Capítulo 14. Amor a medias
El penetrante olor metálico de la sangre llenaba mis fosas nasales, y temía enfrentarme a la posibilidad de que esa sangre proviniera de mis manos. Navegaba perdido nuevamente por la casa, deambulando por los pasillos en busca de mis padres y Ellie, siguiendo el rastro del aroma sangriento que confundía mis sentidos. Todo parecía exactamente igual que aquella noche, repetido incansablemente en mi mente como si reviviera ese momento una y otra vez, y el pánico aumentó al descubrir a alguien nuevo en mi sueño.
¡Damon!
Mis ojos se abrieron de golpe y buscaron a mi compañero, mientras mi respiración se aceleraba, hasta que lo localicé recostado a mi lado, durmiendo plácidamente, lo que tranquilizó mi corazón.
Me pasé la mano por el cabello. Haber dormido con él no contribuía a mi estabilidad mental, pero al menos lo tenía cerca por si algo ocurría. Sin intenciones de despertarlo, me deslicé fuera de las sábanas y del cálido abrazo de la cama para dirigirme al baño y tomar una ducha. Una vez bajo el agua, dejé que sus corrientes calmasen mi cuerpo, apoyándome contra la pared en un intento por aplacar la inquietud que volvía a apoderarse de mí.
«Cuando creí que todo era normal, que podría tener una vida como los demás...Tal vez mi error fue pensar que tenía oportunidad. Me había acostumbrado tanto a esta vida: tenía amigos, iba al escuela y, a pesar de ciertas cosas que aun me molestaban, era la vida que quería para el resto de mis días. Incluso preferiría morir antes que regresar a la anterior."»
Eché la cabeza hacia atrás y dejé escapar un largo suspiro, pasando la mano por mi cabello. Al salir de la ducha, secándome el cabello con la toalla, me encontré con Damon poniéndose los zapatos. Al verme, esbozó una sonrisa.
—Ahí estás. Pensé que no te vería antes de irme.
—Bueno, aquí estoy. ¿Ya te vas? —me acerqué.
—Sí, debo llegar a casa. Mamá me matará por haber desaparecido una noche entera.
—Bueno, que te vaya bi... —mis palabras se interrumpieron cuando se acercó y me abrazó, tomándome por sorpresa.
—Gracias, Ethan, eres el mejor amigo que alguien puede tener —susurró.
Me separé un poco incómodo y le di unas palmaditas en el pecho.
—Sí, tú también lo eres —respondí. Definitivamente, nunca me acostumbraría a sus abrazos. Su sonrisa se amplió, pero pareció volver a la realidad de repente.
—Bueno, debo irme, pero nos vemos más tarde. Vendré, así que espérame despierto —se despidió, a punto de salir por la puerta. Sin embargo, recordó la posibilidad de que mis padres estuvieran abajo (lo cual no era cierto), pero no iba a decirle nada; era divertido verlo confundido.
Después de que se fuera, salí de mi habitación para verificar si mis padres estaban, lo cual confirmé al encontrar el pasillo vacío. Ellie salió de su cuarto y me encontró en el pasillo.
—¿Despertaste? —pregunté.
—¿Hablabas dormido o con alguien? Me pareció oírte hablar, ¿tenemos visitas? —se frotó el ojo, somnolienta.
—Ah, no, era...mi nueva bocina.
—¿Hablas con tu bocina? —frunció el ceño.
—¿Tú no?
—¿Qué? —alzó una ceja, evidentemente confundida—. Ni siquiera tengo una.
—Entonces te compraré una —dije—. Seguro que te gustará —intenté sonreír y me metí rápidamente en mi habitación; nunca me había sentido tan tonto. Siempre fui bueno mintiendo, ¿por qué me costaba tanto con Damon?
Podría haberle dicho la verdad a mi hermana, ella no habría dicho nada, ¿entonces por qué no lo hice? ¿No confiaba lo suficiente como para confesarle que me gustaba este lugar y la gente en él lo suficiente como para querer quedarme?
