El día llego, tenía que estar en el aeropuerto a las 11:05, apenas son las 9 de la mañana, me levante me duche, me vestí feliz, y baje a desayunar y veo a mi hermano Lucas y mi madre.

-Buenos días!!- Digo feliz.

-Buenos días, al parecer estas mas segura ahora- Asiento viéndola.

-Claro que si mamá, anoche lo pensé y voy a intentar ir a ese grupo de principiantes- Mamá me abraza y suelta.

-Estoy tan feliz de ti hija mía- Yo la abrazo.

-Te voy a agradecer toda la vida mamá- Ella sonríe y sigue con su desayuno y siento.

-Quiero que me mandes muchos regalos todos los días, o al menos me hagas una llamada- Yo sonrió y suelto.

-Eres un interesado, pero te lo prometo- Chocamos mano y sonrió besando su mejilla.

-Ma, a las 10 salimos, mi vuelo es a las 11:05- Ella asiente cuando prepara la bolsa de comida de Lucas se la da, y salimos, en dirección al Aeropuerto donde veo a el ex jefe de mamá suplicarle que vuelva a su puesto de trabajo, pero como soy tan buena hija, no deje que volviera, que si pusiera su primer emprendimiento cuando yo no este ella se ría y asiente.

-Por ti lo intentare- Me abraza pegándome a ella.

-Te adoro hija- Yo sonrió.

-Y yo a ti mamá- Sonreímos y siento que me abrazan de la pierna.

-Te doy mi colección de muñecos si te quedas- Coloco mi dedo índice en mis labios.

-Mmm, me interesa mucho- Este sonríe, pero me agacho y se le borra esa bella sonrisa.

-Lucas, no puedo quedarme, aunque me regalaras el mundo, tengo que salir a conocer el mundo donde vivo, si no...- Sonrió divertida.

-Si no quien te mandara los regalos todos los días? - Sus ojos brillan y sonrió.

-De verdad? - Asiento y suelto.

-Con mamá intentaremos darte algunas cosas, pero tu prométeme que terminaras este 4to año de escuela que llevas y te mandare un regalo muy grande- Su sonrisa se amplía a cada palabra que sale de mi boca, pero...

-De que me sirven esos regalos si no estás conmigo- Yo sonrió viéndolo callada.

-Ya te lo eh dicho, Yo siempre voy a estar cuando lo necesites- Sus ojos tristes se ahogan de lágrimas y me abraza de golpe.

-No me abandones- Me sorprendió sus palabras, pero recordé que mamá le había dicho que papá se fue, como que nos abandonó y eso me devasto.

-Jamás te dejare mi pequeño Miller, te lo prometo- Digo apretándolo a mi cuerpo y el aferrándose de mi.

-Hija tu vuelo- Cuando escucho a mi madre de fondo sale el número de mi vuelo y por la puerta que debo pasar, me separe de mi hermano, y me despido de mamá.

-Nos vemos pronto- Sonrió para girarme eh irme caminando hacia la puerta doy mi pasaporte con el papel de vuelo, lo chequean ya que es una visa de trabajo, el policía revisa mi bolso termina y lo pasa para ver que una cinta transportadora lo lleva. Me hacen pasar por un escáner el cual no pito, me revisaron igual hasta que me permitieron pasar, los aeropuertos tienen mucho protocolo y seguridad, siempre hay uno que quiere causar desastres en cualquier cosa, ya sea en el aeropuerto en la pista o en los aviones.

No siempre hay que tomarse la seguridad enserio, muchas veces tu propio país no te llega a proteger.

Paso por el pasillo, no sin antes darle a mi familia su último adiós, y dirigirme a el vuelo, al entrar por el pasillo hacia el avión, una azafata te recibe con una sonrisa y un (bienvenido) te ayudan si lo necesitas a buscar un asiento, mientras que otros te ayudan a guardar tus bolsos en el maletero, busqué mi asiento por 10 minutos hasta que me rendí y una azafata lo noto.

-En que te puedo ayudar? – Rápidamente veo la identificación de la chica.

Romina Viliert, Azafata.

-Mira estoy buscando mi asiento y... no lo veo- Digo viendo todos los números ella agarra mi papel y suelta.

-Su asiento no está aquí se encuentra allá adelante, usted es de primera clase- Me lleve una enorme sorpresa ya que nunca pensé que fuera en primera clase, nunca viaje y se dice que es el mejor lugar del hotel.

La chica me llevo a la primera clase, eran 4 asientos derecho y los otros 4 del izquierdo, dos asientos que compartían una mesa, la mujer se detiene en uno y me señala.

-Estees su asiento señorita-