los ojos del hombre parecían iluminarse por 1 segundo al ser aceptada su propuesta. Aunque enseguida su expresión cambió a una solemne y agradecida. Recibió su espada y se arrodilló nuevamente frente a él.
-Gracias mi príncipe, es un honor. Mi espada y mi vida son suyas para comandar. Juro que lo protegeré y aconsejaré lo mejor que pueda hasta el final de mis días.-
Daegon asintió y con un gesto le indicó que podía volver a sentarse.
-Bien, entonces te daré mi primera orden.....Dime la verdad, ¿como fue que me encontraste?.-
Eso era algo que lo había estado preocupando desde hacía ya un rato. Ya que solo Ned Stark y el Maestre Aemon conocían los detalles y motivo de su viaje a Astapor, y dudaba que Ser Barristan se hubiera enterado por alguno de ellos 2.
-Es una larga historia.....y localizarlo no fue exactamente mérito mío.-
Dijo el hombre e hizo una pausa para guardar la espada en su cintura. Luego comenzó a explicar.
-Luego de haber dejado la capital, al saber que usted seguía vivo, mi intención era encontrarlo y ponerme a su servicio. Sin embargo no tenía idea de a donde podría haber ido luego de rescatar a Ned Stark. Más tarde, me llegó la noticia de que el ejército norteño se estaba retirando temporalmente de la guerra y regresando a su hogar, por lo que pensé que usted podría haberse ido hacia el norte. Ya que imaginé que querría alejarse lo más posible de la capital donde estaba siendo buscado y que Stark podría ofrecerle asilo en Winterfell en agradecimiento, por lo que mi plan era partir hacia allí, evitando el ejército Lannister que estaba regresando a la capital. Sin embargo, antes de que pudiera ponerme en marcha, recibí un mensaje e invitación desde Pentos. Más precisamente a la mansión de un hombre llamado Illyrio Mopatis.-
Daegon lo miró confuso y aunque intentó recordar ese nombre, no le sonaba ni siquiera de su infancia o que Rhaegar lo hubiera mencionado en algún momento.
-No conozco ese nombre.-
Ser Barristan asintió.
-Él me dijo que no lo conocerías, pero la princesa Daenerys y el difunto príncipe Viserys si. Es un rico comerciante de especias y magíster de Pentos. Al parecer, luego de la muerte de Ser Willem Darry, Daenerys y Viserys vagaron por las ciudades libres sin hogar y sobreviviendo como mendigos. Hasta que Illyrio los encontró y acogió en su mansión, al parecer vivieron allí durante medio año hasta que ocurrió la boda entre Daenerys y Khal Drogo de los Dothraki, orquestada por el propio Illyrio.-
-Y supongo que este hombre hizo todo esto solo por la bondad de su corazón....-
Respondió el Targaryen, con claro sarcasmo y escepticismo, ante lo cual Ser Barristan sonrió levemente de lado.
-Sería muy extraño si ese fuera el caso, pero no. Illyrio ve en el regreso al trono de los Targaryen, como una gran oportunidad para él. Para abrir nuevas rutas de comercio a Westeros y conseguir acuerdos comerciales con la corona que le harían ganar una gran fortuna y hacerlo aún más rico de lo que ya es. Además de conseguir protección de la corona ante posibles rivales comerciales. El propósito de la boda entre Daenerys y Khal Drogo era conseguir que el ejército Dothraki siguiera a Viserys hacia Westeros para recuperar el Trono de Hierro. Illyrio y Viserys pasaron meses planeando una posible invasión y el príncipe incluso le había prometido un asiento en su Consejo Real y nombrarlo Maestro de la Moneda cuando tuvieran éxito.-
En ese momento, Daegon comprendió hacia donde quería llegar Ser Barristan.
-Pero Viserys murió, asesinado por el mismo Dothraki cuyas tropas quiso comprar con mi hermana......y ahora este Illyrio Mopatis quiere que yo ocupe su lugar, ¿cierto?.-
El hombre no pudo evitar verse algo incómodo, ante la pregunta directa de Daegon, pero asintió.
-Así es, mi príncipe. Este hombre ve todo como si fuera un negocio y es muy cuidadoso, evaluando que beneficios o consecuencias podría traerle cada acción que va a tomar. La muerte del príncipe Viserys fue un golpe duro ya que Illyrio había invertido mucho en él. Por lo que una vez se enteró de que usted seguía vivo fue que me contactó y me pidió que lo buscara.-
Daegon suponía que ahora ese hombre querría ofrecerle su apoyo para recuperar el Trono de Hierro, pero no pensaba aceptar nada hasta encontrar a su hermana. Además de eso, aún había algo que le preocupaba.
-Aún no respondió mi pregunta, Ser Barristan. ¿Como fue que me encontró?, me esforcé en ser lo más discreto posible con este viaje.-
El hombre asintió.
-Teníamos las sospechas de que viajaría a Essos, tanto para encontrar a su hermana como para alejarse de Westeros por un tiempo. Luego de la conmoción causada en la capital y de la gran recompensa por su cabeza que los Lannister ofrecieron. Luego nos llegó la noticia de que había sido visto en Los Gemelos, rumbo a Winterfell, por lo que Illyrio hizo preparativos de vigilar cada puerto comercial norteño. Sus intenciones serán egoístas, pero el hombre tiene mucho poder e influencias. De hecho.....el barco mercante en el que usted viajó desde Guardaoriente del Mar hasta Astapor es suyo.-
Al escuchar esto, Daegon amplió los ojos con sorpresa e incrédulo.
-¿Que?, ¿como es eso posible?.-
Ser Barristan sonrió, levemente.
-Illyrio arregló la ruta comercial del barco para que hiciera una parada de mantenimiento allí y que alguien de la tripulación llevara cargamento hacia Winterfell y esparciera los rumores sobre el paradero de la princesa Daenerys. Esperábamos encontrarlo allí, pero supongo que en ese momento usted ya había viajado hacia Castle Black, donde luego el mensajero descubrió que usted estaba. Sin embargo Ned Stark escuchó el rumor y, a través de este hombre, envió un mensaje al capitán del barco, pagando su pasaje y pidiendo que lo esperaran, por lo que el plan de Illyrio aún así salió bien. Hace 1 mes recibimos una carta del capitán sobre su llegada al barco, enviada la noche anterior a su viaje, luego de que usted llegara al puerto y acordara su pasaje con él. Sabiendo que atracaría dentro de aproximadamente 1 mes en Astapor, Illyrio me envió a esperarlo. Llegué hace un par de días y supuse que al llegar a una ciudad extranjera y buscando información sobre su hermana, usted podría visitar una taberna, por lo que escogí la más cercana al puerto. Frecuenté el local durante 3 días, manteniendo un perfil bajo ante los guardias del Rey Carnicero, hasta que finalmente y con gran alivio lo vi aparecer......y henos aquí.-
El Targaryen estaba sorprendido de que todo su viaje hacia Essos hubiera estado arreglado y vigilado desde las sombras por esta persona. Durante sus 3 meses de viaje en barco había conversado varias veces con el capitán y nunca había pensado que tuviera segundas intenciones al llevarlo en su barco. Él creía que una vez abandonara Westeros estaría por su cuenta, pero ahora aparentemente este comerciante le ofrecía su ayuda. Aunque claro que buscaba algo a cambio.
-Comprendo.....¿y que es lo que Illyrio Mopatis quiere de mi exactamente?.-
Preguntó Daegon con desconfianza.
-Me pidió que lo lleve de regreso a su mansión en Pentos. Quiere acogerlo como su invitado, mientras busca apoyo para su causa y planea su regreso hacia Westeros para recuperar el Trono de Hierro. Lo que una vez le ofreció a Viserys, pero no pudo concretarse. Incluso me pidió que le entregara un regalo. En sus propias palabras, dijo que lo considere "una muestra de buena fe y de que su invitación es sincera".-
Al decir esto, el hombre se puso de pie y caminó hacia un hueco bien escondido entre 2 rocas grandes.
-No quería dejarlo junto a los caballos en caso de que alguien los robara, mientras no estaba aquí.-
Le explicó mientras se inclinaba y recogía algo oculto de entre la maleza. Luego regresó con un fardo atado en una tela marrón, el cual le entregó. Daegon notó que se sentía algo pesado, por lo que lo desató con curiosidad y al ver su contenido amplió los ojos, quedándose sin palabras por unos segundos:
Se trataba de una armadura brillante y de color rojo oscuro, que lucía imponente y emulaba la forma de un dragón. Desde los detalles de escamas en la zona del pecho, hasta las hombreras en forma de alas y el casco que tenía un diseño similar al del rostro de un dragón.
