capítulo 7
Adriel
— Suicidio.—comento de una vez porque estoy apurado y no quiero estar aquí encerrado un día más.
—¿Cómo lo sabe? Si hace dos días andabas interrogando a su esposa. —el Jefe Bravo mira la carpeta que le lanzo en la mesa indicando que ya cerraba el caso y me vale mil etarias porque se mató.
Solo quiero irme ya al hospital y sé que mi aspecto lamentable lo grita, hace dos días que Malika ha salido de cirugía pero sigue en estado de coma porque llevo muchos golpees en la cabeza y están esperando que el cerebro se desinflame o algo así fue que el doctor explicó. Yo solo quiero estar ahí, ayer llegaron sus padres después que el Jefe los llamaras porque yo no tenía cabeza para contestarle las mil y una llamadas que me hicieron.
No podía decirle que todo esto pasó por mi culpa.
— Si, pero solo quería distraerme un rato. Además era muy fácil desde el momento que llegue a la habitación, debajo de la cama corría un nailon trasparente que estaba amarrado a su dedo de la mano que iba directo a la azotea, donde se podía ver con mucha claridad si fuera de día el pequeño detalle que pasaron por alto los experto y creyeron que era homicidio. Solo quería saber porque se suicidó con esas pobres chicas, pero llegue a la conclusión después de revisar las cuentas que era por deudas que heredaría su mujer además no hay seguro de por medio si piensa que ella lo mato.—termino de hablar para largarme lo más rápido que puedo.
Mi jefe mirar el informe y asiente, además ve la foto de la argolla que el forense había dicho que podía ser de alguna de las víctimas prostitutas y yo lo descarte porque la argolla no era de mujer sino de hombre y permanecía en un dedo especifico. Además los exámenes de ADN no encontraron células de las prostitutas si no dé él.
— Este bien, pero todavía no voy a dar el visto que está cerrado por completo. Te noto ansioso y desesperado por salir huyendo de aquí y sé que no dejarías ningún criminal libre por interés. Pero puedes irte con Martínez a interrogar a la víctima...—ni siquiera lo dejo terminar.
— Todavía sigue en coma y su madre me aviso temprano que todavía no ha despertado, por lo que necesito que los guardias cuiden su habitación en el hospital porque el mal nacido puede volver.—apreté mis manos con tanta impotencia porque tenía ganas de encontrarlo y yo mismo hacerlo pagar por todos sus crímenes y por meterse con algo que era mío.
— Seguirás el caso con Martínez de igual formar, y haré lo que pides.—él se levanta de su silla para hacer señas por encima de mí y llamar a alguien me imagino que es su secretaria.— Pero por ahora anda ver cómo sigue y por favor mantenme informado.
—Si señor.—di la media vuelta para salir pero me detuve para volver a verlo y proponer la peor idea que pasaba por mi cabeza. —Quiero que Fisher este en mi equipo, no conozco muy bien el equipo de Martínez y con Fisher me sentiría más cómodo.
El silencio reino por unos minutos en aquella oficina, ya que yo era un hombre de trabajar solo en mis casos nunca necesitaba ayudaba para nada si la quería era para confirmar mis teorías pero este asesino en serie llevaba años matando y si nadie había podido dar con él, yo si necesitaba unas manos extra y él sabelotodo de computación de Fisher era el mejor.
—¡Te estoy dando luz verde en este caso, sabiendo que me está costando mucho porque sé que ese maníaco del demonio solo hace es jugar con mis agentes porque se cree que involucrar a mis hombres en su juego es lo más divertido que ha visto en todos esto años que también quieres que involucre al pobre chico computadora que ni siquiera sabe amararse sus zapatillas! —cada palabra que salía por su boca subía un tono más de nivel hasta que su mano se estrelló en su escritorio removiendo los papeles que había en ella y en ese momento su secretaria se asustara por el estruendo que hizo que la pobre mujer en ese momento las carpeta de algún expediente o papeleo saliera volando por los aires.
Pobre mujer, no dudara aquí como las otras.
La mujer intento recoger los papeles que volaban por los aires mientras que yo intentaba ayudarla con los que se había caído en el suelo, a lo que el jefe no le agradó mucho que hubiera un desorden provocado por alguien más que no sea él.
