Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

62- Venganza, dibujos y verdades.

—¡McLaggen!— gritó Aylien, con una rabia incontrolable.

—¿Qué quieres, moretón del suelo?— si algo que más odiaba, era que le pusieran sobrenombres haciendo  referencia a su baja estatura.

—¡Todo ha sido tu culpa! ¡Harry cayó desde más de diez metros! ¡Además fue por culpa de la bludger que Peakes debió de haber golpeado, de no haber sido por tu estupidez de quitarle el garrote a Peakes!— reclamó con la cara enrojecida.

—¡Pero Coote pudo la pudo haber golpeado! Mira duendecillo, sólo le decía la forma correcta de...

—¡ESE NO ES TU TRABAJO! ¡TU SÓLO TENÍAS QUE EVITAR QUE HUFFLEPUFF ANOTARÁ! ¡Era tan sencillo! Pero claro, tu incompetencia te lo impedía.

—El único incompetente aquí, es Harry, que si mas lo recuerdo, está en la enfermería. Sólo quise solucionar lo que Harry arruinó.

—¡Él es el capitán! Escucha McLaggen, trescientos veinte a sesenta a sido una humillación, jamás en la historia habíamos tenido estos puntos.

—Tu no eres nadie para venirme a reclamar nada ¿entendiste? Yo debí de haber sido capitán, nada de esto hubiera ocurrido si yo... — estaba harta, no podía más con su voz altanera y desagradable.

Dió un salto para quedar a la altura de Cormac McLaggen y le propinó un merecido golpe, el chico quedó perplejo, pues jamás pensó que alguien tan pequeña como Aylien golpeara tan fuerte, la miró con odio y viceversa, acto seguido, McLaggen la empujo y sin tener nada en que sostenerse, cayó al suelo.

Del bolsillo de la túnica de quidditch, sacó su varita y estaba dispuesta a un duelo de magia con aquel idiota. McLaggen hizo lo mismo. Casi había olvidado que estaban en los jardines de Hogwarts, alrededor de ellos, algunos entrometidos formaron un círculo y sin esperar Aylien dijo:

¡Expulso!— el chico no tuvo tiempo de reaccionar, su varita y él salieron volando por los aires, Aylien, fue lo suficientemente astuta como para decir —Accio varita.

Y la varita mágica de McLaggen se posó sobre la palma de Aylien.

—¡Eres una tramposa!— con mucha agilidad, se levantó del césped y fue directo sobre Aylien.

Ambos cayeron mientras forcejeaban, Cormac quería su varita pero Aylien se negaba a dársela. La chica soltaba patadas y le araño la cara más de cuatro veces, hasta que McLaggen logró tener su varita. La cara de Aylien estaba enrojecida y llena de sudor. También estaba llena de ira, no pudo más y... Le soltó un puñetazo en el abdomen y otro en la nariz.

—¡Aylien!— saltó Yasen de la multitud, poniéndose entremedio entre su hermana y McLaggen— Tú, ¿no crees que es un poco bajo pelearse con una chica y estar a punto de golpearla?

—Claro, como si ella fuera un angelito con alas blancas suaves y sedosas, que acaba de caer del cielo...

—Sé que no lo es, escuchen los dos, cincuenta puntos menos para Gryffindor. Soy prefecto, McLaggen.— añadió.

Yasen no estaba nada contento con su hermana, tenía el entrecejo fruncido. ¿Es que acaso Aylien alguna vez podría aprender a dialogar en vez de utilizar la fuerza bruta? Ese día parecía muy lejano, la miró con reproche.

Cormac se alejó a grandes zancadas y Aylien se cruzó de brazos, sentía una voz interior diciendo algo pero le era difícil escuchar lo que decía, sin embargo, la sentía vibrando en su interior.

—¿Al fin te dignaste a hablarme?— preguntó Aylien.

—He estado ocupado, tu tampoco me hablas mucho... Te ví jugar, estaba a lado de Grace...

—¿Estabas apoyando a Hufflepuff?— éste asintió. —Prefieres a tu novia que a tu hermana.

—Aylien...

—Solo bromeaba.