-Es.....hermosa. ¿Pero como.....?.-
Ser Barristan lo interrumpió con una leve sonrisa.
-Como le dije, mi príncipe. Illyrio es un hombre que tiene mucho dinero e influencias tanto en Pentos como en parte de Essos. Ordenó hacer la armadura para el príncipe Viserys, la estaba guardando y pensaba dársela cuando por fin fuera a zarpar hacia Westeros con un ejército. Pero ese momento nunca llegó, por lo que ahora es suya.-
El Targaryen pasó una mano por la armadura, el metal lucía brillante y resistente, pero no lucía tan pesada como otras armaduras que se había probado en Highgarden para entrenar. Por unos segundos estuvo tentado de aceptar la invitación y reunirse con ese hombre.....pero luego recordó algo.
-¿Y que hay de mi hermana?. Me dijo que Illyrio Mopatis la cobijó junto con Viserys, pero luego prácticamente la vendió a una tribu de salvajes. ¿Donde encaja Daenerys en los planes de este hombre?.-
Al escuchar su pregunta, una expresión de incomodidad y culpa llenó el rostro de Ser Barristan nuevamente y Daegon comprendió enseguida que algo iba mal.
-También quería advertirle sobre eso, mi príncipe.......Me temo que la princesa Daenerys va camino hacia una trampa.-
Al escuchar eso, Daegon se puso de pie con tanta brusquedad, que las partes de la armadura cayeron al suelo.
-¿Que?!.....explícate, ahora!.-
Notando la severidad en su mirada, el hombre asintió.
-Desde que dejó Astapor, la princesa Daenerys a estado avanzando hasta Mereen, con el propósito de terminar con la esclavitud en la región. Astapor y Yunkai ya cayeron ante su ejército de Inmaculados y la gran mayoría de esclavistas, o los Amos como se hacen llamar, fueron asesinados. Pero otros lograron escapar y refugiarse en las ciudades libres, donde aún tienen algo de poder e influencia. Y estuvieron los últimos meses conspirando en secreto y organizando un gran plan para detener su revolución. Con sus influencias, cada amo logró reunir un pequeño ejército en distintas ciudades libres, puede que incluso hayan compañías mercenarias involucradas. Nosotros sabemos de que se formaron tropas en Norvos, Qohor y Volantis, pero puede que también tengan gente en otra ciudad. También sabemos que partieron en barco hasta algún punto en el camino entre Mereen y Yunkai, luego esas 3 o más pequeñas tropas se unirán en un gran ejército comandado por algún general que desconocemos. Suponemos que planean interceptar el avance de la princesa y eliminar a su ejército antes de que llegue a Mereen. Sobre ella......pues parece que los Amos la quieren viva, temo que si la capturan su destino será mucho peor que la muerte.-
Daegon apretó los puños con furia, imaginando lo que hombres como esos le podrían hacer a su hermana de tenerla a su merced.
-¿Pero estamos hablando de la movilización de al menos 3 tropas de soldados. Aunque cada una sea pequeña, ¿como pueden mantener algo así en secreto?.-
-El negocio del esclavismo les dio a esas personas las riquezas y conexiones suficientes para lograrlo. Además, como parte del plan, Yunkai se rindió sin oponer resistencia. Buscando que la princesa se confíe, pensando que en Mereen ocurrirá algo similar y baje la guardia. También sabemos que los Amos están actuando con celeridad porque quieren capturar a la princesa antes de que sus 3 dragones crezcan. Al parecer ahora son pequeños y no muy útiles en una batalla, pero cuando crezcan convertirían a Daenerys en una amenaza aún mayor para ellos. Luego de torturarla a su gusto y probablemente matarla, piensan repartirse los 3 dragones entre ellos, buscando usarlos para asentar su poderío en la región.-
Ahora Daegon sabía que la situación de su hermana era peor de lo que pensaba ya que al parecer ella no tenía idea sobre ese plan secreto en su contra. Pero de pronto se percató de algo.
-¿Como es que tu e Illyrio Mopatis saben esto?, ¿Y que harán al respecto para ayudar a mi hermana?.-
Aún ante la tenue luz de la fogata, Daegon pudo ver como la culpa en el rostro de Ser Barristan aumentaba.