—¡Sofía, sal y entre unos minutos lo recoge! —la regaño y después me señalo pude ver su vena de la frente estaba a nada de estallar.— Mas te vale no meter a ese chico en tu "·equipo" porque me estoy jugando el cuello con todo esto personal y no quiero otra víctima a la cual no sabré si enterrar.
Trague grueso y mi memoria fue aquel recuerdo del porque quise salir huyendo de Canadá y ahora me encontraba aquí.
—Si lo dice por el....
—¡Cállate Miller, es mejor que saque de tu cabecita tener a ese chico en este caso porque si no seré yo mismo que te pondré es a limpiar retrete en vez de pasarme informenes! —otro golpe en la mesa y después se sentó.—Mejor lárgate que ya me arruinaste el día. —y como me lo vi venir el portarretrato nuevo que tenía con una foto de su familia voló por los aire estampándose contra la pared.
<<Ese hombre si tenía problemas de ira.>>
Aunque quise explicar las razón por la quería a joven sabelotodo, no podía pasar una orden por alto, pero me valía lo que dijera él. Ya estaba montado en el barco y nadie me iba a bajar de él.
Salgo de aquella oficina, no pensaba discutir por algo que iba hacer. Sabía bien en donde me estaba metiendo, con quien y que haría pero en cambio Martínez, ¿Él lo sabía? Claro que no, quiso cerrar el caso años atrás y el tiro le salió por la culata. No sabe nada de asesinos en serie, no sabe cómo trabajar bajo presión y eso le costó su familia y ahora su vida personal.
En cambio yo, ya he visto esto antes. Y antes que pueda arrebatármela porque tuvo la oportunidad para matarla ahora no le daré el gusto. Lo golpeare sin que me vea venir y lamentara el día y la hora en el momento que decidió meterme en este estúpido juego. Porque si, era un maldito juego que él estaba provocando y quería mover sus ficha a su manera.
Llevaba años que nadie podía atraparlo, y un asesino en serie cuando no tiene atención o mérito de lo que hace se enfurece. Todo está en su mente y es una patología que nace en el momento que ellos tienen el poder de la vida en sus manos, por eso ocurre tantas muertes.
Alguna vez leí un proverbio que dice: "El que ha nacido para ser ahorcado nunca será ahogado"
Una frase que me marco y en ese momento entendí, que tu mente es engañosa y a veces cuando sabemos a dónde va nuestro destino tomamos uno diferente para que no ocurra.
Por eso subo al ascensor y presiono el botón que me llevara al piso que quiero y cuando las puertas se abren dándome la bienvenida, camino hasta el único cubículo donde está la persona que me interesa. Llego a su lado antes que se dé cuenta de mi presencia y lo veo como teclea números tras números en la computadora.
— ¿Qué haces?—mi voz lo toma por sorpresa haciendo que pegue un brinco en su asiento y antes que pueda apagar la pantalla de su computadora muestra la licencia de un expediente de un hombre.
El tipo se llamaba Raúl Zafiro, de edad de treinta tres años, nacionalidad Neoyorquino.
— ¿Quién es? — pregunte interesado antes que pudiera cambiarme la conversación.
Él suspiro antes de señalar la pantalla con una pequeña sonrisita de maldad en su rostro.
— El idiota me choco temprano y salió huyendo antes que pudiera reclamarle que pegara el daño, así que pude captar rápido la placa de su vehículo y solo haré que el destino se encargue de pagar lo que me hizo.—hablaba nervioso sin dejar de teclear y una página se abrió donde mostraba su licencia de conducir con todos sus datos personales.
—Ósea que colocaras un multa.
—Haré más que eso.—presiono borrar y ya no apareció más en el sistema.
—¿Eso no es ilegal?—me cruce de brazos mostrando mi cara de que eso no me gustaba, pero quien era yo para meterme en su vida.
—Sí, ¿pero quién dijo que fue Fisher quien lo hizo?—sus ojos brillaron a través de sus gafas y una pequeña sonrisa adorno su rostro.
Me lleve la mano al puente de la nariz, haciéndome la idea que llegue después de que el hiciera todo esto.