No, debía mantener una imagen neutral para ella. Si me aferraba aquí, ella también lo haría, y no quería que se apegara a algo que inevitablemente tendríamos que dejar atrás. Desde el principio supe que en algún momento tendríamos que deshacernos de esto y construirlo de nuevo en otro lugar, pero ya no estaba seguro de cuánto tiempo más podría soportar reconstruir y volver a destruir.
Después de un momento junto a la puerta, me dirigí al piano, acariciando suavemente las teclas, recordando lo que había tocado el día anterior. Me senté en el taburete y deslicé mis dedos por el teclado, intentando tocar la misma canción, pero no sonaba tan hermosa como la vez anterior. ¿Qué era diferente? Tal vez la posición o la forma en que me sentaba, o...
Quizás la diferencia era Damon.
Cuando pensé que mi música reflejaba mi sensación de estar atrapado en mí mismo frente a los demás, apareció Damon y me hizo ver que había más cosas que quería: libertad.
Pero la libertad es egoísta, porque cuando la tienes, privas a otros de ella, y preferiría encerrarme a mí mismo antes que privar a alguien de ella. Damon era un claro ejemplo de libertad, y no quería atraparlo en mi confusión. Nunca podría involucrarlo completamente en mi vida.
Era frustrante. Quería conocer tanto de su vida como quería que él conociera de la mía, pero jamás podría darle todo de mí como él lo hacía. Sería... un amor a medias.
Tanta basura que estuve pensando me llevó a ver la hora en mi celular y descubrir que había anochecido, un tiempo que no sentí.
Toda esta reflexión me llevó a mirar la hora en mi celular y darme cuenta de que había anochecido, un lapso de tiempo que pasó desapercibido para mí. Justo cuando abrí mis chats para llamar a mamá y preguntar cómo iba todo, recibí un mensaje.
Levie: ¿Estás?
¿Desde cuándo me escribe como si fuéramos amigos? Quiero decir, sí, nos besamos, pero no porque fuéramos algo más. Nos odiamos, eso no debe cambiar, ¿o sí?
Bueno, sí, puede que ahora ya no lo odie tanto, pero tampoco es que me interese tener algo con él. O sea, sí admito que me den ganas de besarlo otra vez, pero fuera de eso nada.
«Dios, Ethan, ¿desde cuándo te preguntas cosas tan estúpidas? Creo que pasar tanto tiempo con Kian te está afectando»
Yo: Claro, ¿qué sucede?
Levie: ¿Debe pasar algo para que quiera hablar contigo?
Yo: ¿Se supone que responda a eso?
Levie: Mejor responde esto: ¿estás ocupado?
Consideré hacerme el difícil, como diciéndole "Depende" o "¿Si lo estoy qué harías?", pero no tenía ganas de jugar y quería saber para qué me habló.
Yo: No realmente, ¿y tú?
Levie: Pensando en ti.
Rodeé los ojos pensando que era lo más cliché que se le pudo ocurrir
Yo: Espero que no lo hagas mientras te masturbas.
Levie: Jajajaja, ¿ahora me espías?
Me mordí el labio inferior.
Yo: No, creo que es intuición y te conozco.
Levie: Pues me gustaría saber qué más conoces de mí
Yo: Para mi mala suerte, demasiadas cosas
Apreté los ojos al darme cuenta de lo mal que aquello había sonado, pero no me rectificaría, Ethan Ackerman nunca se arrepiente.
De pronto me di cuenta que aun lo tenía registrado con su nombre anterior, me preguntaba si preferiría que me dirigiera a él como Theo, así que para cambiar el tema pregunté:
Yo: ¿Cómo te gustaría que te llame?
Levie: ¿Cómo te gustaría llamarme?