-Uno de los espías de Illyrio en Volantis descubrió la conspiración y le informó mediante una carta. Esta llegó hace poco más de 1 mes, algunos días antes de recibir la otra carta sobre su viaje en barco hacia Astapor. Aunque yo mismo le pedí a Illyrio que enviara ayuda a la princesa Daenerys, o al menos advertirle para que pudiera prepararse, el finalmente decidió negarse y no hacer nada. Aunque Illyrio no es un esclavista, muchas de sus operaciones de comercio de especias usaban mano de obra esclava para recolectarlas. Por lo que las nuevas actividades libertadoras de Daenerys han perjudicado algunos de sus negocios y él no está muy feliz con ella al respecto que digamos.-
La furia ardió en los ojos de Daegon como un fuego, ahora comprendía todo.
-Entonces déjame ver si entendí: Mopatis te envió a buscarme, ofreciéndome una armadura bonita, alojarme en su mansión y un plan para recuperar el trono de mi familia. ¿Mientras que a mi hermana después de todo por lo que pasó, simplemente piensa abandonarla y desecharla solo porque encontró a otro Targaryen para usar?!.-
Dijo fríamente y sin poder evitar controlar su rabia. Notando esto, Ser Barristan respondió con calma, pero pudiéndose notar también que tampoco aprobaba esa idea.
-Me temo que así es, como le dije antes, es un hombre que ve todo como si fuera un negocio. Y según su punto de vista, lo beneficia más apoyarlo a usted que a la princesa Daenerys que además, con sus acciones, está afectando indirectamente sus negocios. Illyrio incluso me pidió que no le mencionara nada sobre esto a usted, diciendo que el se encargaría de hacerlo una vez estuviera en Pentos. Probablemente maquillando la verdad a su conveniencia para ganarse su confianza.-
-Pero aún así me dijiste todo......-
Respondió Daegon, recobrando un poco la compostura.
-Lo hice porque, sin importar lo que Illyrio piense, se trata de su hermana y usted tiene derecho de decidir que hacer, estando aún a tiempo. Además, elegí buscarlo a usted y servirle en lugar de Daenerys porque, aunque usted no quiera el trono, sigue siendo el principal heredero a este. Pero aún así no quiero dejar que otro Targaryen muera, no después de que no pude hacer nada por salvar a los príncipes Rhaegar y Viserys.-
Daegon reconoció una vez más el sentido del honor y el deber que tenía Ser Barristan. Perfectamente podría haberse guardado esa información hasta que estuvieran en Pentos y entonces probablemente habría sido demasiado tarde para salvar a su hermana. Pero ahora las cosas habían cambiado. Tampoco pudo evitar recordar las misteriosas palabras que Quaithe le había dicho en el barco, sobre que debía encontrar a Daenerys y reunir a "las 3 cabezas del dragón". Finalmente miró a Ser Barristan a los ojos, con expresión decidida.
-Puede que Mopatis haya decidido abandonar a mi hermana, pero yo no. Aunque aprecio su invitación, mi objetivo no cambia. Viajaré siguiendo el camino de Daenerys, la encontraré y le advertiré sobre la trampa a la que se está dirigiendo. ¿Usted que hará, Ser Barristan?.-
El hombre respondió al instante.
-Le entregué mi espada y mi vida, mi príncipe. Me considero un hombre honorable y mi palabra no es algo que doy a la ligera. Lo seguiré a donde vaya, sin importar lo que me haya ordenado Illyrio.-
El Targaryen asintió, agradecido. Aunque luego, Ser Barristan agregó.
-Aunque, si me permite, mi príncipe. Usted piensa encontrar a su hermana y advertirle.....¿y luego que?. Es posible de que la emboscada caiga sobre ella antes de que pueda retirarse y que su ejército sea sobrepasado. Y por más diestros con la espada que seamos ambos, no podemos derrotar a todo un ejército por nuestra cuenta.-
Daegon bajó la mirada hacia el crepitante fuego. Pensativo y reconociendo que el hombre tenía razón. En esos momentos el único grupo armado que lo apoyaba sería la Guardia Pura de Steffon. Pero claramente ellos no podían hacer nada al estar a un continente de distancia y aunque no lo estuvieran, Daegon dudaba que le fueran a ser de ayuda. Pues la mayoría de sus hombres eran civiles que Steffon había armado y entrenado lo mejor que pudo pero, al igual que Daegon, nunca se habían enfrentado a un ejército real, solo a la guardia de la ciudad de la capital en pequeñas escaramuzas. Si quería salvar a su hermana, entonces necesitaría algo más grande.
