Capítulo 25: Quienes Obramos en las Sombras
Steffon:
Ya había caído la noche en King's Landing y Ser Steffon Mallister, líder de la Guardia Pura caminaba por el puerto. El Mercado del pescado estaba desierto y sin otro sonido que el río Blackwater rompiendo contra la costa, mientras el hombre avanzaba sin prisa pero sin pausa hacia el punto de reunión. Esa misma tarde uno de los miembros de la Guardia había vuelto de su patrulla con un mensaje para él de Omar, el hombre que tenían infiltrado como guardia dentro de la Fortaleza Roja: Quería que se reunieran con urgencia esa noche. Debido a lo delicado de su posición Omar tenía órdenes estrictas de no salir de la Fortaleza a menos que fuera completamente necesario. Por lo que Steffon quería saber a que se debía la urgencia y más aún después de lo que le había pasado a Cory, el compañero de Omar que estuvo infiltrado junto a él hasta hace un par de semanas atrás:
Ocurrió un par de semanas después del rescate de Ned Stark y sus hijas y la huida de Daegon Targaryen de la capital. El Rey Joffrey había estado llevando a cabo una brutal cacería de brujas en las calles de la capital, buscando al grupo rebelde que había ayudado a Daegon. Muchos inocentes habían sido encerrados y torturados hasta la muerte por la Guardia de la Ciudad, y la Guardia Pura también había perdido a algunos miembros: Cory había sido descubierto por otros guardias, cuando estaba entregando un mensaje a uno de los reclutas de la Guardia. En lugar de rendirse para ser capturados y poner en peligro a los demás miembros de la Guardia, ambos decidieron resistirse al arresto luchando y fueron asesinados en combate, no sin antes llevarse con ellos a la tumba a 2 guardias Lannister. Sus cabezas se unieron a la colección que estaban clavadas en picas en los muros de la Fortaleza Roja, como recordatorio a los civiles sobre el castigo que tenía la traición. Fue un golpe duro para la Guardia y les rindieron homenaje en privado a sus compañeros caídos, que prefirieron morir luchando con valentía a traicionarlos.
Tywin Lannister y su hijo Jaime habían llegado hace ya varios días a la capital. Oculto entre la multitud Steffon los vio a ambos cabalgando hacia la Fortaleza Roja. Luego se enteró de que, hasta que la guerra terminara Tywin había nombrado a su hijo Tyrion Lannister como Mano del Rey en su ausencia mientras él se encargaba de comandar al ejército. Al principio le sorprendió un poco que eligiera al enano para ese puesto, pero también sabía que la astucia de este para lidiar con la política era bien conocida. Y además tenía sentido que se esperara que uno de los mejores comandantes de Westeros como Tywin estuviera al frente de la línea de defensa de la capital. Bajo las órdenes de Tyrion el acoso de la Guardia de la Ciudad a los civiles se había detenido, con el argumento de que su trabajo actual era ayudar con las defensas de la capital y no encerrar y torturar a ciegas civiles que podrían rebelarse contra la corona en caso de que Stannis o Renly Baratheon sitiaran la capital. A Steffon le había parecido una idea acertada y también facilitaba un poco más la vida de los miembros de la Guardia Pura. Con las pérdidas que habían tenido actualmente eran alrededor de unos 15 miembros, sin contar a los trabajadores del taller de telas que no sabían sobre la existencia de la Guardia. Eran tiempos difíciles pero debían resistir y cuidarse mutuamente como lo habían estado haciendo por 17 años.
Caminó por el Mercado del Pescado hasta que finalmente llegó al callejón acordado. Al ingresar vio a Omar esperándolo, mientras miraba alrededor con nerviosismo.
-Omar. ¿Está todo en orden?, no es común que nos reunamos tan de improviso.-
Preguntó, sin poder evitar sentir que algo no iba bien. Al ver llegar a Steffon, el hombre pareció calmarse un poco y se acercó a él, aunque aún lucía preocupado.
-Gracias por venir señor, no hay muchas novedades en la Fortaleza Roja. Pero eso no es por lo que lo llamé. Le ruego me disculpe pero le doy mi palabra de que esto no es una trampa....-
Aquellas palabras de Omar y su actitud evasiva hicieron que Steffon se sintiera aún más incómodo. Retrocedió un paso y con cautela dirigió su mano hacia la empuñadura de su espada que colgaba de su cintura.
-Omar....¿que está pasando....?.-
El hombre ahora lucía incómodo, carraspeó y finalmente dijo.
-Alguien me contactó dentro de la fortaleza. Y ahora quiere hablar con usted......-
Luego de decir esto le hizo una señal con la cabeza a alguien que Steffon no podía ver. Acto seguido y para su sorpresa, una persona salió de una de las esquinas del callejón: Vestía una túnica amarilla de seda y era calvo con el rostro algo regordete. Al verlo, Steffon lo reconoció al instante como Varys, el Maestro de Susurros de Joffrey.
-La araña! ¿Que demonios?!.-
Steffón amplió los ojos y rápidamente desenvainó su espada poniéndose en guardia, vigilando también la entrada del callejón a sus espaldas, esperando que de pronto apareciera la Guardia de la Ciudad de la nada para apresarlo. Varys no pareció inmutarse ante esto, como si ya esperara esta acción y sonrió en una línea.
-Ser Steffon Mallister, buenas noches, es un placer finalmente conocerlo.-
Dándose cuenta de que conocía quien era, Steffon dirigió una mirada iracunda hacia Omar.
-¿Que significa esto, Omar?! ¿Acaso sabes quien es él?!.-
Omar asintió, luciendo algo avergonzado pero también decidido.
-Él fue quien me contactó.....Señor, se quien es y que lleva los últimos 17 años sirviendo a nuestros enemigos. Pero solo.....escuche lo que tiene que decir. Le aseguro que esto no es una trampa.-
Steffon le mantuvo la mirada con firmeza, intentando buscar un atisbo de engaño en sus ojos. Finalmente asintió con la cabeza, pero sin dejar de apuntar a Varys con su espada.
-Muy bien....di lo que tengas que decir y hazlo rápido araña. Y si me doy cuenta de que me estás engañando.....-
Antes de que pudiera terminar la frase, Varys lo interrumpió con un suspiro fingido.
-¿Por qué es que ya nadie confía en el pobre eunuco?....le aseguro que no planee nada contra usted Ser, pero dadas las circunstancias creo que era hora de que ambos habláramos.....gracias Omar, yo me encargo desde aquí.-
Omar lo miró fríamente.
-No confundas las cosas araña, no respondo ante ti.-
Para remarcar esto acto seguido miró a Steffon.
-Iré a la entrada del callejón a revisar que nadie venga.-
Steffon asintió secamente con la cabeza y Omar se alejó, dejando solos a Varys Steffon, con este aún apuntándole con su espada.
-Habla, ¿que haces aquí?, ¿acaso viniste a ofrecerme como prisionero para el nuevo rey al que sirves ahora?. Siendo este el tercero parece que ya estás acostumbrado a cambiar de bando.-
Varys sonrió de lado, para nada intimidado por el arma que Steffon apuntaba hacia su pecho.
-Yo no sirvo a ningún rey, Ser Steffon, yo sirvo al reino y no tengo intención de entregarlo a usted o a su pequeño y admirable grupo....-
Al escuchar que sabía sobre la guardia, Steffon se tensó más, sujetando con fuerza la mano que sujetaba su espada. Varys pareció adivinar su miedo, por lo que mantuvo su expresión serena.
-No sé preocupe, le aseguro que no tengo pajaritos dentro de su guardia, solo algunos trabajando en su taller de telas para ganar su sustento diario, le suplico que no los prive de eso ya que si tuviera intención de actuar contra usted ya lo habría hecho, Ser. Omar fue igual de desconfiado que usted y me costó convencerlo de no cortar mi garganta al descubrirlo. Pero le hice llamarlo aquí porque creo que es hora de que hablemos.....de nuestro importante amigo en común.-
Steffon bullía de rabia al enterarse de que Varys tenía espías como trabajadores en su taller de telas y sabiendo que le costaría saber quienes eran sin causar una conmoción y exponerse. Sin embargo su expresión cambió a una de incredulidad al escuchar lo último que dijo.
-¿Amigo en común?, ¿de quien hablas, araña?.-
Preguntó, pensando que era imposible que se tratara de en quien él pensaba.
-Lo siento, creí que había sido claro. Hablo del Príncipe Daegon Targaryen, por supuesto.-
Al oír esto Steffon le dirigió al eunuco una fría e iracunda mirada y avanzó un paso hacia el, espada en mano. Aunque este ni se inmutó.
-¿El príncipe?, ¿de verdad esperas que crea que eres su aliado?. Tu vendiste a su padre el Rey Aerys a Tywin Lannister. No hiciste nada mientras los pequeños príncipes eran asesinados y Elia Martell violada y te escabulliste al lado del usurpador como una cucaracha donde lo estuviste apoyando todo este tiempo. Y no te atrevas a mentirme, yo estuve ahí cuando cayó la Fortaleza Roja!. Me abrí paso con mis hombres intentando en vano rescatar a los príncipes....YO VI TODO LO QUE PASÓ!.-
Dijo con un grito del cual inmediatamente se arrepintió. Afortunadamente el puerto estaba vacío por la noche y el sonido del río servía para opacar su voz. Sin embargo se había dejado controlar por la ira que seguía sintiendo de el día en que la capital había caído a manos de Tywin Lannister. El día en que había fallado en sus deberes como guardia y protector de la Fortaleza Roja. Varys pareció notar esto por lo que esbozó una leve sonrisa compasiva.
-No olvido que estuviste ahí, mi buen Ser. Pero si no recuerdo mal, ese día estabas montando guardia en la entrada principal de la fortaleza, lejos de él salón del trono. Por eso me temo que tienes algo de información errada: Yo no entregué al rey a los Lannister. Aconsejé al rey no permitir el ingreso de Tywin Lannister y su ejército a la capital hasta tener más información sobre sus intenciones. Sin embargo el Gran Maestre Pycelle, me temo que ya con su imparcialidad dañada, le aconsejó hacer lo contrario. El estado de paranoia que Aerys tenía en ese momento, sumado a su desesperación por un aliado contra Robert Baratheon hicieron el resto. Una vez este fue asesinado y la capital cayó si, me rendí y ofrecí servicio al nuevo rey, ya que si no habría muerto. Hice lo que tuve que hacer para sobrevivir ya que a diferencia de usted, yo no soy un guerrero o un héroe. Mi única arma son mi propia mente y las palabras. Pero aunque no pude llegar a tiempo para salvar a los príncipes Aegon y Rhaenys o a su madre Elia Martell, me di cuenta de que la supuesta muerte del príncipe Daegon había sido un engaño e hice todo en mi poder para que Robert y Tywin lo siguieran creyendo muerto.-
Steffon escuchó a Varys con atención. No confiaba en él, pero lo que le había dicho sobre el Gran Maestre tenía sentido. Una vez le había dicho a Daegon que todo el consejo real era un nido de víboras y lo seguía manteniendo: Pycelle, Baelish, Varys, todos queriendo manipular al rey de turno en único beneficio de sus propias ambiciones y objetivos.
-Dices que intentaste proteger al príncipe Daegon. ¿En verdad esperas que crea eso?, ¿acaso dices que fuiste tu quien lo escondió todos estos años?.-
Le preguntó incrédulo y Varys negó con la cabeza, haciendo una dramática mueca de pena.
-En absoluto, probablemente Daegon ya se lo haya dicho, pero eso tenemos que atribuírselo al príncipe Rhaegar. Hubiera estado gustoso de ayudar con un escape para el pequeño Daegon, pero me temo que Rhaegar no confiaba en mi estando tan cerca de su padre. Tengo información de mis pajaritos de que Rhaegar partió desde Dorne llevando a su hermano menor escondido y se unió a su ejército para marchar hacia El Tridente. Luego sé que durante una noche lo sacó de su campamento y lo envió lejos con un caballo y algunas provisiones, pero desconozco hacia donde y le perdí el rastro al príncipe luego de eso. Tengo que reconocer que el príncipe Rhaegar hizo un gran trabajo tomando medidas para la protección de su hermano. Aunque busqué cualquier indicio de su paradero durante los últimos 17 años no encontré nada, podría haber estado tanto en Westeros, como cruzando el Mar Angosto o incluso muerto. Pero no supe nada de él.....hasta hace unos meses, cuando uno de mis pajaritos me informó que un misterioso muchacho había llegado a la capital, ocultando su cabello blanco bajo una capucha. Honestamente sentí un gran alivio de saber que el príncipe Daegon Targaryen seguía con vida, incluso pensé en contactarme con él.......pero usted y su gente llegaron a, él primero, lo cual me alegra.-
Steffon chasqueó la lengua, desconfiado.
-Cuando uno de mis hombres encontró al príncipe, al principio el pensó que era uno de tus.....pajaritos. Casi lo asesina en un callejón como este, ¿que crees que te habría hecho si te presentabas ante el como si nada?.-
-Nada bueno seguramente, pero estaba dispuesto a correr el riesgo como lo estoy haciendo con usted ahora.....Por favor, ¿podríamos continuar esta conversación sin una espada apuntando a mi pecho?. No soy muy fanático de las armas y claramente usted tiene la ventaja aquí Ser, no iré a ningún lado. Incluso si lo prefiere puedo apoyarme contra uno de los muros.-
Respondió y le pidió Varys. Steffon dudó unos segundos, pero suponía que si eso era una trampa la Guardia de la Ciudad ya debería haber llegado hasta ahí, y aún podía ver la sombra de Omar vigilando en la entrada del callejón. Por lo que bajó su espada y la enfundó, pero manteniendo su mano derecha muy cerca de la daga que llevaba en su cintura.
-Listo, ahora responde. ¿Que dices que hiciste para proteger a Lord Daegon?.-
Varys sonrió amablemente y con notorio alivio al no tener el filo de la espada de Steffon tan cerca suyo.
-Estoy seguro que conoce la historia sobre la supuesta muerte del príncipe Daegon Targaryen, durante la caída y saqueo de la capital: Habiéndose separado de Lady Elia Martell y de sus 2 sobrinos durante el caos, encontrándose solo en medio de la destrucción de su hogar y con enemigos acercándose, el pequeño príncipe tomó la drástica y desesperada decisión de quitarse la vida. Se lanzó por el acantilado que hay detrás de la Fortaleza Roja cayendo a las tumultosas aguas del Blackwater. Hundido y arrastrado por la corriente, su cuerpo jamás fue encontrado. Pero la pregunta es.....¿Quien cree que inventó y propagó esa historia?. Claramente no pudo haber sido Rhaegar ni nadie de la familia real, ya que lamentablemente todos habían muerto.-
Steffon permaneció unos segundos en silencio, reconociendo que nunca había pensado demasiado en eso. La noticia de la muerte del príncipe Daegon, heredero al trono después de Rhaegar, le había llegado en los días siguientes a la caída de la capital. Días de miedo e incertidumbre, donde todos sus esfuerzos estaban concentrados en reagruparse con sus pocos compañeros aún vivos y esconderse en el Lecho de Pulgas. Pero ahora que se lo preguntaba si era imposible que Rhaegar incitara ese rumor.
-Déjame adivinar.....tu lo hiciste.-
Varys sonrió levemente y se inclinó extendiendo los brazos hacia ambos lados.
-Cuando me enteré de que Rhaegar había puesto al pequeño príncipe a salvo, supe que debía asegurarme de que siguiera así, pues ese niño era el futuro de la dinastía Targaryen y en un futuro podría convertirse en rey al ser el legítimo heredero al trono. Comencé el rumor sobre la muerte de Daegon y este se propagó por toda la capital, como esperaba.-
Steffon lo observó, con sospecha.
-Con Rhaegar muerto, Lord Daegon es el heredero al Trono de Hierro y era la principal amenaza para la conquista de el usurpador. Dudo mucho que ni él ni Tywin Lannister se hubieran confiado de un simple rumor sobre su muerte.-
-Muy perspicaz, Ser Steffon. Tiene razón, me temo que necesité de algo más sólido para que el rey dejara de buscar a Daegon.....necesité de un testigo: Un comerciante que vivía cerca de la capital y a orillas del Blackwater. Su casa fue saqueada durante el paso de las tropas Lannister y su mujer e hijos asesinados por soldados, por lo que no sentía mucho cariño por el bando rebelde de Robert. Lo convencí de pararse ante el nuevo rey y contarle mi versión de la historia, a cambio de un pasaje en barco hacia Lys y la suficiente cantidad de dinero para rehacer su trabajo de comercio ahí. Una vez aceptó lo llevé ante el rey y relató que había visto el cuerpo sin vida del príncipe Daegon: 2 días después de la caída de la capital, estaba en su hogar recogiendo lo que hubiera sobrevivido a los saqueos cuando vio algo flotando en el Blackwater. Era el cuerpo sin vida de un niño pequeño con armadura. Lamentablemente el peso de la armadura y la corriente fueron suficiente para arrastrar el cuerpo a las profundidades del río antes de que el hombre pudiera hacer nada. Sin embargo juró haber visto el emblema de la casa Targaryen en la armadura y que el niño tenía cabello blanco, por lo que supuso que se trataba de el cadáver del desaparecido príncipe Daegon. Claramente Robert quería ver el cuerpo, por lo que envió soldados a registrar el río. Pero tras días de infructuosa búsqueda concluyeron que el cuerpo había sido absorbido y arrastrado por la corriente hasta quien sabe donde. Tywin quería continuar la búsqueda e incluso presionar al comerciante sobre su historia, pero este ya estaba en un barco camino a Lys, como le prometí. Por otro lado Robert, seguramente queriendo convencerse a si mismo de que el príncipe Daegon estaba muerto, decidió detener la búsqueda, argumentando que debían concentrarse en reconstruir la capital y reunir a los 7 reinos luego de la rebelión. Así con el tiempo el asunto se fue olvidando y la muerte de Daegon Targaryen ya era un hecho para todo el mundo.-
Steffon escuchó con atención, reconociendo que, de ser eso cierto, Varys había jugado un papel crucial y en secreto, en ocultar al príncipe todos esos años.
-Supongamos que tu historia es cierta, araña. Luego de el escape de Ned Stark ya todos los 7 reinos saben que Daegon Targaryen está vivo. Y Tywin Lannister ya lleva semanas en la capital, ¿como es que tu cabeza sigue sobre tus hombros?.-
Varys sonrió a su propia manera.
-Tengo experiencia desviando la atención y escapando de la furia de reyes y otros gobernantes. En todo caso el comerciante mintió y yo solo fui un humilde intermediario que buscaba servir a su rey. Además incluso Tywin Lannister sabe que me necesita vivo y cerca del rey.....hombres como yo siempre son necesarios tenerlos más cerca que lejos.-
Steffon frunció la mirada.
-Si, veo que te gusta estar cerca del poder, sin importar manchar tu honor. Pasas de servir a un rey al otro como si fuera un juego para ti.-
-Oh, es que si es un juego, pero eso no quiere decir que no sea consciente de la seriedad e importancia de mi papel en él. En el juego de tronos puedes vivir o morir, no hay un término medio y no creo que muerto le sea de mucha ayuda para el príncipe Daegon ¿cierto?.-
Al escucharlo Steffon resopló.
-¿Y como esperas que confiemos en ti tan alegremente?. Luego de esta reunión perfectamente podrías ir con el mocoso rey y decirle todo sobre nosotros.-
-Mi querido Steffon, como dije, aunque no conozco todos los detalles, sé de tu grupo desde hace ya varios años ¿Alguna vez has tenido a la Guardia de la Ciudad golpeando a tu taller para una redada?.-
Esta vez Steffon se mantuvo en silencio, dándole la razón a Varys, por lo que este continuó.
-No les pido que confíen en mi, no soy ingenuo. Pero creo que la cooperación mutua está en el mejor de nuestros intereses. De una forma u otra buscamos lo mismo Ser Steffon: Lo mejor para la capital, para su buena gente y para todos los 7 reinos.-
Steffon rodó los ojos, escéptico.
-¿Que te importa a ti el bienestar de el reino?.-
Esta vez la expresión de Varys se puso tornó sombría y seria, por primera vez desde su encuentro.
