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Capítulo 22: Las Deudas de un Lannister

Cersei:

Caminaba por los pasillos de la Fortaleza Roja, minutos después de haber salido de la sala del trono. Como Reina Regente había estado escuchando las peticiones de los granjeros y campesinos abrumados por la guerra: La mayoría había perdido sus cultivos y granjas, saqueados o incendiados por el pasar de las tropas. Las necesidades de esos pobres miserables no podían importarle menos, por lo que a todos les dijo lo mismo: Debido a la guerra la corona no podía gastar oro para compensar sus pérdidas "de momento" por lo que el maestro de moneda Petyr Baelish se encargaría de encontrarles alojamiento temporal.

Normalmente quien tendría que encargarse de esos asuntos sería el Rey, pero su hijo Joffrey estaba cada vez más irascible y de mal humor, por lo que ella decidió encargarse en su lugar. Desde que fue golpeado y humillado por Daegon Targaryen en el fallido juicio de Ned Stark, se había vuelto más violento en sus decisiones y tenía como único objetivo encontrarlo a él y a los traidores que lo habían ayudado. Sin embargo no habían tenido noticias de aquel grupo insurgente en semanas, e incluso los robos de armas y pintadas en muros diarios habían cesado. Parecía que ese grupo estaba manteniendo un perfil bajo, escondidos en su refugio al saber que ahora eran buscados. Pero incluso Cersei sabía que llevar a cabo una cacería de brujas en medio de la capital sin ningún tipo de pista sobre el paradero de los traidores, solo les haría ponerse en contra al pueblo llano, y en medio de una guerra eso era muy peligroso. Por lo que ella había ideado un plan más discreto para lidiar con Daegon Targaryen y en esos momentos de dirigía hacia las mazmorras de la fortaleza para llevarlo a cabo:

Apenas salió de la sala del trono había recibido la información que esperaba, pues el día del juicio de Stark hubo otro incidente en la capital además del ataque de Daegon: Ese día había preparada una caravana de prisioneros fuera de la fortaleza. Estaba liderada por un hombre de la Guardia Nocturna llamado Yoren, quien tenía encargado recoger a los prisioneros  por crímenes en la capital y llevarlos a Castle Black para que sirvieran a la Guardia como condena. Pero con el ataque del grupo del Targaryen y el caos que hubo en las calles, muchos de esos prisioneros aprovecharon la distracción para escapar y esconderse. La caravana de Yoren había sido demorada mientras, en las últimas semanas, la guardia de la ciudad de Janos Slynt había estado recapturando a la mayoría, que había estado escondiéndose en la capital y alrededores. Sin embargo habían 2 prisioneros en específico que a Cersei le interesaban, y eran los más peligrosos.

Ese día en la caravana había una jaula en la que estaban encerrados los 3 prisioneros más peligrosos de todo el grupo. Durante el ataque los 3 aprovecharon la confusión para escapar por su cuenta, mientras la mayoría de los guardias estaban ocupados con los rebeldes, aunque lamentablemente para Cersei 1 de ellos no fue encontrado. A pesar de ser buscado intensamente parecía como si luego de salir de la jaula se hubiera esfumado de la capital sin dejar rastro. Pero recientemente los guardias habían podido encontrar y detener a los otros 2. Se habían escondido en los bosques cerca de la capital cuando fueron acorralados por 5 guardias, lograron asesinar brutalmente a 3 por si solos y hubieran podido escapar si no hubieran llegado más refuerzos que los redujeron y encerraron en la fortaleza roja. La noticia que le habían dado a Cersei minutos atrás era que, con la caravana de nuevo lista y los prisioneros recapturados, Yoren estaba listo para partir nuevamente hacia Castle Black a la mañana siguiente. Sin embargo antes de eso había algo que Cersei quería proponerles a ambos y por eso en esos momentos bajaba los niveles de la fortaleza, hacia las mazmorras, mientras formulaba un plan en su mente.