—Grace me ha contado sobre Ethan Phillippe. Y tiene cara de idiota...

—¡No es cierto!

—Habla como retrasado mental...

—¡Cállate!

—Aylien, hablo en serio, él es muy poca cosa para ti— dijo en tono sereno.

—Todos me dicen eso— reconoció.

—Tal vez porque es la verdad, ví que reprobó tres TIMOS, creo que el Sombrero Seleccionar lo mandó a la casa incorrecta.

—Yo reprobé el TIMO de Pociones— admitió con vergüenza.

—Y además no habla dos idiomas— siguió, ignorando el comentario de su hermana.

—Yasen, tu tampoco los hablas.

—Claro que sí lo hago, el búlgaro y con el que me comunicó contigo, mira, la mayoría de los estudiantes de Ravenclaw dominan dos idiomas a la perfección, él no es un buen partido para ti. Además, creo que salió alguna vez con Carmine Thompson, créeme, no querrás tener problemas con ella, además siempre está con Vanessa Tomassini y...

—¿Quieres de dejarme en paz? No me hablas desde que iniciamos el año, vas con Malfoy a todos lados y ahora vienes a meter tus narices donde no te incumbe, yo quiero a Ethan te agrade o no.— dijo con decisión.

—Pues no me agrada en lo absoluto, es un idiota ¿como te va a mantener?

—Yasen, sólo tengo diecisiete años, no es como que me vaya a casar con él.

—La mayoría de chicas de tu edad piensan en eso.

—Hermione no lo hace, yo tampoco, ahora, si no te importa, voy a ver a Harry y a Ron, ah y de pasada: a Ethan— Yasen se cruzó de brazos y Aylien sonrió triunfante. 

Caminó de forma patosa, pues el pasto estaba algo crecido. Quería visitar a Harry y Ron, ella más que nadie sabía lo malo que era estar en la enfermería. Pero, lo bueno es que se tenían el uno al otro. Aún llevaba la túnica de quidditch, en su muñeca izquierda llevaba una liga para el cabello.

Así que, se amarró el cabello en una coleta alta, llevaba la cabeza agachada mientras caminaba por los pasillos del colegio. Justo cuando estaba por llegar, se topó con nada más y nada menos que Ethan Phillipe. El chico sonrió, Aylien también, por primera vez desde que lo conocía, sintió que ella y él eran uno mismo, algo que jamás había experimentado.

—Hola— saludó Aylien, temiendo que estuviera sonrosada.

—Hola— respondió con su voz grave, que Aylien tanto le enamoraba.

—Owww, ¡Que tiernos son ambos!— exclamó una voz agradable y divertida, una voz que pertenecía a Grace Brooks.

—Cey...

—Chssst, ¿así que tu eres el tal Ethan Phillipe que tan enamorada tiene a MÍ Aylien? Porque yo la conocí primero, es MÍA.

—¡Grace!

—Un gusto, sí, soy Ethan Phillipe— respondió estrechando su mano con la de la pelirroja.

—Pues, entonces, bienvenido a la familia, Phillipe— dijo con alegría. —Ah, pero primero, tienes que pasar la prueba de fuego.

—¿La prueba de fuego?— cuestionó el chico de ojos miel verdoso.

—Su hermano— Grace era mas alta que Ethan, así que, puso su codo en el hombro del chico. —Creeme cuñado, es muy celoso, se llama Yasen y es mi novio— movió las cejas.

—Cey, ¿no quieres irte?

—No— Aylien refufuñó.

—Entonces, veamos, eres más alto que Aylien (bueno eso es obvio, todos lo son), tocas la guitarra, eres de Ravenclaw y... Sí, puedes casarte con Aylien.

—¡Vete, Grace!— saltó de pronto, la pelinegra.

—Uy que genio tan bonito que tienes— dijo con sarcasmo, Aylien la jaló del brazo alejándola de Ethan— Además: celosa, muy mal, niña.

—¡Largo!— dijo Aylien señalando el final del pasillo.

—¡Corto!— respondió Grace, Ethan soltó una risa. Aylien la miró suplicante, tratando de decirle con la mirada «Por favor, vete de aquí, Cey». La pelirroja captó la indirecta, le sonrió una vez más a los dos y se alejó.