-Todo, Ser Steffon. Me e dedicado y dedico mi vida entera a servir al reino y a su gente, independientemente de quien esté sentado en el Trono de Hierro. Que el pueblo llano viva seguro, con comida en su mesa y un techo cálido donde pasar el inminente invierno. Al igual que tu Guardia Pura ese es mi deseo. No voy a negar la locura de el Rey Aerys, pero dejándolo de lado los tiempos de la dinastía Targaryen fueron de prosperidad para el pueblo, sin embargo con Robert y más ahora con Joffrey......bueno: La pobreza aumenta cada día en la capital, las calles inundadas de mendigos o personas enfermas y moribundas. Disturbios por comida en cada puerta de la capital, por no hablar de el alto precio de los alimentos y los exorbitantes impuestos que cobra la corona. La seguridad también está en decadencia: La Guardia de la Ciudad robando y abusando de civiles como quieren, hombres valientes y honestos como Ser Barristan Selmy abandonando la Guardia Real....-
-¿Selmy?, ¿Que ocurre con él?.-
Lo interrumpió Steffon, confuso. Claramente conocía a Ser Barristan, uno de los mejores luchadores de Westeros y comandante de la Guardia Real de Robert y Joffrey. Pero no le había llegado la información de que había abandonado su puesto, el cual se suponía era un juramento de por vida.
-Parece que los Lannister desconfiaban de él, debido a su servicio hacia Robert y buena relación con Ned Stark. El rey lo despojó de su puesto como comandante de la Guardia Real en plena corte. Se le ofrecieron tierras y una fortaleza para descansar por su largo servicio al reino, sin embargo este vio herido su orgullo y se marchó de la capital. Sigo creyendo que fue una pobre decisión el apartarlo, a pesar de que podría pensar de el nuevo rey, Ser Barristan es un hombre de honor y habría luchado hasta la muerte por el rey que tuviera que proteger.-
Steffon escuchó con atención, no le tenía mucho cariño a Ser Barristan por haberse pasado al lado de Robert Baratheon después de la rebelión, sin embargo podía entender la ira y humillación que sintió el caballero.
-Entonces es otra pérdida más para la corona, parece que realmente están en decadencia....-
Varys asintió, complacido de que Steffon siguiera su punto.
-Ese es mi punto, y si la corona está en decadencia quiere decir que todo Westeros lo está. El pueblo necesita un nuevo rey. Alguien amable y compasivo que los escuche y entienda, pero también firme y valiente para defender su posición, hacer cumplir sus leyes y mantener el la paz.-
Steffon veía hacia donde iba Varys con eso, pero no iba a caer tan fácil en sus palabras.
-¿Y dices que ese es Lord Daegon?. ¿Porqué no Stannis o Renly Baratheon?, para alguien como tu no creo que sea muy difícil colocarte a su lado y servirles, cambiando nuevamente de bando.-
Varys fingió una expresión dolida ante el insulto de Steffon y respondió.
-Renly Baratheon es un buen hombre, carismático y querido por muchos. Sin embargo es demasiado blando y propenso a la manipulación de terceros, de conseguir el trono temo que alguien más reine en su lugar detrás de este. Stannis Baratheon es en muchas cosas lo contrario a su hermano: Firme, cree en la disciplina, temido por muchos y respetado por otros. Pero temo que no será muy querido por el pueblo y además tengo informes preocupantes sobre una de sus acompañantes: Una sacerdotisa de Asshai que veneran a su propio dios llamado el Lord de la Luz. Mis informes dicen que Stannis está siendo peligrosamente influenciado por esta mujer y es probable que de ganar el trono quiera imponer su religión por encima de los 7. Si eso ocurriera el pueblo tampoco lo aceptará y correrá sangre en una guerra religiosa.-
Steffon no conocía esa información sobre Stannis. No creía en magia o hechicería pero si era un creyente de los 7 al igual que muchos dentro de la Guardia Pura y casi todo el mundo en la capital. Sabía que si un rey intentaba imponer una religión extranjera a la gente de Westeros, correría sangre. Notando por su expresión que estaba de acuerdo con él, Varys continuó.
-Sin embargo creo que Daegon Targaryen toma lo mejor de ambos: Es amable y compasivo: Muchos de mis pajaritos en la capital son niños que usualmente mendigan en los mercados y e visto como durante su estadía aquí siempre les a dado monedas o comprado algo de comida, desde que dejó la capital muchos de ellos aún extrañan a "el hombre amable de la capucha" como lo solían llamar entre ellos. Pero también a demostrado ser valiente, un buen estratega y dotes de liderazgo: Después de todo fue quien dirigió su ataque a la corona en el juicio de Ned Stark, llegando a luchar contra el verdugo Ser Ilyn Payne y quitarle la vida. Gracias a esa hazaña su nombre es conocido en todo Westeros, contando con el favor de los Stark por haber salvado a Ned y a sus hijas. Además me a llegado la información de que en ciertas tabernas al norte y al este de la capital, hay juglares cantando sobre lo que hizo aquí. Lo llaman...."El Dragón Errante". "Creído muerto por 17 años y ahora de regreso buscando venganza por su familia".-
Steffon alzó una ceja al escuchar eso último. Pensando en lo que diría Daegon si se enterara de ese apodo con el que lo estaban llamando. Aunque no quería darle la razón a Varys, estaba de acuerdo en todo lo que había dicho sobre Daegon. Durante el tiempo que había estado viviendo con la Guardia Pura había causado una gran impresión tanto en él como en sus hombres, haciendo que todos estuvieran dispuesto a seguirlo incluso confiándole sus vidas durante el rescate de Ned Stark. Sin embargo al recordar lo que Daegon pensaba al respecto, suspiró levemente.
-Lo que dices es cierto, sin embargo poco importa ahora. Lord Daegon no quiere el trono.....no se siente preparado para gobernar y teme que gracias al poder la locura de su padre lo termine afectando.-
Varys permaneció en silencio unos segundos, meditando sobre las palabras de Steffon, por lo que este supuso que no conocía esa información. Aunque era lógico, ya que había sido algo que Daegon le había confiado solo a él y en privado.
-Interesante.....Robert no sabía que hacer con el trono, Joffrey no está preparado para el trono y tanto Stannis como Renly quieren demasiado el trono.....¿No ha pensado Ser Steffon que quizás el mejor rey sea alguien que no quiere el trono?.-
El hombre asintió en silencio. Claro que pensaba que Daegon sería un mejor rey que cualquiera de ellos, además de que el trono era suyo por derecho. Sin embargo las discusiones que había tenido con él al respecto no habían terminado muy bien.
-Aún así Lord Daegon ya está lejos y aunque dijo que iba a volver para ayudarnos con nuestra causa, habría que convencerlo de asumir el trono.-
-El tiempo puede cambiar a cualquier persona, Ser, habrá que esperar y ver que le depara al príncipe. Aún así, hay otro jugador a tener en cuenta......Daenerys Targaryen.-
Steffon amplió un poco los ojos.
-¿La princesa?, Lord Daegon pensaba que estaba viva y se marchó para buscarla. ¿De verdad lo está?.-
Varys esbozó su usual leve sonrisa, cuando tenía información que otros no. Lo cual era la mayoría del tiempo.
-Como le dije, durante los últimos 17 años desconocía si el príncipe Daegon estaba vivo o no, por lo que no quise poner todos los huevos en la misma cesta. Facilité la huida de la princesa Daenerys desde Dragonstone, junto a el príncipe Viserys, cruzando el Mar Angosto hacia Essos, ambos protegidos por Ser Willem Darry. Me temo que tuvieron muchos obstáculos por el camino y lamentablemente el príncipe Viserys fue asesinado por la tribu Dothraki y poco después de eso la tribu se dividió. Actualmente la princesa continúa en Essos, junto con una facción de esa tribu leal a ella, un ejército de soldados inmaculados.......y dicen los rumores que tiene 3 dragones.-
La noticia de la muerte del príncipe Viserys deprimió a Steffon, sin embargo al escuchar lo último que dijo Varys parpadeó un par de veces por la sorpresa.
-¿3 dragones?.....es imposible, hace más de 100 años que los dragones se extinguieron. Debe ser solo un rumor.-
-Es posible si, aunque mi fuente es confiable por lo que prefiero esperar a tener más información antes de hacer conjeturas. Además suponiendo que los rumores sean ciertos, esos dragones nacieron hace poco y pasará un tiempo antes de que sean una amenaza para la actual corona. Si el plan de Daegon es viajar a Essos para buscar a su hermana, entonces es probable que se encuentren pronto. Uno de mis pajaritos me informó que hace unos 5 días Daegon llegó hacia Los Gemelos buscando cruzar hacia el norte para llegar hasta Winterfell. El propio Ned Stark envió una escolta para él, actualmente ya deberían estar llegando hasta su hogar. También se me dijo que estuvo preguntando sobre Castle Black, por lo que imagino que antes de partir en busca de su hermana quiere pasar por ahí. Es entendible, después de todo el maestre de la Guardia Nocturna es un Targaryen.-
Steffon se sorprendió al escuchar las noticias de Daegon, pero suspiró aliviado sabiendo que estaba bien. Ya que no había sabido nada de él desde su huida de la capital.
-Es bueno saber eso, luego de lo que hizo por los Stark estará más protegido en el norte que en el sur. Si piensa viajar hacia Essos luego de Castle Black el camino más rápido sería tomar algún barco en uno de los puertos norteños.-
Varys asintió.
-En efecto, ese sería el curso de acción más prudente. Tengo un......socio de negocios en Essos que podría ver en su interés darle apoyo al príncipe una vez toque tierra. Lo contactaré para adelantarnos a su llegada. Las tierras cruzando el Mar Angosto son un lugar despiadado y sin reglas, sería casi un suicidio para un extranjero vagar solo por ellas. Luego de eso me temo que todo dependerá de él y de que se reúna con su hermana, Daenerys.-
Al conocer la reputación de Varys, Steffon aún no podía confiar en él. Sin embargo parecía sincero con sus intenciones sobre apoyar a Daegon y sabía que si los Lannister se enteraban de que se habían reunido en secreto, la cabeza del eunuco rodaría. Por lo que respondió.
-Estoy seguro de que a Lord Daegon le será útil toda la ayuda que podamos darle, aunque en estas circunstancias yo no puedo hacer mucho por él desde aquí.-
Ambos hicieron silencio por unos segundos y luego Steffon preguntó algo que venía pensando desde conocer lo planes de Daegon.
-Supongamos que Lord Daegon logra llegar a Essos, encontrar a su hermana y probar que realmente es Daegon Targaryen......¿Que pasa después?.-
Varys supuso a que se refería Steffon y sonrió en una línea.