Yo: No voy a jugar ese tonto juego de palabras. Solo dime cómo te gusta y ya
Levie: Mmm, admito que odio el nombre Leviev por muchas razones, pero me gusta cuando tú lo dices. Si hay algo de lo que no me arrepiento es de haberte conocido, Ethan.
Yo: Mmm, no seas cursi. Estás haciendo que me arrepienta ahora de haberte dejado entrar de nuevo en mi vida.
Levie: Jajaja, haré que nunca me quieras sacar de ella.
Yo: Eres muy pretencioso, ¿lo sabías?
Vi la línea "escribiendo", y por alguna razón me sentí decepcionado cuando dejó de hacerlo. Justo en ese momento, alguien tocó mi puerta, así que me levanté para abrirla y me encontré a Ellie al otro lado.
—Unas chicas de la escuela me invitaron a su casa, ¿crees que podría ir? —preguntó con una expresión expectante.
La vi encogerse de hombros y no quise imponer mi autoridad como mis padres solían hacer conmigo. Sin embargo, conocía las razones por las que no deberíamos salir. A pesar de eso, a veces deseaba romper esas reglas. Ellie merecía vivir la vida de una chica de su edad, no estar atrapada en un cuento de hadas en el que no podía salir ni ver a nadie.
Finalmente, suspiré disimuladamente para que ella no se diera cuenta y apreté la mano sobre la manija.
—¿E-en dónde es? —mi voz salió temblorosa a pesar de mis esfuerzos. Tenía miedo, un miedo terrible de dejarla salir y que le pasara algo.
—No está muy lejos, está a unas calles de aquí —respondió rápidamente.
—Bien, entonces supongo que iré a dejarte —dije.
Ellie sonrió aliviada y esa sonrisa llenó mi corazón. Ellie no solía sonreír mucho a nadie que no fuera yo, y deseaba que tuviera la oportunidad de compartir esa hermosa sonrisa con otras personas. Ella no debería fingir, haría todo lo posible para que fuera así. Ellie sería diferente a mí, sería mejor.
Tomé mi celular sin ver el último mensaje que Levie me había enviado y salí del cuarto junto a Ellie.
—Solo espero que mamá y papá no se enojen por esto —comentó mientras caminábamos por la calle, parecía tan nerviosa como yo por salir, aunque intentaba disimularlo.
—Bueno, espero que valga la pena —sonreí.
—Gracias por hacer esto por mí —me miró con inocencia. Mi hermana no había cambiado en nada; tenía el alma tan pura como siempre, y no permitiría que nada ni nadie la manchara.
—Haría cualquier cosa por ti —susurré más para mí mismo, acariciando su cabello, y su expresión se suavizó.
—Aquí es —señaló la casa blanca con fachada naranja frente a nosotros—. ¿Vendrás por mí a las siete?
—Mmm, eso no es un trato justo. Te dejé venir, al menos debería poder escoger la hora.
—Está bien, entonces a las ocho será —se apresuró a tocar el timbre antes de que pudiera decir algo más, y me reí en voz baja.
Hasta que recordé que no había visto el mensaje de Levie.
Levie: Dios, como quisiera verte justo ahora
«No eres el único»
Yo: Entonces ven a mi casa
No tardó en responder.
Levie: ¿Cuál es la dirección?
El hecho de que mis padres y Ellie no estuvieran en casa me permitió invitar a Theo, así que él pudo entrar sin problemas. Sinceramente, dudaba si dejarlo entrar en mi casa era una buena idea, pero ya no había vuelta atrás.
—Vaya, tu casa es grande —sus ojos café oscuro recorrieron el lugar, bastante impresionado.
—Eso creo. ¿Y qué hacía un chico como tú un sábado por la noche? ¿No deberías estar en alguna fiesta o algo así?
—¿Por qué?, ¿esperabas que estuviera ahí? —levantó las cejas con una sonrisa pícara.
Me quedé callado, incentivando que sonriera aún más.
—Ey, no siempre soy así —dijo—. Además hay muchas otras cosas que me gusta hacer.