El día anterior había recibido un mensaje de uno de los espías Lannister apostados en Los Gemelos: Este le dijo que 2 días atrás Daegon Targaryen había llegado a la fortaleza Frey, donde lo había estado esperando Ser Rodrick Casell, castellano de Winterfell y enviado por Ned Stark para escoltar al Targaryen hacia allí. Al parecer este se había reunido con Lord Walder Frey y se le dio permiso de continuar viaje hacia Winterfell. Cersei maldijo al anciano Frey por no apresar al muchacho y entregárselo a ellos teniendo la oportunidad, sin embargo, con el mensaje de su espía se le presentó otra: Este le dijo que había escuchado a escondidas parte de la conversación entre Daegon y Rodrick en los pasillos de la fortaleza. Al parecer el Targaryen había preguntado por Castle Black e insinuado que luego de pasar por Winterfell seguiría hacia allí. Luego de investigar un poco Cersei descubrió que el Gran Maestre de ese asentamiento era Aemon Targaryen, retirado por voluntad propia hacia ahí años atrás y probablemente el único pariente vivo que Daegon tenía en el continente. Por lo que supuso que Daegon iría a buscarlo e ideó un plan para interceptarlo en Castle Black. Por lo que averiguó el nombre de uno de los prisioneros era Rorge y del otro solo se conocía su apodo: Mordedor. Sus crímenes indicaban que eran despiadados, violentos y brutales, justo lo que ella necesitaba.

Sabía que su padre regresaría a la capital pronto y que no aprobaría el precio que puso a la cabeza del Targaryen o de los Stark. Conociéndolo Cersei suponía que el querría enfocar los ya escasos recursos de la corona en la guerra contra Stannis y Renly Baratheon y en mantener la paz en la capital. Dejando la guerra contra el norte y la cacería del Targaryen en un segundo plano. Sin embargo, Cersei quería venganza por la humillación causada por Daegon, por lo que estaba dispuesta a hacerlo y ya lidiaría con su padre cuando llegara, al menos sabía que Jaime la apoyaría en su decisión. Pensar en su hermano le hizo esbozar una muy leve y fugaz sonrisa, lo extrañaba y ansiaba estar entre sus brazos de nuevo.....Pero alejó esos pensamientos de su cabeza al estar ya llegando a las Celdas Negras de las mazmorras, lugar donde se tenía a los peores criminales de la capital. Se dirigió hacia una de las  celdas donde había 1 guardia apostado en la puerta, al verla este rápidamente inclinó la cabeza.

-¿Están dentro?.-

El guardia asintió con la cabeza y le entregó una antorcha.

-Así es, su Alteza. Están ambos dentro y encadenados como ordenó.-

-Bien, que nadie más entre aquí o siquiera monte guardia en el pasillo hasta que yo salga.-

El guardia inclinó la cabeza, le abrió la puerta y ella ingresó con la antorcha en la poco iluminada mazmorra. Al caminar hasta el final los vio encadenados contra la pared. Rorge levantó la cabeza irritado por la luz de la antorcha y al ver que la misma Reina Regente estaba frente a él parpadeó un par de veces sorprendido, aunque luego sonrió con burla.

-Vaya....que honor recibir una visita de la Reina. Me inclinaría pero.....-

Dijo con sarcasmo, señalando con la cabeza sus cadenas y grilletes. Luego giró la cabeza hacia el hombre encadenado junto a él y gritó.

-Mordedor!, despierta vago asqueroso y muestra respeto a nuestra visitante.-

El hombre se removió y levantó la cabeza confundido. Sin embargo al ver a Cersei y escuchar a Rorge, soltó una risa seca, mostrando una cruel sonrisa con más de la mitad de sus dientes podridos.

"Parece más una bestia que un hombre. Aunque no me importa mientras pueda entenderme."

Cersei pensó con asco. Rorge la miró de arriba a abajo y agregó.

-¿Que la trae por aquí Majestad?, ¿Se siente algo sola luego de la muerte de su esposo?. El buen Mordedor y yo aquí podemos complacerla, pero necesitaríamos que nos liberara primero y discutir el precio.....-

Dijo y junto con Mordedor soltaron una carcajada. Cersei los miró con repulsión y conteniendo el deseo de llamar al guardia para que les cortara la cabeza ahí mismo.

-Eso quisieran, pero me temo que en su situación actual ni siquiera la puta más pobre de la capital querría acercarse a ustedes. Vengo con una propuesta, que creo les convendría cerrar la boca y escuchar.-

Vio que ambos hombres dejaron de reír y se limitaron a observarla, con una mezcla de rabia, pero también de curiosidad, por lo que comenzó a hablar.