<<Si no me acuerdo que vi esto, nunca paso.>>
Por lo que respire profundo antes de volver a mirarlo.
—El jefe no quiere que este en mi equipo, por lo que te quiero trabajando desde aquí y que sea mi seguro sin que nadie se entere. Por lo que más quiera ni se lo cuentes a nadie, porque si el Jefe o alguien se entera te vas de patitas a la calle.—él sin dejar de escribir asentía y después sus ojos se colocaron en mi antes de señalar a un lado de su ordenador una caja que decía: CONFIDENCIAL.
—Lo saque antes que el Detective Martínez pudiera hacer algo para excluirte y solo decirte lo que quieres oír. Hable con los forenses, los técnicos y hay huellas, por lo que hable con una amiga que me debe un favor y está en esto momento analizando y me dirá si las huellas que se encontraron aparecen en el sistema. Además ya me estoy encargando de las llamadas de emergencias, hable con Susana y ya solicito una orden solo toca esperar.
Me lo quede mirando y si no fuera porque no doy abrazos lo estaría felicitando. Agarre la caja y ahí pude ver que estaba todos los casos del fantasma.
— Gracias, iré al lugar de los hechos donde encontraron a Malika y después iré a verla. Si tienes resultado me llamas por favor...
—Disculpe ¿Saben en dónde puedo encontrar al Detective Miller?—una voz femenina me interrumpió y aunque sé que le daba la espalda pude saber quién era. —Hable con la oficial que estaba en recesión y me dijo que lo podía encontrar aquí.
Fisher que estaba mirándome su mirada fue al lugar donde provenir la voz y vi un sonrojo en su cara, por lo que sabía quién era.
— ¿Depende quien lo busque?—sin dejar de cruzarme de brazo me di la vuelta y pude confirmar quien era la que me buscaba.
Sus ojos se abrieron grandemente al verme y un sonrojo cubrió sus mejillas aunque a ella se le veían bien.
Ahora que la podía detallar mejor después de aquella mañana de resaca podía notar que si tenía una cara muy angelical que confundirá con una inocente chica. Ya no le echaría la culpa al alcohol porque no me engaño como pensé que sería, aunque este fuera el último lugar donde quería volver a verla otra vez.
— Tú. —susurro ella como si no se lo pudiera creer.
Yo sonreí recodando que ahora que la tengo al frente la haré pagarme el rayón que le hizo a mi auto, o poder utilizar una de las técnicas que hizo Fisher con aquel tipo.
— El mismo.
—¿Tú eres el Detective Miller?
Estaba a nada de asentir pero negué divertido antes de señalar con mi barbilla las escaleras de emergencia.
—Acaba de irse, solos nos vinos a informar que iba a estar muy ocupado ¿Pero para que lo necesitaba?
Su semblante cayo un poco me imagino por no alcanzar una persona que estaba frente de ella.
Y ahora que podía verla mejor, traía un vestido que marcaba su cintura y unos tacones que la hacían ver un poquito más alta y en su mano traía unas hojas en una carpeta. Cualquiera de aquí lo confundirá con una secretaria, porque no trae el uniforme policía y sabía que no lo era.
— Estoy intentando hacer una pasantia en este departamento de secretaria, y el Jefe Bravo me dijo que lo podía hacer con el Detective Miller ya que fue ascendido y era el único que no tenía.
<<Lo iba a matar.>>
No, lo iba a enterrar vivo.
Odiaba las secretarias, las odiaba porque yo solo era un Detective que le gustaba trabajar solo y moverme yo mismo. No necesitaba a nadie que me trajera café porque pocas veces estaba en la oficina, estaba más en el campo.
— Uff lo siento, pero llegaste tarde. Ya hay alguien más ocupando ese puesto.—me di la vuelta y con una señal que Fisher entendió asintió mientras que agarraba la caja para irme.—Si quieres puedes hablar con el jefe y decirle que Colomo tiene un cupo disponible para ti. —no deje de hablar y después esta vez lo último se lo dije a Fisher.— No te olvide de avisarme.
—Claro.
Me di la vuelta para ver a la chica que si mi memoria no me traiciona se llamaba Jennifer.