-Esa es la pregunta de oro Ser Steffon. ¿Que podría ocurrir cuando 2 Targaryen con reclamo al trono se encuentren?. Me temo que no tengo una respuesta todavía y sucesos anteriores como la Danza de Dragones no sientan un buen precedente....-
Steffon frunció la mirada y la clavó en Varys.
-Lord Daegon es el heredero legítimo al Trono de Hierro!. Es el último hijo varón del Rey Aerys.-
Varys esbozó una sonrisa condescendiente.
-Estoy de acuerdo en eso con usted y admiro su lealtad por el príncipe Daegon. Sin embargo ambos sabemos que no siempre es el legítimo heredero quien termina triunfando.....Por un lado Daenerys Targaryen tiene un ejército de inmaculados, dothraki y supongamos que 3 dragones aún no crecidos, además de su belleza que en una mujer es un arma que no hay que subestimar. Sin embargo justamente por ser mujer habrá muchos que se opongan a verla en el Trono de Hierro. Además que podrían considerarla una invasora extranjera dadas sus actividades en Essos.....Por otro lado Daegon Targaryen tiene el reclamo más fuerte al trono, ya es conocido en todo Westeros de una forma u otra por su ataque contra la corona al rescatar a Ned Stark y a sus hijas y tiene el favor de el norte por ese mismo rescate. Sin embargo, no tiene un ejército, ya que, sin ofender Ser Steffon, los 15 miembros con los que cuenta actualmente su Guardia Pura no son suficientes como para conquistar los 7 reinos.-
Steffon apretó los dientes, al enterarse de que Varys sabía incluso cuantos miembros actualmente habían en la guardia.
-Por como hablas parece que tu ya tienes un favorito entre los 2....-
Le respondió fríamente, a lo que Varys negó.
-En absoluto, solo mencioné los hechos y lo que ambos príncipes tienen a favor y en contra. Pero solo estoy especulando, tendremos que esperar a ver que ocurre cuando se reúnan. A mi entender ocurrirá 1 de 3 cosas: Uno rechazará el Trono de Hierro y apoyará al otro a conseguirlo, o ambos se disputarán el trono y se enfrentarán mutuamente antes que a sus verdaderos enemigos.......o se podría arreglar un matrimonio entre ambos.-
Al escuchar eso último, Steffon alzó una ceja.
-¿Matrimonio?.-
-Con el príncipe Viserys muerto ambos son los 2 únicos herederos Targaryen en todo el mundo. El matrimonio entre hermanos o primos siempre fue algo normal entre los Targaryen para mantener la pureza de sangre. Si se casaran, las disputas por el trono cesarían y ambos podrían gobernar juntos como rey y reina de los 7 reinos. Además de que sus herederos tendrían sangre Valyria pura.-
Steffon reconoció que Varys tenía un punto, pero respondió.
-Es una idea astuta, pero es posible que Lord Daegon no acepte. Desconozco quien es y si lo supiera tampoco te lo diría, pero sé que está enamorado de una chica.-
Durante el más de 1 mes de estadía de Daegon en la capital, en una de las noches que se quedaban conversando y bebiendo juntos, habían venido vino de más y a Daegon se le escapó que había una chica muy especial para él esperándolo para cuando acabara con sus asuntos en la capital. Sabiendo lo reservado que siempre fue este con su vida personal, no había vuelto a mencionar ese asunto, sin embargo sabiendo eso ahora, dudaba que Daegon fuera a aceptar un matrimonio por conveniencia, al menos de momento. Varys lo escuchó y se pasó una mano por el mentón, pensativo.
-Ya veo.....eso podría dificultar la opción del matrimonio. Tendremos que esperar a que se reúnan, antes de conjeturar que puede ocurrir con el trono. Si ambos unen fuerzas, con el ejército de Daenerys y la reputación de Daegon para respaldarlos, serían una fuerza de temer. Aunque de corazón espero que no ocurra la segunda opción de una disputa entre ambos por el trono. Sería una situación similar a la que vivieron la princesa Rhaenyra y el príncipe Aegon II. Y siendo ambos hombres cultos, creo que sabemos como terminó eso....-
Steffon suspiró, sabiendo a que se refería Varys.
-Sangre, fuego y locura.-
Este asintió.
-Exactamente, no creo que tengamos mucho más que decir sobre esto hasta tener más noticias desde Essos, arreglaré que el chico reciba apoyo al tocar tierra y le informaré lo siguiente que sepa sobre él.....Me temo que el tiempo apremia antes de que la reina Cersei sospeche de mi ausencia. Sin embargo, antes de despedirnos hay algo más que me gustaría discutir con usted.-
Steffon se mantuvo en silencio y observó a Varys de forma inquisitiva. Este comprendió el gesto y continuó.
-Como probablemente usted y su grupo ya saben, hay miedo y preocupación en la capital por el avance de la guerra, y ese miedo es compartido en la Fortaleza Roja. Tywin Lannister tiene sus tropas apostadas fuera de las murallas y en estas se están reforzando las defensas. Es probable que o Stannis o Renly Baratheon intenten invadir King'sLanding, quien sobreviva luego de que se enfrenten entre ellos. Si eso ocurre y la capital llega a caer, su Guardia Pura quedaría atrapada entre 2 ejércitos los cuales los asesinarían sin dudarlo por apoyar a los Targaryen, ¿tienen alguna vía de escape fuera de la capital?.-
Steffon se mantuvo en silencio varios segundos y se pasó una mano por su barba. Esa era una de las tantas preocupaciones que la Guardia Pura tenía desde las últimas semanas: Si un ejército invadía la ciudad, no tenían forma de escapar siendo un grupo numeroso. La única vía de escape que el taller de telas tenía era el túnel subterráneo que llevaba a un almacén abandonado. Pero al estar dentro de la capital, no le serviría mucho para escapar de esta, además había ordenado usar ese pasaje con suma prudencia, después de haberlo usado de escape el día del juicio de Ned Stark. Por lo que en pocas palabras, estaban bastante jodidos en ese sentido.
-Me temo que no. Hemos estado discutiendo ideas sobre nuestro plan de acción en caso de una invasión, pero temo que de momento no tenemos forma de escapar de la capital que no sea abrirnos paso luchando.-
Varys sonrió nuevamente a su propia manera.
-Bien, entonces creo que yo puedo encargarme de eso. No estoy seguro de cuando podría comenzar esta invasión, podrían ser meses o incluso más de un año en lo que el ejército enemigo logre llegar a la capital, pero creo que si ocurrirá. Claramente pensaba organizar un escape para mi en barco caso de que eso ocurra, pero creo que puedo arreglar las cosas para que también pueda llevar a la cantidad de personas que tienes en tu guardia. Considérelo una.....ofrenda de paz. Además, estoy seguro de que Daegon Targaryen los necesitará si regresa de Essos. Creo que en estos tiempos el que colaboremos está en nuestros mejores intereses ¿no cree?.-
Steffon sabía bien a que se refería Varys con "colaborar". Pero aunque no lo admitiría frente a sus hombres, era cierto que la Guardia Pura necesitaba apoyo, y eso es justamente lo que Varys le estaba ofreciendo.
-Muy bien.....agradezco y acepto tu oferta. Pero te advierto algo araña.....no seré uno de tus pajaritos. Esta colaboración debe ser mutua, yo compartiré la información que tenga contigo pero solo en lo concerniente al estado de la gente en la capital y sus defensas. Mientras que tu harás lo mismo respecto al príncipe Daegon y nuestra causa....¿está claro?.-
Varys volvió a sonreír suavemente e inclinó la cabeza.
-Como el agua, Ser Steffon. Entonces......¿tenemos un acuerdo?.-
Preguntó y estiró una mano regordeta hacia él. Steffon dudó unos segundos pero, a pesar de que parte de él le aconsejaba cortarle el cuello al eunuco ahí mismo, finalmente estrechó su mano brévemente. Varys sonrió complacido.
-Bien....creo que eso es todo por ahora entonces. Estaré en contacto para reunirnos nuevamente en el futuro. Le deseo buenas noches Ser Steffon, fue todo un placer.
Dijo en su habitual forma amable y pasando por el lado de Steffon, comenzó a alejarse hacia la entrada/salida del callejón a sus espaldas. Sin embargo antes de que saliera Steffon se giró hacia él.
-Araña.-
Este se detuvo y dándose vuelta lo miró expectante.
-No creas que esto significa que aún confío en ti. Tendrás que ganarte eso.-
Varys esbozó una triste sonrisa.
-Soy consiente de eso Ser. Me temo que hombres como usted o yo tenemos que ganarnos todo. Lo damos todo por el reino y su gente pero al final siempre somos vistos como espías, mentirosos o terroristas. Sin gratitud y sin recompensas.....ese es el destino, de quienes obramos en las sombras.-
Daegon:
Las criptas de Winterfell eran oscuras y estaban iluminadas de forma tenue por velas colocadas en cada estatua. Era un laberinto de pasillos de varios niveles de profundidad, que se extendían hasta la oscuridad, albergando los restos de cada Stark fallecido desde la construcción de Winterfell. Daegon se encontraba de pie y en silencio frente a la tumba de Lyanna Stark. Quien hubiera esculpido su rostro en la estatua de piedra había hecho un gran trabajo, ya que se veía exactamente igual a como él la recordaba. Ver el rostro de ella de nuevo después de 17 años trajeron emociones encontradas a la mente del Targaryen, tanto de alegría como de dolor y pérdida. Sin embargo apretó los puños unos segundos, buscando librarse de ellas y, clavando su mirada en los ojos de piedra y sin vida de la estatua, intentó esbozar una leve sonrisa.
-Buenos días mi lady.....finalmente pude venir a verla y solo necesité salvarle la vida a su hermano.-
Soltó una pequeña y leve risa seca, que murió en el eco de las criptas. Aunque luego su expresión volvió a tornarse sombría.
-Han pasado muchas cosas desde Dorne, Lady Lyanna, pero resumiendo: Mi vida es un maldito desastre ahora mismo. Mi casa está casi extinta, estoy en medio de una guerra donde todo el mundo quiere el trono que le corresponde a mi familia por derecho. Y estoy a punto de embarcarme en un viaje suicida a un continente salvaje, solo y sin apoyo de ningún tipo para buscar a mi hermana que quien sabe donde pueda estar......Por lo que creo que si estoy bastante jodido actualmente.-
Hizo una breve pausa, apretando los puños con fuerza para intentar controlar las emociones que estaban aflorando en su interior, con cada palabra que decía.