-Verán caballeros, su situación es muy.....delicada. Fueron arrestados por atentar contra la paz del reino con brutales asesinatos y fueron condenados a vestir el negro. Mañana partirán nuevamente a Castle Black como estaba previsto. Ahora tienen 2 opciones: Pueden unirse a la Guardia Nocturna y vivir una vida miserable en el rincón más alejado, frío y muerto del continente hasta que sean asesinados por algún salvaje....o pueden hacer algo por mi y ser muy bien recompensados.-

Hizo una breve pausa, notando como ahora parecía tener la atención de ambos hombres más que antes. Incluso Mordedor, parecía estar entendiendo sus palabras. Por lo que comenzó a pasearse por la celda y continuó.

-Como saben el día en el que tendrían que haber sido trasladados al muro hubo un incidente en la capital. Un grupo de traidores rebeldes atacó al Rey y a su guardia para luego huir. Con como corren las noticias probablemente incluso 2 imbéciles ignorantes como ustedes sepan que quien lideraba ese grupo es el antiguo Príncipe y ahora traidor Daegon Targaryen. Recibí información de que hace 2 días cruzó hacia el norte y que se dirige hacia Castle Black.-

Rorge chasqueó la lengua y sonrió de lado.

-Déjame adivinar....¿y quieres que vayamos allí y te lo traigamos en bandeja de plata?. Entonces espero que esa recompensa sea un maldito castillo.-

Cersei sonrió en una línea, intentando ignorar el tono y forma en la que le estaba hablando el criminal.

-Cerca, preferiría tenerlo vivo para hacerlo pagar por sus crímenes. Pero se que para 2 brutos como ustedes les será difícil mantenerlo vivo e inmovilizado todo el trayecto de regreso a la capital.....por lo que me conformo con su cabeza: Vayan con la caravana a Castle Black y busquen a Daegon Targaryen o esperen su llegada. Mátenlo, tráiganme su cabeza y serán recompensados con 1500 dragones de oro, tierras y un título de lord para cada uno, además claro de una absolución total del mismo Rey de sus atroces crímenes. Personalmente me parece una opción mucho mejor que trabajar hasta morir en El Muro.-

Hizo una pausa, notando el brillo de la codicia en los ojos de ambos hombres, por lo que agregó.

-Si creen que van a necesitar ayuda para arrinconar y asesinar al Targaryen, pueden reclutar a cualquiera de los otros prisioneros que ustedes prefieran. Solo recuerden que la recompensa será solo para quienes regresen aquí y me traigan su cabeza.-

Dijo, sabiendo que si reclutaban a más personas para tener una mejor oportunidad contra Daegon, era probable que en el camino de vuelta se traicionaran y asesinaran entre ellos buscando quedarse con la mayor cantidad de tierras posibles. Por lo que no le preocupaba tener que entregar la recompensa a más personas.

-Esa es mi propuesta caballeros, entonces.....¿Tenemos un acuerdo?.-

Preguntó y esperó su respuesta, aunque viendo sus expresiones ya intuía cual iba a ser. Rorge y mordedor intercambiaron una mirada y luego el primero miró a Cersei.

-Parece que si tenemos un acuerdo, espero que la recompensa no sea mentira y que las tierras que nos darán sean buenas, o puedes olvidarte de que regresemos con tu traidor.-

Cersei volvió a sonreír en una línea, ignorando su falta de respeto.

-No se preocupen por eso, un Lannister siempre paga sus deudas. Mejor preocúpense de que Daegon Targaryen reciba.....mis más cordiales saludos. Tráiganme la cabeza del dragón y serán recompensados. Buena suerte caballeros.-

Dijo y se dándose la vuelta golpeó una vez la puerta para que el guardia la abriera, no queriendo permanecer un segundo más en esa inmunda celda. Minutos después salía de las mazmorras satisfecha con su plan. A pesar de la guerra la Guardia Nocturna se mantenía al margen y neutral según sus tradiciones. Además ellos necesitaban hombres y la Fortaleza Roja necesitaba deshacerse de prisioneros que alimentar, por lo que el acuerdo entre ellos continuaba y confiaba en que sus 2 asesinos llegarían hasta Castle Black sin levantar sospechas, el si lograrían o no asesinar a Daegon Targaryen Cersei no lo sabía. Si tenían éxito, pensaba clavar su cabeza en lo más alto de las murallas para que toda la capital lo viera y de esa forma también dar un duro golpe de moral al grupo rebelde del cual era líder. Si ellos fallaban y el Targaryen escapaba con vida, al menos no tendría que pagar ninguna recompensa y ya encontraría la forma de vengarse de él por humillar a su familia.