—¿Cómo qué? ¿Estar conmigo? —alcé una ceja con ironía.
—Claro, ¿por qué no lo sería?
—Bueno, porque soy aburrido —agregué.
Él arrugó la nariz.
—Eres muy lindo.
Sonreí sutilmente, sin que él se diera cuenta.
—Oye, Ethan.
Mis ojos se dirigieron a su figura nerviosa, o al menos así lo interpreté por la forma en la que se encogía de hombros. Me gustaba que me estuviera dando el control en esto a pesar de que siempre peleábamos por ello.
—Lo del otro día, ¿te gustaría volver a repetirlo? —preguntó.
—¿Quieres acostarte conmigo en mi propia casa? Eso no me parece apropiado —me reí.
—A-ah, no quería que sonara así, lo siento.
Me reí. Era encantador cuando se avergonzaba. El chico con el que siempre discutía ahora estaba frente a mí con nerviosismo, y estábamos teniendo una conversación "normal". Tal vez él ansiaba tanto como yo ocupar el lugar de un adolescente común, y aunque solo fuéramos nosotros simulando algo así, era una linda mentira.
—Ven —incliné la cabeza, indicándole que me siguiera. Al principio parecía desconcertado, pero pronto se unió.
—Pensé que estabas bromeando, no esperaba que lo dijeras en serio —expresó cuando lo invité a entrar en mi habitación.
—¿Te quedarás ahí pensándolo o vas a entrar?
Por supuesto, no rechazó la invitación, y al entrar soltó una risa.
—Pensé que estabas considerando deshacerte de mí. Incluso llegué a pensar que me invitaste solo para hacerme algo.
Reí con incredulidad.
—¿Después de besarte todavía piensas que te odio?
Al ver la emoción en sus ojos quise retractarme para apagarla.
—Lo sé, pero a pesar de venir del mismo mundo no parece que nuestros astros estén alineados.
—¿Desde cuándo crees en la astrología? —alcé la ceja con burla.
—Aunque no lo creas me ha ayudado mucho para canalizar mi energía —sonrió de lado.
—Pero me da curiosidad lo que dijiste. ¿A qué te refieres con que somos diferentes? —me recargué de espaldas en mi escritorio con los brazos cruzados.
—Bueno, ya sabes, tú eres de otra clase; el chico que le agrada a todos, de buenas notas, y yo...bueno, soy yo —se encogió de hombros.
—No creo que nada de eso importe cuando dos personas se agradan —agregué.
—Supongo que es lo que siento cuando estoy contigo —me dirigió la mirada—, como si nada importara —su movimiento hacia mí aceleró mi pulso. Me moví incómodo, con mi cuerpo en alerta. Se colocó tan cerca que quedé atrapado entre él y el escritorio. Mis brazos se apretaron contra mi pecho, manteniendo la distancia que había mantenido hasta ahora, esa barrera que había construido para aquellos en quienes confiaba. Pensé que Damon sería esa persona, pero...
Mis labios se entreabrieron ligeramente, mientras las chispas en sus ojos recorrían mi rostro con ternura.
—Te extrañé estos años —susurró.
Retuve la respiración, temiendo que saliera entrecortada cuando su pulgar acarició mi mejilla y mis palmas se apoyaron en el escritorio.
—Quiero saber cómo ha sido tu vida, si has estado bien. Quiero saberlo todo.
La idea de estar tan cerca en un lugar donde no podía escapar me aterraba. No me asustaría tanto si esto fuera una discusión, podría seguirle el juego y seguro nos confrontaríamos, pero dejarlo acercarse a mi corazón, eso sí que era aterrador.
Mi visión se nubló, mis piernas amenazaron con ceder.
—Ya te dije que me gustas —dijo—. Pero lo que realmente deseo saber es si yo te gusto a ti, o al menos si sientes algo por mí —añadió al ver mi expresión consternada.
Ni siquiera había considerado una respuesta a esa pregunta, ni siquiera me la había planteado.