-Después de 17 años me sigue haciendo muchísima falta su apoyo y el de Rhaegar, además de sus consejos. Usted fue la madre que nunca tuve durante mi infancia cuando mi mundo entero se estaba desmoronando a mi alrededor y nunca pude despedirme adecuadamente de usted. Por lo que solo quería decirle........gracias, gracias por todo......y espero que donde sea que esté pueda descansar en paz, Lady Lyanna.-
A pesar de que intentaba controlar sus emociones, su voz se quebró un poco en esas últimas palabras y una lágrima solitaria se deslizó lentamente por una de sus mejillas. Encendió las velas de la estatua de Lyanna y estirando una mano la apoyó suavemente en una de las frías mejillas de piedra de esta, manteniéndose así por unos segundos para luego apartarse. Luego dirigió una mirada hacia el oscuro interior de el pasillo donde se encontraba. Por algún motivo que desconocía, sentía un extraño deseo de explorar hacia donde llevaba lo más profundo de esas criptas, pero negó con la cabeza en silencio. No sentía que fuera prudente vagar por donde los Stark honraban a sus difuntos. Uno de los guardias le había dicho que parte de la cripta había colapsado muchos años atrás, por lo que los niveles más profundos estaban inaccesibles. Y además le había prometido a la pequeña Arya Stark que la ayudaría a entrenar luego de sus lecciones con el maestre y eso le serviría para despejar un poco su mente. Por lo que se limpió la lágrima de su rostro y luego de hacer una silenciosa despedida a la estatua de Lyanna comenzó a caminar fuera de las criptas.
A pesar de la reveladora conversación con Ned Stark la noche anterior y de haber bebido demasiado. Había dormido de forma muy confortable y sin las pesadillas recurrentes sobre la muerte de su hermano Rhaegar, cosa que agradeció enormemente. Había desayunado algo en el Gran Salón y luego se dirigió hacia donde Ned le había dicho que se encontraban las criptas, queriendo visitar a Lyanna mientras esperaba a que Arya terminara sus lecciones. Y había permanecido en las criptas hasta ese momento.
Al salir de las criptas, al patio principal de Winterfell no pudo evitar que un escalofrío recorriera su cuerpo debido al frío que hacía. Al estar acostumbrado a la temperatura cálida del Sur, no tenía abrigos norteños en su escaso equipaje, sin embargo Ned se había adelantado a esto y le había dejado algunos en la habitación que le prepararon. A pesar de su abrigo sentía el frío en su rostro y manos, pero suponía que eso no sería nada al frío que debía hacer en Castle Black, estando junto al gran muro de hielo. Además, durante el desayuno Ned le había advertido que ese frío era apenas una fresca brisa comparado con el que haría cuando el invierno llegara. Por lo que se acomodó mejor su abrigo y avanzó por el patio nevado, esperando acostumbrarse pronto.
Pidió al maestro de armas de Winterfell 2 espadas de madera, con las que entrenaban los niños, y se dirigió hacia donde le habían dicho que Arya lo esperaría. Al llegar a una sección amplia del patio vio que la niña ya estaba ahí y entrenando por su cuenta, por lo que se detuvo a observarla en silencio y para su sorpresa ella parecía saber muy bien lo que estaba haciendo:
Estaba equilibrándose usando solo un dedo de su pie, esforzándose por no caerse, mientras que con una mano manejaba a su espada Aguja. La movía al principio hacia arriba de forma lenta y suave, y luego hacia adelante en un rápido y silencioso tajo. Todo esto mientras mantenía el equilibrio y su rostro denotaba una concentración absoluta. Daegon nunca había practicado la llamada "danza del agua" ya que había sido entrenado por Rhaegar y Ser Arthur Dayne en el estilo de combate tradicional de Westeros. Sin embargo había escuchado la teoría de este y leído algo al respecto en Highgarden, por lo que reconoció el estilo.
"Entonces esta es la famosa danza del agua.....parece que ese Bravoosi sabía lo que hacía."
Se mantuvo en silencio observándola un poco más, notando como se mantenía equilibrada todo ese tiempo sin problemas.
-Nada mal.-
Dijo finalmente, dando a conocer su presencia. Arya se sobresaltó un poco y giró a verlo, perdiendo la concentración y cayendo al suelo, aunque sonrió emocionada al ver que Daegon había llegado. Este se acercó un poco.
-Ya es bastante impresionante que puedas mantener ese nivel de equilibrio. Por tu tamaño pequeño es fácil ahora, pero si sigues practicando no tendrás demasiados problemas para cuando crezcas.-
Arya se puso de pie y escuchó el cumplido.
-Syrio me enseñó. Me dijo que los danzantes del agua en Braavos pueden mantenerse de pie sobre un dedo por horas. Y que por mi tamaño tengo la ventaja de ser más ágil.-
Daegon asintió.
-Hombre listo. Aunque.....si vamos a practicar dejarás a tu Aguja de lado por ahora. Parece que si sabes usarla pero si tu madre ve que te estoy entrenando con una espada real entonces habrán problemas.-
Le dijo, esta vez con seriedad e hizo un gesto con la mano para que se la entregara. Arya frunció la mirada inconforme, pero el tono de Daegon no daba lugar a discusión y este mantuvo su mirada firme, por lo que se la entregó a regañadientes. Este la tomó y la observó unos segundos, balanceándola en su mano.
-Buen trabajo de herrería....pequeña pero fácil de manejar y ágil si se sabe clavar en la zona correcta.-
Arya sonrió orgullosa.
-Mi hermano Jon encargó hacerla a medida para mi.-
-Pues sin duda tu hermano sabía lo que hacía, el tamaño perfecto de arma para que puedas practicar.-
Volvió a enfundar a Aguja y la dejó en la nieve a sus espaldas para que Arya no estuviera tentada a usarla mientras practicaban.
-Muy bien, para entrenar usaremos estas.-
Dijo Daegon y sin previo aviso le lanzó una de las espadas de madera a Arya para que la atrapara. Pensó que no lo lograría y caería al suelo, pero la niña la atrapó al vuelo y sujetó con 1 sola mano a pesar de el peso que esta tendría para alguien de su edad.
-Impresionante, veo que tienes práctica en esto.-
Dijo, con una sonrisa cómplice la cual Arya le devolvió. Luego él también sujetó adecuadamente su espada de madera. Al estar muy acostumbrado al peso, balance y tamaño de Lekia, sintió extraño tener una espada distinta en sus manos, por lo que la giró con agilidad en su mano por unos segundos para acostumbrarse a esta.
-Bien.....por lo que vi al llegar ya conoces lo más básico. Como la postura y el sujetar adecuadamente la espada. Pero quiero ver como te mueves, por lo que comenzaremos con algo simple. Intentaré golpearte con la espada y tu solo tienes que bloquear para evitar que lo haga, ¿de acuerdo?.-
Arya asintió, borrando la sonrisa de emoción de su rostro y reemplazándola con absoluta concentración. Daegon sonrió de lado, se alejó un poco y también se puso en posición, girando la espada en su mano. Unos segundos después dirigió un golpe a Arya hacia la altura del pecho, el cual ella logró bloquear interponiendo su espada en el medio. Con un poco más de velocidad separó su espada y dirigió un tajo horizontal hacia su cintura, que Arya pudo esquivar dando un pequeño salto hacia atrás.
-Nada mal, tienes buenos reflejos.-
A pesar de lógicamente estar midiendo su fuerza y velocidad para entrenar a la niña, Daegon sabía que alguien sin entrenamiento previo habría recibido el primer golpe y caído de espaldas al suelo.
-Ahora, prepárate para el siguiente.-
Le advirtió y dirigió otro golpe hacia Arya. Durante los siguientes minutos ambos continuaron con ese ritmo, pudiéndose notar la diferencia entre los estilos de ambos: Mientras que Daegon, aún midiendo su velocidad, era rápido y directo con sus movimientos. Los de Arya eran ágiles pero también silenciosos, casi de forma felina. En varias ocasiones Daegon intentó hacer una finta básica, simulando mover su espada en una dirección para en cambio atacar desde la otra. Sin embargo no pudo engañar a Arya, notando como esta en lugar de mirar su espada, tenía la mirada clavada en sus ojos durante todo el duelo. Arthur Dayne le había dicho una vez, cuando niño, que fuera quien fuera el oponente, su rostro nunca mentiría, en especial sus ojos. Parecía que Arya conocía esa lección también.
"Parece que subestimé un poco a esta niña."
Pensó Daegon y habiéndo ya visto mucho de el estilo de Arya, decidió probar algo más. A propósito había concentrado todos sus ataques a la altura del pecho y cintura de la niña, ya que debido a su estatura y corta espada era la zona más fácil de defender. Sin embargo luego de que Arya bloqueara otro ataque suyo, sin previo aviso dirigió un golpe por detrás de sus piernas. Este la alcanzó y la hizo caer al suelo de espaldas con un gruñido.
-¡Lo hiciste a propósito!.-
Se quejó Arya mientras se ponía de pie y el Targaryen sonrió divertido.
-Claro que lo hice, en un combate real tu oponente no te va a preguntar donde quieres que te golpee. Sabes como usar la espada y tus reflejos son muy buenos. Sin embargo debes estar lista para defender cualquier zona de tu cuerpo, en especial extremidades como brazos y piernas.-
Hizo una breve pausa, notando como Arya lo estaba escuchando con atención. Nunca había entrenado a nadie, por lo que no podía evitar sentirse algo extraño de que alguien lo admirara así, pero continuó.
-Durante nuestro duelo vi que siempre me mirabas a los ojos, eso es bueno. Mi antiguo maestro me dijo que sin importar la naturaleza de un hombre, su rostro es como un libro abierto, y los ojos nunca mienten. Si aprendes a leerlos, podrás predecir el movimiento de tu oponente antes de que lo haga.-
-¡Syrio me dijo lo mismo!.-
Dijo Arya, con un breve brillo en sus ojos, aunque su expresión se apagó al recordar a su difunto maestro. Daegon notó eso.
-Tu padre me dijo lo que le pasó, lo lamento mucho. Era un hombre valiente sin dudas....estoy seguro de que estaría orgulloso de que sigas entrenando con sus enseñanzas.-
Al decir esto vio como Arya lograba esbozar una leve sonrisa.
-Si lo fue......gracias.-
Daegon también sonrió y luego continuó.