-Tienes razón, en el peor de los casos estaríamos enfrentando soldados entrenados y mejor armados que nosotros 2........Entonces necesitaremos nuestros propios soldados.-
-Sería lo mejor alteza, pero eso sería algo difícil de encontrar. La idea más sensata sería contratar a una compañía mercenaria, pero actualmente no hay ninguna cerca de Astapor, por la situación con la guerra civil del Rey Carnicero. Además aunque las hubiera, habría que pagarles una gran cantidad de oro y generalmente toman las decisiones por unanimidad. También cabe la posibilidad de que ya hayan sido compradas por los Amos. Por lo que habría que esperar a que todos sus comandantes voten si aceptar nuestro encargo o no. Temo que para cuando eso ocurra, sea demasiado tarde y la princesa Daenerys ya esté muerta.-
Daegon asintió, mientras su mente ya comenzaba a formular un plan.
-No estoy pensando en tratar con una compañía mercenaria, demasiada burocracia y podrían traicionarnos ante el mejor postor. Aunque si es cierto que necesitamos oro si queremos comprar guerreros y creo que tengo una idea de como conseguirlo. Esta noche comeremos y dormiremos aquí y mañana a primera hora nos pondremos en marcha. Pero antes de eso escribiré una carta para Illyrio Mopatis que quiero que le hagas llegar. En la carta le explicaré lo que haremos y le diré que si en verdad quiere apoyarme para obtener mi favor y el de mi familia una vez recuperemos el trono, entonces debe hacer lo siguiente: Preparar el cofre más grande que tenga, lleno de oro y que lo tenga listo para enviarlo a donde yo le solicite en un futuro mensaje.-
Ser Barristan lo miró sorprendido, ante su iniciativa.
-Con todo respeto, mi príncipe, ¿de verdad piensa que Illyrio se lo tomará bien y aceptará sin más?. Puede que tome como un insulto el rechazar su invitación, luego de todas las molestias que se tomó por localizarlo.-
Daegon asintió.
-Es posible, pero debo correr el riesgo si quiero salvar a mi hermana. Además, usted mismo me dijo que este hombre invirtió mucho en Viserys y luego en Daenerys, antes de abandonarla a su suerte y a diferencia de ellos, yo aún no le debo nada. Si en verdad ve todo como una oportunidad de negocio, entonces sabrá que si me ayuda a salvar a mi hermana, entonces tendrá el favor de 2 Targaryen en lugar del de ninguno. Si Mopatis es tan rico como dices, no creo que quiera tirar por la borda todo lo que invirtió en nuestra causa por 1 cofre con oro.-
Ser Barristan escuchó parte del plan de Daegon, reconociendo que tenía sentido.
-Es un plan arriesgado, pero luego de vivir en la mansión de Illyrio un par de semanas y conocer como piensa, creo que podría funcionar. Tiene contactos en todas partes, por lo que me aseguraré de que la carta le llegue de forma segura, por la mañana. Pero me temo que aún hay otro problema, mi príncipe. Aunque tuviéramos todo el oro en el mundo, necesitamos hombres valientes y dispuestos a pelear contra los Amos, ¿pensó al respecto?.-
Daegon asintió.
-Aún estoy en eso, pero tengo una pequeña idea. Necesitamos hombres que, aunque puedan ser comprados, también pueda ganarme su respeto para evitar que me traicionen en el futuro. Tienen que ser despiadados, una fuerza igual o mejor en batalla que los inmaculados de mi hermana. Y para asegurar su motivación, no estaría mal que esta lucha sea personal para ellos. Es decir que necesitamos hombres que odien a los Amos tanto como mi hermana o incluso más.-
Al decir eso, el Targaryen dirigió una mirada hacia Astapor, que era iluminada en medio de la noche por los fuegos tenues de sus antorchas. Más precisamente miró hacia la estatua de la arpía que se alzaba cerca del centro de la ciudad. Símbolo de Astapor, pero también de la esclavitud que había hecho sufrir a innumerables personas durante décadas.
-Y creo que se justo donde encontrarlos.......-
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