— Será lo único que me tocara, gracias por ser muy amable conmigo.—ella me siguió hasta el ascensor y se metió conmigo.
<<Preciosa, es lo último que estoy haciendo.>>
— Para eso estoy.—sonríe y otra vez sus mejillas se encendieron.
— Por cierto me llamo Jennifer.—ella extendió su mano a modo de saludo pero yo alce las mías mostrando que estaban ocupada por la caja y ella rio.—Ja verdad, lo siento.
—Descuida.
Las puerta del ascensor se abrieron y yo salí, la vi presionar un botón pero retuvo las puertas esperando que le dijera mi nombre por lo que reí más, pero toda sonrisa murió cuando escuche mi apellido.
—¡Miller!¿Por qué rayos sigues aquí? —no podía verlo pero si sabía que estaba tras de mí y sin pensarlo quite las manos de la chica que impedía que las puerta se cerraran dejando que la confusión y la rabia cubriera su perfecto rostro.
<<Dios mío, no pareciera que fuera un hombre ya adulto.>>
Cállate conciencia.
Me di la vuelta con una pequeña sonrisita de que no hice nada viendo a mi jefe que me miraba molesto mientras me analizaba.
—Me imagino que ya conociste a tu nueva secretaria. —me dijo cuándo llegó a donde estaba y yo sin borrar mi sonrisa pase por su lado.
— Déjeme corregirlo Señor, es su nueva secretaria ya que la necesitaras más que yo. Cuando la pobre de Sofía renuncie hoy.
—Sofía no va a renunciar, necesita el trabajo.—yo reí sin dejar de caminar hasta la salida.
—Sí, tanto como yo necesito una secretaria.
Y antes que él pudiera gritarme o lanzarme algo, vimos como las puertas de ascensor se abrían de nuevo y la mujer mencionada salía con una caja en manos mientras temblaba.
Yo solo le di mi mejor sonrisa al Jefe antes de salir huyendo de ahí.
Era fácil de entender, esa pobre mujer no dudaría trabajando con un jefe que se la pasara gritando a cada segundo. Además se notaba a distancia que Sofía sufría de los nervios y que el jefe gritara a cada segundo los alteraría.
Deje la caja en los asientos traseros de mi vehículo, y prendí mi camino hacia el lugar de los hechos donde encontraron a Malika. Era un edificio abandonado en el centro de la ciudad, y se podía ver que todavía los oficiales custodiaban el perímetro para que los reporteros no entraran y las personas.
Y antes que me bajara pude ver a los lejos a Martínez hablando con su equipo, era cuatro personas y una de ellas era mujer. Podía ver su cara de esperanza porque al menos una de las víctimas de ese asesino estaba viva, y harían todo lo que fuera para interrogarla. Y yo eso no lo permitiría, Malika había pasado por algo muy feo.
Tenía dos costillas rotas, un brazo también. Tenía heridas internas como externa, no olvidemos los golpees en su cabeza y rostros. Y que en esto momentos está en coma por culpa de ese infeliz, ya no podré volver a escuchar su sonrisa o sus quejas.
Malika era una chica rebelde pero dulce con los que ella quería, muy pocas veces se abría con el mundo pero conmigo me mostraba lo que ella era desde el momento que la conocí y desde que somos mejores amigos aunque nunca le dije que la amaba. Haría todo lo que esté a mi alcance para hacer pagar al responsable por haberla tocado.
Porque aunque Malika era una rosa con espina, era una flor que no debía ser tocada o marchitada y sabía que ese psicópata estaba demente y en ella quedaría secuelas que durarían años en sanar.
Doy una fuerte exhalación antes de salir de mi vehículo y caminar hacia el lugar donde se encuentra todos reunidos.
Paso por todos esos reporteros que intenta hacer preguntas tontas, que se según ellos lo llevara a la mejor noticia que pudieron tener. Son como zamuros, donde olían carne podrida ahí iban a parar a comer todo lo que pudieran.
— Detective Miller, estoy en el caso.—enseñe mi placa al oficial que estaba haciendo de cadena con los otros para impedir el paso a los reporteros.