Eddard:

Transcurría la tarde en Winterfell y Eddard Stark estaba en su solar, terminando de escribir una carta para Castle Black, prometiendo el envío de suministros para dentro dentro de unos días, ya que este había sido retrasado debido a la guerra. Finalmente habían regresado al norte y era hora de poner todos sus asuntos y responsabilidades en orden. 

Regresar al norte había sido una decisión muy debatida entre los demás Lores norteños, ya que varios querían aprovechar la retirada de los Lannister hacia el sur para continuar la guerra, aunque Ned consideró que eso no era lo más prudente. Su hijo había convocado a las tropas con el objetivo de llegar a la capital y rescatarlos a él y a sus hermanas. Por lo que estando ellos a salvo y las tropas algo gastadas por las pequeñas batallas libradas en la región de Los Ríos, decidió que lo mejor era regresar al Norte para reabastecerse y planear el siguiente movimiento del norte en su propio territorio. Como guardián del norte había declarado a ese reino independiente del ilegítimo reinado de el bastardo Joffrey Baratheon. Sin embargo seguía fiel a la memoria de su difunto amigo y rey Robert y sabía que según la línea de sucesión, el legítimo heredero era Stannis Baratheon. Por lo que tomó la decisión de esperar a ver que movimiento hacía este en su guerra contra los Lannister y su hermano Renly, mientras sus hombres descansaban luego de su escaramuza hacia el sur. Sin embargo Ned admitía que esa no había sido la única razón por la cual había regresado al norte, también había extrañado mucho a sus hijos Bran y Rickon.

Poder verlos y abrazarlos de nuevo el día de su llegada fue una bendición para el. Rickon seguía tan feliz e inocente como siempre, parecía que los horrores que ahora estaban pasando en el mundo no le afectaban. Cuando estuvo en la capital supo por Catelyn que su hijo Bran había despertado por fin pero el verlo con sus propios ojos le había alegrado mucho. Lamentablemente luego de la caída que tuvo desde la torre durante la visita de Robert Baratheon, había perdido permanentemente la movilidad en ambas piernas. Por lo que de momento pasaba la mayor parte del día en sus aposentos y dependía de Hodor para ser trasladado a las distintas habitaciones del castillo. Aunque el Maestre Luwin le había planteado una idea para ayudar a su hijo: Le había propuesto construir rampas de madera, contiguas a todas las escaleras del castillo. El maestre ya había ingeniado los planos para crear una silla de ruedas para Bran y esta estaba ya siendo fabricada por varios constructores para hacerla lo más cómoda y segura posible. Con la silla y esas rampas, su hijo podría movilizarse por su cuenta por todo el castillo de forma cómoda, por lo que Ned planeaba comenzar con ese proyecto en los días siguientes, ahora que las tropas norteñas se habían retirado y las cosas se habían calmado un poco. A pesar de eso a Ned le seguían preocupando las circunstancias de la lesión de su hijo.

Antes habían creído que se trataba de un accidente, ya que a Bran siempre le había gustado trepar los muros y torres del castillo, para molestia de su madre. Sin embargo ahora creían que el niño había sido empujado, pero todavía no sabían por quien, además esa creencia se reforzó cuando en la capital Ned se enteró que mientras no estuvo en Winterfell alguien había intentado asesinar a Bran. Afortunadamente su lobo huargo Summer lo salvó asesinando al agresor, dejando como pista únicamente una daga elegante que el hombre iba a usar como arma. Él y su esposa habían consultado a Petyr Baelish al respecto y él les había dicho que la daga pertenecía a Tyrion Lannister, sin embargo considerando que Baelish fue quien lo traicionó y entregó a los Lannister, Ned estaba bastante seguro de que les había mentido. Su esposa había capturado a Tyrion cuando regresaba hacia el norte y lo llevó al Valle de Arryn a ser enjuiciado, pero el enano se había salvado pidiendo un juicio por combate el cual su campeón ganó y seguramente ya estaría junto a su padre Tywin. Sin embargo a pesar de esto Ned no creía que el enano hubiera enviado asesinar a su hijo: No solo había salvado la vida de su esposa en un ataque donde tuvo la oportunidad de escapar y no lo hizo. Sino que también al volver de El Muro hizo una parada en Winterfell para entregar al Maestre Luwin los planos de una silla de montar especial para que Bran pudiera montar a caballo a pesar de su lesión. La silla había sido construida y funcionaba perfectamente, incluso Luwin se había basado en esos mismos planos para diseñar la silla de ruedas que se estaba fabricando para su hijo. Con todos los eventos recientes tanto él como Catelyn suponían que quien había enviado a ese asesino era Baelish, para silenciar a Bran por lo que fuera que hubiera visto antes de ser arrojado de la torre. Al menos ahora sabían que no era de confianza y era una persona más de quien iban a tener que cuidarse en el futuro de esa guerra.