-Bien, lo primero que tienes que corregir es no dejar que te tomen por sorpresa en un ataque, pudiendo cubrir todo tu cuerpo. Tienes la agilidad de tu lado, por lo que ya tienes una ventaja. Pero ahora quiero ver que tal eres a la ofensiva......intenta desarmarme.-
Arya amplió un poco los ojos al escuchar eso.
-¿Desarmarte?, ¡pero eres mucho más alto y fuerte que yo!, no podría hacerte soltar la espada.-
Daegon sonrió de lado.
-¿Que edad tienes, Arya?.-
La niña lo miró, confusa.
-12 años, ¿Porqué?.-
La media sonrisa del Targaryen se ensanchó un poco más.
-Bueno, no es para presumir pero....cuando yo tenía la mitad de tu edad, pude desarmar al mismísimo Ser Arthur Dayne. Y no tuve ningún espadachín Bravoosi que me entrenara antes.-
Le dijo divertido y Arya lo miró incrédula, relacionando eso con cuando le había mencionado a su maestro, minutos atrás.
-!¿La Espada del Alba fue tu maestro?!.-
Daegon no pudo evitar reír ante la emoción de la menor de los Stark.
-Así es, tanto él como mi hermano Rhaegar me entrenaron en el arte de la espada desde muy temprana edad. Lograr desarmar a Ser Arthur fue toda una hazaña, te lo aseguro. Me tomó un mes entero de constante entrenamiento lograrlo. Me temo que no disponemos de tanto tiempo antes de que me marche, por lo que aceleraré un poco las cosas y te explicaré directamente la técnica. ¿Lista?.-
Arya lució algo decaída al escuchar que Daegon se marcharía pronto de Winterfell, pero ante su pregunta, la expresión de concentración volvió a su rostro y asintió.
-Lista.-
-Bien....lo más importante en un combate con espada no es la fuerza de tu oponente. La mayoría de las personas que no saben luchar simplemente blanden la espada como si fuera un palo y sus golpes son solo fuerza bruta al azar.....lo más importante es la estrategia: Usar no solo la fuerza de tu oponente sino también su altura en su contra. Hay distintas zonas del cuerpo que no suelen ser muy cubiertas al no ser vitales, pero si las golpeas de la forma adecuada, puedes ser capaz de aturdir a tu oponente. Por ejemplo.....-
Aprovechando que Arya estaba desprevenida, movió su espada rápidamente y dio un suave pero firme golpe en el codo de el brazo que sujetaba su espada.
-¡Oye!.-
Se quejó la niña con un gruñido, soltando su espada y frotándose el brazo que se le había entumecido por unos segundos. Daegon sonrió, divertido.
-Eso mismo puedes hacerle a tus oponentes si los golpeas en diferentes zonas: El codo, la rodilla, ciertos puntos de la espalda....golpea los nervios en los lugares adecuados y tu oponente estará aturdido. Suena simple pero en un combate real eso te dará el tiempo suficiente para desarmarlo o incapacitarlo....-
-.....O matarlo.-
Lo interrumpió Arya en un tono sombrío que desconcertó un poco a Daegon.
-Bueno.....si, pero no es por eso que te estoy enseñando. Espero que nunca llegues a tener que hacer eso.-
Al terminar de decir eso, notó como Arya bajaba la mirada hacia el suelo y le temblaba un poco el labio inferior. Al creer comprender el motivo, Daegon amplió un poco los ojos.
"Ella ya a.....?......oh mierda."
-¿Estás bien?.-
Preguntó, notando el brusco cambio en la expresión y actitud de Arya. Esta asintió, aunque de forma no muy convincente para Daegon.
-Leí......leí muchas historias sobre los Targaryen. Muchos fueron grandes guerreros, incluyendo mujeres. Entonces yo quería saber si.....-
La niña lucía inquieta, como si le quisiera decir algo, pero luego se detuvo y observó alrededor, nerviosa. El patio estaba lleno de soldados, algunos practicando y otros simplemente haciendo su guardia rutinaria. Daegon notó esto y viendo un rincón vacío y apartado cerca de la entrada a la herrería se lo señaló a Arya con la cabeza. Esta asintió y ambos se dirigieron ahí. Luego, Arya finalmente tomó valor y volvió a mirar a Daegon.
-En King'sLanding, tu......mataste a Ilyn Payne. Para salvarle la vida a mi padre.-
Daegon recordó el caos que se había desatado en al juicio ante la sentencia de muerte de Ned Stark. Todo había pasado muy rápido y había atravesado el cuello del verdugo con Lekia en el calor del momento. Sin embargo no se arrepentía, si no hubiera llegado a tiempo la cabeza de Ned habría quedado clavada en un pico y toda esa situación habría sido muy distinta.
-Si, lo recuerdo bien.-
Arya dudó unos segundos pero finalmente preguntó.
-¿Esa.....esa fue tu primera muerte?. Es decir, el primer hombre que matas.-
Daegon se sorprendió por la pregunta. Estaba seguro que Ilyn Payne no iba a ser el último hombre que tendría que asesinar en su búsqueda, pero tampoco había sido el primero......
FLASHBACK:
Su primera muerte había sido varios años atrás, cuando estaba viviendo y criándose en Highgarden en secreto, bajo la identidad de Axell Storm. Había ocurrido cuando él tenía 15 años de edad, pocos meses después de su visita a El Tridente y de encontrar los trozos de rubí de Rhaegar que luego había engarzado en la empuñadura de Lekia.
Una mañana, un grupo de campesinos había llegado al castillo, desesperados por hablar con lord Mace Tyrell. Al parecer se había formado un numeroso grupo de bandidos que estaban atacando pueblos pequeños en todo el Dominio. Robaban el oro, comida y armas que encontraran, quemaban cultivos y violaban a las mujeres sin piedad u honor alguno. Esos campesinos eran sobrevivientes de uno de dichos pueblos, pero estaban malheridos y habían perdido sus hogares. Como Lord de el Dominio, Guardián del Sur y habiendo jurado mantener la paz del rey, Mace sabía que debía tomar cartas en el asunto y llevar a esos criminales ante la justicia. Preparó una guarnición de 50 hombres con su hijo Loras para comandarlos, con la misión de encontrar a esos bandidos y arrestarlos o matarlos si se resistían. Daegon le pidió a Mace acompañarlos, sabiendo que le vendría bien la experiencia en un combate real y queriendo hacer algo más aparte de estar encerrado en Highgarden todo el tiempo. Al principio Mace había estado reacio, pensando que Daegon aún era joven y queriendo protegerlo como la última voluntad de Rhaegar. Sin embargo era consciente de que Daegon estaba avanzando en su entrenamiento de espada mucho mejor que los demás soldados y también sabía que no podía mantener al chico encerrado todo el tiempo. Finalmente accedió, dejándolo unirse a la guarnición como segundo al mando de Loras, para que pudiera cuidar su espalda y también ganar experiencia en un combate real.
Al día siguiente partieron y luego de 3 días de búsqueda, lograron encontrar a los bandidos acampando en un bosque. Estos en lugar de rendirse optaron por atacar a los soldados, mientras otros decidieron huir. Ese día Daegon luchó lado a lado junto a Loras, dejando incapacitados a varios que decidieron rendirse, antes que morir bajo el filo de Lekia. Como condición para permitirle ir con los soldados, Mace le había ordenado permanecer junto a Loras durante todo el combate para garantizar su seguridad. Sin embargo en determinado momento vio como, al verse superado, el líder de los bandidos comenzó a huir llevándose algo del oro que habían robado. Como Loras estaba ocupado luchando con 2 hombres a la vez, Daegon ignoró sus órdenes y corrió adentrándose en el bosque tras el líder, no queriéndolo dejar escapar después de todo lo que él y sus hombres habían hecho.
Lo persiguió por el bosque unos minutos hasta que lo alcanzó y comenzaron a luchar. El hombre luchaba con ferocidad y fuerza, llegando a herir a Daegon en una pierna en un momento que tuvo la guardia baja. Sin embargo al ser un simple bandido y no haber recibido entrenamiento, sus ataques carecían de disciplina y coordinación, por lo que el chico logró acostumbrarse a sus movimientos y voltear la situación en ese combate.
Finalmente, con un corte de Lekia en el dorso de la mano, le hizo soltar su espada y dándole una patada en el pecho, lo hizo caer golpeándose la espalda contra el tronco de un árbol. El bandido intentó levantarse, pero Daegon apuntó con Lekia a su pecho, y pateó su espada lejos, jadeando un poco por el esfuerzo de el combate.
-Se acabó, ahora quédate abajo.-
El hombre lo miró con furia, sintiéndose humillado por haber sido vencido en combate por un chico joven. Sin embargo permaneció quieto, aparentemente rindiéndose. Minutos después Daegon regresaba hacia donde estaban Loras y sus hombres, llevando a su prisionero con ambas manos detrás de su espalda. La pierna le sangraba un poco y sentía un fuerte dolor en su herida mientras intentaba no renquear, pero quería entregar al hombre antes de revisarla. Al menos podía apoyarla, por lo que no parecía una herida profunda. La pelea ya había terminado, los bandidos habían sido hechos prisioneros o muerto al resistirse y Loras estaba alineando con los demás a los 2 bandidos con los que había estado luchando antes. Mientras que el resto de los soldados estaban reuniendo el botín y provisiones que habían robado los bandidos. Daegon se acercó a Loras, llevando a su prisionero.
-Veo que hiciste nuevos amigos.-
Le dijo a modo de broma. Sin embargo, al verlo este se le acercó molesto.
-Maldición Axell, te dije que siguieras mis órdenes, pudiste haber muerto.-
El chico agradeció que, incluso estando molesto con él, Loras siguiera teniendo cuidado de llamarlo por su nombre falso.
-Lo sé y lo lamento, pero no morí y no quería dejar que este idiota escapara.-
Entregó al líder de los bandidos a uno de los soldados Tyrell para que lo pusiera con los demás y luego se giró hacia Loras, cometiendo el error de darle la espalda al prisionero. Al hacer esto soltó un pequeño gruñido por el dolor en su pierna, Loras se percató de su herida y su expresión se suavizó un poco.
-Estás herido, te revisaré la herida antes de irnos y cuando regresemos a Highgarden lo hará de nuevo el Maestre.-
Daegon sonrió de lado, notando la preocupación de su amigo.