Él asintió antes de dejarme pasar, y antes que pudiera dar un paso unas manos fuertes se apretaron en mi brazo llamando mi atención. Me di la vuelta para quitármelo pero una cámara se cruzó en mi cara junto con un micrófono.
—¡Detective Miller! ¿Nos concede una entrevista? —y antes que pudiera rechazarla y aparta la cámara de mi rostro se me adelanto.—¿Es verdad que el asesino más buscado ha dejado su víctima viva? ¿Qué ha fallado en su plan? ¿Y es verdad que la chica se lo merecía?
Se los juro que me esperaba otras pregunta pero ¿Qué ella se lo merecía? ¿Que Malika se merecía lo que le había pasado? ¿Que merecía que la trataran como un saco de boxeo o que la trataran como un animal? Claro que no, ella no se merecía nada de eso y estaba a punto de darle una mala respuesta pero recordé que esta gente vive para esto, sin importar la integridad de las otras personas y me di la vuelta apartándome de ellos acercándome a mi equipo.
Martínez con los brazos cruzados y una expresión que no pude adivinar en su rostro me esperaba en la entrada del edificio, y sin decir nada se dio la vuelta para enseñarme el lugar.
—¿Está preparado para lo que te dirán?— asentí pero sabía que no porque tenía el corazón en la boca.
El lugar estaba todo sucio, el suelo tenía algunas manchas de sangre y en el centro del lugar había una silla con algunas cuerdas.
—Los Experto dicen que fue arrastrada por aquel lugar, ya que no hay vista que alguna persona pueda ver.—señalo la puerta trasera que daba a los callejones. —Después fue torturada aquí.—hace un recorrido sin pisar las evidencia señalando el techo y se podía ver un gancho donde cuelga a un animal junto con unas cuerdas, y me la imagine donde me lamente en ese momento. —Ahí están las herramientas por lo que se podría decir que su preferido siempre fue la media con jabón.— hizo como si fuera él el asesino y en el lugar que estaba vacío ella estuviera ahí recreando todo .—Después que se cansó la llevo aquella silla, donde siguió torturándola hasta que llegaron los paramédicos.
Ya para este momento necesitaba aire fresco, pero no sabía cómo decirlo. Tenía muchas cosas en la cabeza y que el periodista de allá afuera me revolviera la bilis no ayudaba ahora aquí.
Miro todo y siento que el piso da vueltas a mí alrededor, intento calmarme y lo logro por unos minutos cuando mi mente recapitula lo que él me había dicho.
— ¿Por dónde entraron los paramédicos?—encuentro mi voz por solo segundo donde intercalo la mirada entre la puerta trasera y la puerta por donde entramos.
—Por el frente, aunque se están buscando huellas en el callejón. —me aviso cuando intente ir por la puerta trasera y veía el pequeño callejón.
—¿Tiene algún perfil que me pueda ayudar del asesino? Altura, genero, huellas, algo...
—Mmm, es hombre de eso no lo dudamos.—Martínez se rasca lo que se puede decir de una barba inexistente mientras piensa en algo más. <<Por eso odio esto.>> —Se sabe que siempre captura a sus víctima entre hombres y mujeres que no pasan de los treinta años, comienza torturándolos ahí.—señala el gancho con las cuerdas. —Para después dejar una marca en un costado de su costilla, a la final deja que su muerte sea consumido por cualquier otro método medieval.
— ¿Hay violaciones en las mujeres?—pregunte esperando que no y el negó y logre respirar un poco mejor.
— Con las mujeres siempre usa el patrón que uso con tu amiga, con los hombres le gusta meterlo en ácido es como su fascinación número uno...
— Y el puesto número dos se lo dejan a las ratas.— habla King la única mujer de este grupo mientras se acerca a nosotros con unos guantes y algunas evidencias en su manos.—Me alegra que trabajes con nosotros Miller, es como el dicho: "Cinco cabeza piensa mejor que cuatro"... y solo debes saber que meterte en este caso es como nadar en un océano sin profundidad. Porque a cada nada este maníaco cambia algo.