Me mofé y desvié la mirada.
—Sabes que mis sentimientos no son tan simples como decir "me gustas" y ya.
Aun así, mi corazón latía fuertemente ahora...
—Pero puedo decir que me gusta tu carisma, y esta cosa extraña que hay entre nosotros —levanté la mirada, esbozando una sonrisa mientras un mechón de cabello caía sobre mi frente.
Levie se mantuvo inmóvil por un momento, luego una sonrisa discreta apareció en su rostro.
—¿Eso me suma puntos? —alzó una ceja con coquetería.
—¿A qué te refieres? —me reí para calmar la tensión.
—Bueno, ya sabes...¿si tengo una oportunidad contigo?
Mis ojos se abrieron de par en par y mi cabeza comenzó a inclinarse lentamente. ¿Por qué... por qué alguien querría estar conmigo? Después de todo lo que hice, no merecería ser amado por nadie, yo...
Sus manos sujetaron mis mejillas y me obligaron a levantar la mirada; su ceño fruncido mostraba un gesto de enojo.
—Entiendo tus inseguridades —su respiración rozaba mi boca—. También las he tenido.
Tragué saliva, luchando contra el nudo en mi garganta.
A pesar de los nervios, no perdió la oportunidad de besarme, comenzando con suavidad. Me moví, juntando las piernas, llevando lentamente mis manos a su cuello.
Esto se sentía bien. Sus labios, el momento, todo.
Quizás debería permitirme vivir un poco.
Era solo yo besando a un chico.
¿Qué podría salir mal?
Su cuerpo, su boca, exigían más de mí; presionando contra mi cuerpo y besando con más fervor.
Nos movimos hacia la cama y me dejé recostar sin dejar de besarle, con él encima de mí.
—Ethan, ¿cuánto me harás esperar? —inquirió en un suspiro.
—¿De qué hablas? ¿No quieres ahora? —hablé contra su boca.
—Ah, bueno...no creí que quisieras.
Me alejé un poco y lo miré directamente con el ceño fruncido.
—Te estoy besando y te di paso a mi cuarto. ¿Qué otra señal esperas? —musité entre dientes.
—Tus señales son confusas —volvió a besarme con más pasión y le puse las manos en el pecho porque era muy pesado.
En mi vida había experimentado la sensación de que mi corazón iba a estallar. Eran pocas las cosas que quería, y esta era una de ellas, a pesar de no haberme dado cuenta antes.
Había estado pensando tanto tiempo en lo que tenía que hacer, que no me había preguntado lo que quería hacer.
Fue entonces que sucedió, cuando menos lo esperé comenzó a desabrochar mi pantalón y sin pensarlo dos veces, acarició mi miembro, provocándome un jadeo.
—¿Así te gusta?
—N-no lo sé, se siente raro —me tapé la boca, apretando los párpados. No sabía si verlo a él o lo que estaba haciendo.
—¿Raro? No me digas que...¿nunca te has tocado?
—Eh, bueno...nunca me gustó mucho mi cuerpo y...
—Demonios —chistó—, ¿por qué no me lo dijiste? Yo...
—N-no te detengas —le dije cuando vi su intención de alejarse, y mi pecho comenzó a subir y bajar con irregularidad.
—Eh, lo estás haciendo muy bien —retiró mi mano de mi boca y mi respiración acelerada se hizo presente.
—Mmh —reprimí un gemido cuando tocó un punto sensible, cerrando un ojo por autoreflejo.
—Ah, te gusta —sonrió de lado, aumentando la intensidad.
—Ah, muy rápido... —me quejé e intenté reprimirlo, pero dejé salir un suspiro entrecortado. Luego me mordí el labio, poniendo mis manos en sus hombros.
—Esto se va a sentir más raro, pero créeme, te gustará —acercó su boca a mi miembro y apenas lengüeteó la punta antes de que lo detuviera.