Finalmente terminó de escribir la carta, la selló y guardó aparte para que fuera enviada ese mismo día. Luego se levantó de su asiento y permaneció contemplando el exterior por la ventana por unos minutos. Ese prometía ser un día movido ya que Daegon Targaryen, la persona que los había rescatado a sus hijas y a él, estaría llegando al castillo durante la tarde. A los pocos días de regresar a Winterfell había llegado un cuervo con una carta sin ningún sello que lo identificara pero firmada por Daegon. En esta le decía que tenía asuntos pendientes en el norte y que también era hora de que ambos tuvieran una conversación, por lo que le pedía permiso para ingresar a sus tierras y ser recibido por unos pocos días en Winterfell. Después de que el muchacho hubiera arriesgado su vida por salvar sus vidas y sacarlos de King'sLanding Ned decidió aceptar casi enseguida. A pesar de lo que Rhaegar Targaryen le había hecho a su hermana Lyanna, él le debía mucho a Daegon y también era cierto que tenían mucho de que hablar: ¿Porqué lo había rescatado?, ¿porqué había decidido salir de donde se estuviera escondiendo después de 17 años?, ¿cual era su plan ahora?. Todas esas preguntas pasaban por la cabeza de Ned y esperaba tener respuesta a ellas pronto. Como en su carta Daegon le había pedido que por seguridad no le respondiera y suponiendo que el chico querría tomar la ruta más rápida, teniendo que pasar por Los Gemelos. Conociendo la mala reputación de Walder Frey, Ned envió a uno de sus hombres de confianza, Ser Rodrick Casell, castellano de Winterfell, a encontrarse con Daegon allí y escoltarlo a salvo hasta el castillo. 2 días atrás había recibido una carta de Ser Rodrick indicando que estaban en camino y que calculaba que llegarían para la tarde del día siguiente, por lo que Ned se lo había comunicado a su familia. 

Sus hijas, quienes ya habían conocido a Daegon en la capital y quedaron con una muy buena impresión de él se habían alegrado mucho con la noticia. Arya estaba emocionada, ya que la última vez que se vieron, Daegon le había prometido practicar con ella con la espada. Sansa también lucía alegre al respecto, aunque la notaba algo nerviosa desde que se lo había comunicado, y en cuanto al resto de sus hijos:  Como era normal en 2 niños, Bran y Rickon estaban entusiasmados por conocer al "héroe que salvó a su padre y hermanas" y más tratándose de un Targaryen. Mientras que Robb, al ser el mayor de todos, se mostraba algo cauteloso, aunque también con curiosidad por conocer a Daegon. El único que faltaba para que su familia estuviera reunida era Jon. Sabía que estaba en Castle Black junto a su hermano Benjen y que seguramente a esas alturas el ya habría tomado los votos y se habría convertido en un hermano de la Guardia Nocturna. El le había prometido que la próxima vez que se vieran hablarían sobre su madre y admitía que estaba retrasando ese momento, hasta estar listo para confesarle la verdad: Que el no era su hijo, sino de su hermana Lyanna y de Rhaegar Targaryen, producto de una violación. Toda su vida Jon había sido denigrado por ser un bastardo que él había tenido durante la guerra y dudaba que el conocer la verdad le fuera a hacer sentir mejor, pero merecía saberlo.

Fue interrumpido de sus pensamientos al escuchar un golpe en la puerta, por lo que se dio vuelta y apartó de la ventana.

-Adelante.-

La puerta se abrió e ingresó su esposa Catelyn. Anteriormente ella le había dicho que mientras el terminaba con sus deberes en el solar, ella avisaría a sus hijos para que se alistaran ante la llegada de Daegon. Pues, a pesar de todo quería dar el ejemplo como correspondía por la casa noble que eran.

-Estaba por bajar y buscarte, ¿todos están listos?.-

Catelyn asintió con la cabeza.