Estaba a un segundo de corregir que el dicho no era así, pero no quería dármela de sabelotodo. Me gustaba trabajar solo, porque me ahorraba toda esta mierda de presentación y mala información que ellos mismo encontraban. Todos los años que llevan ellos este caso, no han logrado encontrar ni una pista y se lo aseguro que por imbéciles la dejaron pasar por sus narices.
— Eso es absurdo, todo asesino en serie tiene un método que jamás cambiara.—me cruce de brazos mirándola.
Ella se encogió de hombros.
—Pues este es diferente, lleva 7 años en este mismo patrón desde que se descubrió el primer cuerpo.
—Claro y me imagino que tienen alguna pista algo que lo identifique que su perfil es un hombre.
Martínez y King se quedaron mirando entre ellos, y lo pude ver. Fue como una puta iluminación que hizo que colocara los ojos en blanco.
— En realidad si buscamos un hombre.—una tercera voz entro a la conversación y fue un hombre que traía gafas de sol como si no estuviera dentro de un edificio donde no entraba ninguna luz. Me extendió su mano a modo de saludo.— Detective Williams.—le correspondí el saludo de apretón de mano.
— Ilumíneme porque están seguro que buscamos a un hombre.—espere por su respuesta y vi cómo se movía a lado de su compañera King.
—Cuando el asesino ataca a las mujeres siempre su estatura es de uno 1.60 como la Detective aquí. —Señala a la nombrada.— Un peso normal para cualquiera, pero cuando ataca a los hombre siempre es el doble de tamaño y fuerza. Por lo que si fuera una mujer dudo que pueda con un hombre que lo doble de fuerza y tamaño, además desde la primera víctima encontramos huellas de un hombre solo que no aparece en el sistema.—explico él.
Y fue como si Martínez supiera que era su turno de hablar, lo hizo.
— Primer sospechoso y único, ya que es la misma huella que aparece en todas las escena del crimen.
<<Soy yo o todo esto parece ensayado.>>
De eso no lo dudaba conciencia.
—Y no han hablado con Interpol o el FBI, a lo mejor son extrajera o la persona ni siquiera ha cometido ningún delito.— esperaba que si lo hubiera hecho pero al ver que negaban me lo había imaginado.
Esta gente solo esperaba que en cualquier momento atraparan a cualquier sospechoso que considera con las huellas encontrada. Mi celular personal sonó en el momento que estaba a punto de llamarlos imbécil y solo lo saque para ver que en la pantalla se iluminaba con el nombre de mi padre.
—Me disculpa esto es urgente, nos vemos más tarde de igual forma debo leer el caso.— no espere para despedirme cuando atendí la llamada asustado.—Bonjour papa, dis-moi que ça va?
<<Hola papá, ¿Dime que está bien?>>
Mis padres muy pocas veces hablan el inglés, porque su fuerte es más el francés. Además es algo que nos gusta más a los canadiense, yo utilizo más el inglés porque ya no vivo en Canadá pero cada vez que hablo con mis padres es algo que no puedo evitarlo.
—Bonjour fils, bien sûr que je le suis. Si plutôt chaque jour je rajeunis. —<<Hola hijo, claro que lo estoy. Si más bien cada día me estoy poniendo más joven>>.Reí porque así era él, sus bromas de mal gusto nunca pasaban y era algo que nos daba señales de vida que todo estaba mejor.
Así que cuando llegue a mi vehículo pasando por toda esa gente y me entre encerrándome en él, pude respirar un poco mejor. Deje el celular en manos libres mientras encendía el vehículo para irme al hospital.
— Avez-vous vu les nouvelles?—<<¿Has visto las noticias?>> esperaba que no, porque si no ya sabía el motivo de la llamada.
— Oui.—se pudo escuchar la fuerte respiración que le cuesta dar antes de que hable de nuevo.—Comment est?
—De le porter, je suis en route pour la voir.—<<Sobre llevándolo, voy en camino a verla>>No sé porque todo esto me costaba hablarlo con él, si mi padre era como mi mejor amigo el cual sabía todo lo que sentía por ella y lo que no podía decir.
Él fue el que me aconsejo que me fuera de Canadá, no solo por el trabajo y su salud. Dijo que necesitaba un nuevo respiro y aquí lo encontraría, también fue el que me aconsejo que no la alojara en mi apartamento pero no pude decirle que no a ella.