-Para ser mi primera batalla no está mal. Haré lo que dices, pero te advierto que no pienso dejar que el Maestre me corte la pierna.-
Bromeó y ante esto Loras no pudo evitar sonreír levemente.
-Descuida, estoy seguro de que antes de que intente eso, primero tu le cortarás las.....AXELL CUIDADO!.-
Mientras Daegon hablaba con Loras, distraído, el líder de los bandidos logró sacar un cuchillo escondido en su bota y se lo clavó en el cuello al soldado que lo sujetaba. Este cayó muerto y el bandido se lanzó hacia Daegon justo cuando este se daba vuelta. Loras intentó ponerse delante de el Targaryen pero no iba a llegar a tiempo, mientras que el bandido estaba por apuñalarlo con una expresión de locura e ira en su rostro.
-MUERE DESGRACI.....-
Ante la advertencia de Loras, Daegon se había dado vuelta, alarmado y por reflejo había desenvainado a Lekia y alzado la espada para bloquear un posible ataque. Sin embargo, debido a su cercanía, esta atravesó por completo el pecho de su atacante, con la punta de Lekia saliendo de su espalda. El hombre se detuvo con su cuchillo a solo centímetros del cuello de Daegon, el cual luego cayó al suelo. Durante unos segundos que se le hicieron eternos, el chico miró a su enemigo a los ojos, los cuales habían pasado de la ira al miedo y poco a poco se iban apagando a medida que la vida lo abandonaba. Daegon soltó a Lekia y esta junto al hombre cayeron al suelo, mientras el bandido comenzaba a toser sangre. Pocos segundos después, este murió en un charco de sangre, dejando al chico con la fría sensación de culpa de haber quitado una vida por primera vez, aunque hubiera sido en defensa propia. Las manos le temblaban por el shock y no podía quitar la mirada de el cuerpo sin vida de ese hombre. Sin poder evitar recordar todos los muertos que había visto con 6 años de edad, cuando cabalgaba desde El Tridente hacia Highgarden luego de su despedida con Rhaegar.
Viendo el shock en Daegon, Loras recogió a Lekia del suelo para él y lo acompañó a revisar su pierna herida. Luego tuvieron una larga conversación en privado, donde lo apoyó y ayudó a lidiar con la culpa, sabiéndo lo que significaba tomar una vida por primara vez. 3 Días después regresaron a Highgarden con los bandidos sobrevivientes encadenados y con Daegon sintiéndose mejor tanto emocionalmente como por su pierna herida. El Maestre revisó la herida en su pierna y afortunadamente esta no era muy profunda, por lo que simplemente se encargó de que no se infectara y le indicó suavizar sus entrenamientos hasta que se recuperara. Luego de ese incidente, su vida en Highgarden continuó con normalidad y ahora ese momento no era más que un simple recuerdo.
FIN DEL FLASHBACK.
Daegon volvió de sus pensamientos a la realidad, viendo la mirada expectante de Arya ante su pregunta.
-No, el primero fue un bandido cuando tenía 15 años de edad.....no fue fácil.-
Respondió simplemente, notando como Arya se ponía un poco más nerviosa debido a esto. Hizo unos segundos de silencio y finalmente reunió valor para confesar.
-Yo......yo ya asesiné a alguien por primera vez. Y tampoco está siendo fácil.....-
Aunque Daegon ya sospechaba esa respuesta, escucharlo de la niña de 12 años seguía siendo impactante. Ambos permanecieron en silencio por varios segundos, hasta que Daegon respondió.
-Comprendo.....¿quieres hablar de eso?.-
Le dijo con amabilidad, Arya asintió, algo aliviada de haber podido decir eso, pero también con miedo de revivir ese recuerdo.
-Ocurrió en King'sLanding el día en que mi padre fue encerrado. Gracias a Syrio pude escapar de la Fortaleza Roja por las mazmorras y fui hacia los establos donde había dejado a Aguja. Mientras la buscaba apareció un niño que me reconoció y quería llevarme con los Lannister. Le dije que mi padre era un lord y que podría recompensarlo si me llevaba con él, pero aún así intentó sujetarme del brazo. Yo.....me di vuelta.....y tenía a Aguja en la mano, y lo.......lo.......-
La voz de la niña se quebró, mientras sus ojos se cristalizaban. Sin necesidad de que diera más detalles Daegon ya había entendido lo que pasó. Suspiró y se agachó frente a Arya, quedando a su mismo nivel.
-No fue culpa tuya.....fue un accidente y lo hiciste para defenderte. Si no hubieras hecho nada los Lannister te habrían encerrado como a tu hermana.-
Al finalmente estarse desahogando y no poder contener más ese secreto. Algunas lágrimas comenzaron a aparecer en los ojos de Arya.
-Pero yo.....yo lo maté. Clavé a Aguja en su estómago y....y el.......
Su voz volvió a quebrarse de nuevo, por lo que Daegon la abrazó suavemente y con cuidado. Dejando que la niña sollozara en su hombro y se calmara, antes de volver a hablar con ella.
A pesar de que no hubiera podido hacer nada para evitar esa situación, el Targaryen no pudo evitar sentirse algo culpable. Ese mismo día, mientras Arya pasaba por ese infierno. El había estado, no muy lejos de ahí, sentado cómodamente en el taller de Steffon, sin hacer más que quejarse como un niño de que Robert Baratheon hubiera sido asesinado por un jabalí en lugar de por él. No pudo hacer nada por Arya hasta varios días después, cuando la encontró en las calles la mañana del juicio de Ned Stark.
Luego de unos minutos en los que permaneció abrazando a la niña en silencio, notó como los sollozos se detenían y la respiración de Arya se calmaba. Por lo que se separó un poco y tomándola por los hombros la miró a los ojos.
-Escúchame bien Arya: Lo que ocurrió con ese niño fue un accidente y lo hiciste en defensa propia. Quitar una vida solo debe hacerse para protegerte a ti o a otras personas y si no hay otra alternativa. De todas formas está bien que te sientas así. Yo sentí la misma culpa con mi primera muerte. Significa que eres humana y que tienes conciencia. Solo los animales y los monstruos disfrutan de matar y no sienten nada al respecto...-
-Como Joffrey....-
Dijo Arya, pudiendo volver a hablar, luego de desahogarse, aunque tenía la voz algo ronca. Daegon asintió.
-Como Joffrey. El sentir esas emociones es lo que te diferencia de las personas como él, nunca pierdas eso Arya......¿hablaste con tu padre o tu madre sobre esto?.-
La menor de los Stark negó con la cabeza, volviendo a bajar la mirada con algo de vergüenza.
-No lo hice.....temo que se enfaden conmigo cuando descubran que yo......-.
Daegon negó con la cabeza.
-Dudo mucho que eso pase. Tu padre estuvo en la capital por lo que entenderá la situación y estoy seguro de que tanto él como tu madre saben que nunca harías algo así a propósito. Me alegra que me hayas dicho esto y espero que te haya ayudado a sentirte mejor. Pero prométeme que también se los dirás a ellos. Tienen derecho a saberlo y tener ese secreto guardado solo te hará mal. Créeme que nunca estarás bien del todo si se los ocultas.-
Arya levantó la mirada nuevamente hacia Daegon y asintió con la cabeza.
-De acuerdo.....prometo que lo haré.-
Daegon sonrió levemente, aunque podía ver como la niña seguía decaída luego de desahogarse. Suponía que era normal. A pesar de haber pasado por un infierno de guerra y muerte de niño no había quitado una vida hasta que cumplió 15 años, podía entender como alguien tan joven como Arya se podía sentir al respecto. Por lo que decidió hacer algo para intentar animarla.
-Muy bien, ahora.....Skorkydoso bē īlon jiōragon arlī naejot bodmagho, riñnykeā arya? (que tal si continuamos con el entrenamiento Lady Arya?).-
Dijo, con la poca usada pero bien aprendida pronunciación y acento de su lengua ancestral. Al escucharlo, Arya al principio lo miró confusa, pero unos segundos después, amplió los ojos, con un pequeño brillo en estos.
-Eso fue.......¿hablaste en Alto Valyrio?. El idioma de tu familia!.-
Daegon le guiñó un ojo, divertido.
-Chica lista, como dijiste que sabías un poco de nuestra historia pensé que lo reconocerías. Te pregunté si estabas lista para continuar con el entrenamiento.-
Esta vez Arya esbozó una sonrisa sincera y emocionada.
-Si!, y voy a lograr desarmarte hoy mismo!.-
Daegon no pudo evitar reír ante el abrupto pero agradable cambio de actitud de la niña y con una mano le alborotó el cabello.
-Ese es el espíritu, ahora vamos, todavía tenemos tiempo.-
Ambos regresaron a la zona donde habían estado entrenando, con Arya sintiéndose mejor que minutos atrás. Daegon recogió su espada de madera y se colocó a algunos metros de distancia de la niña.
-Muy bien, piernas firmes y separadas en el suelo, mirada al frente y espada en alto. No espero que logres desarmarme hoy pero intentarás golpearme en alguno de los puntos que te mencioné antes, evitando que yo bloquee con mi espada......adelante.-
Durante las siguientes horas, continuaron con el entrenamiento, con Daegon observando los movimientos de Arya y forma de atacar y corrigiéndolos cuando debía hacerlo. Una y otra vez Arya intentaba golpear a Daegon y él bloqueaba los ataques, o quitándole el arma o haciéndola caer al suelo de donde ella se volvía a levantar para continuar. Ya avanzada la tarde, cuando el sol se alzaba en lo alto del cielo, Daegon llamó a un alto. La niña jadeaba por el esfuerzo, tenía el rostro sudoroso y la ropa sucia de tierra y nieve por las veces que cayó al suelo. Pero sonreía con emoción y aunque aún no había logrado golpear a Daegon, se había acercado bastante para ser la primera vez, haciéndolo incluso retroceder unos pasos.
-Muy bien, es suficiente por hoy. El entrenamiento debe combinarse con buen descanso o tu cuerpo no lo soportará, por lo que ahora quiero que vayas a lavarte y luego comas algo. También quiero que cada día practiques el dominar tu Aguja, moviendo la espada de forma que puedas proteger todo tu cuerpo de un posible ataque. ¿De acuerdo?.-
La niña asintió, entregándole a Daegon su espada de madera y recogiendo a Aguja del suelo.
-De acuerdo, yo todas las noches practico con Aguja en mis aposentos antes de dormir, me ayuda a relajarme.-
El Targryen asintió satisfecho.