—¿Q-qué haces? ¿En serio quieres meterte esa cosa a la boca? —pregunté con los ojos bien abiertos.
Levi se rio aniñado.
—Dios, que inocente. Creciste demasiado rápido en algunas cosas y en otras no tanto.
El interior de su boca se sintió tibio, llevando calor a mi miembro, este palpitaba. Su lengua se paseaba por él, jugando con movimientos que me nublaban los pensamientos.
Levi se lo sacó de la boca con satisfacción.
—Ah —suspiró—. Eso fue increíble, Ethan, pero veo que aun no te has corrido —levantó el labio inferior—. ¿Está descompuesta?
—¡Cl-claro que no!
—¿Entonces yo soy malo en esto? —acercó su rostro peligrosamente a mí.
—N-no eres malo, en realidad me gustó —desvié la mirada avergonzado por lo que decía. Juro que después de esto Ethan Ackerman mañana ya no existirá.
—Es un alivio saberlo, entonces prepárate, porque aquí viene lo mejor.
¿Hay más?
Dios, ¿a este paso qué tanto me va a enseñar?
Levi se desabrochó la cremallera y la escasez de luz me impidió ver lo que tenía entre las piernas, pero ya podía imaginarlo.
—Verás que esto te va a encantar.
Tragué grueso.
De pronto oí dos pies caer cerca de la ventana.
—¡¿Damon?! —Levi se subió rápidamente los pantalones, claramente alarmado. No era para menos, a mí me puso igualmente tenso; no estaba vestido aún. Me molestó, aún no había terminado, pero tuve que ponerme el pantalón.
—¿Theo? ¿Qué haces aquí? Yo quedé con Ethan, ¿tú también? —su ingenuidad me sorprendió, pero no tanto como la mía.
—¡¿Por qué demonios entras por la ventana?! —Levie estaba asustado.
—¡Damon! —salté de la cama antes de que se acercara y nos viera claramente—. Debiste avisar, yo...
—¿Por qué tienes los pantalones mojados? —frunció el ceño y sus ojos se abrieron de golpe, tuve que sostenerlo porque parecía que se caería de la ventana por la impresión—. Ustedes... ustedes... —tragó saliva—. ¡¿Cogieron?!
El rostro de Damon palideció y empezó a tartamudear claramente nervioso.
—Ah, yo... yo lo siento —se apresuró a salir, pasando una pierna afuera de la ventana y descendiendo torpemente por ella.
Me asomé preocupado al oír el golpe antes de que cayera al pavimento de trasero, y Leviev, a mi lado, también observó.
—¡Estoy bien! —gritó y salió corriendo, con nuestros ojos aún siguiéndolo.
Aún asimilando la escena, volteé a ver a Leviev, quien se agarró la nuca.
—Esto es... Bueno —carraspeó—. Damon es mi amigo y... creo que debería irme —dijo alejándose unos pasos.
Agité la cabeza para disipar mis pensamientos.
—Sí, claro, yo... Escucha, lo siento mucho.
—No te preocupes, nos vemos después —me dio un breve beso en los labios y se fue.
Entonces observé el desastre que había quedado en mi habitación. Creo que lo mejor sería ir a dormir.
Buenaaaaasssss
Ay, Damon tan inocente (●'◡'●)ノ♥
Literal, este es el resumen del capítulo:
Ethan: ಠ_ಠ
Leviev: (͡° ͜ʖ ͡°)
Damon: (●__●)
Les gustó el salseo? 😏 La verdad esto no es lo mío, pero bueno, se intentó
Qué creen que pase ahora entre Damon e Ethan? (ToT)
Leviev e Ethan novios?
Lo descurbrirán en el próximo capítulo!
No te lo pierdas e un mes!
Ahre, mentiri 😈 o bueno, no tan mentiri
Pero ya hablando de Ethan y Leviev, así me los imagino, aunque en mi cabeza Ethan no tiene razgos tan finos, es un poco más masculino, pero pues no se puede todo en la vida ah
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