-Los chicos ya están listos, Bran ya fue llevado abajo y Robb lo está cuidando a él y Rickon mientras te esperan. Pensé que tendría que arrastrar a Arya desde patio de entrenamiento para que se arreglara pero me obedeció más rápido de lo normal, supongo que se debe a quien es nuestro....invitado.-

Ned no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa, divertido, recordando la admiración que Arya había mostrado con Daegon después de conocerlo.

-Imagino que si, si tan solo mostrara el mismo entusiasmo con todos los invitados....¿y Sansa?.-

Catelyn hizo un pequeño chasquido de exasperación, que generalmente estaba reservado para cuando regañaba a Arya.

-Pensaba ir a buscarla a sus aposentos luego de avisarte. Lleva 1 hora encerrada ahí dentro arreglándose, a pesar de que simplemente le dije que se lavara y arreglara su cabello. Está demorando mucho más que incluso cuando nos visitaron Robert y el monstruo de su bastardo.-

Ned notó un énfasis en el tono de asco de Catelyn al decir la palabra "bastardo" y supuso el motivo, pero decidió no discutir.

-Tranquila Cat, ambas pasaron por un infierno en la capital y la persona que impidió eso está cerca de llegar, es normal que tengan una buena impresión de él.-

Catelyn soltó un leve suspiro.

-De camino a verte escuché algunas conversaciones sobre la presencia de ese Targaryen aquí, hay varias personas descontentas Ned. Han pasado años desde la última vez que un Targaryen estuvo aquí, y todo lo que escucho es a la gente mencionarlo como el hijo del Rey Loco y el hermano de Rhaegar Targaryen, incluso hablan de cuando Torrhen Stark se arrodilló ante Aegon el conquistador.-

Ned sonrió suavemente, notando las dudas y nervios de su esposa y colocó ambas manos sobre sus hombros.

-Cat....si cada persona fuera culpable de los crímenes de sus familiares, entonces el mundo sería un lugar mucho más triste y sangriento. No tengo intención de arrodillarme ante nadie y tampoco creo que él quiera eso. Pero si no fuera por "ese Targaryen" ni por su gente, ni yo ni las niñas estaríamos aquí ahora. Arriesgó su vida para salvarnos y de momento lo considero un aliado, además de que estoy en deuda con él, por lo que lo recibiré como me pidió y si puedo ayudarlo con lo que sea que tenga pendiente en el norte lo haré. Además, tenemos varias cosas de que hablar.-

Catelyn asintió con la cabeza resignada.

-Supongo que eso es cierto, es solo que....finalmente estamos todos juntos de nuevo después de todo por lo que tuvimos que pasar. Y no quiero que nuestra familia vuelva a correr peligro. Por eso espero que de verdad tengas razón sobre el Targaryen.-

Ned, comprensivo le dio un beso en la frente, buscando calmarla.

-Yo también Cat, pero por lo poco que tuvimos oportunidad de hablar en la capital, Daegon Targaryen parece un buen chico. Sigo sin saber porqué nos rescató pero creo que sus intenciones eran buenas, además durante la rebelión el era solo un niño y perdió a toda su familia. Quien sabe por lo que a tenido que pasar todos estos 17 años.-

Dijo, sintiendo empatía por Daegon. Catelyn iba a responder cuando se escuchó que llamaban a la puerta. Con una orden de Ned esta se abrió e ingresó uno de los guardias, el cual inclinó la cabeza ante Ned y su esposa.

-Lamento interrumpir, Lord Stark, Lady Catelyn. Pero nos acaban de avisar desde las murallas que Ser Rodrick y.....Daegon Targaryen llegaron y están esperando fuera de las murallas.-

Ned intercambió una mirada con su esposa y asintió con la cabeza, notando como ese guardia parecía ser una de las personas que no se sentían muy cómodas con la presencia de Daegon ahí.

-Muy bien, déjenlos pasar, díganle a Ser Rodrick que puede retirarse a descansar y conduzcan a Daegon a las puertas del Gran Salón, lo recibiremos ahí.-

El guardia volvió a inclinar la cabeza ante ambos y se retiró, cerrando la puerta. Luego Catelyn se separó de Ned y se dirigió hacia la misma.

-Llamaré a las niñas y te veré en el Gran Salón.-

Ned asintió y su esposa se retiró. El también esperaba que todo saliera bien, pero después de lo que el chico había hecho por él y sus hijas, estaba dispuesto a darle un voto de confianza. Por lo que minutos después, luego de dejar todo listo en su solar el también salió y se dirigió al Gran Salón, listo para reunirse con Daegon Targaryen.

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