-Muy bien, pues sigue haciendo eso, cuanto más lo practiques, más fácil te será recordarlo. Y llegará un punto en que muevas tu espada por acto reflejo, como si fuera una extensión de tu propio brazo.-
En eso vio de reojo que alguien se les estaba acercando y resultó ser Robb junto a su lobo huargo andando a su lado. Este le dirigió una mirada a Arya de arriba a abajo y sonrió divertido.
-Iba a preguntar como va el entrenamiento, pero viendo tu ropa parece que no muy bien si fuiste derribada tantas veces.-
Daegon sonrió de lado, divertido y Arya les dirigió a ambos una mirada que intentaba lucir molesta.
-Cállate.-
Le dijo simplemente a su hermano mayor, este rió y luego miró a Daegon.
-Espero no interrumpir, vine para avisar que mi padre ya terminó de planear los preparativos para marchar hacia Castle Black y me dijo que me acompañarías. Debido a la guerra los envíos de cosecha del pueblo llano se demoraron un poco, pero dentro de 4 días estaríamos listos para partir.-
Daegon asintió, queriendo proseguir con su viaje y misión cuanto antes. Arya no pudo evitar lucir algo triste sobre eso, por lo que Daegon dirigió su mirada a ella.
-Muy bien, entonces tenemos 4 días para practicar. Para cuando pasen tienes que dominar la técnica para lograr desarmarme y eso te servirá para casi cualquier oponente con el que te puedas enfrentar en el futuro. Te espero mañana aquí a la misma hora que hoy para seguir entrenando. ¿De acuerdo?.-
Ante esto, Arya no pudo evitar volver a sonreír, más animada.
-De acuerdo, entrenaré mucho y te voy a desarmar!.-
Daegon rió.
-Esa es la actitud pequeña lobo, ahora ve a lavarte antes de que tu madre te vea así y se desmaye.-
La niña rió divertida y se marchó corriendo hacia el interior del castillo. Robb sonrió al ver a su hermana tan emocionada.
-El Maestre Luwin me dijo que prácticamente salió corriendo de sus aposentos luego de las lecciones, para venir aquí a entrenar contigo.-
El Targaryen sonrió de lado, divertido.
-Puedo imaginármelo. Es una buena niña y se nota que tiene mucha pasión por esto, algo inusual en una mujer, pero no necesariamente malo.-
-Intenta decírselo a mi madre. A veces pienso que la va a volver loca por no querer actuar como la lady que ella quiere que sea.-
Daegon sonrió de lado y al bajar la mirada se percató de la presencia del lobo de Robb. Permaneció mirándolo asombrado unos segundos ya que, aunque en la cena de la noche anterior le habían hablado de los lobos huargos de los Stark, nunca había visto uno en persona. Robb notó su mirada.
-Supongo que es la primera ocasión que ves uno. Se llama Grey Wind, puedes tocarlo si quieres.-
El muchacho asintió, se agachó frente al lobo y le estiró una mano con cuidado. Al principio Grey Wind emitió un leve gruñido, pero al notar a su amo Robb calmado se acercó un poco a Daegon. Olfateó su mano por unos segundos, receloso, pero finalmente le lamió los dedos bajando las orejas. Daegon sonrió y acarició un poco el pelaje de su cabeza, para luego volver a ponerse de pie.
-Parece que le agrado, es impresionante que cada uno de ustedes tengan uno y tan bien amaestrado.-
Robb asintió, pero su expresión se ensombreció un poco ante el comentario de Daegon.
-Teníamos....hasta que nuestro padre viajó hasta la capital. Nymeria la loba de Arya está perdida y Lady, la loba de Sansa está muerta....-
Luego le relató a Daegon sobre el incidente con ambas lobas y el por entonces príncipe Joffrey ocurrido durante el viaje. Este comprendió las reacciones de Arya y Sansa al mencionar a los lobos durante la cena la noche anterior y suspiró.
-Parece que los Lannister no les han dejado de dar problemas desde que partieron de Winterfell meses atrás.-
Robb asintió, con seriedad.
-Lamentablemente no, y parece que también piensan seguir persiguiéndote a ti.....Ser Rodrick nos dijo que tuviste problemas para que Walder Frey te permitiera cruzar hacia el norte.-
El Targaryen frunció la mirada, al recordar el incidente y su cruce con el lord de Los Gemelos donde lo humilló en público respecto a su hermano Rhaegar.
-Si.....al menos como no tengo nada que ofrecerle no tuve que comprar mi pasaje. Solo se divirtió intentando humillarme frente a sus hombres, hasta que decidió que entregarme a los Lannister no era tan buena idea, estando más cerca de Winterfell que de King'sLanding.-
Robb resopló.
-Al menos tu solo lo tuviste que aguantar diciendo basura hasta que se aburrió. Yo no lo tuve tan fácil cuando quise cruzar hacia el sur cuando arrestaron a mi padre. A pesar de haber jurado lealtad a mi abuelo Hoster Tully, solo nos permitió cruzar si accedía a casarme con una de sus hijas, cosa a la que no tuve más remedio que acceder. Cuando regresamos quiso celebrar la boda antes de cruzar al Norte, pero mi padre logró convencerlo de retrasarla. Con los Greyjoy atacando el norte, hasta Walder Frey tuvo que darse cuenta que nunca tendría un nieto para ser Lord de Winterfell si Winterfell caía ante los hombres de hierro. Acordó posponer el matrimonio arreglado hasta que hallamos solucionado nuestros problemas aquí.-
Daegon notó como el tono de Robb se endurecía al mencionar a los hombres de hierro y recordó lo que Ned le había dicho acerca de Theon Greyjoy. También su mención sobre el matrimonio arreglado no pudo evitar hacerle recordar a Margaery y no pudo evitar tensar un poco los puños.
-Te entiendo, los matrimonios por conveniencia aunque usuales son una maldita mierda.-
Dijo con frialdad, sin pensar a lo que Robb le dirigió una mirada inquisitiva.
-¿Tu tienes a alguien?.-
Daegon suspiró levemente.
-Algo así, es......complicado, dejémoslo así......¿entonces tienes un hermano en la Guardia Nocturna?.-
Preguntó, buscando cambiar de tema. Robb notó esto y decidió respetar sus deseos y no insistir más.
-Así es. Aunque para algunos no sea un Stark, para mi Jon lo es y es mi hermano. Tengo muchas ganas de verlo y estoy seguro de que tendremos mucho de lo que ponernos al día cuando nos veamos pronto. Decidió unirse a la Guardia Nocturna poco antes de que padre tomara el puesto de Mano del Rey y viajara hacia la capital. Justo antes de que toda esta maldita locura comenzara.....-
Daegon lo escuchó con atención.
-¿Se unió voluntariamente?. Conozco poco de la Guardia Nocturna pero si se que eso no es muy común. Mayormente quienes llegan ahí son prisioneros de todo Westeros.-
Preguntó con curiosidad. Durante su infancia más de una vez había visto a Mace Tyrell enviar criminales a Castle Black como castigo y había visto como estos palidecían y rogaban por otro tipo de castigo que ser enviados al frío y desolado muro de hielo. Robb suspiró, luciendo algo incómodo.
-Sentía que no tenía lugar aquí....aunque mi padre, mis hermanos y yo nunca lo dejamos de amar. Mi madre lo odia por ser quien es y tampoco podría heredar nada. Supongo que por eso decidió llevar una vida luchando con la Guardia Nocturna.-
Daegon asintió comprensivo de como se sentía Jon. A pesar de no ser un bastardo si había fingido ser uno por más de 17 años. Durante ese tiempo había recibido muchas miradas de reproche y escuchado murmullos de los nobles en Highgarden, sobre en que estaría pensando Mace Tyrell al tomar al bastardo de la casa Velaryon, Axell Storm como su pupilo.
-Comprendo.....seguro que se alegrará de verte también.-
Robb asintió en silencio y luego le dijo.
-Por lo que me dijeron los guardias estuviste toda la mañana entrenando a Arya y en las cocinas ya tienen listo el almuerzo. Ven, y en la mesa podremos hablar de los detalles del viaje a Castle Black.-
Daegon sonrió levemente ante la invitación, sintiéndose hambriento después de toda la práctica.
-Gracias, me encantaría.-
Durante su conversación con Robb, Grey Wind se había alejado de ellos, olfateando con insistencia el sendero que llevaba al Bosque de los Dioses. Robb notó esto y sonrió divertido.
-Seguramente haya detectado que Summer y Shaggydog están ahí cazando. Grey Wind.....ve!.-
Al ser llamado, el lobo observó a su amo expectante, casi como pidiéndole permiso para reunirse con sus hermanos. Y al escuchar su aprobación, bajó las orejas y corrió hasta perderse entre los árboles. Daegon notó impresionado esa sincronía entre ambos.
-Veo que hay una gran conexión entre ambos, incluso más que con una mascota.-
Robb le dirigió una mirada.
-Grey Wind es más que una simple mascota, es mi gran amigo. Todos nosotros tenemos una fuerte conexión con nuestros lobos, creo que podría ser como la que tenían ustedes los Targaryen con sus dragones en la antigüedad, nuestros lobos nos protegen a todos.-
Hizo una pequeña pausa, como si recordara algo y agregó.
-Varios meses atrás, cuando estaba organizando la marcha hacia la capital con los demás lores norteños. Tuve una discusión con el Gran Jon Umber sobre quien iba a liderar la vanguardia. En un exabrupto Lord Umber desenvainó su espada para amenazarme. Antes de que yo pudiera decir algo, Grey Wind había saltado sobre la mesa y de un mordisco le arrancó 2 dedos de la mano.-
Al escuchar esto, Daegon amplió los ojos con sorpresa.
-¿Y no quiso matarte en serio luego de eso?. Yo lo habría hecho.-
Robb sonrió de lado.
-Todo lo contrario. Al parecer me gané su respeto y fue uno de mis mejores apoyos y hombres en las pocas batallas que hubieron antes de que, gracias a ti, padre regresara.-
Daegon parpadeó un par de veces atónito y negó con la cabeza.
-Ustedes norteños son extraños. Recuérdame nunca amenazarte Stark, o al menos no con esa bola de pelos cerca.-
Robb sonrió divertido y le palmeó un hombro, para luego dirigirse ambos hacia el interior del castillo de Winterfell para comer algo y discutir sobre el viaje a Castle Black, dentro de 4 días.
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