Estaba pasando por un mal momento y yo como su mejor amigo debía estar ahí. Y comprendí con los días que debía hacerle caso a mi padre, pero ya era demasiado tarde. Pensar que me costara mucho verla en aquella camilla indefensa y que nunca pude protegerla como alguna vez dije que lo iba hacer.
—Force fils, car je comprends ta douleur.—<<Fuerza hijo, porque entiendo tu dolor>> estaba a nada de llorar pero no lo hice, no quería llegar con los ojos rojos aquel hospital donde la familia de Malika me iba interrogar y no quería darle ya mala noticias.
—Merci papa, sait que je t'aime beaucoup, toi et maman et c'est pourquoi je fais ça.—<<Gracias papá, sabe que te quiero mucho, a ti y mamá y por eso estoy haciendo esto>>
—Je sais fils, et nous le comprenons aussi.—<<Lo se hijo, y nosotros también lo entendemos>> se escuchó un fuerte ruido en el fondo, junto con unas voces que supe quiénes eran. — S'il vous plaît, prenez soin de vous, d'ici votre mére et moi prierons pour vous... et mon fils, Luciano vous envoie ses salutations. —<<cuídate por favor, desde aquí tu madre y yo estaremos orando por ti... y ha hijo, Luciano te manda saludos. >>
Estaba a un segundo de soltar una palabrota pero me la reserve y lo único que pude hacer es despedirme de él, y hacer que nunca escuche el ultimo nombre.
Ya en el hospital me costó entrar mucho ya que había muchos reporteros afuera intentando entrar, y tuve que usar la entrada trasera del hospital que estaba custodiada por oficiales. Donde subí al ascensor y presione al piso donde me llevaría, ya ahí pude ver que al final estaba dos oficiales protegiendo la puerta de la habitación y como ya me conocían me dejaron entrar.
Lo primero que hice fue ver a los padres de Malika junto a su camilla con un semblante caído, el olor a alcohol y otros productos inundaron en mis fosas nasales. Por lo que me dirigí al sillón marrón donde me senté y pase mis manos por la cara pensando en que momento venimos a parar aquí.
Nuestra última conversación fue como una pelea que no tenía sentido y que si no me fuera colocado celoso, fuera llegado a casa esa misma noche y no hubiera pasado nada de esto.
Ahora me cuesta ver su cara hinchada y su cuerpo enyesado en esa camilla sin señales si saldrá de ese coma.
Solo quiero retroceder el tiempo y volver al primer día que nos conocimos, ese día donde ninguno de los dos sabía que era feliz y no lo sabíamos.
— ¿Han dicho algo?—pregunte sabiendo que ellos se habían dado cuenta que había sido yo el que había entrado.
Su mamá llorando negó mientras seguía acariciando el brazo que no estaba enyesado y su papá decía algunas palabras susurrado al oído de su hija con lágrimas en los ojos.
—El Doctor dijo que debíamos esperar, que solo un milagro la sacaría del coma donde esta y si salía debían evaluar las probabilidades de un daño en su cabeza. —le costaba hablar mientras lloraba.
Me volví a pasar las manos por la cara molesto y cansado, cuando mi celular del trabajo sonó pero lo ignore. Me levante del sillón y camine hacia ellos, donde coloque una mano en el hombro de la mujer que lloraba.
— Prometo atrapar ese malnacido y lo haré pagar por haberse metido con nuestra lika.—hice una promesa que lo cumpliría si porque sí.
Ya no había vuelta atrás, este caso era mío y Martínez con su equipo estúpido no me quitarían este caso.
Porque el fantasma lo había dicho en su primera carta, él era mi fantasma que atraparía antes que se dé cuenta quien lo hizo. No era estúpido, si él quería que entrara al juego lo había logrado.
Solo que conmigo el juego le saldría caro.
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Holis, espero que estén todo bien. Pero he vuelto de nuevo a fastidiarle el día jejeje con nuevos capítulos que nos han dejando con el corazoncito chiquito.
No olviden de votar y comentar si le gusto mucho, me ayudaría en la historia.
Besos y abrazos 😘🤗
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