—Es algo pesada, a veces— se excusó.

—¡Ja, ja! No importa, ayer estaba dibujando y— sacó una hoja blanca de un legajo, se la extendió a Aylien—Esto es para ti.

Tomó la hoja entre sus manos, era un dibujo de ella, llevaba su uniforme de quidditch, a su mano derecha estaba su escoba, tenía el cabello recogido en una trenza, resaltaba cada detalle, hasta los ojos azules parecían que se los sacaron y los plasmaron en ese dibujo, rezaba «Por Aylien Patterson, la chica que se metió en mi mente y corazón»

—Dibujas muy bien— habló, fue lo primero que pensó, lo primero que formuló, lo primero que la enamoró.

—Gracias. Me tengo que ir, te escribiré— dijo con un leve tono rosado en las mejillas.

—Te leeré— respondió igual de sonrojada que el chico, lo despidió con la mano, cuando se aseguró que Ethan estaba lo suficientemente alejado, soltó un chillido seguido de varios saltos repentinos al suelo, algo así como la emoción que sentía cuando ganaba un partido de quidditch.

Presionó el dibujo en su pecho, se vería bonito en un marco, colocado en su mesita de noche. Era una idea magnífica.

«Que patético» dijo con aburrimiento, aquella voz que aterraba a la chica, bostezo, con su misma voz arrastrada, siguió atormentado a Aylien «¿Sabes? Tu madre era una pequeña zorra, usualmente los chicos no tenían este tipo de detalles con ella. Y ella no daba ridículos saltitos de inocencia y ternura»

«Te prohíbo que llames así a mi madre»

«¿Qué tiene de malo? Después de todo, eso era»

«No te creo nada»

«¿Ah, no? Juzgalo tu misma»

Sintió un repentino dolor de cabeza, uno tan intenso como aquella vez que Voldemort entró en su mente hacía dos años. Seguido de un destello de luz blanca cegadora y pronto, no estaba en Hogwarts, o tal vez sí, era difícil saber, tardó un rato en darse cuenta de que estaba en el mismo corredor en dónde había conocido a Ethan.

1976:

“Una chica pelinegra, de unos dieciséis años, atractiva, de unos intensos ojos color gris como metal, tenía una falda extremadamente corta, unas medias que le llegaban más arriba de las rodillas, con una túnica que era algo corta para alguien tan alta como ella —metro sesenta y seis—. Caminaba moviendo las caderas y mascaba un chicle.

—Lis, espera, ¡Lis!— rogaba un chico de pecas, castaño, tenía un cuerpo musculoso y atlético.

—¿Qué quieres, Young?— preguntó Lisbeth, reventando su globo de chicle y quitándolo de sus labios con la lengua.

—Hablar sobre... Lo nuestro— explicó el chico, a juzgar por su expresión, estaba enamorado de Lisbeth.

—¿Lo nuestro?— se burló— Entre nosotros no hay nada ¿Acaso creísteis que la aventura de una noche sin luna crearía un vínculo afectivo entre nosotros? ¡Ja, ja, ja, ja! Siempre me pregunte ¿De qué sirve tener músculos si no tienes cerebro? Por favor, Herasto Young, no seas ridículo, una chica como yo, no puede limitarse a un solo chico.

—Creí que...Yo creía... Me dijiste...

—Mira, no debes tomarte tan enserio las cosas, después de todo, es eso, sólo palabras sin sentido dichas justo para el momento y no para después— ajustó la mochila a sus hombros, le dio la espalda al chico de nombre Herasto Young y siguió caminando de aquella forma tan coqueta"

(...)
1997:

«¿Ahora me crees?» preguntó esa voz en un tomo triunfal.

Aylien estaba tan impresionada por aquello, esa no podía ser su madre, siempre la imaginó una muchacha que desde siempre estuvo enamorada de Jacob Patterson (su progenitor) y no una... Ni siquiera tenía palabras para describirlo. Siempre supo que su madre era hermosa y vaya que si lo era, pero jamás pensó en que su madre, el ejemplo a seguir mas grande que siempre tuvo, fuera así.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro